A un mes de Ayotzinapa….
Balances inconclusos y demandas de justicia
Hace un mes acontecieron los asesinatos y desapariciones de los
normalistas de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. En
estos actos de violencia acontecidos en Iguala estuvieron involucrados
el ex-alcalde de Iguala, su esposa (vinculada con organizaciones del
narcotráfico), el jefe de las fuerzas de seguridad del municipio como
autores intelectuales y, como perpetradores materiales de estos
crímenes, decenas de policías municipales y miembros del grupo
delictivo los guerreros unidos. A la fecha hay un balance de
claroscuros, una tensión creciente entre los deudos de los normalistas
(con el respaldo de muchos grupos de la sociedad) que exigen justicia y
las autoridades gubernamentales (federales y estatales) que no han dado
resultados claros y convincentes respecto a estos hechos, tampoco han
dado con el paradero de los desaparecidos.
Abajo pasa mucho, arriba no pasa casi nada
Por un lado, desde abajo los compañeros y familiares de los normalistas
asesinados y desaparecidos han convocado y realizado una serie de
movilizaciones masivas dentro y fuera del estado de Guerrero. A estas
iniciativas se han sumado las manifestaciones y expresiones de apoyo y
respaldo de diversas organizaciones políticas y variados sectores
sociales dentro y fuera del país, donde, entra otras, destacan las
siguientes acciones: las dos jornadas de apoyo nacional (del 8 y del 22
de octubre) que involucraron a más de 25 estados del país y donde
participaron decenas de miles de personas, así mismo hubo dos paros de
estudiantes universitarios masivos (el 15 y 16 de octubre y el 22 y 23
de octubre); también activistas, artistas, grupos de la sociedad civil
internacional y mexicanos en el extranjero han hecho patente su
inconformidad y se han pronunciado a través de diversos medios de
comunicación y de las redes sociales.
En el marco de esta
serie de acciones, de no menor trascendencia han sido la condena
internacional de los hechos de Ayotzinapa por parte de la ONU, OCDE,
CIDH, AI y el Parlamento Europeo (entre otros) y los llamados a
intensificar la búsqueda de los desaparecidos y el esclarecimiento de
los hechos. La presión social y política generada por estos diversos
grupos y manifestaciones llevó a la destitución de varios funcionarios
(municipales y estatales), al involucramiento “forzado” y “obligado”
del gobierno federal (a través de la PGR), a la reciente solicitud de
licencia del gobernador de Guerrero y la búsqueda y captura de
individuos y dirigentes del grupo del crimen organizado de los
guerreros unidos.
Pero, por otra parte, están los dudosos y
escuetos resultados que, a la fecha, han presentado las autoridades del
estado mexicano. La gravedad de esta situación la expresa la siguiente
contradicción: resulta cuando menos sorprendente ¿inverosímil? que,
pese a la detención desde hace semanas de decenas de policías
municipales y varios miembros de los guerreros unidos que estuvieron
directamente involucrados en las agresiones y detenciones de los
estudiantes, las instituciones oficiales (PGR y PGE-Guerrero) que
realizan las investigaciones no tengan indicios claros o no muestren
información veraz y convincente respecto al paradero de los normalistas
desaparecidos y a la búsqueda y detención de los autores intelectuales.
Sigue pendiente una creciente demanda de justicia.
Dudas e inconsistencias
La información y avances de las investigaciones que la PGR y la
PGE-Guerrero han hecho públicas en torno al caso a Ayotzinapa han
generado no pocas preguntas e incertidumbres .
(1) Ya es
claro que al inicio de las investigaciones oficiales sobre Ayotzinapa
se incumplieron los protocolos internacionales para los casos de
desapariciones forzadas, donde resultan claves las indagaciones y
acciones que se realizan en las primeras 72 horas de la privación de la
libertad de las víctimas. El gobierno de Guerrero actuó de manera lenta
y torpe, lo que facilitó de facto, no sólo el ocultamiento de los
hechos, sino también la fuga del ex-alcalde de Iguala, su esposa y
otros funcionarios.
