4/25/2015

Ayotzinapa se recupera, declaran PRD, PAN, PRI cómplices de asesinatos; las elecciones se harán

Pedro Echeverría V.

1. ¿Ya se jodieron nuevamente al pueblo, a los estudiantes, haciéndoles resbalar, desgastar, cansar sus protestas y demostrándoles una vez más que el gobierno mexicano es fuerte y con él nadie puede? La historia de las luchas de los trabajadores y de las oposiciones es rica en derrotas que les ha asestado la clase millonaria en el poder. La realidad es que, por lo menos desde 1956 –cuando cerraron el internado del POLI y reprimieron a los estudiantes de la Nacional de Maestros- toda mi contabilidad de luchas ferrocarrileras, de maestros, electricistas, médicos, guerrilleros, campesinos, estudiantes, ciudadanos, todas han sido derrotas. Sólo recuerdo la victoria de López Obrador en 2005 frente a Fox, pero luego este mismo, con Calderón, lo enterró.


2. El ejército ha jugado –durante décadas-  un importantísimo papel en la represión y encarcelamiento de todos esos sectores de luchadores sociales cuando el gobierno no había fortalecido sus batallones de policías federales, granaderos y policías locales. Hoy –con más de un millón de efectivos milicos el gobierno se da el lujo de bloquear y encapsular todas las marchas para retirarlas de las protestas.  ¿Por qué en lugar de dos años de plantón de la CNTE o siete meses de manifestaciones de Ayotzinapa, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Chiapas, DF, no se paraliza una semana al DF cerrando todas las carreteras, aeropuertos, bancos, embajadas y hoteles? Para ello sólo necesitamos coordinación y unidad. Pero parece imposible.

3. Carlos Navarrete -presidente nacional del PRD y firmante del Pacto con el PAN y el PRI- señaló que a siete meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, se está recuperando y las manifestaciones violentas "son más espaciadas y más pequeñas en impacto"; inclusive que "las acciones directas y violentas están teniendo mucho menor respaldo en el movimiento que demanda justicia y la aparición de los normalistas de Ayotzinapa". No sé si ellos se dan cuenta, agregó, de que "la sociedad guerrerense está cada día  más a favor de un proceso electoral pacífico. No creo que en su mayoría (la ciudadanía) quiera que Guerrero se mantenga en la inestabilidad y en la violencia".

4. Los grandes empresarios, los medios de información y los partidos están muy contentos porque se recuperan políticamente y la muestra serán las elecciones donde toda la clase dominante gana. Los que perdemos somos los ciudadanos, el pueblo, que otra vez hemos sido burlados al no aclarase ni mínimamente las matanzas, desapariciones y represiones a estudiantes, campesinos, obreros y a quienes salen a las calles y los campos a protestar. Lo más seguro es que después de las elecciones ("a toro pasado") comiencen a aparecer algunas cosas. Parece que fue mala estrategia de los padres viajar a la ONU y al extranjero, porque en México lo que no se hace directamente en las calles no funciona.

5. O quizá se pensó en llevar la denuncia a otros países del mundo porque en México –como siempre ha sido- el gobierno había aplicado la política de cansancio y desgaste que desde hace muchas décadas le ha resultado beneficiosa. El periodista Jorge Ramos afirma con insistencia que "en cualquier país del mundo una denuncia de compra de mansiones a contratista de gobierno, cualquier presidente de una nación ya hubiese renunciado"; en México –con historias peores durante un siglo- nadie renuncia. Y ningún presidente renuncia por eso que se llama "presidencialismo mexicano" y eso que se llama "corporativismo" que durante muchas décadas ha demostrado una enorme fortaleza.

6. Desde hace tres meses preveíamos que las campañas políticas y las elecciones matarían el movimiento social de protesta y repudio al gobierno.  El todos los partidos están de fiesta –como declara el oportunista Navarrete del PRD- porque Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Michoacán, avanzan positivamente hacia la competencia electoral. La realidad es que a pesar de la devaluación, el desplome de la productividad, la falta de inversiones, el desempleo, la inestabilidad, al Peña, Videgaray, Osorio y demás, no se les ve nada nerviosos ni preocupados porque tienen el control absoluto de la clase política y empresarial. Desde los sesenta he visto que gobierno y PRI, a pesar de los problemas, nunca han estado en jaque.

7. Los procesos electorales, así como la llamada democracia electoral, nacieron de la cabeza inteligente de la burguesía como una gran forma de control. Puta, "si en las aristocracias feudales no se votaba, ¿no fue una ganancia del pueblo que la burguesía le haya concedido el derecho de votar? No solo eso; la burguesía ha autorizado la formación de partidos con multimillonarios subsidios, libertad para hacer propaganda y para que libremente se designen candidatos. ¿Qué más democracia quieren si los tres poderes están al servicio del pueblo? Si en el gobierno del pueblo se cometen errores no es por falta de voluntad; son pequeños errores que no afectan a todo el país porque este es más grande que los descontentos".

8. En los últimos años el fachopanista Calderón que creímos que era un imbécil y que sólo gobernaría unos meses, con el apoyo del ejército y de los EEUU, destruyó a la APPO, se comió al PRD, cesó a 44 mil electricistas, debilitó a los mineros, aisló en Chiapas al EZLN, se impuso a López Obrador. Hoy Peña Nieto, con el trabajo adelantado de Calderón, entró e impuso las 11 o 12 reformas constitucionales con una facilidad inaudita. Pero allí están los procesos electorales que sirven para ver la cara de tontos, de imbéciles, a todos los que con su voto hacen mucho más fuerte al sistema capitalista y, en estos años, golpean con mucha fuerza la lucha social. Ni modo, es la expresión de la conciencia formada por el capitalismo. (25/IV/15)


