2/23/2019

Justicia, no venganza


   Quinto Poder
Por: Argentina Casanova*

Papá, si matamos a todos los delincuentes, malos y ladrones ¿quedaríamos sólo los buenos?
-No hijo, entonces quedaríamos sólo los asesinos.
Anónimo.

México afronta una grave crisis moral y ética en la que lo mismo nos vemos envueltas las mujeres que los hombres, los pobres como los ricos, la gente con educación formal como la que no, es decir involucra un dilema derivado de la grave crisis de inseguridad y la social agudizada en los últimos 20 años, y es confundir la venganza con la justicia, llevando al país a ser un territorio de masacres celebradas en lo ajeno de los “otros” y en duelo en lo íntimo para los propios.
Difícil de entender cómo llegamos a ese punto, pero lo ocurrido en Tlahuelilpan y la predisposición a no mirar la tragedia en tanto ésta no nos toque, en centenares de personas a las que jamás le interesó el prójimo hasta que la tragedia y la muerte les tocó a un integrante de su familia, y entonces el odio minó todo lo abarcable en un campo fértil de egoísmo y falta de empatía y sororidad. Esa es la verdad.
A finales de la década del 2000 México empezó a vivir una crisis de inseguridad que se derivó de la guerra contra el crimen organizado, situación que agudizó las violaciones de Derechos Humanos y la comisión de delitos, esa “violencia horizontal” o entre pares que dejó a la mayor parte de la sociedad en la indefensión porque no tenía recursos individuales ni comunitarios para afrontarlos.
Décadas de sistema habían quebrado lo poco de comunidad que había en México.
A qué punto hemos llegado que cuando ocurrió la tragedia de Tlahuelilpan afloraron los sentimientos y frases que, desafortunadamente, son las mismas que acompañan a muchas personas que vivieron la tragedia de perder a un ser querido, indistintamente de las condiciones en las que ésta se dio, de querer no la justicia sino la venganza, el odio aflorando en el deseo de que lo mismo le ocurra a otras personas para que “lo sientan”.
Tristemente las personas en este país están más dispuestas a la empatía negativa que a la positiva, si es que se puede explicar así. Es decir, en México tenemos cientos de personas dispuestas a celebrar que les ocurriera una tragedia a las personas que robaban gasolina porque “se lo merecían”, y encima de eso convocaban al Estado a no ofrecerles ni respetarles ningún derecho, reclamaban que no merecían asistencia médica gratuita del Estado y mucho menos algún tipo de asistencia.
Este fue el mejor ejemplo para identificar ese sentimiento de venganza que se enmascara en la justicia y que lo mismo hace que un ciudadano desee que no se le brinde asistencia a una persona que sufrió quemaduras durante la comisión de un delito, “se merecen que los dejen morir sin atención médica” -decían- y sonaba igual que aquellas personas que al clamar justicia lo hacen diciendo que “ojalá les suceda lo mismo a quienes tienen la justicia en sus manos para que entiendan su dolor”.
Es el mismo sentimiento que abarca los actos de policías que toman la justicia por propia mano, y bajo el argumento de la obtención de la verdad, torturan o desaparecen al que presumen delincuente porque “no habrá justicia”.
Y la conclusión a todas esas situaciones, incluyendo a personas que bajo el argumento de su dolor por la pérdida de un ser querido se transforman en personas maledicientes, vengativas y rencorosas, es que la tragedia no nos transforma, en realidad saca lo que tenemos, lo que somos. Las condiciones adversas son las que nos muestran nuestra naturaleza humana.
No significa pedir mansedumbre absoluta, no. Pero no se puede confundir la justicia con la venganza y nos muestra que como dijo alguna vez Gandhi: “ojo por ojo y el mundo acabará ciego”, y los linchamientos populares al amparo del anonimato, la celebración de la violencia contra el otro a través de las redes sociales, la exhibición de las escenas violentas, el odio y la venganza, son esa enfermedad que carcome a la sociedad hasta lo profundo porque ni siquiera nos dimos cuenta cuándo nos transformamos en una ciudadanía enferma.
La sanidad está en reconocer la diferencia entre la justicia por encima de todo, para todos y solo así podemos garantizar un sistema de impartición de justicia, transformando a toda la sociedad y a los operadores de justicia, para actuar bajo el principio de lo justo para cada cual y no para sí mismos o para algunos nada más. Aprender a hacer comunidad y entender la justicia desde lo social y los derechos humanos es parte del camino.
*Fundadora del Observatorio de Violencia Social y de Género en Campeche
CIMACFoto: César Martínez López

Cimacnoticias | Campeche, Cam

Foro “México unido por los valores y la familia” convocado por el Senado, contradice la progresividad de los derechos humanos

Inaudito que la Comisión de Salud del Senado avale un foro en el que únicamente participen sectores ultraconservadores

Se abre la puerta a grupos conservadores que quieren volver a las mujeres al ámbito doméstico


Cd. de México, 18 feb. 19. AmecoPress/SemMéxico.- La Alianza Nacional por el Derecho a Decidir Andar, calificó hoy como inaudito que la Comisión de Salud del Senado de la República avale un foro de ultraconservadores denominado “México Unidos por los Valores de la Familia, que sólo busca perpetuar la desigualdad y la discriminación.
Lo más grave es que se busca influir en las política públicas y promover un modelo único de familia, regresar a las mujeres al ámbito doméstico e impedir el matrimonio igualitario.
Pide al Senado de la República la organización de un Foro de las mismas características con la misma difusión, en el que se escuchen las voces de académicos y especialistas que sostienen posturas plurales y diversas sobre los temas del Foro mencionado

Afirmó que con ese foro está propiciando el retroceso de la agenda progresista de defensa de los derechos humanos y la protección al Estado Laico.
El llamado es a la Comisión de Salud y a la Mesa Directiva del Senado, en particular a quien la preside, Martí Batres.

En un comunicado oficial ANDA manifiesta su preocupación por la realización del Foro “México unido por los valores y la familia”, convocado por la Comisión de Salud del Senado de la República.
Afirman que es preocupante que solo se dé cabida a voces de grupos conservadores que intentan vulnerar el Estado laico, que son contrarias al reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres y de quienes integran la comunidad LGBTTI, así como de los derechos sexuales y reproductivos de toda la población.
Es claro que esos grupos han puesto sus recursos al servicio de una agenda conservadora que busca influir en las políticas públicas para perpetuar la desigualdad y la discriminación, promover un modelo único de familia, regresar a las mujeres al ámbito doméstico, impedir el matrimonio igualitario, la educación sexual en las escuelas públicas, el acceso de adolescentes y jóvenes a servicios de salud reproductiva y de las mujeres al aborto legal y seguro.
Agregan que entienden que todos los grupos de la sociedad tienen derecho a ser escuchados, pero darle espacio a una sola voz en un evento como éste, no solamente muestra una tendencia imparcial en el proceder del Senado, sino que pisa los linderos de la violación al Estado laico y tiñe negativamente su labor. Los derechos que estos grupos han obstaculizado son derechos ganados con mucho esfuerzo por sectores muy importantes de la sociedad mexicana.
Foto: SemMéxico.

“Voy a patalear y gritar, no se las voy a hacer fácil”: Mujeres hablan sobre sus intentos de secuestro

|por Patricia Ramírez 
Fotos por Patricia Ramírez.

Fingir ser su novio, seguirlas en autos, amenazarlas para salir del metro o acorralarlas en la calle. Estas son algunas de las técnicas que se utilizan en los intentos de secuestro de mujeres en la vía pública y el transporte colectivo de la Ciudad y Estado de México. 

En un inicio, el gobierno capitalino negó tener información sobre los intentos de secuestro que narraban mujeres en redes sociales. Tras el registro de 131 denuncias en Serendipia Digital, una marcha feminista de aproximadamente 5 mil asistentes, más testimonios y presuntos detenidos, hace unos días la Procuraduría de la CDMX informó la existencia de 45 carpetas de investigación del 30 de enero al 11 de febrero. 

En otros estados del país no hay mapeo vigente, pero las voces de mujeres que han vivido experiencias similares desde hace mucho tiempo, también se hacen escuchar a través del internet. 

