4/27/2024

«Busco a las mujeres de la prehistoria porque me interesan las mujeres del presente»

Entrevista a Marga Sánchez Romero, historiadora feminista.

Por Rocío Niebla 

Fuentes: https://www.pikaramagazine.com/

La catedrática de Prehistoria Marga Sánchez Romero es también vicerrectora de Extensión Universitaria, Patrimonio y Relaciones Institucionales de la Universidad de Granada. Pero todo título se le queda pequeño para la titánica labor de divulgación que desempeña. Podemos verla en El condensador del Fluzo de La 2 y leer Prehistoria de mujeres (Destino, 2022).


Marga Sánchez Romero (Madrid, 1971) defiende que la sociedad vive en el eterno prejuicio sobre las mujeres, y que la arqueología, que en el siglo XIX fue de élites de hombres blancos y europeos, ha contribuido a construir estos discursos. Por eso ella empuña su lanza (conocida como ciencia) para desmontar mitos, estudiar qué fuimos y somos, seguir investigando y divulgando sobre la otra mitad de la humanidad: nosotras. Y para ello usa la Academia y la divulgación, participando en el programa de televisión El condensador del Fluzo, que emite La 2, y escribiendo libros Prehistoria de mujeres (Destino, 2022).

Porque, ¿se acuerdan de los Marmol y los Picadiedra? Betty y Vilma delgadas, guapas, cuidadoras de sus retoños, amas de casas sin rechistar, y sus contrarios, gordos, fuertes, que llegan a casa agotados de trabajar y se ponen a beber cerveza. La construcción de la historia –y sus ficciones– no es inocente. Y la arqueología y las historiadoras feministas levantan otro relato que pone el ojo dónde nunca nadie miró. Y cuando se hizo, lo desdeñó por categorizarlo como “cosas de mujeres”.

Su libro Prehistoria de mujeres lleva seis ediciones. Enhorabuena a usted y a su editora Martina Torrades. ¿Por qué considera clave el relato de la Prehistoria para la composición de toda la historia de las mujeres?

Los relatos sobre las sociedades de la Prehistoria se han hecho para sustentar las desigualdades. En el presente hombres y mujeres seguimos siendo desiguales y, para mantener el statu quo, el patriarcado tiene que trabajar los argumentos. Bajo el argumento de “esto es así porque ha sido siempre, desde la Prehistoria”, es como si la desigualdad fuera inherente al ser humano o formara parte de lo que somos. Mientras más lejos lo pongan y más cercano a los primeros seres humanos, más difícil es comprender que no, que esto es cultural, construido, y que no tiene nada de biológico. El patriarcado necesita sustentar el discurso actual, que se generó partir de la segunda mitad del siglo XIX, que es cuando la arqueología se articula como disciplina y hace un discurso científico, dándole así validez. Pero no. Cuando hablamos de la Prehistoria estamos hablando de decenas de miles de años, y la mayor parte de la humanidad ha sido igualitaria.

¿Qué se está demostrando con la arqueología feminista?

Abre el campo a nuevas formas de entender quiénes somos. Cuando en el XIX se hacen los discursos sobre cómo funcionan las sociedades del pasado, lo que se hizo fue elegir una serie de actividades como el culmen de la sociedad: la caza, la guerra, el comercio y el arte rupestre. Estos elementos son los que supuestamente nos hace evolucionar y los sitúa todos en manos masculinas. De manera que las mujeres o las personas en edades avanzadas, o las criaturas o las personas con discapacitadas no están en ese relato. Cuando el feminismo llega a la arqueología a finales de los 70, principio de los 80 lo que dice es ¡os habéis dejado tanto sin contar! El cuidado, la socialización, la crianza, la alimentación, las tecnologías relacionadas con el textil…, es decir, la historia es parcial y todo esto no se consideró porque se vinculó esencial, natural y biológicamente a la mujer. Y, además, las mujeres sí cazábamos, sí pintábamos, sí viajábamos y desgraciadamente sí peleábamos en los conflictos violentos. El dato científico también pone a las mujeres ahí. Sin olvidar que lo que se consideraba que no tenía importancia es lo único que realmente la tiene, porque si no crías, cuidas, socializas, curas, alimentas no puedes hacer nada. Estas actividades de mantenimiento son las que de verdad son estructurales e imprescindibles en todas las sociedades. Y todas estas informaciones respecto al pasado se han obviado porque estaban vinculadas a la mujer.

“La desigualdad arranca con la acumulación y con el excedente”

Vamos a grabarlo a fuego: las sociedades paleolíticas eran igualitarias.

Sí, las desigualdades empiezan con la producción. ¿Qué te hace a ti ser desigual a otra persona? Tener más o poseer cosas distintas. La desigualdad arranca con la acumulación y con el excedente. Cuando en el Neolítico se empieza a cultivar y a tener ganadería, poco a poco, empieza a haber gente que tiene algo más. Todo esto es muy sutil y son procesos de miles de años. El que cada vez intenta tener más, fabrica el discurso para que el resto crea que lo natural es que unos tengan más que otros. Y aquí empiezan también las desigualdades de género, porque la producción depende de la reproducción. Si no se producen hijos que sean mano de obra, no se produce más, con lo que empieza a haber un control de la reproducción por parte de los hombres. En las poblaciones cazadoras recolectoras las mujeres se mueven por el territorio igual que los hombres, por eso las sociedades móviles tienen muchos menos hijos que las sociedades sedentarias. Las crías humanas en el primer año están en estado fetal, son dependientes completamente, por eso las madres se quedan en los espacios de protección mientras que los hombres siguen moviéndose. En esa situación ellos intentaron controlar el discurso. Y luego llegaron los griegos y dijeron que las mujeres no somos seres humanos completos.

¿Y de ahí viene la división sexual del trabajo?

Ten en cuenta que es una estrategia económica para ser lo más efectivos posibles. Es cierto que histórica, etnográfica y arqueológicamente se documenta que las mujeres han estado más vinculadas a las actividades de mantenimiento y los hombres a la producción, en un sentido más amplio de la palabra. El problema no está en la división en sí, sino en el valor que le damos, no que tienen. Todo lo relacionado con lo masculino lo ponemos arriba y las actividades relacionadas con lo femenino abajo. Además, el reparto del trabajo pudo ser más fluido. Por ejemplo, los barcos balleneros en Alaska que dicen que las mujeres no van en los barcos, ¿y cuando el hombre se pone malo? Pues va una mujer. Pero es cierto que cuanto más especializadas (en cerámica, metalurgia…) son las sociedades, más férrea es la división sexual del trabajo.

¿Qué están estudiando ahora?

Nosotras trabajamos con la cultura material. Yo escavo y de ahí extraigo cuerpos, objetos, contexto en el que están y de ahí podemos ir reconstruyendo. Lo importante en realidad son las preguntas que hacemos. Por ejemplo, estamos estudiando la lactancia: analizamos los dientes de las criaturas para saber cuándo se empieza a producir el destete y cuando termina. Analizamos el interior de las cerámicas para saber qué productos se consumían y cómo se preparaban. Estudiamos el cuidado en los huesos, porque cuando se rompían había formas de soldarlos. Hay personas enfermas que sobrevivían, y si lo hacen es porque se las cuida. También miramos los enterramientos: con quién, cómo, con qué. Esto nos habla de la identidad de esas personas. Hasta ahora, lo encontrado solo había servido para reconstruir la vida de los hombres. Ahora estamos reconstruyendo la vida de las mujeres, por tanto, la vida del grupo.

