3/05/2016

Día Internacional de la Mujer; En memoria de Berta Cáceres, luchadora, feminista, ambientalista indígena de Nuestra América


·         Daniela Villegas
 @danyelavillegas

“Hoy decimos que aquí nacieron muchas bertitas”: activista independiente hondureña Daniela Galindo 

El asesinato de la activista indígena Lenca, defensora del medio ambiente y de la tierra en Honduras, Berta Cáceres, a pocos días del Día Internacional de la Mujer evidencia no sólo lo mucho que hay por avanzar en la lucha contra la violencia hacia las mujeres sino también la vulnerabilidad en la que viven aquellas que se dedican al activismo alrededor del mundo y que desafían los intereses políticos y económicos de las grandes transnacionales y los gobiernos con los que se alían.

Cáceres quien en 2015 recibiera el prestigioso Goldman Environmental Prize por su defensa del Río Gualcarque ante la construcción de la represa hidroeléctrica Agua Zarca, así como su labor como líder y cofundadora en 1993 del Comité Cívico de Organizaciones Populares Indígenas de Honduras (Copinh), diría al inicio de su discurso de aceptación una frase que lamentablemente terminaría siendo premonitoria “(…) dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos es dar la vida para el bien de la humanidad y de éste planeta”.

Un año después, en la madrugada del 3 de marzo,  en su casa de La Esperanza, en Intibucá, Honduras sería ultimada con arma de fuego, siendo el único testigo el activista mexicano y fundador de Otros Mundos A.C., Chiapas y Amigos de la Tierra Gustavo Castro, a quien se exige se otorgue de protección por la riesgosa situación en la que se encuentra.

Entre las muchas luchas que sostuvo la feminista indígena se encuentra su oposición a la instalación de bases militares estadounidenses en territorio hondureño; al golpe de 2009 que depuso al gobierno democrático de José Manuel Zelaya, cuando éste planteaba en las elecciones de ése año instalar una urna para elegir una Asamblea Constituyente en 2010 para elaborar una nueva Constitución; y la defensa de los derechos de los pueblos indígenas a vivir en armonía con los ríos y la Tierra, siendo todas éstas luchas englobadas en su rechazo a “la autodestrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal”, como señalaría en su discurso de 2015.

El crimen cometido contra la activista centroamericana se desarrolla en un contexto político, geográfico, temporal muy específico, como son el golpe de 2009 que instituyó el gobierno de facto en ése entonces de Roberto Micheletti donde se sospecha ampliamente que Estados Unidos incidió, la alta tasa de feminicidios y la impunidad prevaleciente ante el asesinato de dirigentes indígenas y ambientalistas.

Honduras país que colinda geográficamente con Nicaragua, El Salvador, Guatemala y el Océano Atlántico, ha sido el país menos estudiado de América Latina. De manera muy somera se le ha abordado y las descripciones en muchas ocasiones le han tachado de retrógrada y por lo tanto por mucho tiempo se le consideró conservador y carente de potencial de cambio, por no haber emprendido un proceso revolucionario como sus vecinos centro y sudamericanos durante la década de los setenta. Sin embargo la obra de Darío Euraque (1996) que rescata los movimientos campesinos y sindicales hondureños diría muy lo contrario, así como la ola de movimientos revolucionarios que surgieron a partir del golpe orquestado por Estados Unidos en 2009, como el Frente de Resistencia y el grupo Feministas en Resistencia, al cual pertenecía Berta Cáceres, han evidenciado que el pueblo hondureño está harto de las oligarquías y lucha por su dignidad.

En ésta lucha los derechos de las mujeres son fundamentales sobre todo partiendo de que Honduras encabeza las cifras de feminicidio en Centroamérica, sino es que también de toda Latinoamérica, puesto que la tasa de femicidios pasó de 2.7% en el 2005  a 14.6 en 2013,  siendo la tasa más alta de la región centroamericana, comparada con Guatemala y el Salvador que fue de 9.5 y 10.2 respectivamente en el 2013.

Sumado a éste indignante escenario Global Witness señala en su estudio de 2015 ¿Cuántos más? que Honduras es el país más peligroso per cápita para los activistas ambientales y de la tierra con 101 asesinatos entre 2010 y 2014, y ahora se suma el de Berta Cáceres, quien por mucho tiempo estuvo amenazada junto con su familia.

El patriarcado capitalista, neocolonial, racista que se materializa en la militarización de los territorios indígenas, la depredación de los recursos naturales, de flora, fauna a manos de empresas globales y gobiernos corruptos, así como el de la violencia contra lo cuerpos de las mujerex y otrxs cuerpos en peligro continúan siendo los principales entes a combatir por parte de las mujeres en el mundo y en éste caso particular de Latinoamérica, donde  el asesinato de la compañera activista, indígena, feminista, rebelde hondureña no producirá el fin de las luchas de las mujeres que defienden los ríos, los territorios, sus cuerpos, puesto que en muchas luchadoras sociales se ha sembrado la semilla de la rebeldía feminista y como señaló la activista independiente hondureña Daniela Galindo radicada en Argentina: “hoy decimos que aquí nacieron muchas bertitas”.

Fuentes:

Euraque, Darío (1996) “Reinterpreting the Banana Republic”: Region and State in Honduras, 1870s-1972”. Chapel Hill: University of North Carolina Press.

Global Witness: Discurso de aceptación del Premio Goldman en el 2015


Feminicidios Honduras:

La trayectoria no importa, a defensores de DDHH igual los matan

La asesinada defensora de derechos humanos, del ambiente y de los indígenas, la hondureña Berta Cáceres: Crédito: Premio Ambiental Goldman



La asesinada defensora de derechos humanos, del ambiente y de los indígenas, la hondureña Berta Cáceres: Crédito: Premio Ambiental Goldman

TEGUCIGALPA, 4 mar 2016 (IPS) - El brutal asesinato en Honduras de la lideresa indígena y ecologista Berta Cáceres,  el 3 de marzo, mientras dormía en su casa en la occidental ciudad indígena de La Esperanza, representa la última muestra de la alta vulnerabilidad en que realizan su labor en el país los activistas humanitarios.
“Esta muerte me ha tocado, estoy golpeada, impactada, aterrada”, dijo a IPS conmovida Bertha Oliva, coordinadora del Comité de Detenidos-Desaparecidos en Honduras (COFADEH), una institución insigne en el país en materia de derechos humanos.
“Esto me recuerda el crimen de Miguel Ángel Pavón, ese hombre valiente que asesinaron luego de ser testigo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la desaparición forzada de personas en los años 80”, afirmó.
“Aquí parece que no importa la trayectoria o el perfil que pueda tener un defensor humanitario, igual nos matan, ya no se respeta nada y así quieren que callemos, pero no lo van a lograr”: Bertha Oliva.

Junto a Pavón fue asesinado también Moisés Landaverde, un líder magisterial. Ambas muertes fueron ejecutadas por los cuerpos de seguridad del Estado.
Desde aquellos dos asesinatos de 28 años atrás, cuando despuntaba en el país el movimiento de defensa de los derechos humanos, para sus activistas comenzaría en Honduras una historia marcada por tragedias, amenazas, intimidaciones y muerte.
Así lo califica la coordinadora del  COFADEH que pareció presentir la muerte de Cáceres, su compañera de múltiples batallas.
Reveló que soñó “que me mataban dos hombres que entraban a mi casa con uniformes color naranja  y desperté sobresaltada. Una hora después me llamaron  para decirme que habían matado a Berta Cáceres”. “No sé qué decir, estoy impactada” repitió varias veces.
“Aquí parece que no importa la trayectoria o el perfil que pueda tener un defensor humanitario, igual nos matan, ya no se respeta nada y así quieren que callemos, pero no lo van a lograr”, reiteró Oliva.
Cáceres era la coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) y en el 2015 obtuvo el Premio Ambiental Goldman que se otorga a los defensores de la ecología en el mundo.
De 44 años, Cáceres despuntó en la lucha humanitaria cuando a mediados de los años 90 encabezó hacia capital de Honduras, peregrinaciones pacíficas indígenas para reclamar sus derechos y colocar en la agenda del país la reivindicación de los pueblos indígenas.
Luego su lucha se centró en la defensa del ambiente, “del agua y la tierra” como solía decir, al grado de lograr el retiro del occidente hondureño, en el departamento de Intibucá, de la corporación china Synohidro, después que iba a instalar una represa hidroeléctrica sin cumplir con la socialización del proyecto con las comunidades ni con las medidas ambientales de mitigación.

