7/05/2016

A 5 años de su detención, víctima de tortura permanece sin sentencia

Verónica Razo inculpada de secuestro por Policía Federal


En el contexto del Día Internacional contra la tortura de 2015 Amnistía Internacional se manifestó frente a las oficinas de la PGR |

Desde hace 5 años y 26 días la vida de Verónica Razo Casales quedó en pausa. El 8 de junio de 2011 fue detenida y torturada sexualmente por la Policía Federal para inculparse de secuestro. Al día de hoy no hay fecha ni indicio alguno para conocer cuál será su sentencia. 

En estos 61 meses el tiempo se detuvo para Verónica, quien permanece en prisión al igual que su hermano Iván, ambos fueron acusados de secuestro tras una presunta llamada anónima que los denunció; sin embargo, fueron detenidos por la Policía Federal en horarios y lugares distintos.   

“El proceso judicial va muy lento, nos dan muchas evasivas y realmente está en una etapa muy primitiva. No hay ni para cuándo un cierre, un dictamen, no hay nada, ese es el procedimiento legal que hay”, dice en entrevista con Cimacnoticias Austreberta, madre de ambos.

Ante la injusticia, Austreberta se unió en 2014 a la campaña “Rompiendo el Silencio: todas juntas contra la tortura sexual”, impulsada por las 11 sobrevivientes de los operativos policiacos de 2006 en San Salvador Atenco, Estado de México; y este año dio su testimonio para el reciente informe que hizo la organización Amnistía Internacional sobre tortura hacia mujeres.

En un primer momento (2011)  Verónica fue enviada al Centro de Readaptación Social en Mexicali, Baja California; después, en enero de 2013 fue trasladada al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 4 en Tepic, Nayarit; y el 21 de diciembre de 2015 fue reubicada en el Cefereso Número 16 en Morelos.

“La veo cada 15 días, ahorita la trasladaron de Nayarit al Cefereso Número 16 que está en Morelos. Se levantó un acta porque también tuvo violencia en el traslado”, dice la madre de Verónica, quien durante estos años ha multiplicado sus esfuerzos para apoyar a sus dos hijos y cuidar a sus nietos.

En este último traslado Verónica, junto con otras internas, fue golpeada; otras mujeres en situación de reclusión denunciaron ante organizaciones civiles en marzo pasado, actos de tortura sexual como violación, tocamientos, sometimiento mediante descargas eléctricas, golpes e incomunicación.

Ahora lo que más preocupa a Austreberta es la salud de su hija y es que después de los golpes, los intentos de asfixia y la violación tumultuaria de hace más de 5 años, la joven quedó con episodios de taquicardia que la ponen en riesgo.

“He pedido amparos para la salud de mi hija que está enferma, no han sido atendidos, yo temo por la vida de mi hija, porque es el corazón. La presión de estar ahí, de no tener a sus hijos, de no tener a su familia la ha enfermado mucho”, dice.

Mientras en 61 meses la vida se detiene para Verónica, afuera de prisión su madre y sus abogados coadyuvantes de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH) continúan trabajando para presentar las pruebas que demuestren que fue torturada para inculparse.

En 2011 Austreberta interpuso una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por la retención de su hija, un año después la queja se cerró pero en 2014 la CMDPDH logró que el expediente se reabriera, sin embargo hasta ahora tampoco hay nada sobre una posible recomendación que evidencie las arbitrariedades del proceso.

“Yo pido que se castigue a los torturadores y a las corporaciones, que se cercioren y hagan bien su trabajo, que no manden a personas malas a hacer esos trabajos”, concluye la mujer.

 CIMACFoto: César Martínez López
Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | Ciudad de México.-  

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