4/30/2016

39 años de la primera ronda de las madres de mayo, en Argentina


Ronda de las Madres

Redacción Desinformémonos

“Las madres hemos recorrido un largo camino que se inicia un 30 de abril de 1977, en plena dictadura militar, a instancias de Azucena Villaflor de De Vicenti, cuando catorce mujeres hacen pública la desaparición forzada de sus hijos a través del accionar genocida del terrorismo de Estado.”
Un mes antes, en el primer aniversario del golpe militar, el periodista Rodolfo Walsh publicó la “carta abierta de un escritor a la junta militar”, en dónde detalla con precisión periodística y un lenguaje agudo y directo, todos los vericuetos del sistema de facto que los argentinos venían resistiendo durante el último año.
Esa carta, de lectura obligada, es una síntesis de las características de la dictadura militar de 1976 y los elementos que la diferenciaban de las anteriores sufridas en el país; define también cuál es el propósito económico y social de ese régimen para, a partir de ahí, iluminar sendas para la resistencia popular. Maestro.
La de las madres fue un ventanita sencilla y eficiente ante la asfixia represiva. Denunciar la falta de sus hijos era una necesidad urgente, por lo que se instalaron frente a la sede de la junta militar. Como el derecho de reunión estaba obviamente suspendido, las madres caminaron.
Los puntos de contacto de esa Argentina con este México sufriente son evidentes, pero lo que vale destacar es como el primer acto de resistencia fue, y es, romper el silencio.
Rodolfo Walsh también lo rompió y está desaparecido desde entonces. El 25 de marzo de 1977, pasado el mediodía fue rodeado por un grupo de militares en la esquina de las avenidas San Juan y Entre Ríos, en la Ciudad de Buenos Aires. Se resistió disparando con un revolver calibre 22 para no ser apresado con vida. Fue visto por última vez en el centro de detención clandestino en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Sí llegó a mandar la carta por correo. No llegó a ver marchar a las madres denunciar lo mismo que él.
Foto: Archivo Hasenberg-Quaretti // http://madresfundadoras.blogspot.mx/

Niñas madres


Los embarazos entre  adolescentes es un drama que crece en el país. Cada año nacen casi medio millón de bebés de jóvenes menores de 19 años de edad 

reporteindigo.com
“(hay una falta) no de la información que brindan las instituciones, sino de la información que se deben generar en el seno de la familia”  
Natalia Buchman
socióloga
La estrategia del Gobierno federal busca erradicar los embarazos en niñas de menos de 14 años hacia el año 2030
El índice de embarazos en menores de edad también tiene como causa la violencia. Solo en Tierra Caliente, en menos de un año, se registraron más de 650 niñas embarazadas; todas ellas habían sido secuestradas
467,000
mujeres menores de 20 años tuvieron un bebé en 2011
11,000
niñas de entre 10 y 14 años se convirtieron en madres en 2011
20%
de los embarazos en algunas entidades del país se presentaron en menores de edad
19.4
nacimientos de cada 100, en México y a la fecha se estima son de menores de edad

A Ariadna no la movió el amor, fue la curiosidad la que la llevó a tener su primera relación sexual. Eso le cambió la vida: con solo 16 años quedó embarazada. Su pareja, del que ni siquiera quiere mencionar el nombre, se asustó más que ella y no ha vuelto a saber nada de él.

Tras el embarazo, la primera alternativa que tuvo, fue el aborto. Decidió que no, que quería tener a su hijo. Sabía que con ello enfrentaba problemas, pero no imaginó a qué grado; sus compañeras de juego la relegaron, en su casa le reprimieron todas sus actividades, pero en su fuero interno fue donde más caló su condición de niña madre.

Las prioridades de Ariadna cambiaron de la noche a la mañana. Dejó de pensar en sus sueños y comenzó a vivir la realidad. Hoy su mayor preocupación es pensar en la forma en que va sacar a su hijo adelante. Le preocupa que sus padres sean los que están mayormente al cuidado de su hijo. Ella, con la vida en ciernes, piensa que ha echado a perder su vida.

Por eso, algo en ella le dice que no debe dejar la escuela. Está haciendo un esfuerzo. No solo lucha por olvidar al padre de su hijo, sino también para velar por el cuidado de su bebé. Está haciendo un esfuerzo para terminar la preparatoria. Por eso se escapa de clases para amamantar al hijo que su madre le lleva hasta la escuela.

Ariadna es una de las 11 mil niñas que siguen engrosando la estadística nacional establecida sobre el aumento de mujeres entre los 14 y los 16 años de edad que registran un embarazo a temprana edad. De acuerdo a las cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informativa (INEGI), esa situación ya ha alcanzado niveles alarmantes en nuestro país.

Por causas diversas -en donde se reconoce como principal el retraso socioeconómico, pero también influyen las condiciones de violencia-, desde 1997 la tendencia de los embarazos en niñas va a la alza. En México, en promedio, el número de nacimientos de madres con menos de 20 años edad, cada año crece entre un 2.5 y un 3.2 por ciento, de acuerdo al INEGI.

La cifra de embarazos en niñas con edades que oscilan entre los 12 y los 16 años de edad, es la que más ha crecido hasta el año 2012, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de ese año. Esa misma encuesta revela que en el año 2011 nacieron 2.58 millones de niñas y niños.

De ellos, 473 mil tuvieron como madre a una adolescente.

Preocupación nacionalA tal grado se considera el problema del aumento de las niñas madres en nuestro país que el presidente de la república, Enrique Peña Nieto lanzó una estrategia  para la prevención de embarazos en adolescentes.En ella se pretende “un trabajo interdisciplinario” en el que participen académicos, especialistas, autoridades y representantes de la sociedad civil, para frenar la tendencia.De acuerdo a Presidencia de la República prácticamente 467 mil mujeres menores de 20 años tuvieron un bebé; esto es, casi uno de cada cinco nacimientos registrados en el país.Y más preocupante aún es que esta cifra incluye cerca de 11 mil niñas de 10 a 14 años de edad, que se convirtieron en madres tan sólo en ese año.La estrategia nacional planteada por el Gobierno federal busca, mediante la acción coordinada de 13 dependencias federales, erradicar los embarazos en niñas de menos de 14 años hacia el año 2030, y se comenzará a aplicar en los estados que registran con mayor incidencia esta problemática.Las entidades del país que a la fecha lideran en las estadísticas de niñas embarazadas, de acuerdo a las cifras del INEGI, son Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Guanajuato, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Puebla y Aguascalientes, en donde en promedio los embarazos en menores representan entre el 19 y el 20 por ciento de los nacimientos registrados.La primera acción de la estrategia es la implementación de la beca “Yo No Abandono”, que consiste en un estímulo económico para todas las niñas estudiantes embarazadas, a fin de que continúen con sus estudios y tengan la posibilidad de sostener a sus hijos.La beca federal no solo está dirigida a las niñas, también contempla incluir a los niños que se hagan corresponsables de la paternidad, los que proporcionalmente son menos.No hay cifra oficial que hable de los varones que asumen su responsabilidad de padre, pero se estima, de acuerdo a fuentes de la propia Secretaría de Educación Pública (SEP), que solamente en 2 de cada 10 embarazos en niñas, la pareja ha sido responsable.El último conteo nacional sobre niñas embarazadas, realizado con cifras del 2012, apunta que el índice de niñas madres no había representado una alerta nacional hasta 1997, año en el que la proporción de nacimientos fue de 16.3 por ciento en menores de 20 años. A la fecha, se estima que de cada 100 nacimientos registrados en el país, al menos 19.4 de ellos son de madres menores de edad.Pobreza de informaciónPara la socióloga  Natalia Buchman de la Universidad Nacional Autónoma de México, la principal causa por la que se han disparado los embarazos en menores de 16 años edad, es la falta de información.“No de la información que brindan las instituciones, sino de la información que se deben generar en el seno de la familia”.Estima que actualmente, a causa de los problemas económicos y sociales en los que se encuentran inmersos la mayoría de los hogares en México, se ha dejado de lado la comunicación entre padres e hijos.Fátima sabe de eso. Nunca tuvo una plática con su madre sobre cómo deberían ser sus relaciones sexuales, a fin de evitar un embarazo.