Su última batalla, que acrecentó las amenazas sobre ella, fue contra  la construcción de cuatro represas en la cuenca del río Gualcarque, denominado proyecto Agua Zarca, a cargo de la empresa privada Desarrollo Energéticos.
La obra, con una inversión de 24,4 millones de dólares, abarca a los occidentales departamentos de Santa Bárbara e Intibucá, y establece la generación promedio de 21,3 megavatios.
Cáceres se movilizó activamente contra este proyecto y otros relacionados con la explotación minera que atentaran contra la tierra de sus ancestros.
Esa labor le valió denuncias, amenazas e incluso procesos penales que llevaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a pedir al Estado el otorgamiento de medidas cautelares por el inminente riesgo contra su vida.
Pero esas medidas cautelares, que según el gobierno de Honduras se le otorgaron mediante un sistema de patrullajes por presunta solicitud de la lideresa asesinada, no impidieron que sujetos desconocidos ingresaran de madrugada a su casa y la asesinaran de cuatro disparos cerca de su rostro, según investigaciones preliminares.
Su muerte, según el analista Eugenio Sosa, es un fiel reflejo de la situación de vulnerabilidad en que se encuentran los defensores humanitarios en Honduras  con repercusiones insospechadas para el Estado.
“Este es un caso emblemático que el gobierno debe responder con celeridad porque la presión interna y externa será fuerte dado el perfil de Cáceres”, dijo Sosa a IPS.
El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, aseguró que este crimen no quedará impune, que tienen dos testigos protegidos, un sospechoso identificado y algunas pistas que permitirán esclarecer el caso, pero declinó adelantar el manejo de hipótesis.
Hernández dijo que junto a un equipo multidisciplinario integrado para investigar el caso se sumó un grupo de expertos investigadores de Estados Unidos, al aceptarse un ofrecimiento de colaboración hecho por Washington.
La condena internacional contra el asesinato de Cáceres ha sido demoledora para el Estado de Honduras.
Líderes políticos, organismos internacionales humanitarios y ambientalistas, así como agencias de las Naciones Unidas demandaron justicia. Uno de ellos fue el presidente de  Venezuela, Nicolás Maduro y el partido izquierdista español Podemos, entre otros sectores.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, fue contundente al condenar su muerte y calificarla de “horrenda”.
Consideró que este asesinato representa un golpe al pueblo y a los derechos humanos que amerita “un esclarecimiento ya”. Recordó, además, que en agosto de 2015 envío una nota al gobierno de Honduras demandando protección para los líderes de las comunidades indígenas hondureñas, así como un diálogo para tender puentes.
Austra Berta Flores, de 73 años, madre de Cáceres, en medio del dolor, confía en que la muerte de su hija no quede impune.
“Yo pido justicia y quienes me la mataron solo hicieron de ella una mártir. Vamos a mover cielo y tierra para que su muerte no quede impune”, dijo a IPS mientras esperaba la autopsia del cuerpo de su hija en Tegucigalpa.
En las afueras de la morgue capitalina, organizaciones humanitarias, feministas, líderes sociales y gente común se apostó con velas y fotografías de la dirigente para rendirle un emotivo homenaje y velarla unas horas en la capital.
Su entierro, este sábado 5, será en La Esperanza, en el departamento de Intibucá, epicentro de sus batallas, informaron sus familiares.
En su último informe de país sobre la situación de derechos humanos en Honduras, la CIDH destacó el caso de Berta Cáceres y las amenazas en su contra, tras condenar la criminalización de los defensores humanitarios y demandar del Estado una mayor protección y garantías para que realicen con libertad su labor.
De acuerdo al informe, entre 2010 y 2014,  se han registrado unos 22 asesinatos de defensores humanitarios, dos desapariciones, 15 secuestros, 88 casos de robo de información y 53 sabotajes a los vehículos donde se transportaban.
La vulnerabilidad de los defensores de derechos humanos sigue en ascenso en este país centroamericano, según la CIDH.
El riesgo de “perder la vida o padecer daño a la integridad ha ocasionado que un número importante de defensores y defensoras de derechos humanos en Honduras cuenten con medidas de protección otorgadas por la Comisión que requieren implementación por parte del Estado hondureño”, aseguró el organismo.
Editado por Estrella Gutiérrez

Es violencia y son prácticas patriarcales


   QUINTO PODER
Por: Argentina Casanova*


La identidad cultural de un pueblo nada tiene que ver ni se relaciona con las violaciones a los derechos de las niñas y las mujeres a una vida libre de violencia.

No hay argumento que valga, no es derecho consuetudinario ni “usos y costumbres”, se llama práctica patriarcal y es violencia contra las mujeres y las niñas. Eso incluye al matrimonio infantil forzado, el matrimonio servil y otras formas de violencia sexual contra las niñas.

Uno de los argumentos de “oposición” a las acciones para establecer una legislación armonizada que prohíba el matrimonio infantil, es que forma parte de los “usos y costumbres” de algunas comunidades.

Sin embargo, en reflexiones con autoridades de comunidades indígenas hay una clara identificación de que estos hechos no forman parte de la identidad cultura individual ni colectiva, es decir no forman parte de los usos y costumbres, sino que constituyen prácticas que con el tiempo se fueron aplicando y que en gran medida surgieron de la patriarcalización de las comunidades rurales y los pueblos originarios.

De tal forma que el artículo 2 de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) puede ser aplicado sin demora y señala:

“Los Estados Parte condenan la discriminación contra la mujer en todas sus formas, convienen en seguir, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, una política encaminada a eliminar la discriminación contra la mujer y, con tal objeto, se comprometen a: (…) f) Adaptar todas las medidas adecuadas, incluso de carácter legislativo, para modificar o derogar leyes, reglamentos, usos y prácticas que constituyan discriminación contra la mujer”.

Los matrimonios por conveniencia o acuerdos entre los padres fueron prácticas que se derogaron en la mayor parte del mundo, aunque sabemos que aún se realizan con la condena mundial al tomarse conciencia de las implicaciones que tiene esto en la vida de las niñas.

Sin embargo, en México se ha pretendido defender y naturalizar esta práctica bajo argumentos de que constituyen parte de la identidad y la cultura de las comunidades indígenas, con todas las connotaciones que esto implica y el resultado de que es cada vez más temprana la edad de las niñas que son “casadas”.

No se puede hablar de una Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes sin encarar que la mayor parte de estas gestaciones ocurren en el ámbito rural o urbano marginado, y porque muchas veces son obligadas a “casarse” una vez que se tiene conocimiento del embarazo, o en el peor de los casos una práctica sexual terminará por convertirse en el origen de la violencia que las niñas vivirán por el resto de sus vidas.

Argumentos institucionales que no corresponden a las reflexiones de las mujeres de las propias comunidades indígenas, que cada vez cobran mayor conciencia de que es ahí en el matrimonio temprano en donde inicia una vida de malos tratos, violencia obstétrica y riesgos que culminan con una vida de marginación y violencia.

No sólo se truncan las oportunidades de continuar estudiando, sino que se frena el desarrollo psicoemocional y se inicia una vida de dependencia económica, afectiva y de vulneración constante.

El argumento de que se trata de “usos y costumbres” queda borrado si el Estado mexicano y las entidades federativas de todo el país empezaran por cumplir con la CEDAW, e incluso la Constitución habla ya en su artículo primero del derecho a la igualdad y a la no discriminación, de forma progresiva como un deber del Estado.

