10/15/2022

Mujeres exigen sus derechos en estados conservadores y gobernados por el PAN



Frente al estigma del aborto, sociedades conservadoras y grupos políticos de derecha, mujeres y colectivas feministas han encontrado espacios de lucha para impulsar la agenda de derechos de las mujeres en los estados de Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro.

Ciudad de México, 8 de octubre (SinEmbargo).– “Estoy orgullosa”. “Es complicado”. “Estoy agradecida”. “Soy privilegiada”. Así definen mujeres de colectivas feministas de Guanajuato, Querétaro y Aguascalientes, sus vivencias en algunos de los estados más religiosos y conservadores de México, gobernados durante más de 15 años por el derechista Partido Acción Nacional (PAN).

Si bien el movimiento feminista —o los movimientos feministas, según algunas académicas— tuvo su primer auge en espacios universitarios a finales del siglo XX en México, inicialmente tuvo mayor fuerza en la Ciudad de México, marcado por la historia política del país.

“En este país, con esta historia política que conocemos y en donde, de alguna manera, el centralismo por supuesto que pesó y sigue pesando, podríamos decir que fue en la capital donde [el movimiento feminista] tuvo una mayor presencia y un mayor impulso”, explicó la académica Griselda Gutiérrez Castañeda.

Por esta razón, el hecho de que surgieran grupos feministas y de mujeres que lucharan por sus derechos en otros estados, particularmente aquellos con una sociedad conservadora, fue un trabajo “a contracorriente”.


“Es un trabajo que se está llevando a cabo en condiciones totalmente adversas, y a contracorriente porque el conservadurismo sigue permeando de manera muy señalada a estos estados” de Aguascalientes, Querétaro y Guanajuato, remarcó la investigadora. Los colectivos feministas y de mujeres agrupadas que buscan impulsar la despenalización del aborto y el alto a la violencia han surgido en todo el país, particularmente en los últimos años. Imagen ilustrativa. Foto: Elizabeth Ruiz, Cuartoscuro

Según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) —actualizada al 2020—, el porcentaje de población que profesa la religión católica es de 81.35 por ciento en Aguascalientes, de 82.82 por ciento en Guanajuato y del 78.59 por ciento en Querétaro.

Además de esto, en los tres estados actualmente son políticos del PAN quienes encabezan el Poder Ejecutivo local, y quienes tienen la mayoría en los congresos locales. En Aguascalientes, María Teresa Jiménez Esquivel rindió protesta el pasado 1 de octubre; en Querétaro, Mauricio Kuri González entró al Gobierno estatal en el 2021; y Diego Sinhue Rodríguez Vallejo ocupa la gubernatura de Guanajuato desde el 2018.

Aguascalientes ha estado bajo el mando panista desde 1998, con un breve periodo priista entre 2010 y 2016; al igual que Querétaro, que desde el 1997 se pintó de azul salvo un periodo entre el 2009 y 2015. Guanajuato, en cambio, lleva 31 años de ser gobernado por el PAN sin ninguna interrupción.

“Ese conservadurismo tiene un peso muy significativo. ¿En qué sentido? En el sentido de que acentúa las resistencias y las dificultades que las mujeres con un ideario feminista tienen que encarar. Podríamos decir que si, en general, el feminismo suele desatar —históricamente y aún a la fecha— (…) un profundo recelo, escepticismo, desconfianza, y temor, incluso, por lo que conlleva ese tipo de resistencias, si se tratara de ponerlo en escala, podríamos decir que no tiene parangón con el que encaran precisamente estas mujeres en cualquiera de esos estados”, consideró Gutiérrez Castañeda. Grupos en contra del aborto se han manifestado en diversas ocasiones, con un mayor auge en estados conservadores. Foto: Imagen ilustrativa, Moisés Pablo, Cuartoscuro.

GUANAJUATO: EL ESTADO MÁS PELIGROSO PARA MUJERES

Guanajuato, en los últimos años, se ha convertido en uno de los estados más peligrosos y letales para la población en general, con un total de dos mil 271 homicidios entre enero y agosto de 2022. Esto también se ve reflejado en la violencia contra mujeres: es el primer estado a nivel nacional en homicidios dolosos (259) y homicidios culposos (332) de mujeres, además de haberse registrado 14 presuntos feminicidios de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo de del Sistema Nacional de Seguridad Pública. En total, ya superó al Estado de México en número de muertes violentas de mujeres con un total de 605, contra 453 en territorio mexiquense.

Asimismo, tiene dos municipios en la lista de los 100 municipios con mayor número de presuntos feminicidios: León, el número 13, con seis; y Silao, número 82, con dos.

“Guanajuato es, como saben, un ambiente de inseguridad brutal donde no solamente no se puede garantizar la seguridad de las mujeres, sino de la población entera”, dijo al respecto Verónica Cruz, fundadora de la asociación civil “Las Libres”.

“Las Libres” lleva 22 años trabajando por los derechos de la mujer, en temas de violencia feminicida, sexual, doméstica y empujando la agenda de la despenalización del aborto y derechos sexuales en Guanajuato. Verónica Cruz, directora de la organización “Las Libres”, un grupo de defensa del aborto, habla durante una reunión de activistas mexicanos y estadounidenses en Matamoros. Foto: María Verza, AP.

“Recuerdo que hace 22 años que empezábamos a no solamente hablar de abortos, sino de feminismo, de violencia contra las mujeres, [en Guanajuato] era una sociedad súper retrógrada; todo el mundo quería quedarse, en términos culturales, en el lugar donde estaban. Es decir, las mujeres tenían que estar en la casa, y las políticas familialistas eran como las políticas de Gobierno; la sociedad estaba muy cómoda con lo que decía la Iglesia respecto a las mujeres”, detalló.

Sumado a esto, la crisis de personas desaparecidas ha dejado un total de 15 mil 155 personas desaparecidas, no localizadas y localizadas desde el 1 de enero de 2006 al 6 de octubre de 2022, incluyendo siete mil 783 mujeres. Las colectivas feministas han encontrado, en parte, una lucha en común con madres que buscan a sus hijos e hijas desaparecidas.

“Irapuato y Guanajuato tienen un problema muy serio de violencia contra las mujeres, de desaparición de mujeres, de asesinato de mujeres”, recordó Cruz. En este contexto, y propiciado por la desaparición y posterior encuentro del cuerpo sin vida de Debanhi Escobar en Nuevo León, colectivas y mujeres de la sociedad civil marcharon el 1 de mayo de 2022.

Tras la marcha, policías mujeres que custodiaban el acto golpearon, amenazaron y detuvieron a varias mujeres, incluyendo a algunas que no habían participado en la manifestación. El saldo final fue de 22 mujeres, un hombre y cuatro adolescentes que fueron llevadas a las instalaciones judiciales, algunas con golpes propiciados por las uniformadas.

“[Fueron acusadas de] supuestos delitos que habían cometido, como agresiones a policías, lesiones graves que les habían causado según a los policías, y los daños al patrimonio, como es la presidencia municipal, que la habían querido incendiar y que habían quebrado una ventana”, indicó la activista. “Las Libres” ha participado en la defensa legal de las mujeres acusadas para liberarlas primero, y posteriormente conseguir que se les quitaran los cargos impuestos.

El proceso legal continúa todavía después, ya que algunas manifestantes presentaron quejas individuales ante el Ministerio Público por abuso de autoridad e incluso abuso sexual a manos de uniformados.

“Se pudo apreciar que en la manifestación del 1 de mayo de 2022, sí se realizaron conductas violatorias de los derechos humanos por parte de las personas integrantes de la SSCM (Secretaría de Seguridad Ciudadana Municipal)”, fue el análisis de la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato, quien emitió una recomendación sobre el caso el pasado 30 de septiembre, entre las cuales se incluyó una disculpa pública de parte de la Alcaldesa de Irapuato, Lorena Alfaro, quien acató el escrito.

“AQUÍ LA IGLESIA ESTÁ METIDA EN LA POLÍTICA”

En Aguascalientes, la Iglesia católica y la vida política del estado van de la mano. “Aquí la Iglesia está metida. Es decir, la Iglesia no se queda en el púlpito, la Iglesia no se queda en las misas del domingo. La Iglesia se mete políticamente”, explicó Angie Contreras, integrante de la asociación civil Cultivando Género.

No sólo eso, sino que el campo quedó abierto para que organizaciones conservadoras como el Frente por la Familia también lograran tener injerencia política.

”Estos grupos ultraconservadores han sido bastante listos porque han ido metiéndose en los diferentes espacios poco a poco, tomando estos espacios en lugares de toma de decisión y en lugares de poder donde pueden hacer estas injerencias. Ya no solamente se queda desde el púlpito, o en ese tipo de organizaciones, sino que están yendo más allá, en estos espacios donde pueden incidir realmente”.

