6/05/2015

Los periodistas pal café. . . .



Un día después de ir a votar, padres de familia del estado de México comenzarán a hacer válida la promesa del gobierno de Eruviel Ávila de entregarles 150 pesos para compra de útiles escolares. Son 3 millones 45 mil 309 tarjetas denominadas La efectiva las que han sido entregadas a los padres en razón del número de sus hijos estudiantes, en asambleas programadas a realizarse aún en estos días de veda electoral. Las tarjetas utilizan principal y destacadamente los colores verde y rojo, y significarán una erogación del erario mexiquense, incluyendo gastos de administración y organización, de alrededor de 500 millones de pesos.

Un manual de operaciones (http://bit.ly/1KPvUIs) señala que el 8 de junio el Señor Gobernador (mayúsculas en el original) presidirá un evento que dará inicio a la entrega en todo el estado, la cual se realizará desde ese día hasta el 13 de julio, mediante un calendario establecido para que en cada asamblea de padres de familia estén presentes las autoridades educativas e integrantes del gabinete regional, quienes darán un mensaje en nombre de Eruviel Ávila.

En las 14 mil 219 asambleas previas, programadas en plena efervescencia electoral, entre el 27 de mayo y el 5 de junio, el control estuvo a cargo de los representantes del gobierno estatal y los directores escolares. En el modelo de discurso propuesto para esas reuniones se incluye la mención de que es importante subrayar que inicialmente (las tarjetas) eran por la cantidad de 130 pesos por cada alumno, pero el Señor Gobernador, atento como siempre a las inquietudes de las mamás y los papás, autorizó que sean 150 pesos por cada alumno.

La versión mexiquense de las tarjetas Soriana en 2012 es sólo un ejemplo de las tretas que los gobiernos (federal, estatales y municipales) pueden practicar para la compra del voto con recursos públicos. Vasto es el catálogo de posibilidades que ofrecen y ejercen las secretarías de desarrollo social, tanto las estatales como, sobre todo, la federal a cargo de Rosario Robles Berlanga. Además, claro está, de los ríos de dinero proveniente de actos de corrupción expresamente organizados con empresarios, proveedores y firmas fantasmales para financiar campañas electorales y de las inyecciones de efectivo realizadas por grupos del crimen organizado que desean garantizar impunidad y prosperidad a sus negocios.

La respetabilidad y credibilidad del proceso electoral en curso ha sido, además, seriamente golpeada (exterminada, a juicio de este tecleador) por la descarada y sostenida campaña de violaciones a las reglas del juego democrático por parte del grupo autodenominado Partido Verde Ecologista de México (el partido de las cuatro mentiras), en una estrategia de desdoblamiento de intereses del PRI con la mira puesta en captar por esa vía alterna el voto de ciudadanos expuestos a una tan cuantiosa como infractora campaña de propaganda y regalos.

El Instituto Nacional Electoral, conformado en su actual cuerpo por consejeros y directivos con una calidad decreciente y con comportamientos partidistas más evidentes que nunca, fue fulminado por el Verde y sus trapacerías nunca castigadas de verdad. Igual demérito extremo sufrió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que no sólo ha sido complaciente, sino cómplice y encubridor, al rebajar constantemente los montos y términos de castigos de alguna manera decididos por el INE.
La cita de los ciudadanos con las urnas tiene como referente una situación nacional de crisis múltiple, sobre todo en terrenos de crecimiento económico, seguridad pública y honestidad de la clase política. Como nunca, en esta ocasión se han producido pronunciamientos y acciones duras contra la realización de los comicios, como ha sucedido en Guerrero por parte del movimiento de los familiares de los desaparecidos estudiantes de Ayotzinapa. También se han hecho escuchar voces que proclaman la viabilidad del voto nulo como forma de protesta contra el sistema electoral y sus resultados.