No es, ni tiene ninguna relación con el derecho consuetudinario ni puede utilizarse este argumento con el que históricamente en muchas localidades, sin importar su origen indígena o no, se ha permitido y tolerado el incesto y otras formas de violencia sexual contra las niñas de las zonas rurales y urbano-marginadas.

No es admisible ni puede permitirse que bajo el argumento de que son costumbres que forman parte de la comunidad, se tolere el abuso infantil, porque justamente es ahí donde inicia la violencia que cada día va cobrando más víctimas en un contexto social que coloca a las mujeres y niñas en condiciones de vulnerabilidad, en el que todo mundo mira para otro lado, y no asume su parte en la responsabilidad de garantizar el derecho a una vida libre de violencia.

No podemos ni vamos a permitir que se sigan inventando argumentos y se emprendan campañas de fotografía que no redundan en acciones prácticas y concretas, no mientras el número de mujeres víctimas de feminicidio y violencia sexual e institucional sigue en aumento.

A fin de cuentas, tenemos que encarar la realidad y llamarla por su nombre: es violencia y son prácticas patriarcales.

*Integrante de la Red Nacional de Periodistas y del Observatorio de Feminicidio en Campeche.
 

CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Campeche.- 

La mitad del poder



   CRISTAL DE ROCA
Por: Cecilia Lavalle*

Han transcurrido 63 años desde que las mexicanas logramos que nuestro derecho a votar y ser electas fuera reconocido en la ley. Sin embargo, la segunda parte de la ecuación aún no se hace del todo presente.

“¿Qué?”, podría preguntarme sorprendido un lector. “Pero si ahora las mujeres ocupan cargos de gobierno al igual que los hombres”, afirmará.

A las pruebas me remito, contesto. Mire, a base de juicios de protección a nuestros derechos como ciudadanas y a sentencias históricas, apenas conseguimos un tercio de las sillas en el Senado; cuatro de cada 10 sillas en la Cámara de Diputados, y en los congresos estatales la cosa varía, pero en promedio de cada 10 curules tres son ocupadas por mujeres.

¡Y en esos espacios es donde mejor nos va! Porque en toda la historia de México, sólo han gobernado alguna entidad siete mujeres; y de los más de 2 mil 400 municipios que tiene nuestro país, las mujeres acaban de alcanzar casi 8 por ciento.

“Bueno –interrumpe mi lector–, pero van llegando de poco en poco”.

Ni crea, le contesto. La participación política de las mujeres en cargos de elección popular se ha estancado o retrocedido varias veces, porque los partidos políticos no cumplen con la ley, cumplen a medias o hacen trampa.

Al ritmo que llevábamos, tardaríamos 89 años más en alcanzar la mitad de escaños en el Senado, y 390 años para gobernar en el 50 por ciento de los municipios.

Por eso estamos exigiendo aplicación de la ley, bajo la premisa de que la paridad está inscrita en el derecho a la igualdad, y eso no sólo implica la no discriminación, sino que obliga a tomar todas las acciones necesarias para propiciar que las mujeres ocupen la mitad del poder.

“¡¿La mitad del poder?!”, pregunta mi lector atragantándose el pedazo de galleta que se llevaba a la boca.

¡Claro!, la mitad del poder, respondo mientras le doy un trago a mi café y espero que se recomponga. ¿Por qué no habríamos de ocupar la mitad del poder? ¿Qué pensaría si las mujeres ocupáramos 70 de cada 100 sillas disponibles para gobernar? “¡Sería injusto!”, exclama.

¡Exacto! La hegemonía masculina en los espacios de poder es injusta y antidemocrática. Por eso, desde hace años muchas mujeres impulsamos estrategias para abrir la puerta del poder de par en par. Primero promovimos las cuotas de género; es decir obligamos en la ley a que los partidos postularan a cierto porcentaje de mujeres, y ahora exigimos la paridad.

“¡Ah! Pero eso también es injusto ­–revira mi lector– porque se le da el espacio a una mujer sólo por ser mujer”.

¿Y por qué no le parece injusto que ocupen los espacios los hombres sólo por ser hombres? “¡Entonces mejor ponemos cuotas por capacidad, porque se trata de que nos gobiernen los mejores!”, sentencia mi lector.

Es interesante su planteamiento, le digo. ¿Por qué no se ha dicho eso mientras los hombres ocupan la mayoría de los espacios?

Porque el hecho de que hayan gobernado, en todos los espacios, una abrumadora mayoría de hombres, no entrega cuentas como para presumir: más de la mitad de la población vive en pobreza; más empleos informales que formales; millones de jóvenes desesperanzados porque ni encuentran lugar en las escuelas ni encuentran trabajo; el crimen organizado y el desorganizado mantienen como rehenes a buena parte de la población de México.

Total, el país se desmorona. ¿De qué capacidad me habla? Señor, señor, ¿sigue ahí? Creo que se volvió a atragantar.

Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com.

*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, e integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.

CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | México, DF.-

Biografía de Berta Caceres



Ocho ideas (posiblemente incómodas) para conmemorar el 8 de marzo

LENGUANTES
Por: Mariel García Montes*


Cada febrero me imagino a miles (¿millones?) de feministas alrededor del mundo preguntándose cómo van a conmemorar el 8 de marzo de ese año. Entre planeación de campañas, creación de documentos para medios y eventos de toda índole, los espacios de las feministas están llenos de esa coyuntura... probablemente desde enero.

Lo cierto es que, en el aprovechamiento de la coyuntura, es fácil enfrascarse en la locura de la organización de La Gran Fiesta y dejar a un lado la oportunidad para conmemorar deliberadamente nuestros caminos como feministas: lo que nos trajo, mantiene y guía en ellos. Es por eso que dedico esta entrega de Lenguantes a una pregunta que me abruma cada año: ¿Cómo podemos conmemorar, más allá de la institucionalidad, el 8 de marzo?

No podemos dejar a un lado la dicotomía entre lo correcto y lo incorrecto en las celebraciones de ese día. Seguramente no es necesario explicar en este espacio por qué regalar planchas y pañales, organizar caminatas en tacones y hacer ceremonias para las damitas en su día no son maneras de avanzar la búsqueda que llevó al reconocimiento del 8 de marzo, pero esto tampoco significa que la extirpación del patriarcado de nuestras celebraciones, ésas que sí son feministas, no deba ser continua.

No sé ustedes, pero yo sí me he sorprendido recostada sobre mis laureles feministas, y quiero que este 8 de marzo me permita conmemorar de una manera tan especial como congruente. Así que pensé en 8 maneras de hacerlo que comparto por si les llegan a ser útiles.

1 Si no duele, no sirve: piense en sus actitudes machistas de los últimos meses y haga una lista que pueda tener visible en algún lugar.

2 Lea a una crítica feminista con la que usted no concuerde (o que al menos le sea muy ajena). Necesitamos menos divisiones entre todas.

3 Mentoree a una feminista (en potencia). Estamos donde estamos gracias a la ayuda que hemos recibido de muchas otras personas; esta ocasión es un buen momento para hacerlo deliberadamente.

4 Done un día de trabajo a la causa, ya sea en términos de tiempo o dinero. La idea no es hacer una apología del trabajo pro bono, que es usado para explotar a las mujeres del mundo; esta idea es sólo para quienes están en una situación para hacerlo durante un día.

Yo donaré un día de entrenamiento en seguridad digital a una organización feminista, y para compañeras no afiliadas a una institución (¿conoce a interesadas? Avíseme acá). https://twitter.com/faeriedevilish

5 Use un espacio personal suyo para anunciar algún apoyo feminista que generalmente no comparta. Es decir: si usted está acostumbrada a promover información sobre la interrupción legal del embarazo, promueva esta vez datos de contacto de una institución que apoye a mujeres que enfrentan violencia. Copas menstruales. Círculos de mujeres. Espacios de autocuidado.

6 Aprenda y comparta sobre un episodio específico de la historia del feminismo. Sé, por ejemplo, que en las próximas elecciones ejerceré mi derecho al voto pensando en lo que vi en Las sufragistas; este año debo aprender sobre el activismo por el voto en México (y asegurarme de que todo llegue a Wikipedia en una Editatona).

