Guatemala, 06 jul. 16. AmecoPress/Cerigua.- En Guatemala, la lucha y esfuerzos de la mujer organizada ha debido enfrentar obstáculos de complejas raíces culturales y estructurales, en pro de propiciar los espacios físicos, sociales, jurídicos y políticos desde sus respectivos senos familiares y la propia estructura social, señala un boletín de la Alianza de Mujeres Cooperativistas.
La
información subraya que el cooperativismo o trabajo asociado, como
también se conoce, postula en sus principios filosóficos que es un
sistema económico y social basado en la libertad, la igualdad, la
participación y la solidaridad, en procesos de producción para mejoras
económicas y justas para la promoción y desarrollo del ser humano.
Poco
a poco en Guatemala se han organizado grupos de mujeres, especialmente
en el cooperativismo, con el fin de hacer efectivas las fórmulas que el
sistema permite y facilita.
Sin embargo, esfuerzos e inquietudes
han chocado con el gran obstáculo de la discriminación y marginación
cultural, la subyugación de la mujer por prácticas que vulneran derechos
y limitan oportunidades al duplicarse requisitos y obligaciones para
aspirar el ser cooperativista.
Asimismo, señala que la mujer
guatemalteca, al aspirar asociarse a una cooperativa depende de la
existencia de la figura masculina para poder ser aceptada, mucho más
para solicitar créditos o para salir de sus comunidades cuando asiste a
capacitaciones y otras actividades inherentes a su aspiración de
desarrollo.
Por lo tanto, por sí sola, el proceso de integración
cooperativista en Guatemala ha sido dificultoso para que la mujer
cooperativista pueda hacer valer sus derechos y reconocida su valía
hacia la sociedad misma.
Con el transcurrir de los años y más
específico a partir del año 2012, han surgido inquietudes cuyo motivo de
nacimiento lo ha sido el luchar contra ésta injusta y desigual
realidad, señala el boletín.
Uno de estos, el de la Alianza de
Mujeres Cooperativistas de Guatemala (AMCG), en la actualidad
fortalecida en número y participación, surgió para representar a las
mujeres cooperativistas federadas y no federadas.
Entre los pasos
trascendentales del movimiento representativo y articulador de mujeres
cooperativistas en Guatemala, están las reformas a la Ley General del
Cooperativismo que promueve la AMCG.
Transcurridos dos años desde
que la AMCG planteó ante la Comisión de Cooperativismo del Congreso de
la República de Guatemala, tales propuestas de reformas, no fue sino
hasta el pasado 24 de noviembre de 2014, el que fue aceptada por el
pleno de diputados como Iniciativa de Ley y bautizada con el número
4920.
Otro paso más e igual de importante por su trascendencia y
en ésta memorable fecha es el poder presentarnos ante la sociedad
guatemalteca como la primera Federación de Cooperativas de
Comercialización “Mujeres Guatemaltecas R.L. (Fedecomgua), cuyo
surgimiento se sustenta en cooperativas de mujeres productoras, a través
de la cual se aspira a alcanzar y hacer dinámica una de las facetas más
importantes de la producción: la comercialización a nivel local,
nacional e internacional, concluye la información.
Foto: Cerigua.
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