4/30/2016

Cesáreas, el negocio de nacer


Malas prácticas médicas y desinformación contribuyen a esta violencia obstétrica

 Gabriela Ramírez

México D.F., 27 abr. 16. AmecoPress/SemMéxico.- Ganancias para hospitales privados, comodidad para los médicos o mujeres que buscan evitar el dolor de un parto vaginal, han hecho que el número de cesáreas aumenten no sólo en México sino en América Latina.
En México, entre el 2000 y 2012, la Encuesta Nacional de Salud registró un aumento de las cesáreas del 50 por ciento.
En el sector público aumentó esta práctica del 30 al 40 por ciento y en el sector privado, del 43.4 a 69.6 por ciento.
México país de cesáreas
El 46 por ciento de los partos en México son por cesárea, a pesar de que la Norma 007-SSA2-2010, para la Atención de la Mujer durante el Embarazo, Parto y Puerperio, y del Recién Nacido (NOM 007), establece que el porcentaje recomendado es de entre el 15 y 20 por ciento de los nacimientos.
Cristina Alonso, Presidenta de la Asociación Mexicana de Partería, señaló que la práctica médica del sector público tiene un 46 por ciento de partos vía operación; mientras que en los hospitales privados llega al 76 por ciento. El dato más reciente sobre el número de cesáreas practicadas por tipo de hospital, señala que en la Secretaría de Salud a nivel nacional se realizan poco más de 370 mil cesáreas al año, 34.66 por ciento del total; mientras que en las clínicas y hospitales del IMSS se practican cerca de 220 mil nacimientos por cesáreas, el 32.5 por ciento. Todas ellas, por encima de la recomendación de las OMS y por encima de lo que establece la Norma Oficial Mexicana.
El panorama en América Latina
América Latina es la región del mundo donde más cesáreas se realizan sin justificación, informa la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para el organismo internacional en América Latina el 38.9 por ciento de los nacimientos se dan por cesárea, esto es casi cuatro de cada diez, a pesar de que hace 40 años la recomendación es que la tasa aceptable de cesáreas debe oscilar entre el 10 y el 15 por ciento.
Brasil es el país del mundo en donde más cesáreas se practican con 54 por ciento de los nacimientos por cesáreas en el servicio público y en el sector privado la cifra asciende al 80 por ciento; le sigue México con cerca del 46 por ciento de los nacimientos en el sector público y el 80 por ciento en el sector privado.
Haití es el país donde menos intervenciones se realizan, la tasa es de apenas 5.5 por ciento, por debajo de lo recomendado por la OMS.
¿Por qué hay tantas cesáreas?
Según la NOM 007, las cesáreas injustificadas han crecido debido a causas secundarias como la cobertura de las compañías de seguros, mala información a las mujeres embarazadas y mala práctica obstétrica.
Talina González, integrante y fundadora del proyecto “Florecer desde la Cicatriz”, indicó que las ganancias económicas es una de las razones por las cuales se multiplica esta práctica médica, pues favorece al personal médico y cadenas de hospitales. “En una cesárea tienes que pagar el quirófano, al médico, anestesia, anestesiólogo, antibióticos, en fin”, apuntó González.
Otras explicaciones
Cristina Alonso, Presidenta de la Asociación Mexicana de Partería explicó que actualmente muchas mujeres buscan evitar los partos naturales porque los asocian con el sufrimiento.
“Además, existe el mito de que la cesárea no duele, cuando una cirugía siempre es dolorosa, sobre todo una vez que pasa la anestesia y hasta genera incapacidad”, dijo Alonso.
“Esto nos habla de los valores sociales respecto a la llegada de un bebé. “Actualmente, muchas personas esperan que la llegada de un bebe interrumpa lo menos posible sus vidas, pero necesariamente interrumpe, es decir, queremos programar una cesárea, evitar sorpresas para que cuadre con la incapacidad, para que no caiga en vacaciones o fines de semana, pero la verdad es que la llegada de cualquier bebé cambia por completo la vida de madres y padres”, señaló.
Por otra parte, Karen Luna, investigadora jurídica de GIRE, explicó que muchas mujeres que tienen todas las características para un parto natural, que incluso tienen esa ilusión, terminan en una cesárea porque el personal médico las presiona. Irma González, originaria del Estado de México decidió atender el nacimiento de su hijo en un hospital privado en la capital del País, porque tenía la seguridad de que todo saldría mejor.
“Al llegar tenía ya un par de centímetros de dilatación, pasaron cerca de tres horas y el avance era lento; el médico me dijo que me harían una cesárea; le pregunté si no podíamos esperar un poco más.
“La respuesta fue que esperar sería bajo mi propio riesgo, que si había sufrimiento fetal, él no se hacía responsable; obviamente luego esa amenaza me asusté y me vi obligada a optar por una cesárea, que entendí después que no fue necesaria”, relató.
¿En manos de quiénes estamos?
Alonso, explicó que hay serios problemas en el sistema de salud que comienzan con el tipo de educación que recibe el personal médico ya que no aprenden a acompañar el parto como evento fisiológico.
Además, señaló que la organización de los hospitales tampoco ayuda. “La mujer que llega al hospital a parir, a dar vida, no conoce a nadie del personal, que atienden a otras 20 ó 30 mujeres más en la misma situación”.
Esto hace, dijo, que se practique una “medicina a la defensiva” que significa terminar lo más rápido posible, que los médicos piensen que algo se va a complicar.
“No entienden que en un proceso de parto normal sólo hay que dejar que el cuerpo de la madre haga el trabajo y mantenerla en las mejores condiciones de tranquilidad, intimidad y seguridad sin presionarla ni asustarla”, expresó.
Lamentó que los nacimientos no estén en manos de las parteras, sino de ginecoobstetras, expertos en las patologías de las mujeres.
Según datos de la Asociación Mexicana de Partería, las parteras atienden sólo el uno por ciento de los nacimientos en el país, los médicos generales el 86 por ciento y el resto por ginecoobstetras.
“Esto es terrible porque quiere decir que al menos 36 de esas cesáreas están hechas por personas no cirujanas; esto es escalofriante y probablemente esté relacionado con muertes maternas”, explicó Alonso.
Foto: SemMéxico. 

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