Alianzas feministas entre políticas


México, DF., 23 abril. 15, AmecoPress/Cimacnoticias. Durante años se ha repetido una mentira que fomenta la enemistad entre las mujeres. Se dice que entre las mujeres sólo existe la competencia y la deslealtad, como si ambas actitudes estuvieran dentro de algún gen que las conforma.
Para ello se tienen una serie de mitos y estereotipos que se repiten por todos lados en nuestra sociedad: desde las películas y cuentos infantiles, pasando por las telenovelas, la música y hasta los análisis llamados científicos.
Poco se cuenta y difunde de las grandes alianzas que hemos hecho las mujeres a través de los años para lograr que se reconozcan todos nuestros derechos, y sobrevivir en las peores circunstancias de la vida.
Para avanzar en el mundo político, las mujeres han tenido que pactar entre ellas, reconocerse como interlocutoras y caminar juntas en aquello que coinciden, e incluso para disentir entre ellas es necesario pactar. ¿Para qué? Para fortalecerse y avanzar en un mundo patriarcal que busca mantenerlas excluidas.
Sin estos pactos las sufragistas no hubieran ganado a favor de la democracia para sumar a la mitad de la ciudadanía que estaba excluida del derecho a votar y ser electa, somos hijas de este triunfo democrático.
En diversas épocas las mujeres han construido iniciativas desde la pluralidad y la sororidad, entendida ésta como un pacto político entre las mujeres, para avanzar y ganar espacios políticos.
En la historia reciente han impulsado por lo menos un decena de iniciativas, entre ellas: la Asamblea Nacional de Mujeres; de la A a la Z; Avancemos un Trecho, etcétera.
Una nueva muestra de la alianza entre mujeres se dio el pasado fin de semana, para garantizarles a las mexicanas que decidan ingresar a la política una vida libre de violencia.
Los focos rojos sobre la violencia política contra las mujeres los prendieron el secuestro, tortura y asesinato de la precandidata del PRD a la alcaldía de Ahuacuotzingo, Guerrero, y del atentado contra la alcaldesa de Matamoros, Tamaulipas.
Hechos que ocurren en el marco de la mayor participación política electoral de las mexicanas tras 62 años de voto femenino.
Durante años las mujeres políticas han desarrollado su quehacer público en medio de la violencia que busca minar su poderío.
De los 21 mil juicios resueltos por el tribunal electoral en los últimos cuatro años, 41 por ciento fueron promovidos por mujeres; de ellos 24 por ciento por violación a su derecho a ser electas y 15 por ciento por afectación a su derecho al voto.
Insultos, amenazas, bloqueos a sus iniciativas, acoso, usurpación de sus derechos, tortura y asesinatos, es lo que han enfrentado las mujeres desde que exigieron el reconocimiento a sus derechos políticos y los ejercieron.
Entre los baúles de la historia están las situaciones enfrentadas por las primeras legisladoras, como el no contar con baños para ellas, pues la infraestructura de la cual se dotó a los recintos legislativos solo contempló a los hombres en el poder.
Pero la violencia cuando no se detiene se incrementa… Así llegamos a los asesinatos y atentados contra mujeres en el poder.
Por ello, 120 mujeres políticas de diversas expresiones partidarias y sin partido, pero con compromisos democráticos, exigieron este fin de semana a las autoridades adoptar medidas legislativas a fin de prevenir, sancionar y erradicar el acoso y violencia política contra las mujeres que acceden a puestos de decisión por vía electoral o designación, a nivel local, como dentro y fuera de los partidos.
Ellas conforman la Red Mujeres en Plural, coalición que se conformó hace poco más de cinco años y que ha venido impulsando el respeto y goce plenos de los derechos políticos de las mexicanas.
En conferencia de prensa, la Red Mujeres en Plural llamó a los partidos políticos a respetar la ley de paridad que existe en nuestro país y abstenerse de intentar usurpar los derechos políticos de sus militantes a través de fraudes como los ocurridos en años pasados donde se colocan de manera simulada a mujeres ligadas sentimentalmente a hombres que figuran como suplentes en las fórmulas electorales.
Una característica de las alianzas políticas feministas de las mujeres es que busca que lo ganado sea para todas y permita el crecimiento de todas. Coincidan o no.
Así que la próxima vez que escuchemos que las mujeres no sabemos hacer alianzas, recordemos que en el fondo lo que se busca es eliminar el adelanto de las mujeres, fomentando la enemistad femenina.
*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC.
Foto: Amecopress 

Dificultades de la democracia de género



Palabra de Antígona

“Si hay 50 por ciento de mujeres en las listas electorales es porque son las hijas, las esposas, las sobrinas, las tías, las parientas de los hombres en distintos poderes. A ellas nadie las ensalza porque heredaron la vocación política… Como si fuera biológico y no de género o social”

 Sara Lovera



México D.F., 20 abr. 15. AmecoPress.- No hay nada más importante para un jefe de familia que heredar su visión y sus valores. En las familias tradicionales esto es importante no sólo para el patriarca, sino para la abuela, para una madre amorosa y para la parentela; que los hijos continúen la vocación del jefe y hasta sus actitudes, lo aprendimos mexicanas y mexicanos en la época de oro del cine nacional que se incrustó en alma popular. Que las hijas y los hijos continúen con la obra o el negocio de un médico, un industrial, un hacendado o un artista.

Claro, dirán las y los jóvenes ni se acuerdan, es posible. Pero para varias generaciones estas repetidas escenas que nos hacen recordar a los hermanos Soler y a doña Sara García, se convirtieron en parte de nuestro pensamiento y en el terreno de la política y en el pensamiento crítico, en una colisión de intereses y hasta en muchos y muy variados conflictos. Y son un valor. Valor patriarcal que trasciende generaciones, culturas de otros lares y que está profundamente arraigada. No la podemos borrar, hasta que no desmantelemos este sistema de pensamiento.

Mientras tanto existe. Se ha fomentado y está internalizado en cada persona como signo de orgullo. Se practica, promueve y es sembrado. De la cuna, a la escuela, la religión y en los medios de comunicación. Hay excepciones y hay feminismo que desea eso no pase con sus hijas e hijos.

¿No es por ello que se habla en nuestra historia de las familias? Las que mantienen por 50 o 100 años un restaurante, un terreno cultivado, una industria o una cadena de tiendas, como positivo y contradictoriamente las mismas que mantienen por generaciones un banco, un monopolio televisivo, una marca, malo. ¿Locura, frenesí, contradicción, absurdo? He llegado a pensar estos días que esta es una contradicción que conspira contra la democracia.
En la realpolitik, este “valor” es un gravísimo pecado que contribuye, desde mi punto de vista, también, a la desmesura y la antidemocracia. Es decir, es crítico en la política liberal, pero es al mismo tiempo un deseo compartido y fomentado.

Pecado que mi hija siga mis pasos para convertirse en dirigente; que mi sobrina haya heredado el afán de hacer y participar en una organización social que “ha sido el motivo de mi vida”; que mi esposa “se vuelva al poder y no a la familia”, a estas esposas, hijos e hijas, en el terreno político, no se les concede el derecho a la duda. Se les fustiga, a veces con una superficialidad que asusta. Mientras he visto a muchas feministas que les brillan los ojos cuando te cuentan que sus hijas también son feministas.

Parece que siendo mexicanas y mexicanos, esas personas, esposas, hijos e hijas, no tienen derechos ciudadanos, y sus aspiraciones son permanentemente calificadas como nepotismo, tráfico de influencia, impropio, inoportuno, improcedente, incorrecto, en una palabra indecente.
¿Alguien le preguntó al hijo del abogado? ¿A la pareja de médicos? ¿O a la hija de una periodista? ¿O a la hija de una actriz? O alguien pone en duda que el vástago no sólo siga los pasos de su familia, sino que los supere; o la vida intelectual de sus padres o se dedique a cantar, a tocar, a pintar, a bailar, porque su familia se dedica a ello.

Y como bien se sabe de esas hay cientos de familias quienes a partir de sus lazos sanguíneos construyen el andamiaje para que las futuras generaciones de ese apellido, nombre, industria, vocación, continúen lo que alguna vez iniciaron sus antepasados. Los críticos de hoy, siendo hermanos de varios con su actividad, de todas maneras a las familias de industriales, comerciantes o artesanas las van a criticar. Hablo de hermanos politólogos y críticos: los Reyes Heroles, los Peterson, la pareja Aguilar Camín, los herederos de Granados Chapa, etc.

¿Cuál sería la diferencia entre heredar a una o un descendiente una gerencia comercial en una empresa, la vocación intelectual y un cargo de elección popular en política? Ese es el dilema en una sociedad como la nuestra, fundada en la desconfianza. Todo está prohibido en la ley, pero nadie la cumple.
Hay una palabra clave, para equivocarse ¿realmente se hereda?, como un virus, una bacteria, un mal congénito o se aprende y desea. Esto es un debate abierto.
Yo creo que hay casos diferenciados, que no es posible generalizar, como lo hacemos en esta manera de hablar de las y los demás, siempre buscando o pretendiendo “purezas” que con frecuencia se convierten en otro tipo de demagogia. La demagogia de la denuncia.

Las mujeres 50 por ciento: les guste o no les guste

Esta forma de vivir plantea una contradicción profunda, choca, se colisiona con las prácticas democráticas. Si una persona, por poner un ejemplo, es hermana de un potentado, está bajo sospecha si quiere ser diputada o si quiere ser funcionaria pública. Son las fulanitas, esas que llegaron, y lo lograron porque son de hijas de. Fue ¿por herencia y no son ellas mismas? Hace tiempo las feministas hemos considerado, esto, una visión misógina.
Salvo aquellas que luchan hoy por un lugar en la política, y practican esa visión patriarcal de la que somos presa. Si ellas no son, nadie es igual a ellas y nadie puede: se llama envidia y competencia.

