3/26/2016

Programa Tiempo de Mujeres en CFRU la radio universitaria de Guelph sábado marzo 2016


TIEMPO DE MUJERES 
Desde cfru 93.3 fm la Radio de la Universidad de Guelph
en Ontario, Canadá
escuchalo cada sabado en www.cfru.ca

MUJERES POR LA DEMOCRACIA
Bienvenida al programa de hoy
Noticias de Género en la Red

Género en la mira con
seguimos en el mes de marzo y continuamos con nuestras reflexiones, retos, pendientes, logros y realidades, y un pendiente es la igualdad de género en los medios, soñar es muy bonito, pero la realidad es a veces una pesadilla, es por eso que ONU Mujeres invito a un selecto grupo de organizaciones de medios de comunicación a unirse a dar el paso por ésta igualdad de género, éste pacto con los medios de comunicación pretende ser un acuerdo mutuamente beneficioso a través del cual se invita a destacados medios asociados a prestar una mayor atención a los derechos de las mujeres y a la igualdad de género mediante una cobertura y decisiones editoriales de alta calidad, aunadas a prácticas corporativas sensibles al género, comprometiéndolas a convertirse en defensoras del género a través de sus reportajes, sus decisiones editoriales y sus prácticas corporativas. Pese a que cada compañía deberá definir por sí misma la mejor forma de ejecutar esta colaboración

Voces de la Península

Y hablando de violencia o terrorismo de estado, recién se llevó a cabo una marcha multitudinaria a 40 años del golpe en Argentina, una de las movilizaciones más grandes de los últimos años, más de cien mil manifestantes encabezados por Abuelas y Madres Fundadoras de Plaza de Mayo e H.I.J.O.S de desaparecidos marcharon para recordar cuatro décadas del golpe militar que instaló la dictadura más cruenta del país. La movilización llevó el lema "40 años de lucha, memoria y militancia: sin derecho no hay democracia", y en el derecho de la verdad y la justicia hoy recordaremos a - Las mujeres y la dictadura argentina - las torturas, desapariciones, abusos y violacioens sexuales que éstas víctimas sufrieron en manos del Estado, el supuesto encargado de protegerlas y respetarles sus libertades, y que por el contrario ordenó al aparato represor disciplinar y "corregir" para destruir la integridad física y psíquica de esas mujeres que habían sido protagonistas del ascenso obrero previo al Golpe, y que expresaban un cuestionamiento profundo al régimen político, económico y social, 

Y para redondear el tema de las mujeres torturadas por el estado y la falta de respeto a los derechos humanos, hablaremos sobre Mujeres en prisión preventiva, más vulnerables a la tortura: ONU-, las mujeres representan entre 2 y 9 por ciento de la población reclusa en 80 por ciento de los sistemas penitenciarios del mundo, Mientras están en detención preventiva, las mujeres corren un riesgo particular de sufrir torturas y malos tratos, ya que agentes del Estado pueden emplear la violencia y los abusos sexuales como medios de coacción o para obtener confesiones, de acuerdo con el informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en enero pasado

Y parece mentira o una broma que una Organización que se dice defensora de los DDHH derechos humanos no trabaje con el ejemplo, durante la mayor parte de sus 70 años de existencia, la ONU se ha caracterizado por el predominio masculino, característico de la cultura política. El ambiente parece cambiar, aunque las apariencias suelen resultar engañosas en las cuestiones políticas del foro mundial

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Todos los Sabados de 6 a 9 de la noche
(tiempo del este)

El Punto J: mujeres y medios


Daniela Villegas
  
“Nunca más ningún medio a medias,
Siempre con nuestra voz
con nuestra palabra,
con nuestra razón,
pero sobre todo
con nuestro corazón”

Bety Cariño[1]

A 21 años de que por primera vez Naciones Unidas incluyera un capítulo a las mujeres y los medios de comunicación en la entonces resolución de la IV Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing 1995, ONU Mujeres vuelve a retomar la importancia de la plena participación y la representación no estereotipada de las mujeres con el Pacto de Medios lanzado el pasado 22 de marzo.

Éste Pacto conformado por alrededor de 35 empresas mediáticas alrededor del mundo no solo ha generado polémica al menos en el caso de México por haber incluido a Tv Azteca, televisora conocida por difundir contenidos discriminatorios y estereotipados sobre las mujeres, sino que también reabre la discusión sobre las violencias que viven las periodistas en el campo profesional así como el impacto del periodismo feminista desde distintos contextos de etnia, raza, diversidad sexual, clase en la construcción de políticas institucionales a favor de las mujeres en los medios.

Los anteriores puntos son fundamentales a la hora de abordar el mundo de los medios de comunicación y la participación y representación de las mujeres de y desde diversas latitudes. Es así que me surgen preguntas relacionadas tanto con los medios como con las mujeres. Por un lado ¿de qué mujeres se está hablando?, ¿blancas, mestizas, negras, indígenas, lesbianas, heterosexuales, etc.? ¿urbanas, de campo? ¿qué mujeres están tomando la palabra, escribiendo, representando a otras mujeres?, ¿cuáles son los tópicos y enfoques de abordaje? Por otro lado ¿de qué medios estamos hablando, de medios impresos, radiofónicos, televisivos, de las redes sociales, de plataformas informativas en Internet?, ¿de aquellos medios públicos, privados, mixtos? ¿de dónde provienen sus financiamientos?, ¿a quién le están dando voz en relación a la línea editorial de cada medio?

Todas estas preguntas y seguramente más se irían sumando a la relación mujeres y medios de comunicación, sin embargo me gustaría enfocarme en lo que yo considero la institucionalización y cooptación del periodismo feminista vía organismos e instituciones tales como la ONU y algunos medios de comunicación sólo interesados en obtener ingresos económicos con la postura del empoderamiento de las mujeres a través del discurso desarrollista que se inscribe específicamente en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo de Naciones Unidas.

Cuando hablo de institucionalización me refiero a que las instancias gubernamentales y/o empresariales han cooptado y diluido el discurso radical feminista para ya sea obtener ganancias (entre los beneficios de que las empresas mediáticas se unan: difusión y ampliación de sus contenidos; aparecer como socios de ONUMujeres) o avanzar políticas públicas -no dejo de lado que éstas políticas públicas pueden llegar a funcionar a legislar a favor de una equilibrada representación y participación de las mujeres en los medios, así como amonestar a quienes no cumplan con directrices de equidad y respeto- concordantes con el sistema heteropatriarcal en el que vivimos.

