5/04/2024

Rossana Reguillo, la antropóloga de los algoritmos, concluye labores en Signa Lab

 

.-Ciudad de México.- Rossana Reguillo, quien se define en sus redes sociales como «investigadora-profesora; de la antropología al algoritmo, de lo subjetivo al dataset y viceversa. Ver más allá de lo evidente», ha dado a conocer que terminó su periodo de trabajo al frente del equipo de Signa Lab, laboratorio del que estaba al frente donde protagonizó uno de los momentos más álgidos en la contienda electoral del 2024.

En laboratorio interdisciplinario adscrito al Instituto Tecnológico de Estudios Superiores y de Occidente fomentó un impulso a nuevas investigaciones relacionadas con culturas urbanas, juveniles y vida cotidiana.

Rossana Reguillo estuvo en tendencias de la opinión pública, en febrero pasado, luego de que el Instituto Nacional Electoral (INE) seleccionó a Signa Lab del ITESO como la institución académica encargada de filtrar las preguntas ciudadanas presentadas en el primer debate presidencial, pero Morena y sus aliados expresaron su rechazo a que participara, por las criticas que había emitido en contra del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

La respuesta de Rossana Reguillo hacia las críticas de Morena sobre las preguntas para el primer debate presidencial, fue: “no hay manera de hacer trampa”, al precisar que no hay manera de que “yo, personalmente, vaya a torcer las preguntas o vaya a poner unas que no son” y agregó que el proceso que realice el laboratorio será auditado por el Instituto Nacional Electoral.

Sin embargo, estos argumentos no detuvieron a los representantes de Morena, PT y PVEM que interpusieron una impugnación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) contra el acuerdo del Consejero General del INE que designó al laboratorio Signa Lab, coordinado por Rossana Reguillo.

En ese momento, integrantes de Morena se volcaron mediáticamente en su contra porque su participación en tentaba contra el principio de neutralidad en el proceso de selección de preguntas.

Al parecer la experta en seguridad en el espacio digital, Rossana Reguillo fue víctima del concepto que ella misma construyó: la tecno-artillería-política; por lo que decidió bajarse del proyecto tras los días de presión mediática que se utilizaron para denostarla.

Destacó que su intención de dejar el primer debate presidencial fue por el bien del Instituto de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), y para dar certeza de la probidad del equipo de Signa Lab y así como a la transparencia del proceso, expresó la antropóloga.

La decisión de dejar Signa Lab, la dio a conocer a través de su cuenta de X, antes Twitter, donde publicó:

“Mi ciclo en el querido Signa Lab ha concluido, gracias a ese equipo enorme este apasionante trayecto. Otras tareas me aguardan. Gracias ITESO. Se abren nuevas bifurcaciones en el valioso trabajo de la doctora Rossana Reguillo”. donde dio a conocer una valiosa entrevista publicada en una revista digital del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores y de Occidente.

La integrante de la Academia Mexicana de Ciencias expresó sentirse sumamente satisfecha y orgullosa de entrar a un mundo tan complejo del análisis de datos y de lo que se logró en el laboratorio; además, “dejo un equipo muy bien formado y sólido, de gente muy comprometida, no solo con el ITESO, sino con la chamba”.

Los nuevos feminismos

Rossana Reguillo manifestó que indudablemente la última ola feminista tiene alguna incidencia importante en estas nuevas articulaciones, al explicar que estos nuevos feminismos son clave.

En sus últimas conversaciones con el escritor Javier Sicilia —con quien estuvo en varias mesas y programas de la UNAM— coincidieron en afirmar que las reservas morales de este país, que escasean, están representadas por las madres buscadoras, que son un reservorio moral fundamental. 

Por otro lado, agregó, están en los pueblos originarios, el zapatismo, y por supuesto, estos nuevos feminismos, que tienen una incidencia central. De hecho, en un avance publicado en un libro colectivo que hizo con Clacso, entrevistó a mujeres ingenieras, dedicadas a la organización Codeando México, que trabajan la dimensión de lo digital en función de los derechos de las mujeres.

 “Hay elementos muy esperanzadores, pero no en el sentido político clásico o en un sentido macropolítico. No están interesadas en una toma de poder, ni en hacer partidos. La lucha en muchos casos y en zonas muy precarias es la sobrevivencia cotidiana”, precisó.