En términos de oportunidad de corrección y mejoría de los grandes males del país, los actuales pueden ser clasificados ya como comicios perdidos (aunque resultarán sumamente productivos para la clase política, que incluso comenzará, a partir de este lunes, a preparar los siguientes malabarismos, con ánimos de eternización en el poder). Las campañas fueron insustanciales, el gasto en propaganda y movilizaciones resultó ofensivo, los partidos (los ya existentes y los nuevos) fueron incapaces de presentar propuestas novedosas y deslumbrantes que provocaran un renacer cívico volcado en las casillas, y los chispazos llamativos se dieron en el terreno engañoso de los candidatos independientes, como la carta alterna del PRI en Nuevo León (movida con mucho dinero y plenamente avenida con el poder priísta nacional y con segmentos empresariales norteños) o la participación en Cuernavaca, en nombre de un partido de poca presencia, del futbolista Cuauhtémoc Blanco. Mención aparte merece el caso de Pedro Kumamoto en el distrito 10 de Zapopan, Jalisco, un ejemplar esfuerzo independiente, con decenas de miles de pesos como gasto y una importante movilización de clases medias.
Algunos lectores de esta columna y seguidores de una cuenta astillada en Twitter han solicitado que quien la escribe fije postura respecto de la discusión entre anulistas, abstencionistas, promotores del voto útil y defensores en general de la concurrencia a las urnas. Pero, votar, votar anulando o no votar acabará siendo, en el fondo, un ejercicio arrollado por las inercias, trampas y adulteraciones en curso. Lo importante vendrá al día siguiente, pues sólo un esfuerzo de crítica y autocrítica de quienes desean impulsar cambios de fondo en el país podrá dar paso a intentos de unidad y lucha renovados, entre ellos el de impulsar reformas tajantes a la legalidad electoral para que ésta sea una viable opción más de una amplia batalla nacional y no, como ahora, una farsa intermedia convalidada. ¡Hasta el próximo lunes! ,Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Hernández, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



Enrique Galván Ochoa
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El peso tuvo ayer una jornada desastrosa frente al dólar. En ventanillas bancarias llegó a venderse hasta en 15.87 pesos y cerró en 15.84. La devaluación de nuestra moneda desde el comienzo del sexenio de Peña Nieto es de 2.91 pesos, pues a principios de diciembre de 2012 un dólar sólo costaba 12.93 pesos. Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco BASE, explica que la volatilidad del tipo de cambio se debe al nerviosismo de los mercados por el anuncio de Grecia de que postergará hasta el 30 de junio el pago de un vencimiento de su deuda por 300 millones de euros. Y para el día de hoy la analista advierte que el mercado cambiario será sensible porque Estados Unidos publicará datos de empleo, lo que podría tener influencia en la política monetaria de la Reserva Federal sobre el alza de sus tasas de interés. “Hacia el cierre de la semana, los riesgos del tipo de cambio continúan cargados al alza, con una alta probabilidad de superar su máximo histórico (…)”, apunta Siller.
A pesar de todo
Las elecciones del domingo han puesto al presidente Peña Nieto y a su administración en la mira de la prensa internacional. (No obstante el costoso equipo de publirrelacionistas que contrató para que le dieran una manita de gato. La agencia Bloomberg dice: “Cuando Enrique Peña Nieto fue electo presidente hace tres años fue visto fuera de México como un salvador –un líder guapo y conocedor de los medios de comunicación– que guiaría a la nación lejos de la guerra de las mafias y de la pobreza. No tomó mucho tiempo para que la historia se agriara”. Bloomberg recuerda la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, el fracaso del crecimiento económico y los alegatos de amiguismo de Peña Nieto, su esposa y su secretario de Hacienda. Aún así, continúa Bloomberg, no parece que los votantes vayan a expresar su ira en las urnas. Las encuestas revelan poco apetito por castigar las propuestas incumplidas o por empoderar a la fragmentada oposición. Si bien el PRI puede perder curules, la coalición retendrá la mayoría en el Congreso gracias a partidos aliados. De acuerdo con Alonso Cervera, economista de CreditSuisse citado por el diario, las elecciones del domingo tendrán una participación particularmente baja y la atención nacional puede que esté en el partido amistoso de la selección nacional contra Brasil. Faltaría mencionar el efecto persuasivo de millones de televisores que el gobierno ha regalado a los votantes y las demás ayudas a cambio de votos de Chayo Robles.
Oaxaca está infartada
La situación en la ciudad de Oaxaca es crítica, dice el presidente de la Unión de Empresarios Gasolineros, Juan Vera Carrizal. No hay combustible desde el miércoles en ninguna de las 27 estaciones de servicio de la capital y el área conurbada, debido a que maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación tienen tomada la terminal de abastecimiento de Santa María El Tule. De acuerdo con Juan Vera, Pemex está en toda la disposición de implementar estrategias alternas para el abasto, como traer combustible de la terminal de Huajuapan en Puebla, pero los maestros, asegura, tienen tomadas las casetas, entonces viendo que no hay seguridad y que los maestros han amenazado con quemar unidades, es demasiado el riesgo. Los gasolineros oaxaqueños hacen un llamado al Presidente de la República porque no tenemos gobernador. Tampoco policía. Sólo actúan en función de los intereses de los maestros, nos tienen como rehenes a 3 millones de oaxaqueños. El empresario asegura que ya se ven pocos vehículos circulando por la ciudad y prevé que el día de hoy dejarán de transitar los autobuses urbanos. Hasta la misma policía se va a quedar sin combustible. ¿Cómo se van a mover ambulancias, patrullas o carros de bomberos?, cuestiona. Los gasolineros calculan que las pérdidas para el sector serán de aproximadamente 40 millones de pesos diarios, y Pemex ya les comunicó que el suministro no será posible hasta el próximo lunes.