El que ONU Mujeres y las empresas mediáticas se posicionen como portavoces e impulsoras de la participación de las mujeres en medios y a no estereotiparlas,  considero puede generar la impresión de que éstas medidas han surgido únicamente de éstos grandes núcleos de poder diluyendo el potencial radical del periodismo feminista. Por ejemplo el hecho de que fuera hasta Beijing 1995 que se creara el apartado J “Mujer y medios de comunicación” nos habla del tardío interés en éste aspecto por parte de la ONU. Fueron las periodistas feministas las que impulsaron éste apartado con el claro objetivo de que los medios de comunicación fueran aliados en la defensa de los derechos de las mujeres y lamentablemente ha sido uno de los apartados en que menos se han dado avances.

Los medios de comunicación hechos de, por y para mujeres han existido desde los inicios de los mismos, si bien su difusión y financiamiento no ha sido el mismo al de sus contrapartes masculinas si ha buscado dar voz a aquellas que no la tienen. Habría que recordar en el caso de México a la revista feminista fem fundada en octubre de 1976 por la activista y académica guatemalteca Alaíde Foppa (quien fuera en 1980 secuestrada y asesinada en Guatemala) y Margarita García Flores (precursora del voto de las mexicanas). Esta revista, que se editó ininterrumpidamente hasta 2005, es un referente imprescindible de los movimientos feministas y de la lucha por los derechos de las mujeres en México y América Latina.

Actualmente se han generado, diversificado y difundido alrededor del mundo muchas más propuestas de comunicación desde diversos frentes feministas y desde diversas plataformas mediáticas que no necesariamente tienen que ver con estructuras de medios ya institucionalizadas o desde las grandes empresas de medios sino desde la autonomía y desde el DIT (Do It Together/Lo hacemos juntas) como son Pikara magazine de España, las radios comunitarias lideradas por mujeres de contextos indígenas, rurales o urbanas, los blogs y páginas en redes sociales, etc. El periodismo feminista sigue vivo y continuará luchando por abrir espacios a las historias, expresiones de las mujeres y a sus propias representaciones sin depender de empresas ni de grandes instituciones para florecer. 


[1] Activista indígena mixteca de Oaxaca, México. Fungió como directora de CACTUS (Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos) y fue asesinada en 2010 por un grupo paramilitar esto en relación a su firme impulso a la Red de Radios Caracol, que aglutinaba a muchas radios comunitarias de la Mixteca-Triqui.

Vigilar, exhibir (exhibirse) y castigar


Arne aus den ruthen.

lasillarota.com

SUPER EGO CONTRA LAS FALTAS ADMINISTRATIVAS
                      
“El uso de Periscope por parte de servidores públicos puede representar actos violatorios de los Derechos Humanos a la seguridad jurídica, a la honra y a la protección de la imagen… con la utilización de la aplicación Periscope se expone a las personas a quienes se exhibe a una violencia innecesaria”: Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.

“Me contrataron para poner orden, no para generar empatía emocional con los infractores de normas de convivencia”:  Arne aus den Ruthen.

“La forma es fondo” o “La estructura es el mensaje”. Claude Lévi-Strauss.



La frase de Arne es una joya, sobre todo pronunciada por un funcionario público. A él no lo contrataron para “generar empatía emocional con los infractores de normas de convivencia”.  ¿Qué es lo que él trata de “generar” entonces, entre sus seguidores en Periscope? ¿Lo contrario a la “empatía”? Qué peligroso.  ¿El llamado a acosar y humillar exhibiendo a las personas como una forma de castigo previa al castigo estipulado por la ley?  En las escenas de su acoso a una señora que se niega a recoger la basura, la conducta de Arne es de una prepotencia y un autoritarismo tal, que una corre el riesgo de perder de vista que se trata de recoger la basura, y así perderse en un juicio despiadado y deshumanizante hacia la señora que camina con su hijo, y –efectivamente- cometió una falta administrativa: Dejó su basura en un rincón.
                     
SUPER EGO CONTRA LOS VECINOS “COCHINOS”

En la puesta en escena de Arne y su “muleta narcisisante”, en este caso, la señora, la gravedad de la falta administrativa crece y crece y deja de ser el punto en litigio. La señora dice que no la recoge, que él fue “muy violento”. No la deja pasar. Le atraviesa el cuerpo. Unos segundos vemos la mano de Arne en el hombro de la señora, deteniéndola. “Recoja su basura”. “La recojo después”. Se repiten y se repiten.  Mientras todo sucede en tiempo real y los seguidores ven el rostro de la señora y pueden hacer todo tipo de comentarios contra ella. Generar lo contrario de la “empatía”, los colocó en un impasse, en una absurda lucha de fuerzas: ella no quiere humillarse obedeciendo –frente a su hijo y a sus vecinos y al público de Periscope- a un desconocido con tonos tiránicos, una cámara y policías, él no puede permitir que no le obedezca. Su poder está en juego.

A Arne le gusta mucho, pero mucho, ese ejercicio de poder sobre los otros. Publicitado. Transmitido en redes. Avalado por el cumplimiento de su “deber”. Con “mano dura”. He is the City Manager in Mexicou City. You Know? “La puedo procesar por penal, pero le voy a dar la oportunidad por esta ocasión”, le dice a la señora bien magnánimo. La señora responde que no tiene por qué hacerle un procedimiento penal.  Insiste en no recoger su basura en ese momento. Tiene que llevar a su hijo a la escuela. Tampoco acepta subirse a la patrulla.

Ningún vecino o vecina se precipitó a recoger la bolsa de basura que dejó la señora, para desaparecer “el cuerpo del delito” y que la dejaran en paz. Lo que no deja de ser muy triste. Después podían hablar con ella, pedirle que cambie. ¿Una vez más? Sí. La humillaron frente a su hijo. Humillaron a un menor de edad. “¿Quiere usted que le inicie el procedimiento penal? (insiste Arne) ¿Sale? Lamento mucho la situación. ¿Sale?”. Eso sí que es ser “poderoso”. Al final la señora se sube a la patrulla. ¿Quizá –en ese in crescendo-  temió terminar en Santa Martha Acatitla compartiendo celda con una asesina serial?

No hago la defensa de una señora que deja su bolsa de basura en la calle. Ni de lejos. Pero hay límites. El “operativo” llamado “Ciudadanos cochinos”, durante el cual el Administrador General de la Miguel Hidalgo le comenta a sus seguidores: “Cazando a los vecinos que tiran la basura”, en este caso, fue un exceso. Antes de las denuncias contra Arne –que ya recibió la Comisión de Derechos Humanos- ¿quién marcaba los límites en los tonos y las “técnicas educativas” de Arne? ¿”Cazando”? Cierto que “La forma es fondo”.

Arne constata después que funcionó: ya no hay basura. Muy probablemente no porque los vecinos se hayan decidido a ser empáticos y civilizados entre ellos, lo que significaría un cambio de fondo y a largo plazo en los hábitos de las personas, sino porque es un hecho: exhibir y humillar “funciona”. La historia ofrece abundantes e indeseables pruebas.