“Estamos reconstruyendo la vida de las mujeres en la prehistoria, por tanto, la vida del grupo”

Esta conversación se está produciendo por videoconferencia. Y veo detrás de usted muchísimas estatuillas de las venus. Digo estatuillas, pero he aprendido -en su libro- que se llama “arte móvil”. ¿Qué son? ¿A qué responden?

Son estatuillas muy diversas. El problema es que con el término “venus” se simplifica demasiado, porque solo en el Paleolítico conocemos unas ciento y pico figurillas. Hay adolescentes, mujeres embarazadas, obesas, otras con los rasgos sexuales muy marcados y señoras mayores. Al llamarlas venus se nos viene a la cabeza la Venus de Praxíteles y esto está relacionado con una ideología, con una ética y moral, que no tienen nada que ver con la Prehistoria. La única relación es que son mujeres desnudas, pero el término venus se relaciona con la sexualidad y la reproducción, y esto es reducir el pensamiento simbólico de 30.000 años de historia. Yo digo que responden a motivaciones diferentes y que reconocen el cuerpo de las mujeres como un elemento fundamental en la explicación de sus vidas. Creo que representan la feminidad. En los años 80 la arqueóloga Prudence Rice las estudió y concluyó que no representan reproducción sino feminidad.

¿Pudo Altamira ser pintado por mujeres?

Por lo menos no se puede asegurar que solo fueran hombres. Lo que pasa que cuando pensamos en un genio creador se nos viene a la cabeza un hombre: Picasso pintando Altamira. Pero ¿podemos asegurar cien por cien que lo pintaron hombres? No, podrían haber sido mujeres también. El arte rupestre es muy complejo y muy diverso. Lo hay en todas partes del mundo y en cada sitio responde a una cosa distinta. Es una forma de comunicación y una forma de expresar identidad. En la Cueva del Trucho hay un panel con manos y encontramos hasta de bebes. Es como decir “aquí estoy yo, esta es mi identidad y pertenezco a este grupo”. Del arte rupestre hay cuestiones que no entenderemos nunca porque no tenemos los códigos simbólicos de la sociedad de la Prehistoria. Es por eso que reducir a que solo los hombres pintaron es completamente acientífico.

Sobre el presentismo, ¿cómo ha influido a la hora de escribir la historia?

Es la idea de que las circunstancias de cualquier momento histórico han sido iguales a las del presente. El presentismo es malo, pero tampoco podemos desvincularnos de quiénes somos. Y el feminismo es muy de punto de vista situado: yo miro al pasado con mi punto de vista y estoy buscando a las mujeres de la prehistoria porque me interesan las mujeres del presente. La honestidad es fundamental, porque si solo hablo de hombres estoy haciendo ciencia, pero si meto a las mujeres en el discurso nos dicen que ya estamos haciendo política. Perdona, pero política se estaba haciendo antes negando a una parte de la población e visibilizando solo unos trabajos y actividades que supuestamente solo hacían hombres. Política hacemos todos.

¿Quién sois las Past Women y qué hacéis?

Somos una red de compañeras. En los años 2000 vimos que nos interesaban estos temas, pero estábamos muy aisladas las unas de las otras. Yo en Granada, otras en Barcelona, en Valencia, en Jaén… y hacía que la arqueología feminista no acabara de cuajar. A principio de los 2000, de mí se reían lo más grande. Ahora si lo hacen tiene que ser para dentro. Era muy complicado. En 2003 organicé en Granada un curso de arqueología feminista y las invité a todas. Se generó una red que nos sustenta, sostiene y que son mi referente. Esto ha permitido que la arqueología feminista en España crezca de forma brutal: yo no sería quien soy si no fuera por mis compañeras. Tenemos muchas líneas de investigación abiertas que se van materializando en nuestro recurso web. Empezamos trabajando en construir imágenes, hace unos años solo eran tíos y tíos. Ahora también sacaremos una línea de publicación en clave divulgativa porque hay que hacer accesible la academia a la ciudadanía.


Fuente: https://www.pikaramagazine.com/2024/04/busco-a-las-mujeres-de-la-prehistoria-porque-me-interesan-las-mujeres-del-presente/

Salud sexual y reproductiva avanza…pero no para todas: UNFPA

 

.-Ciudad de México.- De acuerdo con el informe más reciente del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), se refrendó que el derecho a la salud sexual y reproductiva de las mujeres depende de su identidad o lugar de nacimiento, es decir, estos factores siguen siendo determinantes para saber si se accede a estos derechos, esto sumado al racismo, sexismo y discriminación aumenta la posibilidad de no acceder a ellos, por eso este organismo hace un llamado para la erradicación de las desigualdades, porque hay progresividad pero no para todas.

La atención de la salud han beneficiado sobre todo a las mujeres más ricas y a las que proceden de grupos étnicos que ya disfrutaban de un acceso más amplio a dichos servicios. De igual forma, alertó que las mujeres y niñas con discapacidad, las personas migrantes y refugiadas, las minorías étnicas, las personas que viven con el VIH y las castas que viven con mayores condiciones de rezago, porque corren un mayor riesgo de sufrir problemas de salud sexual y reproductiva y un acceso desigual a la atención sanitaria de esta índole.

Nota de Cimacnoticias. Consulta la información

Aunque las distintas naciones desde hace décadas lograron llegar a un acuerdo en consenso de que la salud y los derechos reproductivos son piedras angulares del desarrollo mundial, un acuerdo pionero de hace tres decenios, no se ha traducido como tal para algunas mujeres en México.

México sigue representando un país donde se registran muerte de mujeres por abortar, por complicaciones en sus embarazos, durante el parto, puerperio o simplemente por una hemorragia obstétrica, esto de acuerdo con el Observatorio de Muerte Materna y llevamos este año un acumulado de 130 mujeres que han muerto por estas causas en todo el país:

Las principales causas de defunción son: Hemorragia obstétrica (20.8%); Enfermedad hipertensiva, edema y proteinuria en el embarazo, el parto y el puerperio (11.5%); Aborto (10.0%) y Complicaciones en el Embarazo (9.2%).

Las entidades con defunciones maternas son:

Veracruz (12)

Chiapas (9)

Chihuahua (9)

Jalisco (9)

Puebla (9).

El embarazo adolescente vulnera los derechos sexuales, reproductivos, de salud, de educación, entre otros, de las mujeres y niñas. Sus consecuencias no solo limitan la posibilidad de una buena calidad de vida de las y los hijos, sino que repercuten en las personas adolescentes y en la comunidad

Embarazo adolescente en México

De acuerdo con la Secretaría General del Consejo Nacional de Población (Conapo) y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) subrayan que el Sistema de Indicadores para Monitoreo y Seguimiento (SIMS), a cargo del Grupo de Trabajo de Indicadores de Monitoreo y Seguimiento (GTIMS) de la Enapea, entre 2015 y 2023, la Tasa Específica de Fecundidad de Adolescente (TEFA) se redujo en 16.7 por ciento, al descender de 72.4 a 60.3 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años.

No obstante, de acuerdo con el estudio Embarazo temprano en México: Panorama de estrategias públicas y análisis de la ENAPEA presentado por el Colegio de México (Colmex) el 30 de agosto del 2022, en la República Mexicana, mil adolescentes de entre 12 y 19 años se convierten en madres cada día.

