Autor: Pablo Moctezuma Barragán
Hace 75 años se fundó el Partido Acción
Nacional (PAN), en septiembre de 1939. Tres cuartas partes de siglo
desde su nacimiento, desarrollo y culminación han mostrado claramente
su carácter, los intereses a los que sirve, sus medios y fines. En sus
orígenes, el fundador del PAN, Manuel Gómez Morín, se ligó al Grupo
Sonora (que triunfó en la Revolución Mexicana sobre los ejércitos
revolucionarios de Francisco Villa y Emiliano Zapata) representando a
las clases dominantes, así como había sucedido 1 siglo antes, tras la
revolución de Independencia, cuando Agustín de Iturbide prevaleció
sobre Miguel Hidalgo, José María Morelos y Vicente Guerrero para
favorecer a las clases poseedoras; del mismo modo Álvaro Obregón y
Plutarco Elías Calles lograron la hegemonía e impusieron el
sometimiento a Washington y a la emergente burguesía. El Grupo Sonora
fue el germen del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Manuel Gómez Morín fue su eficiente colaborador.
El PAN nació para enfrentar el proyecto
revolucionario de Lázaro Cárdenas, frenarlo y posteriormente aliarse al
partido oficial, como hizo a partir del gobierno de Manuel Ávila
Camacho, apoyado en principios de defensa de las empresas privadas en
contra del avance del sector público, del desarrollo nacional y de los
derechos populares. A Gómez Morín le han tratado de construir el mito
de que fue un gran demócrata, que de vivir estaría disgustado con los
gobiernos del PAN (2000-2012). En realidad Vicente Fox y Felipe
Calderón son fieles seguidores de los iniciadores del PAN. Gómez Morín
fundó el PAN con banqueros y grandes capitalistas para oponerse a la
expropiación petrolera y al reparto agrario de Cárdenas, y para
combatir al sector estatal de la economía. Se dedicó a traer a México
la inversión extranjera y estar al servicio del capital externo. Fue
hijo de un español y admirador de la derecha española.
Es revelador que
el nombre Acción Nacional proviene de un partido monárquico español
fundado en 1931. Como funcionario de los gobiernos que dieron vida al
PRI, Gómez Morín fue uno de sus cuadros más importantes: colaboró en el
gobierno de Adolfo de la Huerta; con Obregón fue subsecretario de
Hacienda y Crédito Público; con Calles fue director del Banco de
México; en el periodo de Abelardo Rodríguez fungió como rector de la
Universidad Nacional Autónoma de México. Sólo se opuso a uno de los
gobiernos, precisamente al gobierno revolucionario del general Lázaro
Cárdenas del Río. Luego colaboró como asesor de Manuel Ávila Camacho y
posteriormente colaboró, de una u otra forma, con todos los gobiernos
del PRI. Por lo que también fue impulsor del entendimiento que llevaría
paulatina y progresivamente a su fusión y a la fundación no oficial del
PRIAN (contracción de las siglas PRI y PAN).
Siempre colaboró con el
grupo empresarial Monterrey y con el gran capital. Hoy Gómez Morín
estaría orgulloso del PAN que fundó, pues por principio se oponía
tajantemente a la empresa pública y nacional y promovía el capital
privado como lo han hecho los panistas y priístas de ahora. Gómez Morín
fue el principal defensor de las privatizaciones y en su momento
reprobó la nacionalización de la energía eléctrica. En una primera
etapa, el PAN era marginado y atacado por el partido oficial, que tenía
el monopolio del poder público, y buscaba acaparar todos los puestos.
Aun así, el PAN fue siempre “la oposición leal”, y de hecho la otra cara de la moneda,
y poco a poco logró que el PRI, en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz,
le “otorgara” diputados de partido hasta lograr que el PRI se empanizara,
siguiendo sus principios privatizadores. De este modo culminaría, en la
etapa neoliberal con Carlos Salinas de Gortari, en el cogobierno del
país.
Así que el origen del PRIAN, en sus primeros gérmenes,
tiene 75 años, aunque su desarrollo abierto se efectuó hace 25 años,
con Carlos Salinas de Gortari, y su consolidación se efectuó apenas
hace 15 años, con la “alternancia” en el poder que se fraguó en 1999,
cuando era presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.
Hoy por hoy el PRIAN vive su época de “máximo esplendor” con el apoyo a Enrique Peña Nieto y la firma del Pacto contra México
el 2 de diciembre de 2012, y ha logrado a plenitud cumplir los
objetivos que se planteó hace 75 años, cuando se propuso acabar con el
sector público y entregarlo todo a las empresas privadas, nacionales y
extranjeras. Actualmente cumple sus objetivos, sus propósitos, logra la
victoria de las grandes corporaciones a las que ha servido, sirve y
servirá siempre.
El PRI y el PAN son dos caras de la misma moneda
y sirven a los mismos intereses, los de los grandes capitalistas. La
forma de imponer la moderna dictadura es el bipartidismo. Así han
impuesto sus intereses los gobiernos en los grandes países capitalistas
de todo el mundo.
El PAN se alió a Salinas para efectuar todas sus contrarreformas
y para la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN). El PRI se alió al PAN para llevar a cabo la Alianza para la
Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN) y la Iniciativa
Mérida. Ambos han impulsado el proyecto neoliberal y neocolonial con
similar entusiasmo.