Debido a la cercanía entre el obispado hidrocálido y la clase política, las feministas en Aguascalientes han aprendido a estar en una constante lucha donde se mantienen pendientes de cualquier acontecimiento que pudiera marcar un retroceso en los derechos de las mujeres.

”Estamos vivimos una constante resistencia, cuando hablamos de garantizar nuestros derechos”, notó Contreras. “Nos ha sido muy difícil poder empezar a proponer una agenda propia porque están tan metidos [los grupos conservadores] en todos los espacios, que nuestra constante es defendernos y defender lo poco que tenemos”.

HABLAR DEL ABORTO EN MEDIO DEL ESTIGMA

“El Bajío está mayormente dominado, desde hace muchísimos años, por el PAN, que sabemos que es un partido súper conservador, entonces como están en todos los niveles del Gobierno, es intentar impulsar una agenda para despenalizar el aborto”, apuntó Maryan Escobar, integrante de la colectiva guanajuatense Verde Aquelarre.

Ella y Diana Cortés, ambas de la misma agrupación, reconocieron que en Guanajuato existía un gran estigma a nivel social para hablar sobre aborto, además que existían movimientos en contra del aborto, denominados por ellas como “antiderechos”, que en ocasiones convocaban a manifestaciones en los mismos espacios y días que feministas marchaban para exigir la interrupción voluntaria del embarazo.

“Ya hemos tenido algunos encuentros con los ‘antiderechos’, algunos ciberataques”, como doxing (la revelación de información personal y datos sensibles para agredir a una persona en Internet), expresó Cortés.

Verónica Cruz, de “Las Libres”, aportó que en los más de 20 años de trabajo de la asociación civil, ha cambiado la percepción del aborto, aunque el PAN –con 21 legisladores en el Congreso local de 36 totales– no ha querido poner el tema en la agenda pública.

“A nosotras que nos tocó trabajar con el tema de aborto desde el principio, justo por los escándalos que el propio Gobierno hizo junto con la Iglesia Católica, de querer criminalizar a las mujeres de víctimas de violación después de un aborto, pues conocimos mucho de esta creencia que tenía la gente respecto al aborto, y de estar completamente en contra hemos visto 22 años donde la población se va sintiendo más o menos cómoda con el tema, e incluso apoya. Hemos logrado, creo, obviamente con muchísimo trabajo, el consenso en la despenalización social, en que no queremos a las mujeres en las cárceles por abortar, en que el aborto es un derecho, aunque el Gobierno del PAN –que como sabes tiene más de 30 años gobernando Guanajuato– en ese tema ha ido muy retrasado y sin querer entrarle al debate”, destacó.

En Querétaro, donde el PAN mantiene 14 diputados de 25 totales, el aborto tampoco ha logrado ser despenalizado, por lo que colectivas brindan información a mujeres que quieren abortar para que puedan hacerlo de manera segura desde sus hogares con medicamento, con base en manuales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“No hablan, por ejemplo, de la diversidad de mujeres dentro de la comunidad LGBT+, por ejemplo, eso no se habla. No se habla mucho de mujeres trans, tampoco, no se habla del aborto. Hay muchos temas que de alguna manera entrarían dentro de la agenda feminista, sin importar tanto las corrientes o todo eso, pero que no tienen cabida aquí en el estado. Nosotras [de la colectiva Las Apapacho], moviéndonos más en el tema del aborto, es algo que hemos visto, una mayor resistencia a estos temas, y mayor resistencia de las mismas autoridades a hablar al respecto”, expuso Marina Estrada. “No es lo mismo hablar en Querétaro del aborto que, por ejemplo, de la violencia digital”.

LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA

En el 2021, al menos 10 mujeres que participaron en una marcha en Querétaro por el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo de dicho año recibieron citatorios de las autoridades de Justicia, por pintas y destrozos hechos en la Alameda central y en unas instalaciones de la Fiscalía queretana.

Tras el aviso, mujeres feministas se manifestaron y denunciaron públicamente acciones de persecución política en su contra por parte del Gobierno queretano. Así como este ejemplo de criminalización de la movilización social, previo a la marcha feminista del 8 de marzo del año en curso, el Gobernador Mauricio Kuri González advirtió que se aplicaría la ley a quienes realizaran una “conducta indebida”. Estudiantes de la Universidad Autónoma de Querétaro tomaron las instalaciones del campus escolar a finales de septiembre. Acusan falta de apoyo de la institución en casos de acoso y violencia de género. Foto: César Gómez, Cuartoscuro.

“Hemos visto muchísimo la forma en la que se ha empezado la criminalización aquí en el estado”, anotó Marina Estrada. “El Estado no le interesa escuchar a las personas, no le interesa escuchar a las morras, no les interesa escuchar por qué se manifiestan. El Estado nada más no quiere que le rompan sus vidrios ni que le rayen sus paredes, eso es lo que no quiere y la verdad es que sí se ha visto esta esta criminalización”.

“No sólo en la cuestión del tema feminista, sino también hemos visto una mayor criminalización en temas generales de las protestas, por ejemplo en todas las protestas que se llevaron por el agua”, remarcó, haciendo referencia a las agresiones y detenciones ocurridas en junio de este año tras una manifestación pacífica realizada en la capital queretana por la aprobación de la polémica Ley de Aguas.

Además de los acontecimientos en Irapuato, en León, Guanajuato, se registró otro caso de represión policial al terminar una protesta que se convocó después de que un uniformado abusara sexualmente de una joven en agosto de 2020.

“Había chicas que era su primera manifestación feminista y que querían incursionar en el mundo feminista, en la protesta feminista; digamos, les estaba ‘cayendo el veinte’ de todas las problemáticas que viven las mujeres: las mujeres jóvenes en las calles, el acoso sexual en las escuelas, en las calles, en el trabajo. Se estaban manifestando y lo que obtienen es esa criminalización y esa represión, ese abuso policial, y es una brutalidad”, recordó Verónica Cruz de “Las Libres”.

EL ORGULLO Y LA LUCHA

Aunque los retos de ser feminista o pertenecer a grupos de lucha por los derechos de las mujeres son varios en estos estados, las mujeres reconocen que también hay avances y logros.

”Estoy muy orgullosa [de ser feminista en Guanajuato]. Todo el mundo me decía en Ciudad de México, ‘Pero, ¿qué haces en Guanajuato? Como una tierra casi imposible de conquistar en materia de feminismo, y yo siempre decía que aunque es el estado más retrógrada, más conservador, panista, católico… todas las agravantes para que el feminismo diera frutos, y yo decía que justo por eso. Primero, porque soy guanajuatense, porque primero voy a luchar por las mujeres, las mías, las guanajuatenses, y las que yo considero que lo necesitan más, ahí voy a donar mi trabajo, mi energía, mis esfuerzos”, compartió Verónica Cruz de “Las Libres”. “Me siento súper orgullosa porque justo creo que de tener ese contexto tan adverso, ha sido muy muy importante mi trabajo y el trabajo de ‘Las Libres’ para cambiar la cultura”.

En Querétaro, Marina Estrada de “Las Apapacho” ve la complejidad pero también la alegría de un movimiento que va en auge y sigue creciendo. “Tenemos mayor respaldo y mayor organización, y hasta cierto punto una mayor facilidad de conectar entre nosotras para trabajar, que a lo mejor hace unos 10 años. Creo que sí es un movimiento que va muy en aumento aquí en el estado, y que todavía no ha parado de crecer”.

Las cifras de las marchas por el Día Internacional de la Mujer en marzo lo confirman: de decenas de mujeres en las calles queretanas se pasó a cientas y luego miles en el 2022.

Y en territorio hidrocálido, el fuego no se apaga. “A veces es muy frustrante”, reconoció Angie Contreras. “Se siente como si lo que estás haciendo es un pasito, pero hay tres pasitos para atrás, y pareciera que no avanzamos para nada. Hay otras veces que es bastante gratificante saber que me encuentro del lado correcto de la historia”.

Su lucha, sabe, podría no dar frutos durante su actuar, pero podría repercutir en generaciones posteriores, y eso la motiva.

“Si quiero dedicarme a lo que yo quiera también fue gracias a otras mujeres que dieron tiempos, vida, sueños, espacios y libertades para que aquí en Aguascalientes yo pudiera decidir, y lo que me corresponde es justamente seguir desde esta lucha, porque los derechos y las libertades que yo no tengo hoy, y esa tranquilidad y esa paz con la que yo no puedo salir a los espacios públicos, o este miedo a que el sistema de justicia no funcione para nada, quiero que las siguientes generaciones sí lo tengan”.