Durante 2022, casi 1 de cada 2 (45.1 por ciento) interrupciones voluntarias del embarazo (IVE) correspondieron a niñas y adolescentes menores de 20 años de edad, las cuales descendieron entre 2019 y 2022, de 55.6 a 45.1 por ciento.

Lo anterior, cabe precisar como proporción del total de IVE en mujeres de todas las edades atendidas en unidades médicas de la Secretaría de Salud.

De acuerdo con el INEGI en 2021 ocurrieron 147 mil 279 nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años, y en niñas
menores de 15 años, 3 mil 019.

  • En 2023, la tasa de nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años fue de 26.3 por cada mil; en niñas, fue de 0.2 por cada mil menores de 15 años.
  • La diferencia de los nacimientos ocurridos entre madres adolescentes de 15 a 19
    años en localidades de menos de 15 mil habitantes y en localidades de 15 mil y más fue de 4.4 puntos porcentuales: 16.4 % frente a 12.0 %, respectivamente.

De acuerdo con el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, la consejería en anticoncepción, oportuna y adecuada a las condiciones individuales, y el acceso universal a métodos anticonceptivos modernos integran una de las estrategias costo-efectivas más importantes en salud pública. Estas intervenciones tienen un impacto positivo en la salud materna, ayudando a la prevención de la morbimortalidad materna y perinatal, reduciendo los abortos inseguros por embarazos no planeados y contribuyendo a reducir las infecciones de transmisión sexual como el VIH .

Entre los beneficios destacan a nivel individual el fortalecimiento de la autonomía de las personas y el empoderamiento de las mujeres; a nivel social, coadyuva a la igualdad entre los géneros, posibilita la prolongación de la educación formal y con ello al desarrollo económico-laboral, y a nivel global, es una medida efectiva contra los impactos negativos del cambio climático, al reducir los embarazos no planificados que contribuyen al crecimiento de la población.

Según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) realizada en 2018, señala que en México un importante porcentaje de la población conoce y utiliza métodos anticonceptivos, en mujeres sexualmente activas de 15 a 49 años de edad alcanza el 75%.  Sin embargo, el uso de métodos anticonceptivos muestra importantes desigualdades entre grupos de la población. Prueba de ello es que en mujeres hablantes de lengua indígena la prevalencia de uso de anticonceptivos es de sólo 64% y en el caso de la población adolescentes de 15 y 19 años la prevalencia de uso de anticonceptivos es únicamente del 60%.

Además de las diversas barreras en la provisión de servicios para abatir la necesidad no satisfecha en anticoncepción, en México existen barreras ideológicas y culturales que requieren políticas públicas progresistas y con enfoque de derechos que garanticen una sexualidad placentera y saludable.

De acuerdo a un estudio realizado en América Latina y el Caribe entre el 2020 y el 2021 se mostró que el 92.2% de las muertes maternas asociadas a la COVID-19 correspondieron a mujeres indígenas o afrodescendientes.
El organismo internacional, señaló que estas cifras resultan inadmisibles, más aún teniendo en cuenta que 9 de cada 10 muertes maternas son evitables si se aplican las medidas que han demostrado ser efectivas: cuidados maternos de calidad, acceso universal a los métodos anticonceptivos y lucha contra las desigualdades en el acceso a la salud, entre otras.

Mortalidad materna en mujeres

De acuerdo a un informe de la Organización Panamericana de la Salud (PAHO) en América Latina y el Caribe , los datos sobre mortalidad materna en las mujeres indígenas arrojan cifras inaceptablemente altas.

Además, las tasas de fecundidad y los embarazos a edades tempranas son mayores en las mujeres indígenas. A ello se suman las limitaciones en su acceso a los controles prenatales y a servicios de salud sexual y reproductiva.

De acuerdo con datos de GIRE, (Grupo de Información en Reproducción Elegida)2016 a 2021 en México habían muerto un total de 5 mil 99 mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo, parto y puerperio. Esto significa que, en promedio, mueren 850 mujeres al año; dos al día. Las cifras han sido especialmente preocupantes para 2020 y 2021, siendo el último el año con mayor número de muertes maternas desde el 2000. Sus muertes son un reflejo de las profundas injusticias que persisten en el país y las violaciones a derechos humanos que enfrentan las mujeres todos los días, llevando a muertes que hubieran podido evitarse.


La agenda de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo o Conferencia de El Cairo de 1994 sirvió para marcar las pautas del camino a seguir, si bien es cierto que ha habido mejorías notables aún ninguno de los países que la integran puede decir que ha llegado a la cobertura total de los planteamientos.

UNFPA en este registro también toma en consideración el reconocimiento de la autonomía corporal de las mujeres, el cual ya se consolida como un derecho humano, este es un punto focal porque ha habido una ancestral lucha por alcanzarlo.

Desafortunadamente persiste el abandono de sectores poblaciones de mujeres, porque aunque a nivel global han tenido un impacto positivo en las últimas tres décadas gracias a los avances, se ha pasado por alto a comunidades que viven en contextos de marginación.

Las miradas del mundo han estado puestas en otras poblaciones que tienen mayor facilidad de acceder a este derecho pero se han olvidado de incluir en las agendas las desigualdades y disparidades.

UNFPA que cada año publica algún informe con mediciones relacionadas con los derechos a la salud sexual y reproductiva de las mujeres nos hace saber que hubo algunos avances, como son:

UNFPA considera que los modelos de autoasistencia, derivados de la evolución acelerada de las nuevas tecnologías que facilitan que las mujeres afronten enfermedades y discapacidades sin la intervención directa de ningún profesional sanitario.

Los Estados tienen la obligación de garantizar a las mujeres el acceso a servicios de atención para la salud reproductiva, disponibilidad suficiente, de calidad y sin discriminación, no obstante, la realidad en muchos sitios es que a pesar de estas obligaciones, las violaciones de la salud y los derechos sexuales y reproductivos son frecuentes. Éstas adoptan muchas formas, entre ellas:

  • negación del acceso a los servicios que solo necesitan las mujeres
  • servicios de baja calidad
  • someter el acceso de las mujeres a los servicios a la autorización de terceros
  • esterilización forzada, exámenes de virginidad forzados y aborto forzado, sin el consentimiento previo de las mujeres
  • la mutilación genital femenina (MGF)
  • matrimonio precoz
Marco legal internacional30 años de Cairo

Normas de derechos humanos pertinentes
CEDAW (artículo 16) garantiza a las mujeres la igualdad de derechos a la hora de decidir «libre y responsablemente el número y el espaciamiento de sus hijos y a tener acceso a la información, la educación y los medios que les permitan ejercer estos derechos.»
CEDAW (artículo 10) también especifica que el derecho de las mujeres a la educación incluye «el acceso a información educativa específica para ayudar a garantizar la salud y el bienestar de las familias, incluida la información y el asesoramiento sobre planificación familiar.»
ElPlataforma de Acción de Beijing afirma que «los derechos humanos de la mujer incluyen su derecho a tener control y a decidir libre y responsablemente sobre cuestiones relacionadas con su sexualidad, incluida la salud sexual y reproductiva, sin coacción, discriminación ni violencia.»
La Recomendación general 24 del Comité de CEDAW recomienda que los Estados den prioridad a la «prevención de los embarazos no deseados mediante la planificación familiar y la educación sexual.»
La Observación General 22 del CESCR recomienda a los Estados «derogar o eliminar las leyes, políticas y prácticas que penalicen, obstruyan o socaven el acceso de las personas o de un grupo determinado a los establecimientos, servicios, bienes e información de salud sexual y reproductiva.»
Las normas de derechos humanos en este ámbito se resumen en la Serie de información del ACNUDH sobre salud y derechos sexuales y reproductivos.