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De las siete tendencias que anuncian el fin del capitalismo enunciadas en entregas anteriores de esta serie (cambio climático, fin de la sociedad centrada en el trabajo pagado, creciente desigualdad, estancamiento económico crónico, crisis alimentaria mundial, fin de la ilusión de que la democracia es compatible con el capitalismo y disminución creciente del poder de los medios de comunicación masiva), me parece que la creciente desigualdad es la que más se interrelaciona con las demás. Vía la trampa de la desigualdad, actúa como condicionante del fin de la ilusión de la compatibilidad entre democracia y capitalismo. En México, la trampa de la desigualdad la ha explicado el manifiesto Reconstruyamos Nuestra Nación del Consejo Nacional de Universitarios, CNU: La existencia de un sistema incapaz de reducir la pobreza y la desigualdad se perpetúa por la desigualdad de representación política que conduce al establecimiento de instituciones que favorecen sistemáticamente a quienes más tienen. Joseph Stiglitz (JS) ha dicho algo similar pero acentuando el carácter determinante de la política: Nuestro sistema político ha venido operando cada vez más de maneras que aumentan la desigualdad de resultados y reducen la igualdad de oportunidades. Tenemos un sistema político que otorga un poder extraordinario a quienes están hasta arriba, y éstos han usado ese poder no sólo para limitar el grado de redistribución sino también para moldear las reglas del juego en su favor (The Price of Inequality, Norton, 2013, p.39). Es decir, la desigualdad económica se refleja en la desigualdad de representación política que lleva no a un gobierno de las mayorías sino a uno de las élites. (véase gráfica)
Más allá de ciertos niveles de desigualdad, la democracia, incluso en el limitado sentido de democracia representativa, no es posible porque los muy ricos capturan (como ocurre en EU y en muchos otros países, ricos y no ricos) las instituciones de los tres poderes políticos y las ponen a su servicio. Más que la regla una persona un voto, el sistema opera con la de un dólar un voto. En el mismo libro, JS añade un efecto aún más grave de la creciente desigualdad es que va acompañada de una pauperización moral de la degradación de valores hasta el punto donde todo es aceptable y nadie es responsable. El entendimiento radical-democrático-igualitarista de Erik Olin Wright, y sus principios de justicia social y justicia política, que expliqué en la entrega anterior de esta serie (22/5/15), son imposibles ante la trampa de la desigualdad.