Tamara Mares Rivera

Periodista por la UNAM. Sus principales intereses son derechos humanos, política y género. Es somnolienta sin café y apasionada de la mar.
https://www.sinembargo.mx/08-10-2022/4264184

El lastre


Escrito por Cecilia Lavalle 


Octubre de 2022.- Lejos se ven los tiempos de las manifestaciones en el Zócalo, en la Cámara de Diputados, en la casa presidencial exigiendo el derecho al voto de las mujeres. Sí, desde la cima de la Paridad, se ven lejos. Y, sin embargo, no hemos tirado suficiente lastre.

¿Cuál lastre?

Hay que recordar que, a lo largo de la historia, los hombres se adueñaron del poder y de todo lo relacionado con el espacio público; y dejaron a las mujeres encargadas de casi todo lo relacionado con el espacio del hogar. Por las buenas o por las malas.

“Por las buenas”, se incluían consignas como “calla, obedece y sirve” (a los hombres que estuvieran a su alrededor), “agrada y sonríe” (a todo mundo).

Por las malas, reformas legales que establecieron la subordinación de las mujeres, y la argumentación de nuestra inferioridad, al punto de considerar que ni siquiera éramos humanas.

No obstante, y bajo esas camisas de fuerza, los movimientos sufragistas consiguieron el voto en casi todos los países de Occidente. En México lo conseguimos un 17 de octubre de 1953.

Conseguir igualdad de condiciones para ser postuladas y ser electas ha sido otra larga historia que, en México, pasa por las cuotas de género (1993-2008), la sentencia 12624 (2011), la Paridad constitucional (2014), jurisprudencias por paridad vertical y horizontal (2015), y Paridad en todo (2019).

Somos, hasta ahora, el único país que en su Constitución garantiza legalmente la Paridad en todos los cargos, por elección y por designación.

Es como haber subido una gran montaña. Llegamos a una cima, y desde aquí se mira otro horizonte. En la Cámara de Diputados, el Senado y en casi todos los Congresos estatales hay paridad. Hay más alcaldesas que nunca. Y, por primera vez en la historia, nueve mujeres gobiernan al mismo tiempo distintas entidades de nuestro país.

No obstante, se construyen abismos a cada paso, y también se ha hecho evidente que hay piedras que se colocan en nuestra mochila. El lastre que cargamos son los prejuicios de lo que deben ser y hacer las mujeres. Mujeres del siglo XXI que deben cumplir con expectativas “modernizadas” del siglo XVIII.

Se espera, por ejemplo, que las gobernadoras luzcan siempre impecables: maquilladas, peinadas y vestidas con elegancia y discreción. Nada de repetir un mismo vestido. Zapatos de tacón alto, por supuesto, aunque cueste más trabajo caminar. Nada de gestos adustos. Sonrisas y amabilidad por delante. Ser sensibles, pero no llorar, eso es signo de debilidad. Las órdenes deben parecer sugerencias. Las exigencias, peticiones. La castidad y fidelidad no son opcionales. Deben trabajar el doble, demostrar que merecen estar ahí. Nada de horarios para estar con la familia, nada de descansar. ¡Ah!, y les corresponde salvar a la patria.

Pensemos: si esas exigencias se colocaran en los señores, ¡hace tiempo que habría gobiernos acéfalos!

Debemos quitar ese lastre en la mochila de las mujeres. Dejar de medirlas con una vara distinta a la que se mide a los señores.

Cuando una mujer gobierne mal y no por ello sea más severamente cuestionada o castigada que un hombre que gobierna mal, entonces, y sólo entonces, sabremos que hemos quitado el lastre de las mochilas de las mujeres. Sabremos que estamos construyendo igualdad.

www.cecilialavalle.com contacto@cecilavalle.com @cecilavalle

Los antiderechos pierden y nuestros derechos avanzan

 sprinforma.mx


Por Gracia Alzaga .

Desde que se despenalizó el aborto en 2007 en la Ciudad de México, los antiderechos con la autorización y conocimiento del gobierno conservador de Felipe Calderón, comenzaron a responder con limitantes legislativas en cada uno de los estados de la república, cambiando las constituciones locales casi sin discusión alguna en donde se proclama el derecho a la vida desde la concepción. Esto, como dije anteriormente fue una limitante sobre todo para quienes en ese entonces, y  hasta ahora, hemos luchado para que se despenalice el aborto, puesto que el argumento inicial de las y los legisladores siempre ha sido que no se puede modificar el Código Penal, sin eliminar ese precepto de la Constitución de equis estado y que para que la Constitución cambie, es mucho más complicado porque requieren mayoría calificada y que la mayoría de los municipios acepte ese cambio. Así de complicado se lee y así de complicado es este camino por nuestra autonomía. 

Evidentemente en ese andar se han dado cambios importantísimos que vienen desde impulsar la NOM-046, la cual está vigente en todo el país para que cualquier mujer pueda acceder a un aborto en caso de violación sin necesidad de levantar una denuncia ante el Ministerio Público y los servicios de salud tienen la obligación de brindar las condiciones para que las mujeres puedan realizarse el aborto si así lo desean. 

También Oaxaca fue ejemplo de cómo si se pueden hacer cambios a los Códigos Penales sin necesidad de mover una coma de la Constitución, en 2019 fue el segundo estado en reconocer la autonomía de las mujeres, tuvieron que pasar por lo menos unos doce años para que fuera una realidad y así, paulatinamente contamos hasta el día de hoy, con diez estados, donde se ha despenalizado el aborto hasta las 12 semanas de gestación. Pero ¿qué hay de los 22 restantes? En 2021 la Suprema Corte de Justicia de la Nación generó uno de los más grandes precedentes en la historia de los derechos sexuales y reproductivos, reconociendo el derecho a la autonomía reproductiva y por consiguiente el derecho al aborto en todo el país e invalidando el texto que prohíbe el aborto voluntario del Código Penal de Coahuila. Esto ha servido para que tanto legisladoras y legisladores como feministas activistas y organizaciones civiles generen estrategias para que se despenalice el aborto ya sea por voluntad de las y los diputados de los estados o por obligación. Así la SCJN tenga que reafirmar una y otra vez que las reformas constitucionales de protección a la vida desde la concepción son inconstitucionales. 

La reivindicación de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres es una realidad y conforme pasa el tiempo se reconoce más y más, un ejemplo es lo que sucedió el día de ayer, los ministros y ministras declararon invalido el texto Constitucional del derecho a la vida desde la concepción en Aguascalientes siendo el tercer estado seguido de Sinaloa y Nuevo León donde se quita esta limitante. Los antiderechos han encontrado la forma de alimentar su narrativa prohibitiva sobre el aborto con las constituciones, han usado durante años los sentimentalismos, la fe, incluso la ciencia y la medicina para negarnos nuestro derecho, hoy en día sabemos que el paso es firme y que la lucha se da en las calles, en las escuelas, en los congresos locales, con la familia, con las acompañantes, en los centros de salud, en las farmacias y que no descansaremos hasta lograr que de una vez por todas las mujeres dejen de ser discriminadas, violentadas y perseguidas por el Estado y por la sociedad por acceder a un aborto seguro, legal y gratuito. #SeráLey.

Directorio feminista para recibir acompañamiento psicológico en México


Fotografía: Pexels

Ciudad de México.- Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental. En ese marco hay que destacar que en muchos países padecimientos como ansiedad o depresión vieron un incremento a raíz de la pandemia por COVID-19. Si eres de las mujeres que percibió cambios o afectaciones en su salud mental ¿sabías que en México hay lugares donde puedes recibir acompañamiento gratuito o a bajo costo?

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), son diversos los factores individuales, sociales y estructurales que pueden combinarse para socavar la salud mental.De ahí la importancia de las intervenciones de promoción y prevención que se centren en identificar dichos elementos, a fin de “reducir los riesgos, aumentar la resiliencia y crear entornos favorables para la salud mental”.
Fotografía: Pexels

Ante este panorama la Red Nacional de Refugios (RNR) destaca que “no habrá salud mental sin justicia social” y es que la discriminación, pobreza y desigualdad son elementos que afectan de forma diferenciada a mujeres, niñas y adolescentes, quienes ven mayores afectaciones en su salud mental.


Como prueba se tienen las cifras, ya que de acuerdo con datos de la Encuesta de Epidemiología Psiquiátrica, la prevalencia de la depresión en las mujeres es del 10.4 por ciento, mientras que en los hombres es de 5.4 por ciento.
Cuidar tu salud mental no debe ser un privilegio

En este punto surge la duda: si ya identifique afectaciones en mi salud mental, ¿dónde puedo encontrar acompañamiento? Sorece A.C.

