4/22/2015

Hernández, Raphael, Sarmiento, Cárdenas, Solórzano y ‘Brozo’, sobre masacre en Apatzingán


Periodistas en México y medios en el extranjero retoman la investigación especial sobre las ejecuciones de civiles en Michoacán.


Se reproducen fragmentos de columnas y enlaces a las notas periodísticas publicadas por algunos medios de comunicación, entre ellos The New York Times.

Columnistas:
Julio Hernández en La Jornada
portada
“La documentada investigación de Laura Castellanos sobre las ejecuciones de personas desarmadas y rendidas en Apatzingán confirma la existencia de una virtual política de gobierno que alienta y protege el asesinato masivo y crudo de quienes a faccioso juicio discrecional de fuerzas federales (policías federales, soldados o marinos, según diversos casos conocidos) les resultan o parecen susceptibles de exterminio. No sólo una limpieza social de presuntos miembros de bandos del narcotráfico (a los que se acribilla sin mayores preámbulos y a los que el Estado ni siquiera concede una burocrática averiguación previa para tratar de dilucidar una verdad jurídica de los hechos), sino incluso la matanza de ciudadanos habilitados como guardianes locales del orden a consecuencia de tretas, mezcolanzas, rehabilitaciones y ensayos del propio gobierno federal (las autodefensas y su institucionalización michoacana, la policía rural, en el caso de Apatzingán, todo con Alfredo Castillo como ejecutor de esa guerra sucia, ahora premiado con la Comisión Nacional del Deporte para demostrar que sus andanzas corresponden a la voluntad de Los Pinos).

