44 Festival de cine de toronto
Leonardo García Tsao
La sección TIFF Docs suele reunir una estupenda muestra de documentales, algunos de ellos estremecedores. Ese es el caso de Colectiv,
del rumano Alexander Nanau, que se refiere a los sucesos después de una
tragedia en Bucarest: en el centro nocturno epónimo, un incendio en
2015 acaba con la vida de 27 personas –la mayoría jóvenes que asistían a
un concierto de death metal– y hiere a otras 300. Pronto se
revela que el lugar carecía de salidas de emergencia y el gobierno en
turno es derrocado. Lo siguiente es aún peor: por malos cuidados en los
hospitales capitalinos, docenas mueren en los días posteriores.
En un caso verdadero de periodismo de investigación, el reportero
Catalin Tolontan encabeza a un equipo –de un diario deportivo, nada
menos– que descubre la infestación de dichos hospitales por bacterias
nocivas. Los pacientes del incendio fallecieron infectados por esas
condiciones insalubres. Además, se revela que la compañía farmacéutica
Hexa-Pharma vendía a todos los hospitales dosis diluidas de
desinfectantes. Esa es apenas la punta de un iceberg gigante de
corrupción y mala administración (¿algo les suena familiar?).
Tras el cese de dos ministros de Salud, el puesto es ocupado por el
bienintencionado Vlad Voiculescu, otrora activista de los derechos de
los pacientes. El nuevo funcionario se muestra impotente para llegar a
una solución, pues cada hebra de la investigación revela otra capa de
corruptelas y coimas. El hombre sólo puede admitir que el sistema está
podrido desde sus raíces. Pero su cargo es efímero. En las nuevas
elecciones ganan los socialdemócratas y todo corre el peligro de seguir
sin cambio.
▲ Javier Bardem presentó en Toronto su documental Santuario, donde recorre la Antártida junto con su hermano Carlos para apoyar una campaña de concientización de Greenpeace.Foto Afp
La cámara de Nanau sigue esa investigación periodística dejando en
claro que los reporteros son los héroes. También enfoca a algunos de los
familiares de las víctimas con la necesaria compasión y nada de morbo.
Un documental ejemplar.
De naturaleza totalmente diferente es el documental estadunidense The Capote Tapes (Las cintas de Capote), del
debutante Ebs Burnough. Resulta que, a raíz de la muerte de Truman
Capote en 1984, el periodista George Plimpton condujo varias entrevistas
con sus amigos más cercanos y esas declaraciones conducen el desarrollo
de la película. Con material gráfico y pietaje poco visto, Burnough
ilustra una ocurrente exploración de la personalidad del célebre
escritor, una figura que evidenció su condición gay antes de que fuera
comúnmente aceptada y se volvió parte esencial de la aristocracia
neoyorquina, de la que hizo escarnio en los fragmentos publicados de Answered Prayers, su libro perdido.
El documental concluye que Capote se identificaba más con la gente
común, como lo fue él mismo en su infancia sureña, y por ello A sangre fría es su mejor creación. Y que sus años finales dejó de escribir por navegar en el jetset neoyorquino,
sus constantes apariciones televisivas (en algunas de las cuales hizo
aparente su estado de ebriedad) y su afición a las sustancias
prohibidas. Aunque uno tenga un interés somero en la vida y obra del
escritor, The Capote Tapes resulta fascinante.
Twitter: @walyder
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