A Ariadna nadie le dijo –y reconoce que tampoco ella buscó la información- sobre los métodos anticonceptivos a su alcance. En alguna ocasión habló con sus amigas sobre el condón y las pastillas “para no tener hijos”, pero no pasó de ser una plática que solo despertó risitas.

En el momento de la relación, Fátima ni siquiera reparó en la protección necesaria. Antes del encuentro íntimo, habló de todo con su pareja, pero nunca hablaron del condón. Cuando a los dos meses supo que estaba embarazada, lo compartió con su pareja, pero solo logró la soledad.

El aumento de los embarazos en menores no es causa directa de la pobreza, explicó la Buchman, “es más bien a causa de la pobreza en la información que se brinda a todos los menores dentro del seno familiar, en donde los temas de la anticoncepción no son tratados, a veces por ignorancia de los padre y a veces por razones de una falsa moralidad”.

Y como parte de esa falsa moralidad, reconoció la socióloga, se encuentra la propia Iglesia Católica y tras organizaciones civiles como Provida, “las que no dejan de fecundar el pensamiento de las personas con su oposición al uso del condón y otros métodos anticonceptivos”.

Esas organizaciones –dijo- promueven el Sí a la Vida, pero no dicen que tipo de vida les espera a las madres adolescentes.

La vida de desenfrenoMás allá de las condiciones sociales, como la pobreza y falta de información, que apuntan algunos estudiosos del tema, el índice de embarazos en menores de edad tiene otra causa: la violencia.Así lo denunció en el año 2014 el  fundador de los grupos de autodefensa de Michoacán José Manuel Mireles.Para el jefe los civiles alzados en armas, Michoacán fue en ese año el epicentro de los embarazos en adolescentes. Denunció que las células del cártel de los Caballeros Templarios habían hecho una práctica común del secuestro y la violación de menores, las que eran “obligadas a participar en orgías que duraban días”.En el mejor de los casos las niñas secuestradas regresaban violadas y embarazadas a sus casas.De acuerdo a las cifras dadas a conocer por Mireles hacia principios del 2014, las que conoció en su calidad de médico del centro de salud de Tepalcatepec, solo en la zona de Tierra Caliente, en menos de un año, se pudieron registrar más de 650 niñas embarazadas; todas ellas fueron secuestradas de las escuelas secundarias.“A veces –denunció en su momento Mireles- llegaban los sicarios a las casas para buscar niñas para sus orgías. Les decían a los jefes de familia ‘préstame a tu hija, al rato de la traigo. Y veme bañando a la más chiquita, porque voy a regresar’, y se las llevaban a la fuerza. Luego las niñas aparecían abandonadas, ultrajadas, violadas y embarazadas, en alguna calle o camino de la región”.El aumento en el número de niñas embarazadas, todas secuestradas por las células del cártel de los Caballeros Templarios, fue una de las razones que orillaron a la población civil, convocada por el doctor José Manuel Mireles, a alzarse en armas contra el cártel de las drogas en Michoacán.Aunque no en la misma proporción con que se presentó el problema en el estado de Michoacán, pero también se han documentado casos de embarazos de niñas por parte de células del crimen organizado en los estados de Veracruz, Guerrero y Tamaulipas.En Veracruz, el activista de derechos humanos Samuel Romero, denunció que el crimen organizado, encarnado en el cártel de Los Zetas, es responsable de al menos 200 violaciones de menores de edad, la mayoría de las víctimas –dijo- resultaron embarazadas.“Algunas, con muchas dificultades, decidieron abortar, pero la mayoría son menores de edad que decidieron dar a luz a sus hijos”.El caso de Veracruz y Michoacán también se repite en Tamaulipas, en donde –de acuerdo a cálculos de una periodista local, en Matamoros- se estima que el cártel del Golfo es responsable de por lo menos 280 embarazos de menores, cuyas edades oscilan entre los 12 y los 16 años de edad.Con el apoyo de la familiaJessica ya tiene 18 años de edad. Está a unos días de que nazca su bebé. Será una niña. La espera con amor y muchas ilusiones. Sabe que las cosas serán más difíciles después del nacimiento, pero no tiene miedo. En el seno de su familia ha encontrado el respaldo que le negó su pareja.Dice que si no fuera por su familia, ella no sabría qué hacer. La vida no la tomó por sorpresa, ella –reconoce- se descuidó; después de casi un año de mantener constantes relaciones sexuales con su pareja, quedó embarazada. Pensó que los métodos anticonceptivos de los que había escuchado, no eran importantes.Nunca se acercó con nadie para conocer más de las formas que el sector salud ofrece para evitar un embarazo.Por su propia cuenta y riesgo durante unos meses tomó pastillas anticonceptivas, pero luego las dejó. Su pareja le ordenó que dejara de tomar “eso”. El ofreció utilizar condón, pero nunca lo cumplió.Ella está sola. No ha dejado la escuela. Sigue cursando el bachillerato. Estudia Gastronomía y quiere ser abogada. Dice que la espera del nacimiento de su hija le ha dado los ánimos que había perdido cuando supo que estaba embarazada. No se lamenta de mucho, solo de no haber escogido bien al que fue su pareja. De él no ha sabido desde hace varios meses.A la pareja de Jessica le dio miedo luego de saber del embarazo. A los tres meses de gestación, él se perdió de su vida. Era de esperarse. Los problemas de pareja habían comenzado en el momento mismo en que ella le dijo que estaba embarazada. Todavía no sabe por qué él se fue de su vida, si siempre le dijo que la amaba con el alma. Ella se serena y dice que todo va a estar bien.


