Alegatos
El país
está que arde. La realidad es cada vez más complicada y los lentes con
los que tradicionalmente la habíamos explicado van quedando cortos. Muy
cortos.
Es bien sabido que el punto nodal de los cárteles es su capacidad
financiera. Pues bien, en la glosa que siguió al tercer informe de
gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto afirmó que la reforma
financiera permitió que se bloquearan 407 millones de pesos y 5 millones de dólares de dudosa procedencia,
y que se logró el aseguramiento de 260 millones de pesos y 115 mil
dólares. Es como si se derrumbara un edificio y alguien presumiera que
reacomodó un ladrillo.
Permítame poner estas cifras en contexto. El Departamento del Tesoro (de Estados Unidos) calcula que el narcotráfico mexicano (no incluye corrupción, peculado y otras formas de delincuencia organizada) puede alcanzar ingresos anuales de 40 billones de dólares.
Los dólares “bloqueados” y asegurados (por la inteligencia financiera
mexicana) son apenas una diezmilésima parte (el .012%) de los ingresos
de los cárteles.
Para ilustrar por qué el reacomodo de las bandas criminales “aquí”,
en realidad tiene que ver con acciones “allá”, un ejemplo puede resultar
contundente: tan solo en el desmantelamiento de una red de lavado de
dinero en el Distrito de la Moda de Los Ángeles (que lo enviaba a México
para el Cártel de Sinaloa), fueron decomisados 65 millones de dólares
en efectivo… ¡en un día! Ese dinero es más que lo que bloquearon las
autoridades financieras mexicanas en todo el país, en todo un año.
Las acciones legales en Estados Unidos contra mexicanos por hechos ocurridos en México han incrementado en años recientes.
Lo hacen tanto en volumen como en complejidad. Lo mismo decomisos de
vehículos, joyas y dinero que expropiaciones de lujosas viviendas,
intervenciones bancarias o multas exorbitantes. Hay de todo, demandas
civiles, procesos penales, investigaciones administrativas o aplicación
de leyes especiales para extranjeros. Por supuesto, mucha gente en
prisión (y mucha otra fugitiva).
Las autoridades que están involucradas son múltiples y de lo más
variadas. En ocasiones seguir el hilo es una locura. Fiscales locales y
federales, agencias anti drogas, el FBI, la policía, el departamento del
tesoro, la oficina de impuestos, la de aduanas, inmigración, la agencia
contra la corrupción en el extranjero y más.
Con tantas cosas sucediendo en México ¿no resulta una
exquisitez andar pensando en lo que hacen en Estados Unidos? ¿Por qué
estos casos que suceden tan lejos tendrían que ser importantes?
Por la sencilla razón de que no se trata de simples curiosidades que
pasan fuera de nuestras fronteras sino de una parte importante de la
vida política, económica y social de México. Una que transcurre lejos de
la cobertura mediática de los grandes consorcios nacionales. Que está
llena de personajes. Sí, los que usted imagina: empresarios,
funcionarios de aduanas, ex gobernadores, compañías transnacionales,
bancos. Pero también hay cooperantes y criminales a los que el gobierno de Estados Unidos les da permiso para delinquir o les paga un sueldo.
Son historias oscuras y enredadas. Demasiado poder y demasiado
dinero. En los casos se mueven cifras que en nuestras mentes apenas son
comparables con los anuncios de inversión pública en nuestro país
(millones y billones).
Y mientras eso sucede, nosotros consumimos las migajas y retacerías
de información que nos da el quehacer de nuestras instituciones. Las
noticias apenas pueden dar cuenta de la detención de un supuesto socio
del Mayo Zambada, la orden de aprehensión contra una
diputada o procesos judiciales por lavado de dinero que facciosamente se
dirigen contra líderes sindicales en disidencia.
Nunca nada sobre el tamaño de sus estructuras financieras, los funcionarios que les daban protección, la dimensión de sus redes o la forma en la que operaban.
Total que una buena tajada de la historia reciente del país se está
definiendo en el galimatías judicial y legal de nuestros vecinos. Y de
eso sabemos apenas nada.
México lindo… I’ll see you in court.
***
Un extra.
¿Recuerdan la extradición de Vicente Zambada? Pues bien, sólo en ese
caso, el acuerdo de reconocimiento de culpabilidad que firmó le permite
al gobierno de Estados Unidos incautar 1.3 billones de dólares. El
juicio se llevó a cabo en Chicago, donde estoy ahora mismo. De esta
historia le contaré pronto.
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