Un grupo de especialistas que se dedican a la atención y acompañamiento psicoterapéutico desde una perspectiva feminista interseccional. Los costos van desde 230 pesos por sesión, para más información puedes contactarlas.


(55) 51 61 86 00Redapsi

Esta red de acompañamiento para la salud integral surgida en 2020 brinda psicoterapia a mujeres desde una perspectiva de género y a precios accesibles, de acuerdo con información dada a conocer en su sitio web.

(56) 21 13 40 82

redapsi.org@gmail.comTerapia narrativa feminista

Se autodefinen como un grupo de «psicólogas formadas en psicología clínica, prácticas narrativas y feminismos«, que trabajan con mujeres alrededor del mundo.

terapianarrativafeministamx@gmail.com

(55) 39 55 00 92Casa Gaviota

Brindan primeros auxilios emocionales y un acompañamiento psicoemocional a las mujeres en un espacio seguro y desde un enfoque feminista.

(55) 3096 5189

casagaviota.orgCentro ELEGIR

A través de la no revictimización y no criminalización se brinda acompañamiento psicológico si fuiste víctima de algún tipo de violencia que afectó tu salud mental.

(415) 170 64 88

Atención las 24 horasLínea de ayuda de la UNAM

Se brinda intervención psicológica gratuita vía telefónica al público en general. En caso de requerir seguimiento, la institución ofrece un modelo de terapia breve por medio de seis a ocho sesiones.

(55) 50 25 08 55

De 8:00 a 18:00 Sistema Nacional de Apoyo, Consejo Psicológico e Intervención en Crisis por Teléfono (SAPTEL)

Brinda servicio gratuito para el manejo de emergencias psicológicas y crisis emocionales.

(55) 52 59 81 21

Atención las 24 horasLínea de la vida

Dedicada a brindar atención personalizada sobre problemas asociados al consumo de sustancias psicoactivas y de salud mental.

800 911 20 00

Atención las 24 horasConsejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX

Se da atención psicológica inmediata, empática, por llamada, virtual y presencial de forma gratuita.

(55) 55 33 55 33


¿Conoces otro espacio que brinde acompañamiento? Escríbenos y ampliemos este directorio.

Salud mental, ¿realmente es más vulnerable en mujeres que en hombres?



Fotografía: Pexels

La salud mental es un tema sumamente complejo en el que no sólo tienen que ver los factores biológicos: las circunstancias sociales también juegan un papel importante a la hora de determinar qué personas pueden ser más propensas a desarrollar padecimientos en este ámbito de la salud. En este sentido, las brechas sociales que rodean a las mujeres tienen relación con el hecho de que nuestra salud mental muchas veces sea vista como más vulnerable que la de los hombres.

De acuerdo con la investigadora en Ciencias Médicas Luciana Ramos Lira, en México y en diversas partes del mundo como Chile, Alemania y Estados Unidos, la depresión es un problema mucho más prevalente en mujeres que en hombres. Lo mismo ocurre con otros padecimientos como trastornos en la alimentación, ansiedad y trastornos límite de personalidad. Pero, ¿a qué se debe esto?, ¿es por razones fisiológicas o tiene que ver más con construcciones sociales?

Y es que la construcción social que gira alrededor de nosotras nos reviste de exigencias que muchas veces resultan desbordantes: ser más delgada y «bonita», ser cuidadora, encargarnos exclusivamente de las tareas del hogar y, muchas veces, hacerlo sin el apoyo de una pareja, lleva a muchas mujeres a desarrollar problemas de salud mental por la sobrecarga emocional que todo esto supone.

Además de lo anterior, hay brechas de desigualdad que mantienen a las mujeres en mayores condiciones de pobreza que los hombres. Y, por lo menos en México, el aumento en los índices de violencia contra las mujeres experimentado en los últimos años también se ha convertido en un factor determinante para que seamos nosotras quienes padecemos más problemas de salud mental.

Pero, sumado a esto, Ramos Lira explica que las mujeres no sólo son más propensas a tener alguna enfermedad o trastorno mental: también desarrollan síntomas más graves y discapacitantes cuando esto sucede. A pesar de todo esto, las mujeres en México aún enfrentan diferentes barreras para recibir diagnósticos adecuados sobre problemas de salud mental.
El problema de la medicina sin una perspectiva que mire a las mujeres

Junto con otros compañeros, las investigadoras Shoshana Berenzon Gorn, Nayelhi Saavedra Solano y Pilar Bernal Pérez realizaron un estudio en el que determinaron que uno de los problemas para que las mujeres reciban diagnósticos correctos sobre su salud mental tiene que ver con la falta de perspectiva y preparación del personal de salud en nuestro país.

Y es que, cuando las mujeres se acercan a centros de salud, muchas de ellas prefieren no expresar sus malestares emocionales. Esto se debe a que no sienten que una consulta breve sea el lugar adecuado para hacerlo; además, no creen que el personal de salud esté capacitado para atender estas necesidades. Es decir: no sienten que el personal de salud pública pueda ofrecer una escucha sensible y empática para comprender lo que las está haciendo sufrir.

Pero más allá de esto, también hay obstáculos importantes en el diagnóstico que tienen que ver con la diferencia de síntomas que desarrollan hombres y mujeres. Por ejemplo: de acuerdo con Araceli Puigcerver y Carmen Arenas, en los ataques de pánico (un síntoma recurrente en casos de ansiedad), las mujeres suelen presentar más alteraciones respiratorias; por el contrario, los hombres tienen más problemas gastrointestinales y sudoración intensa al experimentar dichos ataques.

Ambas investigadoras coinciden en que estas distinciones se dan, en parte, porque la fisiología del cerebro tiene pequeñas diferencias entre mujeres y hombres en cuanto a cómo es que ciertas partes reaccionan a diferentes estímulos. Pero esto es completamente normal, pues responde al hecho de que los ciclos de una y otro son distintos: tenemos hormonas diferentes que se producen en momentos distintos, por lo que nuestros cuerpos no pueden reaccionar de la misma forma ante un mismo estímulo.

Así, por ejemplo, el ciclo menstrual de las mujeres y las hormonas que se liberan a lo largo del mes también tienen un rol importante en cómo reaccionamos a factores que pueden desencadenar en problemas como la ansiedad y la depresión.

Esto no quiere decir, sin embargo, que nuestra biología en sí nos haga más propensas a desarrollar padecimientos mentales. Al mirar estos elementos biológicos y socioculturales en conjunto, podemos deducir que las construcciones sociales tienen una incidencia importante en el hecho de que, actualmente, seamos las mujeres quienes más presentamos dichos padecimientos. En este sentido vale la pena preguntarnos cómo sería la situación si todas las desigualdades y brechas que nos rodean desaparecieran.

Por otro lado, este panorama completo hace que a la hora de hablar de diagnósticos para las mujeres, las y los psiquiatras deban tomar en cuenta todos los factores alrededor de las pacientes. Esto ayudaría a tener diagnósticos más acertados, pero, por otro lado, también ayudaría a mirar de forma distinta la salud mental. Porque así como hay brechas sociales que pueden dañarla, también hay una brecha importante en la forma de atenderla y de comprenderla desde dentro de la medicina.

Luchas feministas en Irán: mirando más allá del pañuelo

Este es un artículo de opinión de Ángeles Ramírez Fernández, profesora de Antropología, y Laura Mijares, profesora de Estudios Árabes Islámicos, ambas en la española Universidad Autónoma de Madrid.
Protesta en Trafalgar Square, en Londres, por la muerte bajo custodia policial iraní de Mahsa Amini. Foto: Shutterstock / Alex Yeung


MADRID – El uso político del cuerpo de las mujeres y del pañuelo musulmán tiene una larga historia. En el caso de Irán, el chador tradicional estuvo prohibido desde 1936 hasta la Revolución de 1979, que determinó la obligatoriedad del hiyab en todo el espacio público.

En ambas circunstancias, se trata de normativas vestimentarias dirigidas solo a una parte de la población, a la que se obliga a vestir o no vestir de una determinada manera y cuya razón de ser descansa en una misma concepción de los cuerpos de las mujeres sobre los que parece legítimo decidir y ejercer cualquier tipo de coerción y violencia.Ángeles Ramírez Fernández

Mahsa (Jina) Amini, la mujer kurda iraní asesinada en Teherán el pasado 16 de septiembre por la policía de la moral, supuestamente por no llevar el hiyab según la ley, es una de las últimas víctimas de un régimen autoritario que ejerce un férreo control sobre toda la población.

Estas políticas restrictivas son especialmente duras para las mujeres, ya que no solo se traducen en rígidas normativas vestimentarias, sino también en otras que sancionan por ley la desigualdad entre hombres y mujeres.