Qué me dicen del baluarte de los herederos de los jefes revolucionarios, como los Ávila Camacho, los Zapata, los Obregón, los Ortiz Rubio, los Cárdenas, los Alemán o los herederos de la industria televisiva, los Azcárraga, los Salinas, y tantos otros.
Todavía en muchas conversaciones se considera, para bien y para mal, la trascendencia de la genealogía como una forma de explicarse la historia triunfal de muchas familias. Como la de los hermanos Revueltas, los Rivera, los Orozco, los Legorreta, los Soler, los Guerrero, los Zabludovsky, los Chávez, los Aguirre, los Álvarez, los Tovar y de Teresa, para no hablar de herederos y herederas de vocaciones sociales y “revolucionarias”.

Y todo esto viene a cuento por la cantidad de tinta y papel que hoy se invierte para decir que si habrá 50 por ciento de mujeres en las listas electorales es porque son las hijas, las esposas, las sobrinas, las tías, las parientas de los hombres en distintos poderes. A ellas nadie las ensalza porque heredaron la vocación política, no, de ninguna manera, seguramente ha sido la influencia de sus progenitores la única y principal razón para enlistarse en estas elecciones. Como si fuera biológico y no de género o social.

A nadie se le ocurre descubrir sus biografías, sus intereses, sus títulos y sus hechos. Me dirán que también se hace con los hombres. Sin duda. Hemos vivido en ese vaivén: la genealogía como orgullo y la desgracia de no “hacerse a sí misma”, según quien lo dice.
Se dirá que el nepotismo o el tráfico de influencias nos han hecho mucho daño. No hablo de eso ni la prevaricación, ni del mal uso de las relaciones para hacer negocios, ni de los políticos que favorecen a sus familiares; ni hablo tampoco de prebendas documentadas.
Ayer me topé con una nota, de estas que menudean. La cabeza de la nota o el título es simple: PRI y PAN registran a hermanas y esposas de ex candidatos en Querétaro, donde el tribunal electoral ha decretado que se aplique la paridad a las candidaturas de ayuntamientos.

Aun cuando quien hace la información, no logró especificar quién es esposa de quien, o hija de cuál, afirma que los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) acataron la sentencia que emitió la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de registrar a por lo menos nueve candidatas a las 18 alcaldías, que estarán juego el próximo 7 de junio, pero lo hicieron con esposas o hermanas de los aspirantes iniciales.
Y agrega: el PRI informó que cinco de las nueve mujeres que registró ante el Instituto Electoral del Estado de Querétaro (IEEQ) son esposas y una es hermana de los candidatos que ya habían realizado campaña por 10 días. El PAN indicó que cuatro de sus candidatas sustitutas son esposas y dos más, hermanas de los abanderados originales.

Todo ello no obstante que uno de los dirigentes de partido hizo ver que: “se buscará garantizar que, en caso de ganar el ayuntamiento por el cual contenderán, esas mujeres ahora candidatas no soliciten licencia para que su esposos o hermanos desempeñen las funciones”.
Hace una semana se dedicó un amplio reportaje a 3 o 4 aspirantes a diputaciones federales hijas de una ex gobernadora, una secretaria de Estado y una sobrina de un dirigente. Se habló de las bodas, los divorcios y otras cosas.
Nadie duda que por su origen, recursos y habilidades, muchas candidatas hayan tenido más posibilidades para participar, o más conocimientos, o más oportunidad luego de vivir 20 o 25 años con una familia dedicada a la vida pública y política. Los reportajes hablaron de sus bodas y sus divorcios; sus atuendos o sus gustos o colecciones. No se habló de su formación, intereses o biografías.

Cierto, nadie pone en tela de juicio que muchas de estas mujeres, como ha sucedido con muchísimos hombres, puedan no responder al deseo e intereses “de la Nación”. Pero tendremos que juzgar a mujeres y hombres de la misma forma. Al final estamos frente a una política antidemocrática, donde cada una y cada uno le ponemos, también pensamos antidemocráticamente, juzgando y excluyendo. Denostando o hablando sin fundamento y, lo peor, sin investigación.
Me parece que debíamos aspirar a la democracia donde cada persona legítimamente pueda dedicarse a la política sin ser juzgada su sólo por su cuna; tanto como hemos demandado a lo largo de varias décadas que una mujer abusada sexualmente, no sea juzgada o denostada por su vida personal, sino reivindicada por su derecho a no vivir violencia.

Foto: Archivo AmecoPress.

Impunidad en desaparición de 43 mujeres durante “guerra sucia”

Detenidas entre 1971 y 1983, no se sabe nada de ellas

“Guerrilleras”, libro de reciente publicación sobre la participación femenina en la lucha armada durante el periodo conocido como “guerra sucia”, dedica uno de sus capítulos a las 43 mujeres que fueron detenidas-desaparecidas entre 1971 y 1983.

De acuerdo con la información obtenida de los expedientes oficiales, 18 casos corresponden a la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC-23), seis del Partido de los Pobres (PDLP); dos más eran integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), una del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), y una más de las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL).



También se registraron dos casos de mujeres que no se especificaba a qué movimiento pertenecieron, y 10 mujeres que fueron detenidas aunque no fueran guerrilleras o no tuvieran militancia política.

Fue la manera en que el Estado trató de frenar todo movimiento que buscara derrocar el sistema de injusticia e inequidad en esos años, por ello entre las y los desaparecidos por motivos políticos, no todas las personas pertenecían a la guerrilla.

Dentro de las vidas arrebatadas están las de ciudadanos secuestrados por ser sospechosos, líderes sindicales, campesinos y estudiantes que sufrieron la represión como consecuencia de su lucha reivindicativa.

Cada una de las historias de las guerrilleras detenidas dibuja el mismo patrón de las fuerzas represivas, pues prácticamente todas fueron aprehendidas en sus domicilios, sus centros de trabajo o en la vía pública por personal armado y en ocasiones uniformado.

Se trató siempre de un acto ilegal perpetrado casi en todos los casos a la sombra de la noche o en circunstancias que brindaron impunidad a quienes cometían los hechos, se asienta en el libro.
No hubo orden de aprehensión para ninguna de las detenciones y en muchas ocasiones se utilizaron vehículos sin placas, que no pudieron ser identificados por posibles testigos, a lo que se sumó que el Poder Judicial no hizo nada por castigar a los responsables.

Alberto López Limón, ex integrante de la Comisión Histórica de la desaparecida Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), hizo el recuento de los casos y señala que los responsables negaban la detención y “trataban de engañar a las familias”, por lo que se les impedía la asistencia legal y material, pues a la víctima se le daba por fallecida.

Posteriormente a su detención, las guerrilleras desaparecieron sin que hasta la fecha se conozca su paradero.
“A la familia se le causó el dolor que deja la incertidumbre”, con ello las autoridades también buscaban detener cualquier intento de subversión, ya que “la desaparición es una medida de intimidación, que desea que quienes coincidan con la víctima sepan lo que a ésta le acontece y se abstengan de seguir su ejemplo”, detalla López Limón.

Entre las guerrilleras detenidas-desaparecidas están Marina Texta y Ramona Ríos de Roque, integrantes de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, célula del PDLP, quienes fueron torturadas para obligarlas a confesar que conocían al líder Lucio Cabañas.

