3/15/2020

Las medidas contra el Covid-19

Editorial La Jornada


Las medidas dadas a conocer y recomendadas ayer por el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, con la finalidad de prevenir el avance del Covid-19 en México, indican que el gobierno federal no subestima los potenciales efectos nocivos que el nuevo mal puede tener sobre el conjunto de la población. Dichas medidas corresponden a una variación en el escenario creado por el coronavirus en nuestra nación, aun cuando oficialmente no hemos alcanzado la denominada fase de contagio comunitario, activada en otros países. Y es que se advierten diferencias geográficas en el desarrollo de la pandemia, en la medida en que el número de personas contagiadas aumenta la cifra de víctimas mortales y la cantidad de portadores asintomáticos varían en las distintas naciones.
En el mismo sentido que esas medidas, operan las disposiciones que horas antes habían sido anunciadas por el mismo funcionario –conjuntamente con el titular de la Secretaría de Educación Pública, Esteban Moctezuma– para evitar el contagio en la población estudiantil de todos los niveles educativos. El adelanto y ampliación del periodo vacacional de Semana Santa, el establecimiento de filtros para el ingreso del alumnado a los planteles, y en general los lineamientos fijados para contener la extensión de la pandemia en las escuelas públicas y privadas de la República, tienen el propósito de impedir que la enfermedad afecte masivamente a los niños, niñas, jóvenes y adolescentes que acuden a los establecimientos escolares.
La serie de recomendaciones y acciones gubernamentales sobre el Covid-19 no puede sino ser bien recibida por el conjunto de la sociedad, habida cuenta de que en algunos sectores –y no necesariamente de oposición– se opinaba que las autoridades mexicanas no habían mostrado una adecuada capacidad de reacción frente a la pandemia, y estarían perdiendo un tiempo que podría ser precioso para proteger a la ciudadanía del virus.
Las disposiciones ayer anunciadas se apegan, en esencia, a los esquemas de protección utilizados en otras naciones que en diverso grado están sufriendo los efectos del nuevo mal: medidas básicas de prevención (lavado de manos, precauciones al toser o estornudar, distanciamiento físico); suspensión temporal de actividades no esenciales en los sectores público, social y privado; reprogramación de eventos de concentración masiva (entendida por tal la que reúna a cantidades superiores a 5 mil personas) y protección y cuidado de las personas adultas mayores, por ser esta franja poblacional la que hasta ahora ha resultado más perjudicada por el nuevo coronavirus.
Ya antes de las conferencias de prensa donde se informó lo anterior, Sanidad Internacional del Aeropuerto de la Ciudad de México había instruido al personal de esa terminal para que realizara distintas revisiones a pasajeros provenientes de países especialmente afectados por la pandemia, cumpliendo de ese modo con los protocolos de seguridad derivados de lo estipulado por la Secretaría de Salud.
Es difícil predecir, en México y en el mundo, cuáles serán los alcances en materia de salud, economía y vida cotidiana que tendrá el Covid-19. Cabe esperar, en cambio, que las providencias tomadas por las autoridades para minimizar sus daños resulten atinadas y eficaces, y que la población haga su parte con el propósito de evitar el contagio y la expansión de la enfermedad.

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