Con la llegada a la presidencia de Ebrahim Raisi, tras años de protestas provocadas por una fuerte crisis económica y política, el control que el régimen ejerce a través de la policía moral, que persigue y controla especialmente a las mujeres, se ha intensificado. La muerte de Amini ha sido el detonante de una ola de protestas centradas, más que nunca, en la lucha de las mujeres contra un autoritarismo insoportable.
Ola de solidaridad

Las iraníes han generado una maravillosa ola de solidaridad feminista, que ha hecho que su protesta se oiga en todo el mundo. Sin embargo, todavía muchos de los análisis se centran en el hiyab, y no en su imposición, para explicar lo que está sucediendo.

Se descontextualiza el pañuelo, es decir, se considera que es el mismo en cualquier lugar y momento histórico y esto contribuye a no incidir en la responsabilidad política de un régimen que utiliza su legitimidad religiosa para perseguir a las mujeres.

Este ejercicio de extrapolación y fetichización del hiyab transforma inmediatamente a las mujeres iraníes en representantes de todas las mujeres musulmanas del mundo, a las que se les supone un deseo universal de quitarse el pañuelo.

Se diluyen así las luchas de las propias iraníes, pero también las de miles de musulmanas que tienen que vivir su día a día en contextos en los que –al contrario que en Irán– se criminaliza y sanciona el uso del hiyab. Es el caso de Francia, o incluso de España, donde también se prohíbe, aunque no existe norma jurídica al respecto, como llevamos años viendo en algunos centros educativos.Varias mujeres protestan contra la prohibición de vestir el hiyab en escuelas secundarias y universidades de Karnataka, en India. Foto: Shutterstock / PradeepGaurs
Narrativas salvadoras

En Los feminismos ante el islam. El velo y los cuerpos de las mujeres, analizábamos de qué modo la obsesión por el hiyab, su construcción dominante como símbolo de la opresión de las mujeres musulmanas y de la situación de subdesarrollo de los contextos islámicos, hunde sus raíces en el colonialismo de los siglos XIX y XX.

En la Argelia colonial y durante la guerra de liberación del país, Francia organizaba ceremonias colectivas en las que se reconvenía e instigaba –cuando no presionaba– a las argelinas a quemar sus velos para “liberarse”. Hoy las mujeres están quemando pañuelos en Irán para manifestar su oposición a un régimen que legisla sobre sus cuerpos para controlarlas.

Es un recorte de libertades que se da también en ciertos países de Europa en los que se están aplicando políticas sexistas y racistas que imponen solo a las musulmanas una corporalidad determinada, sin pañuelo, a veces en nombre del feminismo.Laura Mijares

Debemos preguntarnos por el significado de estas restricciones en cada caso: ¿qué ocurre cuando es un régimen autoritario como el iraní el que impone una vestimenta y qué sucede cuándo se prohíbe esta misma vestimenta en nombre de la democracia y las libertades?

Sucede que se usa una lógica perversa y paradójica que permite apoyar tanto la lucha legítima de las iraníes, como la prohibición del pañuelo a las musulmanas de Europa, la mayor parte de origen inmigrante.

De este argumento se infiere que el único problema de las musulmanas –en cualquier parte, en cualquier momento– parece ser el hiyab. En suma, se las esencializa, reproduciendo una vez más las narrativas salvadoras que tan funcionales han sido a los proyectos imperialistas y racistas.

Fueron las rusas las que comenzaron la Revolución de 1917 reclamando pan. Quizás también las luchas de las feministas iraníes y del feminismo internacionalista por el derecho al cuerpo empuje otros procesos revolucionarios que acaben con regímenes asesinos. Apoyemos las protestas de las mujeres iraníes contra la imposición del hiyab y hagamos nuestra también la lucha de otras mujeres musulmanas que en Europa se baten por poder llevarlo.

Este artículo se publicó originalmente en The Conversation.

RV: EG

El infierno de las trabajadoras domésticas

Rachida El Azzouzi

‘Astaghfirullah’ (‘perdóname, Dios’: ndt). Con la voz entrecortada, Neela* y Daya* imploraban a Dios, secándose el sudor de la cara con sus velos. El sudor del miedo más que del calor sofocante. Se imaginaron lo peor mientras bajaban los ocho pisos: la detención policial, la deportación con prohibición de volver a Qatar. Cuando Raúl* gritó: «Escóndanse en el baño», no entendieron por qué, se quedaron atónitos, ellas hablaban hindi, él hablaba tagalo, una de las lenguas de Filipinas.

Tuvo que precipitarse sobre ellas, empujarlas, repetir en inglés «Police, police» con grandes gestos para que entendieran que la cosa iba en serio. Muy pronto, reapareció con Ishwar *, un indio de la «red», para conducirlas esta vez hasta la puerta de la salida de emergencia en caso de incendio: «Las evacuamos, bajen al estacionamiento subterráneo, un vehículo blanco las está esperando, Ishwar viene con ustedes.

Neela y Daya se sentían al fin felices de salir del aislamiento aquella tarde de agosto, para testimoniar su «calvario» a un periodista extranjero en este edificio donde la «red» organizaba oficialmente una formación en primeros auxilios para una veintena de trabajadoras domésticas y, extraoficialmente, las sensibilizaba sobre sus derechos.

«Ya ves cómo son nuestras vidas, somos como criminales», afirma Neela cuando llegaron a lugar seguro, mientras el conductor, un «Uber» de confianza, amigo de Irshaw, se puso en marcha. Daya se dio vuelta varias veces para comprobar que nadie los seguía.

Unos minutos después, cerca del Museo de Arte Islámico, diseñado por Leoh Ming Pei, el arquitecto chino-estadounidense de la pirámide del Louvre de París, creyó ver a unos agentes de policía en un cruce. Allí, cerca de un parque verde regado permanente, los trabajadores se rociaban con el agua de sus cantimploras antes de volver a levantar la pala.

Las dos mujeres están muertas de miedo, son unas proscritas, «en fuga». Trabajadoras domésticas, abandonaron de la noche a la mañana su lugar de trabajo, las lujosas residencias de las ricas familias qataríes que las emplean, para no soportar más las condiciones inhumanas de trabajo, por ser «tratadas como esclavas», esclavizadas durante una media de veinte horas al día, siete días a la semana, golpeadas, insultadas y dejadas sin sueldo durante meses.

Sus empleadores denunciaron su «fuga» a las autoridades, poniéndolas de esta manera en la ilegalidad siendo que son víctimas de un sistema de explotación que ha sido señalado y denunciado desde hace varios años por las organizaciones internacionales de derechos humanos.

Un sistema feudal de «apadrinamiento» en el que el empresario tiene pleno poder sobre su empleado. Kafala, así se llama ese sistema. Qatar lo abolió oficialmente en 2020, pero sigue causando estragos porque está muy arraigado en una sociedad en la que la impunidad sigue siendo la norma (Ver la primera parte de nuestra la investigación).

El hecho de abandonar al empleador sin permiso sigue siendo un delito en el pequeño emirato, en contraste con las ambiciosas reformas tan anunciadas que iban a convertir a Qatar en una excepción, en el pionero de la Península Arábiga en materia de derecho laboral.

Las autoridades cataríes indicaron a Mediapart que «no hay ninguna ley que criminalice la huida». «Los trabajadores domésticos pueden ser transferidos inmediatamente a otro empleador si hay pruebas de abuso o represalias por parte de su patrón», explica uno de los representantes oficiales.

Pero, en el terreno, los activistas describen una realidad diferente. Son muchísimos los empleadores-padrinos que siguen presentando denuncias por evasión contra los trabajadores», dice Ishwar. Esto es lo que les ocurrió a Neela y Daya. Ellas podrían haber presentado una denuncia. Después de todo, el gobierno promueve un mecanismo facilitado «a través de una página web del Ministerio de Trabajo, una aplicación móvil dedicada especialmente o una línea de ayuda que funciona las 24 horas del día, todos los días de la semana». En absoluto, dice Ishwar. «Es complejo y complicado»: «Su empleador lleva las de ganar ya que se las considera ‘en fuga'».

Doha defiende un arsenal legislativo «estricto» que «garantiza» que cada trabajador inmigrante tenga una «experiencia positiva» en el emirato. «Qatar ha hecho más que ningún otro país de la región para reforzar los derechos de los trabajadores extranjeros», afirman los comunicadores de la «monarquía del gas» que se prepara para ser el anfitrión del acontecimiento deportivo más seguido del planeta, el Mundial de Fútbol, del 20 de noviembre al 18 de diciembre, regado por la sangre de millones de proletarios del sur de Asia y de África.

