12/19/2015

Programa Tiempo de Mujeres en CFRU la radio comunitaria de la Universidad de Guelph

Desde cfru 93.3 fm la Radio de la Universidad de Guelph
en Ontario, Canadá
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MUJERES POR LA DEMOCRACIA
Bienvenida al programa de hoy
Noticias de Género en la Red
Género en la mira con
 Daniela Villegas
#Pobrezafilia y basurización de los cuerpos femeninos
las teconologias de la informacion y la comunicacioin, también conocidas como ‪#‎TICs‬, son el conjunto de tecnologías desarrolladas para gestionar información y enviarla de un lugar a otro, y unos de los usos que hacemos de ellas son el internet en los aparatos moviles como celulares , tabletas, etc, lo que nos permite tener la informacion‬ a la mano en cuestion de segundos en millones de aparatos, estas tecnologías de la Información y la Comunicación están presentes en nuestras vidas y la han transformado para bien, pero tambien para mal, porque la violencia ha pasado tambien a estos medios, y muestras de estas violencias son imagenes‬estereotipos‬, mensajes racistas‬,‪ clasistas‬ y ‪‎misoginos‬ en redes contra las mujeres, recientemente hemos visto imagenes de este tipo con el hastag pobrezafilia‬‪ putipobres‬ entre otros, en donde el machismo‬, el clasismo‬ y la‪ misoginia‬ se ha presentado de manera exponencial

Cómo tratan los medios de comunicación la violencia machista
Y siguiendo con tema de los medios de comunicacion, la violencia contra las mujeres se repite por la forma en que somos educados y educadas, de ciertos  patrones de conducta, que a veces no percibimos y una de las formas son los medios de comunicacion, poco equitativos, en donde exponen a la mujer como un objeto consumible, rentable, sin voz propia y como adorno a paisajes donde el hombre es el centro de atencion, lo que algunos denominan Mass Media, modelan y reproducen aquello que social y culturalmente es considerado “adecuado” a través de la representación estereotipada de los roles que históricamente se han adjudicado a hombres y mujeres que no se corresponden con la realidad

Las Sufragistas
Y ya hemos hablado en otros programas sobre las mujeres en el cine, pocos espacios con tantas historias, hay en la cartelera cinematrogafica tenemos una pelicula que deberiamos ver todas y todos, las Sufragistas, hoy Maria Teresa Priego nos habla al respecto, porque la historia es importante porque nos ayuda a entender el por que de lo que sucede y como podemos cambiarlo

Y como hemos ganado nuestros derechos politicos como votar y ser elegidas, claro a traves de la organizacion, de la solidaridad, y una muestra es la Marcha Mundial de las Mujeres un movimiento mundial de acciones feministas que reúne grupos de mujeres y organizaciones que actúan para eliminar las causas que originan la pobreza y la violencia contra las mujeres, luchando contra todas las formas de desigualdad y de discriminación de genero, los valores y las acciones son hacia un cambio político, económico y social, los mismos que se articulan alrededor de la mundialización de las solidaridades, la igualdad entre mujeres, entre mujeres y hombres, y entre los pueblos, el respecto y la valoración de liderazgo de las mujeres y el fortalecimiento de las alianzas entre mujeres y con los otros movimientos sociales

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#Pobrezafilia y basurización de los cuerpos femeninos


Daniela Villegas 
@danyelavillegas

Existen cuerpos designados como abyectos, de esos que pese a todo el derroche de sensualidad se les ha anulado el erotismo por no corresponder a los cánones de belleza eurocéntricos,  blancos, delgados, heteronormativos, de clase media y alta. Aquellos cuerpos que no posan en suntuosas habitaciones, ni en autos deportivos, yates o playas paradisiacas con iluminación de estudio ni ropa de diseñador.

Aquellos que son censurados y considerados vergonzosos socialmente por ser a la mirada normativa, despreciables, abyectos, como lo definiría Julia Kristeva “aquello que perturba la identidad, sistema y orden. Lo que no respeta, bordes, posiciones, reglas”. Esos cuerpos no existen solos como entidades, sino que van de la mano de ciertas escenificaciones, contextos que reafirman su calidad de abyectos, inferiores.

Es el caso de las imágenes que recientemente han venido circulando en las redes sociales, bajo los hashtags de #Pobrezafilia, #Putipobres y #TanRicaYTanPobre, -principalmente de México- en donde mujeres jóvenes de tez morena posan seductoras con escasa ropa en azoteas urbanas, bardas grises en construcción, cerca de un tinaco de agua o antena de televisión, así como patios o habitaciones desordenadas -que se asume son parte de la vivienda de las protagonistas-, ante la lente de terceros, posiblemente pareja sentimental, o bajo el temporizador de su propia cámara haciéndose una selfie.

