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Los sociólogos y profesores universitarios Laura Oso y José López Riopedre denuncian que la combinación de las políticas migratorias y la falta de una regulación favorecen en España la explotación de las extranjeras sin papeles a manos de proxenetas. |
ZARAGOZA .- “Las
políticas migratorias y un régimen jurídico abolicionista que no regula
la práctica de la prostitución generan un círculo de irregularidad que
fomenta la explotación sexual” de las mujeres extranjeras en España. Es
la tesis de Laura Oso, profesora de la Universidad de A Coruña y
una de las principales expertas europeas en materia de migraciones, y el
sociólogo, abogado y criminólogo José López Riopedre, que lleva dos décadas investigando el mercado del sexo desde un punto de vista etnográfico y que es autor del libro Mujeres cruzando el Atlántico. Relatos biográficos de migrantes brasileñas en los mercados del sexo.
“Hay
que luchar por romper esa cadena de irregularidad, pero no debemos
centrar el trabajo solo en las redes de trata de personas. El discurso
oficial que vincula inmigración y explotación sexual y que centra la
atención en ese aspecto no nos deja ver que detrás hay una actividad
económica paralela con la que se lucra mucha gente”, indica Oso. El
autor señala “los problemas para regularizar su situación como
trabajadoras” y “el temor a ser detenidas” y devueltas a su país
—precisamente por no tener papeles— como los principales factores de esa
“cadena de irregularidad que aumenta su aislamiento” y que “hace que
sean arropadas por proxenetas” que, mientras les dan cobijo
—“tienen miedo a salir del club y ser detenidas”— , las explotan con
condiciones económicas leoninas —multas, deudas que tardan años en
pagar— y un duro régimen laboral.
“Lo que me he encontrado a lo
largo de los años no cuadra con la imagen de la vida alegre y fácil no
con el de la triste y sórdida”, indica Riopedre, para quien el perfil de
las prostitutas encaja “más con el de luchadoras sociales que
con el de víctimas”, ya que, según sostiene, “la mayoría se dedica a ese
oficio de manera consciente y voluntaria”. “La prostitución es una
opción, aunque no una elección, que mucha gente toma por situaciones de
exclusión”, mantiene Oso, que anota que “a lo mejor, si tuvieran algún
tipo de ayudas, muchas mujeres no optarían por prostituirse”. “La
situación de alegalidad de España no ayuda nada”, añade.
Ambos rechazan, a partir de
sus trabajos de campo, que la mayoría de las extranjeras que se
prostituyen en España lleguen al país a través de redes que las fuerzan a
trabajar en el mercado del sexo tras engañarlas primero y coaccionarlas
después. Muchas de ellas lo hacen gracias a préstamos de conocidos. En
uno y otro caso, no obstante, la deuda con traficantes o con amigos y la
falta de papeles endurece sus condiciones de trabajo y las sitúa ante
esa “cadena de irregularidad que pesa sobre ellas, que se retroalimenta
con una compleja relación de actores sociales”, muchos de ellos con intereses económicos, y de la que les resulta muy difícil salir.
“Ningún
estudio científico avala que en España hay 300.000 prostitutas y el 95%
de ellas, víctimas de trata. Hablamos mucho de trata pero hay muy pocos
estudios”, anotó Riopedre. En su opinión, la legislación española se
dirige “hacia un modelo abolicionista criminalizador” en materia de
prostitución, ya que “hay intereses económicos y políticos muy potentes
en contra de cualquier intento de legalización, regulación y descriminalización”.
Desestereotipar el debate Oso y Riopedre, partidarios de desestereotipar el debate sobre la prostitución —“jugamos con ideas totalmente falsas”, indica el segundo—, coinciden en señalar tres grupos de mujeres extranjeras que la practican en España: las víctimas de las redes de trata, las que se dedicaban a ella en sus países de origen y siguen haciéndolo tras migrar y, por último, las que se han visto obligadas a prostituirse por necesidad económica. La crisis, paralelamente, ha provocado varios fenómenos. “Más mujeres españolas están volviendo a trabajar en pisos”, a los que también regresan “muchas extranjeras que habían salido”, explica la profesora, que anota que “el paro aboca a muchas madres a este trabajo, aunque no podamos verlo”. En el caso de las extranjeras, apunta el sociólogo, hay casos de abandono por motivos económicos mientras algunas mujeres se trasladan puntualmente a clubes de otros países como Francia e incluso Suecia, pese a la prohibición”. Fuente: http://www.publico.es/sociedad/femenino-plural/circulo-irregularidad-fomenta-explotacion-sexual.html
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