Otro caso es el de María Isabel Jiménez, quien se dedicaba a las labores del hogar, pero fue detenida y desaparecida en junio de 1972 cuando una partida militar fue a su domicilio en Atoyac, Guerrero, para buscar a su esposo que militaba en el PDLP. Al no encontrarlo, se la llevaron a ella.

En tanto, las hermanas Ana Luz y Sara Mendoza Sosa fueron detenidas al cruzar un retén del Ejército en el estado de Veracruz. Ambas militaban en el MAR, fundado por su hermano Leonardo.

Lourdes Martínez Huerta, de 23 años e integrante de la LC-23, fue detenida en junio de 1975 en Culiacán, Sinaloa, cuando ella presentaba un embarazo de entre tres y cuatro meses de gestación. Hasta la fecha se desconoce su destino y el de su hija o hijo.

Perla Sotelo Patiño, estudiante guerrerense de entonces 18 años de edad, forma parte de otros 48 casos que el Ejército quiso hacer pasar como mujeres y hombres muertos en combate en 1974.

Todos los casos de guerrilleras detenidas-desaparecidas documentados en el libro arrojan luz del por qué México ocupa el sexto lugar en desapariciones de presos políticos en América Latina.

A más de 40 años de distancia, sus compañeras que lograron sobrevivir continúan la exigencia de saber el paradero de estas guerrilleras, así como de sus hijas o hijos que nacieron en las cárceles y de quienes se sospecha fueron dados en adopción.

CIMACFoto, Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.- 

Mujeres y niñas indígenas, las más excluidas de educación básica


Deserción escolar, reto a vencer

Anaiz Zamora Márquez
México, DF., 16 abr. 15. AmecoPress/Cimacnoticias.- En el mundo, las niñas y las mujeres indígenas son aún la población menos beneficiada de las acciones de los gobiernos, para garantizar la educación básica de calidad a todas las personas.
Tal brecha de desigualdad y segregación también ocurre en México, país que se sumó en el año 2000 a la iniciativa de la Organización de Naciones Unidas (ONU) denominada Educación para Todos (EPT), un compromiso asumido por 164 líderes mundiales en el Foro Mundial Sobre la Educación, celebrado en Dakar, Senegal.
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Hoy se presentó a nivel mundial el informe de seguimiento de “La Educación para Todos 2000-2015: logros y desafíos”, que da cuenta de cuánto han avanzado las naciones en la implementación de la iniciativa que se divide en seis objetivos principales.
Nuria Sáenz, representante en México de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) –organismo responsable de la publicación–, dijo que 55 de los 164 países han alcanzado las metas planteadas para este año.
Uno de los grandes avances es que 52 millones de niñas y jóvenes van a la primaria, lo que representa el 61.9 por ciento de la población que comenzó su formación escolar desde que arrancó la iniciativa.
Sin embargo, 121 millones de niñas, niños y adolescentes estaban fuera de la educación escolar en 2012; un tercio de los países no logró la paridad de género, y la mitad no llegó a la meta de incrementar la matrícula en educación secundaria.
“El talón de Aquiles sigue siendo la brecha de desigualdad y de inequidad”, dijo la especialista en educación al señalar que las y los niños más pobres tienen cuatro veces más posibilidades de estar fuera de la escuela, con respecto a quienes tienen mayores ingresos.
Enfatizó que en las minorías éticas y lingüísticas, las niñas de zonas rurales o en conflicto, quienes presentan alguna discapacidad o tienen VIH, constituyen los grupos más rezagados en acceso a la educación.
El 47 por ciento de los países tuvieron una mejora en la matriculación en preescolar, pero sólo 40 países consideran este nivel escolar como obligatorio.
A nivel primaria, la cobertura universal se ha alcanzado en un 52 por ciento, es decir hay 57 millones de niñas y niños que están fuera de la escuela, 34 millones la abandonan cada año, y 100 millones nunca completarán este grado escolar.
En ese sentido, la representante de UNESCO declaró que “el acceso (a las primarias) se consigue, pero hay que medir mejor los logros educativos”.
En lo que respecta al índice de matriculación en el primer año de secundaria, Sáenz informó que América Latina (AL) y el Caribe tiene un rezago importante, ya que apenas el 13 por ciento de los países de la región ha logrado escolarizar a la totalidad de la población en edad de cursar este ciclo escolar.
La EPT también consideró la reducción en un 50 por ciento del nivel de analfabetismo en la población adulta, objetivo en el que se registra una de las mayores brechas de género existentes, toda vez que de los 781 millones de personas adultas que carecen de habilidades mínimas de alfabetización, dos tercios son mujeres
En AL existen 33 millones de personas que no saben leer y escribir, y el 55 por ciento de ellas son mujeres adultas de zonas rurales.
Con respecto a la meta específica de reducir la disparidad entre los géneros, un tercio de los países no consiguió la paridad en la educación primaria y la mitad no lo logró en la educación secundaria Agregó que para asegurar la cobertura universal en primaria y secundaria se requieren de 22 billones de dólares anuales (lo que equivalen a 4.5 días de acciones militares), pero lo que pidió la ONU a las naciones es destinar entre el 15 y 20 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) a ese fin.
Caso de México
En cuanto al Estado mexicano, el informe señala que el país ha logrado cumplir la mayoría de las metas, ya que logró una tasa de matriculación en preescolar del 80 por ciento, para 2012 se había alcanzado el 98 por ciento de matriculación en primaria, y el 86.4 en secundaria.
La paridad de género se logró a nivel primaria, aunque a nivel secundaria se reporta una mayor matriculación y permanencia de mujeres que de varones.
Aún se debe avanzar en mejorar la calidad de la educación, y uno de los grandes retos de México es construir un sistema educativo desde la interculturalidad, pues existe un insuficiente uso de la lengua indígena en la enseñanza.
Al respecto Carmen López, oficial de educación del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF), acotó que si bien las naciones, incluido México, deben alegrarse por sus logros, “tienen que mirar los retos y disparidades que aún enfrentan”.
Señaló que en México aún persisten desafíos tanto en cobertura como en calidad y que los promedios esconden disparidades: “En las zonas rurales e indígenas es en donde se debe afinar la lupa, porque muestran realidades muy distintas a los promedios nacionales”.
Por ejemplo, mientras que en el norte del país se ha disminuido considerablemente la desnutrición, en el sur tres de cada 10 niñas y niños presentan un bajo desarrollo respecto a su edad.
Con respecto a la matrícula en preescolar, hay disparidades entre los estados, por ejemplo, Baja California, Chihuahua, y Quintana Roo no han logrado el 60 por ciento en matriculación.
Las metas de México –dijo– no deberían ser lograr la matricula universal, sino trabajar por eliminar la deserción escolar y mejorar la eficiencia terminal (porcentaje de alumnas y alumnos que terminan un nivel educativo en el término establecido).
Los resultados del informe “La Educación para Todos 2000-2015: logros y desafíos” se presentarán en el Foro Mundial sobre la Educación, que se realizará en mayo próximo en Incheron, Corea del Sur.
Los acuerdos del Foro serán retomados en septiembre de este año cuando se replanteen los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Foto: Cedida por Tlachinollan. 

Las mujeres, la guerra y la paz

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Las guerras convencionales y los conflictos internos, han hecho de las mujeres sus principales víctimas, han sido asesinadas, desplazadas, amenazadas, son miles las viudas y huérfanas; millones las que han padecido violencias de todas las maneras y tipos posibles

 Rubín Morro

La Habana, 21 abr. 15. AmecoPress/Mujeres Farianas.- Las mujeres siempre han estado en la lucha política y en las victorias de los pueblos por la emancipación, la justicia y libertad. Su presencia ha sido permanente en el protagonismo social, político, cultural y económico, aunque su reconocimiento y visibilización en esa gran labor ha sido opacada, incluso excluída del disfrute de las conquistas, por patrones patriarcales existentes.