Autonomía corporal

La autonomía corporal de las mujeres consiste en tener el poder y la capacidad de decisión sobre sus cuerpos y de su futuro, sin violencia ni coacciones. Esto incluye, la libertad para tomar sus propias decisiones sobre cuestiones relacionadas con la atención de la salud, los anticonceptivos y si tener o no relaciones sexuales.

Bajo la óptica de lo que no es medible, no es alcanzable, la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015 marcó el punto en el que, mediante un indicador, la comunidad internacional trató de cuantificar la capacidad de las mujeres para ejercer su autonomía corporal.

Aunque a la luz de los nuevos tiempos, pudiera parecer que la autonomía corporal de las mujeres es un territorio ganado, no fue sino hasta el 2017 cuando el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reconoció la importancia de la autonomía corporal en cuanto a que derecho humano.

Avances progresivos

  1. Protección a las mujeres y las niñas por medio de la legislación, 162 países han promulgado leyes (Banco Mundial, s. f.)
  2. Despenalización progresiva de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, en 2022 se abolieron más leyes punitivas de esta naturaleza que en cualquiera de los últimos 25 años (HIV Policy Lab et al., 2023).
  3. Las nuevas tecnologías facilitan que los usuarios promuevan su salud sin la intervención directa de ningún profesional sanitario, dichos modelos cuentan con el respaldo del UNFPA, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras organizaciones de salud pública.
  4. Pondera la atención de parteras cualificadas, —cuya profesión antiquísima ha quedado relegada a los márgenes de la medicina moderna desde hace mucho tiempo es un recurso vital que ahorra costos (UNFPA et al., 2021).
  5. Se ha extendido la noción de que invertir recursos en la igualdad de género es apropiado, puesto que arroja beneficios sociales y económicos cuantiosos.

Asignaturas pendientes

Una cuarta parte de mujeres en el mundo, no puede negarse a mantener relaciones sexuales con su marido o pareja. Datos recientes de 69 países indican que el 25 por ciento, de las mujeres no tiene la posibilidad de tomar las decisiones más elementales sobre su cuerpo.

La aparición de numerosas crisis —por ejemplo, conflictos, consecuencias climáticas y la pandemia de COVID-19— han hecho peligrar la trayectoria favorable de los últimos decenios y constituyen una amenaza para los avances venideros.

En muchas regiones, la oposición a la salud y los derechos sexuales y reproductivos se justifica con el pretexto de las tradiciones y se disfraza de nostalgia en muchos casos, es incompatible con los consensos ya asentados y los acuerdos fundamentales de derechos humanos.

  • En casi 1 de cada 10 casos, utilizar anticonceptivos no depende de ellas (UNFPA, 2024a).
  • Tasa mundial de reducción de muertes maternas fue de 0 entre 2016 y 2020 (OMS et al., 2023). Esto se traduce en que fallecen durante el parto unas 800 mujeres al día.
  • Más del 70% de muertes maternas se registran en África subsahariana, una región que concentra a muchos de los países menos adelantados y a los sistemas de salud más frágiles del mundo.
  • Si una mujer de África Subsahariana sufre complicaciones durante el embarazo y el parto, tiene una probabilidad de morir casi 130 veces mayor que si viviera en Europa o América del Norte.
  • Existe una marcada diferencia en vivir en la misma región pero con diferentes recursos y nivel socioeconómico, de tal forma que las mujeres más ricas de Madagascar son cinco veces más propensas que las más pobres a dar a luz con ayuda de profesionales cualificados (ONU-Mujeres et al., 2023).
  • En todo el continente americano, las personas afrodescendientes tienen más posibilidades de ser víctimas de la violencia obstétrica (UNFPA et al., 2023).
  • El acceso a métodos anticonceptivos modernos es desigual y varía, por motivos de raza y etnia, situación migratoria y condición de persona, nivel de estudios, situación socioeconómica y residencia en zonas urbanas o rurales.

El peso de las palabras

Dos preceptos que desempeñan una función esencial en la Agenda 2030, es cambiar la forma de nombrar a los grupos sociales, surge la expresión «no dejar a nadie atrás». A la hora de encarar la desigualdad, el lenguaje que empleamos cobra importancia. Cuando hablemos sobre una persona o comunidad, es vital que no demos la impresión de que carece de toda capacidad de acción o tiene poca trascendencia.

Si bien se ha tendido a calificar a grupos enteros como “marginadas” u “oprimidas”, cada vez se pone más empeño en aludir a las condiciones particulares que ponen trabas al ejercicio de sus derechos y libertades.

Muchos factores interactúan con el género y dan como resultado la marginación de personas y comunidades. Entre ellos, la etnia, la raza, el idioma y la religión, la discapacidad, el estado serológico con respecto al VIH/sida, la situación migratoria y la orientación sexual y la identidad de género.

Fuente: Adaptación de “No dejar a nadie atrás y llegar a los más regazados: Plan estratégico para 2022-2025” del UNFPA.

Brechas de desigualdad

El informe «Vidas entrelazadas, hilos de esperanza: eliminar las desigualdades en materia de salud y derechos sexuales y reproductivos» de la UNFPA, hace énfasis en el papel del racismo, el sexismo y otras formas de discriminación que dificultan que la población de mujeres el avance en este ámbito.

Al hablar de las condiciones de vida de las mujeres indígenas, se tiene que tomar en cuenta la discriminación agravada, así como las dinámicas patriarcales y misóginas que imperan en su cotidianidad. Además de atravesar por la interseccionalidad nada favorable, en la que se cruza el ser mujer, pero además, la premisa, de ser indígena.

Según datos poblacionales del 2022 proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, en México existen 23.2 millones de personas de tres años y más que se autoidentifican como indígenas, lo que equivale a 19.4 % de la población total de ese rango de edad.

Según los cálculos del UNFPA del 2022, si se gastaran 79 mil millones de dólares de los Estados Unidos en países de ingreso mediano y bajo de aquí a 2030, por ejemplo, se evitarían 400 millones de embarazos no planeados, se salvaría la vida a 1 millón de madres y 4 millones de recién nacidos y se generarían beneficios económicos por un valor de 660 mil millones de dólares.

El informe del Fondo de población de las Naciones Unidas, (UNFPA) destacó que los datos resultan abrumadores. Las mujeres y las niñas pobres, aquellas que pertenecen a minorías étnicas, raciales o indígenas o que se ven atrapadas en entornos de conflicto tienen más probabilidades de morir porque no pueden acceder a la atención sanitaria oportuna, por ejemplo, las mujeres pertenecientes a grupos étnicos indígenas tienen más probabilidades de morir por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto.

El diagnóstico

Este año se conmemora el trigésimo aniversario de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) de El Cairo, un momento histórico en el que 179 gobiernos adquirieron el compromiso de convertir la salud y los derechos sexuales y reproductivos en un eje central del desarrollo sostenible.

Sin embargo, las cifras muestran que son millones de mujeres y niñas en condiciones de rezago, en tanto que, los avances respecto a indicadores fundamentales se han ralentizado o estancado: todos los días mueren 800 mujeres al dar a luz, una cifra que no ha cambiado desde 2016.