El Diccionario de la Real Academia define “empatía”: Sentimiento de identificación con algo o alguien. 2. f. Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. La empatía (que hasta dónde sé, no puede ser sino emocional) no significa que una coincida con las palabras o los actos de otra persona, tampoco que esté dispuesta a permitir conductas inadmisibles, sólo significa que los modos de relacionarnos con los otros no pueden dejar de lado el respeto a su dignidad,  a sus circunstancias, a su seguridad y a su privacía.  La empatía es la base de toda convivencia respetuosa y un principio básico de la salud emocional.

¿Quién puede abogar por una cultura de respeto avasallando los derechos de las personas  con el poder que le otorgan las instancias de gobierno? Arne no es empático, lo suyo es “castigar”, en el mejor estilo de la célebre “Pedagogía negra”, con  la que los niños aprendían a ser violentados y humillados por cualquier falta, y a sentir –además- que debían agradecer la humillaciones infligidas “por su bien”.  Hay otras maneras de llamar a la civilidad ¿No es cierto? La civilidad misma, por ejemplo. El mundo desde ese Periscope se polariza: “los buenos” y “los malos”. Los “malos” tiran su basura en la calle (y son “esencialmente malos”), los “buenos” los denuncian para que sean exhibidos, (y son “esencialmente buenos”). La cantidad de fantasmas discriminatorios que se desatan. Sobre todo si hablamos de trabajo sexual.

  
SUPER EGO CONTRA LAS TRABAJADORAS SEXUALES.

Las  trabajadoras sexuales pertenecen a uno de los grupos humanos más vulnerables y estigmatizados. Sobre todo las que trabajan en las calles. En la Ciudad de México el trabajo sexual no es un delito. No me refiero acá al crimen (que corre tan impune) de trata, ni a la esclavitud sexual. Ni al lenocinio. Tras un largo proceso, las/los trabajadoras/es sexuales ganaron el derecho a ser consideradas/os “trabajadores no asalariados”, con derecho a una credencial que los acredite como tales. Las credenciales se expiden – para quien así lo solicite-  en la Secretaría del Trabajo, como informó en su momento la entonces secretaria Patricia Mercado.

La credencial es un intento de disminuir la ferocidad de la extorsión policiaca. Un intento de protegerlas y deconstruir –poco a poco- el estigma que ahonda sus vulnerabilidades. El Trabajo sexual es considerado una falta administrativa. “Una infracción contra la tranquilidad de las personas… Invitar a la prostitución, ejercerla, así como solicitarla”, siempre y cuando haya queja de vecinos.

La solución no será nunca acosarlas, exhibirlas, humillarlas y contribuir –alegremente- a sostener el estigma y la violencia que se ejerce contra ellas. Las Trabajadoras Sexuales Independientes, Brigada Callejera y feministas como Marta Lamas, proponen cambios en la ley que les permita ejercer su oficio en condiciones más seguras y de tranquilidad para todos.

En una de las expediciones de Arne contra las trabajadoras sexuales (camina acompañado por un vecino y policías) sostuvo este diálogo con el vecino en cuestión:

Arne: Vamos pues a la esquina donde está la señorita que ejerce o incita a la prostitución.

Arne: Aquí está la señorita, lleva muchos años, ¿verdad?

Vecino: Algo.

Arne: ¿Cuántos años?

Vecino: Muchos, unos quince. (Risitas) Ya es conocida.

Arne: Unos quince en la zona… tú si puedes decir muchas cosas, yo soy el que no puedo.

¿Qué esperaba Arne que le dijera el vecino? ¿Cantidad de esas palabras que no “generan empatía”, sino todo lo contrario. Lo desilusionó el vecino.

Vecino: (algo que no se escucha y luego)… Derechos Humanos, también.

Arne: Derechos Humanos sólo aplica para las autoridades, no para los vecinos. (Risita).

¡Enorme! Los Derechos Humanos – en boca del Administrador General de la Miguel Hidalgo son una oficina. Una instancia que redacta recomendaciones. Nada que ver con él si no tuviera un puesto público. Nada que ver con el vecino. Nada que ver con la única trabajadora sexual a la que llegó a aterrar en un callejón oscuro. Ella estaba solitita. Ellos eran varios. No tenía a ningún niño secuestrado. La vemos avanzar  rapidito hacia la patrulla. El tono de Arne es jocoso, tanto en este “operativo”, como en el que realizó contra las personas transexuales.  Me llama la atención en ambos casos, que dado que “solicitar” es también una falta administrativa, Arne no haya esperado (disfrazados todos ellos de arbustos) la llegada de los “solicitantes”.

Tendría carro completo.  



Podría decir a los solicitantes, algo así (siguiendo sus tonos): ¿A ver? Solicitar es una falta administrativa. Está en la Ley de Cultura Cívica. Es cívico, es cívico. ¿Díganme ustedes por qué solicitan? Grabar a la clientela masculina. Pero él, tan impúdico, allí sí que ha sido púdico.

¿Me parecería menos grave si los solicitantes estuvieran incluidos en la exhibición? No. Pero por lo menos no corroboraría esa frase tan ruda: El hilo se corta por lo más delgado. Y seguramente las respuestas de muchos de sus seguidores en Periscope serían muy distintas: Ya ni la amuelas, Arne, no andes balconeando a los cuates. Te pasas Arne, hoy va a dormir en el sofá. Y frases bastante peores. Allí sí que “generaría empatía” con los agraviados.  Estoy segura. Quizá lo sabe y por eso se lo ahorra. No saber diferenciar entre pelearse con guaruras y acosar a una trabajadora sexual que está sola en un callejón, habla mucho de un cierto daltonismo emocional del señor Arne.

La grabación del “operativo” contra las trabajadoras sexuales en una esquina de la Anzures es indignante. Vemos sus rostros. Son dos, luego cinco. “Señoritas, señoritas”. Les lee el apartado que corresponde. Una de ellas le pregunta ¿cómo va a probar que está ejerciendo la prostitución? Como les digo, no hay cliente alguno. Los suecos no penalizan la oferta, sino la demanda. Es muy interesante.

Una de ellas no se dejó intimidar: “Yo soy una persona transexual soltera, no le rindo cuentas a nadie y estoy esperando a un hombre para pasar la noche y hacer el amor”. No se tragó el micrófono Arne, le repitió lo del artículo 24. Esperaron a sus compañeras. Llegaron.  Arne nos señala: “Este es el oficial del sector, él tiene que impedir que se suban al automóvil”.  Él no se les atraviesa para impedir “la fuga”, como con la señora que abandonó su basura en la calle. No las detiene por el hombro. “(Risitas) estaban muy fuertes, el oficial no pudo con los cinco”. “Ya se fueron pero hay que perseguirlas (risitas)".

En El Universal: “La organización ciudadana defensora de este gremio, Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, consideró que el funcionario violentó la propia Ley de Cultura Cívica que establece que para proceder en su contra se requiere de la denuncia de por lo menos 10 vecinos ante un juez cívico y notificar a la policía para hacer el operativo, situación que no realizó”.