(2) También es notoria la tardía y
voluntariosa incorporación del gobierno federal en el caso, la PGR
tardó casi 10 días en atraer el caso y tomar cartas en el asunto. La
forma en que se han dado los hechos, hace pensar en que la
participación de la PGR, más que un acto de voluntad política del
estado mexicano para resolver el caso, se vio “forzada” por la presión
social y mediática nacional e internacional; en un principio el
gobierno federal se deslindó de lo acontecido argumentado que era
competencia y responsabilidad de la PGE-Guerrero indagar lo que había
ocurrido en Iguala.
(3) No menos llamativa es y ha sido la
falta de coordinación entre las autoridades estatales y federales. El
asunto de las fosas clandestinas, en el cual el ex-gobernador de
Guerrero aseguró que se trataban de los estudiantes y el titular de la
PGR categóricamente aseveró lo contario, ha sido una de las
manifestaciones más visibles de la escasa voluntad de cooperación entre
ambas autoridades. A esto se suma que tanto la PGR como la PGE-Guerrero
antes de las agresiones de Ayotzinapa ya habían recibido documentos de
los problemas de violencia y los vínculos entre el gobierno municipal y
los grupos del narcotráfico en esa región de Guerrero. Considerando que
los presuntos autores intelectuales (el ex-alcalde y su esposa) eran
funcionarios del estado y la participación de las fuerzas de seguridad
municipales en activo como responsables de las agresiones y privación
de la libertad de los estudiantes, se trató de un crimen de estado;
además, y en la medida en que estuvieron involucrados también los
guerreros unidos y en el contexto de las estrechas ligas del ex-alcalde
de Iguala y su esposa con ese grupo delictivo, el caso Ayotzinapa
muestra los vínculos y relaciones entre estado, política y narcotráfico
(crimen organizado).
(4) Entre policías y miembros de la
delincuencia organizada que participaron directamente en las agresiones
y privaciones de la libertad del 26 de septiembre hay decenas de
detenidos, los cuales ya han rendido diversas declaraciones. Si ya se
tiene a varios de los autores materiales y se sabe a quienes y donde
entregaron a los estudiantes, y, además, ya se detuvo a gran parte de
los guerreros unidos ¿por qué no se ha dado con el paradero de los
normalistas? En el tenor de lo señalado por uno de los padres de los
desaparecidos, surge la interrogante ¿dónde están los aparatos y
recursos de inteligencia del Estado mexicano en el caso Ayotzinapa?
(5) No menos relevante es la cuestión de los descubrimientos de las
fosas clandestinas en Iguala y sus alrededores. Dicha búsqueda,
encabezada por la PGR, ha sido poco clara y no precisamente
sistemática, las fosas han ido en aumento y la información respecto a
la restos humanos encontrados es contradictoria ¿cuál versión es la que
hay que creer, la de la PGE-Guerrero, a la PGR, a EAAF? Y, si no son
los estudiantes, ¿de quiénes son los cuerpos que están en las fosas y
cuánto llevan ahí? ¿quiénes son esos otros desaparecidos? Y, en
consecuencia, persiste la misma pregunta que resuena desde el 27 de
setiembre ¿dónde están los normalistas desaparecidos? Lo previamente
señalado pone sobre la mesa la reflexión de si efectivamente el estado
mexicano tiene la voluntad política real de esclarecer los hechos y
encontrar a los desaparecidos.
Voces y rostros de los familiares y compañeros de los desaparecidos
Tras la llegada de la marcha multitudinaria del miércoles 22 de octubre
al Zócalo del D.F., frente a miles de personas, varios de los padres y
compañeros de los normalistas asesinados y desaparecidos volvieron a
expresar su indignación por los hechos ocurridos y su demandada de
aparición con vida de los normalistas. Con imágenes de los rostros de
los 43 desaparecidos y veladoras por los asesinados, reiteraron su
rabia y desesperación por la ausencia de sus hijos y compañeros, pero
también expresaron enérgicamente su falta de confianza respecto a las
autoridades y la forma en que han conducido las investigaciones.
Posteriormente, el 23 de octubre, a través de TV-UNAM dos compañeros
normalistas de los estudiantes desaparecidos reiteraron una vez más ese
llamado….
…Hoy, tras 30 largos días, queda pendiente la
presentación con vida de los normalistas desaparecidos de Ayotzinpa, el
esclarecimiento de los hechos y el castigo de los responsables.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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