7 Si usted no lo ha hecho ya, experimente con decir públicamente que usted es feminista. Es un gran paso para algunas de nosotras. Si no está segura de reconocerse feminista, inténtelo por un día.

8 Recuérdele a una feminista que la aprecia. Ante el discurso de odio, lo más fuerte que tenemos son la sororidad y la Rabia Feminista compartida.

Más que feliz, nos deseo un 8 de marzo lleno de oportunidades para analizar y avanzar en nuestros caminos feministas.

*Mariel García Montes es comunicadora y “hippy” (“chaira”, “activistoide”) en temas de TIC para el cambio social con jóvenes y activistas. Ya no es tan joven, pero cada vez es más feminista, y quiere aprender de y con mujeres que así se identifiquen. Tuitea (mucho) en @faeriedevilish www.faeriedevilish.com
 

Foto: Estereotipas
Por: Mariel García Montes*
Cimacnoticias | México, DF.-

¿Quién fue Berta Cáceres?


   Hoy cumpliría 43 años de edad

“Nuestras conciencias serán sacudidas por el hecho de estar solo contemplando la destrucción capitalista, racista y patriarcal” .-Berta Cáceres

¿Quién es esa mujer indígena que habla de un mundo capitalista, racista y patriarcal cuando recibe un premio internacional? ¿Quién es esa mujer de Honduras que se convirtió en trending topic en twitter en diferentes países? ¿Por qué Leonardo Di Caprio habla de ella? ¿Por qué nos ha de interesar su muerte, pero aún más su vida? ¿Por qué miles de indígenas de Honduras lloraron frente a su ataúd?

Berta Cáceres Flores nació el 04 de Marzo de 1973 en Honduras. Fue lideresa de la comunidad indígena Lenca, el mayor grupo étnico en ese país. Luchó contra la presa hidroeléctrica de Agua Zarcafue en el Río Gualcarque en Santa Bárbara. Según la cosmovisión de las personas lencas,  los espíritus femeninos están en los ríos y las mujeres son sus principales guardianas.

En 1993 cofundó el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) para luchar contra la privatización de los ríos y los proyectos de presas hidroeléctricas de privatización de los inversores internacionales.

Por su trabajo en defensa de los derechos humanos fue constantemente amenazada. En más de una ocasión señaló que el hostigamiento y amenazas que recibía tenían una fuerte carga sexista: “No es lo mismo cuando quien dirige es una mujer que un hombre”.

Este 3 de Marzo fue asesinada en su casa de Honduras después de haber recibido varias amenazas.

En los siguientes enlaces se puede consultar una extensa entrevista realizada por el equipo de Cimacnoticias a la ambientalista en el 2014.  http://www.cimacnoticias.com.mx/node/65336

Así también está el discurso que ofreció la activista cuando recibió el Premio Internacional Goldman en el 2015 por su trabajo a favor del medio ambiente; y una biografía realizada por HCH TV de Honduras.

Discurso de aceptación del Premio Goldman en el 2015
https://www.youtube.com/watch?v=AR1kwx8b0ms

Biografía de Berta Cáceres
https://www.youtube.com/watch?v=kGONpR_SeTQ

*Este artículo fue retomado de la Revista Enheduanna
  Imagen retomada del sitio goldmanprize.org
Por: Sandra De Los Santos*
Cimacnoticias | México, DF.- 

Sepur Zarco y la ideología del sometimiento

El caso Sepur Zarco demuestra, entre muchas cosas no solo la veracidad del testimonio de esas víctimas tan frágiles y, al mismo tiempo, tan fuertes. También ilustra la importancia de un protagonismo judicial comprometido con la justicia, por imperfecta que ésta sea en el modelo actual de dominación y su legalidad. Como pudimos ver y escuchar durante el juicio, éste caso también ilustra la vigencia que tiene en Guatemala el discurso y la ideología del sometimiento y la impunidad.

El caso Sepur Zarco también demuestra cómo el abuso y las violaciones sexuales en contexto de guerra son un fenómeno que también está motivado por ideologías de paranoia, miedo y terror que fueron las que definieron las acciones del Estado, el ejército y las élites político-económicas a la época del conflicto armado interno.

Estamos hablando de ideologías que están indisolublemente ligadas a una historia de colonialismo, de explotación extrema, de discriminación sin límites y de racismo violento. Es un contexto en donde la gente con mentalidad racista, sexista y clasista (exacerba por la ideología de seguridad nacional y el «nacionalismo anti-comunista» impartido en el Adolfo V. Hall, la Politécnica y la Escuela de las Américas) y en posiciones de poder ponen a gente en posición subalterna a que le hagan la guerra sexual, psicológica, cultural y política a otra gente igualmente subalterna. Es, pues, una guerra que transforma los cuerpos, sobre todo los de las mujeres, en campos de una batalla por el control total y el sometimiento absoluto.

Esto se puede ver también, por ejemplo, en la violencia de las PAC contra sus propias comunidades. No fue solo falta de chance para escoger lo que había que hacer. No fue solo que mucha gente de repente se encontró - como una vez lo argumentó David Stoll - «entre dos fuegos» y no tuvo otra opción más que tomar uno u otro partido. Mucha de esa gente pobre y sencilla, aunque en su mayoría fue reclutada de modo forzado por el ejército, ya había interiorizado cierta ideología del sometimiento durante décadas de socialización e «integración» a los mecanismos de captura, control y poder del Estado y las élites por medio del clientelismo, el patrimonialismo y el autoritarismo secular y parroquial de sus propias élites locales. Pero en el contexto de la guerra, bajo órdenes del ejército y la motivación del terror, esa cultura local se vuelca en contra de sí misma, de su pueblo, de sus madres y hermanas y convierte a los victimarios en bestias salvajes bajo el control de un Estado autoritario y un ejército terrorista. Esto también explica, en parte, la continuidad en la «lealtad» de las ex-PAC para con la persona, ideología y discurso de Ríos Montt y sus sucesores, incluyendo a OPM, en años más recientes.

La ideología del sometimiento, interiorizada incluso como «autodeterminación» comunitaria (como también puede detectarse en formas no reformadas de comunitario tradicional) que funciona muy bien bajo el modelo de dominación ladino/mestizo de Guatemala es pues uno de los mecanismos del poder para dividir, aplastar y controlar a los grupos subalternos, en especial a los indígenas. Y para romper con esa trampa cultural e ideológica se requiere un acto supremo de compromiso y rebelión ética que, a mi juicio, ha sido supremamente ilustrado por esas mujeres increíbles que ahora han sido reivindicadas en su verdad y en la justicia.

Vamos patria hacia la ‪#‎RefundaciónYa

- Marco Fonseca es Doctor en Filosofía Política y Estudios Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente es instructor en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York University.

http://www.alainet.org/es/articulo/175653  

Con ayuda de sacerdotes, impiden matrimonio infantil en la India


   Falta mucho por hacer para erradicar práctica patriarcal

El sacerdote hindú Shri Kumar Sharma y su hija Bhargavi leen un cartel contra el matrimonio infantil que dice que toda persona hallada culpable de estar involucrada en una boda de una menor será castigada con dos años de cárcel y una multa de 100.000 rupias (unos 1.470 dólares) 

“El matrimonio precoz arruina el cuerpo de las niñas y les deja daños psicológicos. Es imposible que alguien se diga creyente si apoya algo así”, subrayó Virayya Shastri, sacerdote principal del templo Maddi Madugu Anjaneya Swamy, en este distrito al sur de la India.
| Foto: Stella Paul/IPS
La ira es un demonio interno que uno debe esforzarse mucho por controlar, remarcó Shastri. Pero al hablar del matrimonio infantil se le hace extremadamente difícil mantener la calma.

Dos veces al año, en diciembre y marzo, millones de personas visitan el tempo Maddi Madugu para rezarle al dios hindú Hanuman. Durante años, en el marco de esas festividades, se celebraron bodas masivas con novias menores de edad.