Por el contrario continúan en su vida cotidiana con el doble rol, la doble jornada laboral. Constituye ésta una de las facetas más excluyentes e impositivas que han llevado a la mujer a la más horrible explotación y discriminación.
Es un odioso y profundo lastre que hemos llevado los humanos por miles de años arrastrando como una pesada carga, es una enfermedad terminal que debemos combatir con una nueva concepción de la vida y de las relaciones entre las personas, sin importar nuestra condición de clase, raza, credo, sexo y otras realidades diversas de identidad.

Como si fuera poco, se les ha asignado específicamente la reproducción, los oficios domésticos, y en la vida laboral si devenga un salario está por debajo de lo que le pagan a los hombres por cumplir el mismo trabajo. Sin embargo a pesar de la existencia de normas legales para vincularla al proceso productivo, luego de hacerlo, terminan en responsabilidades secundarias, imponiéndose el hombre por encima de ella, exclusivamente por su condición masculina.

Las guerras convencionales y los conflictos internos, han hecho de las mujeres sus principales víctimas, han sido asesinadas, desplazadas, amenazadas, son miles las viudas y huérfanas; millones las que han padecido violencias de todas las maneras y tipos posibles.

En medio de semejante adversidad, las mujeres continúan construyendo sus sueños y anhelos, a través de sus luchas por la igualdad de género y social, por la conquista plena de sus derechos, por el reconocimiento como sujetos sociales y políticos. De ahí su protagonismo en el proceso de paz que se desarrolla en La Habana.

Porque es claro que en Colombia no habrá paz sin el concurso creador y masivo de la mujer, sin su participación activa. La inclusión de las mujeres en todas las etapas de construcción de la paz es un requisito esencial para el sostenimiento de la misma.

Un informe de la ONU, señala que en procesos de paz desde 1992 a la fecha, la participación de las mujeres ha sido baja, sin embargo, en estos procesos, la violencia sexual contra ellas ha sido referenciada en el debate. En la década de 1990, en la República de El Salvador en la Mesa de Negociación con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) las mujeres propusieron un plan de reparación.

En Irlanda del Norte, las mujeres aseguraron la participación de una representante en la Mesa de paz creada en 1997, al constituir una agrupación política de mujeres de distintos partidos que participó en la reconciliación y la reintegración de los presos políticos. En la República de Sudáfrica, a mediados de la década de 1990, la Comisión Nacional de la Mujer pidió que la mitad de los multipartidistas fueran mujeres, y logró que uno de cada dos representantes de cada partido también fuera una mujer, participantes en el proceso de negociación.

En la república de Guatemala, las mujeres influyeron de manera significativa en las conversaciones que condujeron al acuerdo de paz de 1996. En Asha Hagi Elmi constituyó el Sexto Clan de mujeres en la República de Somalia en las conversaciones de paz donde se había excluido a las mujeres. En Burundi, Las mujeres presentaron su lista de recomendaciones al facilitador de las negociaciones, Nelson Mandela, y más de la mitad de dichas propuestas quedaron recogidas en el acuerdo de paz.

Es apenas una muestra de los esfuerzos que han hecho las mujeres por alcanzar su espacio en la sociedad, por ser activas constructoras de paz.

El 26 de agosto de 2012, el Gobierno y las FARC-EP, firmaron un "Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”. Cabe recordar acá que los recientes procesos de paz llevado acabo en Colombia, las mujeres no han sido incluidas como debiera ser, sin embargo, en la Delegación de Paz de las FARC-EP, casi la mitad son mujeres y a instancias de la Mesa de Conversaciones en La Habana, se creó la Subcomisión de Género para darle un enfoque de género a los acuerdos, para interlocutar con representantes de organizaciones de mujeres, de las cuales hicieron presenica 16 lideresas y 2 representantes de la comunidad LGBTI. Las conclusiones de las tres audiencias realizadas, serán recogidas y tenidas en cuenta en los acuerdos pactados desde la perspectiva de género.

Definitivamente debemos todos y todas sin excepción, desarrollar una campaña de visibilización, reconocimiento del papel y los derechos de las mujeres, con medidas afirmativas temporales, mientras sea necesario, que permitan alcanzar la igualdad de género. Debe ser un compromiso de los hombres junto a ellas, avanzar en este necesario y urgente objetivo de vida y de esperanza para el futuro de la sociedad.
Foto: Mujeres Farianas. 

Ni para qué fingir, una siempre es más de una


Divagaciones de una cinéfila compulsiva.

lasillarota.com

¿Acaso cuando una/o habla de una película sólo está hablando de una película?  ¿Cuál es el lugar del arte –esa manera singularísima de recrear la vida- en la experiencia cotidiana?  El mundo otro. Los mundos otros. La realidad que se cuestiona, se reinventa y se trastoca. Hace un solazo divino en la ciudad de México,  y el personaje de esta historieta se llama Cayetana Fitzcarraldo. Bueno, no se llama así desde chiquita y en su mismísima acta de nacimiento; lo de Fitzcarraldo se lo copió al personaje de la peli de Herzog. ¿Se acuerdan? Ese loco iluminado que escucha operas en un barco en medio de la Amazonia peruana. Se lo copió porque le gusta y necesita cambiar de nombres.

Con frecuencia se pregunta si ella es un caso aislado de locurita nombrativa, o si ese no es –simplemente- un síntoma de lo más frecuente entre las personas, uno de esos síntomas que suelen guardarse en secreto por temor a pasar por extravagante.  Qué sé yo, temor a que la madre de una termine por convencerse de que educó a una hija zafadita y desneuronada.  ¿Aunque quizá es probable que la madre a sus horas se invente nombres y alteridades?

Cayetana anota en su cuaderno: “Preguntarle a mi mamá:  A) ¿Ya encontraste la receta original del merengón? B) ¿Estás segura de que la cucharada de aceite de ricino es indispensable, o mis hijos ya crecieron lo suficiente? C) Dime mamá, ¿te inventas personajes? Concretamente, ¿en la cama con mi papá juegan/jugaban a inventarse personajes?”. La pregunta más difícil es –por supuesto- la del merengón, hace tiempo que en la familia se extravió la receta verdadera, hay un ingrediente que nos falta y nadie logra recordar cuál es, lo que convierte nuestro actual merengón en un sucedáneo –casi indigno- del postre de las bisabuelas.
               
Como es una desmemoriada, Cayetana anota casi todo en su cuaderno de pastas rojas. “¿Cómo podría una andar en amores cada vez con el mismo nombre?”, escribe, por ejemplo.  Acá es donde Fellini  irrumpe con sus maravillosos personajes femeninos para facilitarle a Cayetana la recreación de su cotidianidad y de sus emociones: “Hoy me siento más desamparada que la Gelsomina” (“La strada”). “Caminaba yo decidida y contundente con aires de la Gradisca en la escena del laberinto de hielo” (“Amarcord”). “Y la vida sigue a pesar de todo, como diría –sin decirlo- la dolida e ingenua Cabiria” (“Las noches de Cabiria”). No tiene una que ser ni de lejos la divina Anita Ekberg para vivirse feliz –bajo el agua tibia de una fuente imaginaria -como el personaje de Sylvia en La dolce vita. ¿Recuerdan que era el sueño de Elsa– la señora mayor- en la peli “Elsa y Fred?” Otro delicioso guiño de ojo a Fellini.