Asegura que ella sola, con el apoyo de su familia, podrá sacar adelante a su hija. Nunca pensó en la posibilidad del aborto, porque en su casa le aconsejaron que debería nacer su bebé. Sus padres han suplido la ausencia de la pareja de Jessica. Ellos son los que están al pendiente del embarazo.

Su madre, a veces una de sus hermanas, es la que la acompaña a la escuela y regresa por ella. Le han dado los mejores cuidados que puede tener una mujer en su estado. Eso le ha motivado. Quiere ya dar a luz y emprender el camino que se le abre de madre delante de sí. Esta segura que va a salir adelante.

La esperanza de una vidaA Lourdes se le ilumina el rostro cuando habla de su niña que “viene en camino”. Dice que le da miedo el parto, pero se siente emocionada porque sabe que ha dado un paso importante en su vida, al decidir tener a su hija. No sabe cómo vengan las cosas en lo económico, pero asegura que estará bien.Su embarazo ha sido de muchos cuidados. Pero no ha estado sola para afrontar los estados de ánimo y de salud que le han variado notablemente en los últimos meses. Cuenta con el apoyo de su familia, y en el salón de clases sus compañeros se desviven por cuidarla. Sus maestros siempre están al pendiente de su condición física.A ella, su pareja no la ha abandonado. Él decidió seguir a su lado porque quiere estar también cerca de su hija. Los dos van a la misma escuela. Cursan el mismo bachillerato y van en el mismo salón. De hecho, se conocieron cuando hicieron el examen de admisión. Desde ese momento se enamoraron. Las relaciones sexuales vinieron cuando los dos vieron que el sentimiento iba en ascenso.Ninguno de los dos, a sus casi 18 años de edad, sabe de métodos anticonceptivos. El embarazo que viven los tomó por sorpresa, pero no por ello no ha sido deseado en los últimos ocho meses.Como pareja están preparándose para el nacimiento; a veces, unos zapatitos, a veces una chambrita, pero lo que nunca falta es el deseo de ver pronto a su bebe entre sus brazos.La pasan difícil en lo económico. No les alcanza la beca “Yo No Abandono” que les ha dado el gobierno federal para que ninguno de los dos deje sus estudios. Reciben cada mes 750 pesos, como estímulo. A veces, la beca tarda en llegar y se ven en mayores apuros. Por eso él trabaja de medio tiempo –cuando no está estudiando- como mesero y a veces ayuda en una taquería.Ella teje los sueños de los tres: espera pronto terminar el bachillerato con especialidad en comunicación. Pero no quiere dedicarse a los medios informativos. Lourdes quiere entrar a la universidad y comenzar la carrera de enfermería. Es una profesión que acarició desde niña.Además, considera, le servirá para dar un mejor cuidado la familia que está naciendo, en donde han contado con el respaldo de los padres de ambos.

Programa es Tiempo de Mujeres en CFRU la radio universitaria de Guelph 30 abril 2016


TIEMPO DE MUJERES 
Desde cfru 93.3 fm la Radio de la Universidad de Guelph 
en Ontario, Canadá 
escúchalo cada sábado en www.cfru.ca

MUJERES POR LA DEMOCRACIA
Bienvenida al programa de hoy
 con Hilda Venegas 

Noticias de Género en la Red


El 20 de noviembre de 1952, la Asamblea General de las Naciones Unidas se reunió con la idea de reafirmar los derechos universales de la niña y el niño para que se celebrara en cada país del mundo y se consagrara a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo entero y se destinaran actividades que desarrollaran el bienestar de los niños del mundo, esto claramente no sucede ya que leemos noticias de niñas secuestradas, violentadas por el delito de trata de personas en explotación sexual o laboral, este día de festejo es utilizado por los políticos corruptos para obsequiar juguetes hacer pasteles repartir globos y propaganda que ayude a mantenerlos en el poder, pero cuál es la realidad de nuestras niñas y niños  
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Y ha ocurrido que en esta violencia contra las niñas por la trata de personas, también son violentadas las y los periodistas que denuncian a través de su trabajo investigaciones que involucran delincuencia organizada coludida con politicos corruptos 
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La prostitución es un tema que trae consigo un sin fin de posiciones, la pregunta es si en una sociedad incluyente, equitativa, con igualdad de oportunidades existiría la necesidad de prostituirse, hoy haremos un recuento histórico de esta polémica actividad 
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Seguimos con la pregunta de quién presidirá la Organizacion Nacional de las Naciones Unidas, a quién nombrarán los encargados de hacerlo, a alguna mujer ?, La ONU es una de las grandes organizaciones que aboga por el empoderamiento de las mujeres, pero solo tres de ellas han ocupado la Presidencia de la Asamblea General, el mayor órgano político del foro mundial hablaremos sobre 


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#VivasNosQueremos… exigiendo respeto a nuestra dignidad


Por: Alejandra Buggs Lomelí*

Aún con la emoción a flor de piel y con las voces resonando en mis oídos, me dispongo a escribir mi columna de este mes.

El pasado domingo 24 de abril se llevó a cabo la Mega Marcha #VivasNosQueremos, en la que con mucho honor, dolor, privilegio, gusto, respeto y emoción, marché al lado de miles y miles de mujeres y hombres del Monumento de la Revolución a la “Victoria Alada” (mejor conocida como Ángel de la Independencia).

Es importante saber y recordar que desafortunadamente en México, cada 24 horas siete mujeres son asesinadas. Que las mujeres de 30 a 39 años de edad están más expuestas a violencia. Que una de cada dos mujeres ha enfrentado agresiones por parte de su pareja en al menos una relación. Que 63 por ciento de las mujeres de 15 a 25 años reporta haber sufrido un incidente de violencia**.

En esta movilización social organizada, dirigida y protagonizada por las mujeres de México y del mundo, salimos a protestar a las calles contra las diferentes formas de expresión machista, como: el acoso callejero; el acoso sexual; la imposición patriarcal de los roles de género; la diferencia en el pago de sueldos a las mujeres; la discriminación por raza, por orientación sexual y afectiva diferente a la heterosexual; por la penalización del aborto; por la cosificación del cuerpo femenino; la explotación sexual; la violencia doméstica, la violación y el feminicidio***.

Como he escrito anteriormente, el machismo es una de las formas en las que se expresa y/o manifiesta el patriarcado, es decir, una de las formas de odio hacia las mujeres que desafortunadamente muchos hombres asumen y utilizan en sus vínculos afectivos y algunas mujeres también.

Porque tanto mujeres como hombres estamos inmersos bajo los efectos de este mundo patriarcal que afecta a las mujeres y también a muchos hombres que no cumplen con el estereotipo esperado de lo que debe ser un varón.