El 25% de las mujeres no puede negarse a mantener relaciones sexuales y cerca de 1 de cada 10 no puede tomar sus propias decisiones sobre anticonceptivos. En el 40% de los países que disponen de datos al respecto, la autonomía corporal de la población femenina es cada vez menor.

La eterna lucha de la apropiación del cuerpo de las mujeres es un factor clave en dicho retroceso, siendo una suerte de truco, en la que se tejen y destejen las oportunidades de acceder a una vida tranquila, en la que los derechos de salud y reproductivos de las mujeres sean respetados. Es decir, por un lado corre la vía de los temas políticamente correctos, pero por otra muy distinta, corre la vía de los hechos, resultaba necesario dicho diagnóstico para dimensionar el impacto real de las políticas establecidas.

En cuanto a los avances, el organismo internacional señaló una marcada tendencia a frenar la tasa de embarazos no deseados, entre otros aspectos a considerar: “en el transcurso de una generación, hemos conseguido frenar la tasa de embarazos no intencionales en casi una quinta parte, hemos reducido la tasa de muertes maternas en un tercio y hemos logrado que más de 160 países promulguen leyes contra la violencia doméstica”, explicó Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA.

Asimismo, la funcionaria del organismo global, señaló las áreas de oportunidad para avanzar en materia de salud y derechos reproductivos, dijo, “a pesar de estas mejoras, las desigualdades en el seno de las sociedades y los sistemas de salud están empeorando y no hemos otorgado la debida prioridad a las personas con mayores condiciones de rezago.

En la región de América Latina y el Caribe, si bien es cierto que ha habido avances, estos han sido dispares dependiendo de la identidad y la ubicación de las personas, entre otros factores.

  • En nuestra región, la reducción de la mortalidad materna se ha estancado, con cifras comparables a las de hace dos décadas.
  • Casi todos los países de Latinoamérica muestran una lenta tendencia a la baja en el embarazo adolescente. Sin embargo, la tasa de fecundidad adolescente de la región sigue siendo la segunda más alta del mundo después de la del África subsahariana.
  • Catorce de los 25 países del mundo con mayores tasas de feminicidio se encuentran en América Latina y el Caribe.
  • Mientras que la práctica del matrimonio infantil y la unión informal ha disminuido a nivel mundial en los últimos 25 años, en América Latina y el Caribe lo está haciendo muy lentamente.
    En nuestra región una de cada cinco mujeres jóvenes de entre 20 y 24 años se casó antes de cumplir los 18 años.

Atención desde lo micro

En los pocos lugares donde se recopilan datos, las mujeres afrodescendientes han resultado ser más vulnerables a la violencia obstétrica y los malos resultados de salud materna. En muchas ocasiones, se priva a las mujeres indígenas de atención a la salud materna con pertinencia cultural y se tipifican como delito sus costumbres relacionadas con el parto, lo que se traduce en un riesgo mucho mayor de fallecer durante el embarazo o al dar a luz.

La infraestructura sanitaria sigue plagada de normas de género desiguales, como el déficit crónico de inversión en el personal de atención obstétrica (mujeres en su inmensa mayoría). Las mujeres y niñas con discapacidad tienen hasta diez veces más probabilidades de sufrir violencia de género y, simultáneamente, se topan con más impedimentos para recibir atención de la salud.

Su vulnerabilidad se agrava como consecuencia de factores de gran incidencia como el cambio climático, las crisis humanitarias y las migraciones masivas, que a menudo tienen un efecto desproporcionado sobre las mujeres que viven en los márgenes de la sociedad. Un punto de luz dicho informe, fue el de mencionar la importancia de adaptar los programas a las necesidades de las comunidades -en lugar de seguir enfoques genéricos a gran escala- y de empoderar a las mujeres y las niñas de modo que conciban y pongan en ejecución soluciones innovadoras.

Es decir, ir lo micro a lo macro para lograr mejores resultados en la implementación de políticas que permitan alcanzar mejores resultados a nivel global en materia de salud y derechos sexuales y reproductivos.

2024 podría marcar un hito como el año con mayor concentración de procesos de democracia participativa de la historia. Durante estos meses, más de 50 países afrontarán citas electorales importantes que influirán en el destino de buena parte de la humanidad (Harbath, 2023; Federación Internacional de Sociedades de la Fecundidad, s. f.), como miles de millones de mujeres y niñas e infinidad de comunidades marginadas.

Matrimonio infantil en México

De acuerdo al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), “El matrimonio infantil y las uniones tempranas constituyen una violación a los derechos humanos de la niñez y son consideradas por el Sistema de Naciones Unidas como prácticas nocivas que afectan gravemente la vida, la salud, la educación y la integridad de las niñas”.

El matrimonio infantil y uniones tempranas son tanto causas como consecuencias del embarazo temprano, de la violencia sexual y de género y se vincula directamente con problemáticas como la deserción escolar, la mortalidad materna, la transmisión intergeneracional de la pobreza y en general la limitación a las oportunidades de vida de las niñas y adolescentes.

Esta práctica también se vincula con mayores costos en los sistemas de salud y educación, afectando los ingresos futuros de las mujeres, por ello es importante que el Estado mexicano adopte medidas urgentes para erradicar esta práctica nociva que viola los derechos de niñas y mujeres adolescentes, señaló la Red por los Derechos de la Infancia en Mexico (REDIM).


En junio de 2020 se estableció en todo el país que la edad mínima para casarse eran los 18 años de edad, sin permitir excepciones. Sin embargo esto no significó que la práctica del matrimonio y la unión temprana desaparecieran, particularmente en comunidades en las que se practican usos y costumbres como el matrimonio forzado.

No existen cifras oficiales del fenómeno; aunque en el Censo 2020 que publicó el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) se preguntó a mujeres de 12 años o más por su estado civil: 237 mil 175 mujeres de entre 12 y 17 años a nivel nacional se encontraban casadas o unidas en 2020; esto correspondía a 3.7% de la población femenina de dicho rango de edad.


El mismo año, la cantidad de mujeres adolescentes casadas o unidas entre los 12 y 17 años era tres veces superior a la de hombres de la misma edad.

La mayor cantidad de mujeres de 12 a 17 años casadas o unidas durante 2020 habitaba en Estado de México, Chiapas y Veracruz. En estas tres entidades residía una de cada cuatro mujeres adolescentes casadas o unidas durante 2020.

Por otro lado, el matrimonio o la unión entre las mujeres de 12 a 17 años era un fenómeno más frecuente en Chiapas, Guerrero, Michoacán y Tabasco. En estas cuatro entidades más de una de cada 20 mujeres adolescentes de entre 12 y 17 años se encontraba casada o unida en 2020.

Aunque no existe un registro de cifras oficiales sobre matrimonio o unión antes de los 12 años debido a que el Estado mexicano no lo contabiliza. No obstante, es posible decir que ya desde los 12 a 14 años 18 mil 974 mujeres adolescentes estaban casadas o unidas en México durante 2020.

La cantidad de mujeres adolescentes casadas o unidas aumenta entre los 15 y 17 años a 218 mil 201 el mismo año. En este último rango de edad, 6.8% de las adolescentes en el país se encontraban casadas o unidas en 2020; sin embargo, en Chiapas, Guerrero y Michoacán, más de una de cada 10 mujeres de 15 a 17 años estaban casadas o unidas el mismo año.

Un avance gradual en la erradicación de esta práctica que lacera a las niñas y adolescentes en México, es la disminución en el porcentaje de matrimonios y uniones tempranas, del 2010 al 2020; mientras en 2010 el 5.3% de las mujeres de entre 12 y 17 años se encontraban casadas o unidas, esta misma cifra se había reducido en 2020 a 3.7%.