Castellanos es una periodista independiente que ha publicado reportajes en varios medios nacionales, entre ellos La Jornada. Tiene en su haber dos libros: México armado, una notable investigación sobre movimientos guerrilleros en nuestro país, de 1943 a 1981, y Corte de caja, una entrevista alSubcomandante Marcos. El reciente reportaje sobre Apatzingán contó con testimonios directos, videos y fotografías que demuestran que policías federales asesinaron a sangre fría, sin resistencia y con todas las agravantes jurídicas a 16 civiles, de los cuales una parte pertenecía a la policía rural (armados con palos y piedras, sin armas largas) y otros eran jornaleros y civiles sin relación con fuerzas de seguridad. El patrón de conducta de la policía federal significó el disparo indiscriminado contra grupos civiles, la ejecución directa de algunos detenidos y el impedimento intencional de que se diera inmediata y adecuada atención médica a los heridos.
El episodio de Apatzingán de este año forma parte de una larga serie de actos de violencia del Estado contra pobladores absolutamente ajenos a actividades delictivas, pero también contra miembros de grupos criminales a los que se han aplicado tácticas de exterminio a tabla rasa. Basta recordar que Felipe Calderón inauguró en esa población la guerra contra el narcotráfico que le diseñó el gobierno de Estados Unidos, con una saña que hizo pensar a algunos si la dupla FC-EU se había equivocado al ordenar ataques contra Apatzingán creyendo que era Afganistán”.
(…)
Ricardo Raphael en El Universal
Un testigo acudió a desmentir la versión oficial. No fue fuego cruzado entre grupos de civiles, la Policía Federal disparó contra la población el martes 6 de enero porque recibió la instrucción de eliminar a las personas que habían tomado la presidencia municipal de Apatzingán.
El periódico Reforma publicó ese testimonio el domingo siguiente y fue entonces cuando el ex comisionado federal de la Seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, decidió visitar los medios para propagar una fabricación infame.
Este hombre de confianza del presidente Enrique Peña Nieto se hizo acompañar por un fiscal que lo auxilió a la hora de presentar con gráficos y fotografías su mentirosa versión de los hechos.
Irritado cada vez que se le interrumpió, el entonces comisionado utilizó esquemas arbitrarios que querían explicar la trayectoria de las balas, describir la geografía de los hechos y la disposición de los cuerpos ensangrentados.
La exposición de lo que en el argot ministerial se llama la mecánica criminal despertó muchas dudas, y es que Castillo respondió a cada interrogante con una mezcla de imprecisión, arrogancia e impaciencia.
Eso sí, insistió de forma machacona con que aquel día en Apatzingán “todas las personas fallecidas pudieron haber sido ultimadas por sus compañeros … (producto) del fuego cruzado”.
De la investigación realizada por la periodista Laura Castellanos se infiere que durante aquellas reuniones con los medios, Castillo Cervantes le hizo propaganda a una mentira. Entregó una narración confeccionada solo para engañar.
Gracias a la voz de más de 50 testigos —vecinos, víctimas, sobrevivientes, personal médico— queda hoy al descubierto que tanto el Ejército mexicano como la Policía Federal acudieron la madrugada del Día de Reyes con la instrucción de ejecutar a los integrantes de las autodefensas (la gran mayoría muchachos con menos de 20 años) que habían sido despedidos por el propio Castillo —un mes antes, sin indemnización ni paga— y que por ello se habían plantado frente a la presidencia municipal de Apatzingán (…).
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Sergio Sarmiento en Reforma
“La violencia se ha levantado en vara de maldad”.
Ezequiel 7:11
Son dos versiones muy distintas. El entonces comisionado federal para la seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo, afirmó que se trató de un simple fuego cruzado entre dos grupos de autodefensa. Un reportaje de la periodista Laura Castellanos afirma, en cambio, que fue una matanza perpetrada por la Policía Federal y que dejó a cuando menos 16 personas muertas.
(…)
Alfredo Castillo dejó la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo de Michoacán el 22 de enero, dos semanas después de la matanza. No sabemos si la comisión sigue operando formalmente o si dejó de existir una vez que el general Felipe Gurrola Ramírez recibió el mando especial de seguridad en Michoacán.
Se atribuye a la comisión que encabezó Castillo el haber pacificado a un Michoacán que vivía en una situación de enorme violencia. No sé si las cifras avalen esta afirmación; pero si se confirma la matanza de las 16 personas en Apatzingán, dos semanas antes de que Castillo dejara el mando de la comisión, habrá que determinar con mucho cuidado y transparencia la cadena de responsabilidades que llevó a esta atrocidad.
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José Cárdenas en Excélsior
¡Mátenlos como perros!, fue la orden que retumbó en los oídos de las aterradas víctimas y testigos de la matanza del Día de Reyes, en Apatzingán, Michoacán.
El reportaje de Laura Castellanos, publicado el domingo por Aristegui Noticias, el semanario Proceso y la cadena Univisión, demuele la verdad oficial sobre la muerte de 16 personas, en el corazón de la Tierra Caliente.
Imágenes estremecedoras, medio centenar de declaraciones, protagonistas y testigos, desmienten la versión del entonces comisionado federal Alfredo Castillo Cervantes, quien días después de la masacre afirmó que todos los fallecidos habían caído víctimas del “fuego cruzado”.
Las voces de los testigos —recabadas por la periodista— describen un infierno provocado con premeditación, alevosía y ventaja por las Fuerzas Federales, responsables de abrir fuego en dos ocasiones contra los comunitarios plantados frente al Palacio Municipal… y aquellos que horas después intentaron rescatar a los detenidos.
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Javier Solórzano en La Razón 
El sábado se dio a conocer, Proceso y Portal de Aristegui, una investigación periodística de los violentos hechos del seis de enero en Apatzingán, cuando el Palacio de Gobierno estaba tomado por grupos de autodefensa de diversas zonas del estado. La versión más acabada de lo que estaba pasando en aquellos días fue que no necesariamente eran autodefensas y que muchas de esas personas estaban ligadas a la delincuencia organizada.
En conversaciones en esos días con el Padre Goyo, párroco de la Iglesia local, habló de la descomposición del ambiente y de lo que había definido días antes como un “serio problema”.
La versión del gobierno la dio quien era comisionado para la Seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo. Presentó videos y dio toda una explicación, la cual resultó por momentos confusa porque en las imágenes se veía que los grupos de autodefensas iban tras quienes repelieron la agresión.
Sin embargo, el propio comisionado aseguro que previamente se dio un enfrentamiento entre grupos ligados a la delincuencia organizada y que esto fue la causa central por la cual murieron violentamente muchas personas. La fundamentada información dada a conocer el fin de semana desmiente de manera categórica lo que dijo el hoy director de la Conade.
En caso de que esta versión sea cierta de nuevo estaremos ante la violencia desmedida de la autoridad, la cual no sigue protocolo alguno. Más bien pareciera que estamos ante delincuentes que se visten de uniforme para detener y atacar delincuentes. Tlatlaya es ejemplo de cómo la autoridad actúa de manera violenta y desproporcionada a pesar de que quienes violan la ley se puedan rendir.
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Brozo en ForoTV
Comentarios de Brozo, en su programa ‘El mañanero’ en ForoTV.

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Notas en diferentes medios:

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