Mery, Fany, Dan, Alejandra e Ireri nos cuentan qué les ha ocurrido durante su trayecto a casa, cómo han modificado sus rutinas después de leer, escuchar, conocer y respirar entre noticias de intentos de secuestros, e incluso, cómo han cambiado sus vidas después de vivir uno. 
Como un campo de guerra donde sales y no sabes si vas a regresar 

Como mujeres lo que estamos viviendo no se considera vida, más bien es una libertad a medias. Lo recuerdo y lo repugno. Aún tengo miedo e impotencia, pero también mucho coraje. Vivo en el puerto de Veracruz y a principios de este febrero intentaron secuestrarme. 

Tenía la rutina de ir al gimnasio todos los días por la tarde. Siempre camino por la avenida para ir entre calles porque sé que la situación está muy peligrosa. Mi mamá siempre me ha enseñado a observar todo: “fíjate hacia atrás, fíjate en los rostros que te rodean, fíjate en los autos”. Es un hábito que hizo que se arraigara en mí, tal vez un mal hábito porque no está bien que vivamos así, pero me ayudó. 

Esa tarde cuando regresaba del gym, noté que un coche iba muy lento detrás de mí. Lo que hice fue sentarme en un escalón y hacerme la tonta para observar qué pasaba y entonces los vi: tres hombres en un auto blanco. Se detuvieron un poco más adelante. Así que me levanté y comencé a caminar de regreso. Ellos se dirigieron al retorno para poder seguirme. 

Corrí. Volteaba y los veía. Pensaba que me iban a matar. Vi una casa con la puerta abierta y le expliqué a la señora que estaba allí lo que me ocurría. Abrió el portón para que yo entrara. “No te preocupes. Vamos a hacer lo que se pueda pero aquí no van a pasar”, me dijo. Estaba temblando. Ellos estaban decididos a subirme, yo lo sé. Los vimos pasar en el coche frente a la casa. Se fueron. Sentí un poquito de lo que miles de mujeres vivieron, las que ya no están y no quiero imaginarme lo que pasaron. Había vivido situaciones desagradables como acoso pero no sentía que agredieran mi integridad física de tal manera. Veía los peligros de ser mujer como un escenario que estaba mal, pero no me preocupaba, sentía que nunca me iba a pasar. 

Sé que muchas cosas en mi vida cambiaron y van a cambiar. A partir de este momento voy a vivir alerta, no importa que me digan “pinche loca”... Esto es un campo de batalla donde sales y no sabes si vas a regresar, ahora más que nunca es importante la seguridad en México. Pero si esto vuelve a pasarme voy a patalear, voy a gritar, no se las voy a hacer fácil. No quiero acostumbrarme a vivir con miedo. 
—Mery, 20 años.

Fany. Foto por Patricia Ramírez. 
No todos los hombres me harán daño, pero todos los que me han hecho daño son hombres 

Cuando te intentan secuestrar te das cuenta de que siempre has sido una presa potencial. Ser sobreviviente es ser consciente de que te pueden hacer daño. Para mí la verdadera justicia sería que no nos pasara nada, porque “esa cosa” que te quitan cuando te violentan, ya no regresa. 

El 2 de febrero de 2018 regresé a mi casa a las 10 de la noche. Mis papás me recogerían en la salida de una estación del metro en la línea B, muy cerca de Ecatepec. Al esperar en la avenida, un señor junto a un coche blanco me ofreció taxi seguro. Momentos después, cuando no estaba nadie a mi alrededor, se acercó, me tomó de los brazos y me dijo que no gritara porque me iría con él. Yo hice todo lo contrario. Empecé a gritar, a llorar y a pedir auxilio. 

Sólo recuerdo la adrenalina. Él me golpeó en la cabeza, caí al piso, se fue y segundos después unos hombres llegaron a ayudarme, pero yo no dejé que me tocaran. En ese instante dejé de confiar en ellos. 

El primer golpe es el estrés postraumático: pasas unas semanas diciendo que estuvo horrible pero que no pasa nada, que la vida estará mejor y que serás más fuerte. Yo lo pensé hasta el día que crucé sola por un puente peatonal y tuve un ataque de pánico. 

Mi defensa era ser vulnerable. Las relaciones que llegué a tener con hombres eran bajo una condición de víctima, es decir, sólo me proteges o me haces daño. No hay otra opción. Empecé a decir que “no” a las salidas, dejé de ir a clases impartidas por profesores que hacían comentarios violentos, perdí oportunidades escolares y de trabajo por vivir con miedo. 

Cuando eres víctima crees que debes pedir perdón por todo, pero después te das cuenta que debe ser al revés. Nosotras no les debemos disculpas a nadie, ni a mis familiares, ni a mis compañeros, ni a los medios, ni a todas las preguntas horribles que te hacen en el Ministerio Público. Creo que este problema es estructural y político: no todos los hombres me harán daño, pero todos los que me han hecho daño son hombres. 

Con esta situación de los intentos de secuestro, me siento identificada con los casos, pero no quiero que mi vida parta de ese momento. Yo decidí que la violencia no sería la bandera que me iba a definir. No le quiero hacer un monumento a esto que me pasó. Esto no nos va a cambiar la vida como ellos quieren. Preferimos estar de este lado, vivas, sin conmemorar ni permitir que la violencia nos defina. 

—Fany, 21 años.

Dan. Foto por Patricia Ramírez. 
No he querido contar esto porque creo que quizás lo imaginé 

Empezó hace dos años. Era la una de la madrugada cuando desde mi cuarto escuché a una mujer gritar. Estaba en la calle y pedía auxilio, suplicaba que la ayudaran. Me dio mucho miedo. Le avisé a la policía y mi papá decidió salir a ver qué pasaba, pero ya no había nadie. No nos dijeron qué ocurrió. Estamos seguros de que la secuestraron. Ahí, en la delegación Gustavo A. Madero. Desde aquel momento soy precavida. No salgo a la calle sin mi gas de chile. Siempre tengo mis llaves en la mano. Diariamente utilizo tenis por si tengo que correr. No leo ni platico en el celular por miedo a distraerme. No voy a fiestas y si lo hago, no me gusta tomar. Mis papás prefieren que me quede en la casa de mis amigas cuando es muy noche. Las cosas no son lo mismo para nosotras desde hace mucho tiempo. Asisto a clases en el turno vespertino: en la hora de entrada llego antes para evitar que esté oscuro y en la salida mi mamá va por mí, pero tengo miedo porque sé que la expongo. Tengo un par de conocidas que han intentado secuestrar. Mi expectativa de esto es que deje de pasar, pero sé que no va a suceder pronto. 

Hace un par de días iba caminando cuando una camioneta blanca de puertas corredizas bajó la velocidad cuando iba junto a mí. Pensé que me subirían y me eché a correr. No he querido contar esto porque creo que quizás me lo imaginé, quizás…

—Dan, 23 años. 
Desde hace años me he preparado para vivir esto

No me dan miedo las estaciones que son foco rojo porque desde hace cuatro años que me preparo para vivir así. He aprendido a vivir con esto y siempre ha sido igual para todas. Estoy acostumbrada, aunque suene cruel o feo.

Hace cuatro años entré a la universidad y tras mi primer acoso sexual comencé a cambiar mi rutina en el transporte público. De la estación Candelaria a San Lázaro un hombre me agarró, me tocó y me besó enfrente de las personas. Nadie hizo nada. Hace más de un año, caminaba por la calle cuando un sujeto en una moto bajó la velocidad para poder tocarme el trasero. Y sobre los policías, hace unos meses, una de ellos me agredió físicamente porque chocamos en una salida.

Mis hábitos han cambiado poco a poco. Ya no utilizo audífonos en el metro y sólo leo cuando estoy sentada con una mujer. He tenido que cambiar mi ruta, aunque sea más larga, para no pasar por los lugares donde he sufrido incidentes. No puedo usar vestidos ni faldas porque paso cuatro horas y media en el transporte público. Me siento privada de mi libertad de expresión, de mi libertad de ser y vestir como yo quiera.

Con las situaciones de secuestro creo que siempre ha existido esto y ya sé tomar mis medidas. Estoy preparada. Sé ubicar las salidas de emergencia, sé qué hacer cuando un hombre se me acerca demasiado y no me confío de los policías.

Me parece incongruente e hipócrita que socialmente se estén mostrando solidarios con “el listón morado” y “dame la mano”, pero cuando vives un acoso o algún tipo de violencia no hacen nada. Prefieren quedarse callados. Yo sé que un cambio será difícil, pero espero que esto sea una chispa que consiga el factor de cambio para que la gente te apoye cuando estás en peligro.

