4/22/2015

Por qué cancelar al verde ?

Alberto Azziz Nassif
De forma cada vez más intensa se empieza a debatir el caso de qué hacer con el Partido Verde. El problema de esta organización no sólo tiene que ver con un grupo que ha decidido hacer de la violación a la ley su forma de operar, sino que pone a prueba a todo el sistema político-electoral en México. La historia de los procesos electorales está llena de demandas para tener comicios libres y equitativos, primero fue en contra del partido hegemónico y posteriormente en contra de los poderes del dinero y de los medios. Ahora, después de tantos años y reformas, nos encontramos con el caso de un partido que viola la ley, que usa los poderes de los medios y el dinero y que, a pesar de todo, sigue tan campante. ¿Cómo es posible?
Algunos editorialistas han dicho que eso de quitar el registro es para un caso extremo y que lo mejor es dejar a los electores que decidan quién se queda y quién se va. Se ha demostrado que el Verde incumple de forma grave y sistemática y que su expediente es un caso extremo. No se trata de simpatías y antipatías para correr al partido que no sea de nuestra preferencia. Se trata de exigir a la autoridad que cumpla con su deber y aplique la ley. No podemos quedarnos con una gasolinera que da litros de 900 mililitros con lo que hace fraude al consumidor y luego decirle a los automovilistas que ellos decidan si van a cargar combustible a esa estación. O dejar que los monopolios sigan tan campantes, como sucede con el duopolio televisivo, y pedirle a las audiencias que ellas decidan si ven esos canales de televisión. De la misma forma, no se puede permitir que una institución financiera, que hace fraude a sus clientes, quede al margen de la acción de la autoridad y sean los ahorradores los que decidan si contratan o no sus servicios. Ni el mercado económico, ni el mercado político se regulan solitos, se necesita la intervención del Estado. El argumento contrario no se sostiene en una democracia. 
José Woldenberg y sus compañeros consejeros del IFE (1996-2003) no dejaron los casos de Amigos de Fox y Pemexgate al gusto del votante para que decidiera apoyar o no al PRI o el PAN, sino que actuaron como autoridad y les impusieron a esos partidos las mayores multas en la historia del país. Eso es lo que demandamos hoy en día, que la autoridad haga su trabajo, analice, discuta y sancione si es procedente cancelar el registro a una organización que ha hecho del fraude a la ley su modo de operar. 
Los que firmamos la petición de cancelar el registro al Verde tenemos argumentos muy firmes para pensar que se trata de un expediente que merece ser atendido y resuelto. La petición que ya circula en redes sociales argumenta que el Verde usó recursos públicos y privados de forma ilegal, contrató 300 mil spots de forma ilegal y reiterada, distribuyó tarjetas de descuento de forma ilegal, hizo campaña de beneficios ilegal, difundió propaganda falsa, hizo uso ilegal de datos personales y desacató órdenes de la autoridad para suspender propaganda. El sustento legal está en los artículos 41 y 134 de la Constitución; artículo 94 de la Ley General de Partidos Políticos y en otros ordenamientos legales. Es un expediente en donde hay “incumplimientos graves y sistemáticos”. A la demanda ciudadana ya se han sumado otros partidos como Morena, PAN y PRD. 
Es obligación del INE y su consejo general atender con profesionalismo esta demanda que ya se acerca a las cien mil firmas, pero lo mismo sería con una firma o con un millón. De lo contrario, seguirá el desprestigio de un árbitro que ni siquiera se atreve a tratar el tema. Y, por supuesto, seguirá el malestar social por la inercia de corrupción y se abonará al pacto de impunidad en el que vive la clase política mexicana. Cada día resulta más evidente que el eslabón Verde es una pieza clave en la coalición de poder del actual gobierno peñista, el PRI y el duopolio televisivo. Sin duda, se trata de un bloque poderoso, al que hay que empezar a “agrietar”, como dice Holloway. Si no se hace nada, se profundizará más la grave crisis de desencanto democrático que hoy tiene a muchos ciudadanos preocupados por qué hacer con su voto el próximo 7 de junio.
Investigador del CIESAS.

@AzizNassif 


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