1. Esta opinión puede ser irreal, hasta tonta, en las condiciones que
viven los partidos políticos Morena, PRD y PT. ¿A pesar de decirse de
izquierda o centro izquierda los tres, serán tan electoreros, estarán
tan descompuestos, tan penetrados o cercanos al poder, serán tan
oportunistas, que no quepa ya alguna posibilidad de regeneración? Ahora
que el PRD, el más viejo y conocido de los tres sorpresivamente ha
declarado que busca un cambio interno radical; incluso lo insólito: que
su presidente está dispuesto a abandonar el cargo a cambio de que los
demás directivos nacionales renuncien, me hace pensar (no sé si por
ingenuidad) que si metemos en una licuadora o una lavadora a esos
partidos y los ponemos a revolcarse, algo bueno para el pueblo puede
salir.
2. Desde hace décadas hemos tenido necesidad en México
de un partido, de verdad de izquierda, que cumpla con esa posición
política que nació de y para los trabajadores. Un partido que participe
en lo electoral, pero poniendo en primer lugar las luchas sociales de
los trabajadores porque si éstos no están, no se les consulta, no se
les toma en cuenta, lo electoral no es otra cosa que oportunismo. ¿Por
qué tendrán que votar los trabajadores si ningún partidos los apoya
activa y materialmente (no sólo declarando) en sus luchas contra la
explotación, el engaño y la opresión capitalista? Todos los partidos
del mundo que se han dedicado a lo electoral han servido sólo para
fortalecer el capitalismo, para engañar y dar ilusiones a los
trabajadores, conviniéndoles mantenerlos en la ignorancia.
3.
Morena, de reciente creación, todavía no tiene muchas manchas que
lavar, pero se afirma que sólo es un problema de tiempo para ser como
los demás. El PT, con casi 25 años en campañas políticas, sigue
inscrito en la lucha por el socialismo, aunque cargando algunos errores
y el pecado de creación salinista. Huuy, el PRD está manchado por donde
se le vea; mucho más al firmar el “Pacto” con el PRI y el PAN que llevó
a aprobar las llamadas “reformas estructurales” privatizadoras. Sin
embargo, a pesar de ello, las esperanzas son las últimas en morir y
para el caso del PRD quizá sea su última tabla de salvación para
recuperar la confianza que algún día le tuvo el progresismo militante
en el país. En el PRD está la clave de recocer de manera autocrítica su
mal comportamiento anterior.
4. Si se busca luchar y derrotar
el capitalismo no es un asunto o una necesidad remover a Carlos
Navarrete, López Obrador o a Alberto Anaya como dirigentes notables de
sus partidos para que las cosas marchen, porque en el pensamiento de
izquierda no es un problema, nunca ha sido, de malas o buenas personas
sino de posiciones político-ideológicas, de estrategias y tácticas.
¿Esos tres partidos autodenominados de izquierda son antimperialistas,
quieren acabar con el capitalismo, están contra la explotación y luchan
por una sociedad igualitaria? ¿Sólo les preocupa alcanzar votos para
lograr cargos de gobierno, obtener subsidios, convertirse en partidos
hegemónicos y continuar con esta sociedad de oprimidos y opresores, de
multimillonarios y 80 por ciento de pobres y miserables?
5.
¿Partidos para alcanzar el poder y desde allí dominar al pueblo,
enriquecerse como el PRI, el PAN y los demás partidos y políticos? O un
partido de los trabajadores totalmente abierto a los sindicatos,
comunidades, estudiantes, ciudadanos, como instrumento de sus luchas
sociales contra todas las formas de opresión. Lo que ha sucedido, por
lo menos desde 1977, es que los gobiernos de la burguesía con sus leyes
y reglamentos electorales, sobre todos con los millones que reciben vía
salarios de funcionarios, subsidios, locales, vehículos y demás, los
partidos se han convertido a apéndices de la clase dominante. Los
partidos son simples paleros del régimen si sólo obedecen reglamentos
hechos a propósito para no luchar contra el sistema, no apoyar a los
trabajadores y para ser sancionados y multados si no se someten a la
ley.
6. ¿Qué es lo que distingue a un partido, un movimiento,
una organización, sino son los principios políticos, filosóficos,
ideológicos por los que lucha y el ser consecuente con ellos? La
estrategia y la táctica tienen que ser coherentes con los objetivos,
los medios con los fines. ¿A quién se trata de engañar cuando la
llamada izquierda electoral se une –en política de alianzas muy
oportunista- indistintamente con la derecha, con los caciques, los
asesinos, para conseguir votos para derrotar temporalmente a otra
derecha? Luego encima de esos acuerdos se registran otros pactos en los
que por muchas décadas sólo se han beneficiado los altos políticos y
perjudicado a los oprimidos. Por ello los ideales de izquierda (de los
trabajadores) tienen que enraizar en el pensamiento de los movimientos
de masas.
7. La CNTE, los estudiantes, otras organizaciones
de trabajadores, intelectuales honestos, como muchas otras
organizaciones que hace ya más de 10 años que nada quieren con los
partidos, han renegado de ellos porque existe un hartazgo ante su
oportunismo, su comportamiento, los acuerdos tras recámara, sus
ingresos millonarios; pero si los partidos de izquierda renuncian a sus
privilegios y organizan un partido con principios, que apoye todas las
luchas de los trabajadores, los dirigentes removibles o revocables, que
dejen de pensar en alianzas con la derecha; entonces los trabajadores
entenderán que si reciben apoyos también ellos deben apoyar con su
voto. Esa relación y dependencia será la que nos dé un “partido de
nuevo tipo”, un partido horizontal donde dirigencia y bases determinen
el camino.
8. López Obrador ha trabajado políticamente “como
un burro”, sin descanso, durante 10 años y sobre su lomo y honestidad
ha hecho surgir al partido Morena. Sur esfuerzos han sido premiados con
votos en el DF y algunos estados. El PT, aunque está en peligro su
registro por encerrarse en su modelo de socialismo más propagandístico
entregado a seminarios, foros, publicaciones de libros y periódicos,
que electoral, continúa con mucha militancia. El PRD, por tener mayor
número de años, cuenta con mayor estructura y quizá mayor número de
militantes; es donde se debe dar más fuerte la batalla contra el
oportunismo. Si se logra ver que la unidad con base en principios es
posible, sería urgente trabajar por ella. Pienso que hay más de un
centenar de intelectuales honestos que podrían trabajar por lograrla.
Blog del autor: http://pedroecheverriav. wordpress.com
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