2/28/2015

Evo Morales, feminista con bromas machistas ?


Daniela Villegas


A un mes de que tomara posesión de un tercer periodo presidencial en Bolivia, el mandatario Evo Morales hizo una declaración radiofónica durante le presentación de candidatos a alcaldes del Movimientos al Socialismo MAS para la elecciones nacionales del 29 de marzo que a pocos nos ha dejado indiferente, .. "yo me defino feminista aunque con bromas machistas" , señalo Morales en aquel programa del 17 de febrero en una radio en la zona cocalera del Chapare, tal enunciación fue acompañada de otra igual de insolente al explicar que cuenta chistes machistas para generar reacciones en la derecha, para que la oposición se divierta, señaló, al hacer interpelaciones parlamentarias al gobierno, al fin que como apuntara, de tonterías se preocupa la derecha.

No sería la primera ocasión en que Morales da este tipo de declaraciones,  habría que recordar que el 22 de enero cuando juro ante la Asamblea Legislativa iniciar su tercer mandato , dijo en su discurso que si las mujeres no fueran "caprichositas"  mandarían en el país porque son honestas y mas trabajadoras que los hombres, sin duda la reciente declaración es una falta de respeto al movimiento feminista , a las mujeres bolivianas que le han apoyado y evidencia que el pese a estar rotundamente en contra del racismo no lo es para el patriarcado que el mismo reproduce y legitima,  la misma frase es una aberración en si misma rayando en el cinismo total

Ante tales declaraciones la destacada feminista fundadora de la agrupación boliviana Mujeres Creando Maria Galindo, redacto una detallada respuesta al Presidente boliviano que fue publicada con el título Señor Presidente usted no es feminista, publicado en página siete de Bolivia el pasado 22 de febrero y señala: 

"El acto de declararse feminista por su parte mas que ser un acto cínico es un acto de negación neurótica ante una gran evidencia,Usted es un machista" , inició rotunda Galindo en su interpelación, para sustentar su aseveración enumeró el abandono de Evo Morales a sus hijos y no responsabilizarse de ellos , la precaria y hecha al vapor Ley contra la violencia hacia las mujeres en Bolivia que no ha detenido los feminicidios , pues continúa siendo el primer país sudamericano con mayores índices de violencia física contra las mujeres, la negación del mandatario a despenalizar el aborto pese a que es una de las principales banderas del feminismo del cual supuestamente el se adscribe, asi como otros casos en que Morales hace uso de mujeres políticas complacientes y dóciles a su presidencia y después les llama "caprichositas" , pues  nunca resuelven sus conflictos cuando son las peleas entre ellas por ser legitimadas por el,.

Al final de la carta Galindo reitera al presidente boliviano: feminismo quiere decir Revolución; en la casa, en la cama y en el país y si realmente le interesa le propongo una audiencia para exponérselo en detalle, soberanía en mi país y en mi cuerpo.

Otra declaración de Evo Morales que termino siendo la cereza del pastel durante el programa fue, "Las mujeres son más sufridas, las más maltratadas, lo lamento mucho hay que superar eso pero también son las más inteligentes, las más honestas, las más comprometidas, aunque a mi siempre me traicionan", hecho que provoco risas entre sus seguidores.

Por qué es válido para Morales burlase de las mujeres e incluso señalar que son tonterías esas bromas machistas  que hace pues ni siquiera  les da importancia, y el hacer una burla racista es inaceptable? se evidencian los dobles discursos político en donde las mujeres, las temáticas concernientes a ellas solo están de relleno y se banaliza a las luchas del movimiento feminista, al final para Evo Morales la mujeres solo son funcionales , meras piezas estratégicas en la política para generar encono con la derecha la cual requiere para legitimarse como un político de izquierda, una rancia izquierda que no hace una minuciosa crítica de lo machista patriarcal que es,ah pero eso sí, racista no es.

Señor Presidente, usted no es feminista

El acto de declararse feminista, más que ser un acto cínico, es una evidencia de su machismo, le dice María Galindo a Evo Morales

Señor Presidente, usted no es feminista
María Galindo
Mujeres Creando
Como en el caso del alcohólico, debo decirle señor Presidente que solamente quien tiene la madurez de reconocer su problema  tiene las posibilidades de resolverlo. El acto de declararse feminista, por su parte, más que ser un acto cínico, es un acto de negación neurótica ante una gran evidencia: usted es un machista. Las primeras víctimas de su machismo han sido sus hijos, que fueron abandonados  antes de nacer y es ese sentimiento de culpa el que usted desesperadamente, sin éxito, trata de tapar negando su responsabilidad. La gran mayoría de hombres en Bolivia actúan así y vuelcan por sus propios problemas sin revolver  todo su resentimiento contra las mujeres, burlándose de ellas.
Aunque como hombre indígena que ha sufrido tanta humillación directa e indirectamente condena toda broma racista -porque no se trata de una broma, sino de un acto inaceptable-, en el caso del machismo dice que tenemos que tragarnos sus burlas de forma continua. Quiere  que dejemos las bromas de lado porque son sonseras, aunque no lo son, las voy a dejar de lado para mostrarle que su gobierno es machista y patriarcal.
Usted acepta tanto dentro del gabinete como en la representación parlamentaria únicamente mujeres dóciles, funcionales y complacientes. Para usted es un relleno sin importancia, al punto que nombró a una ministra de Trabajo por haber sido la amante del exministro; no le importaba que ella no estaba preparada para el cargo... Parece que en el caso de una ministra mientras más inepta, mejor. Hay muchas mujeres capaces en el país, pero usted prefiere la mediocridad y la docilidad antes que la dignidad y la capacidad. No comparto las posiciones políticas de Rebeca Delgado, pero lo que se ha ejercido contra ella es ensañamiento  para que ninguna mujer más de su entorno se atreva a criticarle a usted ni a querer ser sí misma. Como usted elige mujeres funcionales, ellas gobiernan para usted, para su machismo y no para las mujeres. Por eso no ha salido ni una sola política dirigida hacia las mujeres desde su gobierno, porque las ministras ni tienen real capacidad ejecutiva ni pueden hacerlo. No es el caso de los ministros que sí gobiernan. Si las mujeres de su entorno se dedican a pelear entre ellas es porque usted actúa como un gallo en el gallinero, pelean entre ellas por su legitimación, por su atención, por su aprobación. Seguramente, esto además de patético es insoportable. 
La ley que garantiza a las mujeres una vida sin violencia, de la que tanto se jacta usted para tapar su machismo,  es una ley que está mal hecha y que le da mucho poder a una Policía corrupta, machista e incompetente. Se la ha aprobado a la rápida para tapar el asesinato de la periodista Huaycho y el encubrimiento de la huida del asesino porque es policía.
No se ha invertido el dinero necesario para su implementación y por eso no es más que letra muerta. Seguimos recogiendo muertas asesinadas por sus parejas y mientras más pobre es la muerta, menos esperanza de justicia puede tener la familia. En su gobierno se han tapado graves casos de asesinato y violación cuando se ha tratado de hombres de poder: me refiero a la violación y asesinato de una joven premilitar en Achacachi, al caso de la enfermera asesinada en el cuartel de Miraflores y la mujer indígena violada en la Asamblea Legislativa de Sucre ha perdido hasta su trabajo, su vida, su casa, todo por esa violación y usted ha premiado a uno de los cómplices con la reelección para gobernador. Todo eso lamentablemente no es broma, señor Presidente.
Se ha negado usted a despenalizar el aborto, aunque la lucha por su despenalización es una de las luchas centrales del feminismo a nivel mundial. En Bolivia, miles de mujeres de la edad de su hija mueren por abortos mal practicados gracias a gobiernos hipócritas como el suyo, que prefieren obedecer a la Iglesia y no cuidar la vida de las mujeres jóvenes.
La educación sexual y el conocimiento de nuestros cuerpos es algo fundamental que en su gobierno no se hace tampoco y que beneficiaría en la prevención de la violencia sexual. La cosificación de las mujeres bolivianas a través de la alianza de su gobierno con una empresa proxeneta, como la de Gloria Limpias, es inaceptable. Los  dos curules de las modelos y la designación de Jessica Jordan en Nueva York  es el uso del Estado para regodeo machista de sus funcionarios.   
Las mujeres bolivianas están sobreendeudadas con hasta cinco deudas en bancos usureros, el defensor del deudor que figura en la ley de bancos no existe. Nosotras fuimos quienes tomamos la Superintendencia de Bancos cuando usted era diputado; hoy el problema es el mismo. Central de riesgos arbitraria, usura y no aplicación del seguro.
Su gobierno me ha plagiado la propuesta de despatriarcalización, pero le han quitado el contenido. Solo querían pisotearme como se hizo en el matrimonio indígena, de donde la Policía me sacó golpeándome y casi desnudándome a jalones. En eso tampoco he tenido justicia, he pasado de acusadora a acusada.
Para terminar, aunque me ha faltado espacio, le digo que estoy fuera del cuadrilátero gobierno - oposición, no pertenezco a ningún partido político ni quiero cargo alguno porque la política tradicional no transforma la realidad. Si la derecha existe es porque usted no se ha atrevido revocar la ley de partidos de Sánchez de Lozada. Usted necesita a la derecha para justificarse.
Feminismo quiere decir revolución, en la casa, en la cama y en el país; y si realmente le interesa, le propongo una audiencia para exponérselo en detalle.  Soberanía en mi país y en mi cuerpo. 

