Por Guadalupe Cruz, Patricia Chandomí, Citlalli López, Aída Suárez y Rosario García
México, DF, 10 ago 12 (CIMAC).-
Al desconocer su propio cuerpo, así como sus derechos sexuales y
reproductivos, las mujeres de zonas rurales e indígenas inician a
edades muy tempranas su primera relación sexual, y por tanto asumen la
maternidad y la vida en pareja desde muy jóvenes.
A lo
anterior se suma que las adolescentes y las jóvenes del medio rural
ejercen su sexualidad con miedos y tabúes, coinciden especialistas.
Libni
Iracema Dircio, experta en derechos sexuales y reproductivos del estado
de Guerrero, explica que quienes viven en esas zonas desconocen sus
derechos sexuales y reproductivos, por lo que las mujeres no tienen
control sobre su cuerpo.
En consecuencia, abunda, son las
parejas (esposos o novios) quienes deciden por ellas: “Muchas veces ni
siquiera las dejan usar anticonceptivos, por lo que tampoco existe un
cuidado en su salud reproductiva”.
En las comunidades indígenas
donde incluso se dan matrimonios desde los 12 años de edad, persisten
usos y costumbres que consideran pecado tocar el cuerpo o que las
mujeres acudan a revisión médica.
La religión es otro factor
profundamente arraigado en esas comunidades, donde la población es fiel
a la doctrina de la Iglesia católica, representada por los curas que
satanizan las relaciones sexuales fuera del matrimonio, el uso de
anticonceptivos y el aborto.
Todo ello dificulta que
adolescentes y jóvenes conozcan y ejerzan sus derechos sexuales y
reproductivos, lo que incide en altas tasas de embarazos en
adolescentes, puntualiza Dircio.
DISCRIMINACIÓN EN EL DF
Aunque
en el DF la mayoría de las adolescentes y jóvenes rurales e indígenas
que están en el sistema escolar conocen los métodos para evitar un
embarazo no planeado o una infección de transmisión sexual (ITS),
muchas no los utilizan, pues saber que existen no es suficiente para
usarlos, explica a Cimacnoticias Alexis Hernández, coordinador del
Programa de Jóvenes de Ipas México.
Pese a que en la Ciudad de
México hay una política pública favorable al ejercicio de los derechos
sexuales y reproductivos, estas jóvenes afrontan “barreras difíciles de
superar”, como la falta de servicios en su lengua, la discriminación,
una precaria situación económica, y una menor escolaridad que la
población urbana.
Si bien los servicios de salud son gratuitos
en la capital, “el factor económico sigue siendo un obstáculo” para las
poblaciones más desfavorecidas, pues tienen que costear el traslado a
las unidades médicas y los alimentos.
Si para las que se
encuentran en el DF el panorama es difícil para quienes viven en los
estados del sur del país es más desolador.
GUERRERO, SIN POLÍTICA DE SALUD SEXUAL
En
el caso de Guerrero, de acuerdo con Libni Dircio, en las comunidades de
Tlacoapa y Acatepec, en la región de la Montaña, su población es
principalmente de madres adolescentes solteras, pues llevan sus
embarazos a término por temor a interrumpirlos.
Actualmente no
hay una política de salud sexual y reproductiva y en las escuelas de la
entidad el tema no se aborda, ya que está pendiente la firma de un
convenio entre las secretarías de Salud y Educación para impartir
educación sexual a adolescentes y jóvenes.
De acuerdo con el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en esta entidad,
hasta 2010, había 900 mil 690 habitantes entre 15 y 29 años de edad, lo
que representa 26.6 por ciento de la población total.
HIDALGO: PARAÍSO DE EMBARAZOS TEMPRANOS
La
juventud hidalguense, conformada en el 51.5 por ciento por mujeres de
12 a 29 años, desconoce en gran medida sus derechos sexuales y
reproductivos, pero eso no significa que no ejerzan su sexualidad,
apuntan Bertha Miranda, representante de la Red por los Derechos
Sexuales y Reproductivos (Ddeser-Hidalgo), y Guillermo Peredo, director
del Instituto Hidalguense de la Juventud (IHJ).
