Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada
▲ Rob Urie expone que la CIA está detrás del impeachment contra Donald Trump, lo cual tampoco es novedoso cuando se sabe que Soros libra una guerra contra el presidente.Foto Ap
Rob Urie, de Counterpunch, en su artículo el “I mpeachment
de la CIA” (sic), además del control geoestratégico de los
hidrocarburos (sic) de Ucrania, desmenuza la operatividad de las tres
fases de los
golpes de Estadode la CIA contra Trump (https://bit.ly/2o5K2KZ), acorralado por el espionaje del Deep State, que incluye al FBI (https://bit.ly/33abMg4).
Rob Urie se basa en la
fórmula del derrocamiento de la CIA, del libro del ex corresponsal del NYT, Stephen Kinzer: Todos los Hombres del Sha: El golpe de Estado de EU y las raíces del terror en Medio Oriente (https://amzn.to/2wsDgR5).
Stephen Kinzer expone que en 1953 la CIA y el Mi6 británico asestaron
un golpe de Estado contra el primer ministro iraní Mossadegh, elegido
democráticamente y cuyo pecado capital fue nacionalizar el petróleo.
El objetivo de las iniciales
siete hermanaspetroleras anglosajonas era controlar los hidrocarburos de Irán, colocando a su títere idóneo: el déspota Sha –más que llevar
democraciay
libertad. ¡Ajá!
Las tres fases son: 1. “Colocar a un inimaginable horrendo villano
–llamémosle comunismo; y alinear al líder/gobierno para ser expulsados
conjuntamente”; 2.
Derrocar al líder y a su gobierno, mientras se manifiestan los pagados operadores jugando a los comunistas frente a la prensa de EU; y 3.
Instalar un gobierno títere afín a los intereses de EU y declarar la victoria por la libertad (sic).
Rob Urie recuerda a los desmemoriados que los “logros de la CIA
incluyen la guerra de EU en Vietnam, que dejó cuatro millones de
vietnamitas muertos, el
Irán-Contraque tuvo a Oliver North operando un anillo de contrabando global de cocaína desde el sótano de la Casa Blanca para colectar dinero y financiar a las milicias de extrema derecha que aterrorizaron a Centroamérica en los ochenta, y la epidemia de crack que devastó las vecindades miserables en todo EU al inicio de los noventa” (https://bit.ly/2Znb5ml).
Rob Urie no expone nada nuevo sobre las hazañas macabras de la CIA cuando existen muchas peores.
Lo interesante subyace en que expone que la CIA se encuentra detrás del impeachment
contra Trump, lo cual tampoco es novedoso cuando se sabe que el grupo
de George Soros, adscrito a la CIA, libra una guerra sin cuartel contra
el presidente, lo cual se subsume en la batalla global entre
globalistas–la banca Rothschild/Soros– contra los
nacionalistas.
En “Occidente (Whatever that means)”, los globalistas han
pasado a un feroz contrataque que tiene a la defensiva a los
nacionalistas y a sus singulares fenotipos:
Trump/Netanyahu/Bolsonaro/Boris Johnson (el primer británico),
arrinconados y al borde de serios descalabros políticos.
Llama la atención la audaz voltereta del presidente galo Macron
–anterior funcionario de la banca Rothschild– quien se transmutó de
ferviente globalista a un muy creativo nacionalista europeo cuando
diagnosticó el
fin de la hegemonía de Occidente(https://bit.ly/2kyu367) –muy diferente a los nacionalismos economicistas y
evangelistas sionistasde corte anglosajón (https://bit.ly/2oum0sN) –cuando maniobró un espectacular acercamiento con el nacionalismo de corte
espiritual ortodoxode Rusia y entiende los alcances de otros subtipos/fenotipos de nacionalismos ideológicos/teológicos redivivos de China e India (con su supremacismo hindú; https://bit.ly/2JZur8P).
No todos los nacionalismos se parecen e incluso pueden colisionar entre si, cuando entra en juego su idiosincrática geopolítica.
Es la geopolítica la que acerca al desglobalizado presidente galo
Macron y su neonacionalismo que lo aleja de la variante nacionalista del
eje anglosajón conformado por Trump y Boris Johnson, mientras lo acerca
del nacionalismo ruso del zar Vlady Putin.
Al final del día, la globalización pudo operar en forma imperturbable
gracias a la imperante unipolaridad que al momento de sufrir sus
sonoros descalabros financieristas, dio pie a la multipolar resurrección
de los nacionalismos multiformes en los cuatro rincones del planeta:
desde Irán hasta México (con su neo-nacionalismo regionalizado) bajo el
signo de los hidrocarburos.
Twitter: @AlfredoJalifeR_
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