“Este imaginario es el que yo he tratado de combatir muchísimo, junto con otros investigadores, Amador Fernández-Savater en Madrid, por ejemplo, quien habla de cómo fundamentalmente, por ejemplo, el 15M español lo que hizo fue la transformación de la subjetivación. En el caso del Yo Soy 132 creo que pasaron cosas muy similares; entonces creo que es un poco tramposo —como lo que dice Enrique Dussel— pedir que hicieran un partido político. Eso es absurdo. Es no entender las nuevas configuraciones micropolíticas”, señaló.

Por otro lado, abundó, en cuanto a la desarticulación, ve que existe en la escala macro. Hay un retorno a los procesos previos a los años noventa u ochenta, cuando el barrio y el territorio cercano eran el universo por cuidar. Pero al mismo tiempo ve emerger movimientos colectivos y colectivas de juventudes disidentes, de diversidades sexuales, muy comprometidos con esto que llamo el mundo-ambiente.

Respecto a si ve una transformación o un cambio alrededor del tema de juventudes, sobre todo por lo que pasó con muchos movimientos ya estudiados, si hubo alguna especie de desencanto en sus articulaciones, después de lo que ya habían logrado, la especialista admitió que hay una bifurcación: por un lado, está la exigencia un poco adultocéntrica o políticamente más tradicional de pensar que estos movimientos en red estaban obligados a llegar a algún punto específico.

Cuando estalla movimiento Occupy Wall Street

La historia del laboratorio Signa Lab se remonta a 2011, cuando Reguillo es invitada a hacerse cargo por un semestre de la Cátedra Andrés Bello de la Universidad de Nueva York, justamente cuando estalla el movimiento Occupy Wall Street, el colectivo hacktivista que denunciaba el poder de las grandes empresas y las evasiones fiscales del uno por ciento más rico de la población mundial.

Al respecto, señaló que se dio cuenta de que no tenía categorías construidas para saber quiénes eran esos sujetos que parecían una especie de minotauros sentados en las mesas del Zuccotti Park, que simulaban ser una sola persona con las computadoras, por eso empezó a hacer notas y a comprender que si no me preguntaba por lo digital no iba a entender nada.

Mencionó que se tenía que hacer el giro hacia lo digital en los estudios socio-antropológicos y comunicativos. Resultó vital entonces, pues no mucha gente estaba interesada en el tema, las redes no habían adquirido la relevancia de hoy en día.

Luego vino el 2013, después del estallido del Yo Soy 132, y Rossana entró en contacto con activistas, gente joven; hackers, programadores, diseñadores de interfaces, pero al mismo tiempo activistas.

“Empecé a entender lo que son las matemáticas discretas, qué es un código y qué es el frontend y el backend”.

Hasta que llegó 2015, cuando Rossana Reguillo tuvo un papel relevante en Acción Global por Ayotzinapa, como parte del grupo internacional coordinador. Esto le valió amenazas de muerte, tanto que fue ingresada en el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, de la Secretaría de Gobernación.

“Se presentaron denuncias, pero los agentes del Ministerio Público me decían: ‘es que no se puede saber qué pasó ahí’. Entonces dije: ‘Si ustedes no van a entender, yo sí’. Y empecé a diseñar una estrategia que derivó en la creación de Signa Lab”, mencionó.

A principios del 2016, en conjunto con colegas del ITESO, se creó una iniciativa interdepartamental, que involucró al Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática (DESI), a la carrera de Psicología y al Centro de Innovación y Desarrollo Experimental Académico (CIDEA), con Reguillo como coordinadora.

Fue presentada a la Dirección de Investigación y Posgrado, finalmente Signa Lab fue albergado en el Departamento de Estudios Socioculturales, pero manteniendo vínculos con distintos departamentos y con aliados externos.

Ella trabajó en función de las preguntas que no puede responder, es esa imaginación que se persigue todo el tiempo como investigadora.

«Eso representó la oportunidad de acceder a un mundo sumamente complejo, brutal en algunas cosas, porque no es que algo sea la realidad y otra cosa lo online, están profundamente implicados: suelo afirmar en conferencias que nuestras arrobas son nuestros cuerpos en el espacio digital».

Rossana Reguillo relató que el primer gran trabajo de Signa Lab y que los puso en el mapa de los laboratorios de vanguardia en el análisis de datos es el análisis que hicieron de la red AMLO, en 2019, cuando apenas llegaba a la presidencia Andrés Manuel López Obrador, la cual tuvo un gran impacto, porque mostró cómo eran esas estrategias no orgánicas, coordinadas por fuera de Twitter, ahora X.

“Digamos que eso nos catapultó y llamó la atención de laboratorios como el de (Richard) Rogers en Ámsterdam, o el de Harvard, más que por el análisis en si, por la solidez de la metodología diseñada”.