(La inolvidable Gelsomina llora por su malvado amor “El gran Zampano”.)
Cayetana estuvo dispuesta a renunciar al sol ardiente del sábado, con todo y sus encantos de brisas, palmeras y trópicos, porque la Cineteca tuvo a bien programar a las tres de la tarde la película “Qué extraño llamarse Federico” de Ettore Scola, un adorable homenaje a su amigo y maestro Federico Fellini. “Andiamo, caro”, que le dice Cayetana a il suo caro amico, ¿cómo les diré? Es que ella ya se siente en Italia, para más detalle, ya bebe a sorbitos su espresso en un cafecito del Trastévere. Cuando hace cola para llegar –algún día- a la taquilla, se siente en la cola de una estación de trenes.  Es la única que no se queja en las colas de los cines y de los museos. “En primavera y verano –anota en su cuaderno, aunque sea invierno- las estaciones de trenes están llenas”. Y, “soy una mujer afortunada, hoy, por 40 pesos voy a Italia”.

La peli comienza con una voz en off  que lee  -en castellano- el poema de Federico García Lorca “Qué extraño llamarse Federico”. En la imagen un hombre de espaldas, en una silla de cineasta mira al mar. Imposible no recordar la última escena de “Muerte en Venecia” de Luchino Visconti, cuando Aschenbach se deja morir en una silla igual, frente al mar, mirando cómo Tadzio juega entre las olas.  ¿La escena es un guiño de ojo a ese otro genio del cine italiano que fue/es Luchino Visconti? Es así el cine, como una matrushka  en la que una escena contiene otra, que a su vez contiene otra.  Como la memoria, como la vida misma. Federico Fellini llegó a Roma desde su natal Rímini para pedir trabajo en el periódico satírico Marc’Aurelio, uno de los  más leídos de Italia, en ese mismo periódico llegaría a trabajar después el jovencísimo Ettore Scola, recién llegado de Trevico.  Para cuando se conocieron, ya Fellini era cineasta.

Scola recrea la juventud de ambos, sus conversaciones en el café, la fascinación de Fellini por las interminables rodadas nocturnas por Roma (ambos padecían insomnio), su pasión por los magos, los vagabundos, las trabajadoras sexuales, los personajes desamparados, las seductoras irredentas. Su constante pregunta: ¿qué es el cine? La importancia de la música en sus películas, su anticlericalismo, sus burlas constantes del régimen fascista y del pensamiento totalitario. La sexualidad, desde las escenas más eróticas, hasta las más grotescas. El deseo masculino desde las miradas de la infancia y la adolescencia. Su lenguaje disruptivo.  Las mujeres devoradoras y temibles como la Sarracena. Asoladas por su deseo sexual desbrujulado y sin tregua como la Volpina.  La tímida Giulietta, la de los espíritus, quien enfrentada a las infidelidades de su marido se adentra en una búsqueda interior que la lleve a  descubrirse y a salvarse.  Esa inmensa curiosidad de Fellini por las  realidades y las mascaradas de la condición humana.
               
El personaje de la Gradisca y el de la Gelsomina, la antítesis de dos “modelos” femeninos: la Gradisca es la mujer sensual, desinhibida, que domina al mundo con su meneo de caderas y su risa. La que hace suspirar  -no bien sale de sus cunas- al entero pueblo en masculino.  ¿Y la Gelsomina?  Pequeñita, con sus cabellos cortos, una chamaca que no para de tropezarse consigo misma.  Tan enamorada del más cruel de entre los crueles: el sádico y enigmático Zampano. La Gradisca tan elegante con su abrigo rojo con peluchito en el cuello. La Gelsomina tan desamparada con su camisetita de rayas.  La Gradisca sabe todo de los secretos del cuerpo, la Gelsomina quisiera saberlo todo de los secretos del alma.
               

(Sylvia y Marcello en la fuente de Trévi.)
¡Qué genio Fellini! Tan extraordinario, tan disparatado y tan lúdico. Y qué amor, cuánta humildad en  Ettore Scola al ofrecerle una película-homenaje a su amigo tan querido, al talento singularísimo de su amigo. Y al final de la peli llegamos al duelo por Fellini en los estudios de Cinecittà.  Junto a su féretro circulan sus fans, el ataúd custodiado por jóvenes con uniforme militar. Scola no deja de hacer notar la ironía: ni más ni menos que Fellini,  quien satirizó sin tregua a los “poderosos” desde las instituciones del Estado y desde las instituciones religiosas, custodiado por jóvenes carabinieri en uniformes de gala.  Pues, ¿qué creen?  Fellini se escapa del ataúd y de la muerte y huye por la puerta trasera, vivito y coleando.  A como él sigue, si se mira de cerca.
               
Cayetana  tuvo la oportunidad –hace cientos de años- de visitar los estudios de Cinecittà; al darle la vuelta a una escenografía se encontró con Anthony Quinn filmando “Stradivarius”.  Lo admiraba muchísimo. “Yo también soy mexicana, señor Quinn”, le dijo mientras se arrojaba en sus brazos como quien encuentra a una especie de padre largamente esperado.  El señor Quinn se rió muchísimo.  “Cinecittà, señor Quinn, can you imagine?”. Pues claro que él se lo imaginaba, digo, él estaba ahí nomás, trabajando. Y Cayetana lloró de escenografía en escenografía  (el monasterio de “El nombre de la rosa”, por ejemplo) como lloran las personas muy católicas en la Basílica de San Pedro.  Y acarició los muros como acarician los peregrinos el piecito de San Pedro.  
               
La felicidad: La secuencia de escenas de películas de Fellini que retoma Scola. Cayetana regresa a su departamento en la ciudad de México con vista al mar. Se asoma por su balcón y se siente ese pueblo que observa el milagro de un trasatlántico en “Y la nave va”.  Se deja caer en su sofá como Giulietta cuando sabe –qué desilusión, qué catástrofe- que su marido la engaña.  ¿Quién no ha sido Giulietta alguna vez?  ¿Quién no entregó su amor alguna vez a un desalmado como la Gelsomina con el Gran Zampano?  ¿Quién no se ha sentido perverzuela como la Volpina?  ¿Quién no se encontró ante el horror y salió de él caminando por las calles entre aquellos que sonríen y devuelven la esperanza como Cabiri. 
               
“¿Acaso no somos todas/os a nuestras horas personajes de Fellini?”, escribe Cayetana –aplicada- en su cuaderno de tapas rojas. “¿Acaso no vivimos  tantas veces en esos deslizamientos tragi-cómicos?”. “’El arte es largo, y la vida breve’, como dijo aquel.  Y quizá el sentido profundo del arte sea  intensificar la –vibrante- brevedad de una vida.  El arte intensifica, estremece y alarga la vida. Porque nos permite vivir tantas vidas”.  Cayetana suspira,  desde que fuma menos, cada vez suspira más.

Ni para qué fingir,  cuando una dice: “Una”, en realidad se refiere a varias.

Exterminar la diferencia


QUINTO PODER

En México hay políticas públicas que enmascaran detrás de sí una visión infantil-feminizada de las personas pobres, morenas, indígenas, a las que se asocia a problemas ligados a percepciones estereotipadas acerca de estas identidades.

Por un lado se las imagina carentes de iniciativa, flojas, sucias, sin capacidad de diálogo y pasivas, objetos desprovistos de condición humana, a las que hay que conducir y mostrar hacia dónde y por dónde construir una vida mejor si es que se las integra.

Pero eso no es todo, detrás del tronco del árbol que las ramas nos ocultan está –y es lo más importante– una evidente política de exterminio hacia esa diferencia. No buscan cambiarlos, sino eliminarlos.

Históricamente el exterminio de los pueblos se ha centrado en las personas más vulnerables, en quienes se advierte una fragilidad ligada a ser arrancados de su entorno –como las afrodescendientes en la colonia– o como los pueblos originales de América que fueron disminuidos casi hasta su eliminación (genocidio aún sin reconocer), en el que aún se discute si se les consideraba humanos o no. Eso no quedó en el pasado, es presente y está sucediendo.

