Pedro Echeverría V.
1. Reconozco que López Obrador, dirigente de Morena, es el único alto
político que de manera abierta -aunque tibiamente- ha apoyado la lucha
magisterial, la lucha contra los gasolinazos, el combate contra la
“reformas estructurales” y el castigo a todos los políticos corruptos.
En los últimos días, en entrevistas, casi lo han obligado a declarase
contra Trump y a fijar su posición frente a los gobiernos de Hugo Chávez
y Nicolás Maduro. La semana pasada AMLO acompañó a la profesora Delfina
Gómez de Texcoco, Estado de México, hija de un humilde albañil, al
inicio de una precampaña electoral para la gubernatura.
2. No me imagino que una maestra de primaria de clase media baja, con
muchos conocimientos en educación, pero no tantos en política, obtenga
el gobierno en el estado más poblado de la República donde existe un
terrible cacicazgo (el famoso grupo Atlacomulco) de millonarios que ha
gobernado por más de 50 años y que hoy ocupa la Presidencia de la
República. Si Delfina ganara sería un agradable sorpresa, pero al mismo
tiempo sería una mentada de madre a Peña Nieto, al PRI y a sus corifeos
porque pondría en inestabilidad a los grupos que han hechos grandes
negocios en más de medio siglo.
3. ¿Cómo podría ganar la maestra Delfina Gómez si en el Estado de
México y en las arcas presidenciales existe el dinero suficiente para
comprar a todos los votantes, para entregar millonadas a los medios de
información y para organizar cualquier fraude? Los trabajadores pobres y
la clase media baja son ampliamente mayoritarios entre los electores y
votarían por Delfina; pero en México y en todo el sistema capitalista
las elecciones sólo han servido para confirmar o legalizar lo que los
sectores más poderosos del país o de los estados de la República han
determinado antes.
4. Aunque por convicción nunca he votado, sé por experiencia, por
estudios de política, que no ha sido de otra manera (en cada elección se
me refleja una mano invisible en cada urna que dirige la mano del
votante a favor del personaje antes seleccionado). Si le dan el triunfo a
la maestra –además de la sorpresiva “revuelta” que causaría, me haría
pensar que la clase empresarial y Peña van a probar otra estrategia, que
con ello al fin abrieron el camino a la Presidencia al mismo AMLO
reconociendo el gigantesco desgaste que hay en el país, sobre todo por
la crisis económica y las presiones del presidente Trump.
5. En México cualquier persona –hasta los hoy llamados
independientes, sin partido- puede ganar una elección; el único
requisito es que respete, que no se declare enemigo de la clase política
y empresarial. Entre los partidos la sumisión y la disciplina es
esencial. Dicen: “si no te tocó cargo hoy ya te tocará mañana, entre
tanto te damos un pequeño cargo de congratulación”. Por ello los
partidos siempre han puesto en primer lugar la negociación y la
colaboración con el PRI y el PAN que son los partidos que el apoyo
empresarial y clerical. Así que hay que estar atentos en la que pase en
el Estado de México donde el candidato del PRI es hijo legítimo de
Atlacomulco. (12/II/17)
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