La Comisión de Derechos Humanos levantó una queja de oficio contra el Administrador General de la Miguel Hidalgo. En una escena grabada, Arne se identifica con un policía (seguro que bilingüe, si no políglota) de la Miguel Hidalgo, le da su nombre y luego se presenta como el City Manager.  Así, como si oficiara en Nueva York y no en la Ciudad de México. Y como si de alguna manera simbólica, ese City Manager extendiera sus poderes a todo lo largo y ancho de la ciudad. Me sorprende que tantos medios lo nombren así, en inglés. ¿Por qué?

SUPER EGO “PONE ORDEN”

Arne dice que lo contrataron para “poner orden”. Nos queda claro que las maneras de hacerlo pueden ser vastísimas. ¿Cómo se “pone orden”? ¿Según quién? ¿Con qué discursos, actos, herramientas? A través de la aplicación Periscope, el Administrador General de la Delegación Miguel Hidalgo, decidió que una de sus maneras era infligir humillaciones públicas a los infractores. Dar la dirección de sus casas, el número de sus placas. Arriesgarse a provocar un linchamiento mediático.  ¿Se da cuenta de que tal vez esté incitando a los vecinos a elegir formas más agresivas que negociadoras en sus diferencias cotidianas? Todos espiándose a todos para atrapar “la falta”.  Como si te defendieras del crimen organizado.  La consigna pareciera: “Conviértete en el policía de tu vecino”.

Refiriéndose a el “operativo” contra las trabajadoras sexuales, Andrés Lajous –en twiter-  después de exponer que las trabajadoras sexuales son un grupo muy vulnerable, le escribe a Arne: @arnemx “No sólo no coincidimos. Creo que activamente estás haciendo daño, y ojalá el riesgo de hacer ese daño te hiciera pensarlo dos veces”.

En uno de los videos en los que Arne detiene al chófer de una camionetota que porta equipo ilegal, aparece de golpe otra camionetota, de la primera extraen una maleta que colocan en la segunda. Unos señores salen del hotel y caminan hacia esa segunda camioneta. Arne los increpa, no le hacen caso.  No insiste. Se suben y se van. Arne se limita a pronunciar una frase en tono desolado: “Ahí van los patrones de quienes violan las leyes en la Ciudad de México”. ¿Cómo? ¿Los patrones no las violan nunca ellos mismos? Lo menos que puede decirse es que es una frase rarísima.  Arne regresa a continuar interrogando al “subalterno”.

Otra escena: un vecino interviene en la disputa entre Arne y un señor que obstaculiza la vía pública.  “¿Es usted su pariente?”.  “No, soy un vecino”.  Le pregunta a Arne por qué no retiran los camiones que llegaron con ellos y también obstaculizan la vía pública. Arne responde: “Todos los camiones que están allí son de investigaciones de la Procuraduría”, después le dice algo inaudible que termina en “cívico”. Descalificado el distractor, Arne sigue su pleito contra el señor que obstaculiza la vía pública, y no forma parte del equipo de investigaciones de la Procuraduría.

TEJER REDES EMPÁTICAS Y SOLIDARIAS

No minimizo lo indispensable y urgente que es transformar los modos de convivencia en la Ciudad de México. Es ya un muy triste clásico: “El tejido social está desgarrado”. La falta de civilidad disminuye de manera considerable nuestra calidad de vida. Es cotidiana. Faltas de respeto, basura en las calles y los parques, música a todo volumen, empujones, carros aventándose hojalata.  La suma de miles y miles de faltas –es cierto- van convirtiendo los espacios en difíciles de habitar o inhabitables.  Es necesario que se apliquen las sanciones estipuladas por la ley. Sin humillación y sin acoso. En el caso de las trabajadoras sexuales, hay propuestas importantes para hacer cambios en la ley. Protegerlas y respetarles espacios de trabajo.  Son “trabajadores no asalariados”. Personas, pues.

Necesitamos tejer redes de solidaridad y de apoyo. Es un hecho. Pero el llamado al espionaje, a la humillación y a la riña no crean redes, bien al contrario, las tensan hasta destruirlas. El “no generar empatía”, es uno de los datos duros de la indiferencia y el egoísmo en el que vivimos. Un de las causas principales de la desgarradura de las redes.

Declaró Arne: “Acostúmbrese, vamos a Periscopear todo. Transparencia hasta las orejas”. ¿Y quién le dijo a Arne que queremos “transparencia”, o lo que sea, “hasta las orejas”.  ¿No ve la diferencia entre interpelar a un guardaespaldas a la luz del día en un espacio lleno de personas, y acosar a una trabajadora sexual (eran varios) sola y en una calle oscura? ¿Cuál es el costo en términos humanos de los “hasta las orejas? “Se expone a las personas a quienes se exhibe a una violencia innecesaria…”. La forma es fondo. Recordé una frase que me dijo un señor mayor en una parada de autobuses en Roma: “En la época de Mussolini, los autobuses sí llegaban a tiempo”.

@Marteresapriego
@OpinionLSR

La laboriosa búsqueda de la primera secretaria general de la ONU

Mujeres de Gujarat, India. Crédito: Krishnakant/IPS.

 