La imagen de la joven que sonríe a la cámara en traje de baño, ropa interior o atuendos entallados que realzan su figura esbelta, y el escenario de fondo ya sea de habitaciones en “obra negra”, techos de lámina o de camas repletas de ropa, juguetes o peluches se funden en uno solo, siendo así que el cuerpo de la mujer en la imagen adquiere todas las características del escenario. Se convierte en un cuerpo pobre, ante la mirada  principalmente masculina objetivadora y discriminadora, es así que su cuerpo se vuelve algo abyecto, grotesco, como si la misma pobreza fuera algo vergonzoso y degradante en sí misma.

De ser una imagen que en principio podría ser atractiva, sexy y autoafirmativa, -aunque no quiero decir que sea ajena a los mandatos de belleza de delgadez imperante-, sobre todo en aquellas fotografías en que se hace evidente que la protagonista se ha tomado una selfie, se convierte en una imagen abyecta que lejos de constituirse en una acción transgresora de la norma, en que sólo los cuerpos femeninos blancos, eurocéntricos de clase alta, son atractivos, termina siendo juzgada, objetivada y equiparable con aquello desechable. Así que la mujer pasa de sexy a prostituta, a una prostituta pobre como se señala con el hashtag #Putipobres.

En un país como México en el que según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) en 2014 el 46.2% de la población vive en la pobreza y de 2012 a 2013 fueron 3,892 las mujeres asesinadas en el país, concentrándose en el Estado de México el mayor número de feminicidios con mil 767 de 2005 a 2013, de las cuales en su mayoría fueron adolescentes y jóvenes mujeres de estratos económicos bajos, según información del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), la burla y discriminación a los cuerpos de las jóvenes por parte de individuos que suben las imágenes con el hashtag de #Putipobres -sin el permiso de las jóvenes- habla mucho no sólo del clasismo y sexismo imperantes en nuestra sociedad sino también de la relación entre feminicidio y pobreza.

Cuando señalo esta correlación entre feminicidio y pobreza me refiero a que los cuerpos femeninos de bajos recursos considerados abyectos terminan siendo basurizables simbólica y explícitamente. Simbólica cuando se les discrimina y aplica el calificativo de #Putipobres arrebatándoles toda posibilidad de seducción y adjudicándole la etiqueta de prostituta y explícita cuando se le arrebata de la vida a las mujeres generalmente de las características de las jóvenes protagonistas de las fotografías –tez morena, delgada, cabello oscuro y largo-, y su cuerpo es arrojado como si  de un desecho se tratara cerca de terrenos en obra negra o en lotes baldíos, esas mismas escenografías que las convirtieron en cuerpos abyectos, basurizables.

Por lo tanto el que las fotografías de estas jóvenes de bajos recursos circulen en las redes sociales como objeto de burla y vergüenza las termina convirtiendo en prescindibles, desechables, dentro de ésta dinámica clasista y sexista. El mensaje que se está enviando a la sociedad a través de éste fenómeno de la llamada #Pobrezafilia es que las mujeres que viven en las periferias y que son pobres son seres consumibles y desechables y su mismo contexto de pobreza las exime tanto de ser consideradas sexys, como dignas de valía, afianzándose el clasismo y sexismo, lo que a la postre resulta en que puedan ser fácilmente violentadas, es decir, víctimas de feminicidio.

Fuentes

Kristeva, Julia (1988) Poderes de la perversión, México, Siglo XXI.

La violencia de género es la violencia del patriarcado


Entrevista a la profesora cubana Clotilde Proveyer Cervantes

Esclarece aspectos conceptuales clave para entender los basamentos que sostienen este problema social y que es necesario visibilizar para poderlos desmontar y enfrentar

Sara Más
La Habana, 15 dic. 15. AmecoPress.- “La violencia de género tiene género y es masculino, porque se ejerce para legitimar y defender el poder y el dominio patriarcal”, asegura Clotilde Proveyer Cervantes, profesora del Departamento de Sociología de la Facultada de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana y precursora de los estudios sobre esta materia en Cuba.

Personalmente comprometida con los esfuerzos por poner fin a la violencia contra las mujeres, Proveyer Cervantes esclarece aspectos conceptuales clave para entender los basamentos que sostienen este problema social y que es necesario visibilizar para poderlos desmontar y enfrentar.

¿Qué es violencia de género?

Es un término muy usado, que tiene varios conceptos, pero en esencia se trata de una violencia que se ejerce por motivos de género, fundamentalmente sobre las mujeres, pero también sobre todas aquellas personas que no adoptan la normativa heterosexista de la dominación masculina. Es la violencia del patriarcado como sistema de dominación.

¿Hay otros nombres o formas de llamarla?