—Ireri, 23 años.

Angélica. Foto por Patricia Ramírez.
No importa la situación porque todas estamos expuestas 

Yo sabía que la situación del metro era insegura pero no estaba predispuesta. Para mí era un problema, pero no tan fuerte ni tan grande como lo veo ahora. Antes era precavida pero no sentía miedo. 

Eran las 4:50 de la tarde del 5 de febrero de 2018. Subí las escaleras de la estación Nezahualcóyotl en la línea B del metro . En el descanso estaba un hombre robusto, moreno, alto de playera roja, gorra y bermudas blancas. Se levantó. Me apuntó con una navaja y me dijo: “dame tu celular y vámonos”. 

En ese momento lo primero que pensé fue “por favor, no me hagas daño”. Y corrí, corrí rápido. Estuvo a punto de atraparme pero empecé a gritar por ayuda. Grité lo más fuerte que pude. No recuerdo cómo ni dónde pero alguien me tomó del brazo, era un hombre joven que parecía estudiante acompañado de una señora. Juntos me dirigieron hacia el policía de la estación. 

No podía moverme. Las piernas no paraban de temblarme. No podía hablar. No podía llorar. No procesaba lo que me había pasado. “Espera, alguien viene siguiéndonos”, me dijeron. Otro hombre moreno, vestido similar al secuestrador nos siguió hasta que llegamos con el policía. Notamos que en la avenida se encontraba el primer sujeto, lo señalé, pero se dio cuenta, él y su compañero subieron a un auto y arrancaron. Eso fue todo. 

“¿Qué viene después?”, me pregunto. Trato de estar atenta a todas partes. Le envío mi ubicación a mis papás y le cuento todo a mis amigas. Honestamente me da miedo estar en la calle. Aunque creo que lo más importante es cuidarnos entre nosotras. Ahora sé que todas estamos expuestas, sin importar nuestra condición o situación. 

Debemos pedir a las autoridades que hagan algo. No está bien ir por la calle con miedo, vivir a la expectativa de que algo te puede pasar. Nos estamos cuidando cuando no debería ser así, aunque estaría bien que se genere esa semilla de ayudar y empatizar cuando alguien está en problemas. Voy a seguir con mi vida y ahora sé que si esto me volviera a pasar, yo volvería a gritar. 

—Angélica, 19 años.

El manual de las abstracciones


Por Carolina Vásquez Araya

Somos maestros de la evasión, con la capacidad de abstraernos del mundo real.

Como un ejercicio indispensable de supervivencia emocional hemos ido adaptando nuestro mundo interior con el propósito de protegernos contra la fuerza de las circunstancias. Vemos la miseria y el dolor de otros –y muchas veces de nosotros mismos- con un filtro contradictorio de resignación y optimismo, único recurso posible para protegernos de emociones demasiado intensas y devastadoras. Así vamos dejando atrás aquello potencialmente letal para nuestro equilibrio interno. Por ello, quizá, nos hemos convertido en una especie de “procesadores” cuyo objetivo es seguir adelante, no ver lo que no nos toca de manera directa y abstraernos de toda experiencia traumática.
En países como los nuestros, con pasados y presentes cargados de violencia y destrucción, este mecanismo viene instalado desde la infancia. Dotado de un velo de indiferencia que muchos llaman “resignación cristiana” o “así es la vida” nos hemos acostumbrado a tolerar el abuso y el vasallaje de los más débiles como parte de la tradición y la costumbre. En ese conglomerado de seres indefensos ante sistemas adversos al goce de sus derechos humanos elementales están las mujeres, las niñas, niños y jóvenes como los principales actores de esta comedia patética, una comedia cuyo guión nos induce a alterar nuestra escala de valores para acomodarnos lo mejor posible en el estrato que nos toca, siempre con la ambición de trepar al superior.
De este modo, pasan por nuestro lado sin dejar huella acontecimientos cuyo impacto nos debería obligar a reaccionar, participar y dedicar un esfuerzo adicional para hacer de nuestra sociedad un conjunto de seres humanos y no un montón de islas blindadas contra la realidad. El mecanismo de la negación ha sido perfeccionado de tal modo que después de un tiempo -y con el correspondiente abrigo emocional de la negación- tanto las víctimas inocentes de los conflictos armados como aquellas condenadas al hambre y la miseria por el abuso político y económico de las élites dejan de ser personas para convertirse en una masa abstracta y anónima, cuyo destino estaba supuestamente marcado por fuerzas superiores o por dioses inclementes.
¡Qué excelente recurso el de la abstracción! Si no contáramos con ese maravilloso truco de la mente, quizá no hubiéramos podido soportar la visión de las niñas calcinadas ante la vista impávida de los policías en un “hogar seguro” del Estado de Guatemala. Tampoco nos hubiéramos sobrepuesto al dramático relato de las mujeres ixiles violadas por los soldados durante el conflicto armado interno de ese país. O, para verlo más de cerca, si no fuera por los filtros contra la emoción, los muertos que se acumulan en las calles haitianas o palestinas nos impedirían disfrutar del almuerzo dominical. Pero no. Gracias a nuestra valiosa capacidad para obliterar todo aquello que nos cause dolor o siquiera malestar, cerramos el acceso a la solidaridad natural de la especie humana y condenamos a “los otros” a vivir lo suyo sin dedicarles un solo pensamiento.
¿Será esto un mecanismo de protección emocional o con esa actitud carente de valor humano nos condenamos a ser las siguientes víctimas en esa escalada de indiferencia? Al no involucrarnos, no participar y dejar que otros decidan, abandonamos un principio fundamental de toda sociedad organizada y violamos una de las reglas fundamentales del sistema democrático al cual nos adherimos. La realidad actual, por lo tanto, nos obliga a quitar los velos y observar, sentir y comprender el origen, las causas y las posibles consecuencias de cerrar los ojos y dejar pasar.
www.carolinavasquezaraya.com

elquintopatio@gmail.com

Estancias para las y los trabajadores con hijos


Monedero 
Por: Carmen R. Ponce Meléndez*


El que las y los trabajadores puedan contar con un apoyo esencial como son las estancias infantiles es fundamental, como lo es el hecho de que el Estado se haga cargo de las necesidades de la primera infancia y la proteja.
Bueno pues todo esto se encuentra en un crucial debate nacional porque las Estancias Infantiles de la antes Sedesol y ahora Bienestar Social tuvieron un significativo recorte en su presupuesto y varias de ellas fueron canceladas. Por si fuera poco el Secretario de Hacienda cuando salió a justificar este recorte del gasto hizo la recomendación de que las abuelas fueran las que cuidaran a la niñez, propuesta que tuvo un amplio y justo rechazo.
Esa explicación de la reducción de recursos y de estancias debió darla la Secretaría de Bienestar y de ninguna manera Carlos Urzúa, que bastantes problemas tiene que batear.
El argumento para esta cancelación de muchas estancias es que hay un nivel de corrupción en su operación, la verdad es que probablemente en 70 por ciento de los programas sociales seguramente hay un manejo con mucha corrupción y clientela política, pero la solución no es desaparecerlos. No es posible tirar el agua sucia con todo y niño.

