5/24/2014

Programa es Tiempo de Mujeres del sábado 24 de mayo

Desde cfru 93.3 fm la Radio de la Universidad de Guelph 
en Ontario, Canadá 
escuchalo cada sabado en www.cfru.ca

MUJERES POR LA DEMOCRACIA
Bienvenida al programa de hoy
 con Hilda Venegas 
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Género en la mira con
Jill Abramson, la dama de gris
uno de nuestros derechos es el trabajo, todo el mundo sabe que la desigualdad de salarios en los mismos espacios es un hecho, podemos hacer el mismo trabajo o mejor aún y ganar menos por el hecho de ser mujer, iniciamos nuestro programa con el espacio de género en la mira con la maestra en estudios de género Daniela Villegas, ella nos habla del reciente despido de Jill Abramson por el diario The New York
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el 14 y 15 de mayo se llevó a cabo en México el Foro Hemisférico Belém Do Pará +20, que a 20 años de adoptarse la Convención interamericana de Belém do Pará para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, todavía una de cada tres mujeres en América Latina y El Caribe es víctima de este flagelo, como es tema permanente en este programa existe un aproximado del índice de la violencia contra las mujeres y niñas, ya sea porque no existe la cultura de la denuncia, ya sea porque los estados no admiten estos delitos y o ignoran o maquillan las cifras, cualquiera que sea el hecho es ya una forma violenta de tratar a las mujeres, es por eso que es tan importante una cultura de igualdad, y la educación es la base para evitar los estereotipos que son parte importante del problema, hoy hablaremos del recuento de los daños en -Convención de Belém Do Pará: veinte años despues 
 La violencia contra las mujeres no puede analizarse y enfrentarse de manera aislada, sino vinculada a los factores de desigualdad económica, social y cultural que operan en las relaciones de poder entre hombres y mujeres, los que tienen su correlato en la desigualdad de recursos en el ámbito privado y en la esfera pública y están en directa relación con la desigual distribución del trabajo, afirmaciones que forman parte del documento “Pactos para la igualdad: hacia un futuro sostenible”, presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en su trigésimo quinto periodo de sesiones, celebrada en Lima, Perú del 5 al 9 de mayo, hablaremos sobre Feminismo y la encrucijada de la igualdad con pactos sociales. 
La palabra feminismo causa para muchos sentimientos encontrados, los que sin análisis opinan rechazando este movimiento, sin pensar que gracias a esto se han llevado las mejores luchas por la igualdad de las mujeres que participamos codo a codo con los hombre en el avance de una mejor sociedad o de una verdadera democracia, la libertad de vestirse, la lucha por trabajar y por obtener un sueldo justo son parte de las libertades que nos corresponden y que nos han costado obtener gracias a las ideas feministas el mundo cambió y aprendimos mucho. Ellas dieron los primeros pasos en cuestión de igualdad de derechos, como la oportunidad de votar, estudiar, trabajar, y planear nuestra familia. No obstante, a pesar de que estos primeros derechos básicos todavía no están al alcance de todas y que hace falta muchos pasos más por recorrer, ahora escuchamos de manera insistente que el movimiento feminista es sólo cosa de libros de historia o de radicalismos sin sentido en nuestra actual sociedad “equitativa”, hablaremos de Feminismo: ¿Hacia Dónde Vamos? 
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Y para terminar, como resultado de estas luchas en las notas positivas tenemos una entrevista con Juana María Santana Hernández, cabeza de lista del partido Iniciativa Feminista, que concurre a las elecciones al Parlamento Europeo del 2014, Iniciativa Feminista es el único partido político en España focalizado en la participación política de las mujeres y hombres con la visión feminista como prioridad y guía. Se constituyó en 2008 inspirado en el partido homónimo de Suecia. También está representado en Alemania. “Queremos hacer política con perspectiva de género” 
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Lactancia materna ¿prioridad laboral?



En los últimos días los habitantes de la Ciudad de México no han dejado de expresar opiniones entorno a la lactancia materna, esto a raíz de la polémica campaña No le des la Espalda. Dale Pecho del gobierno del Distrito Federal que tiene como fin promover que las madres amamanten a sus hijos por un periodo mínimo de seis meses. La campaña que rebozaba de contenido sexista al culpabilizar a las mujeres por no amamantar a sus hijos y mostrar cuerpos femeninos semidesnudos que más que invitar a las mujeres a amamantar a sus hijos, pareciesen imágenes para el mero placer visual masculino, ha sido retirada tras denuncias de grupos feministas. 

No sólo el mismo eslogan ya contenía una carga negativa al responsabilizar completamente a la mujer por la supuesta falta de interés por alimentar a sus hijos con su propia leche, sino también el hecho de que se ilustraba la campaña con imágenes de las actrices Cecilia Galiano, Maribel Guardia, Camila Sodi y a la boxeadora Mariana “La Barby” Juárez con el torso desnudo y tapando sus pechos alejándose por mucho de la diversidad de cuerpos femeninos de nuestro país y la variada manera de vivir la maternidad. En suma el creador de la campaña de lactancia Oscar Ortiz D Pinedo aseveró que la publicidad tiene por objetivo impactar a las mujeres que por rechazo a perder la forma de sus senos, no amamantan a sus hijos y cito de su cuenta de Twitter @oscarortizdp del 15 de mayo: Muchas mujeres por egoísmo ( perder la forma de sus senos) no dan leche materna. No le des la espalda a su salud por conservar tu cuerpo. Ortiz D Pinedo lo reduce a un simplista : “para mujeres egoístas que no quieren perder la figura”, culpabilizando a las mujeres y tachándolas de egoístas. Faltaba más. 