Pero desde 2013, el matrimonio infantil está prohibido gracias a la fuerte oposición de Shastri, quien también logró sensibilizar a otros 200 sacerdotes de distritos y estados vecinos contra esa práctica.

En el pequeño pueblo de Amrabad, a 44 kilómetros del templo, el sacerdote Shri kumar Sharma colgó una pancarta frente a su casa que alerta sobre las penas legales con que se castigan las bodas de menores de edad.

El matrimonio infantil es un delito, se puede leer, y toda persona vinculada a él puede ser condenada a dos años de cárcel y a pagar una multa de cientos de miles de rupias.

En la pequeña oficina que tiene en su casa, el sacerdote guarda registros de cada pareja que casó; fotografías a color, copias de los carnés de identidad, certificados de “sin objeción” del consejo de aldea y de nacimiento, así como otros más del ritual de casamiento que él mismo elaboró.

“Algunos se ríen de mí. ‘Su trabajo es encontrar una fecha propicia (para la boda), pero se convirtió en un contador’, me dicen. Pero es una lucha importante contra una práctica dañina”, arguyó el sacerdote, padre de una adolescente.

Junto con Sharma, son 14 los líderes religiosos que se oponen al matrimonio infantil, incluso el clérigo musulmán Qazi Sardar Qawali y el cura cristiano Shyam Sundar.

MATRIMONIO INFANTIL “GENERALIZADO”

El movimiento de religiosos contra el casamiento de menores de edad en Mahbubnagar comenzó en 2012 luego de que una encuesta realizada en el marco de la iniciativa de MV Foundation en 43 aldeas cerca de Amrabad, concluyera que había por lo menos 24 niñas casadas en la zona.

Las razones de la vigencia del matrimonio infantil son varias: pobreza, propiedad, trabajo infantil, falta de confianza en la educación, e ignorancia sobre las consecuencias negativas que tiene para las niñas.

Tras la encuesta, la organización lanzó un proyecto para luchar contra una práctica perjudicial para las niñas basándose en la estrategia de “Fortalecer el Sistema Existente”, y que apostó a involucrar a los líderes religiosos de la zona.

“Los padres podrán elegir una novia para su hijo, pero necesitarán de un sacerdote que oficie la boda”, observó A.V.M. Swamy de MV Foundation.

“Entonces pensamos, por qué no involucrar a los sacerdotes que obviamente tienen tremendo poder y autoridad. Además, se ajustaba a nuestro principio de incluir a todo el mundo en la resolución un problema social”, explicó.

El proyecto incluyó la realización de un taller organizado por Swamy y su equipo especial para los religiosos de todas las confesiones de la zona. El espacio permitió hablar sobre cómo el matrimonio infantil afecta la salud física y mental de las niñas, además de perjudicar su educación y su libertad.

Además, se les informó sobre las consecuencias legales para toda persona vinculada al casamiento de menores de edad, según la Ley de Prohibición del Matrimonio Infantil de 2006.

“Le digo a mis compañeros sacerdotes que los órganos de las niñas que se casan antes de la edad legal (de 18 años) no están bien formados y no están listas para consumar el matrimonio ni para ser madres. No podemos formar parte de algo que pone en riesgo sus vidas”, subrayó Shastri, del templo Maddi Madugu.

APOYO DEL GOBIERNO

Los funcionarios del gobierno local también se plegaron a la iniciativa, reconocieron numerosos religiosos. Sharma relató el caso de una niña de 16 años de la aldea de Padra, cuyos padres fraguaron un certificado de nacimiento para que figurara que su hija tenía 19.

Dudoso, Sharma se comunicó con un funcionario de la mandal local (oficina administrativa) para verificar la autenticidad del documento. Tras una rápida revisión, este le confirmó que efectivamente era falso y mandó a la policía para rescatar a la adolescente.

“La gente casa a sus hijas por diferentes razones, algunos están obsesionados con la virginidad y la pureza, otros temen que tenga un amorío y deshonre a la familia y, otros más, lo hacen por dinero”, explicó. “Tenemos que tener enfoques diferentes para hacer frente a las distintas situaciones”, añadió Sharma.

También Nillikanti Parvatiamma, quien ahora tiene 16 años y reside en la aldea de Chitlamkunta, es un ejemplo de esa práctica porque sus padres quisieron casarla cuando tenía apenas 14.

“Querían contribuir con una gran cantidad de dinero y tierras como regalo de boda. Decidieron casarme con un hombre de 28 años, pero que era familiar para que los regalos quedaran en nuestra familia”, relató la adolescente.

Por suerte para ella, la oportuna intervención de los religiosos, de activistas y de funcionarios del gobierno local logró interrumpir el matrimonio.

Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas de 2014, uno de cada tres matrimonios infantiles (unos 240 millones de casos) ocurren en la India.

El principal motivo, según G. Krishnaiya, funcionario administrativo de Amrabad, es la ignorancia y la falta de educación de la comunidad.

En Mahbabubnagar, según relató, el esfuerzo colectivo de los líderes religiosos fue muy exitoso para crear consciencia y lograr que la práctica ya no se realizara de forma alevosa. Pero la lucha no está terminada, remarcó Krishnaiya.

“Hay mucha migración estacional. Las familias emigran y recorren grandes distancias y casan a sus hijas en distritos alejados. A veces, incluso, lo hacen en medio de la noche, cuando nadie mira. En los últimos dos meses, interrumpimos seis bodas. Tenemos que estar en alerta”, subrayó.

*Este artículo fue publicado originalmente por la agencia internacional de noticias IPS.
Por: Stella Paul*
Cimacnoticias/IPS | Mahbubnagar, India.- 

La Justicia para las sobrevivientes de Sepur Zarco llegó


El tribunal de Mayor Riesgo A dictó 120 años de prisión inconmutables para el coronel Esteelmer Francisco Reyes Girón y 240 años de prisión para el comisionado militar Heriberto Valdéz Asig, acusados de delitos de deberes contra la humanidad, violencia sexual, esclavitud sexual y doméstica en contra de 11 mujeres q´eqchis, asesinato de tres mujeres madres y sus dos hijas y de la desaparición forzada de siete hombres (esposos de las mujeres sobrevivientes).

Los juzgadores establecieron que Heriberto Valdez Asig es responsable del delito de desaparición forzada de los señores Antonio Sub Coc, Manuel Cac, Santiago Cac Bá, Pedro Cac Bá, Abelardo Coc, Heriberto Choc y Juan Choc pues participó en su detención en forma violenta y dichas personas nunca volvieron a aparecer encuadrando su conducta en el delito de desaparición forzada, por lo que se le impuso la pena de 30 años de prisión por cada una de las desapariciones forzadas haciendo un total de 210 años de prisión inconmutables.

Esteelmer Francisco Reyes Girón es responsable como autoridad del delito de asesinato cometido en contra de Dominga Coc y sus dos hijas, las niñas Anita y Hermelinda Coc Set, por lo que se le impuso la pena de 30 años de prisión por cada asesinato es decir 90 años de prisión inconmutables.

Tanto a Reyes Girón como a Valdez Asig, el tribunal los señaló de responsables como autoridades de delitos contra los deberes de la humanidad cometidos en contra de la vida y la integridad de la población de Sepur Zarco, especialmente de las señoras Rosa Tiul, Candelaria Maaz, María Bá Caal, Manuela Bá, Felisa Cuc, Vicenta Col Pop, Margarita Chub Choc, Cecilia Caal, Magdalena Pop, Carmen Xol Ical, Demesia Yat, Dominga Coc. Y sus hijas Anita Set Coc y Hermelinda Coc. Por tal delito se le impuso a cada acusado la pena de 30 años de prisión inconmutables.

Los juzgadores expresaron que creen firmemente que reconocer la verdad ayuda a sanar las heridas del pasado y la aplicación de la justica es un derecho que asiste a las víctimas. Haciendo conciencia que el tipo de hechos no debe volver a repetirse.