Sin embargo, en el caso de nosotras las mujeres, se convierte en un reto cotidiano vivir en una sociedad como la nuestra, patriarcal, en donde se tiende a invisibilizar la presencia de las mujeres y a asumir que se puede hacer lo que se quiera con nosotras y no es así. Porque ¡No es No!

Es por ello que el domingo #24A (24 de abril) mujeres de todas partes de la República Mexicana convocadas bajo la consigna #Vivas Nos Queremos, decidimos salir a las calles a exigir alto a la violencia machista que ha asesinado a mujeres y desaparecido a tantas más.

Visibilizar este tipo de acciones y movilizaciones sociales importa y mucho, porque refuerza la autoestima de las mujeres y nos empodera.

Desde mujeres feministas y activistas, tanto del Edomex como de la Ciudad de México, y otras más quienes apoyamos y dimos seguimiento desde nuestros diferentes espacios.

Las que salimos a las calles y marchamos, las que hubieran deseado estar físicamente y lograron hacerse presentes, desde sus mentes, almas y corazones a través de un pensamiento lanzado al aire que llegara hasta el lugar exacto de la marcha, para darle fuerza a nuestras piernas y continuar el camino y a nuestra voz, para que tuviera la potencia suficiente para hacernos escuchar.

Hasta aquellas quienes se enteraban de este movimiento social #VivasNosQueremos y su objetivo, durante el momento de la movilización, y también para quienes se están enterando al leer esta columna.

Independientemente del hecho de que nuestra autoestima se lastima por nuestra historia de vida, la realidad es que especialmente la autoestima de las mujeres (y claro que de algunos hombres también) se ha visto afectada por los mandatos de género dictados por el patriarcado y asumidos por ambos, mujeres y hombres,  como verdad absoluta aunque nos lastimen, hieran, minimicen, lapiden, mutilen, invisibilicen, torturen y asesinen.

Qué importante y simbólico que la marcha iniciara en Ecatepec, el municipio más peligroso para las mujeres y donde más asesinatos contra mujeres se cometen, donde el feminicidio es un terrible integrante más de la sociedad, y concluyera en la “Victoria Alada” (nombre que se decidió utilizar debido a que esta escultura, diseñada por Antonieta Rivas Mercado, representa a la diosa Niké, una diosa griega independiente que simboliza la victoria).

Sin embargo, durante el porfiriato muchas personas al relacionar la imagen con la de un ángel comenzaron a ubicar la escultura como la de un ángel protector. Por esto mismo es que las organizadoras de la marcha decidieron poner el nombre original para recuperar la historia, y con la intención de reivindicar la presencia femenina de la diosa Niké, que también fue invisibilizada****.

Participar desde donde cada una de nosotras puede y desea, con una toma de conciencia de la importancia de este tipo de acciones sociales, definitivamente sientan las bases culturales y psicológicas que nos llevan a las mujeres hacia una nueva conciencia.

Ser mujeres y vivir nuestra existencia con orgullo de serlo, con la plena sensación de que somos sujetas de derechos, que merecemos vidas sin violencia, vivir felices, no ser las únicas responsables de la casa, ni del cuidado de hijas e hijos.

Que tenemos derecho a la alegría, a la vida y que nadie tiene derecho a arrebatárnosla, asesinándonos. Si lo hace, saber que existe un sistema legal igualitario, justo y equitativo que castigará a quien ose lastimar nuestra integridad y atentar contra nuestra vida.

Por esto y por mucho más es que salimos a las calles las mujeres, es que alzamos nuestra voz uniéndola a las de muchas mujeres más y a la de algunos hombres afectados por el machismo generado por el patriarcado.

Por supuesto que levantar fuerte, muy fuerte, nuestras voces al unísono con consignas como: “¡Ya basta!”; “¡Ni una asesinada más!”; “¡Si violentan a una nos violentan a todas!”; “¡De norte a sur, de este a oeste, las mujeres unidas estamos presentes!”; “¡Mujer consciente, se une al contingente!”; “¡Mi cuerpo es mío, de nadie más!”; “¡Mujer escucha, únete a la lucha!”, entre otras más, nos devuelve emocionalmente la sensación de que somos dueñas de nosotras mismas, de nuestros cuerpos y nuestras emociones.

Protestar de manera simbólica, directa y pacífica, contra los efectos del machismo, resulta emocional y mentalmente eficaz, liberador, catártico y esperanzador, porque vernos reflejadas en las otras, tan diferentes a nosotras, nos confirma que no estamos solas, que como bien escribe en su libro “Mensaje Urgente a las Mujeres” mi maestra Jean Shinoda Bolen, “las mujeres unidas podemos cambiar al mundo”.

Estas acciones nos dan la oportunidad de reapropiarnos de nuestras vidas y, por tanto, de empoderarnos y creer que un mundo mejor es posible.

Nos devuelve el placer de vivir y saber que no estamos solas, que nos tenemos a nosotras mismas, que nuestro Ser Mujer importa y vale, que podemos exigir nuestro derecho a una vida plena, placentera, divertida, descansada, respetada y sobre todo sin violencia machista porque #VivasNosQueremos.

**Fuente: Inegi.
***Algunos términos tomados de Revista Digital “Antes de Eva” (http://www.antesdeeva.com/).
****Fuente: Milenio Digital.

www.saludmentalygenero.com.mx

Twitter: @terapiaygenero

*Directora del Centro de Salud Mental y Género, psicóloga clínica, psicoterapeuta humanista existencial, y especialista en Estudios de Género.

Foto: Argentina Casanova
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 

Pobreza, desaparición y violencia, realidad para las niñas


 Desde 2014 hay una ley que las protege, pero sin resultados




 De cara a este 30 de abril, Día del Niño, la infancia y la adolescencia en México sobreviven en un contexto de pobreza, desaparición y violencia que limita el ejercicio de sus garantías reconocidas en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA), advirtieron grupos civiles.
 
Desde 2014, el Estado mexicano cuenta una la LGDNNA, impulsada y reformada por activistas, y en la que se reconoce el derecho de las niñas, niños y adolescentes a la igualdad sustantiva, a la no discriminación, a vivir una vida libre de violencia, a la seguridad, a la educación, a la salud, a la libertad, y al acceso de todos sus Derechos Humanos.
 
Sin embargo, la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) informó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que según el Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas, entre 2006 y 2014 desaparecieron 2 mil 506 mujeres de cero a 17 años de edad.
 
La Redim precisó que la cifra de desapariciones de adolescentes creció 200 por ciento de 2012 a 2014, principalmente en los estados de México, Tamaulipas y Guanajuato, y muchas de ellas vinculadas al crimen organizado y la violencia comunitaria, pero que se agravaron por la ineficacia de los sistemas de justicia, falta de presupuestos, normalización de la violencia, y la deficiente coordinación entre los tres niveles de gobierno. 
 