Cuando son las mismas estructuras patriarcales las que las empujan a entrar dentro de los estándares de belleza donde una figura esbelta, de vientre plano y de pechos generosos y firmes para el placer masculino es lo valioso, él mismo lo está haciendo con su campaña. Es muy fácil para una cultura patriarcal hacer que recaiga toda la responsabilidad en las madres y no explorar las verdaderas causas detrás de la disminución de la lactancia materna que son las políticas de trabajo inflexibles , la ausencia de licencias de maternidad integrales, la insuficiente legislación contra la discriminación y las actitudes sociales hostiles hacia los cuerpos de las mujeres que sólo las ven como placer visual masculino Las mujeres no tienen las condiciones adecuadas para alimentar a sus hijos en el trabajo e incluso son reprobadas al hacerlo en el ámbito de lo público. 

El gobierno de Distrito Federal de Miguel Ángel Mancera pretende que las madres alimenten con leche materna por seis meses a sus bebés ¿cuáles serán las políticas a implementarse para que esto se pueda lograr? Hasta el día de hoy son 84 los días que se dan de licencia de maternidad en México por lo tanto habría que generarse una efectiva estrategia para impulsar políticas laborales en que se instauren espacios cómodos en los centros de trabajo para alimentar a los bebés mientras las madren laboran. Esta situación me recuerda a la eurodiputada Licia Ronzulli famosa por llevar a su trabajo desde septiembre de 2010 a su hija con sólo seis semanas de edad. Durante una entrevista Ronzulli dijo que su decisión de traer al bebé en periodo de votación no fue un "gesto político sino materno" que se basa en el hecho de que ella todavía estaba amamantando . 

A principios de esta semana varias organizaciones no gubernamentales se reunieron con autoridades del gobierno del Distrito Federal y de la Secretaría de Salud del DF y concretaron que la segunda etapa de la campaña no saldrá hasta ser revisada y aprobada por INMUJERES-DF y organizaciones feministas y que de igual manera se capacitará a los funcionarios en perspectiva de género. Deseo que estas reuniones sirvan para que la lactancia materna de ser un mensaje, se convierta en una cultura en que no se culpe a las madres de manera individual ni se las cosifique sino que se exploren las condiciones laborales en las que ellas se desenvuelven y se ataquen los puntos flacos pues la lactancia materna también es un ejemplo de hasta qué punto la cultura del trabajo es hostil hacia las madres .

Claves para un análisis feminista de la prostitución



La prostitución como práctica social que consagra la explotación sexual sólo puede ser combatida con más libertad y más igualdad para las mujeres que se ven obligadas a ejercerla y todo ello en el marco de los derechos humanos

 Rosa Cobo Bedia


Madrid, 24 abr. 12. AmecoPress.- La prostitución es un antiguo fenómeno social que ha experimentado cambios muy profundos en los últimos treinta años, relacionados con dos procesos sociales que están transformando el mundo del siglo XXI y estrechamente vinculados a la crisis del contrato sexual. Mujeres en distintas partes del mundo han conseguido derechos y, además, los han ejercido. Por primera vez en la historia, grupos reducidos, pero significativos, de mujeres pueden decir, y dicen, ’no’ a los varones.