Violencia sexista, violencia machista, violencia masculina. Se ejerce fundamentalmente contra las mujeres y también contra posturas que se identifican con la construcción cultural femenina. ¿Es la violencia de género, entonces, violencia contra las mujeres? Fundamentalmente sí, y también contra otras personas que, en sus construcciones identitarias, se asocian a la identidad femenina o —en otras palabras— transgreden la masculina.

A veces se afirma, sin conocimientos fundados, que es violencia de género la que reciben algunos hombres por parte de las mujeres. ¿Lo puede aclarar usted?

Se dice, pero no es así. Hay cierta tendencia a confundir conceptos.
No quiere decir que no haya mujeres que ejerzan la violencia contra su pareja. Estadísticas internacionales indican que, en un universo de 100 parejas, cerca del 25 por ciento de la violencia es cruzada; es decir, no hay un sujeto que sea protagonista. El uno por ciento corresponde a mujeres que ejercen la violencia contra los hombres y el resto, aproximadamente 75 por ciento, son hombres que la practican contra las mujeres. Esa es la que se ejerce para legitimar y garantizar el poder masculino.

Para que haya violencia tiene que haber un desequilibrio de poder: una parte empoderada y otra en posición de subordinación.
Pero la dominación y las reglas de género a nivel social son masculinas.
Por otra parte, los estudios indican que la mayoría de las mujeres que ejercen violencia lo hacen, además, como respuesta a una violencia que ellas han recibido. Generalmente, cuando una mujer llega a la violencia, incluso al homicidio, lo hace muchas veces en situaciones límites, como respuesta a una violencia extrema que ella ha recibido, en un momento de vulnerabilidad del otro y de crecimiento en situación límite, en que se juega la vida: es él o ella.

¿Hay conciencia en las personas de cómo funciona el ciclo de la violencia y que se trata de un ciclo peligroso?

No, lamentablemente. La mayoría de las personas no tiene conciencia del ciclo de la violencia, que es una espiral que se va acortando cada vez más.
Aunque las mujeres siempre elaboran una estrategia para sobrevivir, esta no siempre funciona y no deja de ser una estrategia de sobrevivencia ante una situación que te va anulando, que cercena.

En ese ciclo hay momentos en que te anulas como sujeto, te conviertes en un objeto que es propiedad del maltratador. Entonces la mujer pierde su capacidad de reaccionar, de elaborar estrategias, porque pierde su autoestima, se aísla, se siente responsable de todo. Y ese ciclo cada vez se acorta más, se intensifica en una espiral que, cuando se instala en la cotidianidad, hace que la mujer pierda la capacidad de actuar.

Por eso se plantea que, para que una mujer salga del ciclo de la violencia, hace falta que ella tome conciencia de su situación, recupere su autovaloración y tome las riendas de su vida para poderla transformar.

Pero eso no basta; es esencial, pero no suficiente. Hace falta también la intervención de una red de apoyo y ayuda. La sociedad no puede desentenderse de ese problema ni de esas mujeres, porque no es posible salir del ciclo de la violencia sin la ayuda externa. No es una intervención para validar su situación de víctima; es para validar la legitimidad de salir de ese ciclo, de romper con eso.

Foto: SEMLac.