Un nuevo informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Pública (Coneval) reportó que 42.3 por ciento de las niñas mexicanas viven en condiciones de pobreza moderada, y 11.6 por ciento en pobreza extrema, principalmente entre los dos y cinco años de edad.
 
El informe mostró que la mayor vulnerabilidad de estas niñas es por carencias sociales (20.3 por ciento), pero que entre éstas privaciones destacan el acceso a la seguridad social y los servicios básicos de vivienda, que se profundizan cuando se trata de población indígena.
 
Como parte del contexto de violencia y pobreza en la que viven las niñas –de acuerdo con ONU-Mujeres–, en México una de cada cinco mujeres entra en unión conyugal antes de cumplir la mayoría de edad, lo que, aseguró, constituye una forma de violencia de género, limita sus oportunidades de desarrollo personal, e impide que salgan de la pobreza.
 
Al respecto, grupos civiles como la Redim han señalado que no basta la homologación en los estados de la LGDNNA, sino que es necesario que otras normas, en otras materias, se armonicen con la también conocida como Ley de Infancia.
 
Demandan que la Ley General contra la Desaparición Forzada –cuya aprobación está “congelada” en el Congreso de la Unión–contenga un capítulo sobre desaparición de personas menores de edad con perspectiva de género, a fin de que se cree un protocolo único de búsqueda a nivel nacional.
 
Por su parte, ONU-Mujeres presentó desde 2015 la campaña “De la A a la Z, México sin unión temprana y matrimonio de niñas en la ley y la práctica”, para que los congresos locales hagan las reformas necesarias para erradicar el matrimonio antes de los 18 años de edad, como estipula la LGDNNA.
 
Apenas el pasado 26 de abril, la Comisión de Administración y Justicia de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó dos dictámenes para reformar el Código de Procedimientos Civiles a fin de erradicar el matrimonio antes de los 18 años.
 
La LGDNNA no señala garantías exclusivas para la infancia mexicana, sino que reconoce también derechos para las niñas, niños y adolescentes migrantes, principalmente para que ya no sean detenidas en estaciones del INM.
 
Sin embargo, sin importar la Ley de Infancia federal ni las 32 leyes locales en la materia, en 2015 el INM detuvo a 12 mil 569 niñas y adolescentes migrantes, 78 por ciento de las cuales fueron deportadas a sus países de origen.



Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 
  

Feminismo y prostitución: breve geneaología hasta nuestros días



El debate sobre prostitución no es nuevo dentro del feminismo. Ésta vieja institución socio-económica ha atravesado sin problemas los sucesivos sistemas políticos, culturales y de producción que se han dado a lo largo de la historia.
Limitándonos al contexto europeo, en el s. XVIII feministas e ilustradas – como Mary Wollstonecraft u Olympe de Gouges - asistieron al acontecer del nuevo orden social ligado a la eclosión del capitalismo industrial. A inicios del s. XIX pudieron dar cuenta de cómo aquellas transformaciones habían afectado a las mujeres. Habían sido excluidas de los grandes discursos filosóficos de la igualdad que motivaron y legitimaron ideológicamente los cambios sociales, políticos y económicos, pero sufrieron todas las desventuras que la acumulación de capital produce. Por ejemplo, el aumento de la prostitución, que se nutrió de la miseria urbana y desprotección social de las mujeres.
En 1840, Flora Tristán denunció en Mujeres Públicas el funcionamiento de las redes de proxenetas y burdeles de Londres. Describió amargamente los mecanismos de engaño y captación de mujeres jóvenes. Alejadas de sus familias, eran retenidas en los burdeles; primero los importantes y, a medida que su salud se resentía, eran trasladadas a otros de más baja categoría. Unos diez años después, morían a causa de múltiples enfermedades.
Tristán señala como culpables a los industriales de la época y su hipócrita moral corrompida por la riqueza generada por el nuevo modelo económico liberal. Muchos después, Carole Pateman definiría la prostitución como una práctica por la que los hombres se aseguran el acceso grupal y reglado al cuerpo de las mujeres. Este acceso depende del capital del que se disponga, así que se trata de una cuestión intrínsecamente relacionada con el reparto desigual de la riqueza.
Con el sufragio, feministas de clase alta como Emmeline Pankhurst, educadas para no ser más que las respetables esposas sin voz ni voto de los industriales, denunciaron la doble moral sexual de sus esposos y hablaron en favor de la abolición de la prostitución. Como ocurre a las abolicionistas hoy día, fueron acusadas de puritanas. En 1921, la feminista y comunista Aleksandra Kolontái describió la prostitución como una oscura herencia capitalista sin cabida en una sociedad basada en la igualdad social y económica.
A mediados del s.XX se publicó El Segundo Sexo. Simone de Beauvoir analizaba ahí la consideración social de las mujeres, incluyendo la prostitución y contemplando la vieja figura de la hetaira. Como la geisha, la hetaira es la prostituta que ve aumentado su valor de mercado gracias a la distinción de la opinión y las habilidades artísticas. Es la prostituta hecha a medida de la élite cultural y económica. Y ésta, a su vez, la proyectó para el consumo cultural masivo con la “vedette” del star system hollywoodiense.
La más pobre de las putas, distinguida de las hetairas, la geisha y el mito de Marilyn Monroe – así como la contrapartida de todas ellas, la figura de la esposa y madre abnegada – tienen en común una existencia definida por su sumisión a los intereses sexuales, afectivos, reproductivos y sociales de los hombres. Y esto no cambiará por mucho que llamemos “trabajadora sexual” a la prostituta.
Actualmente encontramos voces defensoras de la prostitución como salida laboral para las mujeres con pocas alternativas, alegando que es una profesión como cualquier otra, a la que hay que reconocer unos derechos laborales cuando se ejerce libremente. Estos argumentos descansan indefectiblemente en el ideal liberal de la libre elección, una mina de oro legitimadora para multitud de discriminaciones.
No sorprende esta reelaboración de la legitimación, que se concreta a la práctica en una mejora del servicio y más respetable acceso grupal y reglado de los hombres al cuerpo de las mujeres. Pero es irónico que precisamente la regidora de feminismos del ayuntamiento de Barcelona, Laura Pérez, sostenga estos argumentos, que demuestran una preocupante falta de conocimiento de la historia y teoría feministas. Recientemente Pérez criticó una iniciativa abolicionista del Movimiento Democrático de Mujeres por su ligereza, partidismo y comodidad. “Las prostitutas también son mujeres” dice, como si las feministas abolicionistas arriba mencionadas no lo hubiesen notado.
Contrariamente a la tradición feminista, Pérez bien se guarda de señalar el origen de la prostitución: el derecho tácito del hombre a acceder al cuerpo de las mujeres mediante el pago. Su defensa de los derechos laborales de las prostitutas esconde eficazmente la aceptación de la demanda masculina de mujeres. Nada más ligero, partidista y cómodo que obviar las causas y actuar sobre las consecuencias, y nada más cínico que hacerlo con aires filantrópicos mientras se acusa a la oposición de no querer mejor la situación de las prostitutas.
En el contexto actual de creciente desigualdad, como en Barcelona, florece el discurso legitimador de la prostitución. Desde activistas hasta intelectuales pasando por representantes políticas se esfuerzan por defender esta institución basada en la sumisión de la mujer y la desigualdad económica, presentándola socialmente como una opción liberadora cuando se elije por voluntad propia. Pero ¿Quién se beneficia? Fácil: el cliente. Ciertamente, los engaños del proxenetismo se han sofisticado muchísimo desde que Flora Tristán paseaba por Londres.
Marina Pibernat Vila es miembro del Movimiento Democrático de Mujeres (MDM) 