Esa primera parte del contrato sexual por el que cada varón se convierte en dueño y señor de una mujer, y cuya expresión social legítima es el matrimonio, ha entrado en crisis, pues ha dejado de ser la única opción para muchas mujeres. Sin embargo, este hecho no debe oscurecer que frente a esta mayor libertad para algunas mujeres, se encuentran otras cuya situación ha empeorado visiblemente. Y con esta afirmación, me estoy refiriendo a la segunda parte del contrato sexual, por la que un reducido grupo de mujeres es asignado a todos los varones y cuya expresión, socialmente reprobable, es la prostitución.
La idea que argumentaré brevemente es que a medida que algunas mujeres pueden desasirse del dominio masculino y conquistan parcelas de individualidad, otras son más intensamente dominadas y explotadas por el sistema patriarcal. Con la globalización neoliberal el rostro de la prostitución ha cambiado decisivamente, pues de ser una realidad social reducida se ha convertido en una gran industria global que moviliza miles de millones de euros anuales.
Para comprender la complejidad de esta práctica social hay que diferenciar dos planos: el intelectual y el ético-normativo. Primero hay que examinar la naturaleza y las causas de este fenómeno social y, en consonancia con ese análisis intelectual, adoptar una posición ético-normativa respecto a su existencia. Si el punto de partida, tras estudiar la prostitución y las causas que la originan, es que esta práctica social es una forma deseable de vida y no puede ser definida como una forma de explotación sexual, entonces la conclusión lógica es legalizar y reglamentar la prostitución. Si, por el contrario, se considera la prostitución una forma inaceptable de vida, resultado del sistema de hegemonía masculina, vinculada a la dominación patriarcal y que vulnera los derechos humanos de las mujeres al convertir su cuerpo en una mercancía y en un objeto para el placer sexual de otros, entonces se concluye la imposibilidad de su legalización.
El punto de partida ético-normativo, que compartimos quienes escribimos en este monográfico, es que la prostitución es una realidad social que debe ser erradicada porque es fuente inagotable de desigualdad y subordinación para las mujeres que la ejercen y para las mujeres en general [1]. Para ello es necesario distinguir el fenómeno social que es la prostitución del colectivo concreto que son las mujeres prostituidas, pues esta distinción nos permitirá criticar esa realidad social y al mismo tiempo establecer elementos de solidaridad con las mujeres que la ejercen. En otros términos, pondremos en tela de juicio la estructura de subordinación y explotación sexual que subyace a la prostitución y, al mismo tiempo, afirmamos nuestra solidaridad con las mujeres prostituidas.
Naturalización de la prostitución
Uno de los argumentos centrales de este debate hace referencia al estereotipo de que la prostitución es el ’oficio más viejo del mundo’. En el imaginario colectivo está profundamente arraigada la idea de que la prostitución es una realidad que está más allá de lo cultural. Todo fenómeno social para que pueda reproducirse a lo largo del tiempo tiene que estar sometido a procesos permanentes de legitimación. La primera legitimación de cualquier fenómeno social se encuentra en su propia facticidad. El hecho de que haya existido durante largos periodos históricos puede sugerir que forma parte de un ’orden natural’ de las cosas imposible de alterar.
Si, además de existir, también ha sobrevivido a intentos de acabar con esa realidad, como, por ejemplo, la legislación prohibicionista, entonces parece que tiene una fuerza que va más allá de lo puramente social. Uno de los subtextos del imaginario de la prostitución sugiere que está profundamente anclada en algún oscuro lugar de la naturaleza humana. Y éste es, desde luego, uno de los problemas que obstaculizan una posición crítica frente a la prostitución: su naturalización, pues con esos argumentos se coloca a esta práctica social en el orden de lo pre-político. En efecto, si el fundamento de esta práctica social está en la naturaleza, entonces difícilmente podrá ser definida como una institución y, por tanto, interpelada socialmente.
La invisibilidad del cliente
La prostitución es una realidad social cada día más compleja debido tanto al aumento creciente de los actores y procesos involucrados alrededor de esta institución como a los significados e implicaciones ideológicas que derivan de su existencia. En efecto, la prostitución hoy es una gran empresa global, vinculada a la economía criminal, y en la que intervienen muchos actores que se benefician de ese negocio: medios de comunicación, empresarios del sexo, agencias de turismo sexual, proxenetas, narcotraficantes o traficantes de mujeres. Sin embargo, los actores principales, en primera instancia, son las mujeres que ejercen la prostitución y los clientes que utilizan los servicios de estas mujeres.
En el imaginario colectivo, sin embargo, la prostitución está asociada a la imagen de la puta. Y, sin embargo, no hay mujer prostituida sin cliente. ¿Por qué el cliente ha sido invisibilizado en el imaginario de la prostitución? La prostitución, sin embargo, no debe ser definida como el oficio más antiguo del mundo sino como la actividad que responde a la demanda más antigua del mundo: la de un hombre que quiere acceder al cuerpo de una mujer y lo logra a cambio de un precio [2]. Lo que queremos hacer notar es que la figura del cliente ha sido silenciada como si fuese un elemento completamente secundario en esta obra de teatro. Y este hecho es un claro indicador de la permisividad social que existe hacia el prostituidor. De ahí la necesidad de mostrar la asociación entre cliente y dominio masculino, pues solo así podrán visibilizarse las relaciones de poder que están en el origen de la prostitución.
Por eso es necesario resignificar el imaginario de la prostitución y poner a los clientes en el lugar que les corresponde. Es necesario señalar que esos varones son algo más que consumidores y la prostitución no es una práctica inocua sino que, como todas las demás, no puede desligarse de las relaciones de poder que estructuran cada sociedad. En sociedades patriarcales en las que los varones tienen una posición dominante difícilmente podría pensarse que la prostitución es una realidad ajena a las relaciones de poder entre los géneros.
En este sentido es necesario retomar la categoría de patriarcado, pues sin la misma perdería sentido la posición ético-normativa que mantenemos sobre la prostitución. Si prescindimos de esta categoría que da nombre a esa compleja estructura social nos quedamos sin las herramientas intelectuales que hacen posible su comprensión. En efecto, la prostitución, como realidad social, solo se hace legible a la luz de esta estructura sistémica que organiza la sociedad asignando recursos y derechos asimétricamente entre hombres y mujeres.
Consentimiento y coacción en las mujeres prostituidas
Un argumento que aparece recurrentemente en la literatura sobre prostitución y que está muy asentado en el imaginario colectivo es el de la legitimidad de la relación entre la mujer prostituida y el prostituidor, siempre y cuando las mujeres elijan libremente esa actividad. Sin embargo, ¿hasta qué punto las mujeres en situación de prostitución, todas ellas pobres y en algunos países, además, inmigrantes, pueden ser definidas como libres a la hora de elegir la prostitución como forma de vida? Con esta pregunta, queremos señalar que la cuestión del consentimiento es una variable fundamental a la hora de adoptar una posición ética sobre la prostitución.
¿Es un contrato libre, y por ello legítimo, el que establece la mujer prostituida y el cliente? La Modernidad se edificó sobre una nueva relación social, la contractual, y la piedra angular de ese edificio fue el consentimiento. La figura del individuo como sujeto político, la configuración de una nueva clase hegemónica, la burguesía, y la propuesta de un nuevo sistema político, la democracia son los elementos centrales del nuevo mundo. Y es ahí donde precisamente adquiere sentido la categoría de consentimiento. La Modernidad no aceptará la instauración de sistemas políticos ni relaciones sociales que no estén basados en un contrato basado en el consentimiento de sus miembros. No podríamos entender la democracia ni el resto de las relaciones sociales, incluido el matrimonio, fuera del contrato. Ese tipo de relación contractual es históricamente nueva y surge como una conquista frente a las relaciones sociales medievales, basadas en relaciones de adscripción.
A fin de comprender las relaciones sociales que se desarrollan entre el varón prostituidor y la mujer prostituida es necesario hacer una reflexión sobre la naturaleza del contrato y sobre la naturaleza del consentimiento.
Rousseau explica que un contrato firmado por dos partes en la que una de ellas está dominada por la necesidad no es un contrato legítimo. Kant también explica que no se puede ser al mismo tiempo cosa y persona, propiedad y propietario. Estos filósofos sugieren que esos contratos podrán ser legales, pero nunca legítimos porque la capacidad de decisión de quien está dominado por la necesidad vicia ese consentimiento. En esa misma línea, en el siglo XIX, Marx lanzaba una mirada crítica a los contratos establecidos entre un burgués y un obrero, entre un empresario y un trabajador, al poner en cuestión los contratos económicos basados en la necesidad absoluta de una de las partes contratantes. Y de esta argumentación se deriva una conclusión que ha estado en el fundamento de todas las teorías críticas de la sociedad: no puede haber libertad de contrato absoluto en sistemas sociales edificados sobre dominaciones. Ya en el siglo XX, Carole Pateman analiza el contrato entre prostituidor y mujer prostituida como carente de legitimidad, pues esa relación se origina en un contrato sexual sobre el que se edifican las sociedades patriarcales.
Nos interesa señalar que la ilimitada libertad de contrato forma parte del núcleo ideológico más duro del liberalismo y la crítica a esa libertad absoluta forma parte de las señas de identidad de los pensamientos críticos. La idea que queremos subrayar es que la libertad y el consentimiento de las mujeres que llegan a la prostitución son reducidos, pues están limitados por la pobreza, la falta de recursos culturales, la escasa autonomía y en muchos casos por el abuso sexual en la infancia. Y para que todo ello adquiera sentido hay que señalar que esas realidades están inscritas en el marco de sociedades patriarcales en las que los varones tienen una posición de hegemonía sobre las mujeres.
Los análisis que intentan justificar la prostitución como un contrato legítimo se apoyan en argumentaciones funcionales al neoliberalismo, para cuya ideología los contratos no deben tener límites. Los autores y autoras que defienden la legitimidad de ese contrato fundamentándolo en la voluntad del individuo, se olvidan que libertad y voluntad no coinciden en muchas ocasiones.
Para concluir, la prostitución como práctica social que consagra la explotación sexual sólo puede ser combatida con más libertad y más igualdad para las mujeres que se ven obligadas a ejercerla y todo ello en el marco de los derechos humanos.
[1] CARRACEDO BULLIDO, ROSARIO, "Feminismo y abolicionismo", en Crítica nº 940 (Madrid), 2006; pp. 37-41. [2] FERNÁNDEZ OLIVER, BLANCA, "La prostitución a debate en España", en Documentación Social, nº 144 (Madrid), 2007; p. 89.
Foto: Archivo AmecoPress. La autora, Rosa Cobo Bedia.
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http://amecopress.net/spip.php?article10975