¿CUÁL ES LA DIMENSIÓN DEL PROBLEMA?
Como bien se aprecia en la gráfica anterior, 8 de cada diez trabajadoras con hijos están en el Sector Servicios, por tanto en áreas urbanas las madres trabajadoras ganan menos que las mujeres sin hijos, sus salarios son de 27.5 pesos por hora menos a los 32.2  pesos x hora que gana una mujer sin hijos; pero además los 32.2 pesos son 3.9 por ciento menor a lo  que lo que ganan los hombres con hijos, (Inegi-Enoe, 2018).
Ahora bien, existen varios tipos de estancias o guarderías:ora menos a los 32.2  pesos x hbajadoras con seguridad social, ambas on insuficientespesos por hora menos a los 32.2  pesos x h: las de la Secretaría de Bienestar que son para población abierta (sin seguridad social, en la CDMX 5 de cada 10 trabajadoras no cuentan con seguridad social, hay estados como Oaxaca donde son 7 de cada 10); en contraparte  las guarderías del IMSS o ISSSTE son para las trabajadoras con seguridad social, ambas son insuficientes. El que la mujer cuente con este apoyo significa que las posibilidades de contar o conservar un empleo crezcan un 18 por ciento.
Otro factor a considerar es que una cuarta parte de los hogares cuentan con jefatura femenina.​ Los hogares con jefatura femenina suelen tener un mayor número de integrantes de la población infantil y adulta mayor. Esto hogares se asocian también con mayor vulnerabilidad sociodemográfica e incluso mayores porcentajes de pobreza, ya se vió que las madres trabajadoras ganan menos.
Normalmente en el presupuesto para la igualdad se destina 10 por ciento del gasto a estancias y guarderías, por supuesto no es ni con mucho suficientes para la demanda de este servicio, se estima que 7 de cada 10 niños o niñas de madres trabajadoras son cuidados por sus familiares.
La proporción más alta de mujeres que carecen de este servicio se registra en el Sector Primario con un 96.65 por ciento, considerando mujeres con más de 3 a 5 hijos. Para las mujeres del campo que realizan un trabajo remunerado prácticamente el acceso al servicio es nulo.
En orden descendente siguen las trabajadoras de la Industria (Sector II), con 76 por ciento. Baste recordar el modelo maquilador que emplea mano de obra femenina pero escamoteando esta prestación a sus obreras.

Las mujeres que están en el Sector III (Servicios), la proporción es de 74.59 por ciento, dicho de otra forma de cada diez mujeres que laboran en este Sector –el más feminizado-, únicamente 2.5 tienen acceso a guarderías; la relación es inversamente proporcional, a mayor número de hijos disminuye el acceso al servicio de guarderías.
Las Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras de la Secretaría de Bienestar Social atiende a una población infantil de 1 a 3 años 11 mes y a una pobación infantil de 1 a 5-11 meses. Son 312 mil 209 centros y 5 mil 514 para discapacidad. (Datos de Coneval 2017).
Según Coneval en el período 2007-2017 estas estancias crecieron 153.5 por ciento; en tanto que las guarderías del IMSS sólo crecieron 90.5 para el mimo período.
¿Por qué esta enorme desigualdad en el crecimiento? Porque en esta misma medida ha crecido la informalidad laboral, es decir el número de trabajadoras y trabajadores sin seguridad social, por tanto sin acceso al IMSS. Lo mismo sucede en el tema de salud, la población del Seguro Popular (población abierta sin seguridad social) aumentó 55.6 por ciento, pero la del IMSS únicamente 52 por ciento. (Datos de Coneval, 2016).
Este es otro efecto negativo de la informalidad laboral. En síntesis, en 30 años de neoliberalismo el Estado ha venido abandonando su responsabilidad con la primera infancia, pero lo que está sucediendo ahorita es todavía más preocupante.
Para empezar estas estancias son para las mujeres más pobres, de hecho 3 de cada 10 se ubican en municipios pobres en los estados de: Guerrero, Edomex, Chiapas, Veracruz y Puebla. En esta administración su presupuesto se redujo 50 por ciento, para 2018 se consideraron 9 mil 399 estancias. Esto lleva ímplicito la cancelacion de un número importante de guarderías, niñez que se queda sin atención, y trabajadoras que de la noche a la mañana pierden un servicio fundamental.
El argumento es que existe mucha corrupción en el manejo de estas estancias; se sabía que la calidad de los servicios a la niñez era muy inferior al de las guarderías del IMSS; además  el mecanismo para poder ser responsable de una estancia era muy porclive a malos manejos de los recursos.
Por si fuera poco se ofreció una ayuda a los padres o madres de un mil 600 pesos bimensuales y para niñez discapacitada de 1-4 años serán 3 mil 600 peos bimensuales. Una medida muy neoliberal, por cierto, individualiza la protección y cuidado de la niñez independientemente de que con ese dinero es imposible pagar una guardería privada.

Sergio Sarmiento (neoliberal y antimorena), escribió en el diario “Reforma” un artículo donde cita a Milton Friedman, -líder de los “Chicago Boys” y padre del neoliberalismo económico- en la cita claramente se puede leer que Friedman recomienda dar dinero a los padres o madres y olvidarse de subvencionar estancias o guarderías, incluso hace la misma recomendación para la educación. ¡Dónde estamos!
Se ha dicho que eso de dar dinero es temporal, mientras se define bien a bien cuáles estancias tienen corrupción y cómo se van a sustituir. Los partidos de “oposición” han puesto el grito en el cielo, particularmente el PAN, pero estos actúan como auditores del nuevo gobierno y cazagazapos, nunca les interesaron la niñez o las mujeres.
Desde otra mirada no se puede perder de vista que las familias no son el mejor espacio para el cuidado infantil, implica desconocer que más del 60 por ciento de las niñas y niños reportan maltrato en sus hogares, y que de las víctimas de abuso, maltrato y violencia, una inmensa mayoría alega que el abuso fue cometido por alguno de sus familiares. También ahí es donde sucede el mayor número de accidentes.
Equis Justicia para las Mujeres, Fondo Semillas, Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) y el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, entre otras organizaciones, rechazaron la disminución de recursos al programa de estancias infantiles. “El Estado debe garantizar condiciones para conciliar vida personal y laboral y fortalecer el acceso a servicios de cuidado infantil”, afirmaron en un comunicado conjunto.
Una recomendación de la CNDH exhorta a los funcionarios a observar los mandatos constitucionales, la Convención sobre los Derechos del Niño, la Recomendación General número 19 del Comité de los Derechos del Niño sobre la elaboración de presupuestos públicos para hacer efectivos los derechos de la niñez y la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, respecto de la protección y garantía de sus derechos y salvaguarda de su interés superior.
No es creíble que un gobierno catalogado como “progresista” atente contra las mujeres trabajadoras y contra la protección de la primera infancia. En el congreso las y los diputados de Morena afirman que todo esto es temporal y que el Estado se hará cargo de la protección y desarrollo de la niñez en su primera infancia, se ampliarán y fortalecerán las estancias y las guarderías. ¡Que así sea y lo más pronto posible!

*Economista especializada en temas de género
twitter @ramonaponce
CIMACFoto: Rosario Nieto
Cimacnoticias | Ciudad de México.

Mil millones nos levantamos por la revolución 2019: “en solidaridad con las mujeres y las niñas explotadas”

Mujeres Cautivas
Por: Teresa C. Ulloa Ziáurriz*



Estamos frente a un tiempo marcado por una furiosa escalada del fascismo, el imperialismo, el populismo y ataques neoliberales sobre la vida de las mujeres alrededor del mundo. Sobre todo, las más excluidas – la clase trabajadora, las minorías y las mujeres más vulnerables en cualquier parte del mundo – experimentan los impactos y son forzadas a enfrentar estos ataques sobre su bienestar, sus derechos y sus hogares. 

Este 2019 la CATWLAC, junto con FEMMVA, Rosas Rojas, el Archivo Feminista de Lesbianas, la Coalición por la Abolición del Sistema Prostitucional, Defensoras Populares y Víctimas y Ofendidos del estado de Morelos, decidimos ponernos de pie en “Solidaridad contra la Explotación, de cualquier tipo, de Mujeres y Niñas” en tanto que las políticas neoliberales y el capitalismo rapaz se han convertido en la maquinaria de la mayoría de los gobiernos, trayendo profundas consecuencias para perpetuar el sufrimiento de la clase trabajadora y la población excluida socialmente. 

Esta explotación sin precedente y la pobreza rampante que aqueja a la mayoría de los habitantes de nuestro país y el mundo, sigue escalando y es imposible ignorarla. Por eso, este año nos levantamos para oponernos a esta represión y opresión, porque las mujeres y las niñas pobres al rededor del mundo sufren los efectos del neoliberalismo que ha degradado las condiciones sociales y económicas para las mujeres. 

El desempleo, la falta de vivienda, la explotación laboral, el trabajo forzado, los recortes a los servicios sociales, la falta de tierra, la sobreexplotación de los recursos naturales, la pérdida del poder adquisitivo, la privatización, el desplazamiento forzado por las guerras, la militarización, la delincuencia organizada, los delitos en materia de trata de personas y todas las formas de explotación y mucho más; lo que provoca otras formas de violencia que vienen de la mano con la pobreza insoportable, el hambre y la violación de los Derechos Humanos. 