Primavera Violeta



   MUJERES CAUTIVAS


Por: Teresa Ulloa Ziáurriz*

“El feminismo nunca ha matado a nadie. El machismo mata cada día”
Benoite Groult
 
La diferencia entre los abusos cometidos en el pasado y aquellos que se dan en la era de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), es que rápidamente estamos logrando denunciar y exhibir públicamente lo que antes permanecía anónimo e impune.
 
Y fue a raíz de la difusión en redes sociales de varios abusos graves contra mujeres en la vía pública, que estalló el grito unánime de miles de historias que habían permanecido ocultas.
 
Historias de todos los días que desde muy pequeñas –y por generaciones– hemos aprendido a soportar y a callar, tal vez a platicarlo entre nosotras, transmitiéndonos la enorme frustración, la rabia, el miedo y la impotencia de haber vivido un episodio de acoso, de agresión y violencia por el simple hecho de ser mujeres.
 
Pero ya basta.
 
La movilización nacional contra las violencias machistas que se realizó este 24 de abril a través de la campaña #NoTeCalles y #VivasNosQueremos, también conocida como “Primavera Violeta”, así como sus varios hashtags que lograron las principales tendencias en redes sociales, logró visibilizar un problema de dimensiones mayúsculas que cada día pone en riesgo la vida de las mujeres y las niñas, principalmente en el espacio público.
 
La convocatoria logró tal respuesta que la mayoría de los medios de comunicación asignó editoriales, reportajes, crónicas e incluso encuestas con datos y hechos que a cualquiera pondrían a temblar.
 
Por ejemplo, que el transporte público de la capital mexicana es el segundo más peligroso del mundo para las mujeres, según Thomson Reuters. Que 65 por ciento de las mujeres aseguran haber sufrido acoso en el transporte público, según el Banco Mundial (BM). Que 94 por ciento de los ataques en el transporte público que se reportan son a mujeres, y que 102 de las 192 estaciones del Metro dividen sus vagones para mujeres y hombres en “horas pico”, de acuerdo con cifras de Mujeres Seguras.
 
También, que al menos 40 por ciento de mujeres ha cambiado su vestimenta para evitar ataques en el transporte público, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), o que cifras de ONU-Mujeres y de El Colegio de México (Colmex) señalan las miradas lascivas, los acercamientos indeseados, los tocamientos o la toma de fotos y videos, entre los ataques que más reportan las usuarias del transporte público en México, a pesar de que sólo 20 por ciento se denuncia, reporta el Inmujeres.
 
Las diversas formas de violencia contra las mujeres y las niñas ocurren de manera transversal y están interconectadas. No es posible concebir el acoso sexual en las calles y el transporte público sin mencionar la violencia doméstica, los micro machismos –que ocurren incluso entre los varones que se dicen más igualitarios–, los casos de feminicidio (47 mil 178 entre 1985 y 2014, según cifras oficiales), las desapariciones, la trata y la explotación sexual.
 
No conforme con ello, la violencia institucional, la que promueven los medios y las religiones, la de la delincuencia organizada, integran, junto con todo lo anterior, un clima hostil contra las mujeres y las niñas que ya no estamos dispuestas a tolerar.
 
Y ya que esta “Primavera Violeta” nos ha hecho recordar que las calles son nuestras, sin importar la hora o nuestra forma de vestir, que nos merecemos respeto, dignidad y justicia. Esta “Primavera Violeta”, en la que mujeres de 40 ciudades levantamos la voz que resonó hasta Los Pinos, nos deja una gran responsabilidad.
 
Y aunque estoy segura de que seguiremos insistiendo en que la violencia, las desapariciones, las violaciones, la explotación sexual, el acoso, el hostigamiento y el feminicidio no son normales, sino delitos que deben castigarse y a la larga erradicarse para lograr una vida digna y libre para todas nosotras, nos deja una gran responsabilidad de organizarnos, de seguir luchando de manera más orgánica y contundente.
 
Debemos cuestionarnos qué efecto ha tenido la Alerta de Violencia de Género, qué está haciendo el Inmujeres o la Conavim. Cómo está actuando la Fevimtra y quién la preside y qué resultados está dando.
 
Debemos exigir rendición de cuentas y la democratización de los poderes judiciales, tanto el federal como los del orden común, frente a un inminente nuevo sistema penal, anglosajón y patriarcal, en el que las mujeres tendremos pocas oportunidades para el acceso a la justicia.
 
Y por qué no, también cuestionar la llevada y traída reforma educativa que dejó intocado el sistema pedagógico que replica y multiplica estereotipos de género y forma seres incapaces de criticar y autocriticarse, que permite la reproducción de los roles de género y la violencia.
 
Porque #NoEsNo. Porque #VivasNosQueremos. #NiUnaMás víctima de las redes de trata y prostitución y #NiUnaMenos desaparecida o víctima de feminicidio. Porque mi vida tiene valor y mi cuerpo no tiene precio.
 
*Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe.
  Foto: Guadalupe Cabañas


Cimacnoticias | Ciudad de México.-  

Sí a la vida y a la libertad de todas



   ZONA DE REFLEXIÓN
Por: Lucía Lagunes Huerta*



Este fin de semana vivimos una marcha inédita en la historia reciente de la lucha de las mujeres. Me atrevo a decir que es la más importante del movimiento feminista del siglo XXI no sólo por la cantidad de mujeres reunidas, sino por su articulación entre las distintas expresiones del feminismo en prácticamente todo el territorio nacional.
 
De punta a punta de nuestro país, las voces de las mujeres se enlazaron en la demanda central: no a la violencia contra las mujeres, sí a la vida y a la libertad de todas.
 
Mujeres que no están dispuestas a callarse, a guardar silencio y que desde su ciudadanía están exigiendo a los hombres respeto a sus derechos, y a las autoridades que reaccionen y se pongan a la altura de las demandas.
 
El origen de la movilización está en el hartazgo de las declaraciones, la indignación ante la inacción de los gobiernos y en la burocratización de las instituciones creadas desde los movimientos feministas y hoy convertidas en guardaespaldas de gobernadores y procuradores.
 