Convención de Belém do Pará: Veinte años después

Escrito por Sara Lovera y Gloria Analco   

Pachuca, México, mayo (SEMlac).-A 20 años de adoptarse la Convención interamericana de Belém do Pará para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, todavía una de cada tres mujeres en América Latina y El Caribe es víctima de este flagelo.

No obstante, la falta de cifras precisas y evaluaciones confiables --no todos los casos de violencia de género se denuncian o registran como tales-- dificulta elaborar programas efectivos y que se conozca el verdadero tamaño del problema.

Así se reconoció durante la celebración del Foro Hemisférico Belém Do Pará +20, inaugurado en esta ciudad, capital del estado mexicano de Hidalgo, por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.

En el encuentro, celebrado los días 14 y 15 de mayo, participaron panelistas de organismos interamericanos y europeos, así como titulares de instituciones de la mujer de varios países y funcionarios del gobierno de México.

Andrew Morrison, jefe de la Unidad de Género y Diversidad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fue muy explícito cuando dijo que si su exposición hubiera sido en torno a las buenas evaluaciones sobre la violencia contra las mujeres en la región, le hubieran bastado dos minutos.

"Me hubiera gustado hablar de medidas de prevención y sus bondades sobre la base de 58 excelentes evaluaciones, pero puedo asegurar que, si acaso, habrá unas cuatro para América Latina", afirmó.

En el Foro Hemisférico +20 de la "Convención de Belém do Pará", la asesora regional de ONU-Mujeres para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Adriana Quiñones, dijo que la Convención es una promesa por cumplir y apuntó que en la prevención es donde menos se ha avanzado.

En la misma mesa de trabajo sobre "Oportunidades y desafíos en la prevención", Barbara Evelyn Bailey, experta del Comité CEDAW (Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, adoptada en 1979 por la ONU), señaló que el tema medular para abatir las tasas de violencia hacia las mujeres es la educación. Abundó en que son los estereotipos de género los que perpetúan la discriminación.

Consideró importante destacar el esfuerzo realizado por el Comité de la CEDAW para desmontar los estereotipos de género perjudiciales en todos los ámbitos en la vida de las mujeres y llamó a enfocar más la atención en el sistema de educación desde la niñez, como la política más eficaz de prevención.

Bailey añadió que la falta de recursos suficientes para registrar debidamente los actos de violencia en contra de las mujeres ha provocado la carencia de estadísticas oficiales y la consecuente falta de programas, con lo cual el problema ha quedado minimizado frente a la sociedad, que ignora sus verdaderas dimensiones.

Consideró que es sumamente importante hacer visible y punible la violencia contra las mujeres en el continente americano para implementar programas que realmente logren prevenir toda forma de violencia de género.

José Manuel Azpiroz Bravo, director general adjunto de Participación Ciudadana en la subsecretaría de Prevención de la Secretaría de Gobernación, de México, sostuvo que esa dependencia ha implementado un programa focalizado en 99 municipios y 1.200 colonias catalogadas como muy peligrosas.

Allí han introducido la perspectiva de género, contribuyendo a mejorar la situación de las mujeres y las niñas de esos lugares, al poner énfasis en su seguridad, educación y procurar trato de iguales entre hombres y mujeres.

Agregó que ese programa, diseñado con la colaboración de organizaciones de la sociedad civil, académicos, organismos internacionales y la iniciativa privada, contiene cuatro estrategias, entre ellas la prevención.