Más concretamente, de 2015 a 2020 el porcentaje de mujeres adolescentes que estaban casadas o unidas entre los 12 y 17 años se redujo en un 20.7% (de 4.6% a 3.7%).

Sin embargo, este ritmo de disminución no era generalizado: durante el mismo periodo, el porcentaje de mujeres adolescentes casadas o unidas a la misma edad en Chiapas únicamente decreció 6.3% (de 6.7% a 6.3%), al tiempo que en Oaxaca la reducción fue de 9.5% (de 4.9% a 4.5%). En definitiva, más acciones son necesarias para acelerar la erradicación de este fenómeno, señaló la REDIM.

Mujeres de Movimiento Ciudadano ponen ultimátum a Dante Delgado: no respeta paridad en candidaturas

 

.-Cuenta oficial X Dante Delgado.-Ciudad de México.- Mujeres militantes de Movimiento Ciudadano (MC) que han sido candidatas, alzaron la voz para protestar por violencia política de género dentro del partido naranja, ante el incumplimiento de acuerdos alcanzados para elegir candidaturas con paridad, y demandaron una reunión urgente con su dirigente nacional, Dante Delgado; en su respaldo, las congresistas Patricia Mercado, Amalia García y la ex legisladora Martha Tagle respaldaron la petición y pidieron al dirigente del partido las escuchen para resolver su solicitud porque es legítima, aseveraron.

“En consenso, las mujeres firmantes hemos decidido hacer públicos los puntos que buscábamos tratar en privado con la dirigencia nacional, las mujeres que suscribimos decidimos no renunciar a nuestras candidaturas, pues son espacios ganados gracias a nuestro trabajo, no son canonjías del partido ni de nadie y a pesar de las condiciones de adversidad coincidimos en dar la batalla, porque tenemos la enorme responsabilidad de representar a otras mujeres y sus causas”, difundió Ana Lucía Baduy en su cuenta oficial de X, antes Twitter.

También, hicieron un llamado a que el partido político deje de utilizar a las mujeres como eslogan de campaña, al considerarlo una incongruencia por parte de MC, ante la situación de las candidatas y reiteraron su petición de reunirse directamente con Dante Delgado.

Y es que el partido Movimiento Ciudadano se ha caracterizado por no escuchar ni ver a las mujeres militantes del partido para ocupar cargos de elección popular, como el representante de MC en el Instituto Nacional Electoral (INE), Juan Miguel Castro Rendón, quien aseguró que les cuesta mucho trabajo encontrar candidatas, pero fue la senadora, Patricia Mercado, y la ex emecista Indira Kempis, quienes le recriminaron sus dichos, al expresar estar “hartas del machismo y la violencia en los partidos”.

Incluso, Patricia Mercado afirmó que hay muchas mujeres en MC que están dispuestas y quieren participar como aspirantes a un cargo de elección popular, porque “escasez de representación de mujeres con liderazgos no tenemos”, pero sigue la idea de que los hombres tienen más estructuras y son mejores candidatos, las mujeres no y ellas se enfrentan a muchos rechazos.

Además, esta institución partidista acumula señalamientos, como la impugnación que realizó al acuerdo de paridad que aprobó el INE para que las se otorgaran 5 de 9 espacios para mujeres a las gubernaturas que estarán en juego el próximo 2 de junio y en el gobierno de este partido en Nuevo León no cumplió con la armonización de la Ley 3 de 3 contra la violencia de género.

Hacen pública carta de reclamo de mujeres

En seguimiento a la carta entregada el pasado 7 de abril dirigida al coordinador de la Comisión Operativa de MC, Dante Delgado, pero, ante la falta de respuesta, enviaron una nueva misiva, pero en esta ocasión la hicieron pública y va firmada por Ana Lucía Baduy, delegada estatal en Chihuahua de Mujeres en Movimiento, organización del partido naranja que promueve la participación política de las mujeres; Alejandra García Morlan, delegada nacional de MC en Oaxaca y ex candidata a gobernadora; Alejandra Puente García, integrante de Operación Nacimiento del partido, y Marbelys Constanzo Rangel, integrante de la Coordinadora Ciudadana Nacional y ex candidata a gobernadora de San Luis Potosí.

Las mujeres de Movimiento Ciudadano advirtieron que agotarán todos los recursos legales para defender sus derechos políticos y aseguraron que no renunciarán a sus candidaturas, como ha ocurrido con otras compañeras afectadas en diversos estados.

Denunciaron que Dante Delgado no cumplió los acuerdos de paridad de género y que, por la violencia política interna, algunas de ellas han decidido abandonar el partido, mientras que otras optaron por no renunciar a sus candidaturas y luchar dentro de MC. Y es que el pasado 4 de abril, Sofía Yunes renunció al partido naranja, tras un cambio que le quitó la candidatura a una diputación plurinominal por Veracruz, pero la sobrina del exgobernador veracruzano Miguel Ángel Yunes negó que ese fuera el motivo de su renuncia.

“La decisión la he tomado porque Movimiento Ciudadano ya no tiene un proyecto propio, porque Movimiento Ciudadano se puso al servicio de un gobierno y se volvió un partido esquirol de Morena y yo no me pienso prestar a ello. Yo creí en el proyecto, creí en sus dirigentes y me han decepcionado mucho”, afirmó Sofía Yunes en un video publicado en sus redes sociales.

La carta de las mujeres militantes de MC expresa que tienen el conocimiento de que varias compañeras están pasando por las mismas circunstancias en sus entidades federativas, pero quienes suscribieron esta carta decidieron dar la batalla interna por sus derechos, por los espacios que les corresponden y tener la capacidad real de tomar decisiones en todos los niveles.

Apoyo de mujeres al interior de MC

En sus cuentas de X, se ha dado una lluvia de expresiones en apoyo a las mujeres emecistas que protestan por violencia política de género dentro del partido naranja, ante el incumplimiento de acuerdos alcanzados para elegir candidaturas con paridad. Así, la senadora y candidata a diputada para la LXVI Legislatura, Patricia Mercado, manifestó que pese a los logros alcanzados por las mujeres, a través de las reglas de paridad, en general se sigue enfrentando inercias estructurales en todos los partidos políticos.

En estas muestras de respaldo, a través de un post en su cuenta de X se hizo presente la diputada del partido naranja, Amalia García Medina, quien unió su voz a la de las militantes de Movimiento Ciudadano y de otras compañeras para que la dirección de MC dialogue con ellas. También, la ex diputada Martha Tagle, en sus redes sociales, mostró su solidaridad con las mujeres que no solo firman esta carta, sino que la hicieron pública y con aquellas que pasan por circunstancias parecidas.

En su oportunidad, la ex militante de Movimiento Ciudadano, Sofía Yunes, también expresó que la fuerza de las mujeres es solo un slogan, las decisiones son unilaterales y casi la total mayoría los coordinadores estatales son hombres, sin criterio o personalidad propia y tienen una eternidad trabajado para el dirigente o el partido, obedeciendo o bloqueando todo lo que parezca una mujer con capital político propio.

Movimiento Ciudadano se ha caracterizado por menospreciar el principio de paridad para la participación de las mujeres como candidatas, incluso cuando el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó por unanimidad cancelar el registro de candidatos al Senado de Movimiento Ciudadano en Campeche y Jalisco, por incumplir con las disposiciones en materia de paridad de género; ante la inconformidad de MC por esta resolución, las consejeras electorales Dania Ravel y Claudia Zavala le aclararon que se llegó a esta medida, tras diversos requerimientos en la materia que no fueron cumplidos, y le expresaron que no se dará un paso atrás tratándose de los derechos de las mujeres.