Los hechos recientes fueron llenando la indignación. Victimarios libres protegidos por las autoridades bajo los enredos legaloides.
 
Dafne en Veracruz; Andrea Noel, Yakiri, Nadia, Alejandra, Mile y Yesenia en la Ciudad de México. Cantantes que violentan y denigran a las mujeres; víctimas de feminicidio que día con día relatan que todas las declaraciones dichas desde todos los niveles del poder no se convierten en acciones efectivas, para garantizar la vida y la libertad de las mujeres, y que la violencia machista arranca cada día la vida de siete mujeres.
 
Funcionarias y funcionarios más preocupados por mantenerse en las nóminas gubernamentales que en comprometerse con las ciudadanas de a pie, quienes todos los días desarrollan estrategias de sobrevivencia contra el acoso callejero, la violencia comunitaria, institucional, en las escuelas, en el trabajo, en los entornos familiares, etcétera.
 
“La Gozadera” fue un espacio de reunión en la Ciudad de México, para construir, escuchar y llegar a acuerdos. Ahí todos estos hartazgos fueron nombrados. La cita fue para todas las generaciones y expresiones feministas, para construir la ola violeta que pintó a este México el pasado domingo.
 
La movilización no debe quedarse en la calle; es momento de que todas las instituciones se pongan a la altura de las demandas, sobre todo aquellas cuyo mandato es proteger y garantizar la vida y la libertad de las mujeres.
 
Hace 34 años, cuando inicié mi militancia en el movimiento feminista no existía ninguna instancia gubernamental para proteger y promover los Derechos Humanos de las mujeres. Las víctimas de violación eran atendidas por ministerio públicos que se burlaban de ellas, y que realizaban preguntas morbosas a las víctimas, en medio de enjambres igualmente morbosos de los policías; ser revisada por un médico legista era la prolongación de la violación.
 
Entonces abogadas feministas nos fueron enseñando la importancia de la evidencia y fuimos aprendiendo a enfrentar ese sistema. Hoy contamos con fiscalías y agencias de MP especializadas en delitos sexuales, que se han ido diluyendo y perdiendo ante la falta del interés gubernamental de mantenerlas vivas para responder a sus víctimas. Instancias de atención a la violencia en el entorno familiar enredadas en carencias y desgaste emocional del personal que las dirige, porque ya no son “moda”.
 
Hace poco más de una década se crearon fiscalías que no investigan porque no tienen el nivel para hacerlo, porque dependen del procurador en turno y su voluntad, o porque no quieren meterse en honduras. Instancias tanto a nivel del Poder Ejecutivo como Legislativo que son usadas para frenar la indignación y exigencias del movimiento feminista.
 
El hartazgo es también por los vaivenes de las políticas públicas, programas de transporte público que fueron anunciados con bombo y platillo, pero que en la práctica no son acatados a cabalidad,  como los taxis rosas que dejaron de ser exclusivos para las mujeres y hoy son parte del transporte público general.
 
Campañas y más campañas que no son acompañadas de acciones concretas que den coherencia a los anuncios publicitarios; todo cubierto con los recursos públicos de los millones de ciudadanas que pagamos impuestos.
 
Sí, todo ello se ha creado a lo largo de estos 34 años. Todo propuesto no sólo como enunciado desde el movimiento feminista, sino diseñado y puesto en acción, que hoy vemos convertido en burocracias ineficientes como muchas de nuestras instituciones en el país, especialmente en el sistema de procuración y administración de justicia.
 
Y mientras, las víctimas van y vienen buscando justicia, apoyo; tocando puertas una y otra vez en busca de una salida para transformar sus vidas.
 
Los gritos, la rebeldía, los torsos desnudos, las pancartas, las danzas y los tambores no sólo van dirigidos a los hombres que violentan a las mujeres, van también dirigidos a todo este aparato que ha dejado de oír a sus víctimas, a las mujeres en concreto y se regodean con las estadísticas y el número de beneficiadas.
 
Twitter: @lagunes28
 
*Periodista y feminista, directora general de CIMAC.


CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 

La primavera violeta. Una marcha histórica.


Las feministas estamos contra todo tipo de violencia, denunciamos, porque así lo elegimos, por urgente, por insoportable, porque nos arranca la piel.

lasillarota.com

“Nosotras, ciudadanas, integrantes de la sociedad civil, mujeres sin partido, estamos hoy aquí para denunciar y exigirles a quienes han sido sordos a nuestros reclamos y demandas, sean autoridades de gobierno, propietarios de empresas, ministros de culto, líderes sindicales, policías de a pie o los machos que encontramos en las calles: ¡No más violencias contra las mujeres!, ¡ni una menos!, ¡si tocas a una, respondemos todas!”

“Las feministas aquí estamos, ya volvimos a salir, somos y seremos incómodas, no descansaremos, somos manada, no volverán a dormir tranquilos todos los acosadores, los corruptos, los proxenetas, los agresores, los machistas, los sexistas, los agresores.

Porque Vivas Nos Queremos Todas a las Calles #24ª”.
Movilización Nacional contra las Violencias Machistas.
Pronunciamiento de la Ciudad de México #24ª.



 Siete mujeres al día asesinadas en México.  Violadas, torturadas, asesinadas. La enorme dificultad para que se generen las alertas de género. Para que las víctimas y/o sus familiares sean escuchadas/os. La revictimización de las víctimas. Los cuerpos semidesnudos de  las mujeres asesinadas exhibidos en algunos medios en esa naturalización del lenguaje de la violencia. El acoso sexual “no es tan grave”. “Las mujeres exageran”.  “Que agradezcan que alguien la mira”.  “Si quieren que las respeten que se den a respetar”. “Andaba de zorra”. “¿Y qué si la violaron, esa puta ya se había acostado con un montón”. “Lo provocó”.  “¿En qué andaría?” “Si fuera decente no le hubiera pasado”.  “Yo sí le hacía el favor de violarla otra vez”.  “¿De qué te quejas si no te mató?” “La mató su novio, fue un ‘crimen pasional’”. “Son casos aislados”. “Una mujer falleció de 25 puñaladas”. “Las ‘muertas’ de Juárez y del Estado de México”.