Este año, el 15 de febrero, nos levantamos en la Plaza de Armas, de Cuernavaca, Morelos, en especial para exigir al gobierno de Morelos, a su Fiscal General y al congreso del estado que cumplan los compromisos internacionales asumidos por México en relación con los Derechos Humanos de las mujeres y las niñas. Nos levantamos para exigir que el Secretario de Seguridad Pública nos explique cuáles son “las actividades que no son propias de una damita” y que nos aclare si el que una mujer se encuentre en situación de prostitución, es justificación para que las maten. 

En este momento estamos viviendo una emergencia nacional por el número de casos de feminicidio y desaparición de mujeres y niñas. No aceptamos las declaraciones de los funcionarios públicos que argumentan que son ausencias voluntarias, cuando todas las jóvenes y las niñas menores de 18 años o quienes se encuentren en situación de vulnerabilidad no pueden tener ausencias voluntarias, ya que hay vicio en el consentimiento. 

Así mismo, exigimos se liberen los recursos para que pueda operar la Comisión Ejecutiva de Atención y Reparación de Víctimas del Estado y la Fiscalía General, que, aunque no funcionan como deberían, al no liberarles su presupuesto se les está dando el pretexto ideal para no atender los casos de feminicidio, secuestros y desapariciones que van en aumento. 

El gobierno del estado, la Fiscalía General y el Poder Judicial deben entender que están obligados a actuar con la debida diligencia en todos los casos que involucren mujeres y niñas. 

Este año, en Morelos nos levantamos para exigir poner fin a TODAS las formas de explotación de mujeres y niñas. Nos levantamos por las víctimas de feminicidio, las desaparecidas, las secuestradas, las tratadas y explotadas, las madres, las hijas, las hermanas, las novias de los desaparecidos, los asesinados, los secuestrados y los ejecutados. 

En la Ciudad de México, nos pusimos de pie el 16 de febrero de 2019, en la Alameda Central, donde se congregó un nutrido contingente. En la CDMX la movilización “Mil Millones nos Levantamos en Solidaridad con las Mujeres y Niñas Explotadas”, se llevará a cabo hasta que la violencia de contra las mujeres y la violencia feminicida pare. 

En México nos levantamos por las desaparecidas, por las víctimas de feminicidio, las víctimas de la delincuencia organizada, de abortos inseguros, las desplazadas, las madres que buscan a sus hijas e hijos, las víctimas y sobrevivientes de la trata, la prostitución y otras formas de explotación sexual, las víctimas del trabajo infantil y del turismo sexual y la pornografía, así como del alquiler de vientres, fenómenos que crecen en total impunidad en nuestro país. 

Nos pusimos de pie contra todas las formas de mercantilización de los cuerpos de las mujeres y las niñas, incluida la explotación sexual y reproductiva y en contra de las reformas al Artículo 4 de la Constitución. Exigimos la abolición de todas las formas de mercantilización y explotación sexual y reproductiva de los cuerpos de las mujeres. 

La sexualidad, como intentan elevarlo a derecho garantía, tiene un significado complejo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) "la sexualidad es un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los roles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales" (OMS, 2006), por lo que el uso del término que se le pretende dar en la iniciativa de reforma constitucional se queda muy corto y está mal usado. 

La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-afectivas del mundo animal que caracterizan cada sexo. También es el conjunto de fenómenos emocionales y de conducta relacionados con el sexo, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo. 

No estamos en contra del derecho de las mujeres y las niñas de disfrutar del más alto nivel de salud sexual y reproductiva, como lo estableció la Plataforma y Plan de Acción de la Conferencia sobre Población y Desarrollo, de Cairo, 1994. En lo que no estamos de acuerdo es en que las mujeres pobres sean consideradas incubadoras, para quienes tienen el poder económico de comprar un bebé o alquilar un vientre. 

Hoy y cada día, en América Latina, siete mujeres y niñas serán víctimas de feminicidio, según datos de ONUMujeres. En nuestro país 9 mujeres o niñas, cada día. Por eso, hicimos un llamado a unirse, a ponerse de pie, a levantarse contra la violencia, a resistir, hasta que venzamos al sistema patriarcal. #NiUnaMás Víctima de las redes de explotación sexual y reproductiva y #NiUnaMenos Desaparecida o víctima de feminicidio. 

A las jóvenes les decimos, #YOSITECREO y les tendemos nuestra mano para ayudarlas y protegerlas, hasta que la autoridad de esta Ciudad omisa sea capaz de garantizarles la vida, la integridad y la seguridad a todas las mujeres, jóvenes y niñas. 

*Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC por sus siglas en inglés). 

Twitter: @CATWLACDIR 

Facebook: @CATWLAC

CIMACFoto: Hazel Zamora Mendieta
Cimacnoticias | Ciudad de México.

Congeladas, iniciativas para tipificar como delito la violencia política por razones de género



En los seis años recientes, ninguna de las iniciativas para tipificar como delito la violencia política por razones de género ha prosperado, reprocharon ayer diputadas y especialistas de defensa de las mujeres.
En el foro Violencia política de género, la ex magistrada María del Carmen Alanís fue más allá y aclaró que la legislación puede definir que no deben violarse los derechos políticos de las mujeres, pero si no hay una estrategia conjunta con las autoridades, ¡vale madres!, y perdón por el francés.
Ayer en la Cámara de Diputados se resaltó que la campaña presidencial del año pasado fue la de mayor agresión política en contra de las mujeres y la presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, Wendy Briceño (Morena) refirió que desde 2012 se han presentado iniciativas para incluir el término de violencia política, pero todas se quedaron en la congeladora legislativa.

Sanciones a agresores de mujeres que hacen política
Los actos de agresiones contra las mujeres que hacen política, desde cualquier ámbito, no pueden permitirse y deben sancionarse, declaró.
Durante el encuentro, Gloria Alcocer Olmos, de Organización Fuerza ciudadana, resaltó que hay muchas formas de violentar a las mujeres, y que se ha extendido esa práctica principalmente en Twitter, donde hay algunos usuarios muy agresivos.
“Vean estas cuentas que nos están tirando mierda todo el tiempo, por favor. No tenemos que ser las mejores amigas del mundo, sólo decir la de al lado, aunque me caiga mal, los hombres se enojan, salen, se echan unos tragos, y al día siguiente, compas. Pero nosotras no, ‘uta, me vio feo, ¡50 años de rencor y no le hablo’! A las que ofendí, retiro lo dicho, de verdad nos necesitamos porque nos están cargando las cosas más feas”, dijo.
Citó que otro ejemplo de agresión ocurre en el Poder Judicial y ejemplificó con el caso de la magistrada Janine Otálora, que renunció como presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Lo que pasó con Janine no es justo, sostuvo.

Usos y costumbres sin base
Mientras, la ex magistrada Alanís afirmó que los usos y costumbres se han convertido en una de las principales resistencias al avance político de las mujeres.
Lamentablemente, en muchos casos lo que las comunidades reconocen como usos y costumbres, no lo son. En Coyotepec, Oaxaca, cada tres años los cambiaban, al igual que en otros municipios, según les convenga por su contexto político o económico y en medio quedan las mujeres y otros grupos de población tradicionalmente excluidos, indicó.

Enrique Méndez
Periódico La Jornada

El estado de México, un cementerio de mujeres

                 Magda Coss Nogueda

Magda Coss, periodista, escritora y fundadora de la asociación civil 24-0 México. Esta semana, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, consideró un avance importante que el feminicidio amerite prisión preventiva, de acuerdo con la reforma al Artículo 19 constitucional. Además, aseguró que se reforzarán las políticas para atender este tipo de asesinatos de mujeres, en los que México ocupa uno de los primeros lugares en la región latinoamericana.
En 2018, en el territorio mexicano se contabilizaron 786 víctimas de feminicidio, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En más de la mitad del país se ha declarado la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres, lo que implica un conjunto de acciones de gobierno que deben implementarse para erradicar la violencia feminicida y permitir que las mujeres gocen de los derechos humanos más básicos.