La Marcha Mundial de las Mujeres también en actividades frente a la COP 21


Con la mira en el cambio de sistema

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“Decidimos venir a defender con fuerza la tierra, el territorio y los cuerpos de las mujeres también aquí a París”, dijo la feminista peruana Rosa Guillén, de la Marcha Mundial de las Mujeres, en el marco de las actividades paralelas a la COP 21 de Cambio Climático de la ONU.
“Y a los gobiernos les decimos no a las falsas soluciones, no al fracking, no a los agronegocios para combustibles basados en la agricultura”, agregó, al tiempo que demandó “acuerdos vinculantes para reducir emisiones de carbono y que hayan recursos para la adaptación de las poblaciones a la crisis del clima”.
Radio Mundo Real entrevistó a Rosa al finalizar una de las conferencias de La Vía Campesina el sábado, en lo que fue la Villa de las Alternativas en la zona parisina de Montreuil, que reunió a miles de personas en una gran cantidad de actividades durante todo el fin de semana.
Rosa enfatizó en ese marco a Radio Mundo Real: “queremos que todo el mundo sepa que defendemos a Máxima Acuña frente a Conga, que quiere instalar una mina en su territorio y contaminando el agua de los campesinos”. También “a las compañeras de Arequipa que están luchando contra las empresas mineras que quieren destruir la agricultura, que es alimento para la población”.
Máxima Acuña es una campesina que junto a su familia tiene un predio en Tragadero Grande, en la comunidad campesina de Sorochuco, en la región peruana de Cajamarca, y ha mantenido por varios años un encontronazo legal con Minera Yanacocha, que quiere desalojarla como parte del establecimiento de su proyecto Conga. Pero la campesina resiste en defensa de sus modos de vida, y de las aguas y montañas donde tiene su predio.
Rosa también destacó en este sentido que “como mujeres estamos luchando contra la violencia que se ejerce en los territorios” y es uno de los puntos que han traído para colocar encima de la mesa en París. Recordó que 2015 ha sido el año de la 4ta Acción Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres, con numerosas manifestaciones en diversas partes del mundo. Rosa subrayó uno de los puntos reivindicativos de este año: trabajo digno, contra la informalidad y el trabajo precario que hay en todos los continentes.
La dirigente feminista defendió también la soberanía alimentaria, “porque con la crisis climática se está afectando mucho más la capacidad de producir alimentos y de afrontar la hambruna”, y en esta línea abogó por la pequeña agricultura familiar.
Radio Mundo Real aprovechó la instancia para consultar a Rosa cuáles fueron los principales frutos que dejó para los movimientos sociales peruanos la organización en diciembre de 2014 de la Cumbre de los Pueblos de Lima, la capital del país, paralela a la COP 20 de la ONU sobre Cambio Climático en esa ciudad. La activista señaló que lo más importante fue el fortalecimiento del vínculo de las organizaciones indígenas, campesinas, de mujeres y sindicalistas contra el sistema capitalista y por trabajo digno. “Seguimos luchando ahora para cambiar el sistema y los gobiernos de nuestros países”, cerró.
Imagen: patriagrande.org.ar

Las sufragistas


“Confía en Dios, ella proveerá”: Emmeline Pankhurst (1858-1928).

lasillarota.com





Si la libertad es buena para el hombre, lo es también para la mujer”: John Stuart Mill (1806-1873).

Es una muy bella película Sufragistas  y es –también- un manifiesto político y amoroso. Un trabajo de gratitud hacia las mujeres que nos precedieron. Un trabajo de memoria. Las sufragistas lucharon por el derecho de las mujeres a votar, y lo obtuvieron –tras décadas de confrontaciones- en la mayoría de los países.  Se nos olvida con tanta frecuencia que el derecho femenino a votar y ser votadas no fue una graciosa concesión (nada lo ha sido), sino el resultado de las reflexiones, el activismo y la demanda de grupos organizados de mujeres dispuestas a arriesgarse, a perder mucho, para ganar -¿quién les aseguraba que un día lo lograrían?- mucho. ¿Por qué dieron la batalla? Porque les parecía indispensable. Porque era –para ellas y contra todo- lo justo.

Sufragista detenidaGanar para ellas y para las otras. Lanzarse a la lucha a tientas. ¿Estarían allí para ver los resultados de sus esfuerzos? Ganar para ellas y para las que llegamos después. Esas que llegamos después y que tenemos con ellas una deuda amorosa y una deuda histórica. He escuchado tantos discursos contra los distintos feminismos. Tantos y tan reduccionistas. Se recrean los estereotipos y se olvidan las causas, los procesos históricos.

Sufragista detenida 


Cada vez ante esta caricaturización de los diversos movimientos de mujeres me pregunto: ¿Recuerdan que podríamos no tener derecho a votar? Así de inmenso y de elemental. Lo damos por hecho. Pero las mexicanas obtuvimos nuestro derecho a votar apenas en 1953. Digamos que no fue ayer, pero sí antier. Y todo lo que nos falta por lograr. Para nosotras y para las demás. Por eso me cuesta tanto trabajo entender declaraciones como: “A mí el feminismo no me sirve para nada, ¿cómo qué quieren esas locas?”. Sólo diría: “¿Estás segura? Quizá a ti no, pero, ¿y a decenas de miles de otras mujeres?”.

No estamos solas habitando una isla. “¿Qué quieren esas locas?”. Un país más justo para hombres y mujeres. Incluyente. Para todas/os. Sólo que cada quien elige el lugar específico en donde coloca su granito de arena.  “Sufragistas” es un tramo de la historia – 1912-1913- del movimiento sufragista en Inglaterra. ¿Una cultura muy diferente a la nuestra? Sí. Sorprende cómo las circunstancias de vida de las mujeres y las reivindicaciones son las mismas.
“Pedir libertad para las mujeres no es un crimen. Las prisioneras sufragistas no deben ser tratadas como criminales”

“Pedir libertad para las mujeres no es un crimen. Las prisioneras sufragistas no deben ser tratadas como criminales”


Un Manifiesto político, sin duda, haya sido o no la intención de sus creadoras, pero en ningún momento un panfleto. ¿Cuál es la diferencia? La calidad de los contenidos, la búsqueda estética, la calidad de la actuación, la profundidad, la inteligencia: la belleza. La directora Sarah Gavron y la guionista Abi Morgan tomaron una decisión notable (que es –también- una decisión política): narrar un fragmento de la historia del Movimiento Sufragista, no desde las vidas de las mujeres líderes como la célebre Emmeline Pankhurst (interpretada por Meryl Streep), una mujer de familia acomodada, con acceso a la educación y casada con un hombre liberal que apoyó siempre sus causas, sino narrarla desde la vida de una joven de la clase obrera, esposa y madre.          