Tenemos y aplaudimos políticas públicas dirigidas a segregar perímetros de “violencia” en los que hay “ciertas personas” que son además de morenas, pobres y violentas, jóvenes a quienes se les identifica a movimientos de resistencia ya sea por conciencia o por sobrevivencia. “Encerrar en ciertos polígonos” a los pobres y violentos, aislarlos del centro.

Estos conceptos complejos, no son, sin embargo, el tema nodal, sino la constante que identificamos y que es grave por su carácter cada vez más generalizado, globalizado.

Es decir, advertimos –como hace unos meses escribimos– una política de exterminio que se mueve en todas direcciones y con múltiples brazos-ramas que desde distintos enfoques conduce al mismo lugar, al mismo tronco que consciente o no, inmanente en la (anti)civilización, está presente.

Me refiero al exterminio de la diferencia. A no ser capaces de acabar por entender y aceptar al otro. A la otra persona, aceptarla y entenderla. A mirar la diferencia, a mirarnos a nosotras y nosotros mismos y a comprender a ese lejano punto de la humanidad de existir y coexistir reconociendo en la otra y el otro las mismas posibilidades, los mismos temores y derechos.

En la cosmogonía maya se entiende como el “in la kech”, “yo soy tú, y tú eres yo”. Y así hay en muchos pueblos palabras o nociones que nos hablan de ello.

En el Estado mexicano, como en otros países, en la mayoría de los europeos, en Estados Unidos, en el resto de los países denominados latinoamericanos, en la Europa del Este, en África, en Medio Oriente y en cualquier parte del mundo, es cada vez más latente el exterminio del otro, otro al que se le niega la condición humana, el alma, al que se le desconoce la capacidad de hablar. Y si lo hace su palabra no es palabra, no puede haberla o no tiene valor.

Es el mismo discurso de las instituciones, es el mismo argumento de quien descalifica a su opositor y lo denomina “malo” por estar del otro lado, es el mismo que desde la fe dogmática pretende imponer su visión del mundo.

Es el mismo discurso de quien empuña un arma y dispara a la cabeza de jóvenes-afrodescendientes-estudiantes-cristianos, para imponer desde el terror una creencia.

Cuando dicen “las religiones causan masacres”, pienso que no son las religiones, ni es Dios, ni Alá, ni las interpretaciones humanas que de esas deidades se tienen. Los dioses son hechos, a fin de cuentas, a la medida de las personas-sujetos que los “tienen”.

No es casual que en el mundo en medio de esas guerras discursivas, en la que los actos y los movimientos sociales son a la vez discursos complejamente elaborados y aún más difícilmente estudiados en su magnitud y comprendidos como tales, sean quienes resisten, los indígenas, los afrodescendientes, las mujeres, las y los jóvenes, las minorías, los pueblos migrantes, las personas que se reconocen como vulnerables por circunstancias histórico-geográficas, a las que son víctimas de la violencia, a los de abajo, a quienes se esté exterminando en una política genocida global.

Cada vez me hacen pensar en las ciudades donde la eugenesia alcanza su más alta expresión al descartar también a las personas adultas mayores, a las enfermas, a las débiles, a las mujeres cuestionadoras que habitan la “periferia”, a las transgresoras, a las rebeldes que creen que pueden ser iguales en un mundo patriarcalizado, y en el paquete entran también quienes se salen del dualismo heteropatriarcal.

Aunque complejo y extraño, hay un exterminio global troncal con múltiples brazos y ramificaciones en las políticas institucionales de los Estados nacionales, en las religiones, en las ideologías, e incluso en los “conocimientos” en los que el otro diferente debe ser eliminado.

*Integrante de la Red Nacional de Periodistas y del Observatorio de Feminicidio en Campeche.

CIMACFoto: Anayeli García Martínez
Por: Argentina Casanova*
Cimacnoticias | Campeche.-   

Campesinas de la Patagonia reescriben su historia en Chile


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De izquierda a derecha, Nancy Millar, Blanca Molina y Patricia Mancilla en la pequeña finca de la segunda, ubicada en el pueblo de Valle Simpson, región de Aysén, en la Patagonia de Chile. Las tres integran la única asociación de mujeres campesinas del indómito territorio austral, que las ha ayudado a conquistar su autonomía económica y a empoderarse como personas. Crédito: Marianela Jarroud/IPS
De izquierda a derecha, Nancy Millar, Blanca Molina y Patricia Mancilla en la pequeña finca de la segunda, ubicada en el pueblo de Valle Simpson, región de Aysén, en la Patagonia de Chile. Las tres integran la única asociación de mujeres campesinas del indómito territorio austral, que las ha ayudado a conquistar su autonomía económica y a empoderarse como personas. Crédito: Marianela Jarroud/IPS

VALLE SIMPSON, Chile, 17 abr 2015 (IPS) - Más de 100 mujeres campesinas de la Patagonia chilena se unieron para crear una asociación gremial que les proporcione no solo autonomía económica sino también empoderamiento, en una zona marcada por el machismo y la inequidad de género.

Patricia Mancilla, Nancy Millar y Blanca Molina conversaron con IPS acerca de su historia  y cómo la tierra, la artesanía y el trabajo con otras mujeres las ayudó a superar depresiones, abuso y desconfianza.
“Por fin hemos logrado el reconocimiento a la mujer rural. La mujer campesina ha aprendido a valorarse. Cada una tiene una historia de dolor que logra mitigarse a través del trabajo conjunto, del diálogo entre nosotras”, comentó Mancilla, presidenta de la Asociación Gremial de Mujeres Campesinas de la Patagonia.
“Hemos aprendido a valorarnos como mujer y a valorar nuestro trabajo fruto del cual nuestras mujeres han podido enviar a sus hijos a la universidad”, añadió la lideresa de la organización creada en 2005.
Mancilla vive en una pequeña finca familiar, en la localidad de Río Paloma, a 53 kilómetros de la capital de la región de Aysén, Coyhaique. Su casa no tiene luz, pero gracias a un generador eléctrico produce allí lo que más le gusta hacer: quesos artesanales de leche de vaca.
Actualmente también explora el agroturismo familiar, aunque un cáncer a la tiroides la ha obligado a reducir su actividad.
En sus tres años al mando de la asociación gremial, ha trabajado incansablemente para consolidar la unión y las actividades colectivas de las casi 120 campesinas del grupo.
Mancilla y sus compañeras aguardan orgullosas la pronta inauguración del Centro de Gestión de la Mujer Rural de Aysén, una casa que están acondicionando y que obtuvieron a través de un proyecto del gobierno regional, ejecutado por el Servicio de Vivienda y Urbanización.

Campesinas de la Patagonia reescriben su historia en Chile
El centro va a servirles de punto de encuentro, de lugar para compartir sus experiencias y capacitarse y también de tienda para exponer y vender sus productos. Las integrantes de la asociación ya realizan una feria semanal, los miércoles, donde comercializan juntas sus productos. 