Sin embargo, en tono de reproche, Ivonne Ortega, ex gobernadora de Campeche y represente de MC ante el INE: cuestionó a las consejeras electorales sobre cuál es el espíritu del feminismo, si era poner la cara y decir «estamos cumpliendo con las candidaturas o queremos realmente que las mujeres estén en los espacios de decisión”.

“Yo voy a poner mi ejemplo (…), no eran consejeras ustedes cuando yo fui candidata a presidenta municipal, porque si no, desde su óptica yo no hubiera podido competir a la presidencia municipal, porque mi pueblo es un pueblo de mil 200 habitantes, de mil 200 electores y 3 mil habitantes, entonces no hubiera sido presidenta municipal. Y si no hubiera sido presidenta municipal no hubiera sido nada. ¿Por qué lo digo? Porque aquí lo que están diciendo y lo hago como pregunta, es ¿díganme si no estamos cumpliendo?”, expresó.

Claudia Zavala le reviró: “mire, diputada, pues hoy somos consejeras, porque afortunadamente hemos avanzado en términos de paridad por las posiciones que hemos adoptado desde la autoridad administrativa, aún con la resistencia de los partidos políticos. Eso hay que tenerlo claro. Ahora, para mí lo relevante en este caso es que las reglas estaban estipuladas desde un principio y que el partido político no las cumplió”.

En su momento, la consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral, Guadalupe Taddei Zavala, manifestó que son sensibles ante la preocupación del partido Movimiento Ciudadano por los criterios utilizados para aplicar los principios de paridad en las candidaturas a senadurías y diputaciones federales.

Mujeres jóvenes de América Latina sin expectativa alentadora en el empleo

 

El fin de los estudios medios es para muchas adolescentes y jóvenes de América Latina un tránsito lleno de frustraciones por las limitadas oportunidades para continuar su formación y posterior inserción al mercado laboral en condiciones decentes. En la foto, adolescentes peruanas en una actividad festiva en el municipio populoso del Rímac, dentro de la capital de Perú. Imagen: Mariela Jara / IPS

LIMA – La pandemia y la maternidad expulsaron a Miriam Chávez del mercado laboral, al que no ha logrado volver. A sus 26 años, conforma el grupo de más de 13 millones de mujeres jóvenes nini que en América Latina y el Caribe ni estudia ni trabaja.

“Mi hijito tiene seis años y me dedico a él y a atender mi casa mientras mi esposo sale a trabajar. He querido conseguir algún empleo, pero no tengo con quién dejar a mi niño”, declaró a IPS en su vivienda en el municipio popular del Rímac ubicado en la capital del Perú.

Chávez, quien proviene de una familia de pocos recursos a la que aportó económicamente desde los 13 años, es parte de las mujeres jóvenes del país sudamericano que pese a sus deseos no logra reinsertarse en la dinámica laboral. Y que, aun cuando destina casi todo su tiempo a trabajar en tareas de cuidado, no recibe ninguna remuneración.

“En 2022 casi el 21,0 % de jóvenes de 15 a 29 años no estaba inserto ni en el sistema educativo ni el mercado laboral de la región. La inactividad es significativamente más elevada entre las mujeres (26,6 %) que entre los hombres (15,5 %)”, dijo a IPS Francesco Carella, especialista regional en Migración Laboral y Empleo Juvenil de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En declaraciones desde la sede regional de la OIT en Lima, y haciendo referencia al Panorama Laboral 2023 de América Latina y el Caribe, sostuvo que la mayoría de esas jóvenes señala estar en inactividad principalmente debido a tareas domésticas y de cuidados.

“En 2022 casi 21,0 % de jóvenes de 15 a 29 años no estaba inserto ni en el sistema educativo ni el mercado laboral de la región. La inactividad es significativamente más elevada entre las mujeres”: Francesco Carella.

“Esta situación afecta negativamente la incorporación de habilidades y genera desventajas al momento de ingresar al mercado laboral”, enfatizó.

Explicó que esa realidad se refleja en los inicios de las trayectorias laborales por las mayores probabilidades de estar desempleados, de ser informales y tener alta rotación laboral, lo que en algunos casos deja cicatrices a lo largo de toda la vida activa.

Miriam Chávez con su pequeño hijo Mauro de seis años. La pandemia y la maternidad la expulsaron del mercado laboral peruano, al que no logra reinsertarse. Imagen: Cortesía de Miriam Chávez

Disminuye el desempleo pero crece la informalidad

El especialista regional de la OIT reveló que según el informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias para  2024, publicado en enero, se espera una tendencia decreciente del desempleo y creciente de la informalidad.

En ese panorama, las mujeres, sobre todo jóvenes en situación de vulnerabilidad, seguirán enfrentando desafíos en su autonomía económica y en la lucha contra la pobreza.

“Aunque se registra una ligera mejora tras la pandemia con un aumento en la participación femenina en la fuerza laboral, persiste una brecha de género de 24 % en la región, reflejando una división profunda y arraigada en la distribución del trabajo entre hombres y mujeres”, manifestó Carella.

Subrayó que se observa una clara disparidad en la participación laboral, con tasas de ocupación y presencia notoriamente más bajas entre las mujeres respecto a los hombres.

Carella compartió cifras de esa realidad: en el segundo trimestre de 2023, la tasa de participación laboral de las mujeres en la región fue de 51 %, 23 puntos porcentuales inferior a la de los varones (74 %), mientras que la tasa de ocupación femenina se situó en 47 %, muy por debajo de la tasa masculina de 69,6 %.

A ello se suma la informalidad “que afecta a siete de cada diez jóvenes en la región, que no solo impacta en la calidad del empleo joven, sino también posterga el comienzo de sus cotizaciones a la seguridad social”.

Francesco Carella, especialista regional de la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe, en su sede de Lima. «La informalidad afecta a siete de cada diez jóvenes en la región», resalta, y las mujeres son más golpeadas debido a la desigualdad de género. Imagen: OIT

Miriam Chávez recordó que desde adolescente desempeñó diversos trabajos para contribuir a la economía de su familia, con su madre como cabeza.

“Tengo 13 años trabajando y no sé lo que es un seguro de salud o un fondo de pensión, no quiero ni imaginar cómo será en el futuro cuando sea una persona mayor. Mi esposo es bueno, pero no quiero seguir dependiendo económicamente”, explicó.

De los 33 millones de habitantes d Perú,  23 %  es joven y suma casi ocho millones según el oficial Instituto Nacional de Estadística e Informática. De esa cantidad, 18% ni estudia ni trabaja. El rostro de esa población es mayoritariamente femenino y urbano: una de cada cuatro mujeres de las ciudades se encuentra en situación de nini.

El 2023 se informó oficialmente que cerca de 30 % de la población peruana sufría de pobreza monetaria, siendo más afectada la rural (41 %) respecto de la urbana (24 %). Las mujeres se encontraban en porcentaje ligeramente mayor (27,8 %) que los hombres (27,2 %).