Mujeres de Gujarat, India. Crédito: Krishnakant/IPS.
NACIONES UNIDAS, 21 mar 2016 (IPS) - Cuando fracasó el intento de la única mujer que se propuso encabezar la Organización de las Naciones Unidas en 2006, un diplomático asiático ejemplificó la situación con una cita bíblica: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que una mujer sea secretaria general de la ONU”.
Pero como bromeó una caricatura del diario New Yorker no relacionada con ese hecho: “Quizá necesitemos agujas más grandes o camellos más pequeños”.
La candidata en cuestión, Vaira Vike-Freiberga, presidenta de Letonia (1999-2007), nunca llegó al piso 38 de la secretaría general de la ONU, donde tiene su oficina el jefe del foro mundial.
Sus competidores entonces eran todos hombres, el secretario general adjunto Shashi Tharoor, de India, el excanciller de Afganistán, Ashraf Ghani, el embajador de Jordania, el príncipe Zeid Raad al-Hussein, el vice primer ministro de Tailandia, Surakiart Sathirathai, y el secretario general adjunto Jayantha Dhanapala, de Sri Lanka.
El sexto candidato, el entonces canciller de Corea del Sur, Ban Ki-moon, terminó siendo el elegido para ocupar el cargo secretario general, que asumió en enero de 2007.
Durante la mayor parte de sus 70 años de existencia, la ONU se ha caracterizado por el predominio masculino, característico de la cultura política. El ambiente parece cambiar, aunque las apariencias suelen resultar engañosas en las cuestiones políticas del foro mundial.
Pero si la actual campaña para que una mujer encabece la secretaría general toma impulso, quizá todavía sea posible que, a fines de este año, la ONU haga historia en un mundo en que la población femenina representa casi la mitad de sus 7.000 millones de habitantes.
Por primera vez en la historia del foro mundial, el presidente de la Asamblea General, de 193 miembros, el danés Mogens Lykketoft, dijo que está comprometido con un “proceso abierto y transparente” en la elección y designación del próximo secretario general.
Todos los países miembros recibieron una invitación para enviar sus candidaturas al presidente de la Asamblea General, así como al del Consejo de Seguridad. En la tercera semana de marzo se habían presentado siete, cuatro hombres y tres mujeres.
Entre ellas, Srgjan Kerim, de Macedonia, Vesna Pusić, de Croacia, Igor Lukšić, de Montenegro, Danilo Türk, de Eslovenia, Irina Bokova, de Bulgaria, Natalia Gherman, de Moldavia, y Antonio Guterres, de Portugal.
“Creo que finalmente llegó el momento de tener una secretaria general”, sentenció Jessica Neuwirth, una de las fundadoras y presidenta honoraria de Igualdad Ya, en diálogo con IPS.
“Ban Ki-moon declaró que le gustaría que una mujer lo sucediera; algunos países miembros apoyan formalmente la idea de que es hora de tener una secretaria general. Si bien siempre hubo mujeres calificadas para la tarea, ahora hay unas cuantas que, de hecho, están haciendo campaña”, acotó.
“En lo que respecta a la rotación regional, más que cualquier región, creo que es el turno de que las mujeres estén representadas y podría y debería haber cierta flexibilidad para garantizar que una mujer pueda ocupar el cargo”, opinó.
Neuwirth también es fundadora y directora de Donor Direct Action, derivada de Igualdad Ya, creada para reunir fondos para las organizaciones que defienden los derechos de las mujeres.
Además, aclaró que su organización lanzó su primera campaña para que una mujer esté al frente de la secretaría general tras la adopción de la Plataforma de Acción de Beijing, en 1995, en el marco de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer.
La Plataforma de Beijing reclamó el desarrollo de “mecanismos para designar candidatas a ocupar cargos altos en la ONU” y se propuso la meta de lograr “la igualdad de género, en especial en el ámbito profesional y cargos superiores, para el año 2000”, recordó Neuwirth.
“Todavía esperamos que se implemente ese compromiso, 16 años después de la fecha límite prevista de 2000. Quizá si empezamos desde arriba lo consigamos”, acotó.
Por su parte, Charlotte Bunch, directora fundadora del Centro para el Liderazgo Mundial de las Mujeres, además de profesora distinguida de la estadounidense Universidad Rutgers, dijo en diálogo con IPS: “Estamos más cerca que nunca de tener una mujer al frente de la secretaría general”.
“Hay numerosas mujeres muy calificadas y de varias regiones cuyos nombres se propusieron formalmente o se discutieron públicamente y esperamos que todas reciban una seria consideración”, observó.
Pero es de fundamental importancia quién es la mujer que se elige, pues una mala elección puede predisponerla al fracaso, acotó. “Su género debe ser un elemento fuerte, pero no su principal calificación” subrayó.
La visión de la candidata sobre el futuro de la ONU en estos atribulados tiempos y su capacidad de comunicación y de llevar adelante la parte organizativa, así como su compromiso probado con los principios históricos del foro mundial en materia de derechos humanos, desarrollo e igualdad de género, son fundamentales, precisó Bunch, una de las figuras principales de la campaña para crear ONU Mujeres.
En el marco del proceso de transparencia, el presidente de la Asamblea General comenzará una serie de diálogos informales con las y los candidatos entre el 12 y 14 de abril.
Las entrevistas darán a los candidatos una plataforma para presentar su candidatura y será una oportunidad para que los 193 estados miembros les hagan todas las preguntas que crean convenientes. Cada uno dispondrá de dos horas para la presentación.
En el ámbito de la sociedad civil, hay una campaña mundial encabezada por varias organizaciones no gubernamentales llamada “1 for 7 Billion” (“1 para 7.000 millones”), que reclama un proceso abierto de selección, el “que hasta ahora estuvo envuelto en un manto de secreto”.
Las organizaciones cuestionan la “forma deplorable en que un puñado de países poderosos (a saber: China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, las cinco potencias con poder de veto en el Consejo de Seguridad) han elegido al secretario general a puertas cerradas”.El año pasado, la embajadora de Colombia, María Emma Mejía, hizo circular una carta de apoyo para que una mujer ocupe el cargo de secretaria general, que reunió al inicio la firma de 44 representaciones.
Pero entre ellas no había ninguna de las potencias con poder de veto en el Consejo de Seguridad, que siempre tienen la última palabra en lo que respecta a la designación del secretario general. De hecho, Rusia ya declaró que el cargo lo ocupará la persona más competente, independiente de su género.
Pero sí aboga por que la persona sea originaria de Europa oriental con el argumento de respetar la rotación geográfica, pues los anteriores ocho secretarios generales procedieron de Europa occidental (3), de Asia (2), de África (2) y de América Latina (1).
Una periodista estadounidense que trabajó en la sede de la ONU, pero no quiso publicar su nombre, dijo a IPS: “Mi instinto me dice que la opción de una mujer puede resultar muy acotada, pues no hay candidatas obvias, y veo que últimamente Estados Unidos ha criticado mucho la gestión del PNUD” (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).
“No creo que Washington esté muy concentrado en esto con el pandemonio que son las elecciones primarias (de Estados Unidos). Y la designación por parte de Rusia de una mujer de Moldavia parece más una picardía que otra cosa”, opinó.
Además, acotó, a la ex secretaria general adjunta Angela Kane le gustaría integrar la lista de candidatas, pero no ha logrado ningún respaldo de su país, Alemania.
Los antecesores del actual secretario general fueron: Kofi Annan (Ghana), Boutros Boutros-Ghali (Egipto), Javier Pérez de Cuellar (Perú), Kurt Waldheim (Austria), U.Thant (Birmania, ahora Myanmar), Dag Hammarskjöld (Suecia) y Trygve Lie (Noruega).
Traducido por Verónica Firme
                 

Las indígenas son clave para lograr un desarrollo sostenible

Indígenas brasileños durante una protesta en demanda de que se cumplan sus derechos como pueblos originarios, en la ciudad de Río de Janeiro. Crédito: Mario Osava/IPS

 

Indígenas brasileños durante una protesta en demanda de que se cumplan sus derechos como pueblos originarios, en la ciudad de Río de Janeiro. Crédito: Mario Osava/IPS.