Se trata, dijo, de recuperar los espacios públicos que están en manos de la delincuencia, crear bibliotecas, talleres, escuelas de tiempo completo, impartir cursos especiales, otorgar créditos a las familias, darles atención esmerada a niños y niñas, jóvenes y mujeres, todo ello con enfoque comunitario y de perspectiva de género, y con un megacentro deportivo en cada municipio y colonia elegidos.

Explicó que los diputados definieron los recursos, se eligieron las demarcaciones y se hizo una intervención focalizada en cada uno de esos lugares, en el entendido de que no puede trabajarse de esa manera en todo el país.

En materia de prevención, Paloma Soria, abogada de Women's Link Wordwide, una organización internacional de derechos humanos, dijo que ningún marco legal servirá para prevenir las violaciones de los derechos humanos de las mujeres si los Estados no ofrecen una respuesta integral al problema.

Hizo ver la gran importancia de una política de prevención, ya que "las consecuencias de los actos de agresión pueden redundar en otras nuevas agresiones" y destacó que si no se buscan verdaderas medidas de prevención, se estaría entonces vulnerando nuevamente los derechos de otras mujeres.

Ejemplificó con el caso de las migrantes: el Estado ya sabe qué ocurre con ellas, entonces tiene que prevenir que otras mujeres se arriesguen a sufrir esos mismos patrones sistemáticos de violencia.

En materia preventiva, dijo Azpiroz, es factible invertir en los lugares donde se ocurren delitos con frecuencia, pero advirtió que "si queremos combatir la violencia, tenemos que invertir en los hombres, educarlos de una manera distinta; que diputados y senadores empiecen a hablar de otros temas que han sido exclusivos de las mujeres", indicó.

"Los políticos tenemos que tomar esos temas de ellas, que esos hombres tengan perspectiva de género y empiecen realmente a cambiar esos paradigmas", insistió.

Morrison, por su parte, informó que actualmente el BID está invirtiendo en evaluaciones de impacto en programas con perspectiva de género que se aplican en varios países de América Latina y adelantó que ONU-Mujeres ha empezado conversaciones con varios gobiernos para trabajar proyectos sobre "ciudades seguras", especialmente en países centroamericanos.

Cada equipo, dijo, contará con expertas en violencia de género para impulsar los programas, centrados en lograr la autonomía económica de las mujeres, que es el principal factor de protección, además de propiciar espacios seguros para mujeres y adolescentes, enfocado en este último caso a la prevención de violaciones en colegios de bachilleres.

Dijo que en estos momentos están evaluando varios programas en El Salvador, Perú y Paraguay, dirigidos a la creación de centros de emergencia para mujeres, servicios especiales de vigilancia de la policía, médicos para atender cualquier emergencia y otros servicios de auxilio, cuyos resultados habrán sido ya evaluados en el próximo mes de septiembre.


“Queremos hacer política con perspectiva de género”



Entrevista con Juana María Santana Hernández, cabeza de lista del partido Iniciativa Feminista, que concurre a las elecciones al Parlamento Europeo del 2014

Gloria López


Madrid, 20 mayo. 14. AmecoPress. Iniciativa Feminista es el único partido político en España focalizado en la participación política de las mujeres y hombres con la visión feminista como prioridad y guía. Se constituyó en 2008 inspirado en el partido homónimo de Suecia. También está representado en Alemania. Concurrió por primera vez a unas elecciones en las europeas del 2009. Su cabeza de lista fue Rosario Carracedo en aquella ocasión y para las de este año 2014 la también abogada Juana María Santana Hernández encabeza la lista.
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¿Por qué votar Iniciativa Feminista el próximo 25 de mayo?
Nosotras defendemos hacer política con perspectiva de género y no políticas específicas de la mujer que además no son vinculantes. Y eso beneficia a toda la sociedad. Lo que sucede ahora es que Europa tiene competencias en materia de Igualdad pero no las ejerce, lo deja en manos de los Estados, que priorizan otras cosas. Los partidos políticos no tienen como prioritarias las vindicaciones feministas, sino que las hacen depender de las posibilidades de su agenda del momento, del interés presupuestario o de sus compromisos electorales con los lobbies de poder. Nosotras proponemos órganos específicos y vinculantes y elevar los derechos humanos a la categoría de globales. La igualdad inclusiva es el más potente factor de desarrollo social y por tanto, el Feminismo abarca a toda la sociedad. Aportamos un plus. El resto de las formaciones, utilizan la perspectiva de género de un modo oportunista y dependiendo del “presupuesto”, mientras que para nosotras es transversal y esencial.

Tú hablas de votar con coherencia y de perder el miedo. ¿A qué tenemos miedo?

A lo nuevo, a lo desconocido, a apostar por lo que realmente queremos. ¿Para que ha servido votar a los de siempre? Hay que abrir el abanico parlamentario a la diversidad. La economía no es una abstracción sino que es consecuencia de muchos factores y sin embargo, se plantea como una verdad absoluta con la que se amenaza a la gente para que no vote distinto a las opciones mayoritarias. Nosotras creemos que hay que votar con coherencia, reflexionar y seguir aquello en lo que crees. Por otro lado, en política no todo es derecha o izquierda. Existen valores que no son tenidos en cuenta a la hora de enfrentarnos a este capitalismo salvaje que nos empobrece. La dignidad humana pasa por un trato digno a otros, no se pueden resolver los conflictos con violencia ni con las armas. La igualdad es un factor de progreso social, no hay nada más progresista. Hay otro modo de hacer política y hay que caminar en pro de una utopía.

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¿Qué significa Europa? ¿Por qué son importantes estas elecciones para las poblaciones en general y para las mujeres en particular?

Los poderes políticos y sobre todo económicos están promoviendo un retroceso de los derechos y libertades a nivel europeo. Y nos ponen la crisis de excusa para todos los recortes. Pero existe otra forma de hacer política y es posible. Para el Feminismo sería un gran logro tener representación política en Europa y llevar esa visión holística de la igualdad que no tienen otros.