La libertad de reproducción

Lidia Falcón
Público.es

Siete países de Latinoamérica tienen en sus Códigos Penales criminalizado cualquier supuesto de aborto. Chile, Haití, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Surinam y El Salvador. En otros como Costa Rica, México y Argentina donde se contempla la posibilidad del aborto terapeútico, la conjura entre médicos y jueces hace prácticamente imposible que una mujer pueda acceder a interrumpir su embarazo en el Servicio Público de Salud.
En México una niña de 11 años quedó encinta al haber sido violada por su propio padre. Ni la evidencia de la agresión, ni el peligro que vivía la criatura inmadura para dar a luz, ni la presión de las feministas movieron un ápice a la compasión ni a la Iglesia ni al Estado para permitirle el aborto.
En Chile ha gobernado una coalición llamada de Concertación Democrática que ha estado presidida durante una legislatura por la socialista Michelle Bachelet, que repite ahora mandato, y sin embargo ha sido imposible que se legalizara el aborto, ni siquiera en los casos más graves.
En Costa Rica a pesar de estar permitido el aborto terapéutico es casi imposible que una mujer embarazada de un feto inviable pueda practicárselo en el Servicio Público de Salud.
En Nicaragua, el Presidente Daniel Ortega, otrora guerrillero y dirigente del Frente Sandinista, llegó a un acuerdo con el reaccionario cardenal Obando, para prohibir, en todo supuesto, la interrupción voluntaria del embarazo. Me llegan los llamamientos desesperados de las organizaciones feministas explicándome que están muriendo diariamente mujeres por practicarse abortos clandestinos en condiciones sanitarias deplorables, y que si descubren a las supervivientes las encarcelan.
En El Salvador, donde desde hace dos legislaturas han ganado las elecciones los dirigentes del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional, que libraron durante veinte años una cruenta guerra contra la oligarquía que mantenía uno de los más sanguinarios gobiernos de Centro América, están encarceladas 17 mujeres por haberse practicado un aborto. Es muy penoso comprobar que los revolucionarios pueden comportarse con las mujeres como los peores reaccionarios.
En todos estos países los médicos se han rendido al poder, sin mostrar un ápice de compasión y humanidad, cobardes atemorizados se niegan a practicar ningún aborto, incluso cuando la vida de la madre corre peligro o el feto es inviable.
Pero tanto los medios de comunicación como los políticos de los países democráticos, tratan a los mandatarios latinoamericanos que mantienen tal represión contra sus ciudadanas como si se tratara de iguales, obviando cotidianamente cualquier denuncia contra la masacre que allí se produce para impedirles a las mujeres la libertad de decidir su maternidad.
En unas sociedades como las de esos países latinoamericanos, en donde rige un patriarcado primitivo y la violencia contra las mujeres se ejerce por los hombres impunemente, donde las desigualdades económicas sitúan a las mujeres pobres en el último escalón de la marginación, en las que persiste la imposibilidad de acceder a los derechos fundamentales por parte de las clases explotadas y particularmente de las mujeres, donde la participación de estas en la vida política sigue siendo minoritaria o coaccionada por intereses políticos de los partidos gobernantes que no reflejan sus intereses, la penalización del aborto significa una doble represión contra ellas. En esos países, a pesar de sus pomposas declaraciones de democracia, con las que sus gobernantes se llenan la boca en discursos públicos y en las relaciones diplomáticas con el resto del mundo, no se ha amenguado un ápice la influencia de la Iglesia católica más reaccionaria, con una negación permanente para cumplir la Laicidad del Estado, siendo así que la doctrina de las Encíclicas sigue rigiendo la vida civil.
La penalización absoluta del aborto, en los países antes reseñados, debe afectar a la conciencia de todas las mujeres y de todos los hombres que acepten los principios fundamentales que han construido los Estados Modernos. La libertad, la igualdad y la fraternidad son conceptos vacíos, pervertidos y gastados, cuando se persigue a las mujeres por disponer de su propio cuerpo y se les prohíbe escoger cuando quieren ser madres. La propia Organización Mundial de la Salud ha aconsejado a los gobiernos que legalicen el aborto y se practique en el Sistema Público Sanitario. Está demostrado que en los países donde rigen tales normas legales no solo dejan de ocasionarse muertes por abortos sépticos, así como las consecuencias invalidantes de estos, sino que implementando a su vez los métodos anticonceptivos modernos se producen menos embarazos indeseados.
En Chile, en Honduras, en Argentina, en México, cuyos gobernantes aparecen triunfantes y contentos en los medios de comunicación, presumiendo de que en sus países se ha implantado la democracia y la modernidad, no importa si la vida de una mujer gestante corre peligro, no importa si las condiciones del feto son incompatibles con la vida, y menos aún si el embarazo es producto de una violación. Cientos de niñas, jóvenes y mujeres adultas son obligadas a parir sin que haya que velar por su bienestar físico y emocional ni se tenga en cuenta su decisión.
En ningún momento de su vida como en la maternidad se constata con total evidencia que las mujeres constituyen la clase más explotada y oprimida de esos países, que son vistas como simples máquinas de reproducción, y que sobre su existencia recae con toda crueldad el dominio patriarcal que considera los cuerpos de las mujeres como su propiedad.
El machismo se ceba en todas las mujeres. Incluso las de mayores recursos económicos –que suelen pertenecer al padre o al marido- tienen que contar con el permiso de estos para que puedan abortar en los hospitales privados. No son dueñas de su decisión. Los médicos no las atenderían sin contar con la anuencia del hombre que las posee. Por supuesto, en ningún país del mundo se considera que el aborto es responsabilidad de los hombres con quienes han engendrado las mujeres, acusadas de ser delincuentes. Tanto el sufrimiento físico y emocional, como la responsabilidad social y criminal recaen exclusivamente en la mujer. Ellos no son cuestionados en ningún momento, ni se les imputa en el proceso penal. Inclusive cuando un embarazo es producto de una violación en el seno del matrimonio. Y fuera de él, la imposibilidad de probar la violación hace que el noventa por ciento de los casos queden impunes.
Todas las mujeres y todos los hombres que creen y defienden los Derechos Humanos deben unirse a la campaña para exigir que el aborto se despenalice en esos países, por una cuestión de justicia, de derechos humanos, de salud, de ética y de libertades fundamentales; porque las mujeres son seres humanas.
Las medidas más elementales que los gobiernos deben aprobar para proteger la vida y la salud de sus ciudadanas comienzan por despenalizar el aborto terapéutico, con carácter libre y gratuito, como paso fundamental para erradicar las barreras legales que deterioran aún más los servicios de salud para las mujeres y su igualdad en derechos con los hombres.
Así mismo, esos gobiernos deben organizar al acceso a métodos anticonceptivos eficaces y no dañinos y extender en la población la educación en Derechos Sexuales y Reproductivos, que genere cambios socioculturales para la erradicación de estereotipos machistas con respecto a la maternidad, a fin de que las mujeres sean dueñas de su sexualidad. Es preciso que el sistema político sea el de separación de las Iglesias y el Estado Laico, que no permita la injerencia de sectores religiosos fundamentalistas y antidemocráticos en la legislación del país.
Y es preciso que se apoye masivamente la campaña por el indulto inmediato e incondicional a las 17 mujeres prisioneras en El Salvador, acusadas de haberse practicado un aborto.

Todo lo que siempre quiso saber sobre la brecha salarial entre mujeres y hombres en Canadá



Esta semana, en su bitácora en Internet, el Centro canadiense de políticas alternativas, con sede en la capital, Ottawa, publicó un artículo titulado “All your wage gap questions answered”, “Todas sus preguntas sobre la brecha salarial respondidas”, escrito por Kate McInturff.

Tomando en cuenta que Canadá es un país rico, socialmente avanzado y miembro del llamado primer mundo, vale la pena preguntarse si es verdad o no que las mujeres realmente ganan menos dinero que los hombres.
Kate McInturff escribe que, efectivamente, las mujeres ganan menos que los hombres. En Canadá. Pero también en Estados Unidos. En realidad ellas ganan menos que los hombres en todos los países del mundo.
Bélgica es el país que tiene la brecha salarial más reducida del mundo. En ese país las mujeres ganan solamente un 6% menos que los hombres. Canadá ocupa el vigésimo quinto lugar entre los países de altos ingresos, y las mujeres canadienses ganan, en promedio, un 20% menos que los hombres.