Jassmin Barrios presidenta del Tribunal de Mayor Riesgo A, al dar lectura a la sentencia, dijo que la desaparición forzada es un delito que se proyecta en el tiempo y en el espacio; se dice que es forzada porque precisamente no existe voluntad de parte de la víctima. Las víctimas eran campesinos que fueron separados de sus hogares teniendo en común estar gestionando la tierra de sus comunidades.

Al señalar los delitos de deberes contra la humanidad dijo que el daño ocasionado es de carácter irreparable, se dañó el tejido social de toda una población y sus efectos son perceptibles para toda la sociedad guatemalteca.

Asimismo, señaló que el profanar el cuerpo de las mujeres también constituyó una profanación para la comunidad y se convirtió a las mujeres en objetivo de guerra para lograr la aniquilación de quienes consideraban sus enemigos.

En cuanto al delito de desaparición forzada la juzgadora dijo que el dolor que experimentan los familiares trasciende el tiempo y el espacio, el dolor y la aflicción al no tener conocimiento del paradero de los seres queridos es fuerte porque no se logra cerrar las heridas existentes.

El Tribunal citó a los sujetos procesales para el 4 de marzo de 2016 a las 15:00 horas para la lectura íntegra de la sentencia y tomando en cuenta que es un fallo de carácter condenatorio y que existe el derecho de la reparación digna de las víctimas, el Tribunal citó a los sujetos procesales para el 2 de marzo de 2016 a las 8:30 en el nivel 15 de la Torre de Tribunales a la audiencia de reparación de las víctimas.

En declaraciones a diferentes medios de comunicación, la representante de Mujeres Transformando el Mundo, Paula Barrios, expresó que el Caso Sepur Zarco, representa un hecho trascendental e histórico, no solo para el país centroamericano, sino a nivel mundial, porque es el primer juicio contra personas vinculadas con las fuerzas armadas delimitando las modalidades de violencia sexual, esclavitud sexual y esclavitud doméstica, que se cometieron delitos contra los deberes de humanidad establecidos en el artículo 378 del Código Procesal Penal.

20 días de audiencias

Día a día, durante los 20 días que duró la audiencia, las 11 mujeres q´eqchi´ víctimas de violencia sexual esclavitud sexual y doméstica por parte del ejército de Guatemala en tiempo del conflicto armado interno, se presentaban a la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia, quienes se hacían acompañar del equipo legal de Mujeres Transformando el Mundo MTM (quienes por varios años tuvieron a su cargo toda la estrategia legal). También eran acompañadas por representantes del Ministerio Público y representantes legales de MTM, de la Unión Nacional de Mujeres Guatemalteca UNAMG y de la representante de la Colectiva Jalok U, querellantes en el caso.

Todo el tiempo sus rostros permanecieron cubiertos mientras transcurrían los días y veían pasar a testigos, quienes narraron ante el tribunal lo que vivieron ellos y sus familias. Permanecieron todo el tiempo en sus lugares (al lado derecho de la Sala de Vistas) muy raras veces tomaban agua, y en más de una ocasión se observó que sus  manos las llevaban a sus rostros para secarse las lágrimas que brotaban al escuchar y ver lo que se desarrollaba ante el Tribunal.

El día 20, la Sala de Vistas fue abarrotada por hombres y mujeres que se solidarizaron con las mujeres valientes, al escuchar la sentencia condenatoria la sala vibro de aplausos y de alegría al ver que se hacía justicia para las mujeres históricas de Sepur Zarco.

Antecedentes:

11 mujeres q´eqchis tuvieron que esperar por más de 30 años para ver sentenciados a quienes son los responsables de violación sexual, esclavitud sexual y doméstica en contra de las sobrevivientes, así como los responsables de desaparición forzada en contra de siete hombres esposos de las sobrevivientes y del asesinato de una madre y sus dos pequeñas hijas.

Para que las mujeres sobrevivientes de violencia y esclavitud sexual durante el Conflicto Armado Interno (CAI) accedieran a la justicia, por muchos años fueron acompañadas de manera psicosocial por organizaciones que integran la Alianza Rompiendo el Silencio y la Impunidad. Y por más de seis años el equipo legal de Mujeres Transformando el Mundo las acompañó para que el sueño de estar ante un tribunal fuera una realidad.

En el mes de septiembre del año 2011 se presentó la primera querella penal por los delitos “Contra los deberes de Humanidad y Genocidio” del “Caso Sepur Zarco” nombre que lleva el proceso penal, de la cual Mujeres Transformando el Mundo y la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas son querellantes adhesivos. El caso es colectivo y fue impulsado por 15 mujeres sobrevivientes de violencia sexual, esclavitud doméstica y esclavitud sexual en el destacamento militar y 5 Hombres sobrevivientes de Tortura, hechos ocurridos en 1982 en el marco del Conflicto Armado Interno guatemalteco.

- Equipo de Comunicación MTM
http://www.alainet.org/es/articulo/175734  

La maternidad obligada

Estas mujeres esperaron demasiado para decidir ser madres”. Discursos mediáticos como este aumentan la presión y la ansiedad sobre quienes no somos madres. ¿Cómo decidir libremente cuando la decisión de no ser madre está tan estigmatizada? ¿Cómo desprenderse de la idea de que no estás completa en la vida si no consigues concebir, amar y educar a un niño o una niña?