En una época de retrocesos en derechos y de manera especial en materia de derechos de las mujeres. ¿Cuáles son las prioridades, los derechos en los que hay que focalizar los esfuerzos?

La violencia machista, pero enfocada como un fenómeno que es resultado de muchas desigualdades estructurales: salarial, laboral, cultural, etc. Nosotras queremos conseguir que el terrorismo machista “deje las armas”, dando una cobertura total a las víctimas y creando una Fiscalía Europea en materia de violencia de género y discriminación. Todos los recortes que se han venido haciendo en salarios, en ayudas a la dependencia, en políticas municipales contra la violencia de género, en políticas sociales en general, en educación o en cultura, y los proyectos de ley retrógrados, atentan contra el progreso de las mujeres en la sociedad y, por ende, contra la sociedad entera, empobreciéndola. No podemos permitir que continúe este sistema de reparto que considera que es un ejemplo de libertad para las mujeres el poder elegir ser prostitutas, mientras considera que no deben existir cuotas de representación femenina en los Consejos de dirección, por poner algún ejemplo.

¿Y el derecho al aborto?

Las trabas que se ponen a que la mujer decida sobre su cuerpo son consecuencia de la corrupción del Estado y la democracia, no solo en España, también en otros países europeos. En España tenemos una ley que, aunque no es perfecta, está funcionando bien, el número de IVE ha bajado, ha sido avalada socialmente y por tanto, no hay que cambiarla. No se pueden recortar derechos por intereses.

Crece la violencia y la discriminación, el machismo, el racismo, en Europa. ¿A qué se debe? ¿Cómo cambiar esa tendencia?

Cambios de tendencia como ese tienen que ver con cambios sociales profundos. Y dicen que son lentos, aunque hay ejemplos de un cambio de Constitución muy rápido. Lo cierto es que no bastan las leyes, tendrían que armonizarse más elementos y sobre todo, tendría que haber un interés más directo, pues medios hay. Nosotras proponemos que la coeducación sea una realidad y la formación especializada de todos los agentes y sectores que intervienen – políticos, jueces, fuerzas de seguridad, profesorado, etc.-. Para Iniciativa Feminista, la igualdad, además, debe ser inclusiva porque, si no, no lo es en absoluto. No podemos pasar de una visión androcéntrica, como ha venido imponiendo el sistema patriarcal vigente, a una mirada exclusivamente violeta. Una mirada de género no puede ser arquetípica o reproducirá los errores contra los que luchamos. Una mirada de género ha de ser tan amplia como lo exija la justicia social.

Estos son los cincos puntos clave de Iniciativa Feminista:

- Conseguir que el terrorismo machista “deje las armas” dando una cobertura total a las víctimas.

- Dotar al profesorado de recursos y formación para conseguir que la coeducación se implante en todos los niveles educativos.

- Que madres y padres tengan iguales permisos de maternidad y paternidad y que estos sean intransferibles.
- Abolir la prostitución.

- Terminar con las clases de religión en los centros educativos, dedicando el gasto que esto supone a implementar clases educación afectivo-sexual en escuelas e institutos que acaben con los embarazos no deseados en adolescentes, los abusos, la homofobia y la imagen del sexo irresponsable.

Foto: archivo Amecopress, cedida por Iniciativa Feminista


México: Un enorme pendiente a 20 años de la Convención de Belém do Pará



Escrito por Sara Lovera y Gloria Analco   

Pachuca, México, mayo (SEMlac).- Dos décadas después de que 32 países del hemisferio americano signaron la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, hay avances y un enorme pendiente: que realmente las mujeres sean libres y que sus derechos humanos sean respetados.

En palabras de Carmen Moreno Toscano, secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres, es "la práctica cultural que concibe a las mujeres como objeto, que sigue pensándonos como entes que pueden emplearse para cualquier fin: lo que abre la puerta al abuso y el asesinato". Hoy el feminicidio está tipificado en México, pero las cifras son dolorosas.

En el estado de Hidalgo, a 90 kilómetros de la capital de México, se realizó el Foro Hemisférico Belém do Pará +20. Durante dos días y en más de 100 intervenciones de panelistas, se escucharon análisis y relatos de acciones, programas y legislaciones. Peo se escuchó también, una y otra vez, una palabra ensordecedora: resistencia.

Resistencia en la sociedad, los jueces, policías, en el magisterio, el personal de salud, el aula, los medios de comunicación, entre líderes y gobernantes, financieros y legisladores. Resistencia para dar a las mujeres un lugar digno y humano.

Belén do Pará, en 1994, fue una piedra de toque para reconocer la violencia contra las mujeres y comprometer a los gobiernos a prevenir, sancionar y erradicar todo acto de violencia y humillación contra las mujeres, una lacra que asesina, en palabras de la costarricense Rebeca Grynspan, secretaria general de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).

Grynspan enfatizó que, en este lapso, aparecieron claramente otras formas asociadas a esa violencia, como la trata con fines de explotación sexual, los asesinatos y la tortura.

Además, diría la exfuncionaria del Consejo Económico para América Latina y el Caribe (Cepal), se pierde productividad, hasta dos por ciento del producto interno bruto en el continente.

Tras reconocer a la Convención como una herramienta fundamental y aplaudir avances significativos --nuevas legislaciones, planes, programas, modelos de atención--, Grynspan dijo que es necesario dar centralidad al empoderamiento de las mujeres, poner en el centro de nuestras naciones y de la democracia, la libertad de las mujeres.

Veinte años después "estamos en el principio. Reconozcamos de nuevo que es inadmisible la persistencia de este flagelo".
Al final del foro, en una declaración general, las representaciones de los países signantes de la Organización de los Estados Americanos (OEA) ratificaron la Convención y, mirando al futuro, pusieron al centro dos tareas para cumplir con la prevención --el más escaso de los avances--: educación y transformación de los medios de comunicación. Dos puntas de una solución.