Esta situación, ¿se debe a que las mujeres trabajan menos horas que los hombres?

La respuesta es no. En Canadá, las mujeres que trabajan a tiempo completo, todo el año, reciben una paga inferior en un 20% a la que reciben los hombres, sostiene la publicación del Centro canadiense de políticas alternativas.

¿Será entonces que las mujeres trabajan menos, y cobran menos a causa de los bebés?

Kate McInturff sostiene que las mujeres toman más tiempo lejos del trabajo que los hombres cuando tienen hijos. En promedio un poco menos de un año. Ellas también tienden a guardar empleos a tiempo parcial debido a que se dedican al cuidado de los niños. Sin embargo, los bebés no son la razón por la cual ellas reciben un pago inferior que los hombres por tareas iguales.

En Canadá las mujeres tienen hijos a la edad promedio de 29 años. Un análisis de los salarios promedio de hombres y mujeres menores de 25 años, trabajando a tiempo completo, todo el año, sin bebés, muestra que en ese grupo sí existe una brecha salarial del 10 a 20% dependiendo del nivel de educación.

En promedio las mujeres en Canadá tienen de uno a dos hijos a lo largo de su vida. Si se calcula un promedio de 44 semanas de permiso parental para cada niño, una canadiense pierde menos de dos años de experiencia laboral. Esta es una diferencia relativamente menor en cuanto a experiencia entre hombres y mujeres. Sobre todo si se considera que son solo dos de los cuarenta años de una vida de trabajo. Pese a ello, las mujeres canadienses terminan sus vidas laborales ganando entre 26 a 32% menos que sus compañeros varones de la misma edad y del mismo nivel educativo, trabajando ambos a tiempo completo.

El hecho de que las canadienses tienen una mayor presencia en las universidades tampoco ha servido para lograr la igualdad salarial con los hombres.

En los últimos treinta años los niveles de educación post-secundaria de las mujeres han aumentado considerablemente. También han aumentado los niveles de educación de los hombres. Actualmente las mujeres representan más de la mitad de todos los graduados de las universidades canadienses. Sin embargo, pese a sus títulos universitarios, ellas siguen ganando entre un 10 y un 30% menos que sus pares masculinos, dependiendo de la edad del grupo, escribe Kate McInturff en el sitio del Centro canadiense de políticas alternativas

¿Será posible que las mujeres simplemente eligiendo trabajos menos remunerados?

La respuesta es no puesto que de las 500 ocupaciones encuestadas en el último censo, había solamente 31 ocupaciones en las que las mujeres, trabajando a tiempo completo, todo el año, ganaban más que sus pares masculinos. Estas mujeres representan el 2,7% del total de mujeres trabajando a tiempo completo. Para el otro 97,3% de las mujeres trabajando en las otras 469 ocupaciones, la brecha salarial persiste.

Por ejemplo, los tres empleos más populares para las mujeres con educación post-secundaria son los de profesora, enfermera, y administradora. Trabajando a tiempo completo, las mujeres en esas tres ocupaciones ganan un 10% menos como profesoras, un 7% menos como enfermeras, y un 26% menos como administradoras, en comparación a los hombres en la misma profesión y con la misma educación.

El panorama de desigualdad es aún mayor en el caso de las mujeres que hacen parte de las minorías en Canadá.

Trabajando a tiempo completo, las indígenas canadienses ganan 10% menos que los hombres indígenas y 26% menos que los hombres no indígenas. Las mujeres de las minorías étnicas ganan 21% menos que los hombres de estas mismas minorías y ganan un 32% menos que los hombres que no hacen parte de las minorías étnicas.

En general, las mujeres inmigrantes en Canadá ganan un 25% menos que los hombres inmigrantes y un 28% menos que los hombres no inmigrantes.

La brecha salarial se hace más grande para las mujeres indígenas, minorías étnicas y mujeres inmigrantes que tienen títulos universitarios.

Una indígena canadiense con un título universitario gana un 24% menos que un hombre indígena con un título universitario y ella gana un 33% menos que un hombre no indígena con título universitario.

Para Kate McInturff, del Centro canadiense de políticas alternativas, la brecha salarial entre hombres y mujeres existe. Es el rostro de la discriminación y no va a desaparecer aunque cerremos los ojos.

El primer paso es preguntar a los empleadores: ¿están pagando a hombres y mujeres el mismo salario por el mismo tipo de trabajo? No se puede corregir un error si no se lo hace visible.

Se ha demostrado que una mayor transparencia en la remuneración tiene como efecto una reducción de la brecha salarial. Y las mujeres se ponen inquietas cuando se dan cuenta que ganan un salario inferior al que recibe el compañero de trabajo sólo porque es hombre. En realidad todo el mundo reacciona ante semejante situación.

Otra medida para enfrentar esta discriminación es apoyar a las instituciones que ayudan a fijar los salarios. Se ha demostrado una y otra vez que la sindicalización y la negociación colectiva reducen la brecha salarial de género.

Otro paso es apoyar al comisionado de la igualdad salarial en cada provincia canadiense. También hay que celebrar el Día de la Igualdad Salarial, dice finalmente Kate McInturff, del Centro canadiense de políticas alternativas.

Vale la pena destacar que, según la Coalición canadiense por un salario igual, solamente en Ontario, la provincia más populosa de Canadá, las mujeres ganan un 31,5% menos que los hombres, haciendo el mismo trabajo y con las mismas calificaciones.





La autonomía económica de las mujeres


QUINTO PODER
Por: Argentina Casanova*


La ciudadanía plena puede ejercerse por varias vías; todas en conjunto representan la posibilidad de que una persona pueda utilizar sus derechos ciudadanos y goce de ellos.

 
Para las mujeres, esa plenitud ha ido construyéndose por un largo camino en el que cada vez deben sortearse más obstáculos del patriarcado y sus prácticas de control; algunas veces sutiles y otras no tanto.
 
Desde la dificultad para ejercer la ciudadanía mediante el acceso a la justicia, la participación política de las mujeres, la apropiación de los espacios públicos, la igualdad en la opinión pública, y la autonomía económica, es esta última con la que se presume que ya las mujeres han alcanzado la “igualdad”, y que hoy día pueden trabajar y estudiar, “pueden hacer lo que quieran”, ya casi tienen los mismos derechos.
 
Pero ese “casi” entraña la verdadera intención, negativa por supuesto, de no permitir el acceso absoluto al pleno goce de los derechos femeninos.
 
Tan sólo revisando las cifras encontramos una triste realidad acerca de la desigualdad en términos económicos y en consecuencia en la posibilidad de que las mujeres alcancen la autonomía económica y con ello la autonomía emocional.
 
En México aunque hay leyes, como para el resto de los temas de Derechos Humanos, no hay mucha voluntad y todas las normas “se han hecho para los demás, no para quienes deciden quebrarlas” (y ahí tenemos a un país sentado en el banquillo de los acusados frente a la ONU, y reticente a reconocer su responsabilidad por la desaparición forzada).
 
En 2007 se aprobaron en casi todo el país las leyes de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y la Ley de Igualdad entre Mujeres y Hombres, que suponía el compromiso del Estado mexicano para emprender políticas públicas desde los gobiernos para construir ese escenario.
 
Mientras tanto, la pobreza se agudiza en las mujeres, la marginación, los bajos salarios, los empleos mal remunerados, el hostigamiento y acoso laboral y sexual en espacios laborales, los trabajos de “medio tiempo”, y por si eso fuera poco los “requisitos de 20-30 años, soltera, sin hijos, buena apariencia”, que deja sin posibilidad de trabajar a las mujeres de más de 30 años de edad y que han tenido hijas o hijos, y los parámetros siempre más elevados para ellas; la consigna de “ellas deben probar que han ganado con capacidad”, y escrutinios dobles para las mujeres en todos los cargos.
 
En España las mujeres tienen que trabajar 79 días más para cobrar el mismo salario. La diferencia entre lo que ganan hombres y mujeres por un trabajo igual es de 23.93 por ciento; supone que para obtener la misma pensión, una trabajadora deba cotizar 11 años y medio más que su homólogo masculino.
 
¿Y así cómo van a construir autonomía económica las mujeres? Así cómo van a empoderarse, tener propiedades, mejorar sus ingresos, si no sólo es el círculo de la violencia sino que ahí está el círculo de la pobreza femenina de “no gano más porque no me capacito, y no me capacito porque no me permiten ir con mi hijo, y no me cuidan a mi hijo porque no hay guarderías nocturnas, y no puedo pagar niñera particular”.
 
