decreto que extingue esa prisión
Anuncia liberación de 200 reos que ahí se encontraban
Concebido en los tiempos del porfiriato como un centro penitenciario de alta seguridad, un decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador puso fin a 113 años de operación del penal de las Islas Marías, uno de los sitios con tratos más crueles para los presos. Es el fin de una historia de castigos, tortura y represión con más de un siglo de vida, definió antes de anunciar su transformación en un espacio para las artes, la cultura y el estudio del medio ambiente.
En Palacio Nacional, con una muestra de los grilletes con que encadenaban a los presos, la firma le dio espacio para hacer una remembranza de uno de los más célebres reos de las Islas Marías: José Revueltas. Recluido en la Isla Madre entre 1922 y 1935, la experiencia derivó en una de sus mejores novelas, Los muros de agua.
Además el manadatario se refirió a Nelson Mandela, otro legendario personaje que purgó una condena también en una isla. ésta situada en Sudáfrica.
El Presidente anunció ayer la liberación de 200 de los 656 reos que aún permanecen en la colonia con sus familiares, por haber cumplido ya los requisitos de preliberación. “Los otros van a hacer reubicados en penales cercanos a sus domicilios.
Los trabajadores de ahí también van a ser reubicados y el sitio se va a convertir en un centro para las artes, la cultura y el conocimiento sobre el medio ambiente, la naturaleza, la flora, la fauna de esa y otras islas que están a su alrededor: la Magdalena y la Cleofas, uno de los lugares naturales más bellos de México.
En otro orden, al ser cuestionado sobre los programas sociales que son canalizados por conducto del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), el jefe del Ejecutivo federal agregó que ”ya no va a tener estos fondos, porque la gente está recibiendo los beneficios de manera directa”.
Precisó que dentro de la Sedesol (hoy Secretaría del Bienestar) había un instituto interno para la atención de personas con discapacidad y otro para los adultos mayores, que conformaban un aparato administrativo.
Dichas oficinas representaban una manera de simular que se atendían los problemas de los grupos vulnerables, de la gente necesitada, pero era pura simulación y el gobierno actuaba como un instituto académico, sólo con testimonios y de forma experimental, con un alto costo administrativo.
Durante su conferencia matutina fue cuestionado sobre una diversidad de temas, entre ellos las denuncias de casos recientes de abusos sexuales de sacerdotes católicos.
Sobre ese tema, López Obrador indicó: “No queremos confrontarnos con las iglesias, así de claro. Necesitamos la unidad nacional. Sin embargo, si hay un proceso legal, no podemos taparlo, no podemos ser cómplices, eso no lo haríamos. Pero no vamos a atizar el fuego, en ningún caso.
Tenemos diferencias en varios campos, en temas sobre diversidad, en temas religiosos, desde luego en temas ideológicos, todo forma parte de una sociedad plural, concluyó.
Alonso Urrutia y Néstor Jiménez
Periódico La Jornada
Martes 19 de febrero de 2019, p. 5
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