Ilustración: Barbijaputa
Ilustración: Barbijaputa

El otro día, El País publicaba una noticia que vendía en Twitter con esta frase: “Estas mujeres esperaron demasiado para decidir ser madres y han tenido que renunciar al sueño de acunar a su bebé”. La entradilla de la noticia rezaba: “El retraso de la maternidad aboca a los interesados a tratamientos de fertilidad; un 10% no lo logra”. En el desarrollo de la noticia cuentan la historia de varias mujeres de ese 10%. Mujeres que, tras largos y angustiosos tratamientos, no lo consiguieron.
Ninguno de los ejemplos de personas traumatizadas por la imposibilidad de tener hijos es un hombre. Ni en este artículo ni en ninguno. Jamás. Los hombres no se obsesionan con ser padres. Su papel se reduce en estas noticias a ser siempre los silenciosos acompañantes de ellas.
¿Hay hombres que quieren ser padres? Por supuesto. Muchos. ¿Están hechos de otra pasta entonces y por eso nunca caen en profundas depresiones cuando no lo consiguen? Obviamente no. ¿Debemos buscar en la biología la razón por la que la mujer sufre tan profundamente cuando comprueba que jamás será madre? Obviamente, tampoco.
La construcción de la maternidad es, sin que lo percibamos, especialmente cruel. Una construcción que empieza cuando somos apenas unas crías, con “juegos” como bebés de juguete a los que alimentar y pasear en carritos, mientras a los chicos les regalan balones tras los que correr o coches teledirigidos con los que hacer el cafre libremente. Si ya desde niñas nos enseñan a practicar los cuidados, a dar amor y ensayar a vestir y desvestir, acunar y dormir a muñecos de plásticos, ¿cómo podrían ser ellos los traumatizados? ¿Cómo van a ser ellos los deprimidos si nunca son la diana de los ‘¿cuándo vas a ser padre?’, ‘¿a qué esperas para tener un bebé?’, ‘mira que se te va a pasar el arroz’?
Lo cierto es que con un tratamiento psicológico posterior, las afectadas terminan aceptando la realidad y siguen con su vida, como cuenta también el artículo. Quizás la psicología deberíamos aplicarla antes y pensar en la maternidad como una opción y no como una obligación. Pero, ¿cómo hacerlo cuando la decisión de no ser madre está tan estigmatizada? ¿Cómo desprenderse de la idea de que no estás completa en la vida si no consigues concebir, amar y educar a un niño o una niña? ¿Cómo desaprender lo aprendido si en nuestra sociedad sólo están permitidas las ovaciones a la maternidad y se censura todo aquello que tenga que ver con madres arrepentidas? ¿Cómo conseguimos tomar una decisión libre sobre esto si jamás oímos a las mujeres que tuvieron hijos creyéndolos la clave para su felicidad y realización personal pero que se encontraron con que nunca estuvieron relacionados? ¿Cómo acabamos con esta cuenta atrás que tenemos pegada en el vientre y que, cuantos más años cumples, más fuerte suena?
En el artículo de El País hablan de mujeres que aseguran que si pudieran dar marcha atrás tendrían un bebé a los 25 pero, ¿por qué nunca se habla de las madres que aseguran lo mismo pero al revés?, ¿por qué no se puede hablar de las que se quedaron embarazadas sin saber distinguir lo que querían de verdad de lo que les hicieron creer que querían?, ¿cómo ser impermeable al bombardeo pro-maternidad si las mismas mujeres que fueron madres por inercia, por convención o incluso para “salvar” un matrimonio, se autocensuran en público al hablar de su experiencia?
De la misma forma que la maternidad es obligada, también es obligatorio que te guste una vez eres madre. Prohibido confesar que la maternidad te supera, que no sabes realmente por qué tuviste hijos. Que ahora no entiendes esa necesidad de que todas seamos madres, como si fuéramos pocos, como si el mundo se fuera a acabar. Prohibido replantearte en voz alta que quizá, si esperaste tanto para concebir porque querías trabajar, viajar y no tener obligaciones, era porque ésas eran tus prioridades y no la maternidad. Estas confesiones has de hacerlas en petit comité, entre amigas (y no cualquier amiga). Si no eres una madre que ama a sus hijos el 100% del tiempo, que nunca duda de por qué los tuvo, mejor cállate. Si cuando te sobrepasa la carga que supone tener hijos, fantaseas con cómo hubiera sido tu vida sin ellos, eres una mala madre, y por tanto, la persona más despreciable del mundo. Como dice Beatriz Gimeno, porque la mala madre es la peor imagen que cualquier cultura reserva para algunas mujeres, las peores; nadie quiere ocupar ese lugar”. El padre sí, él pueden fantasear lo que quiera, nadie espera gran cosa de él. Más que eso, a nadie sorprende un padre que abandona a sus hijos y no vuelve a verles el pelo. Pero ¿ellas? Ellas relegan su ocio, su deporte favorito y su papel de amigas, hijas, hermanas, porque ya son madres.
La culpa por no estar completamente entregada a la tarea de criar deja a muchas mujeres atadas a un único rol: el de madre. Y creo que cualquiera que lea estas líneas tiene ejemplos a su alrededor, si no en sí mismas. He visto esa culpa en mis abuelas, en mi madre, en mis tías, en mis amigas. En lo amorosas que se supone que deben ser, en lo poco que pueden fallar. La culpa que ya no las deja irse a pasar un fin de semana a la playa o a la sierra con el resto de amigos, como han hecho toda la vida. Ni qué decir de viajes más largos.
Noticias como las de El País, ayudan a aumentar la ansiedad en las no-madres. En mí misma. Casi siempre creo que no quiero ser madre, pero ese “casi siempre”, ¡ay!, ¿estoy realmente segura?, ¿me voy a dar cuenta demasiado tarde de que realmente la maternidad es lo mío?, ¿voy a sufrir como esas mujeres?, ¿debería congelar óvulos?, ¿debería tenerlos por si acaso y ya luego veo qué hago con mis contradicciones? Al fin y al cabo me gustan los niños, me pirran, se me cae la baba. Claro que… los niños crecen, pocos años dura la dulzura, es fácil que mi bebé se convierta en un adolescente insoportable, yo misma lo fui. Bueno, a ver, ¿y si tengo el crío y dejo de razonar tantísimo y de pensar a tan largo plazo? ¡Mira esas pobres mujeres! ¡Esperaron demasiado!
En la misma noticia, una de las historias que cuentan es la de una mujer que sí pudo concebir un hijo, pero no corrió la misma suerte cuando decidió ir a por el segundo: “Tenía 41 años y me deprimí muchísimo. Estábamos en la playa, mi marido jugando con nuestro hijo y yo no podía parar de llorar. Era una lucha interna enorme”. ¿En serio? Lejos de querer criticarla a ella, cuestiono al medio que la pone como ejemplo del trauma de no poder concebir. Esa mujer es ya madre. ¿Cuántas mujeres siendo ya madres caen en depresión porque no pueden concebir aún más? No deben de ser pocas, de eso estoy segura. ¿Estamos normalizando de verdad que una ya-madre no pueda disfrutar de su hijo porque sólo puede pensar en los que no tiene? ¿Normalizamos eso pero no el hecho de que las mujeres pueda decidir no ser madres sin ser estigmatizadas?

La axila rasurada: el feminismo y la doble moral


  Por: Dianne Padilla*

Con frecuencia escuchamos comentarios como este: “¿Cómo puede estar en contra de la cosificación de las mujeres y acto seguido atreverse a postear una fotografía suya en ropa interior en Facebook?”. “Si dice que es feminista y está defendiendo una causa social, debe ser una mujer respetable. Andarse encuerando es doble moral”.

No, no es doble moral, se puede ser feminista y exhibicionista, les explico:

Doble moral significa que usted tiene un conjunto de principios, pero que no los aplica de manera coherente en situaciones similares. Cuando los principios y valores propios se aplican según su humor de ese día o según intereses personales, entonces usted presenta un caso agudo de hipocresía.

En ese sentido, que una feminista suba una foto de ella misma en ropa interior o en traje de baño a sus redes es un acto coherente con uno de los principios básicos del feminismo: las mujeres son dueñas de su cuerpo y tienen todos los derechos sobre él, incluso el de exhibirlo, eso no le quita el derecho fundamental a no ser agredida, ni es menos feminista, pues ella está aplicando sus principios feministas de forma precisa y consistente, su cuerpo le pertenece, ¿recuerdan?

Eso no es doble moral, se trata de ser consecuente, y de paso denunciar un sistema que cuestiona a la mujer que se exhibe por propia voluntad y no al hombre que la exhibe sin su consentimiento.

Hay que recordar a Amelia Valcárcel: el feminismo no es un discurso de la excelencia moral, ni un código de buenas maneras y vestimenta para quienes cometen la osadía de autonombrarse feministas, es un discurso emancipatorio, un nuevo horizonte ético, no un dogma. Un aparato crítico que denuncia opresiones no que se inventa otras.

Pero como estoy de buen humor, les voy a dar ejemplos de lo que SÍ es doble moral:

Denunciar enérgicamente la violencia de género cuando la víctima es una funcionaria o política, pero callar cuando un partido político en el que militan despide injustificadamente a un grupo de empleadas administrativas, o peor aún, no abandonar un partido político que gestiona una red de prostitución.

Despotricar en contra de la explotación sexual, pero no decir nada de la explotación a la que son sometidas las mujeres en muchos contextos laborales.

¿Cuál es el problema aquí? Simple: situaciones similares a las que aplican criterios diferentes, o dobles estándares, esto es una doble moral.

En ese sentido, es injusto ver a feministas callar ante determinados casos de violencia. Hay que recordar que una mujer puede parecernos desagradable, intolerante y vil, y eso no la exime de ser víctima de violencia de género, ni justifica que la padezca en ningún sentido.

Pero, por desgracia, aunque nos vistamos de feminismos, cuesta mucho desarticular la misoginia que tenemos internalizada, y que se manifiesta en este caso, como rechazo a establecer alianzas con mujeres que creemos contrarias a nosotras, después de todo es difícil dejar atrás viejos prejuicios que nos impiden avanzar, anclados en proverbios machistas como que “el peooorrr enemigo de una mujer es otra mujer”; “mujeres juntas ni difuntas”; “no me gusta trabajar con mujeres, son unas envidiosas”.

Sí, hay que ver el buen ejemplo que dan los hombres al respecto, tan admirables que no se matan a la menor provocación, no se envidian ni se destruyen entre ellos. ¡Qué va! Si hasta inventaron eso del amor al prójimo.

En fin, si usted se asume feminista y después de esta breve explicación es incapaz de ver la relación entre su doble moral y la violencia machista, quiere decir que no entiende el principio del poder y la opresión, ni tiene la menor idea de lo que es la praxis feminista.

