12/22/2018

“La verdad no se puede ocultar por siempre”: mujeres de Atenco ante CoIDH


Recuperan su derecho a tomar la palabra, a nombrarse 


Bárbara Italia, víctima de violencia sexual durante su declaración en la sala de juicios orales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH). Imagen retomada del twitter de la CoIDH
Por: Anayeli García Martínez, enviada
Cimacnoticias | San José, CR .- 21/12/2018
Después de dos días en la sala de juicios orales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), el balance de las once mexicanas que acudieron a denunciar la tortura sexual por parte de policías municipales, estatales y federales es positivo porque lograron evidenciar que la verdad no se puede ocultar por siempre.
Las heridas emocionales ocasionadas hace más de once años siguen presentes pero se han transformado en fuerza. Así lo demuestran sus voces contundentes, sus movimientos certeros y los ademanes que hacen las once sobrevivientes de los operativos policiacos del 3 y 4 de mayo de 2006 en los municipios mexiquenses de Texcoco y San Salvador Atenco, en el Estado de México.
Finalizada la audiencia pública que se realizó los días 16 y 17 de noviembre en la sede de la Corte Interamericana, en San José, capital de Costa Rica, las mujeres decidieron hacer un paréntesis para hablar con los medios mexicanos sobre sus primeras impresiones tras escuchar las preguntas e inquietudes de jueces y de los funcionarios de las Secretarías de Relaciones Exteriores (SRE) y de Gobernación (Segob).  
Cinco de las denunciantes, conocidas como las “mujeres de Atenco”, charlaron con Cimacnoticias. En una entrevista colectiva María Patricia Romero Hernández, Bárbara Italia Méndez Moreno, Angélica Patricia Torres, Cristina Sánchez Hernández y Yolanda Muñoz Diosdada hicieron una evaluación positiva y esperanzadora de lo ocurrido durante los dos días en la Corte Interamericana.  
Durante la primera jornada Angélica Patricia, Bárbara Italia, Norma Aidé Jiménez Osorio, Claudia Hernández Martínez, y Suhelen Gabriela Cuevas Jaramillo presentaron su testimonio. Fueron interrogadas por su defensa, por los representantes del Estado mexicano y por la juez y los jueces de la CoIDH, encargados de juzgar las presuntas violaciones a Derechos Humanos.
En el segundo día de trabajo la delegación mexicana, encabezada por el subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE, Miguel Ruiz Cabañas Izquierdo, y la defensa de las mujeres, integrada por las abogadas de los Centros de Derechos Humanos: Miguel Agustín Pro Juárez y por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), presentaron sus alegatos.  
RETÓRICA DE LA IMPUNIDAD
Las mujeres recuperaron su derecho a tomar la palabra. Así lo sienten y así lo dicen. Aunque sólo cinco estuvieron en el estrado de la Corte Interamericana todas se sintieron identificadas en cada testimonio porque prácticamente vivieron las mismas vejaciones e insultos por parte de los cuerpos policiacos de la Policía Federal Preventiva y de la Agencia de Seguridad del Estado de México.

- Anayeli García Martínez (AGM): “¿Cuál es el balance después de escuchar las preguntas y los argumentos del Estado mexicano?”. 
- María Cristina (MC): Los comentarios del Estado pues, sí, sabemos que quieren balconear, pero nunca ofrecieron, nunca nos dieron un apoyo y no sé de dónde sacan eso.
- Yolanda (Y): Yo creo que fue una estrategia del Estado porque ahorita quiere argumentar que ha hecho algo bien y eso es falso. En tiempo se pasaron años y hemos visto que no hubo justicia ni un seguimiento para crear un sistema de justicia bien que pudiese ser beneficioso para nosotras, realmente conforme a la ley.
- Patricia (P): Es una disculpa tardía porque ya han pasado once años. Ellos decían que teníamos derecho a una indemnización, a que nuestros hijos tuvieran becas, hablaron de derecho a tener casa habitación y a muchas facilidades. (Pero) A once años estamos esperando que pudieran resolver el castigo de todas esas personas que incurrieron en la desgracia.
- Angélica Patricia (AP): Para mí fue bueno llegar hasta esta instancia que es la Corte Interamericana. Vimos ahorita a los representantes del Estado mexicano como niños reprobados, no traían nada preparado. Las cifras estaban mal hechas. El representante del Estado decía que había 45 mil habitantes (que radicaban en la zona). No es lo mismo que decir cuántas personas había ese día, o sea, las cifras, todo mal.
“Todo mal como su posición ahorita. Querían seguir tapando el sol con un dedo, no estaban siquiera claros ni por dónde iban, no tenían conocimiento del caso, creo que muy mal por parte de ellos. La verdad no se puede esconder. Se vio claro como no pudieron esconder la verdad. A once años no han hecho absolutamente nada”.
- Bárbara Italia (BI): Voy a retomar la frase hermosa que encuadró muy bien la experiencia de hoy, de las declaraciones del Estado, que dijo Araceli Olivos, la representante de nosotras: Estamos escuchando y estamos de frente a la retórica de la impunidad. Y es precisamente eso que ha intentado el Estado mexicano, imponernos la impunidad.
“Me parece muy positiva la audiencia de hoy. Ha sido realmente un espacio reparador en el que nosotras nos hemos podido encontrar, las once. Hablar en voz alta, nombrarnos, decir nuestro nombre, y en un ambiente de igualdad de condiciones con el Estado, y frente a jueces que estaban en la mejor disposición de escuchar la verdad, de escuchar a las mujeres”.