NACIONES UNIDAS, 22 mar 2016 (IPS) - “Nosotras, las indígenas, queremos ser consideradas como parte de la solución al desarrollo sostenible porque tenemos capacidades y conocimientos”, subrayó la periodista quechua Tarcila Rivera, defensora de los derechos de las comunidades indígenas de Perú, en una conferencia de prensa sobre el “Empoderamiento de las Mujeres Indígenas”.
Rivera, al igual que muchas mujeres más que luchan por los derechos de las comunidades autóctonas en América Latina, el norte de Europa, Canadá, Asia, Australia, Nueva Zelanda y África, participa en la 60 sesión anual de la intergubernamental Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW60), que concluirá este jueves 24.
Las indígenas son clave para lograr un desarrollo sostenible
La periodista quechua Tarcila Rivera, defensora de los derechos de las comunidades indígenas de Perú, en marzo de 2015. Crédito: UN Media/ Mark Garten.
En tanto que comisión del Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas (Ecosoc), la CSW se reúne con representantes de los países miembros de la ONU, agencias del foro mundial y organizaciones no gubernamentales internacionales, así como otras entidades de la sociedad civil para el avance político, económico y social de las mujeres y la eliminación y la prevención de todas las formas de violencia contra la población femenina.
En la inauguración de la CSW60, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien en sus nueve años al frente del foro mundial designó a más de 150 mujeres como secretarias generales adjuntas o subsecretarias generales, urgió a los gobernantes a tomar medidas para poner fin a la desigualdad de género.
“En los países donde hay niñas y niños ‘desaparecidos’, las abuelas organizadas reclaman justicia. En zonas asoladas por el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), las madres con VIH (virus de inmunodeficiencia humana) reemplazan el estigma con esperanza. En las sociedades homofóbicas, lesbianas víctimas de violación sobrevivieron y se organizaron (…). Mientras se violen los derechos humanos de una mujer, nuestra lucha no termina”, declaró.
En el marco del lema de la convocatoria de este año “El empoderamiento de la mujer y su vínculo con el desarrollo sostenible” y de la Agenda 2030, las indígenas reclaman a los gobiernos que las reconozcan como fuerza para lograr el desarrollo económico y social.
En Kenia son principalmente las mujeres las que desempeñan un papel clave en la manutención de las familias, pese a vivir en una sociedad patriarcal, explicó Valerie Kasaiyian, una abogada maasai y educadora de derechos sexuales y reproductivos.
Hay grupos de mujeres indígenas, como las de Samburu, que desde hace 20 años se ocupan de su comunidad construyendo casas y escuelas. También crearon actividades económicas autosustentables mediante la venta de ganado y joyas tradicionales para sacar a sus familias de la pobreza, continuó Kasaiyian.
Las indígenas son clave para lograr un desarrollo sostenible
La indígena mixteca Myrna Cunningham, de la comunidad Waspam en Nicaragua, en mayo de 2013. Crédito: UN Media/Evan Schneider.
Mujeres de Marsabit, en el norte de Kenia, crearon granjas sostenibles en las que cultivan tomates y otros productos en invernaderos, que luego venden en su comunidad sin la participación de los hombres.
“El desarrollo sostenible se trata de preservar los recursos y la tierra para las generaciones futuras. Las comunidades indígenas, que durante siglos vivieron en aislamiento, encontraron su propio sistema para trabajar la tierra y conservarla”, acotó Kasaiyian en diálogo con IPS.
“Está en nuestra identidad y nuestra cultura ancestral”, recalcó.
“Sin embargo, vemos un etnocidio sistemático de nuestra cultura indígena a manos del gobierno, en que se pretende homogeneizar a las mujeres indígenas e integrarlas a una cultura dominante”, se lamentó.
Desde la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, en 1995, junto con la resolución de la ONU 1325 sobre la importancia de las mujeres en las negociaciones de paz, así como la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, de 2007, hubo varios avances importantes para elevar las voces de las mujeres indígenas en el concierto internacional. Pero a un ritmo lento.
Las mujeres y las niñas indígenas, que no son campesinas, tienen su propia identidad, definida por su propia lengua, educación, valores socioeconómicos y conocimientos tradicionales, subrayó Rivera, fundadora del Centro de Culturas Indígenas de Perú (Chirapaq).
Sin embargo, ellas suelen quedar fuera de las políticas gubernamentales, pues no las tratan con dignidad humana, se lamentó la activista peruana.
“Muchos programas nos consideran como sujetos de asistencia. Pero no queremos depender de ese tipo de programas de alimentación. Tratamos de que nos consideren como sujetos de cambio y de desarrollo desde adentro gracias a nuestra capacidad”, subrayó.

A pesar de la falta de estadísticas nacionales exhaustivas, las indígenas sufren una enorme discriminación, violencia sexual y doméstica, pobreza extrema, trata, falta de acceso a los derechos a la tierra, educación y mala atención materna e infantil.
La indígena mixteca Myrna Cunningham, de la comunidad Waspam en Nicaragua, conversó con IPS sobre el problema de la falta de datos estadísticos en ciertos países, donde no cuentan a las poblaciones indígenas o las excluyen de algunos indicadores.
“Al hablar sobre estadísticas, la autodeterminación debería ser el principal indicador, que podría utilizarse para complementar otro tipo de preguntas indagatorias”, precisó Cunningham, quien preside el Centro para la Autonomía y Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Cadpi).
“Además, las estadísticas oficiales deberían utilizar indicadores culturalmente más sensibles, lo que ayudaría a definir las políticas públicas e implementarlas”, añadió quien también fuera presidenta del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU.
Con la adopción de la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas, la ONU creó un marco que impulsará la asociación entre los estados miembros y las comunidades indígenas a través del diálogo, propuestas y proyectos a fin de implementar el texto del documento y reconocer, así como proteger, a las mujeres indígenas, dijo a IPS la secretaria del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, Chandra Roy-Henriksen.
“Vamos a impulsar una declaración de la ONU sobre los derechos de las mujeres indígenas, en especial, para que puedan entablar demandas en tribunales internacionales en casos de violación de sus derechos”, precisó Kasaiyian.
Las mujeres indígenas deben acortar la brecha entre académicos, profesionales y activistas creando su propia jurisprudencia y teorías del derecho en lo que respecta a la erradicación de la violencia contra las mujeres y el empoderamiento de las futuras generaciones.
Traducido por Verónica Firme

Las mujeres y la dictadura argentina


La violencia específica contra las mujeres en los centros clandestinos de detención, dentro del plan sistemático del último genocidio. La lucha contra la impunidad, bandera del movimiento de mujeres.