En México, según datos del Inegi, las mujeres ganan entre cuatro y 12 por ciento menos sueldo que los varones (2011); además, de acuerdo con el Índice de Discriminación Salarial, ellas deberían incrementar su salario en 52.2 por ciento para emparejarse con los hombres, afirmó en una entrevista la investigadora Ana Buquet Corleto, directora del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México.
 
Cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen. Según estudios en naciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, y en algunos países no miembros, el aumento de la participación femenina en la fuerza de trabajo –o una reducción de la disparidad entre la participación de mujeres y hombres en la fuerza laboral– produce un crecimiento económico más rápido.
 
Amartya Sen lo vio así: “No es posible seguir depositando en la mitad de la población el sostenimiento de la otra mitad, en condiciones de pobreza”, y reconoció que cuando en una comunidad las mujeres trabajan y tienen percepciones, éstas se reflejan en un cambio absoluto en la comunidad. Eso además mueve a la economía.
 
*Integrante de la Red Nacional de Periodistas y del Observatorio de Feminicidio en Campeche.
  


CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Campeche.- 

Más mujeres en el poder, más beneficios para todas y todos

Foto de familia de la reunión internacional de alto nivel sobre las Mujeres en el Poder, celebrada el 27 y 28 de febrero en Santiago de Chile, que analizó la situación de los derechos de las humanas, 20 años después de la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing. Crédito: Ximena Castro/Gobierno de Chile

© Reproducir este artículo|  

Foto de familia de la reunión internacional de alto nivel sobre las Mujeres en el Poder, celebrada el 27 y 28 de febrero en Santiago de Chile, que analizó la situación de los derechos de las humanas, 20 años después de la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing. Crédito: Ximena Castro/Gobierno de Chile

SANTIAGO, 28 feb 2015 (IPS) - La participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones es altamente rentable y su rol en el diseño y aplicación de las políticas públicas impacta favorablemente en la vida de las personas, aseguraron en la capital de Chile lideresas y expertas procedentes de todos los continentes.
“No es un problema de hombres contra mujeres, pero hay evidencia de que cuando hay más mujeres en espacios de decisión, hay más posibilidades y hay resultados que muestran que las políticas benefician mucho más a las familias, a las mujeres y a la sociedad en general”, afirmó a IPS la directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Winnie Byanyima.
Por ejemplo, añadió la lideresa, “cuando las mujeres están en el parlamento, promueven mucho más legislación a favor de las mujeres; cuando hay suficiente representación de mujeres en los parlamentos, hay derechos de los niños que son cuidados, y cuando están las mujeres en niveles de poder, hablan también por los derechos y las necesidades de las comunidades, porque están más cerca de la vivencia de sus necesidades”.
“En el mundo ya contamos con pruebas suficientes que muestran los efectos positivos del liderazgo de las mujeres… Ellas han erigido y administrado eficazmente países y ciudades, economías e instituciones extraordinarias”: Phumzile Mlambo-Ngcuka.
Byanyima, de nacionalidad ugandesa, es una de las más de 60 mujeres de gobierno y lideresas que se reunieron en Santiago el viernes 27 y este sábado 28, para participar en la reunión internacional de alto nivel “Las mujeres en el poder y la toma de decisiones: construyendo un mundo diferente”, organizada por ONU Mujeres y el gobierno de Chile.
El encuentro fue encabezado por la presidenta chilena Michelle Bachelet, quien fue la primera directora ejecutiva de ONU Mujeres (2010-2013), y su sucesora, la sudafricana Phumzile Mlambo-Ngcuka. También participó en su inauguración el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
La reunión abrió las actividades por los 20 años de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en la capital china en septiembre de 1995, en la que 189 gobiernos suscribieron la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, que impulsó un paquete de medidas a favor de la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Dos décadas después, las y los defensores de los derechos de las humanas reconocen avances, pero más lentos y limitados de los comprometidos en aquel plan de acción.
En el acceso de las mujeres a los puestos de toma de decisiones, la representación se mantiene escasa.
En 1995, las mujeres representaban 11,3 por ciento de los legisladores en el mundo y solo los parlamentos de Dinamarca, Finlandia, Holanda, Noruega y Suecia tenían más de 30 por ciento de mujeres en sus curules. Además, solo tres mujeres eran jefas de Estado y siete eran jefas de gobierno.
Ahora, las mujeres representan 21,9 por ciento de todos los parlamentarios, y 39 cámaras de diputados del mundo cuentan con al menos 30 por ciento de mujeres. Además, 10 mujeres son jefas de Estado y 15 de gobierno.
En América Latina y el Caribe una de cada cuatro integrantes del Poder Legislativo es mujer, y en los últimos 23 años, seis mujeres conquistaron la Presidencia de sus países mediante elecciones, cuatro de ellas la última década, de las que tres resultaron reelectas.
Actualmente, Bachelet gobierna Chile por segunda vez desde marzo de 2014, tras hacerlo en el cuatrienio 2006-2010. En Brasil, Dilma Rousseff inicio el 1 de enero su segundo gobierno consecutivo y en Argentina, Cristina Fernández, preside el país desde 2007, tras ser reelecta en 2011.
Más mujeres en el poder, más beneficios para todas y todos
Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional, durante su participación en Santiago de Chile de la reunión de alto nivel sobre “Las mujeres en el poder y la toma de decisiones: construyendo un mundo diferente”. Crédito: Marianela Jarroud/IPS
En la cumbre sobre Mujeres y Poder estuvieron presentes mandatarias, como la presidenta de Lituania Dalia Grybauskaité y la viceprimera ministra de Croacia, Vesna Pusic, junto con varias vicepresidentas y un grupo de ministras de todo el mundo.
Junto a los logros, se aseguró durante diferentes intervenciones, persisten múltiples barreras tanto políticas, como culturales, sociales y económicas para el acceso de las mujeres a cargos de poder.
Además, “todavía hay países que no han avanzado y no hay progreso”, advirtió Byanyima, de Oxfam, una de las mayores organizaciones humanitarias del mundo.
La peruana Tarcila Rivera, periodista y activista por los derechos de los pueblos indígenas, en particular los de las mujeres, afirmó a IPS que en el balance de las últimas dos décadas “debe quedar claro que hemos avanzando disminuyendo sólo algunas brechas”.
Para Rivera, fundadora del Centro de Culturas Indígenas de Perú, hay diferencias en los avances registrados para las mujeres indígenas y las no indígenas. Además, persisten las brechas en educación, participación, violencia y acceso económico.
De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal),  una de cada dos mujeres de la región está fuera del mercado laboral y una de cada tres no dispone de ingresos propios, mientras solo uno de cada 10 hombres se encuentra en la misma condición.
Otro estudio de la Cepal concluyó que, si las mujeres tuvieran el mismo acceso que los hombres al empleo, la pobreza disminuiría entre uno y 14 puntos porcentuales en los países latinoamericanos.
“En el mundo ya contamos con pruebas suficientes que muestran los efectos positivos del liderazgo de las mujeres”, afirmó Mlambo-Ngcuka, quien antes de dirigir ONU Mujeres fue también la primera vicepresidenta que tuvo Sudáfrica (2005-2008).
“Ellas han erigido y administrado eficazmente países y ciudades, economías e instituciones extraordinarias”, agregó.
Pero Mlambo-Ngcuka alertó que “puede existir una resistencia manifiesta y otra sutil al liderazgo de las mujeres”, por lo que llamó a tener más valor y decisión “para que el cambio ocurra”.
Contó que durante un encuentro con representantes de la sociedad civil chilena, el jueves 26, uso como referencia una mujer embarazada, que dará a luz en seis semanas.
“Recordé a todas las personas presentes que su hija, que está a punto de nacer, tendrá 50 años antes de que el mundo le conceda la igualdad de oportunidades políticas y que esa bebé tendrá 80 años antes de gozar de igualdad de oportunidades económicas”, de seguir al ritmo actual el proceso de avance de la paridad de género, señaló.
A juicio de las lideresas y especialistas congregadas en Santiago, el cambio no puede seguir recayendo fundamentalmente en las organizaciones defensoras de los derechos de las  mujeres y de la sociedad civil. Se requiere la acción de las autoridades y de los poderosos, hombres y mujeres.
“Las herederas de Beijing son herederas de voces que nos interpelan y nos piden que pongamos la igualdad en la agenda política”, coincidió la mexicana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
“Después de 20 años de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, las mujeres sabemos qué se necesita para alcanzar la igualdad de género. Ahora es tiempo de actuar”, alentó.
Editado por Estrella Gutiérrez

Hablar de “Cincuenta sombras de Grey”, es hablar de la violencia de género


El Desconcierto

“Lo preocupante del contenido de esta película es el no reconocer los actos abusivos en la dinámica relacional entre un hombre y una mujer, y sin ser capaces de cuestionar la imposición (…) poniendo la figura de mujer como un objeto, validando la violencia y reproduciéndose los estereotipos”.