Le aconsejo que se baje de su nube tecnocrática de género; las otras mujeres pueden ser sus aliadas, no sólo sus sujetos de estudio; hable con ellas, sobre todo con las que no comparten sus privilegios. Todas nos necesitamos del mismo bando…

*Este artículo fue retomado del portal VocesFeministas.com.

CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | México, DF.- 

Así funcionan las terapias para “reeducar” a los hombres que cometen violencia machista


En la asociación civil Gendes, los hombres asumen un modelo para "desaprender" los códigos machistas que los llevan a cometer cualquier tipo de violencia. Se trata de una alternativa ante las pocas políticas públicas que hay en México para atender la violencia de género desde una perspectiva masculina.

Backlash primaveral (no, no es un rímel de pestañas)



   LENGUANTES
Por: Cynthia Híjar Juárez* Todos los años vemos en marzo la llegada de una primavera aderezada con el desconcertante desfile de imágenes, regalos y atmósferas sonoras donde se proclama el triunfo indiscutible de “la mujer” en el mundo: ¡Feliz 8 de Marzo! Las mujeres ya tienen hasta su día. ¿Qué más quieren? Dales a todas las empleadas una rosa roja y una paleta de corazón. Joder, es el triunfo del matriarcado.

En 1857, un movimiento de mujeres obreras de la industria textil de Nueva York saldría a las calles a denunciar las condiciones laborales violentas a las que se les obligaba.

Años más tarde, en 1908, otra vez las mujeres obreras organizadas se hicieron oír, y aunque aún se debate sobre los hechos exactos ocurridos el 8 de marzo de 1908, se reconoce la muerte de 129 trabajadoras en el incendio de la textilera Cotton (probablemente inducido por el dueño de la fábrica), donde estaban resguardadas después de ser reprimidas brutalmente por la policía.

En 1910, como parte de los acuerdos del Segundo Congreso Internacional de Mujeres Socialistas en Dinamarca, y gracias a la propuesta de Clara Zetkin, se estableció el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Es decir que no, queridos detractores del 8 de Marzo, no es cierto que las mujeres “tenemos” un día, como si la institucionalización de una fecha conmemorativa nos otorgara la posibilidad de poseer el tiempo.

No es cierto que esta conmemoración sea una muestra de la “superioridad femenina” que tanto alegan, como si por un día conmemorativo del despojo y de la violencia se pudiese desmontar toda una estructura armada con instituciones que la legitiman.

No es cierto que exista el matriarcado aunque usted, machista de la alta modernidad, le tenga mucho miedo a su mamá o a su abuela, y sobre todo sépalo desde ya: no es cierto que los hombres sufran violencia de género porque no se les conmemora a ellos el 8 de Marzo.

Lo que sí nos recuerda esta fecha es el empuje de las mujeres trabajadoras en los derechos laborales, que lograron reivindicaciones que durante décadas han beneficiado a un extenso grupo de personas.

Ha sido gracias a estas coyunturas y, sobre todo, a las luchas que se han dado desde diversos lugares en nuestra América, que muchas personas podemos acceder aún a ciertos derechos laborales (sí, también ha beneficiado a los hombres y sí, también a la gente que cree que es de clase media y que trabaja en puestos gerenciales en oficinas bonitas).

Claro que estos logros no aplican para toda la población, y eso se puede notar en todas las formas de esclavitud de la alta modernidad de las cuales México es crisol. Violencias imbricadas, sectores avasallados por una intersección de opresiones de clase, raza y género, lugares que el proyecto eurocéntrico de modernidad nunca supo alcanzar si no era para explotarlos.

Entendiendo que no abordaremos todas las tramas y urdimbres de este complejo telar, reduciré mi columna de esta semana a señalar algo muy sencillo, que seguramente usted ya tiene claro en su cotidianidad: a pesar de que el 8 de Marzo nos recuerda el trabajo de millones de mujeres por superar los condicionamientos sociales de desventaja y opresión, los logros cristalizados, las violencias normalizadas y los despojos aún vigentes, no hay todavía una idea clara sobre lo que implica la conmemoración de un 8 de Marzo obrero, feminista y transformador.

Lo que tenemos a la mano es, por el contrario, una evasiva de nuestros derechos, una luna de miel al estilo de los maridos golpeadores, pero esta vez en las calles, en las oficinas, en las escuelas, en los medios masivos de comunicación y vaya, hasta en algunos institutos de las Mujeres que generan y alimentan esa proclama caprichosa y sexista de “feminazi stole my ice cream”.

Y es que si bien el backlash antifeminista ha estado presente como reacción constante a la vocación liberadora de los feminismos, en el presente las redes sociales nos han ayudado a documentar una serie de violencias que enfrentan las feministas por el hecho de serlo.

La misoginia combinada con represión, justo como en las luchas obreras señaladas anteriormente, nos recuerda todo lo que falta por construir, los espacios que aún debemos recuperar, y la seguridad y cuidado colectivos que aún nos quedan por procurarnos entre mujeres.

La ola antifeminista, como respuesta a los movimientos profundos de carácter práctico y estratégico que han provocado millones de mujeres en el mundo, nos recuerda todo el trabajo que tenemos por delante, todos los despojos que aún intentan vulnerarnos.

La reaccionaria actitud del entorno ante los derechos alcanzados nos recuerda también que estamos haciendo que la estructura patriarcal se incomode desde hace siglos.

Así, vemos el backlash primaveral en las reacciones de los altos funcionarios de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) denunciados por las trabajadoras por acoso sexual y laboral.

En un grupo de personajes que laboran como funcionarios compartiendo fotos de defensoras de los DH honestas y trabajadoras como Dianne Padilla, acusándolas de “enseñar demasiado” en sus fotos, después de que ella desenmascaró una serie de violencias laborales e institucionales en Chiapas.

Es la dinámica de la policía de género, ejercida por los trabajadores de un edificio cuando violentan los derechos de las compañeras trans, impidiéndoles el uso de los sanitarios de mujeres.

Es el compañero del salón de clases haciendo bromas de mal gusto sobre la identidad de género de otras personas. Es, como explica la defensora de DH Jessica Marjane Durán Franco, una CDMX con leyes impecables, pero que no logra resolver la violencia de género en el tejido social.

Vivir este backlash primaveral es saber que mientras el feminicidio se establece como norma abusiva de convivencia, mujeres como la maestra Sandra Aurora González Sánchez de la Unicach tienen que defender su puesto de trabajo de represalias inverosímiles en pleno 2016.

Que mientras se declara que seis mujeres fueron asesinadas por su condición de género estando embarazadas, casi todas las compañeras que se posicionan en contra del feminicidio tienen en sus bandejas de correo electrónico amenazas de muerte y violación.

Es saber que mientras denunciamos con la cara apretada de dolor que no queremos perder a una sola de nuestras hermanas, aparecen cientos de mensajes en las redes sociales con hashtag como #LegalicenLaViolacion y #ViolaUnaLesbiana.

Backlash primaveral es esta estructura, acostumbrada a hacernos objetos, rascándose incómoda porque decidimos decir basta.

Así que no, de ninguna manera aceptaremos una dinámica en la que el patriarcado encuentra su fase de luna de miel en el ciclo de la violencia cada 8 de Marzo, llenándonos de rosas rojas, pero negándonos los derechos.

Vamos a seguir resistiendo, trabajando, como nos enseñaron las ancestras que hilaron fino todos los días y nos heredaron enseñanzas en el hacer cotidiano.

El backlash primaveral es catarsis coyuntural, pero los feminismos nos enseñan que la constancia, el cuidado colectivo, el amor rabioso y la transformación son tareas cotidianas y persistentes, y el 8 de Marzo no es para nosotras una coyuntura, sino un recordatorio de todo lo que aún tenemos por defender y construir.

*Cynthia Híjar Juárez es educadora popular feminista. Actualmente realiza estudios sobre creación e investigación dancística en el Centro de Investigación Coreográfica del Instituto Nacional de Bellas Artes.


CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | México, DF.-