Rechazo a Calderón en el Tec
Estudiantes asesinados en 2010
Los Pinos protegió injusticia
AMLO apoya y quiere a Barbosa
Felipe Calderón Hinojosa
no tiene las credenciales académicas, políticas ni morales para
presentarse el próximo miércoles en la casa matriz del Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (abreviado: el Tec de
Monterrey) a dar una
ponencia magistralen el contexto de un Simposium Internacional de Derecho.
Durante la administración de Calderón y en el contexto de la llamada
guerra contra el narcotráficoque él desató, fueron asesinados por el Ejército dos estudiantes de posgrado a nivel de excelencia: Jorge Mercado y Javier Arredondo, justo en las puertas del campus matriz de la citada institución.
Los jóvenes fueron señalados en los primeros posicionamientos oficiales como sicarios armados
hasta los dientes(título, éste, de un documental sobre el caso, dirigido por Alberto Arnaut), que se habrían enfrentado a los soldados que a su vez, en correspondencia al fuego disparado en su contra, habrían ultimado a los delincuentes. La escena de los crímenes fue adulterada: armas de alto calibre fueron acomodadas al lado de los asesinados para
demostrarsu supuesta culpabilidad, se pretendió desaparecer evidencias de su condición de estudiantes y la maquinaria gubernamental a cargo de Calderón Hinojosa fue echada a caminar para intentar la justificación de tales asesinatos (como sucedió en muchos casos durante el desgobierno del político michoacano).
A pesar de las evidencias de que los estudiantes habían sido
acribillados por efectivos de las fuerzas armadas, la administración
calderonista hizo todo para distorsionar los hechos, mantener a salvo a
la Secretaría de la Defensa Nacional e impedir que hubiera justicia en
ese caso inequívoco de agresión letal de militares contra estudiantes.
El propio ex rector general del Tec, Rafael Rangel Sostmann, ha señalado:
¿Quién dio la orden a los soldados de proceder de esta forma? Algunas personas piensan que el caso de los dos alumnos fue un caso especial y dependiente de la Zona Militar local. Pero creo que definitivamente esto no fue así. Me cuesta trabajo creer que los mandos intermedios locales hayan dado la orden de desaparecer la identidad y de acusar a los alumnos de ser parte del crimen organizado.
Por todo eso, integrantes de la comunidad del Tec de Monterrey en la
capital neoleonesa demandan que no se presente Calderón en ese campus.
No es una negativa al ejercicio del derecho de expresión, sino la
exigencia de responsabilidad de un ex gobernante en uno de los actos de
criminalidad que toleró y protegió. En una solicitud hecha a través de
change.org llevaban hasta ayer casi 15 mil firmas de rechazo a esa
visita infamante (https://bit.ly/2OqQA1l).
En Puebla, con el gobernador Luis Miguel Barbosa a un lado, el
presidente Andrés Manuel López Obrador explicó las razones por las que
considera que va triunfando en la lucha contra la corrupción: "Como
arriba no se permite la corrupción, pues eso está bajo control; repito,
eso no me preocupa. Estoy ahí pendiente nada más como guardián, cuidando
que nadie se vaya a atrever a robarse el dinero del presupuesto, que es
dinero sagrado del pueblo”.
Aun cuando llegó al mando estatal por la vía de Morena, Barbosa es un
político formado en la escuela del nada remilgoso perredismo chuchista.
Su candidatura fue un pago al servicio político de haber renunciado al
PRD junto con una decena de senadores más, en un brinco oportunista
hacia el partido que ya se perfilaba como ganador electoral. Así fuera
tan sólo por la presencia del citado Barbosa junto a él (en un marco
institucional), López Obrador debería moderar su de por sí muy
discutible entusiasmo en cuanto a tener a la corrupción bajo control.
En cambio, el tabasqueño se mostró inusitadamente solidario y
cariñoso con el mencionado Barbosa a un grado coral no visto ante otros
mandatarios estatales:
Muchas gracias al gobernador de Puebla, que lo queremos mucho, mucho, ¡Gobernador! ¡Gobernador! ¡Gobernador!¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
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