Miranda señala
que las instituciones de Salud siguen sin garantizar la salud sexual
por entrega insuficiente de métodos anticonceptivos, falta de
presupuesto, estigmas de servidores de salud y desconocimiento de las
Normas Oficiales NOM 005-SSA2-1993, de los Servicios de Planificación
Familiar, y la NOM-046-SSA2-2005, de atención a la violencia sexual e
intrafamiliar.
Para el director del IHJ, las y los jóvenes viven
su sexualidad con mucha apertura, tienen su primera experiencia sexual
entre los 10 y 12 años, pero con desconocimiento de su cuerpo y las
respectivas consecuencias.
De acuerdo con la Encuesta Nacional
de la Dinámica Demográfica 2009 (Enadid), entre 2006 y 2008 el 15.7 por
ciento de las madres jóvenes tenía entre 15 y 19 años, lo que puso en
peligro su vida y la del producto.
DESABASTO DE ANTICONCEPTIVOS EN CHIAPAS
La
Red de Salud Latinoamericana, el Colectivo contra la Violencia
Familiar, el Colectivo Feminista Mercedes Olivera y la Ddeser-Chiapas,
explican que de acuerdo con sus investigaciones y con base en
información de la Secretaría de Salud (Ss) del estado, existe un
desabasto de métodos anticonceptivos del 80 por ciento.
En 2011
el Consejo Nacional de Población reportó que el estado figuraba entre
las ocho entidades con mayor desabasto de anticonceptivos. La situación
en materia de derechos sexuales y reproductivos en Chiapas es tan
penosa, que ni siquiera funciona el Comité de Salud Sexual y
Adolescente de la Ss.
Además el programa de servicios amigables
para el adolescente funciona con deficiencias en los respectivos
centros de salud. Por ello las organizaciones realizaron un diagnóstico
de estos servicios con usuarios jóvenes que simulaban necesitar
información sobre la prevención del VIH, embarazos adolescentes y
anticonceptivos.
OAXACA: JÓVENES SUFREN VIOLENCIA SEXUAL
La
falta de información y de métodos anticonceptivos en las comunidades
indígenas de Oaxaca mantiene elevada la tasa de embarazos prematuros.
Esta condición limita el ejercicio pleno de los derechos sexuales y
reproductivos de los y las jóvenes, observa la abogada feminista y
defensora de los Derechos Humanos en Oaxaca, Yésica Sánchez Maya.
Una
de cada 10 adolescentes oaxaqueñas tiene al menos un hijo, según
estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El 10.7 por ciento de las y los adolescentes de 15 a 19 años están
casados o unidos, proporción que se eleva a 41.5 por ciento en el grupo
de 20 a 24 años, y a 64.6 por ciento en el de 25 a 29 años.
Libni
Dircio indica que las adolescentes y jóvenes desconocen sus derechos
para disfrutar de una vida sexual plena y satisfactoria, no se protegen
contra las ITS porque desconocen la utilización correcta de los métodos
anticonceptivos, además de que no hay o se les niega en las clínicas de
salud.
Las ITS son ahora más comunes en el estado: el herpes
estaba en los años 80 en el número 29 a nivel nacional de infecciones,
pero ahora está en el octavo lugar, mientras que 2 de cada 3
adolescentes mujeres que ya iniciaron sus relaciones tienen el Virus
del Papiloma Humano.
En muchas comunidades las relaciones
sexuales están permitidas sólo dentro del matrimonio y las mujeres
tienen poca o nula capacidad para decidir si quieren o no tener sexo.
Incluso
se les dice que no deben negarse porque es considerada como una
“obligación” dentro del matrimonio, sin que se tome en cuenta su
disfrute y placer, dando origen a los embarazos no deseados, a la
violencia sexual y las ITS.