Blanca Molina muestra orgullosa una incipiente calabaza, crecida en forma orgánica en uno de los cuatro invernaderos que construyó con sus manos en su pequeña finca familiar en Villa Simpson, a 20 kilómetros de Coyhaique, la capital de la región de Aysén, en el sur patagónico de Chile. Crédito: Marianela Jarroud /IPS
Producción sostenible en tierra indómita

La austral región de Aysén es una de las menos pobladas de Chile, con 105.000 habitantes, y también la de menor densidad. En contraste, en esta zona de frío austral y vasta biodiversidad, abundan los ríos caudalosos, lagos y ventisqueros, terrenos fértiles y numerosos recursos marinos.
La Patagonia cubre 1,06 millones de kilómetros cuadrados del extremo sur americano, de los que 75 por ciento se ubican en Argentina y el resto en Aysén y la más austral región de Magallanes.
Esta región natural alberga muy diversos ecosistemas y numerosas especies de flora y fauna, incluyendo aves, mamíferos, reptiles y anfibios, algunos sin identificar. Es, además, el último refugio del huemul, un ciervo endémico de Chile, que se encuentra en peligro de extinción.
Y, según especialistas en ambiente, también es una de las mayores reservas de agua dulce del planeta.
Aysén, el corazón patagónico chileno, cuya capital se ubica a 1.629 kilómetros al sur de Santiago, esconde en sus esplendorosos paisajes a una de las regiones más pobres y vulnerables del país, donde 9,97 por ciento de la población vive en pobreza y 4,22 por ciento en la indigencia.
Por esto activistas patagones y patagonas buscan consolidar a la región como una reserva de vida autosostenible.
“Queremos que se cuide lo que tenemos y que se comercialice solo lo que produce nuestra región”, afirmó Mancilla. “Hay otros lugares que son bonitos, pero nada se compara con lo natural de nuestra región”, añadió.
“Todavía nosotros comemos pollos, huevos naturales, toda la verdura, la fruta que se da en nuestra región, es natural, no se le ponen químicos”, aseguró.

Campesinas de la Patagonia reescriben su historia en Chile
Las artesanas que integran la Asociación Gremial de Mujeres Campesinas de la Patagonia, en el sur de Chile, ansían la próxima apertura de su propio centro comunitario para poder exhibir y vender allí sus productos. Mientras lo hacen en ferias públicas y espacios prestados por otras organizaciones de mujeres de la región de Aysén. Crédito: Marianela Jarroud/IPS

Para eso, agricultoras como Molina siembran sus productos de forma orgánica, utilizando sus propios desechos. De hecho, las agremiadas en la única asociación de mujeres rurales de la Patagonia chilena se caracterizan porque sus productos son todos ecológicamente sostenibles.

“Hay quienes dicen que esta no es buena tierra para la siembra, pero yo sé que es fértil. Siempre estoy innovando, sembrando cosas a ver si se dan. Gracias a dios en esta tierra todo se ha dado. Lo he comprobado y lo puedo demostrar”, dijo Molina, señalando sus cultivos.
Esta mujer construyó con sus manos cuatro invernaderos que ocupan buena parte de su terreno ubicado en Valle Simpson, a 20 kilómetros de Coyhaique.
Autonomía forzosa

Pese al machismo histórico, las patagonas debieron asumir desde siempre la producción y gestión de los alimentos y los recursos naturales, con labores como producción ganadera, hortícola, frutícola, leña, turismo rural y artesanía, entre otras, además del cuidado de sus familias y del hogar.

“Las mujeres patagonas tuvieron que parir sin hospitales, tuvieron que criar a los hijos cuando este territorio era inhóspito, pero también hacer la organización social de esas comunidades que se empezaron a crear”, relató a IPS la dirigente social Claudia Torres.

“Los ‘viejos’ (hombres) trabajaban con los animales o la madera y se iban dos veces al año por cuatro o cinco meses. Entonces, la mujer se acostumbró a organizarse y a no depender del hombre por si no volvía”, completó.

Pese a este rol protagónico, "cuando iban los funcionarios de gobierno a hablar a los campos, siempre se dirigían a los hombres", contó Patricia Mancilla. 

"No entendían que detrás de ellos había mujeres fundamentales para el éxito de la producción", añadió.

Muestra uno a uno los frutos de su esfuerzo: calabazas, alcachofas (Cynara cardunculus), pepinos (Cucumis sativus), repollos o coles (Brassica oleracea) e incluso alcayotas (Cucurbita ficifolia), un producto poco habitual para una región tan fría.
Aseguró que la tierra la llena de vida, más aún ahora, que sufre de una depresión por la muerte de dos de sus hijos, una tragedia de la que prefiere no explayarse.
“Es la tierra la que la ha tirado pa’ arriba”, aseguró Mancilla, sonriéndola a su lado.
Lo cierto es que a estas tres mujeres, las tres casadas y con hijos de distintas edades, les cambia el semblante al adentrarse en la tierra, en medio de los cerros patagónicos y de la siembra sostenible, de la que emanan aromas  inigualables.
Se conocen desde hace más de una década cuando, junto a otro pequeño grupo de mujeres crearon la asociación gremial, con apoyo del Programa de Formación y Capacitación para Mujeres Campesinas, impulsado por un convenio de los gubernamentales Instituto de Desarrollo Agropecuario y Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer.
Este programa, creado en 1992, tiene por objetivo apoyar a mujeres campesinas y/o pequeñas productoras de familias rurales, para contribuir al incremento de sus ingresos mediante la consolidación de iniciativas económico productivas asociadas al mundo rural. Hasta ahora, 20.000 de ellas se han visto beneficiadas.
Molina aseguró que con la ayuda del programa, “ahora la mujer tiene más derechos y otra entrada (ingreso) para contribuir a la mesa (familiar)”.
Millar, artesana en lana, cuero y madera, refrendó esa idea: “La mujer campesina aprendió a empoderarse, a conocer sus derechos”, afirmó esta mujer que vive en Ñirehuao, a 80 kilómetros de Coyhaique.
Las tres coincidieron en que Aysén es una región donde el machismo históricamente ha sido muy fuerte. “Hasta el día de hoy existe, pero lo hemos ido controlando”, dijo Mancilla.
La mayor resistencia su agremiación, de hecho, la encontraron dentro de sus hogares.
“A la gran mayoría nos pasó que nos decían ‘ya vai a salir de la casa’ y cuando regresábamos nos decían ‘¿y a qué fuiste?, andabai puro hueveando (haciendo tonterías)”, recordó.
Pero pese a que en un principio se mostraron reacios, actualmente sus maridos han pasado a sentirse orgullosas de ellos, porque ven los frutos. “Ahora nos acompañan”, aseguraron las tres mujeres, sobretodo “cuando asamos una vaquilla”, dijeron riendo.
Los desafíos de estas mujeres se centran ahora en “tener una hectárea propia, de la organización, para recibir allí las capacitaciones” y comprar una camioneta “para poder desplazarnos con facilidad a las ferias locales y estar ahí cuando las mujeres necesitan apoyo en sus traslados, en especial las de mucha edad”, afirmó Mancilla.
El agua de su tormento
Pero hay un desafío mayor: que los derechos de agua pasen a ser propios y no dependan de una compañía para acceder a los recursos hídricos necesarios.En Chile rige un Código de Aguas que fue dictado por la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) y que transformó el recurso en propiedad privada confiriéndole al Estado la facultad de conceder derechos de aprovechamiento a empresas, de forma gratuita y a perpetuidad.
Además, permite comprar, vender o arrendar esos derechos sin tomar en consideración prioridades de uso.
“¿Por qué debemos pagar derechos de agua si la gente nació y se crió en el campo y siempre tuvo acceso al agua?”, planteó Mancilla. ¿Por qué tienen que ser más impuestos para el pequeño campesino?”, añadió.
Con todo, estas mujeres aseguran que cada una pone todo de sí en la creación de sus productos.
“Todo lo que hacemos lo hacemos con cariño; si una elabora un queso lo hace con el mayor de los cuidados, quieres que te salga bien porque de eso depende tu ingreso. Los tejidos de Nancy, las verduras de Blanca, todo lo hacemos con pasión”, concluyó.
Este reportaje forma parte de una serie concebida en colaboración con Ecosocialist Horizons.
Editado por Estrella Gutiérrez