Desde hace algún tiempo, hemos venido escuchando la famosa novela “Cincuenta Sombras de Gray” la que hace unos meses fue llevada a los cines, siendo una de las películas más vistas de los últimos tiempos.
La película nos muestra a un multimillonario, guapo, conquistador, con un amplio reportorio sexual, el que habría tenido experiencias traumáticas sexuales en la infancia y satisface sus deseos sexuales a través de juegos erotizados bajo la dinámica amo – sumisa, quien se enamora de una mujer pobre, virgen, de 23 años, estudiante y trabajadora, con historia de abandono en la infancia quien habría sido criada por un padrastro, porque su madre vivía ya con su cuarta pareja. Entonces me pareció una extraña película de amor.

Ahora bien, esta introducción analizada desde el enfoque de género, nos habla de una película que tiende a reproducir los estereotipos masculinos y femeninos entendidos como creencias sobre las características de los roles típicos que los hombres y las mujeres tienen que tener y desarrollar en una etnia, cultura o en una sociedad marcando una evolución diferente para hombres y mujeres justificando, muchas veces, una discriminación hacia estas últimas. Estas diferencias, se trasforman en dificultades que dentro del proceso de socialización nos separan de los hombres atribuyendo más poder a los hombres y desvaloración a las mujeres.
Christian y Anastasia, personajes principales del films, son una pareja cuya dinámica relacional está basada en una relación de poder desigual entre él y ella la que podríamos denominar “Violencia de Género”. Y lo podemos reconocer desde un inicio de la película, donde las tácticas y estrategias de seducción basadas en el poder y la dominación de Christian Grey a Anastasia llaman la atención: por ejemplo, a partir de una entrevista realizada por ella al multimillonario, éste luego se aparezca en el trabajo de Anastasia, una modesta ferretería y durante una fiesta ella se encuentre bebiendo alcohol y él llega a salvarla separándola drásticamente de sus amistades.

Él la ama tanto que la quiere proteger, Christian poco a poco, comienza a controlar la vida de la protagonista, separándola de sus amigos y familia, aislándola socialmente. Le dice cómo actuar, beber, comer, tipos de anticonceptivos y manipular hacía sus placeres sexuales.

El control como prueba de amor. Christian se aparece en los lugares menos pensados, a la protagonista le coarta el hablar, a la expresión, opinar, soñar, …como de la nada le regala un notebook e instala en su hogar sin su autorización y vende su único medio de trasporte su auto ¿sin preguntarle antes?

La violencia de género, se refiere a todo acto que se ejerce contra la mujer por el simple hecho de serlo y que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual, psicológico o emocional, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de libertad, independiente que esto se de en el ámbito público o privado.

Esta película enseña a las mujeres que el dolor y la sumisión son eróticos, y a los hombres que las mujeres quieren un hombre que las controle. Perpetuando los estándares de abuso peligrosos y sin embargo se le presenta como una historia romántica y erótica para las mujeres”.

Lo preocupante del contenido de esta película es el no reconocer los actos abusivos en la dinámica relacional entre un hombre y una mujer, y sin ser capaces de cuestionar la imposición, el poder disfrazados a través de encantos seductores y actos eróticos mercantiles, poniendo la figura de mujer como un objeto, validando la violencia y reproduciéndose los estereotipos de los cuales nos ha costado siglos deconstruir.

La propuesta de un “contrato” de Christian a Anastasia para tener una relación entre ambos cuyas expectativas eran desiguales, pues ella seducida por la belleza de Crhistian, el dinero y condición de salvador acepta sus condiciones. Algunas cláusulas del contrato que muestra la película: Anastasia debía comer lo que la nutricionista de Grey indique, los anticonceptivos deberían ser sugeridos por la ginecóloga de él, que no debía consumir alcohol y las relaciones sexuales solo serían con él y en el ámbito de la sexualidad negociar con la posición amo – sumisa. Estos indicadores son el el claro ejercicio de la violencia que refleja la asimetría existente en las relaciones de poder entre hombres y mujeres, que perpetúa la subordinación y desvalorización de lo femenino frente a lo masculino.

En las escenas erotizadas Christian, inmensamente millonario, se presenta como “la fantasía sexual” más interesante para las mujeres. Pero realmente es una persona gravemente dañada. Es nuestra sociedad podríamos decir que fue víctima de violación, ya que a los 15 años mantuvo una relación sumisa-dominante con una amiga de su madre, que como afirma, le dejó “perdido y con 50 sombras”.

Durante la película las escenas eróticas muestran a Anastasia como una “mujer objeto”, pues ella nunca tuvo la posibilidad de practicar los juegos sexuales hacía Christian, ella debía acomodarse y ceder a sus placeres sexuales. La violencia y la sexualidad no tienen la misma raíz, porque no son lo mismo, en realidad son opuestos, placer y abuso son vivencias contrarias, sentirse querida y sentirse usada, sentirse dueña de sí misma y propiedad del otro son contrario, no se debe permitir que estas sensaciones se mezclen.

Cada mujer debe buscar y experimentar lo que desea y que ese proceso de experiencia propia le dirá si está bien o mal para ella. Es la propia mujer la que debe descubrir y elegir lo que le gusta pero a la vez asumir la plena responsabilidad de los actos a nivel personal como social. Estos actos eróticos mercantiles y la violencia se relacionan pues se ejerce una sexualidad violenta y machista. Promueve la imagen de la mujer esclava y del hombre poderoso y activo.

Es por eso que esta película y su contenido reproductor de roles estereotipados entre un hombre y una mujer de cuya relación evidencia la violencia de género deben ser cuestionadas pues daña y no nos deja ser libres. En todas las sociedades del mundo han hecho de la erotización una mercantilización dirigida a estimular el placer sexual.

La mercantilización del placer no solo significa vender y comprar, sino que del proceso creativo personal y que esté ligado más bien a los estímulos de los medios de comunicación, cuyas imágenes son violencias, machistas, racistas y destructivas ligando el placer sexual al sometimiento de la mujer esto se presenta como sin voluntad propia cuyo objeto debe satisfacer deseos violentos de quien se somete.

Es por eso la invitación a reflexionar sobre los motivos del record de venta de las “Sombras de Grey” y a pensar que nos pasa a mujeres y hombres al sobrevalorar estos actos de seducción con indicadores tan abusivos, controladores y manipuladores sindicados como “actos de amor” en una sociedad que parecía haber deconstruido los roles tradicionales y estereotipados, donde la Convención para la Eliminación de todas formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) suscrita en muchos países había generado la creación de políticas públicas para erradicación de la violencia en contra de la mujer, sin embargo, observamos a través de la opinión pública y record de venta de la novela y película que la violencia aún se mantiene perpetuando el abuso, control y la manipulación como parte de las relaciones entre hombres y mujeres.


Dominicana: “pobres” avances en torno a Plataforma de Beijing


Severos pendientes en justicia, combate a violencia y empleo

“Las estrategias de transversalidad de género en las políticas siguen siendo algo de lo que se habla poco y no interesa cumplir; la igualdad sigue siendo una meta aún lejana”, dijo a SEMlac Lourdes Contreras, coordinadora del Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).

 
La nación dominicana vive momentos de indiscutibles y definitorias luchas en defensa de la equidad de género, contra la violencia intrafamiliar y por la erradicación del feminicidio.
 
Ocho mujeres han sido asesinadas en lo que va del año, según medios de comunicación nacionales: seis en enero y dos en febrero.
 
Este mes pudo salvarse milagrosamente una mujer, al ser rescatada de un incendio producido por su pareja, quien la había encerrado en una habitación luego de que ella lo denunció una veintena de veces.
 
Contreras consideró que son “pobres e insuficientes” los avances de República Dominicana en materia de relaciones de género en los 20 años transcurridos desde la IV Conferencia Mundial de la Mujer, partiendo del examen en las políticas aprobadas e implementadas en las esferas declaradas de mayor interés en la propia Plataforma de Beijing.
 
“Tiene sentido referir la trascendencia de esta Plataforma, que definió la estrategia de la transversalidad de género en todas las políticas como la vía para el propósito de la igualdad”, aseguró.
 
“Pero, indicadores claros en cada uno de los sectores evidencian esos limitados alcances, que se pueden ejemplificar en todas las grandes áreas de la autonomía económica, física y de toma de decisiones, en especial para la participación política y social, que denotan precariedad de resultados”, precisó.
 
La coordinadora del Centro de Estudios de Género del Intec reflexionó sobre la participación económica –empleo–, donde se mantiene el porcentaje doble de mujeres (22 por ciento) frente al de los hombres (11 por ciento), teniendo ellas una presencia mayoritaria en casi todos los niveles de escolaridad y, en especial, de la matrícula universitaria.
 