¿Dónde quedó aquel espíritu justiciero y el empuje político que reivindicaba un buen incremento al salario mínimo para contrarrestar la constante pérdida de poder adquisitivo? Nadie supo, nadie sabe, porque el hecho es que hasta ahora nadie ha dado el paso siguiente para concretar, a nivel nacional, una iniciativa que sobre el particular promovió el gobierno del Distrito Federal, de la que muchos oportunistas –entre ellos los panistas– quisieron colgarse para reclamar la paternidad.
Pero más allá de foros, propuestas y proclamas el asunto del salario mínimo remunerador permanece en el éter, sin que se note voluntad alguna para regresarlo al ámbito terrenal. Lo peor del caso es que cada día se profundiza el deterioro del mini ingreso y, por ende, el de por sí escuálido nivel de bienestar de la mayoría.
En este sentido, el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM adelantó a este espacio su más reciente reporte de investigación (México: esclavitud moderna; cae 78.71 por ciento el poder adquisitivo), del que se toman los siguientes pasajes. Va.
Últimamente hemos presenciado la fuerte discusión por la lucha de una mejor calidad de vida a partir de un aumento del salario mínimo de los trabajadores. Pero, ¿en realidad se mejoró la situación de los trabajadores mexicanos? El salario mínimo no cumple con lo estipulado constitucionalmente en el artículo 123 sección VI. De hecho, en México es letra muerta, pues ni lejanamente alcanza para que una familia pueda vivir dignamente.
La realidad precaria de la clase trabajadora, producto de las políticas salariales de los gobiernos neoliberales, da cuenta de un adverso panorama. El último incremento al salario mínimo (para 2015) fue de 4.2 por ciento, es decir, de 2.81 pesos diarios. Dicho aumento se pulverizó en el primer trimestre del año, sin considerar el rezago histórico. Después de marzo todo el aumento de los precios en los alimentos y servicios se acumulará a la pérdida del poder adquisitivo.
Para ser más claros, entre el 16 de diciembre de 1987 y el 15 de abril del 2015 el precio de la canasta alimenticia recomendable (CAR) aumentó casi 5 mil por ciento, mientras que el salario mínimo sólo lo hizo en mil por ciento, de tal suerte que la relación precios-salario mínimo favorece a los primeros por cinco tantos. Lo anterior se ha expresado durante el neoliberalismo en una pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario de 78.71 por ciento, es decir, en esa proporción se ha contraído el consumo con respecto a 1987.
Así, un peso de 1987 equivale a menos de 22 centavos de 2015, de tal suerte que la precarización del trabajo a nivel general puede leerse como el costo que nos han impuesto mediante la política económica los seis gobiernos neoliberales, así como los empresarios y los sindicatos charros que enarbolan la bandera de la competitividad de la mano de obra, aunque en los hechos sólo buscan mantener el precio de la fuerza de trabajo mexicana como uno de los más reducidos a nivel mundial, y eso sí es una ventaja, especialmente para las empresas trasnacionales.
¿Qué ha sucedido con el salario mínimo durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien arribó a Los Pinos mediante consignas como el presidente que hará valer más tú salario? Lo primero que debe señalarse es que lejos de generar un cambio en el rumbo de las políticas salariales y laborales, lo ha profundizado en detrimento de los intereses de los trabajadores y sus familias. Estamos ante un escenario donde todo puede subir de precio (y así sucede), menos el salario.



Diez días antes de que los ciudadanos de la República de Irlanda aprobaran por amplio margen el matrimonio entre personas del mismo sexo, el primer ministro de Luxemburgo, el liberal Xavier Bettel, contraía matrimonio con el arquitecto belga Gauthier Destenay, su pareja desde hace varios años. La ceremonia fue cubierta por los principales medios de comunicación y calificada de histórica. Y no era para menos, pues es el primer matrimonio de este tipo que se produce entre líderes en activo de la Unión Europea. Fuera de ésta, en 2010 la ex primera ministra de Islandia, Jóhanna Siguröardóttir, lo contrajo con su novia cuando estaba en el cargo.
El Parlamento luxemburgués aprobó hace un año la ley que iguala el matrimonio heterosexual y homosexual, y también permite la adopción. Y mucho antes, en 2004, este principado de tradición católica, reconoció la unión civil de parejas del mismo sexo.