El Foro Hemisférico Belém do Pará +20 fue organizado por el gobierno local mexicano de Hidalgo y la Comisión Interamericana de Mujeres.

José Miguel Inzulza, secretario general de la OEA, recordó a los gobiernos su obligación de cumplir con todas las partes de la Convención y dijo que la desigualdad entre hombres y mujeres; la violencia, que va de la humillación verbal al asesinato, hacen aparentemente inalcanzable la democracia. "Una democracia solo para la mitad de la población no es democracia", enfatizó.

Beatriz Ramírez Abella, vicepresidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres, planteó uno de los asuntos menos analizados en estas dos décadas: el acoso y la humillación sistemática contra las mujeres en todas sus actividades, no considerado delito grave y cuya dimensión está horadando en la salud mental de millones de americanas.

Una violencia escondida que produce miedo y está legitimando, día a día, la discriminación y exclusión de las mujeres, agregó.

Durante el foro se hizo un recuento de acciones y programas desplegados en cada país y frente de acción, particularmente en el proceso jurídico.

En solo 16 países hay leyes de igualdad y contra la violencia; una creciente denuncia de las afectadas, fiscalías especializadas, planes nacionales, consejos, cientos y miles de personas han recibido información y capacitación, se ha convocado a la reflexión; se han hecho estudios y diagnósticos, encuestas y campañas.

Sin embargo, se reconoce que la prevención no es exitosa y la persistencia del flagelo y la impunidad conspiran sistemáticamente contra esas acciones y las políticas públicas.

La Declaración de Pachuca, signada por delegadas titulares y alternas ante la Comisión Interamericana de la Mujer, compromete a adoptar políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, especialmente para actuar con debida diligencia, trabajar por modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, contrarrestar prejuicios y costumbres.

Ratificaron los acuerdos de la 58 sesión de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, así como el compromiso de invertir recursos para transversalizar la perspectiva de género y trabajar profundamente en la prevención de la violencia, empezando por la escuela, los medios de comunicación y las agencias publicitarias.

También, vigilar que los gobiernos concluyan cambios legislativos para que los medios de comunicación se conviertan en aliados y no en promotores de la violencia y la discriminación femenina.

Firmaron cuatro compromisos específicos: fortalecer el enfoque en la prevención, como una respuesta integral; luchar contra la cultura de la impunidad y la utilización de estereotipos discriminatorios, coordinar las instancias de los gobiernos para asegurar que las acciones cuenten con apoyo político a todos los niveles. Especialmente, contar con recursos financieros y humanos para obtener resultados en el corto, mediano y largo plazos.

La declaración final incluyó la demanda de que los gobiernos rindan cuentas sobre sus acciones y las aceleren, se cumpla y armonice la legislación y se propicie en todos los campos la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres.

El encuentro permitió, además, el intercambio de personas, agencias oficiales y funcionariado de 25 entidades de las 32 de la nación mexicana y 14 países representados.

También la presentación de lo que ahí se llamó programas piloto, que dan cuenta de acciones exitosas, pero en poblaciones reducidas, específicas y limitadas.

Por ejemplo: en México existe un millón 500.000 personas del profesorado de la educación básica a la profesional y no ha sido posible más que capacitar a algunos miles, menos del 25 por ciento. Situaciones similares ocurren en Chile, El Salvador y Honduras.


Feminismo: ¿Hacia Dónde Vamos?

   

CIMACFoto: César Martínez López
OPINIÓN
Alena Pashnova*
Cimacnoticias | México, DF.- 

Nosotros, los seres humanos, tendemos a acostumbrarnos extremadamente rápido a ciertas cosas; especialmente si son benéficas para nosotros. Hacen falta sólo unas semanas, meses, unos pocos años para que empecemos a tomar por hecho algunas comodidades, libertades o derechos que antes eran nuevos e impensables.

Muchas de nosotras automáticamente aceptamos la idea de la igualdad de derechos de mujeres y hombres. Es más, al interiorizarla, compararla con nuestra identidad, forma de pensar y vivir, y nuestro sentido de justicia la asumimos como algo completamente natural. Por ejemplo ¿Qué pensarían si mañana le pidieran a una mujer retirarse de algún establecimiento por usar pantalón? “Ridículo, absurdo e injusto” – sería su reacción. Sin embargo, es difícil creer que el uso de pantalón para mujeres se hizo socialmente aceptable apenas hace 40 años, y que nuestras mamás y abuelas podrían haber vivido esta realidad sin cuestionarla de la misma forma.

La fuerza que nos llevó a cuestionar esta y muchas otras situaciones – pasadas y  presentes – fue impulsada por el movimiento feminista. Fueron ellas quienes lograron una gran revolución, ahorrándonos siglos de reflexiones y discusiones sobre nuestro valor como personas, nuestro papel en la historia y sociedad. Gracias a las ideas feministas el mundo cambió y aprendimos mucho. Ellas dieron los primeros pasos en cuestión de igualdad de derechos, como la oportunidad de votar, estudiar, trabajar, y planear nuestra familia. No obstante, a pesar de que estos primeros derechos básicos todavía no están al alcance de todas y que hace falta muchos pasos más por recorrer, ahora escuchamos de manera insistente que el movimiento feminista es sólo cosa de libros de historia o de radicalismos sin sentido en nuestra actual sociedad “equitativa”.