Otros aspectos señalados por la especialista son la libertad y control sobre su propio cuerpo, vista la situación de la violencia contra las mujeres y el feminicidio –una mujer asesinada por su condición de género cada 36 horas, según reconoce la propia Procuraduría General de la República–, y la aún restringida capacidad jurídica de las mujeres para decidir sobre su fecundidad, y la condición de ilegalidad del aborto.
 
Todo lo anterior unido a la escasa participación de las mujeres en las estructuras directivas de los partidos políticos y la representación en los poderes públicos –16 por ciento en el Congreso–, por sólo mencionar uno de ellos.

ACCIONES TARDÍAS   

La procuradora de la Mujer, Rosanna Reyes, admitió el pasado 17 de febrero, tal y como dio a conocer el periódico Listín Diario, que había que mejorar la capacidad de respuestas rápidas y eficaces a las mujeres.   Anunció que el Ministerio Público mejorará la atención a las víctimas de violencia de género, que finalizó en 2014 con 88 asesinatos de mujeres, 17 más que en 2013, cuando hubo 71.   

Dijo la funcionaria que este año está previsto poner en operación la unidad de atención número 18, en Valverde, una de las 31 provincias de Dominicana, localizada al noroeste, en la llamada región del Cibao.   

Sobre las denuncias presentadas, Reyes informó que en 2014 hubo unas 74 mil 317 por violencia de género, intrafamiliar y delitos sexuales y que trabajan en un proyecto que cuenta con dos componentes, dirigidos a la remodelación de la planta física adecuada para la carga de trabajo que en un día recibe hasta 200 personas, y la reingeniería del personal, con una capacitación que les permita ser más eficientes y evitar que una mujer tenga que ir muchas veces a poner una denuncia.   

SITUACIÓN DEL EMPLEO   

El necesario reconocimiento de la mujer en la vida laboral y política del país recorre una larga ruta de aletargamiento.   

La directora general del Centro de Desarrollo y Competitividad Industrial (Proindustria), Alexandra Izquierdo, proclamó la necesidad de fortalecer el proceso de incremento de oportunidades de empleo y de mejora de ingresos para quienes “vienen asumiendo responsabilidades económicas cada vez mayores en el hogar, pero tienden a tener trabajos mal remunerados y de baja productividad”, declaró la empresaria al multimedios DominicanosHoy, el pasado 15 de febrero.   

Con un fuerte llamado a promover la igualdad de género y erradicar la discriminación, Izquierdo estimó que deben duplicarse los esfuerzos en aras de detener el avance acelerado de las estadísticas que indican que las dominicanas son las más afectadas de la región por la indigencia.   Datos publicados por Colectiva Mujer y Salud en su sitio web reflejan que de los 840 mil 817 hogares registrados como pobres en el Sistema Único de Beneficiarios (Siuben) del Gabinete Social, más de 65 por ciento son encabezados por mujeres.   “Debemos seguir articulando políticas para ver a la mujer en función de su contribución como agente de desarrollo. Se han logrado pasos, pero hay que seguir avanzando en su empoderamiento, porque ellas son un factor determinante en el impulso del desarrollo sostenible de la nación”, subrayó Izquierdo.   

La directora general de Proindustria ponderó los esfuerzos de la actual gestión del presidente dominicano, Danilo Medina, en el diseño de políticas para la generación de empleos y en mejorar la capacidad productiva de las mujeres, sobre todo en zonas rurales.   Refirió estudios que exponen la relación positiva entre el desempeño financiero de una empresa y las mujeres que ocupan puestos directivos, al incrementar hasta 42 por ciento las ventas, y 66 por ciento la rapidez de retorno del capital invertido.   

Valoró como positivos, además, los programas de crédito de Banca Solidaria, la creación de estancias infantiles públicas y la capacitación de las mujeres como empresaria.   “Estamos comprometidos a incrementar la inversión en programas que impulsen a las mujeres y luchen contra la discriminación de género, así como en programas de igualdad, ya que esto permitirá alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio trazados para este 2015”, concluyó.   

SOLUCIONES   

Constantemente se alzan voces en el país caribeño que proclaman la necesidad de que el Estado fortalezca dos ámbitos fundamentales: el educativo y el legislativo.   

Se requiere de una educación sexual desde las escuelas e institutos y la tipificación del feminicidio en la legislación dominicana, recogido de forma diferente, con castigos más severos que no sólo entrañen penas altas, sino que los perpetradores no puedan salir bajo fianza con facilidad, ni estar libres tras un corto tiempo de encarcelamiento.   

No obstante, fue un pequeño paso de avance no sólo para las organizaciones feministas, sino para toda la sociedad, la decisión de la Cámara de Diputados de acoger la observación del presidente Medina al Código Penal, despenalizando el aborto cuando corre peligro la vida de la madre, en caso de violación e incesto, así como cuando hay malformaciones incompatibles con la vida.   Colectiva Mujer y Salud insiste en una mayor inversión en los servicios públicos de cuidados como guarderías, centros de atención a personas discapacitadas, residencias para adultos mayores, centros especializados para el cuidado de personas con problemas de salud mental, programas de acogida para huérfanos víctimas de feminicidio o muertes maternas.   

A ello se integran campañas que instituciones y ministerios para la toma de conciencia en la ciudadanía sobre la responsabilidad compartida del trabajo doméstico y el cuidado de los hijos entre hombres y mujeres; así como incorporar en el currículo educativo formal temas relacionados con equidad de género y responsabilidad doméstica.   Otro importante factor aún pendiente en República Dominicana es la reducción de la mortalidad materna a nivel nacional, con especial atención en adolescentes y muertes por causa de abortos. Así finalizó 2014 y continúan las batallas en 2015.



CIMACFoto: César Martínez López
Por: Mercedes Alonso
Cimacnoticias/SEMlac | Santo Domingo.- 
  

La piedrita en el zapato III

Cuando Sabina Kilimanjaro logra dejar de elegir a su amo elegido. (Última entrega)


lasillarota.com

“Viví buscando quien me ‘salvara’ de mí misma y tuve la desgracia de encontrarlo”: testimonio de Sabina Kilimanjaro.

¿Qué es el amor?

A amar se aprende.

Una podría hacer su lista de deseos como carta a los reyes magos.

Pero el amor en la mayoría de los casos es aquello que una/o es capaz de reconocer como “amor”.

Y eso depende de una historia de vida.

¿Sabina tendría que aceptar que sus padres no la amaron?

Es una posibilidad, y no la peor de todas. Pero aún tiene la opción de plantearse otra negociación interior: Sus padres la enseñaron a amar y a sentirse amada de una manera dolorosa, alienante, inadecuada.

Le enseñaron a imaginar el bofetón como un abrazo.

Los vidrios rotos como un llamado.

El encierro y la prohibición como la única forma imaginable de protección.

Le enseñaron que la vida no era sino una larga colección de objetos  deseados (la risa, la empatía, la caricia, el respeto, la cercanía, el talento…) que terminan guardados bajo llave “en el baúl de los objetos imposibles”.

¿Acaso logrará construir una nueva manera de amar y de sentirse amada?

Para saberlo necesita imaginar, conocer, ser capaz de entrever algo distinto a lo hasta entonces –para ella- conocido.

El reto inmenso de trabajarse –también- otra.

Sentirse -también- otra.

La otra de ella misma que toma su bolso, abre la puerta y sale a la calle.

A encontrarse con su ella de paseo.

Cabellos al viento.
Frida Kahlo.
Su ella sin miedo.

EL PARTEAGUAS

“Repetir es una manera de intentar sanarse”, leyó Sabina alguna vez.

Y decide salvarse imaginándole a la ternura senderos nuevos en los que la manera de amar no sea una repetición desgarradora.

Por el momento es una venada herida y atrapada en la amenaza de los miedos infinitos y cósmicos.

Se ve a sí misma así:


Frida Kahlo.


A Sabina no le gusta romper la armonía. En realidad no le gusta romper casi nada,  de allí su conflicto con el cascarón de los huevos para el desayuno. Su madre solía decir: “Hay que reparar lo que esté roto en la casa”. Entonces zurcían, remendaban, zurcían, remendaban. “Nunca vamos a poder zurcir lo que ya se nos rompió”, pensaba Sabina con su almita deshilachada. Pero conservó las costumbres de su madre. Cuando conoció a Benito Efraín se sintió embelesada por esa cantidad de “promesas de amor” o frases que ella entendió como tales: “Quiero una relación que no se rompa nunca”. “Quiero que seamos el uno para el otro de tal manera que no seamos más que uno”.  “Quiero que seas lo único en mi vida y yo lo único en la tuya”.

Cada mañana Sabina intenta zurcir en su corazón ese sentimiento –ahora- confuso al que alguna vez identificó con amor. Con esos concretos y torcidos modos del amor.