Bajita la mano, sin encabezar tabloides, el estadunidense Sufjan Stevens (Detroit, 1975) lleva 15 años de ser uno de los compositores de art-pop más prolíficos y respetados del orbe por su extravagancia y versatilidad sonora. A lo largo de una decena de álbumes, ha pasado de la música conceptual a la electrónica intrincada, pasando por el indie-folk orquestal en apariencia inocuo, sin dejar de experimentar, así como por piezas de encargo por la Brooklyn Academy of Music y uno que otro soundtrack para documentales (sobresalen sus discos Greetings from Michigan, 2003; Seven Swans, 2004; el gran Illinoise, 2005; Songs for Christmas, 2006, y el impresionante The Age of Adz, 2010).
En 2015, Stevens llega con el corazón estrujado tras la muerte de su madre. Y para alcanzar el cielo y dedicarle un ramillete de flores sonoras elabora Carrie & Lowell, toda una declaración de amor filial, con la dulzura y tristeza que precisa el caso, dado que su relación con ella tampoco fue muy buena. Con todo, destila como nunca antes, su disco más personal y doloroso.



 

La Cámara de Representantes de Estados Unidos, de mayoría republicana, votó ayer a favor de una cláusula sobre presupuestos al transporte urbano, que en los hechos mantiene las restricciones de viajes a Cuba. Días antes, la Casa Blanca manifestó disposición por vetar esta iniciativa no sólo porque obstaculiza el incipiente acercamiento entre Washington y La Habana, sino porque reduce inversiones críticas en materia de transporte y seguridad.

La evaluación no es la reforma educativa
El diagnóstico indica la enfermedad, pero no la medicina. Por eso la evaluación no es la reforma educativa, porque no aporta la solución, los métodos ni los medios como recursos permanentes para apoyar y perfeccionar continuamente desde la propia Secretaría de Educación Pública el quehacer educativo.

Compañeras y compañeros del EZLN, familiares de Luis Villoro y del maestro zapatista Galeano, padres y madres de Ayotzinapa aquí presentes:

Pues sí, parece que sí, como todo va tan bien, sí queremos más de lo mismo. Salvo quizá Nuevo León ( El Bronco), Michoacán (PRD) y tal vez Baja California Sur o San Luis Potosí (PAN), las elecciones de los demás estados y las diputaciones federales parece que favorecerán al PRI.

Los polacos somos una nación periférica atrapada entre el complejo de inferioridad y los sueños de grandeza (mesianismo nacional), un insoportable y dialéctico estado del alma donde una parte no existe sin la otra.

Los jóvenes de la telesecundaria del pueblo defendieron su derecho a la educación con la única opción que les dejaron: a balazos. El 29 de marzo pasado la comunidad rarámuri de El Manzano, municipio de Uruachi, Chihuahua, fue invadida por una gavilla de sicarios del crimen organizado. Las familias del pueblo, sobre todo los jóvenes, los estaban esperando armados como pudieron. Los muchachos fueron claros: No queremos que nos recluten; queremos seguir estudiando y cultivando la tierra. Nos vamos a defender, aunque nos maten.

Este próximo domingo tendrá lugar un proceso electoral intermedio en el contexto del mayor desastre nacional en la historia del México postrevolucionario: las ejecuciones extrajudiciales cotidianas se elevan ya a una cifra cercana a los 150 mil muertos en una década; las desapariciones forzadas, ese recurrente crimen de Estado y lesa humanidad, se estiman en más de 40 mil casos, mientras la práctica de la tortura no cesa, y los desplazamientos internos y externos rondan el medio millón de personas. Ayotzinapa mostró al mundo el contubernio entre crimen organizado y crimen de Estado, entre delincuencia y clase política, entre delito e impunidad. Ha quedado al descubierto la red de corrupciones y complicidades que como cascada viene desde la cúspide del poder: el Presidente de la República, su gabinete, el Congreso de la Unión, jueces, magistrados, funcionarios electorales, entornos familiares, vinculaciones corporativas, mutuas protecciones y favores, así como fueros castrenses intocados en una guerra social interna.

El enigma de lo desconocido entre la vida y la muerte se darán cita el próximo domingo en las elecciones, en un ambiente enrarecido, tenso e incluso violento; el peor de los escenarios para el buen transcurrir de los comicios en que se decidirá la renovación de la legislatura federal, así como las gubernaturas y ayuntamientos de 17 entidades. En la misma fecha organismos de la sociedad civil exigirán al presidente Peña Nieto reponer las evaluaciones magisteriales que el gobierno suspendió.

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