El PRI ha sido un gran represor del
movimiento obrero sin que el PAN lo haya cuestionado, porque en este
partido la hegemonía la han tenido siempre personas propatronales y
antisindicales. Como botón de muestra recordemos que el PRI
combatió a los petroleros y ferrocarrileros en 1948; a los maestros,
ferrocarrileros y petroleros en 1958-1959; a los médicos en 1965;
masacró a los estudiantes y el pueblo en 1968; reprimió a los
electricistas de la Tendencia Democrática del Sindicato Único de
Trabajadores Electricistas de la República Mexicana en 1975-1976;
requisó la empresa e impidió la huelga de los telefonistas y se
reprimió a los maestros con José López Portillo y Miguel de la Madrid
Hurtado; a los mineros de Cananea, a los obreros de la Ford, de la
Volkswagen y a los trabajadores de la Ruta 100 en el salinismo… El PAN
nació como un partido antisindicalista y ha sido igualmente represor:
con Fox se persiguió a los mineros y se atacó a sangre y fuego
la huelga de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas Las Truchas, asesinando a
dos trabajadores e hiriendo a 75; con Calderón se liquidó a 44 mil
compañeros del Sindicato Mexicano de Electricistas; se está combatiendo
a los compañeros de Mexicana de Aviación, se ataca a los mineros y se
protege a los asesinos de trabajadores y de sus hijos (Pasta de
Conchos, Guardería ABC, Tiendas Coppel, mineros de Coahuila, migrantes
en la frontera). El PAN se opuso a la reforma agraria y el PRI mutiló,
en época de Salinas, el Artículo 27 para privatizar el ejido. Aliado al
PRI, el PAN ha podido culminar muchos de sus sueños y sus metas al
servicio de la gran patronal y del imperio yanqui.
El PRIAN ha logrado un gran
éxito para su nefasta causa al lograr integrar al Partido de la
Revolución Democrática (PRD) a su alianza, que se manifestó claramente
en el Pacto contra México, firmado con Peña el 2 de diciembre
de 2013. La entrega de la cúpula del PRD ha sido tal, que muchas
personas cuestionan que hablemos del PRIAN y quisieran que se ampliara al PRIANRD;
sin embargo, una cuestión es clara y es que sólo el PRI y el PAN han
tenido en su poder el gobierno federal, y son ellos los impulsores del
TLCAN, el ASPAN, la Iniciativa Mérida… que han marcado el rumbo
neoliberal y neoporfirista de México. Si bien el PRD se ha sometido a
la línea del PRIAN, ha sido tan sólo un colaborador, como el Partido
Nueva Alianza, el Partido Verde Ecologista de México y otros, y no
hemos de hablar del Prianrdpanalverde, sino del PRIAN y sus aliados.
El PAN nació como un partido profascista, y ahora en el PRIAN la línea que se sigue es neofascista. El fascismo es la imposición de los intereses del gran capital, saltándose
las leyes, por medio de las Fuerzas Armadas, y eso precisamente es lo
que han estado haciendo en México los recientes gobiernos del PRI y del
PAN. Eso hizo Calderón al desaparecer la Compañía de Luz y Fuerza del
Centro, al tomar las instalaciones por medio de la entonces Policía
Federal Preventiva, despidiendo a 44 mil electricistas y violando la
ley. Y eso mismo hizo Peña con la brutal represión en San Salvador
Atenco, y lo mismo significan las violaciones a garantías individuales
que se ejecutan “encapsulando” a las personas y deteniendo inocentes
para hacer prevalecer los intereses neoliberales.
Por eso la famosa “alternancia” no es
sinónimo de democracia, como nos quieren hacer creer. El bipartidismo
es la fórmula que nos impuso Washington para tener dos partidos que
aparenten democracia, cuando en el fondo ambos están al servicio de la
dictadura del gran capital y sus todopoderosas corporaciones.
El cambio de gobierno federal del PRI al PAN y ahora del PAN al PRI no
ha significado un viraje en ningún sentido, sino la profundización de
un régimen servil y corrupto. De ahí que se haga necesaria la
organización en un partido que luche por democracia, soberanía y
justicia, como lo es el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), y
que se logre escindir al fin del PRIAN y procure el cambio de régimen y transformación de México.
El gobierno que necesita México estará
al servicio del bienestar de la población y del desarrollo soberano del
país, de su plena independencia y no servirá, como lo hace el PRIAN,
a los intereses de las grandes corporaciones que sólo buscan saquear
nuestras riquezas y explotar mano de obra barata, estableciendo el
esclavismo moderno. El caso de la minería y del sector energético es
paradigmático en cómo se afecta el interés nacional y el de los pueblos
para favorecer a las grandes corporaciones. Por eso vale la pena
organizarnos, pugnar por un nuevo proyecto de nación y derrotar
políticamente al PRIAN; para lo cual, lo primero que necesitamos es desenmascararlo como el enemigo a vencer y como las dos caras de la misma moneda.
En el porfirismo, un dictador se impuso más de 30 años para favorecer a
los grandes intereses y afectar al pueblo. Actualmente eso no lo
aceptaría el pueblo de México. Por ello, en el neoporfirismo, son dos
partidos y diversos presidentes los que imponen los intereses
antipopulares y antinacionales simulando una pugna democrática, cuando
es absolutamente claro que el PRI y el PAN siguen la misma línea
regresiva. Pero todo tiene un límite, y la caótica y violenta situación
que vivimos ha dejado claro a millones de mexicanos de la absoluta
necesidad de luchar por una verdadera democracia, el rescate de México
y la regeneración de la vida social. México tiene futuro trascendiendo
al régimen del PRIAN.
*Politólogo y urbanista. Dirigente de Mexteki y vocero del Congreso de la Soberanía
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