Sabina solicitó a la Manola (capítulo anterior) los siguientes objetos –para ella- mágico-curativos:

A) Un libro.

B) Un paraguas.

C) Un espejo grande.

D) Una pluma fuente con tinta azul.

E) Un cuaderno de tapa roja.

F)  Unos lápices de colores.

G) Un sacapuntas en forma de globo terráqueo.

¿Cómo transportar los objetos hacia el interior de una casa clausurada, de una cárcel?

La lealtad del Caifancito por Sabina es tan intensa que tuvo que confesar: Él sabía el cómo.  Sabe muy bien cómo acceder a la azotea de la familia Fernández Kilimanjaro. Sabe cómo amarrar una cuerda gorda alrededor del tanque de agua con un nudo marinero. Cómo deslizarse hasta el patio de la casa. Lo sabe porque trabaja de voluntario en un refugio franciscano que recoge animalitos en la calle, y alguna vez tuvo que perseguir a un gato herido de tejado en tejado. Hasta ese patio.

Lo sabe porque después se encariñó con esa  mujer a la que espía –cuando su marido se va- a través de la ventana. “La miro a través de la ventana del patio para mandarle mensajes a su alma”. El Caifancito transportó los objetos requeridos con un cariño y un cuidado asombrosos. Envolvió el espejo con burbujitas. Colocó el cuaderno, las plumas, el libro, el sacapuntas, los lápices de colores y el paraguas en su mochila, que se echó al hombro.

Se sintió ilegal como Chucho el Roto, avecindado otrora en la colonia Santa María de la Ribera.

La Manola agregó:

H) Un celular para la conversa, los auxilios y los laberintos del corazón.

I) Una videocasetera.

J) Una película: “Te doy mis ojos” de la directora Icíar Bollaín.

La violencia doméstica.

Maneras de nombrar lo innombrable.

Frida Kahlo.
No se la pierdan:



En el cuaderno de tapa roja y con la pluma fuente de tinta azul, Sabina comenzó a escribir su historia. Cuando digo “su historia” me refiero a aquellos comienzos en la historia de sus abuelos. Porque ella sabe que la violencia no es nueva. Oh, no, no es nueva. Generaciones que atravesar. Le sacó punta a los lápices de colores con el sacapuntas en forma de globo terráqueo para soñar que un día navegaría el mundo.  Dibujó a sus abuelos, a sus padres, a su marido. Dibujó su infancia. Dibujó el futuro. Por primera vez se le ocurre que quizá ella tiene un futuro.

Sabina pintó a sus ancestros así: 

Frida Kahlo.


En ocasiones cuando salía con el señor Fernández lograba mirarse apresurada en los espejos de las tiendas, o en los reflejos de los vidrios de las ventanas. Mirarse le producía culpabilidad y vergüenza. “Deja de mirarte en el espejo”, niña, le decía su madre cuando era pequeña. “Así comienzan las suripantas,  las perdidas del arrabal, las de cascos ligeros”.  “Una mujer casada no debe perder su tiempo ante el espejo”, decía Benito Efraín, “primero son los espejos y luego los amantes, las mujeres no saben controlar su vanidad. Eres ridícula y fea, estás enterada”.

Sabina colocó el espejo frente a ella. Temblaron sus manos. Se miró en el espejo vestida de ella misma, vestida de muñeca. Con y sin sus muñecas. Con y sin sombrero. Se miró al espejo en camisón. Medio vestida. Desnuda. Se miró como si tuviera que recuperar poquito a poco años de olvido de sí misma.  Levanta el brazo y mira cómo su doble levanta el brazo. Se sienta en el suelo y su doble la imita. Se levanta rapidito y la otra se levanta a la misma velocidad. Se mira, se señala y dice: “Tú eres Sabina Kilimanjaro. No tengas la menor duda”. Cumple su ritual día a día apenas Benito Efraín abandona la casa después de su frase habitual: “Trata de ser útil por una  maldita vez en tu estúpida vida de muñeca. Ya me voy, a ver qué me depara el destino”.

Sabina escondió todos los objetos –ahora posibles - adentro del horno al que Benito Efraín nunca acude: “Cosas de mujeres y afeminados”, solía decir, “los lavaderos y los hornos”. El espejo –como es lógico- no cabe en el horno, Sabina lo esconde debajo del catre en el sótano.

Ni un pan, ni un pastel más salió del horno de la cocina de Sabina Kilimanjaro.

Era otra cosa lo que ella quería hornear.

Lo que se está horneando.

Me es imposible ubicar cuánto tiempo necesitó Sabina para asumir su deseo de vivir en libertad. Sólo aclaro que en este contexto existen dos tiempos muy distintos: el tiempo que marcan los calendarios, y el tiempo que marcan los procesos emocionales.
Tan interminable o tan breve.

La canción que la Manola y sus amigas grabaron en video desde el Museo del Chopo para llenar de fuerza mágica el corazón de Sabina Kilimanjaro.

           
Una mañana de marzo la Manola recibió una llamada del nuevo celular de Sabina: “Brilla un sol tan hermoso. ¿Querrías salir a pasear?” Sabina lo dijo de corridito como si salir a pasear le fuera –por fin- una promesa y no una amenaza de muerte. No tuvo miedo de sus fobias. No demasiado. Ni de sus asfixias en la calle si Benito Efraín no caminaba a su lado. “Sin mí no eres nadie, sin mí no eres nada. Una cabra loca que se perdería a la vuelta de su casa. No eres nada, sino la señora de Fernández. Nada de nada”.
El paraguas mágico de Sabina Kilimanjaro


Sabina abrió (como quien se toma un Tafil) el hermosísimo paraguas que la Manola le consiguió en un tiradero de antigüedades de colonia elegante. El Caifancito la alcanzó en el patio de su casa, y salieron del claustro como gatos por los tejados.

Sabina tuvo vértigo, es cierto.

Pánico, también.

Pero se los aguantó.

Paraguas:El paraguas mágico de Sabina Kilimanjaro
         

Se fueron las dos a pasear por el barrio. Sabina protegida por Manola y por su paraguas abierto cubriendo su cabeza.  El pánico invadía a Sabina y caminaba como arrastrando los pies. “Me estoy asfixiando, Manola. Tengo que regresar a la casa”.  “Respira niña, respira que no pasa nada”. Por días y días pasearon por ese barrio y por el barrio de al lado. Y el de al lado. Durante días pasearon bajo el sol por barrios hermosísimos de la ciudad de México. “Me duelen los pies”, decía Sabina.  “Se me van a caer”. “Es la piedrita en el zapato, niña, zapatea contra el pavimento, zapatea y la piedrita se irá haciendo polvo”. Sabina zapatea.

Diario de Frida Kahlo
Mientras tanto el –honorable y probo- don Benito Efraín Fernández, (de oficio cerrajero) abría –junto a la mujer de los ricitos teñidos de rubio- cantidad de puertas de cantidad de hoteles de esos que huelen a jabón Rosa de Venus. Se entendían muy bien entre ellos: “Apenas saque a la zorrita de mi casa te llevo al altar”, le decía. “Para amarnos el uno al otro como si fuéramos sólo uno”, le decía.  La de los ricitos respondía lánguida e ingenua: “Acaba con ella.  Quiero su casa, sus vestidos, sus perfumes.  Su cama. Su risa. Su sangre y su perrita. Quiero comerme todo lo sabroso que haya en ella”. Hasta Benito Efraín Fernández se asustaba -por momentos- de ser amado con tantísima pasión.  “A ver si ésta no me sale caníbal”, se decía, con un asomo de vaga inquietud.


El libro que el Caifancito le llevó a Sabina Kilimajaro se llama:


Diario de Frida Kahlo


Un día la Manola recibió una llamada: “Voy al barrio de Coyoacán a la casa de la pintora Frida Kahlo, la del librito”. Voy sola, Manolita. Voy sola”.



Frida Kahlo
La primera vez que Sabina Kilimanjaro con su foulard naranja y sin demasiados accesos de asma, ni ataques excesivos de pánico, toma el tranvía desde la colonia Santa María de la Ribera hasta Coyoacán.  Al lado suyo (aunque no se ve) viaja su –inseparable y mágico- paraguas protector.


El viaje en tranvía es así: Frida Kahlo


Sabina visita la casa y su jardín. Salió y volvió a entrar. Se recostó sobre la cama de Frida y de pronto se encontró llorando como si trajera todo el río Usumacinta en el cuerpo. Lloró con suspiros, sollozos, gemidos, mordiendo las almohadas bordadas. Lloró y en el espejo encima de la cama se miró llorar.  Supo entonces que una puede –también- consolarse y abrazarse a sí misma.

Que una/o se merece quererse tantito.

Oh, no, no es enferma y loca vanidad…quererse tantito.

