2/28/2015

Todo lo que siempre quiso saber sobre la brecha salarial entre mujeres y hombres en Canadá



Esta semana, en su bitácora en Internet, el Centro canadiense de políticas alternativas, con sede en la capital, Ottawa, publicó un artículo titulado “All your wage gap questions answered”, “Todas sus preguntas sobre la brecha salarial respondidas”, escrito por Kate McInturff.

Tomando en cuenta que Canadá es un país rico, socialmente avanzado y miembro del llamado primer mundo, vale la pena preguntarse si es verdad o no que las mujeres realmente ganan menos dinero que los hombres.
Kate McInturff escribe que, efectivamente, las mujeres ganan menos que los hombres. En Canadá. Pero también en Estados Unidos. En realidad ellas ganan menos que los hombres en todos los países del mundo.
Bélgica es el país que tiene la brecha salarial más reducida del mundo. En ese país las mujeres ganan solamente un 6% menos que los hombres. Canadá ocupa el vigésimo quinto lugar entre los países de altos ingresos, y las mujeres canadienses ganan, en promedio, un 20% menos que los hombres.

Esta situación, ¿se debe a que las mujeres trabajan menos horas que los hombres?

La respuesta es no. En Canadá, las mujeres que trabajan a tiempo completo, todo el año, reciben una paga inferior en un 20% a la que reciben los hombres, sostiene la publicación del Centro canadiense de políticas alternativas.

¿Será entonces que las mujeres trabajan menos, y cobran menos a causa de los bebés?

Kate McInturff sostiene que las mujeres toman más tiempo lejos del trabajo que los hombres cuando tienen hijos. En promedio un poco menos de un año. Ellas también tienden a guardar empleos a tiempo parcial debido a que se dedican al cuidado de los niños. Sin embargo, los bebés no son la razón por la cual ellas reciben un pago inferior que los hombres por tareas iguales.

En Canadá las mujeres tienen hijos a la edad promedio de 29 años. Un análisis de los salarios promedio de hombres y mujeres menores de 25 años, trabajando a tiempo completo, todo el año, sin bebés, muestra que en ese grupo sí existe una brecha salarial del 10 a 20% dependiendo del nivel de educación.

En promedio las mujeres en Canadá tienen de uno a dos hijos a lo largo de su vida. Si se calcula un promedio de 44 semanas de permiso parental para cada niño, una canadiense pierde menos de dos años de experiencia laboral. Esta es una diferencia relativamente menor en cuanto a experiencia entre hombres y mujeres. Sobre todo si se considera que son solo dos de los cuarenta años de una vida de trabajo. Pese a ello, las mujeres canadienses terminan sus vidas laborales ganando entre 26 a 32% menos que sus compañeros varones de la misma edad y del mismo nivel educativo, trabajando ambos a tiempo completo.

El hecho de que las canadienses tienen una mayor presencia en las universidades tampoco ha servido para lograr la igualdad salarial con los hombres.

En los últimos treinta años los niveles de educación post-secundaria de las mujeres han aumentado considerablemente. También han aumentado los niveles de educación de los hombres. Actualmente las mujeres representan más de la mitad de todos los graduados de las universidades canadienses. Sin embargo, pese a sus títulos universitarios, ellas siguen ganando entre un 10 y un 30% menos que sus pares masculinos, dependiendo de la edad del grupo, escribe Kate McInturff en el sitio del Centro canadiense de políticas alternativas

¿Será posible que las mujeres simplemente eligiendo trabajos menos remunerados?

La respuesta es no puesto que de las 500 ocupaciones encuestadas en el último censo, había solamente 31 ocupaciones en las que las mujeres, trabajando a tiempo completo, todo el año, ganaban más que sus pares masculinos. Estas mujeres representan el 2,7% del total de mujeres trabajando a tiempo completo. Para el otro 97,3% de las mujeres trabajando en las otras 469 ocupaciones, la brecha salarial persiste.

Por ejemplo, los tres empleos más populares para las mujeres con educación post-secundaria son los de profesora, enfermera, y administradora. Trabajando a tiempo completo, las mujeres en esas tres ocupaciones ganan un 10% menos como profesoras, un 7% menos como enfermeras, y un 26% menos como administradoras, en comparación a los hombres en la misma profesión y con la misma educación.

El panorama de desigualdad es aún mayor en el caso de las mujeres que hacen parte de las minorías en Canadá.

Trabajando a tiempo completo, las indígenas canadienses ganan 10% menos que los hombres indígenas y 26% menos que los hombres no indígenas. Las mujeres de las minorías étnicas ganan 21% menos que los hombres de estas mismas minorías y ganan un 32% menos que los hombres que no hacen parte de las minorías étnicas.

En general, las mujeres inmigrantes en Canadá ganan un 25% menos que los hombres inmigrantes y un 28% menos que los hombres no inmigrantes.

La brecha salarial se hace más grande para las mujeres indígenas, minorías étnicas y mujeres inmigrantes que tienen títulos universitarios.

Una indígena canadiense con un título universitario gana un 24% menos que un hombre indígena con un título universitario y ella gana un 33% menos que un hombre no indígena con título universitario.

Para Kate McInturff, del Centro canadiense de políticas alternativas, la brecha salarial entre hombres y mujeres existe. Es el rostro de la discriminación y no va a desaparecer aunque cerremos los ojos.

El primer paso es preguntar a los empleadores: ¿están pagando a hombres y mujeres el mismo salario por el mismo tipo de trabajo? No se puede corregir un error si no se lo hace visible.

Se ha demostrado que una mayor transparencia en la remuneración tiene como efecto una reducción de la brecha salarial. Y las mujeres se ponen inquietas cuando se dan cuenta que ganan un salario inferior al que recibe el compañero de trabajo sólo porque es hombre. En realidad todo el mundo reacciona ante semejante situación.

Otra medida para enfrentar esta discriminación es apoyar a las instituciones que ayudan a fijar los salarios. Se ha demostrado una y otra vez que la sindicalización y la negociación colectiva reducen la brecha salarial de género.

Otro paso es apoyar al comisionado de la igualdad salarial en cada provincia canadiense. También hay que celebrar el Día de la Igualdad Salarial, dice finalmente Kate McInturff, del Centro canadiense de políticas alternativas.

Vale la pena destacar que, según la Coalición canadiense por un salario igual, solamente en Ontario, la provincia más populosa de Canadá, las mujeres ganan un 31,5% menos que los hombres, haciendo el mismo trabajo y con las mismas calificaciones.





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