El guión se inspira en la vida de Hannah Webster Mitchell (excelente interpretación de Carey Mulligan), y de allí toma sus rumbos, no es su biografía.  Hannah –en la realidad- fue costurera y trabajadora doméstica, casada con un militante socialista que no lograba imaginar los derechos de las mujeres como parte de ese mundo justo y de “amaneceres que cantan” que era la promesa y el sostén de su militancia.  La “Justicia” en masculino. “La “justicia” que cuestiona los privilegios y los abusos de los otros, y no los propios.

Las mujeres toman las calles. Poco a poco. Temerosas, tímidas, trasgresoras, se reúnen.  Conversan.  Finales del siglo XIX principios del siglo XX.  ¿Por qué los hombres votan y ellas no? ¿Por qué los hombres tienen derecho a puestos de elección y ellas no? ¿Por qué el hombre tiene el control de la economía del hogar aún cuando parte del ingreso provenga de la esposa? ¿Por qué la ley estipula que es el padre quien tiene derecho a decidir sobre la vida de los hijos sin que la madre tenga el derecho a participar en las decisiones que se toman?

“Lo que yo haría con las Sufragistas”¿Por qué una madre puede perder a sus hijos si el padre así lo decide?  ¿Por qué una mujer gana mucho menos que un hombre por las mismas horas y la misma calidad de trabajo? ¿Por qué niñas, adolescentes y mujeres tienen que someterse al abuso sexual de un patrón para no perder su trabajo, ese que realizan por un salario ínfimo? ¿Por qué ninguna institución apoya a las mujeres trabajadoras en el cuidado de sus hijos? ¿Por qué la ley excluye a la mitad femenina de la población?

“Lo que yo haría con las Sufragistas”           


“Realmente quisimos enfocarnos en el activismo de las mujeres obreras, eso fue lo que hice", Sarah Gavron. Se estruja el corazón más de una vez: la desgracia expuesta sin sentimentalismos, la solidaridad entre mujeres, la solidaridad de algunos escasos hombres con las mujeres. La precariedad. La reflexión colectiva. La maternidad herida. El abuso sexual evidente y silenciado. La soledad de una lucha que cada vez parece perdida.

La violencia psicológica y física contra las sufragistas. El rechazo. La cárcel. Y esas transformaciones rotundas que lograron: el derecho al voto, la igualdad de derechos del padre y la madre en términos de patria potestad y custodia de los hijos. Despacito, tan despacito: los caminos hacia la igualdad de derechos y de oportunidades.

¿Se vale decir: “no se la pierdan?”. Me imagino que no. Pero si pueden: No se la pierdan. Para pensar en ellas y en nuestras sufragistas mexicanas. Nuestra deuda de memoria y de gratitud. En ellas y en los indispensables derechos para todas/os. Ellas, nosotras, y las que llegan después de nosotras. ¿Acaso una playa no es la suma de cada minúsculo granito de arena?

Cómo tratan los medios de comunicación la violencia machista



En la sociedad actual, cada vez más globalizada y mercantilizada, los medios de comunicación acumulan más poder: entran a diario en nuestras vidas conformando una manera particular de ver el mundo