«La prueba está en los números», argumentan, y pasan a citar varios: «246.168 [trabajadores] cambiaron de trabajo con éxito entre octubre de 2020 y diciembre de 2021. Más de 300.000 contratos de trabajo fueron modificados para cumplir con el nuevo salario mínimo no discriminatorio. Y se han desembolsado más de 165 millones de euros en los dos últimos años a través del Fondo de Apoyo y Seguro a los Trabajadores para cubrir los salarios que los empresarios no estaban en condiciones de pagar».

La prueba está en los dispositivos puestos en práctica, siguen diciendo: «refugio y servicios sociales y de salud para las víctimas de abusos», «comisiones de resolución de conflictos laborales», asistencia jurídica gratuita, visitas «periódicas sin previo aviso» a las agencias de contratación, multas de hasta 25.000 riales (7.000 euros) por confiscación de pasaportes, etc.

En teoría, es cierto que Qatar ha realizado progresos innegables en un tiempo récord bajo la presión internacional. Sin embargo, en la realidad, las leyes apenas se aplican o no se aplican en absoluto, como la adoptada en 2017 en favor de las trabajadoras y trabajadores domésticos, cuyo número se estima en más de 170.000, la inmensa mayoría de los cuales son mujeres, a menudo madres solteras, que están aún más invisibilizadas que los trabajadores porque son maltratados en las casas de sus patrones, en la intimidad de los hogares de los que rara vez pueden salir.

En ese momento, Qatar dio un paso «histórico» al concederles un mínimo de un día libre a la semana, un máximo de diez horas de trabajo al día (negociable con el empresario) y vacaciones pagadas. En el extranjero, los titulares de los periódicos decían: «En Qatar, las trabajadoras domésticas tendrán por fin derechos».

Pero la ley es pisoteada a diario y en todas partes, como atestiguan varias trabajadoras domésticas con las que se reunió Mediapart, amparadas en el anonimato por razones de seguridad, así como activistas que acuden en su ayuda de forma clandestina, arriesgando sus vidas, en este emirato donde el sindicalismo está prohibido. Revelan abusos y violaciones sistémicas. Los mismos que Amnistía Internacional destacó en 2020 en un informe demoledor.

«De las 105 mujeres entrevistadas, detalló la ONG, 90 dijeron que regularmente trabajaban más de 14 horas al día, 89 los siete días de la semana, a 87 sus patrones les confiscaron sus pasaportes. La mitad de ellas trabajaban más de 18 horas al día, la mayoría sin un solo día de descanso. Algunos informaron de que no reciben su salario completo, mientras que 40 contaron que fueron insultadas, golpeadas o víctimas de escupitajos.»

Así era la vida cotidiana de Neela y Daya hasta hace unos meses, cuando lograron escaparse. Durante casi un año, Neela trabajó más de veinte horas al día por 1.000 riales (unos 260 euros), el salario mínimo catarí, que no recibía todos los meses, dependiendo de la buena voluntad de sus empleadores. Sólo descansaba de dos a cuatro horas por noche en una pequeña habitación sin ventanas.

Obedecía las órdenes de la esposa de su kafeel, su patrón-padrino, que podía añadir a su agenda la limpieza de las residencias vecinas pertenecientes a sus hermanos, dice. «Yo me encargaba de la limpieza y la cocina, mientras otras dos criadas se encargaban de los niños.

Pronto fue maltratada verbal y físicamente: «Me esforzaba mucho pero nunca era suficiente. La señora de la casa me gritaba y me insultaba, me golpeaba con utensilios de cocina, me agarraba del cuello, me tiraba de las orejas. Me amenazó de muerte varias veces.

Un día, le cerró la puerta deliberadamente apretándole los dedos. Neela gritaba de dolor. Su cuerpo fue cediendo. Lloraba mucho y empezó a desarrollar una obsesión: recuperar su pasaporte, que le había sido confiscado a su llegada, y huir. Creía saber dónde estaba, y consiguió encontrarlo una mañana después de robar, con todo el miedo del mundo, la llave de los armarios de la habitación de sus patrones, que le debían todavía varios meses de salario. Eso es lo menos importante. Se va sin mirar atrás. Los miembros de la comunidad india la acogen y la ponen en contacto con «la red».

Daya, una madre soltera del Punjab, en la India, cuenta una historia similar. A principios de 2021, fue reclutada por una rica familia catarí de siete miembros a través de una agencia. Ella se encarga de todo, de la cocina, de la limpieza, de los niños, sube y baja los tres pisos de la mansión todo el día y la noche, durante unas 20 horas al día, siete días a la semana. Tiene que estar disponible en todo momento, duerme en un cuchitril, sólo le dan las sobras de comida y no se le permite tomarse un descanso ni siquiera de unos minutos.

En el contrato está escrito que debe recibir un salario de 1.200 riales (unos 320 euros). Pero de eso, no vio nada. Lo reclama. La golpean. Se agota, sigue una serie de trastornos y se siente tan sola, tan aislada. Un día, en pleno Ramadán, la sorprenden bebiendo agua. En represalia la golpearon, la encerraron en su pequeña habitación durante varios días, la privaron de comida: «Sólo me sirvieron agua. Tras cuatro meses de infierno, consiguió escapar. No sabe muy bien cómo, pero su teléfono era una balsa para evitar que se hundiera, su conexión a la «red». Lo escondió para que no se lo confiscaran.

Ahora es inseparable de Neela, su hermana en desgracia. Llevan semanas escondiéndose, pasando de un refugio a otro para escapar de la represión policial, mientras esperan una solución. Por el momento, comparten una habitación de unos 15 metros cuadrados en las afueras de Doha, con una cocinita y mobiliario básico, en la planta baja de un edificio de trabajadores, donde el coche les deja.

Neela encontró una nueva familia catarí dispuesta a acogerla, pero no tiene el «NOC» (Certificado de No Objeción), es decir, una autorización de su empleador-padrino para cambiar de trabajo, aunque esto ya no debería ser necesario tras la reforma de la kafala. Tiene 36 años, tiene ojeras y tiene miedo de acabar en la cárcel de Qatar o de que la manden de vuelta a la India.

Eso significaría reencontrar a sus dos hijos que crecen lejos de ella, de su madre -lo que es una suerte porque la separación es muy dolorosa-, pero también significaría volver a una vida aún más miserable, encontrar a su marido violento y alcohólico. Y la deuda que va en aumento. Para venir a trabajar a Qatar, tuvo que pagar 3.000 riales de derechos de contratación, más de 800 euros.

Quiere que la fotografíen, testificar abiertamente, a pesar de los riesgos que conlleva, para mostrar su calvario al mundo entero. Daya también. Irshaw no está de acuerdo: «Es demasiado peligroso. Tiene unos cuarenta años, lleva siete trabajando en Qatar en una empresa local de construcción y vive en un «campo de trabajo» en el desierto, a una hora de Doha, donde las condiciones de vida han mejorado en comparación con otras ciudades dormitorio, «un efecto de la Copa del Mundo de fútbol», según él: «Somos ocho por habitación, mientras que antes éramos el doble. Es más soportable, pero sigue siendo una miseria.

Después de haber sufrido abusos él mismo se unió a la «red» clandestina que acompaña a decenas de trabajadores inmigrantes, muchos de los cuales son trabajadoras domésticas sobreexplotadas: «La mayoría de ellas no cobran, están sometidas a trabajos forzados, no tienen descanso y les han confiscado el pasaporte.» Entre ellas hay varias víctimas de violencia sexual: «Es muy difícil convencerlas de que hablen, es un tabú en nuestras sociedades, es vergonzoso, y existe el miedo a las represalias, muchas guardan silencio, pensando que el hecho de ser agredidas sexualmente, violadas, forma parte del sacrificio».

Joy* sabe de lo que habla. A pocos kilómetros, en su habitación de menos de seis metros cuadrados, sin ventanas, pero afortunadamente con aire acondicionado, que alquila en un edificio en el que viven mayoritariamente filipinos, en el corazón de un barrio obrero de Doha, piensa a menudo en aquella madre de familia a la que ayudó hace dos años, su «peor caso».

Fue violada en repetidas ocasiones por su kafeel y el hijo de éste, y huyó, apoyada por «la red». Estaba a punto de buscar ayuda para reclamar justicia cuando su patrón presentó una denuncia contra ella. Fue deportada sine die. «Me la imagino viviendo con ese trauma, sin poder compartirlo con nadie de su familia, que considera que ha fallado, ya que está de vuelta, sin dinero, sin trabajo.

Joy tiene 36 años. Ella también es trabajadora doméstica, «un trabajo despreciado, de lo más bajo», del que está «orgullosa»: «Me permite ayudar a mi familia en Manila, para que puedan sobrevivir.» Es el caso de muchas mujeres filipinas, que representan el mayor contingente de trabajadoras domésticas, no sólo en Qatar sino en todo Medio Oriente e incluso en Europa porque, según Joy, «tenemos la reputación de ser eficientes y sumisas, de no esquivar el esfuerzo y de no quejarnos».