Este reciente discurso opositor también es un resultado del cambio que introdujo el movimiento feminista. Antes era más sencillo limitarnos públicamente: aprobaban leyes injustas, nos negaban la libertad de decidir sobre nuestro aspecto, nuestro rol en la sociedad, nuestra salud, nuestra familia y pasatiempos. Ahora, después de los triunfos iniciales del feminismo, nadie se atrevería abiertamente a defender la idea de inferioridad de la mujer, fuera de algunas personas acobijadas por el anonimato de internet y ciertos líderes de opinión que incrementan su base de seguidores entre más tajante, unipolar y simplista sea su discurso. El discurso opositor tuvo que cambiar y ocultar su verdadero rostro, pero aún mantienen sus intenciones. Ya no nos dicen que no podemos usar pantalón, pero el uso de falda y/o tacón sigue siendo el uniforme oficial, obligatorio en casi todas las instituciones públicas y privadas. Nos permitieron trabajar pero es comprobado que se nos sigue pagando menos por el mismo trabajo. Nos permitieron practicar deportes y competir en las Olimpiadas, pero ¿Cuántas veces han escuchado que el deporte femenino no es un deporte “verdadero”? y ¿Cuándo fue la última vez que han transmitido algún partido completo de fútbol femenino en un canal estelar?

Queda claro que aún persisten ideas misóginas, menos públicas pero igual de encriptadas en los discursos políticos, el sistema económico, los medios y la sociedad. El argumento opositor visible ahora subsiste en la aparente falta de vigencia y validez del feminismo en nuestra época, ya que considera que se ha logrado la igualdad jurídica. Sin embargo, este argumento falla en reconocer tanto el camino legal aún pendiente, como el verdadero abismo que existe entre el derecho textual y su aplicación diaria. Falla en reconocer la violencia y desigualdad en el contexto sociocultural donde se implementa.

Poco a poco los medios han impulsado este argumento erróneo de igualdad de facto y han logrado desacreditar la continuidad y el mismo término de feminismo, al llevarlo a la burla o radicalizarlo.

Ahora no es raro escuchar mujeres jóvenes que defienden sus derechos pero sienten la necesidad de declarar que no son feministas. Otras mujeres abiertamente dicen odiar el feminismo porque piensan que amenaza su estilo de vida, sin considerar que un mayor número de opciones de cómo desarrollar su vida no significa que deban tomarlas de manera obligatoria.

Ante esta disociación de las mujeres con el feminismo, es evidente que el movimiento necesita revitalizarse, retomar su discurso integrador, reposicionar su imagen en la discusión pública y encontrar nuevas formas y medios de transmitirse. ¿Cómo podríamos lograrlo? Es una pregunta muy difícil y quisiera tener la oportunidad de involucrar a muchas mentes para cohesionar las ideas feministas ante el discurso opositor y los retos cambiantes.

He aquí algunos puntos que me parecen muy importantes para iniciar el proceso de renovación:

•          Las mujeres necesitamos ser solidarias.

Tenemos que recordar que el feminismo es para todas y dejar de creer la mentira de que el feminismo es sólo para algunas. El movimiento de las mujeres es una bandera bajo la cual podemos unirnos para luchar por una verdadera igualdad. En contraste con el sistema machista actual, el cual excluye y segrega, aprendamos a integrar a todas y todos quienes consideran nuestra lucha justa. Sabemos que la desigualdad no sólo causa daño a nosotras, sino a toda la sociedad.

•          Las mujeres necesitamos dejar de competir.

Hay que cambiar el discurso del sistema político e ideológico actual, que nos empuja a competir superficialmente por la atención de los hombres como el único reconocimiento posible, y que nos empuja a competir por los pocos lugares disponibles para mujeres capaces en el mundo laboral. Aprendamos a entender que el éxito de nuestra amiga, vecina, compatriota, y cualquier mujer en el mundo es el nuestro también y que juntas podemos lograr mucho más que compitiendo una contra otra. ¿Para qué competir por las pocas oportunidades de reconocimiento a las que nos han limitado en lugar de cooperar para otorgarnos mayores espacios de reconocimiento?

•          Tenemos que ser políticamente activas.

Debemos dejar de pensar que las cosas se mejoran por sí mismas. Tenemos que ser activistas y no sólo denunciar los mensajes encriptados, sino lograr cambiar los actos injustos. Esto significa que tenemos que hablar sobre lo que creemos con las personas que conocemos en todo momento, recordando que no necesitamos un lenguaje antagónico, sino solidario. Hay que enseñar nuestro mensaje a las niñas, niños y adolecentes, quienes son nuestro futuro. Tenemos que formar partidos políticos, y organizaciones civiles. Tenemos que lograr cambios en la ideología en nuestras familias, empleos, sociedades y países. Es necesario convertirnos en una fuerza que tiene el poder del cambio.

•          Debemos encontrar medios modernos y precisos para difundir nuestro mensaje

Necesitamos ejercer presión para que las ideas de igualdad tengan más difusión y la representación de las mujeres sea no sólo más equitativa, sino certera. Debido a que en la mayoría de los países del mundo los medios de comunicación pertenecen a los hombres, la mínima representación de las mujeres es ideada y escrita por cómo los hombres creen que debemos ser. Las mujeres merecemos más que ser reducidas a objetos sexuales o musas de los hombres.

Es vital ser mostradas como somos: personas dignas y capaces de desarrollarnos de distintas formas, con aspiraciones y potencialidades más allá de los marcos en los que nos limitan actualmente. Para lograrlo, debemos desarrollar medios modernos y alternativos, como el periodismo con visión de género. Hay que luchar por hacer sonar nuestra voz en los medios, creando y protagonizando su contenido.

Seguramente hay muchas ideas más que debemos explorar en conjunto para nutrir esta revitalización. Compartan sus ideas en los foros digitales y reales en su entorno inmediato. Hemos visto que a pesar de acostumbramos muy fácil a lo bueno, lo importante es no permitir que el reconocimiento de los logros iniciales se conviertan en apatía y complacencia a futuro.

* Periodista rusa residente en México.