Los feminicidios en el estado de México 

El estado de México es la entidad con el mayor número de feminicidios. En el 2018 asesinaron a una mujer cada día –aunque no todos los casos se catalogaron como feminicidios– y hay al menos 11 municipios que se han planteado declarar una doble 'alerta de género' ante el número de desapariciones de mujeres y niñas.
"Llamar 'monstruo' al asesino de Ecatepec, así como describir su traumática infancia o sus problemas de salud mental como si fuera una excepción o un solo caso, invisibiliza la violencia sistémica que permite que más mujeres sigan siendo asesinadas". Magda Coss, periodista, escritora y fundadora de la asociación civil 24-0 México.
En enero, apenas habían pasado cuatro horas en este 2019 cuando en el estado de México ya habían matado a una niña. Camila, semidesnuda y golpeada, de solo nueve años, fue la primera víctima. Pocas horas después, a unos kilómetros, un hombre mató a golpes a su esposa, Patricia. Su hija encontró el cadáver. El 2 de enero, otra mujer fue baleada en su auto. Se llamaba Eliza.
Mientras tanto, el gobernador, Alfredo del Mazo, estaba de vacaciones. No hubo pronunciamiento oficial. Unos meses antes, en su primer informe de Gobierno, reconoció que habían aumentado los homicidios en un 80 % entre 2007 y 2017, pero ni una sola vez usó la palabra "feminicidio".
Durante el gobierno de Eruviel Ávila, que gobernó la entidad de septiembre de 2011 a septiembre de 2017, fueron asesinadas 2.510 mujeres.
El tema finalmente cobró notoriedad después que una pareja fue detenida por matar a unas adolescentes en Ecatepec. Juan Carlos, el acusado, admitió haber matado a unas 20 mujeres. De acuerdo con trascendidos, habría reconocido llevar años matando mujeres, quizá para el tráfico de órganos. 

Él y su pareja fueron llamados los "monstruos de Ecatepec". Si bien se considera que él puede ser el mayor asesino serial en México, denominarlo "monstruo", a pesar de todas las atrocidades que cometió, así como describir su traumática infancia o sus problemas de salud mental como si fuera una excepción o un solo caso, invisibiliza la violencia sistémica que permite que más mujeres sigan siendo asesinadas.

Algunas causas

Rita Segato, antropóloga feminista argentina-brasileña, fue una de las especialistas invitadas a desentrañar lo que sucedía con respecto a los feminicidios en Ciudad Juárez en el 2006. Había entonces más de 40 hipótesis de las causas por las que se mataba a las mujeres.
La experta acuñó el término "pedagogía de la crueldad" para explicar lo que lleva a una sociedad a que en el día a día sus mujeres estén en peligro, aunque no solamente sea contra las mujeres que esté dirigida la violencia, sino "contra todo lo que desestabiliza" al patriarcado. Pero una de las conclusiones más relevantes que expone la antropóloga es que considera el feminicidio un síntoma y que lo que lleva a algunos hombres a ser violentos contra las mujeres y contra otros hombres es "la precariedad de la vida". "La vida se ha vuelto inmensamente precaria, y el hombre, que por su mandato tiene la obligación de ser fuerte, de ser el potente, no puede más y tiene muchas dificultades para poder serlo", explicó la especialista.  
Magda Coss, periodista, escritora y fundadora de la asociación civil 24-0 México.
"Llamar 'monstruo' al asesino de Ecatepec, así como describir su traumática infancia o sus problemas de salud mental como si fuera una excepción o un solo caso, invisibiliza la violencia sistémica que permite que más mujeres sigan siendo asesinadas". Magda Coss, periodista, escritora y fundadora de la asociación civil 24-0 México.
En la precariedad, Segato engloba "la falta de empleo, la inseguridad en el empleo cuando lo tienen, la precariedad de todos los vínculos, el desarraigo de varias formas…", la falta de oportunidades de trabajo, de estudio y de acceder a factores de bienestar. "Yo afirmo que los varones son las primeras víctimas del mandato de masculinidad".
El caldo de cultivo en el estado de México se conforma con la inacción de las autoridades, la apatía de la justicia, la falta de mecanismos de denuncia y la impunidad. Las falencias de las autoridades en la entidad están plenamente documentadas: primero minimizan las desapariciones, incluso de menores; pierden o traspapelan información de las víctimas; no cuentan con credibilidad entre la población afectada; falta capacitación del personal… De los 37 laboratorios forenses certificados que hay en México, ni uno se encuentra en el estado de México. Ha habido casos de cuerpos que han sido exhumados tres veces antes de poder hacer las pruebas que den con su identidad. 
Además, no hay protocolo del uso de tecnologías y redes sociales para encontrar a las víctimas. Guadalupe, madre de una desaparecida, sabía por la señal de localización del celular de su hija que, un día después de perder su rastro, estaba a unos 20 minutos de su casa. Las autoridades no actuaron. Hoy su hija está muerta.
La estrategia para erradicar el feminicidio en México debe pasar por combatir las nociones de violencia de género enraizadas en la sociedad y construir una sociedad que aprenda a detectar las señales de abuso al interior de las familias o en las comunidades.
En la eliminación de la violencia todos jugamos una parte y no debemos permitir que el estado de México siga siendo un cementerio de mujeres.
@magdacoss

Hacia la huelga general feminista del 8 de marzo


Por: Teresa Mollá Castells*


A falta de menos de un mes para el 8 de marzo y la huelga general feminista se han convocado elecciones generales para el 28 de abril. Tendremos por fin la posibilidad de decir en las urnas lo que llevamos tiempo demandando: más democracia paritaria porque sin mujeres no hay democracia. Además, podremos también, poner de manifiesto quiénes queremos que nos gobiernen. No podemos quedarnos en casa. Hemos de ir a votar para frenar a las derechas y sus ambiciones de recortar nuestros derechos.
Pero vayamos por partes y calentemos motores para la huelga general del 8 de marzo. Yo tengo claro que no haré el paripé de las dos horas de paro. La situación de desigualdad que atravesamos y los asesinatos machistas no le permiten a mi conciencia ir con medias tintas. Haré, lo que siempre hice con las huelgas generales: Parar.
Siempre he dicho que una huelga es como un beso: si no la haces, cae sobre tu conciencia, como un beso no dado que también cae sobre la conciencia. Y yo quiero sentirme viva y que mi conciencia esté tranquila y serena. Además, y después de la experiencia del año pasado, descubrí que sabe muy requetebién secundar esta huelga en nombre de todas las situaciones de desigualdades, violencias machistas, micromachismos, trata de mujeres, prostitución, vientres de alquiler, brechas salariales, y un largo etcétera que sufrimos las mujeres. Se me quedó muy buen cuerpo haberla secundado y, además, haber estado haciendo llamamientos para que fuera secundada.
Este año no estamos mejor que el año pasado. A lo largo de estos casi 365 días, las mujeres nos hemos tenido que movilizar por motivos varios. La patriarcalización de la justicia y las sentencias que se han ido dictando con la de los violadores de "la manada" al frente; el intento de recorte de muchos millones de euros por parte del gobierno de Rajoy para el pírrico Pacto de Estado contra la Violencia de Género; las declaraciones de algunos líderes de la ultraderecha que han pactado en Andalucía para intentar derogar la Ley 1/2004 sobre Medidas de Protección contra la Violencia de Género; la voluntad explicada de Casado de volver a la ley del aborto del 85, atentando de ese modo contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, así como nuestro derecho a ser o no madres, en aras a pagar las pensiones, cuando quienes vaciaron las huchas de las pensiones fue gente de su partido que ha robado de las arcas públicas a manos llenas y de ese modo pasar a tener un concepto de las mujeres como meras gestoras de cotizantes para pagar pensiones.
Tenemos muchos, muchísimos motivos para ir la huelga general del 8 de marzo. Nuestras niñas merecen un futuro mejor. Merecen ser y sentirse ciudadanas de primera y no ser invisibilizadas por lenguajes que cosifican, por tradiciones que las colocan en segundo plano, por instituciones que las re-culpabilizan cuando son agredidas o son acosadas e incluso violadas.
Nuestras niñas merecen vivir sin miedos a ser violentadas por las calles. Y por violentadas también me refiero a las agresiones verbales en las calles. Merecen tener voz propia y ser escuchadas para contar sus experiencias y emociones en las escuelas e institutos. Tienen derecho a vestirse y vivir como quieran. Y a ser creídas en caso de necesitarlo. Y a tener una formación afectivo-sexual y descubrir las relaciones sexuales de manera placentera y libre, sin presiones, sin ser forzadas y, ni mucho menos, ser violentadas.
Y nosotras, las que ya tenemos unos años, tenemos derecho a tener una vida libre de violencias cotidianas en las que se nos cuestiona la voz por ser mujeres, se nos intenta denigrar porque cuestionamos al patriarcado, porque hemos decidido tener voz propia sin necesidad de que nadie nos "traduzca" a un lenguaje más amable para el patriarcado, porque decidimos en cada momento con quién, cómo y cuando queremos estar. Porque hemos tomado conciencia de nuestra fuerza personal y colectiva y no vamos a permitir que se nos detraigan nuestros derecho adquiridos.
Por nosotras y por el resto de mujeres del mundo, el 8 de marzo yo pararé en la segunda huelga general feminista. Y que nadie intente impedírmelo porque no lo conseguirá.
*Corresponsal, España. Comunicadora de Ontinyent.

CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Ontinyent, Esp.

Liberan a defensora del agua Dominga González


Después de 10 años en prisión abraza a su familia

Dominga González a su salida del penal de Santiaguito en el Estado de México 
Dominga González Martínez fue la primera en asomarse por entre el alto zaguán verde. Arriba de ella, sendas cámaras de vigilancia y el letrero del Centro Penitenciario y de Readaptación Social Santiago, en Almoloya, Estado de México. No volteó atrás ni un segundo.
Salió sonriente, de vestido de flores y canasta en mano. Tras ella, sus compañeros Lorenzo Sánchez Berriozábal y Marco Antonio Pérez. Los tres -indígenas- caminaban a paso tranquilo, con el regocijo de la libertad a cuestas.
Afuera les esperaba gente de su pueblo -indígena náhuatl- San Pedro Tlanixco, en el Estado de México, que lleva décadas en la defensa del agua de su río. Había más de un centenar de personas, principalmente mujeres que llevaban al menos cinco horas de pie. Todas tenían la mirada puesta en el portón y unas rejas verdes, la última valla entre la libertad o la injusticia.
Dominga y sus compañeros fueron sentenciados en noviembre de 2017 a la pena máxima de 50 años de prisión por el presunto homicidio y privación de la libertad del empresario floricultor de Villa Guerrero, Alejandro Isaak Basso, con quien la comunidad de Tlanixco sostenía un litigio por el uso del agua del río Texcaltenco. Mientras los floricultores, la mayoría con inversión extranjera, querían el río para lucro privado, el pueblo de Tlanixco lo necesitaba para tareas domésticas y de siembra que realizan principalmente las mujeres.
El juicio de este fin de semana llegó con más de 10 años de retraso, ya que a la y los indígenas les detuvieron y llevaron en prisión preventiva desde 2007. Desde entonces esperaban sentencia. Aunque inicialmente se les dijo que se repondría todo el proceso, el juzgado finalmente determinó su inocencia.

LARGA ESPERA

“¿Qué son unas horas cuando ya esperaste tantos años?" soltó entre el tumulto una señora.
La víspera, las familias de Dominga, de Marco y Lorenzo, se postraron desde las 9 de la mañana hasta las 11 de la noche a un lado del Cereso, donde se celebró la audiencia en la que un juez determinaría la libertad o el encierro.
Las familias no estaban solas, las abrazó el pueblo de San Salvador Atenco, otras personas defensoras de los derechos de los pueblos indígenas, integrantes del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero, (que les defendió legalmente), y el Congreso Nacional Indígena.
“Un pueblo unido, jamás será vencido. Un pueblo callado, jamás será escuchado“, “Libertad, libertad, a los presos por luchar”, se escuchaba entre las consignas.
Sin embargo, no fue hasta el otro día, 17 de febrero, cuando Roberto González, el hermano de Dominga salió del juzgado y comunicó a todos el auto de formal libertad de tres de los seis presos de Tlanixco.
Gritos, aplausos. Un ¡sí se pudo! que dijeron después de más de 10 años de gritar -en asambleas de pueblos, frente a representantes de Naciones Unidas, medios de comunicación y a autoridades- que sus familiares eran presos políticos a quienes el gobierno había reprimido a través de la criminalización por organizarse para defender su agua.
El Juzgado Primero Penal de Toluca, decidió esta resolución luego de que el Ministerio Público, adscrito a ese juzgado, se desistiera del proceso legal en contra de Dominga y sus dos compañeros.
El litigio estuvo lleno de irregularidades y violaciones al debido proceso, como denunciaron sus abogadas y abogados en su momento. Por ejemplo, la principal prueba contra Dominga fue que es “una señora morena y chaparrita”; y el agravante ser indígena y defensora.
Éste es un triunfo que ganaron las familias luego de que en 2017 se les sentenciara a 50 años de prisión por un delito que no cometieron. Las familias apelaron esta resolución y ayer tuvieron respuesta.
Con la resolución firme, irrevocable, Yolanda, la esposa de Lorenzo, dijo: “nosotros tenemos la necesidad y la obligación de defender nuestros recursos naturales. Si no lo hacemos nosotros, nadie va ir a nuestra comunidad a defenderlo. A nadie se le está robando, es nuestro. Defender el agua también es nuestro derecho”
“Es como despertar de una pesadilla. Al fin vamos a terminar con esto, dijo Tomasa, la hermana de Marco, otro de los liberados, horas antes de festejar la libertad.

RENACER
Era domingo de visitas. Dieron las 7 de la noche, pero varias mujeres y niños todavía salían del penal con bolsas. Afuera abordaban taxis en dirección al aeropuerto para regresar a sus entidades -lejanas- desde donde visitan a sus familiares en reclusión.
En medio de la impaciencia general, Yolanda estaba tranquila. No le dio tiempo de preparar un recibimiento en su casa para Lorenzo. “Su encierro nos dio un giro de 90 grados. Tenemos mucho qué platicar él y yo”, dijo sin quitar los ojos de los canceles verdes.
Cuando las rejas se abrieron, Raquel -la hija menor de Dominga- abrazó a su mamá en llanto abierto.
“Cuando se la llevaron mi vida se volvió un infierno porque yo era muy chica, dependía de mi mamá”. Raquel era una adolescente de 14 años cuando un comando de policías federales se la quitó una noche. “Es una emoción muy grande y yo creo que no es tarde para rehacer la vida”, expresó.
Quien esperó por muchos años esta escena fueron las madres y padres de los indígenas.
Por eso, las primeras palabras de Dominga, ahora libre, fueron: “Lo primero que haré es estar con mi familia porque fueron muchos años perdidos, y también iré a visitar la tumba de mis padres, a quienes jamás volví a ver”.
Marco y Lorenzo también se abrazaron a las que por tantos años les esperaron afuera: sus hermanas, sus esposas, sus hijas e hijos. Abrazos, regalos, confetis, y palomas blancas de papel por todos lados.
Antes de irse advirtieron que la residencia va a seguir hasta que liberen a sus tres compañeros que continúan presos: Pedro Sánchez Berriozábal, Teófilo Pérez González y Rómulo Arias, a quienes sus esposas, madres e hijas esperan. “Ahora nos llevamos tres, mañana los otros tres”, gritaron desde afuera del Cereso.
La algarabía se formó en tres “torbellinos” de gente. Cada uno con su familia y su fiesta. Como cierre de más de una década de espera, en menos de diez minutos todos ya estaban dentro de varios autos.
Ya con la noche encima, salieron rumbo a la celebración de una nueva vida que, como dijo Tomasa, “ahora juntos tendremos que reinventar”.
CIMACFoto: César Martínez López

Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | Ciudad de México

Greta Thunberg: la joven cara de la lucha contra el cambio climático


Realiza paros escolares cada viernes
   

“Mi nombre es Greta Thunberg, tengo 16 años y soy de Suecia. Hablo en nombre de la justicia climática.” La adolescente que con sus dos trenzas se ve mucho más joven todavía siente la necesidad de presentarse cuando ya es toda una estrella, por ejemplo, al hablar frente a funcionarios de la Unión Europea en Bruselas, el jueves.
Greta Thunberg empezó a plantarse enfrente del parlamento sueco en Estocolmo al inicio de este año escolar. Las primeras tres semanas las perdió y luego, decidió entrar “en huelga” todos los días viernes. ¿Para qué estudiar, si los adultos destruyen nuestro medio ambiente y no tenemos futuro?, es su lema. Y el movimiento ha crecido.
Si al inicio sólo fue Greta, preocupada por todo el daño que iba a causar el aumento de la temperatura global, ahora miles de estudiantes se han unido a sus demandas. Bajo el hasthtag #FridaysForFuture (Viernes para el futuro, en inglés) empezaron a inundar las calles, este viernes en Francia, Alemania y otros países europeos, pero en redes sociales también circularon fotos de activistas en Uganda y Japón.
Políticas y políticos se han sentido obligados a escucharla, por ejemplo, en el Foro Económico Mundial, en Davos, Suiza; en la Conferencia sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas, en Polonia, y ahora en la conferencia de la UE en Bruselas. Pero Greta Thunberg no es una invitada fácil, no hace un discurso bonito y luego dócilmente da la mano a las y los líderes de estos países.
“No quiero que tengan miedo”, dijo en Davos, “quiero que entren en pánico!” Y en Bruselas: "La mayoría de políticos no quiere hablar con nosotros. Está bien, nosotros tampoco queremos hablar con ellos. Queremos que hablen con los científicos, que les escuchen, porque nosotros repetimos lo que llevan diciendo décadas".
En una charla que prestó en un inglés impecable en diciembre de 2018, relató que la primera vez que escuchó del cambio climático tenía unos 8 años. “Me preguntaba, si es tan grave, por qué no hablamos de eso todo el tiempo? En la tele, en la radio, en los titulares en la prensa? Si quemar combustibles fósiles amenaza nuestra existencia, por qué continuamos haciéndolo? No entendía.”
Thunberg es muy abierta sobre el hecho que presenta el síndrome Asperger, una variedad del autismo. “Esto básicamente significa que sólo hablo cuando lo considero necesario. Esto es uno de estos momentos”, dijo en su charla. “Para mi, todo es blanco o negro, no existen áreas grises. Entonces, si tenemos que parar las emisiones, hay que pararlas.”
El enfoque que la joven tiene, y tal vez su falta de sociabilidad, la han hecho vulnerable para una ola de ataques, los más violentos proveniendo de la ultra-derecha en redes sociales. Se burlan de su aspecto físico, de su autismo, y la acusaron de ser un mero instrumento de otras personas que la instruyen. Por supuesto, no faltan los que insisten en que no hay un cambio climático.
Cada acción de la joven es vigilada y criticada. Por ejemplo, cuando en vez de tomar el avión de Suecia a Suiza (“demasiadas emisiones CO2”, dijo), hizo el viaje de 65 horas ida y vuelta en tren, se publicaron imágenes de ella tomando una merienda envuelta en plástico. Y se le criticó por ello.
Sus contrincantes son poderosos. La canciller de Alemania, Angela Merkel, insinuó que las protestas de estudiantes contra el cambio climático no podrían ser idea de ellas y ellos, sino que podría haber intereses rusos atrás. El secretario general de su partido, los cristiano-demócratas, atacó a Thunberg abiertamente cuando ella criticó a Alemania por no cumplir sus metas de reducir emisiones.
“Ninguna palabra de empleos, seguridad de abastecimiento, asequibilidad. Pura ideología, pobre Greta!” escribió el político Paul Ziemiak en Tuiter, él mismo recibiendo una ola de críticas para eso. Muchas personas reprocharon a Thunberg y las y los estudiantes por declararse en huelga de la escuela los viernes.
Les dicen que está bien protestar, pero por favor, no en las horas de la escuela, valorosas para estudiar. A lo que la sueca, y ahora muchas niñas, niños y adolescentes a su lado, responden: “Para qué vamos a estudiar, si ya no tenemos futuro?”

Imagen retomada de Twitter
Por: Sonia Gerth
Cimacnoticias | Ciudad de México

Medios digitales de Puebla muestran violencia de género como “espectáculo”

Observatorio detecta revictimización, cosificación y amarillismo en información


Medios de comunicación digitales de Puebla no abordan con perspectiva de género los casos de feminicidio, ya que 49 por ciento de la información publicada muestra la violencia contra las mujeres como un espectáculo: así lo evidenció el informe “Feminicidio en medios digitales: Tercer diagnóstico del Observatorio de Violencia de Genero en Medios de comunicación”, realizado por el Observatorio de Violencia de Genero en Medios de Comunicación (OVIGEM).

Este estudio recientemente publicado, analizó las notas informativas de 12 medios digitales, sobre 20 probables casos de feminicidio cometidos en el estado de Puebla, entre el 1 de julio al 30 de septiembre de 2018.
Los medios digitales analizados fueron: Ángulo 7, Diario Cambio, E-consulta, El Popular, El Sol de Puebla, Intolerancia Diario, La Jornada de Oriente, Milenio, Municipios Puebla, Periódico Central, Sexenio y Síntesis.
Como resultado principal el diagnostico arrojó que “ninguna de las notas analizadas fue escrita con perspectiva de género. Esto significaría nombrar de manera adecuada los casos de feminicidio preponderando la información sobre el asesinato de una mujer, proporcionando elementos necesarios para comprender que el feminicidio es un problema social, que debe y puede prevenirse”.

EL PAPEL DE LAS AUTORIDADES

En el diagnóstico se evidenció que 61 por ciento de las publicaciones tienen como fuente principal a las autoridades. Es decir, que las instituciones y sus titulares difunden mensajes carentes de perspectiva de género, mismos que son reproducidos por los medios digitales.
Ejemplo de ello es que en 18 por ciento de las publicaciones se responsabiliza a la víctima de su muerte, y en 66 por ciento de estas notas informativas las autoridades son la principal fuente de información.
De esta forma, los medios de comunicación reproducen información sin analizar que ésta contiene juicios de valor, expresiones que estigmatizan a las víctimas o que refuerzan los roles tradicionales y los estereotipos de género.
Estos elementos que se localizaron en las notas tienen que ver con los siguientes aspectos: actividades a que se dedica la víctima, condición de embarazo, condición socioeconómica, forma de vestir, nacionalidad, objetos que poseía la víctima, origen étnico y uso de drogas o alcohol.
Ante ello, el OVIGEM recomendó “complementar la información proveniente de fuentes policiales y judiciales, con opiniones y datos de personas expertas en temas de violencia de género y derechos de las mujeres. Debe evitarse la reproducción de opiniones e información que vulnere la dignidad de las víctimas, que las responsabilice o que justifique la violencia que fue ejercida en su contra”.

LENGUAJE VIOLENTO

De acuerdo con el informe, en el lenguaje usado en titulares se encontró que 33 por ciento cosifica las víctimas y en 26 por ciento se alude de forma explícita a la forma en que las mujeres fueron asesinadas. Por su parte, en el cuerpo del texto también se realza la violencia, ya que 49 por ciento de la información analizada se observan detalles innecesarios y la inclinación hacia el amarillismo.
Palabras como desmembrar, abandonar, apuñalar, violar, acuchillar, matar, aparecer, abusar, hallar, encontrar, balear, asesinar, atropellar, indigente, sexoservidora, esposa, cuerpo, cadáver, restos o fémina: son verbos, sustantivos y adjetivos que minimizan o invisibilizan el feminicidio, realzan la violencia, deshumanizan a las mujeres, discriminan, estigmatizan o vulneran la dignidad de las víctimas, afirmó el Observatorio.
Respecto a las imágenes que los medios utilizan, la mayor parte de ellas constantemente muestra a las víctimas sobreexpuestas y con evidentes signos de violencia, “alimentado así el morbo y no la reflexión sobre la violencia contra las mujeres”.

Ante esto, el OVIGEM alerta que las notas no sólo son para conocer sobre el asesinato violento de una mujer, “sino para entender por qué se trata de un caso de feminicidio y, en el mejor de los casos, para comprender que el feminicidio es un problema social. Al momento de informar sobre probables casos de feminicidio, debe evitarse la mención de detalles innecesarios o irrelevantes y la farandulización de la violencia contra las mujeres”.
Finalmente, añadió que “los casos de feminicidio no deben abordarse como hechos aislados o como sucesos, ni clasificarse en secciones que suelen albergar notas sobre incendios o accidentes de tránsito. Es recomendable que las notas sobre casos de feminicidio se ubiquen en las secciones de asuntos sociales, reportándolos sin morbo, sin frivolizar ni convertir en espectáculo de violencia de género”.
El diagnóstico completo se puede consultar en www.ovigem.org/nuestro_trabajo.php

Especial
Por: Berenice Chavarría Tenorio
Cimacnoticias | Ciudad de México