Su madre no quería. Ni ella ni su hermana, trabajadora doméstica en Hong Kong, quisieron escucharla. Joy lleva diez años sirviendo a los ricos de Qatar, después de empezar en Arabia Saudita y luego en Dubai, donde la experiencia acabó con «un shock», tres días en la cárcel porque la madre de su kafeel la había acusado de robar joyas y dinero. «Una mentira. También lo había hecho con la empleada anterior.»

En Doha, siempre tuvo «suerte en comparación con la mayoría». «Encontré buenos empleadores», todos ellos expatriados con un estilo de vida lujoso en residencias ultraseguras, que le permiten regresar al país una vez al año. Ella misma los busca en Internet, en sitios de empleo al abrigo de la mafia de la contratación, gracias a su inglés de nivel medio: un piloto canadiense y su esposa para los que trabajaba diez horas al día por un salario de 1.500 riales (unos 400 euros), luego una pareja canadiense-egipcia, después una familia coreana: «Eso no significa que no haya explotación entre los expatriados. Veo muchos casos de abuso.»

Suena el timbre de la puerta. Es Jocelyn* con su maleta, una mujer filipina de treinta años, madre soltera, que huye de los golpes de su patrón, un particular catarí. Esperó a que la casa estuviera vacía antes de salir corriendo, con el apoyo de los otros sirvientes. Desde hace cuatro meses reclama en vano su salario, 1.500 riales (unos 400 euros) por 10 a 15 horas diarias de limpieza, cocina y cuidado de los niños. «Mi jefe siempre responde: ‘boucra incha’Allah’  (´mañana, si Dios quiere’: ndt)]. Sin embargo, él conoce la ley. Trabaja en la policía.

No ha visto a sus hijos desde 2018: «Mi kafeel se niega a dejarme salir del país, eso es lo más duro, no verlos crecer». También se opone a que reciba tratamiento médico: «Tengo un quiste de ovario y una úlcera de estómago». Llora, sin saber a dónde ir. En su móvil, Joy activa la red de apoyo y solidaridad: «¿Quién puede acoger a una hermana en apuros?», escribe, acurrucada contra uno de los muchos peluches que decoran su estrecha habitación y la consuelan de la brutalidad del mundo.

Aprovecha la ocasión para repasar el hilo de mensajes. Uno de ellos la alerta sobre la situación de Sarah*, una mujer keniana de Monbassa, que lleva seis meses varada en Qatar tras una experiencia en Bahrein y Arabia Saudita. Endeudada hasta las cejas para trabajar en el Golfo y mantener a su hijo, al que cría sola, a su madre y a sus hermanas, trabaja catorce horas al día para los ricos qataríes y aún no ha recibido ni un solo salario. Cuando los reclamó, la golpearon. Huyó.

Ahora está sin papeles, ya que la empresa de limpieza catarí para la que trabaja le confiscó el pasaporte: «Aunque tiene un visado de limpiadora, no de criada, la empresa la mandó a una familia. Esto es ilegal y la sitúa fuera de la ley. Si presenta una denuncia ante la policía, correrá aún más peligro porque será declarada «fugitiva»». Sarah menciona la posibilidad de suicidarse.

Joy va a tratar de visitarla. «Ves cómo las reformas son en gran medida ineficaces», suspira. Los empresarios no respetan las leyes, hay impunidad. Necesitamos verdaderas sanciones punitivas. Y para ello, inspecciones en las casas particulares. Pero eso no puede hacerse, nos dice una fuente oficial, sin la autorización escrita del fiscal, que se basa en «las pruebas aportadas por el departamento de investigación del ministerio» y en «las denuncias de los trabajadores domésticos»…

NOTAS de la Redacción de Mediapart sobre este artículo:

Este artículo es la segunda parte de nuestra serie de investigaciones y reportajes sobre las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras migrantes en Qatar en vísperas del Mundial (lea la primera parte aquí: «En Qatar, la esclavitud hace de las suyas«).

Los nombres seguidos de un asterisco han sido modificados por razones de seguridad.

El temor a la represión por parte del régimen catarí o de sus patrones es tal que los trabajadores y activistas con los que se reunió Mediapart declaran de forma anónima. Sin embargo, varias trabajadoras domésticas querían valientemente hablar sin cubrirse la cara e insistieron en ser fotografiadas para que se las viera, para contar, para mostrar su calvario. Optamos por hacerlas anónimas y ocultamos sus rostros para no ponerlas en mayor peligro aún.

El lunes 18 de septiembre, le enviamos un correo electrónico al departamento de comunicación del Estado de Qatar en el que formulábamos preguntas concretas sobre la situación de las trabajadoras domésticas inmigrantes. Recibimos las respuestas el miércoles 21 de septiembre. Aparecen en gran medida en el artículo y pueden leerse en su totalidad en los apéndices del mismo.

Fuente: Mediapart, 22-9-2022

Traducción de Correspondencia de Prensa, 24-9-2022

Suprema Corte reitera: en Hidalgo, ningún deudor alimentario llegará al gobierno


Integrantes del Frente Nacional de Mujeres contra Deudores Alimentarios en una manifestación frente a la CNDH a raíz de las acciones de inconstitucionalidad promovidas por Rosario Piedra Ibarra. El 22 de agosto de 2022. Cortesía: Diana Luz Vázquez Ruiz

Hidalgo.- El 28 de julio de 2021, Rosario Piedra Ibarra interpuso una acción de inconstitucionalidad contra dos artículos que impiden que los deudores alimentarios desempeñen cargos públicos en el estado de Hidalgo. A más de un año de esta acción, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio la razón a las víctimas: los deudores alimentarios morosos de la entidad no pueden ser funcionarios de gobierno.

La Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública y la Ley de la Administración Pública del estado de Hidalgo (en sus artículos 31 y 20, respectivamente) establecen que ningún deudor alimentario moroso puede desempeñarse como funcionario público en la entidad. Sin embargo, para la titular de la CNDH, esto violaba los derechos de los deudores y los discriminaba debido a que —según sus argumentos— su situación familiar no tiene nada que ver con su capacidad de desempeñar un cargo público.

No obstante, este martes 4 de octubre, la SCJN falló en contra de Piedra Ibarra y determinó que decretar como inconstitucional lo que dicen estas leyes al respecto equivale a incentivar la irresponsabilidad de los deudores. Por el contrario, agregaron que dejar establecido este requisito favorece que los deudores se pongan al corriente con sus deberes hacia sus hijas e hijos.

Otro de los argumentos de la titular de la CNDH era que despojar a un deudor de la posibilidad de tener un empleo impedía que éste tuviera ingresos suficientes para saldar sus pendientes. Contrario a esto, organizaciones como el Frente Nacional de Mujeres contra Deudores Alimentarios han documentado que, en muchos casos, los deudores alimentarios morosos que ocupan cargos públicos hacen uso de sus redes de poder para no responsabilizarse de sus actos.
Organizaciones celebran decisión de la SJCN, pero aún hay casos pendientes

El Frente Nacional Mujeres, la activista Diana Luz Vázquez Ruiz y el Frente Nacional de Mujeres contra Deudores Alimentarios celebraron el fallo de la SCJN a través de sus redes sociales. Estas organizaciones llevan años luchando por que haya justicia para las infancias abandonadas por los deudores alimentarios. Parte de esta resistencia está cristalizada en la iniciativa conocida como la Ley Sabina, la cual busca aplicar mayores sanciones sobre los deudores con el fin de que se vean obligados a cumplir con sus responsabilidades familiares.

El revés que la SCJN dio a la CNDH es un paso para esta búsqueda de justicia. No obstante, aún está pendiente otra acción de inconstitucionalidad promovida por Piedra Ibarra en el estado de Yucatán. Apenas en junio de este año, el Congreso local del estado decretó que los deudores alimentarios no pueden ocupar cargos públicos en esta entidad, pero la titular de la CDNH quiere revertir la medida con los mismos argumentos que usó en el caso de Hidalgo.

Ambas acciones han provocado el descontento de las madres autónomas organizadas que se enfrentan a las consecuencias de la irresponsabilidad de sus deudores. Pero, mientras llega una determinación sobre esta segunda iniciativa de Piedra Ibarra, ellas seguirán organizándose para defender los derechos de las infancias y erradicar esta forma de violencia contra mujeres, niñas, niños y adolescentes.