Lo primero que hace falta decir, para abordar este trabajo, es que la violencia específica hacia las mujeres durante la última dictadura, y particularmente dentro de los Centros Clandestinos de Detención (CCD) se enmarca dentro del plan más general, destinado, desde las clases dominantes, a poner a los militares en el poder para aniquilar a la vanguardia obrera y disciplinar socialmente a los trabajadores y al conjunto de los explotados. Dentro de este plan abordaremos de manera sintética las particularidades del tipo de disciplinamiento que quisieron imponerle a las mujeres detenidas.
Ya en 2008, Myriam Bregman, como parte de la querella en los juicios a los genocidas, sostenía que el delito de “genocidio”, entre otras causales, implicaba un ejercicio sistematizado de la violencia sexual. “En todos los genocidios hay violaciones masivas. La violación es otra manera de humillar y someter. No es lo mismo violencia sexual y tortura, tal como suele entenderlo la justicia. En mi opinión, la violencia sexual compone el delito de genocidio. Creemos que si logramos instalar ese criterio, las mujeres víctimas de esos sucesos aberrantes encontrarán el marco necesario para declarar quién las violó y cómo fueron violadas”. (Artemisa, 20-02-2008).
Aunque desde el año 2000 la Corte Penal Internacional incluye dentro de la definición de “lesa humanidad” a “toda violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada u otros abusos sexuales de gravedad comparable (...) cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque”, en la Argentina esta perspectiva se incorporó recién en 2010. Hasta entonces, eran considerados hechos eventuales que no formaban parte del plan sistemático de disciplinamiento: fueron callados o denunciados como una modalidad más de tortura. La Justicia, incluso, los consideraba prescriptos o quedaban incluidos dentro de las múltiples vejaciones que se realizaban contra las secuestradas (Sonderéguer; 02-05-2012).

"Recuperarlas" o desaparecerlas

Según el “Informe Nacional sobre Desaparición de Personas”, las mujeres constituyeron un 33% del total de los desaparecidos durante el período 1976-1983. Dentro del siniestro plan de las clases dominantes, los represores tenían objetivos específicos con las mujeres: “recuperarlas”, según su jerga, o desaparecerlas, incluyendo la apropiación de sus hijos e hijas.
Como plantea Andrea D’Atri “La política ideológica que tuvo la dictadura militar hacia las mujeres se centraba en la exacerbación de los roles estereotipados de género existentes en la sociedad capitalista patriarcal: se exaltaron las funciones reproductivas y domésticas, relegando a las mujeres al espacio privado, pero otorgándoles supremacía en tanto garantes de la unidad familiar, como “célula básica de la sociedad”. La dictadura, también, exacerbó el modelo dicotómico de “virgen o prostituta”, resignificado en la oposición del modelo mariano representado en la Virgen de Luján contra el de la subversiva que transgredía la supuesta esencia femenina.”
A raíz de los testimonios recopilados es evidente que la violencia específica hacia las mujeres fue sistemática, previamente planificada y aplicada reiteradamente sobre la mayoría de las detenidas en los diversos CDD que funcionaron en el país. Allí se desplegaron las técnicas que los militares habían aprendido en las “escuelas de guerra” creadas por los países imperialistas. Cada una tenía sus fundamentos, sus objetivos, sus pasos específicos, premeditados. Nada quedaba librado al azar, ni siquiera el hecho de que estos centros fueran comisarías, locales, hospitales, fábricas emblemáticas, todos ellos "escondidos" y a la vez visibles, para amedrentar a los y las trabajadoras, jóvenes y mujeres que intentaran resistir a la dictadura.
Cualquier vejación estaba permitida: violaciones reiteradas y llevadas a cabo, muchas veces, por más de un represor, en la mesa de torturas o cuando las detenidas querían ir al baño. La violación, constituía una forma de sometimiento y extorsión, una forma específica de denigración: desde la desnudez forzada de las detenidas (no sólo a la hora de las torturas), hasta la colocación de elementos en sus vaginas.
Disciplinar y "corregir", destruir la integridad física y psíquica de esas mujeres que habían sido protagonistas del ascenso obrero previo al Golpe, y que expresaban un cuestionamiento profundo al régimen político, económico y social. Incluso no es casual los testimonios que dan cuenta del enseñamiento de los represores con las mujeres, haciendo alusión a la hora de la detención, secuestro y torturas, a su militancia política en las distintas organizaciones de las que eran parte. Por eso D’Atri plantea también que “las mujeres militantes –es decir, que tenían una actividad política, pero además con la intención de subvertir el orden social- serán consideradas como elementos transgresores altamente peligrosos, no sólo por su militancia contra el orden establecido, sino en tanto encarnaban una ruptura con los roles de género tradicionales”.
Cristina Zurutuza, coautora del libro “Grietas en el silencio”, sostiene que “había una gran dosis de machismo, y de violencia machista, por dos caminos. Uno, contra las mujeres en general, y otro, contra las mujeres que se habían atrevido a desafiar el estereotipo, el modelo de mujer (...) el de una mujer sumisa, una mujer en su hogar, en su casa cuidando de sus niños, que se habían atrevido a desafiar el orden social” (Radio Nacional; Mujeres ¡de acá!; 20-03-2016). Ante semejante desafío, aniquilarlas, era el objetivo y por eso se recrudecían las vejaciones cuando las detenidas desafiaban a los represores.

Embarazo y maternidad en los CCD

Como decíamos, las clases dominantes, junto a la Iglesia, querían imprimir un estereotipo de mujer "santa", ligado exclusivamente a la función procreadora, siempre y cuando no procrearan "subversivos".
La ESMA, el Hospital Naval y el Hospital Militar fueron tres de los más importantes centros equipados como maternidades. Casi la totalidad de las embarazadas (un 10% de las desaparecidas) eran menores de treinta años. Las mantenían encerradas bajo pésimas condiciones de higiene, salubridad y alimentación, expuestas a todo tipo de violencias. El ingreso de estas detenidas en las maternidades clandestinas no era registrado: las mujeres eran “NN” que, alrededor de los siete meses de embarazo, eran inducidas al parto, practicado generalmente por cesárea.

Sala de parto | ESMA
La "sala de parto" contaba con un médico que supervisaba el proceso, parteras y enfermeras (algunas de las cuales eran monjas). Mientras que los nacimientos eran realizados en presencia de militares y policías uniformados y de civiles armados. Aún así, muchas veces las detenidas entraban en trabajo de parto y como nadie se acercaba a asistirlas eran los propios compañeros y compañeras los que oficiaban de asistentes. La tortura específica en estos casos consistía también, como denunciaron Adriana Calvo y otras parturientas, en obligar a las mujeres limpiar la sala donde habían parido y hacerlas recoger la placenta, instantes después de dar a luz en cautiverio.
Incluso muchas detenidas tuvieron abortos inducidos por la tortura. El Informe del CELS da cuenta de ellos a través de un testimonio: "Ya en diciembre de 1976, un documento firmado por detenidas políticas de Córdoba, que habían pasado un período en el campo de "La Perla", daba cuenta de la suerte corrida por Isabel G. de Negrotti, quien perdió su criatura a consecuencia de las torturas recibidas".
Gracias a los testimonios fue posible reconstruir una lógica de tratamiento y posterior expropiación de estos bebés de las manos de sus madres y/o padres.