Las feministas estamos contra todo tipo de violencia, denunciamos,  porque así lo elegimos,  por urgente, por insoportable,  porque nos arranca la piel: los modos muy específicos en los que la violencia contra las mujeres sucede. Esa violencia que se da porque una niña es niña.  Porque una mujer es mujer.  Porque como escribe Marta Lamas: “La diferencia se traduce en desigualdad”. Una desigualdad brutal construida –en la misoginia- desde los fantasmas más oscuros del odio a la femineidad. Y esas respuestas tan recurrentes que sostienen el “natural orden del mundo”: “las feministas odian a los hombres”. ¿De veras? La misoginia no es biológica, es una construcción cultural.  El odio contra la femineidad se aprende, se transmite, se  nutre. Se festeja. Hay hombres y hay hombres misóginos. También hay mujeres misóginas. Mujeres dispuestas a sumarse a los discursos que nos denigran y nos ponen en peligro a todas.  Tan convencidas que si son cómplices del discurso de los agresores, ellas se “salvan”. ¿Qué entenderán por “salvarse”?  Más de 40 ciudades se sumaron a la Movilización Nacional Contra la Violencia Machista. “Si tocan a una, respondemos todas”. ¿Acaso hay otra manera de salvarse? 
Vulva Batucada. Imagen tomada por la fotógrafa feminista Rotmi Enciso. Los archivos de Rotmi son una de las más completas memorias visuales del movimiento Feminista.
Vulva Batucada. Imagen tomada por la fotógrafa feminista Rotmi Enciso. Los archivos de Rotmi son una de las más completas memorias visuales del movimiento Feminista.
 El Monumento a la Revolución  está en un lleno completo a las 14:00 horas. Somos miles de personas y esperamos a las compañeras organizadoras de la movilización  que vienen de Ecatepec. Municipio con más mujeres asesinadas en México.  No más impunidad. No más silencio. Las concheras bailan en la explanada.  Su danza es un llamado  antiguo y libertario. Pancartas. Un sol tropical nos acompaña,  nos abraza, nos quema.  Estamos juntas/os de una manera que unas horas antes parecía inimaginable. Pienso en esa canción de los Beatles “Here comes the sun”.  “Acá llega el sol. Deja que el sol brille cada día en tu corazón”.  El sol brilla con esa intensidad porque marchamos juntas/os. La reunión de los tan distintos feminismos llamados por las mismas urgencias.  A pesar de nuestras diferencias.  Una marcha dolida, gozosa, masiva. Por primera vez en la Ciudad de México una convocatoria feminista desata una oleada de participación. Feministas y personas que sin serlo, se suman, porque la violencia misógina nos concierne, nos daña, nos golpea a todas/os. Todos los días.

“En conferencia de prensa Minerva Valenzuela, Cynthia Hijar, Mar Cruz y Lulú Barrera, todas ellas feministas y activistas, enfatizaron que las organizadoras de la movilización metropolitana pertenecen a múltiples colectivas y colectivos, asimismo recalcaron que el movimiento es apartidista y autónomo”, Mónica Olivares en politicasmedia.org. Los carteles y los llamados a la marcha circularon muy rápido. Las contingentas y contingentes se fueron formando días antes entre las distintas redes de solidaridad y pertenencia. Cientos de mujeres y hombres muy jóvenes. México cambia. Nos falta casi todo por hacer. La Vulva Batucada abre la marcha con su combativa alegría. Sombrillas, banderas, telas moradas. Botellas de agua. Se organizan las contingentas en las que sólo participan mujeres, encabezan la marcha. Las seguimos quienes marchamos en contingentes mixtos.

Miro a lo lejos a Marta Acevedo tomando fotos. Una de las “feministas históricas”. Agita la mano con una felicidad deliciosa y sorprendida.  ¿Cuántas eran cuando convocaban a marchas en los años setentas?  ¿Cuántas en aquella primera “invasión” colectiva en el Monumento a la Madre? Recordé la revista FEM que fue fundamental para tantas, y que a las adolescentes que vivíamos en los estados nos significaba el único contacto con el feminismo mexicano. Corren las consignas clásicas y las nuevas: “Alerta, alerta que camina, la lucha feminista por América Latina. Y tiemblan, y tiemblan los machistas, América Latina será toda feminista”.  ¡Ni una más!” “Este cuerpo es mío, no se toca,  no se viola, no se mata. Este cuerpo se respeta, se defiende porque es mío”.  “Con tantas mentiras, ni contando con los tiras, violadores y feminicidas, los tenemos en la mira”. “No, no me da la gana ser una mujer sumisa y abnegada. Sí, sí me da la gana, ser una mujer consciente y libertaria”. 
Imagen tomada de El País.
Imagen tomada de El País.

Nos acercamos al espacio por Ayotzinapa en la avenida Reforma. Ayer en la Universidad del Claustro de Sor Juana,  el GIEI rindió su “informe final” obligado por el gobierno mexicano a retirarse de las investigaciones.  La reunión con el GIEI y las madres y padres de los jóvenes desaparecidos continuó en el Museo de la Memoria y la Tolerancia. “¡Vivos los queremos!” Gritaron miles de voces al pasar junto al plantón que nos muestra los 43 rostros de los jóvenes normalistas. Y la cuenta de uno más uno. La consigna cambia al femenino: “¡Vivas las queremos! Vivas nos queremos!”.

Una gran cantidad de hombres jóvenes y adultos marchan con nosotras.  Hay contingentes de escuelas con sus niños. La Victoria Alada está a reventar y nos detenemos porque ya no cabe ni una persona más. Una banda de personas encapuchadas comienza a realizar actos vandálicos. La marcha les responde: “Vandalismo, no. Vandalismo, no”.  Nada que desvirtúe la marcha. Vamos por nuestros derechos. Vamos por el activismo organizado. Vamos por las palabras que nombran a las mujeres víctimas de violencia misógina y que nos nombran a todas.

Fuimos tantas/os que Enrique Peña Nieto –antes gobernador del Estado de México, ni más ni menos- se vio obligado a subir a su cuenta de twiter su insultante “reconocimiento”:  “Hoy se hicieron escuchar miles de voces por los derechos de las mujeres. Mi compromiso con ellas es firme y decidido”.  Y retoma el hashtag: “Vivas nos queremos”.  Avatares de la magnanimidad patriarcal, cuando la rebelión masiva los hace temblar tantito.  Pero no vamos a conformarnos con las miserias de sus “tantitos”. Estamos hartas/os de su sordera, de su indiferencia, de su infinita irresponsabilidad.
La marea morada.  Foto tomada por Ydalia Pérez Fernández Ceja.
La marea morada. Foto tomada por Ydalia Pérez Fernández Ceja.

 Al final de la marcha las compañeras de las colectivas organizadoras leyeron su “Pronunciamiento de la Ciudad de México #24ª”. Hacia las seis de la tarde las contingentas y contingentes comenzaron a dispersarse. Una muchacha muestra en su pancarta las maravillosas palabras de la poeta argentina Alejandra Pizarnik: “Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno y corazón guerrero”. La solecita no ha cedido en sus ardores. Estamos decididas, conmovidas, dolidas, felices, exhaustas. Me quedo con las  “exigencias” del Pronunciamiento, con las consignas. Arropada en ese anhelo/realidad de sororidad.  Esperanza, propuesta, debate, reflexión. Logro. Me quedo con las palabras de Pizarnik. A pesar de nuestras diferencias. Marchamos juntas…hasta La Victoria Alada.

@Marteresapriego
@OpinionLSR