ONCE AÑOS DE “EMPUJAR LA VERDAD”
Las sobrevivientes han invertido once años “en empujar la verdad y la dignidad” frente a funcionarios que en un primer momento las calificaron de mentirosas y que hoy dicen no poner en duda lo que les sucedió.
Como muestra, en esta ocasión el embajador Ruiz Cabañas Izquierdo recordó que en la audiencia que se realizó el 14 de marzo de 2013 en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Washington, el Estado reconoció su responsabilidad y pidió una disculpa pública.
En la comparecencia de hace cuatro años ante la CIDH, órgano que remitió el caso a la Corte Interamericana, Lía Limón, subsecretaria de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Segob, y Juan Manuel Gómez-Robledo, entonces subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE, ofrecieron una solución amistosa que fue rechazada por las víctimas.
Después de un largo proceso que comenzó en abril de 2008 cuando las once mujeres enviaron su caso al Sistema Interamericano, se les preguntó:
- AGM: ¿Esta audiencia, la última sesión oral, se acerca a la justicia?
- C: Hay algo cerca. Esperemos que los jueces nos escuchen y nos den prioridad. Creo que se ha luchado muchísimo. Entonces ¿qué se persigue? Ante todo que se haga justicia y que se diga la verdad, por eso estamos aquí. Creo que este es el mejor camino porque tenemos un gran grupo de abogados y una Corte de las mejores, es la mejor.
- AP: Es solamente como un pasito, todavía falta mucho.
- BI: Creo que es indispensable y se requiere una sentencia que vaya en el sentido de las peticiones que hemos hecho hoy a la Corte. Que la Corte determine que el Estado tiene que investigar, juzgar y sancionar a los responsables materiales e intelectuales. Creemos que si no tenemos ese elemento particular en la sentencia, estos hechos van a quedar impunes. Once años de impunidad en México nos dan la razón.
Bárbara Italia, una de las cinco mujeres que declararon, insiste en que es necesario que el alto tribunal se pronuncie por una investigación que abarque todos los niveles de responsabilidad y que no se quede solamente en la reparación del daño material. Contundente, afirmó que no aceptarán un monto económico a cambio de la justicia. 
En la jornada del día 17 de noviembre, el embajador Ruiz Cabañas Izquierdo señaló que el Estado ya ha ofrecido medidas de reparación del daño pero pidió al pleno considerar que se requiere de la “cooperación de ambas partes” toda vez que las mujeres se han negado a participar en el diseño de las mismas. Por su parte, las sobrevivientes de tortura sexual y su defensa legal, argumentaron que la medida más sustantiva de la reparación del daño es una investigación seria. 
No obstante el Estado mexicano consideró que no podía sancionar a ningún mando. Su principal argumento es que la investigación que realizó la Suprema Corte de Justicia de la Nación en 2009, determinó que no había elementos para señalar la responsabilidad de la cadena de mando y que de hacerlo se estarían violando los Derechos Humanos de los jefes policiacos.
- AGM: ¿Qué opinan de que el Estado ya tenga un paquete de reparaciones y diga que no es posible investigar a quienes ordenaron el operativo?
- BI: El Estado mexicano, desde un poco antes de que se emitiera el informe de fondo, ya tenía su paquete de reparaciones. La vía que estaba buscando era la solución amistosa (mecanismo en la CIDH para evitar que un caso llegue a la Corte). El Estado mexicano tiene años intentando meter un paquete reparatorio que no tiene absolutamente nada que ver con la verdad.
El Estado podrá, en su retórica, seguir insistiendo en que hay medidas de reparación pero no son las que nos reparan a nosotras, son las que para ellos se apegan a esta lógica de pretender no investigar e irse con otras medidas individuales que, por supuesto son importantes, pero que no son vitales para nosotras. En esa lógica, el Estado seguirá diciendo misa pero nosotras no quitamos el dedo del renglón.
- AP: Una cosa es que quieran y otra cosa que se dé. Lo han intentado desde hace mucho. ¿Una solución amistosa? ¿De cuántos muertos que ha habido en México, de cuántas personas por políticas impunes? No puede haber solución amistosa. Ahorita ya no. Ya estamos en la Corte, la sentencia de la Corte será lo que se tendrá que llevar, eso no es negociable ya.