La escritora francesa Annie Ernaux gana Premio Nobel de Literatura 2022, es la mujer número 17 en obtenerlo

IMAGEN: Comité Nobel de Literatura

“En octubre de 1963, cuando Annie Ernaux se halla en Ruán estudiando filología, descubre que está embarazada. Desde el primer momento no le cabe la menor duda de que no quiere tener esa criatura no deseada. En una sociedad en la que se penaliza el aborto con prisión y multa, se encuentra sola; hasta su pareja se desentiende del asunto. Además del desamparo y la discriminación por parte de una sociedad que le vuelve la espalda, queda la lucha frente al profundo horror y dolor de un aborto clandestino”. El acontecimiento, 2000.

“Por el coraje y la agudeza clínica con que desvela las raíces, extrañamientos y frenos colectivos de la memoria personal”, la escritora francesa Annie Ernaux recibió el Premio Nobel de Literatura 2022. Su prosa, considerada como fuerte y sin concesiones, la llevó a ser acreedora de dicho reconocimiento el pasado 6 de octubre.

Annie Ernaux nació en 1940, hizo su debut como escritora en 1970 y desde entonces ha tenido una carrera en la que acumula más de 20 libros, entre ellos El acontecimiento y Los años.

En su mayoría sus textos se basan en su propia vida, “mezclando fragmentos de recuerdos con los recuerdos colectivos que caracterizan la época en la que creció. Por lo tanto, se puede decir que inventó un género propio: la autobiografía colectiva”, señaló el Comité Nobel de Literatura.

“Para mí representa algo inmenso en nombre de aquellos de quien provengo, en primer lugar. Alguna vez dije que quería vengar a mi raza. Cuando lo dije no sabía muy bien cómo hacerlo. Pero sucedió con las palabras y con los libros”, declaró Annie Ernaux en conferencia de prensa tras recibir el galardón que además incluye poco más de 17 millones de pesos mexicanos.

Muchos de los libros de Ernaux tienen fotos de sí misma en su juventud en sus portadas. En las obras que ha escrito utiliza el punto de vista de la tercera persona para describir lo que sucede, es decir, aunque el contenido es altamente autobiográfico, lo narra como si lo que sucede lo observara desde afuera.

La escritora francesa es la mujer número 17 en obtener el Premio Nobel de Literatura, el cual ha sido concedido a 115 hombres. La última escritora en recibirlo fue Louise Elisabeth Glück, poetisa galardonada en 2020.

Ellas son las mujeres premiadas: Selma Ottilia Lovisa Lagerlöf (1909)
Grazia Deledda (1926)
Sigrid Undset (1928)
Pearl Buck (1938)
Gabriela Mistral (1945)
Nelly Sachs (1966)
Nadine Gordimer (1991)
Toni Morrison (1993)
Wislawa Szymborska (1996)
Elfriede Jelinek (2004)
Doris Lessing (2007)
Herta Müller (2009)
Alice Munro (2013)
Svetlana Alexievich (2015)
Olga Tokarczuk (2018)
Louise Glück (2020)
Annie Ernaux (2022)

De 900 personas con Premio Nobel, 6.17 por ciento son mujeres



IMAGEN: Berenice Chavarría Tenorio


Ciudad de México.- De 1901 a 2022, el Premio Nobel y el Premio Sveriges Riksbank de Ciencias Económicas (en memoria de Alfred Nobel) se han entregado a 959 personas y organizaciones, entre las cuales únicamente podemos ver a 61 mujeres, es decir, solamente el 6.17 por ciento del total de las y los “laureados”.

“Gran invento”, “Revolucionario”, “Importante descubrimiento”, son los adjetivos que históricamente se han utilizado para describir el motivo por el que el Premio Nobel ha sido entregado a hombres.

Mientras que junto a los nombres de las mujeres que lo han recibido se puede leer: “Por su esfuerzo”, “Por el acompañamiento”, entre otros calificativos que muestran el papel que han jugado ellas a lo largo de la historia: el de buscar un espacio y ser reconocidas.
Fotografía: Flickr

En una revisión que realizó Cimacnoticias, se pudo identificar que las 61 mujeres que han obtenido el Premio Nobel son:
Física

Este Premio Nobel ha sido entregado a 221 personas de las cuales únicamente cuatro fueron mujeres. Cabe destacar que en esta categoría todas ellas obtuvieron el reconocimiento por un trabajo en conjunto con un hombre, ya que la discriminación por género relegó a muchas científicas, al grado de bloquear sus intentos por emprender solas en este mundo que era “dominado por hombres”.

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1903
1963
2018
2020


Marie Curie, junto a su esposo Pierre Curie, obtuvo el reconocimiento por sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación.
Química

Desde 1901, el Premio Nobel de Química ha sido otorgado a 189 personas, de ellas, ocho fueron mujeres.


1911
1918
1935
1964
2009
2020
2022


1911: Marie Curie, “en reconocimiento a sus servicios al avance de la química por el descubrimiento de los elementos radio y polonio, por el aislamiento del radio y el estudio de la naturaleza y los compuestos de este notable elemento”. Es la única mujer que recibió el Premio Nobel en dos ocasiones.

Aunque fueron reconocidas, los nombres de muchas de ellas fueron olvidados. Sin embargo, marcaron huella en su época donde las mujeres difícilmente eran incorporadas en la ciencia. Para prueba las cifras, pues en la actualidad, únicamente 30 por ciento de investigadores y científicos en el mundo son mujeres, de acuerdo con información de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Fisiología o Medicina

El Premio Nobel de Fisiología o Medicina se ha otorgado a 225 personas entre 1901 y 2022, de estas solamente 12 han sido mujeres.


1947
1977
1983
1986
1988
1995
2004
2008
2009
2014
2015


Gerty Theresa Cori fue reconocida junto a Carl Ferdinand Cori “por su descubrimiento del curso de la conversión catalítica del glucógeno”

Literatura

En el Premio Nobel de Literatura tampoco es posible notar mayor presencia de mujeres, pues de las 119 personas que han recibido el reconocimiento, solamente 17 fueron mujeres. Por décadas la literatura también ha sido un espacio mayoritario de hombres. Al respecto, Gabriela Wiener, cronista y poeta peruana, asegura que las mujeres continúan construyendo una literatura “más igualitaria, menos machista y heteronormal”.


“Lo que no sólo yo, sino muchas escritoras ya hace un tiempo queremos romper, es la idea de una literatura representada casi exclusivamente por varones, blancos, urbanitas, heterosexuales; la idea de una literatura en que las mujeres somos cuotas, presencias meritorias, pero infinitamente escasas, que terminan por maquillar la desigualdad”.

En ese sentido, son pocas las mujeres reconocidas. En el caso del Premio Nobel se ha laureado a 17; sin embargo, para enumerar el talento de otras tantas, una nota no sería suficiente.

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1909
1926
1928
1938
1945
1966
1991
1993
1996
2004
2007
2009
2013
2015
2018
2020
2022


Selma Ottilia Lovisa Lagerlöf “en apreciación del elevado idealismo, la vívida imaginación y la percepción espiritual que caracterizan sus escritos”
Paz

El Premio Nobel de la Paz se ha otorgado a 140 personas entre 1901 y 2022, de ellas 18 fueron mujeres, al frente de debates para alcanzar libertad, garantías a los derechos de todas y todos y erradicar la violencia.

En muchas ocasiones la búsqueda de la paz ha traído para ellas violencias. La organización Amnistía Internacional destaca que contra las mujeres defensoras se han documentado ataques, tácticas represivas por parte de gobiernos, perpetradas a través de amenazas,intentos de desacreditar su trabajo, encarcelamiento injusto, tortura e incluso asesinato.


1905
1931
1946
1976
1979
1982
1991
1992
1997
2003
2004
2011
2014
2018
2021


Baronesa Bertha Sophie Felicita von Suttner “por su audacia para oponerse a los horrores de la guerra”
Ciencias económicas

En el Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel, es donde podemos observar una menor representación de mujeres, ya que de las 92 personas a las que se ha otorgado desde 1969 hasta 2022, solamente dos son mujeres.

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2009
2019


Elinor Ostrom “por su análisis de la gobernanza económica, especialmente los bienes comunes”

Lo anterior aún cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) destaca que la inclusión de las mujeres en la economía “contribuye directamente a la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico inclusivo”. Sin embargo, a pesar de movilizaciones y avances que buscan impulsar estas acciones, siguen existiendo obstáculos para conseguir una participación equitativa.
Fotografía: Flickr Cumbre Mundial de Premios Nobel 2017

Con la poca cantidad de mujeres que han sido reconocidas con el Premio Nobel surge la pregunta: ¿cuánto deben avanzar los gobiernos para que las investigaciones, conocimientos y creatividad de las mujeres sean impulsados y reconocidos?