María Atienza


Madrid, 14 dic. 15. AmecoPress/ElSalmón.- La violencia del hombre contra la mujer no sólo se identifica con el maltrato físico, psicológico o sexual, sino también simbólico. Esta última forma de maltrato, lo podemos ver en la publicidad mostrando a la mujer como madre y ama de casa o como un mero objeto sexual.
Lo que algunos denominan Mass Media, modelan y reproducen aquello que social y culturalmente es considerado “adecuado” a través de la representación estereotipada de los roles que históricamente se han adjudicado a hombres y mujeres que no se corresponden con la realidad.
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Hoy en día se han logrado avances, y la violencia ejercida contra de la mujer ya es visible en estos espacios con mucha más fuerza que antes. Un número cada vez mayor de mujeres se animan a denunciar la violencia en los medios, trasladando lo que para algunos es un “hecho de interés privado” al debate público.
Pese a este incremento de noticias en los medios de comunicación la mayoría de ellas narran episodios trágicos de violencia contra la mujer como son las violaciones, feminicidios, palizas, en tanto que sólo una pequeña parte de la información hace referencia a acciones de prevención de la violencia y solo en espacios de publicidad.
El tratamiento de la violencia de género en los medios no sólo pasa por la difusión en forma de anuncio, sino también por la generación de información que ayude a entender los patrones culturales, machistas y patriarcales, productores y reproductores de la violencia.
En muchos casos, los medios de comunicación utilizan un enfoque que favorece una visión sensacionalista y descontextualizada de la noticia en el que al narrar la violencia de la cual fue víctima la mujer, se limita a describir los detalles escabrosos que acompañaron al hecho.
La desigualdad que existe en el tratamiento informativo entre mujeres y hombres no se puede superar solamente aplicando la perspectiva de género, también es necesario sumar a ella una mirada ética, que permita a las y los periodistas hallar el justo equilibrio entre libertad de expresión y responsabilidad con lo que se dice evitando modelos de mujer que lesionen su dignidad, respetando la identidad y el dolor de la víctima y no confundiendo el morbo con el interés social.
La estrategia de prevención de la violencia, establecida a través de los medios, no se debería concentrar tan solo en la denuncia. También son necesarios otro tipo de mensajes que permitan a las posibles víctimas identificar qué hacer para salir del círculo de violencia en el que se encuentran.
Pese a la existencia de un marco normativo internacional y nacional para la eliminación de todas las formas de violencia contra la mujer, todavía quedan muchos retos para lograrlo.
El pasado 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se inició una Campaña de 16 días de activismo que ha durado hasta hoy, 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, en el que se han impulsado acciones para poner fin a la violencia de género contra las mujeres y las niñas en todo el mundo.
Esta Campaña es un claro ejemplo de que los medios de comunicación también posibilitan herramientas que nos permiten acercar realidades, eliminar barreras y trabajar conjuntamente para el logro de un objetivo como el fin de la violencia de género.
Puedes ver las acciones que se han hecho a nivel internacional en el siguiente enlace: http://www.un.org/es/women/endviolence/
Foto: El Salmón.

La ONU no investigó abusos sexuales de misión de paz en África

La ONU no respondió de manera apropiada a las denuncias de abusos sexuales por parte de su misión de paz en República Centroafricana, según una comisión investigadora. Crédito: ONU/Albert González Farran.

 

La ONU no respondió de manera apropiada a las denuncias de abusos sexuales por parte de su misión de paz en República Centroafricana, según una comisión investigadora. Crédito: ONU/Albert González Farran.

NACIONES UNIDAS, 18 dic 2015 (IPS) - La Organización de las Naciones Unidas (ONU) no actuó de manera adecuada ante los casos de violencia sexual cometidos por sus fuerzas de paz en República Centroafricana, según un informe del propio foro mundial.
El Examen independiente sobre la explotación sexual y el abuso de las fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz en República Centroafricana, encargado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reveló considerables fallas en su respuesta a las denuncias de abuso sexual en el país asolado por el conflicto armado.
“La información sobre las acusaciones se pasó de escritorio a escritorio, de bandeja de entrada a bandeja de entrada, por numerosas oficinas de la ONU, y nadie estaba dispuesto a asumir la responsabilidad para abordar las graves violaciones a los derechos humanos": Comisión investigadora.

“El informe indica una (Organización de las) Naciones Unidas que no respondió de manera significativa cuando tuvo ante sí la información sobre crímenes condenables contra niños vulnerables”, declaró Ban el jueves 17, al recibir la investigación.
“Expreso mi profundo pesar de que estos niños hayan sido traicionados por la misma gente que se envió a protegerlos”, añadió.
En 2014 surgieron acusaciones contra las fuerzas internacionales que prestan servicio en la misión de paz de la ONU en República Centroafricana (Minusca) por abusos ​​sexuales a niñas y niños del campamento de desplazados M’Poko, a cambio de comida o dinero.
Aunque los presuntos responsables, en gran medida de una fuerza militar francesa conocida como las fuerzas sangaris, no estaban al mando de la ONU, el informe revela que el foro mundial no investigó a fondo ni denunció los casos.
Por ejemplo, la sección de Derechos Humanos y Justicia de Minusca no llevó a cabo un examen a fondo de las acusaciones ni avisó al Alto Comisionado para los Derechos Humanos o al gobierno francés sobre los casos.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y personal de derechos humanos de la ONU en el país africano tampoco se aseguraron de que las niñas y niños afectados recibieran la atención médica adecuada y no protegieron a otras posibles víctimas.
“En cambio, la información sobre las acusaciones se pasó de escritorio a escritorio, de bandeja  de entrada a bandeja de entrada, por numerosas oficinas de la ONU, y nadie estaba dispuesto a asumir la responsabilidad para abordar las graves violaciones a los derechos humanos”, según el informe.
La investigación, realizada por una comisión presidida por la exjueza de la Corte Suprema de Canadá, Marie Deschamps, también concluyó que numerosos funcionarios de la ONU no actuaron cuando se les brindó información sobre las acusaciones.
Entre los funcionarios aludidos se encuentra el ex representante especial del secretario general ante Minusca, Babacar Gaye, quien renunció en agosto de 2015 a petición de Ban, y la ex representante especial para los niños en conflictos armados, Leila Zerrougui.
En sus comentarios sobre el informe, tanto Gaye como Zerrougui negaron haber recibido información verificada, así como que su respuesta a los casos haya sido insuficiente.
“Si la representante especial para los niños en conflictos armados hubiera recibido información verificada sobre las violaciones a través de los canales formales apropiados, o si hubiera sido alertada por entidad alguna que se estaban produciendo violaciones en algún momento del período de intervención, le habría avisado al Grupo de Trabajo de Campo y a las autoridades francesas para analizar las opciones”, afirmó Zerrougui.
Para recuperar la confianza de las víctimas, las poblaciones locales y la comunidad internacional, la ONU y los países que aportan fuerzas de paz deben tomar medidas inmediatas, recomendó la comisión investigadora.