 

El rostro de la población joven que no estudia ni trabaja en Perú y otros países latinoamericanos es mayoritariamente femenino y urbano: una de cada cuatro mujeres de las ciudades se encuentra en situación de nini. En la imagen, «Noelia» lamenta que su país no garantice oportunidades a este sector. Imagen: Mariela Jara / IPS

No son suficientes los estudios

Sucesivos informes de la OIT evidencian, refirió Carella, la persistencia de mayores dificultades para los jóvenes, especialmente mujeres, en el acceso y calidad de los puestos de trabajo a pesar del aumento en su nivel educativo promedio.

“En la región a principios de los 2000, 40 % de jóvenes entre 15 y 24 años tenía 10 o más años de educación, en 2021 esa proporción se incrementó a 63%”, citó.

Reflexionó que “existe una falta de oportunidades laborales para quienes tienen niveles educativos medios quizá porque no estarían adquiriendo las habilidades necesarias para insertarse exitosamente en el mercado laboral”.

Noelia, una joven peruana de 23 años y que prefiere no dar su nombre real, evidencia con su testimonio aspectos de cómo la salud mental influye en la inactividad de una población con tanto potencial.

“Después del colegio (educación secundaria) empecé a estudiar diseño gráfico en un instituto, pero lo dejé, no era lo que esperaba y me puse a trabajar. Renuncié a mi primer empleo en un casino en línea porque la presión era muy fuerte, me llegué a enfermar”, narró.

Confió a IPS que “ingresé después a un call center (centro de atención al cliente) y la alta demanda de los clientes, que muchas veces tenían malos tratos, me afectó tanto que terminé con un cuadro de ansiedad y depresión”.

En diálogo en su vivienda en el municipio de clase media San Miguel, relató que en sus dos empleos se dio cuenta de la cantidad de problemas de salud mental que, como en su caso, interferían con el desempeño de muchas de sus compañeras.

“Algunas tenían ataques de pánico, se quedaban paralizadas, otras no podían controlar las lágrimas, o, sino, tenían brotes de rosácea, alergias que les cortaba la respiración. Cuando lo hemos hablado, lo que teníamos en común era una ansiedad que prácticamente nos incapacitaba”, afirmó.

Las dos jóvenes entrevistadas por IPS transmiten un claro desaliento por la frustración de no poder ser mujeres autónomas y realizadas.

“La situación en Perú no favorece oportunidades a muchas adolescentes que ya saben qué carrera seguir, y menos toma en cuenta la importancia de la salud mental y emocional en el desarrollo personal, pese a que la pandemia nos desgarró tanto”, puntualizó Noelia.

Por su parte Miriam Chávez dijo que la esperanza no la pierde. “Dentro de tres años dejaré de ser oficialmente joven, no quisiera que esos años hayan pasado sin dejarme alguna puerta abierta por poder iniciar mi negocio propio”, dijo.

Para Carella,  el especialista regional de la OIT, las políticas para favorecer la inserción laboral juvenil requieren mejorar la vinculación entre la demanda laboral y el crecimiento económico, y la demanda de empleos acordes a los mayores niveles educativos alcanzados. Y potenciar la oferta con la formación orientada al empleo.

El Banco Mundial proyectó para la región un bajo crecimiento de 1,6 % en el producto interno bruto de este año, lo que incrementa los retos para los Estados n materia de empleo, más para los jóvenes y en especial las mujeres

“Como señalan los estudios de OIT, el empleo juvenil continúa siendo un desafío relevante para las políticas e instituciones del trabajo, como también para otras políticas económicas y sociales, en la medida que las brechas de inclusión y posibilidades de construcción de trayectorias de trabajo decente son insuficientes y desiguales, afectando particularmente a ciertos grupos poblacionales”, puntualizó Carella.

ED: EG

La desigualdad marca la muerte en el embarazo y el parto

 

Una joven madre con su bebé en el campo de refugiados de Nyarugusu, en Tanzania. Las probabilidades de que una mujer muera durante el embarazo o el parto son 130 veces mayores en África que en América del Norte o Europa, dice un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas. Imagen: Bright Warren / Unfpa

NACIONES UNIDAS – Las mujeres africanas tienen 130 veces más probabilidades de morir por complicaciones en el embarazo o el parto que las de Europa y América del Norte, señaló un informe publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).

Pero “incluso en los países más acomodados, las comunidades que se ven afectadas por prejuicios raciales y de otra índole en su vida cotidiana presentan tasas de mortalidad materna más elevadas”, observó la directora ejecutiva del Unfpa, Natalia Kanem,

El documento, “Vidas entrelazadas, hilos de esperanza”, expone que 62 % de las muertes maternas se producen en países que se encuentran en estado de guerra o de conflicto, y destaca el papel del racismo, el sexismo y otras formas de discriminación en el bloqueo de los avances en materia de salud sexual y reproductiva.

Hace 30 años, la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, que se realizó en El Cairo con 179 gobiernos, estableció que un desarrollo sostenible e inclusivo debe priorizar los derechos humanos, incluidos los derechos reproductivos, empoderar a las mujeres y a las niñas y abordar las desigualdades.

El nuevo informe del Infpa resalta la desigualdad: las mujeres y niñas atrapadas en la pobreza tienen más probabilidades de morir prematuramente por la insuficiente atención sanitaria si pertenecen a grupos minoritarios o están atrapadas en un entorno de conflicto.

Todavía en el mundo 800 mujeres mueren a diario durante el parto, en 69 países una de cada cuatro mujeres no pueden tomar decisiones fundamentales sobre sus cuerpos, y una de cada 10 no puede escoger un método anticonceptivo.

Por otra parte, reconoce avances en los últimos 30 años: las tasas de mortalidad materna han descendido casi un tercio, el número de mujeres que utilizan métodos anticonceptivos modernos se ha duplicado, y más de 160 países han aprobado leyes contra la violencia doméstica.

Insiste en que esas dispares realidades están impulsadas por la desigualdad y la discriminación, a menudo ocultas en los sistemas sanitarios y en las instituciones económicas, sociales y políticas.

Existe una clara disparidad entre el Norte y el Sur, el Oeste y el Este del mundo, en lo que respecta a los anticonceptivos, los servicios de parto seguro, la atención respetuosa a la maternidad y otros servicios esenciales, según documenta el informe.

Dentro de las regiones existen “bolsas de desigualdad”: en América las mujeres afrodescendientes se enfrentan a tasas de mortalidad materna más elevadas que las mujeres blancas, lo que es especialmente evidente en Estados Unidos, donde triplica la media nacional.

Las minorías indígenas y étnicas también se enfrentan a elevados riesgos relacionados con el embarazo y el parto.

En Europa, en Albania, por ejemplo, más de 90 % de las mujeres romaníes de los grupos socioeconómicos más marginados tenían graves problemas para acceder a la atención sanitaria, frente a sólo cinco por ciento de las mujeres de etnia albanesa de los estratos más privilegiados.

Además, las mujeres con discapacidad tienen hasta 10 veces más probabilidades de sufrir violencia de género, y las personas de diversa orientación sexual y expresión de género se enfrentan a importantes actos de violencia y obstáculos para recibir atención, y algunas se enfrentan a la denominada esterilización forzada.

El informe expone la importancia de adaptar los programas a las necesidades de las comunidades y de capacitar a las mujeres y las niñas para que elaboren y apliquen soluciones innovadoras.

Asimismo, calcula que, si se invirtieran 79 000 millones de dólares adicionales en países de renta baja y media de aquí a 2030, se podrían evitar 400 millones de embarazos no deseados, salvar un millón de vidas, y generar 660 000 millones de dólares en beneficios económicos.