Ni ellas, ni sus hijos e hijas

La incertidumbre que cada mujer tenía acerca del destino de sus hijos e hijas, la sensación de que serían separadas de ellos y la incógnita de saber si alguna vez saldrían en libertad para ir en su búsqueda, era parte de la tortura.
Una de las prácticas sistemáticas hacia las detenida era "invitarlas" a redactar una carta a sus familiares bajo la falsa promesa de que sería entregada a ellos junto con la criatura. Pero esas cartas nunca llegaban a salir de los CCD y esos niños y niñas tenían un claro destino desde un principio. La ESMA contaba con un listado de matrimonios militares, empresarios y civiles afines, dispuestos a criarlos, en algunos casos por la imposibilidad de tener hijos, en muchos otros por la convicción ideológica de que esos niños y niñas debían ser "salvados" de las ideas subversivas de sus padres. Una de las detenidas cuenta acerca de su compañera Graciela: "la llevaron al baño por error, mientras yo me estaba bañando. Pudimos hablar unas palabras. Ella fue trasladada el 23 de abril. Unos días antes le habían sacado el nene. Pregunté mucho por él y uno de los guardias me confió que se lo había llevado uno de los torturadores que no tenía hijos. Que ya le había comprado la ropita, y que no le habían dicho nada a Graciela" (Nunca más; Conadep; 1984).
Si el plan sistemático aplicado por las clases dominantes tenía como objetivo aniquilar a una generación entera que había desafiado al orden social imperante, la apropiación de sus hijos e hijas, tenía como objetivo garantizar incluso aniquilar la continuidad hasta biológica de aquella generación de mujeres y hombres.

La (in)justicia

El libro “Hacer justicia” publicado por el CELS en 2011 sostiene que “la desnudez forzada, la inexistencia de intimidad respecto de la satisfacción de las necesidades fisiológicas y la violación sexual a personas débiles producto de la tortura, encadenadas o engrilladas y privadas de la visión, fue parte de la cotidianidad en los CCD. (...) En muchos casos la situación se vio agravada por tener que vivir parte de sus embarazos y partos en el contexto de sus desapariciones”. En el mismo sentido Cristina Zurutuza de CLADEM sostuvo al ser entrevistada en Radio Nacional, que “todas las mujeres detenidas durante la dictadura sufrieron distintos tipos de abusos sexuales”. Recordemos que se estima fueron más de 600 los CCD creados en ese periodo, por eso el CELS hace referencia en la misma publicación a “la gran cifra negra” de delitos contra la integridad sexual que se perpetraron contra los y las secuestradas, que a esta altura es imposible saber con exactitud.
Un estudio realizado por Bilbao, sostiene que en el diagnóstico realizado por el CELS y el CIJT (Centro Internacional para la Justicia Transicional) se ve cómo la judicialización de estos delitos se encontró con los obstáculos de la Justicia, entre los cuales se menciona “el carácter sexista y discriminatorio” que reproduce el Poder Judicial (Bilbao), o como el actual juicio que se está desarrollando en Mendoza contra cuatro ex magistrados (Otilio Romano, Luis Miret, Guillermo Petra y Rolando Carrizo) por connivencia y complicidad ante ataques sexuales perpetrados en CCD de aquella provincia durante la represión.
En junio de 2010 por primera vez delitos contra la integridad sexual en el marco del genocidio recibieron una condena. En Mar del Plata se dictó prisión perpetua al ex Sub Oficial Gregorio Molina, por homicidio, violaciones y ataques sexuales. Sin embargo, las mujeres que estuvieron secuestradas, aún hoy son expuestas a la revictimización por parte de la Justicia. Mientras que por la lentitud de los juicios y porque no se llevan adelante por CCD, entre otras causales, hasta el momento sólo se pudieron conquistar condenas excepcionales. Hasta la actualidad, son sólo ocho los juicios en los que se incluyó, como parte de la tortura, la violencia específica hacia las mujeres.

Gregorio Molina, primer condenado por el delito de violencia sexual

Por un movimiento de mujeres de lucha contra la impunidad

En este artículo sólo abordamos de manera sintética los aspectos centrales de la violencia hacia las mujeres en los CCD. Una tarea llevada adelante gracias a la lucha de los organismos de derechos humanos, abogados querellantes contra los genocidas e investigadoras. Pero sobre todo, a las sobrevivientes que lo contaron. Como plantea Nilda Jelenic “Sigo teniendo una ideología (...) Ese convencimiento hace que nunca me haya visto como víctima. A mi no me van a victimizar”. (documental “Lesa Humanidad”).
Todos los gobiernos constitucionales se negaron a abrir la totalidad de los archivos de la dictadura. La Justicia tardó más de 20 años en incorporar muchos de estos testimonios e inscribirlos como delitos de lesa humanidad. La Iglesia Católica, hizo su voto de silencio. Y muchos de los 400 hijos e hijas apropiados, continúan sin tener derecho a su identidad.
Hoy Obama está en la Argentina y uno de los anuncios más demagógicos que prepara será el de la apertura de parte los archivos secretos que tiene en su poder EE.UU. Para avanzar en saber la verdad los archivos de la dictadura, de los países imperialistas o los de las fuerzas locales, deberían ser públicos, y entregados a los organismos de derechos humanos, familiares y víctimas del genocidio, para a través de comisiones investigadoras independientes, podamos acercarnos a saber qué es lo que sucedió y quiénes son los responsables.
Compartimos con Myriam Bregman que “a cuarenta años del golpe cívico militar, en Argentina los archivos de la represión permanecen ocultos y a los únicos que ha favorecido esta situación es a los que participaron del genocidio, civiles y militares. Nos consta que la documentación existe, el Gobierno tiene que abrir los archivos de la ex-SIDE, del Batallón 601, de Servicio de Inteligencia Naval y de todas las fuerzas que participaron del plan represivo”.
Todavía la gran mayoría de los empresarios, militares, policías, funcionarios, jueces, curas, obispos y civiles que fueron parte de los años del terrorismo de Estado siguen libres. Cuando se sabe que en todos los CCD hubo violaciones sexuales y abusos contra las mujeres, sólo en 8 juicios se incorporó la especificidad de la violencia ejercida contra las mujeres, y sólo se han conseguido algunas pocas penas contra los genocidas. La lucha contra la impunidad de ayer, y la que persiste hoy, debe ser parte también de las tareas de un movimiento real de mujeres que se exprese en las calles. Por estos motivos, desde Pan y Rosas nos preparamos para marchar este 24/3, con el PTS y el FIT, junto al Encuentro, Memoria, Verdad y Justicia.
*Trabajo de investigación original publicado en el sitio panyrosas.org.ar, marzo de 2008.