Otra investigación que destacó Rossana Reguillo como una contribución inmensa al análisis de datos es el caso del feminicidio de Ingrid Escamilla, la mujer que fue desollada viva por su pareja. Ese estudio es brutal, pero hermosísimo, en el sentido de cómo logró que la articulación colectiva de la indignación pueda parar el horror.

Un trabajo también clave, agregó, fue el que hicieron cuando los talibanes volvieron a entrar en Kabul: un trabajo que analiza las narrativas y las transformaciones que padecen las mujeres con la entrada de los talibanes; se publicó en español y en inglés, y lo retomaron algunos medios de habla inglesa. “Esos tres serían los que destacaría como hitos en la contribución a la comprensión de lo que son las dinámicas sociodigitales”.

Cuestionada sobre si queda un equipo robusto y con mucho trabajo por delante, la especialista respondió un contundente sí, al referir que es un equipo genial, por ejemplo, en el último año han desarrollado muchísimas estrategias analíticas con inteligencia artificial; de hecho, es un equipo que ha estado preparando profesores para la Dirección General Académica (DGA), porque muchos están muy preocupados con el ChatGPT. “Creo que queda mi huella, no puedo ser falsamente humilde en ese sentido, pero es un equipo que va a despegar y seguramente habremos de oír grandes cosas de lo que van a realizar en el futuro”.

Rossana Reguillo dijo que su trabajo previo como investigadora le dio elementos de interpretación para entrar al análisis de datos, pues cuando hizo su investigación en la maestría en Comunicación, a finales de los años ochenta, hizo un trabajo de inmersión profunda en los barrios calientes. “Me tocó presenciar cuando los carteles del crimen organizado decidieron cambiar la estrategia de pago, de dejar el efectivo y empezar a pagar en producto”.

“Muchos de los barrios se pintaron de ‘nieve blanca’ y muchos policías obligaban a los chavos a ser dealers de barrio: fue una etapa sumamente difícil. Ahí fue mi bautizo de fuego y desarrollé mi capacidad etnográfica, de mimetizarme con el paisaje, de relacionarme con la gente. Luego viene la investigación sobre el 22 de abril, cuando las explosiones en Guadalajara, y eso también me dio muchísimos elementos formativos, fortaleció mi músculo investigativo”, detalló.

Además, mencionó que se fue metiendo cada vez más en lo que ella llamó su trabajo con los objetos peligrosos, no por la peligrosidad que implicaba para el investigador, sino por el enfoque que uno pone en los acercamientos. Desarrolló una estrategia que le ayudó cuando hizo la investigación latinoamericana sobre la construcción social del miedo, lo que hizo fue armar equipos en Argentina, Colombia y Puerto Rico.

Y para financiar el trabajo iba y capacitaba a la gente, daba talleres. Hacer investigación en países que no son tuyos, en zonas que no son las tuyas, te desarrolla un instinto. Y luego está la lectura, el desarrollo de competencias teóricas, la formación rigurosa en el doctorado; fui acumulando saberes de tal manera que, cuando surgió esto de lo digital, vi que ahí había algo, refirió.

Sobre su mayor legado hasta este momento, Rossana Reguillo declaró sentirse muy orgullosa porque ha enseñado a trabajar a mucha gente, formó muchos cuadros que hoy son grandes profesores en el ITESO, dirigió varias tesis de académicas y académicos que son hoy investigadores muy reconocidos, integrantes del Sistema Nacional de Investigadores, y formó gente en los valores itesianos, con el compromiso, la búsqueda, la curiosidad y el respeto por los demás. 

Y a Rossana Reguillo le queda su palabra escrita, pues son algo más de 15 libros y más de 100 artículos y metodologías replicables, y “creo que también ha sido una contribución llevar el nombre del ITESO a nivel nacional e internacional, pero yo llevo mucho del ITESO en mí y es mucho mi agradecimiento”.

En el 2020 Reguillo presentó el informe «Tecno-artillería política» Antecedentes y puntos de partida para abordar los comportamientos anómalos de cuentas en redes sociales, concepto que utiliza para determinar la evolución de los ataques en el espacio digital, específicamente documentó cómo se dejaron atrás los bots, para utilizar cuentas automatizadas que posicionan hashtags o etiquetas y así generar tendencias contra una persona en específico.

En otra investigación presentada en el 2019 por Reguillo: Democracia, libertad de expresión y esfera digital. Análisis de tendencias y topologías en Twitter. El caso de la #REDAMLOVE documentó una red digital para generar tendencias en favor de las propuestas de Andrés Manuel López Obrador y atacar masivamente a sus detractores.

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