Una de esas medidas es el reconocimiento de que la explotación sexual y el abuso por parte de las fuerzas de paz, ya sea que estén o no al mando de la ONU, deben tratarse como una grave violación de derechos humanos que puede exigir el proceso penal.
Entre otras recomendaciones, la comisión también pidió la creación de una unidad de coordinación en la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos para que supervise, denuncie y haga un seguimiento de las denuncias de abuso sexual, así como una política de notificación obligatoria e inmediata.
La comisión también sugirió la creación de un fondo fiduciario para prestar servicios especializados a las víctimas de la violencia sexual derivada de los conflictos armados, y la negociación con los países que aportan contingentes para que investiguen los antecedentes de sus soldados y procesen los delitos de violencia sexual.
Si bien aceptó las conclusiones del informe, el secretario general de la ONU declaró que tiene la intención de actuar “sin demora” para abordar los problemas sistémicos, la fragmentación y otras cuestiones relativas a los abusos sexuales cometidos por las fuerzas de paz.
“A las víctimas no les importa el color del casco o del uniforme que usan aquellos que vienen a protegerlos”, destacó Ban.
“La explotación sexual y el abuso de poder no tienen lugar en las Naciones Unidas o en el mundo de la dignidad de todo aquello que intentamos”, concluyó.
Desde principios de la década de 1990, se registraron casos de abusos sexuales cometidos por las fuerzas de paz de la ONU en todo el mundo, desde Haití hasta Camboya, pasando por Kosovo.
Aunque el secretario general adoptó una política de tolerancia cero en 2003, y esta se reiteró en 2015, la misma tuvo poco efecto.
Solo en 2014 hubo 79 casos de explotación y abuso sexual, 51 de los cuales correspondieron a misiones de paz y misiones políticas especiales.
Teniendo en cuenta las fallas concernientes a la investigación y la denuncia de estos casos, la comisión investigadora señala que es probable que su incidencia sea muy superior a los que se denuncian.
Traducido por Álvaro Queiruga 

México: Cien mujeres asesinadas por mes con armas de fuego


Así lo revela el Observatorio Nacional de Violencia Armada y Género (OVAG)

 Soledad Jarquín Edgar

México. D.F. 14 dic. 15. AmecoPress/SEMlac.- Cien mujeres por mes fueron asesinadas en México entre 2011 y 2013 con armas de fuego, lapso en el que se cometieron 8,3 millones de delitos contra mujeres con cualquier tipo de armas, en el 63 por ciento se utilizó un arma de fuego.
Así lo revela el Observatorio Nacional de Violencia Armada y Género (OVAG), en su informe "Mujeres víctimas de violencia armada y presencia de armas de fuego en México. Resultados a nivel nacional y estatal 2011-2013", en el que también se informa que las mujeres representan 37 por ciento del total de las víctimas de los delitos cometidos con cualquier tipo de armas y 36 por ciento de las víctimas de delitos con armas de fuego.