Lloró como lloran las víctimas de otros, de ellas mismas, en esa larga cadena generacional…que un día se termina.

Hay una generación que rompe con la historia familiar.

Hay una persona que se mira a sí misma y dice: “Basta de sumisión. Basta de violencia”.

Porque para entonces ya sabe que la denigración, la descalificación, las ofensas, los golpes… son violencia.

Y luego dice: “Nunca más”.

Hay una persona que elige romper el pacto amo y esclava.

Desafiar el miedo cósmico y aprender a zapatear por las calles.

Hasta que la piedrita se hace polvo.

Lloró como sólo puede llorar una mujer que deserta para siempre la única forma de vida que le es conocida.

Algunas/os visitantes se extrañaron, otras/os lloraron con ella.

Diario de Frida Kahlo
“El performance…” explicó engolado y solemne un profesor de Berkeley en visita por la ciudad. “Los mexicanos son tan apasionados”, comentó un jubilado francés ex marinero de Marsella. El vigilante se acercó a la cama respetuoso y acomedido: “Llore señorita, siga llorando a su anchas, me voy a echar una torta de milanesa con tamal y regreso a ver cómo está”.


Sabina entendió que el dolor existe, tiene un lugar, se acepta, se vive, se nombra, se transita…y -casi siempre- se transforma.

(No hay manera de saber cuándo se transforma, ¿en qué momento? ¿cómo? Lo único verdadero…
es que un día una/o se despierta…
y el oscuro animal ya no está…
mordiéndote por dentro.
El animal del miedo cósmico…ya no está…
mordiéndote por dentro).

Lo que  Sabina cantó –como mantra-  al salir de la casa azul en Coyoacán: Diario de Frida Kahlo


En ese mismo soleado mes de marzo, José Ramón (de oficio cerrajero) y rival de Benito Efraín desde la infancia, aceptó el más vengativo de sus retos propuesto por el Caifancito: cambiar las chapas de las puertas, los armarios, los baúles, y los armarios de la casa del señor y la señora Fernández. Su rencoroso júbilo fue tal, que aceptó caminar los tejados en las cuatro patas de los gatos para llegar hasta allá.

Cuando el señor Fernández regresó a su casa que suponía suya de él –deseoso de mandar a su esposa a dormir al sótano para vengarse de haberla engañado-  insertó la primera llave. No dio vueltas. Como si estuviera atorada. Colocó la segunda y tampoco. La imposibilidad de que alguien se hubiera atrevido a cambiar la cerradura era tan absoluta, que ni aún su destreza en su noble oficio le permitía dilucidar el misterio de inmediato.

“¡La muñeca desneuronada cambió las chapas!”. Benito Efraín Fernández pateó la puerta hasta abollarse los zapatos. A  la  derecha de la puerta una hilera de maletas en filita perfecta lo informan del cambio de los tiempos.  Sólo que a veces, como diría la Manola: “ese señor es corto de entendederas”. Encima de su botiquín de piel un sobre que contiene el siguiente mensajito: “Antes querido mío, no quisiera parecer desconsiderada pero tenemos que despedirnos. Tantos años. Y sin embargo, ahora que me despido para siempre no puedo ni siquiera odiarte a como se debe. Ya no le temo ni a la locurita ni al extravío. Tu crueldad, tu desamor.  ¿Tal vez tu traición? Qué inmenso y terrible absurdo, ex querido mío”.

Debajo había dibujos a colores de paraguas, piedritas, arco iris y gatos.

Benito Efraín gritó.

Amenazó.

Se desgañitó.

Las puertas y ventanas de la casa permanecieron cerradas.

Llamó a los policías, engrasó manos y entre todos aporrearon puertas y ventanas.
“Cumpla con su deber de esposa que se respeta y ábrale al señor que es su marido”, gritaban los guardianes de la seguridad y el orden público. “Legítimo”, completó Benito. “¡Legítimo!” Repitieron los policías.

Llamó Benito Efraín a sus amigos y conocidos.

A la mujer de los ricitos teñidos de rubio.

Al cuartel de bomberos.

Para estas alturas de la escandalera en el barrio, la Manola y el Caifancito tenían convocadas a tres cuartas partes del vecindario de la Santa María de la Ribera, al pleno de las/los tiangueras/os del Chopo,  a las/los activistas  del refugio franciscano para la protección de los animalitos. Hasta las compañeras de Equidad de Género y de Católicas por el Derecho a Decidir llegaron con sus pancartas, sus cacerolas y sus tambores.

Una multitud rodeaba –a distancia- a Benito Efraín…el amo enfurecido.

Atónito.

Cabizbajo.

Contrito y cejijunto.

El amo derrotado.

El amo –sin su presa- arrojado al extravío.

“Eres un fracasado Benito Efraín Fernández”, dice la de los ricito. “¿No que la tenías dominada y la perrita y la casa y las cacerolas eran nuestras? A ver quién te sigue, mandilón de mierda”.  “Sí me salió caníbal”, masculla Benito Efraín, el amo que buscaba otra esclava y no supo reconocer a una ama en toda su espléndida vileza.  Piedra contra cocoyol, como quien dice.

Llegaron los bomberos convocados por el marido expulsado.

La comandanta Berenice Lupita, jefa de la estación de bomberos y descendiente de la primera heroica (y fogosa) bombera del Distrito Federal, lanzó la orden de emergencia: que sus compañeros desenrollaran sus interminables escaleras y adornaran la fachada de la casa de Sabina Kilimanjaro con globos de colores y serpentinas. Por una de esas escaleras el Caifancito subió y colocó encima de la puerta de entrada y salida el siguiente letrero: “Hogar de Sabina Kilimanjaro. Territorio libre de violencia”.

“Necesitamos mucho trabajo”, dijo la Manola (cuyo activismo en pro de los Derechos de las Mujeres ya no dará marcha atrás), “y muchos letreros. Que un día decenas y cientos y miles de casas puedan lucir este letrero, y que sea una verdad verdadera”:
“Territorio libre de violencia”.

Sabina Kilimanjaro espía por la ventana junto a su perrita.

La perrita agita la cola.

Por primera vez desde la llegada de Benito Efraín a su hogar, Sabina Kilimanjaro tomó su manojo de llaves, le dio vuelta a su puerta, y salió por ella (y no por los tejados) de su casa.

Su casa suya de ella.

Podríamos pensar que este es un final feliz. No nos apresuremos. La vida de Sabina Kilimanjaro continúa y ella tendrá que enfrentar las felicidades, penurias, contratiempos, alegrías y todo lo que significa el reto de vivir una vida.
Vivirla conforme a sus deseos adormecidos por años.

Vivirla tan bonito a como se pueda.

Lo que el final sí tiene de muy feliz, es que podemos imaginar que sus elecciones –si se esfuerza- vendrán a partir de ahora más de su ella –ella, que de su ella –miedo a sí misma.

Y esta liberación de los grilletes del miedo hacia adentro, y del miedo hacia afuera, es un parte aguas en la existencia de toda mujer y de todo hombre.

Sabina abrió la puerta y su mirada tropezó con la mirada del Negro Pepo, el más bello y talentoso jaranero que haya jamás poetizado en el Kiosco Morisco.

Sí, alguna vez lo escuchó.

Con tanta ternura, que aquella noche Benito Efraín Fernández la envió a dormir al sótano.

Sin perrita, sin cobija y sin catre.

Quizá se ruboriza Sabina cuando mira al jaranero…

Las casas volantes de Laurent Chehere
“Nadie sabe para quién trabaja”, se dice el Caifán desplazado en sus flacuchitos y amorosos diecisiete años. La Manola advierte las miradas y se imagina la sección de sedas de La Parisina y los encajes de la mercería la Guaida /zona centro). El maravilloso vestido que van a coser juntas para ese primer paseo de Sabina y el Negro veracruzano en la Alameda del Kiosco Morisco.  Alguna vez Sabina le preguntó a la Manola: “¿Por qué lo haces, Manolita. Por qué me ayudas?”. “Porque te quiero, porque se me da la gana. Porque otras/os me ayudaron a mí”, le respondió su amiga y se levantó el labio para mostrarle ese espacio vacío en donde la mayoría de las personas solemos tener por lo menos tres dientes. “Vamos a ir por tus dientes Manolita, tendrás los dientes más bonitos y brillantes de toda la ciudad”.


Sabina mira de reojo al Negro y se dice:

“Quizá con el tiempo. Hay tanto por hacer… amar, por ejemplo”….

Sabina Kilimanjaro mira frente a sí ese espacio abierto que ya no la amenaza –no tanto-  y se canta en secreto esta canción de Buika que le enseñó la Manola:


Se siente feliz y aliviada…

Como si su casa y su vida se despegaran del suelo….
Y volaran.

Así: “Territorio libre de violencia”. Las casas volantes de Laurent Chehere