El informe señala que América Latina es la región del mundo donde más se utilizan las armas de fuego para cometer homicidios: 66 por ciento se comete con ellas; en África y Asia, 28 por ciento; en Europa, 13 por ciento y en Oceanía, 10 por ciento.
El promedio global es de 41 por ciento. En México, estos delitos se cometieron apenas dos puntos porcentuales menos que lo reportado en América Latina, con 64 por ciento, y son los varones las principales víctimas mortales, situación que invisibiliza a las víctimas femeninas de este tipo de violencia, refiere el informe.
El amplio informe elaborado por Paulina Arriaga Carrasco, Maura Luz de Jesús Roldán Álvarez y Vania Ariadna Ruiz Mendoza, y publicado por (Des) Arma México, Colectivo de Análisis de Seguridad con Democracia y el Instituto Nacional de Desarrollo Social, apunta que en el país las mujeres víctimas de la violencia armada, en el mismo lapso, ascendió a 3.764.
Sin embargo, indica el documento, el hecho de que la mayoría de las víctimas sean hombres ha llevado a minimizar las consecuencias que tiene la violencia armada en la vida de las mujeres, que suelen ser en menor medida usuarias de armas, pero eleva la probabilidad de ser atacadas por sus parejas o en sus casas. Además, ellas suelen ser víctimas indirectas al padecer la pérdida de parejas, hijos, amigos y familiares hombres por causa de las armas.
Mientras un estudio de Río de Janeiro reveló que, en los homicidios e intentos de homicidios de mujeres con armas de fuego, más de la mitad de las víctimas conocía al agresor; en México existe un subregistro, consideran las autoras al señalar que solo se reportaron 77 homicidios cometidos con arma de fuego, catalogados como violencia familiar, es decir, el dos por ciento de los 3.764 asesinatos contra mujeres.
Por otra parte, según los resultados ofrecidos por el OVAG, 19 por ciento de los homicidios de mujeres con armas de fuego se cometieron en la vivienda de la víctima; esto contrasta con siete por ciento en el caso de los hombres.
Pese a que los "hogares no es el lugar donde más comúnmente se mata con armas a la población femenina en México", la tendencia mundial es que las mujeres están más inseguras en sus propias casas que los hombres, aunado a que las armas en casa aumenta tres veces las posibilidades de que la mujer sea asesinada y en las regiones con altos niveles de tenencia de armas hay más probabilidades de que la violencia contra mujeres se vuelva letal.
Los datos del OVAG revelan que entre 2011 y 2013, 81 por ciento de los homicidios de mujeres con armas de fuego ocurrió fuera de la casa. La violencia armada es un problema complejo, en el cual es cada vez más difícil diferenciar, con límites claros, las motivaciones que tienen quienes la ejercen: "los límites entre violencia política, criminal, perpetrada por cónyuges o de género, son cada vez menos nítidas, como lo revelan los casos de Irak, México, y Somalia".
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), una de las fuentes consultadas por la OVAG, más de 18 millones de mujeres vivieron algún incidente violento por parte de sus ex parejas y si se le suma la presencia de armas de fuego, esos incidentes pueden convertirse en letales o se puede exacerbar el ambiente de amenazas e intimidación.
La calle cada vez más peligrosa
Entre 1985 y 2010 se observa un aumento de asesinatos de mujeres en la calle y en 1995, por primera vez, los casos de homicidios de mujeres en la vía pública superaron a aquellos cometidos en los hogares.
De esta forma, sostienen las investigadoras, las mujeres padecen una doble violencia, en sus hogares y en el espacio público, la cual está ligada a la violencia social generalizada. Pero concluyen que la violencia contra mujeres es un fenómeno estructural y responde en menor medida a la coyuntura.
Las cifras
Los principales resultados de los homicidios de mujeres en México, entre 2011 y 2013, son:
- La edad promedio de las víctimas mujeres a nivel nacional (de homicidios cometidos con arma de fuego) fue de 33,6 años.
- Cuatro de los cinco estados con más homicidios de mujeres (cometido por cualquier medio) son los que tienen más homicidios de mujeres por arma de fuego en este periodo: Chihuahua, Estado de México, Guerrero y ?Nuevo León.
- Las dos últimas coincidencias apuntan a que los homicidios de mujeres con armas de fuego no son un hecho aislado o ajeno a otras lógicas de violencia, ya sea las perpetradas por otro medio que no sea un arma de fuego, o hacia hombres.
- Las cinco entidades con mayor tasa de homicidios por arma de fuego de mujeres son: Chihuahua, Guerrero, Coahuila, Nuevo León y Sinaloa. Once entidades del país tienen una tasa superior a la nacional (2,1). El Estado de México, aunque destaca al observar los números absolutos, tiene una tasa por debajo de la nacional (1,9).
- Se cometieron 716 homicidios de mujeres en vivienda con un promedio nacional de 22,3. Están por encima de la media nacional 13 entidades, ocupando los primeros tres lugares el Estado de México, Guerrero y Chihuahua.
- Las 3 entidades con mayor número de homicidios de mujeres con violencia familiar cometidos con arma de fuego son: Estado de México, Chihuahua y Puebla.
Foto: Archivo AmecoPress.