ROMPIENDO EL SILENCIO

La mañana del 16 de noviembre, las mujeres presentaron sus testimonios. Señalaron los daños psicológicos y familiares de la tortura sexual. Por ello, y pensando en lo que viven otras mujeres, pidieron que la Corte Interamericana considere en su sentencia que una de las medidas de reparación del daño sea la creación de un Centro de documentación y acompañamiento a mujeres sobrevivientes de tortura sexual.
Hicieron esta propuesta porque en su travesía por las instituciones mexicanas, la cual han sobrellevado arropadas por la sociedad civil, han conocido a más mujeres víctimas de tortura sexual. De ahí que el Centro que proponen tiene dos objetivos: dar acompañamiento a mujeres y sus familias desde un enfoque psicosocial y con una perspectiva de Derechos Humanos; y, documentar para comprobar cómo las fuerzas de seguridad ejercen la tortura sexual en todo el país.
- AGM: Algunos jueces preguntaron por qué afirman que la tortura es una práctica generalizada en México ¿por qué hacen esta afirmación?
- P: En todos los movimientos que ha habido, como fue Oaxaca y algunos otros, casi siempre se ve el mismo abuso de la fuerza, el abuso de las mujeres. Casi siempre que veo las noticias veo el abuso y no nada más es en México, es en diferentes países. Lo vimos en España, en Barcelona. Esa parte es la muestra de que es general. 
- BI: Cuando nosotras salimos (en 2006) se hablaba de violación y nosotras intentamos hacer una distinción sobre el uso político de la violación, como estrategia de control social. A ti te pueden violar en el microbús, te pueden violar saliendo de una fiesta y, sí, hay elementos de dominación pero es distinto. Hay una vulnerabilidad contra las mujeres muy específica cuando estas en custodia de agentes del Estado, eso por supuesto se configura en tortura sexual.
“Nosotras quisimos enfocar ese elemento y esa dimensión de la violencia contra las mujeres y cómo se tortura a las mujeres de una manera diferenciada que a los hombres. A las mujeres nos violan casi sí o sí, bajo contexto de detención. En otros periodos de la historia nos violaban pero no se miraba ni se daban pistas que tenía un elemento fuertemente político, de dominación de la sociedad y hacia los movimientos”.
Para Patricia, Angélica Patricia, Bárbara Italia, Yolanda y Cristina junto con Mariana Selvas Gómez, Georgina Edith Rosales Gutiérrez, Norma Aidé Jiménez Osorio, Claudia Hernández Martínez, Ana María Velasco Rodríguez y Suhelen Gabriela Cuevas Jaramillo, es claro que la tortura sexual es una herramienta del Estado y por eso seguirán luchando para que se deje de usar. 
Ahora llegaron a la última instancia facultada para juzgar violaciones a Derechos Humanos en el continente, y por eso esperan que una vez concluida la audiencia, los jueces Humberto Antonio Sierra Porto, Roberto F. Caldas, Eduardo Vio Grossi, Eugenio Raúl Zaffaroni, Patricio Pazmiño Freire y la jueza, Elizabeth Odio Benito, emitan una sentencia a su favor aunque la tortura sea irreparable.
Con la próxima resolución, que se espera para 2018, México podría sumar tres condenas de la Corte Interamericana por casos de tortura sexual contra mujeres. Las dos sentencias previas fueron emitidas en 2010 cuando el organismo encontró responsable al Estado mexicano por la tortura sexual de las indígenas tlapanecas Inés Fernández Ortega y Valentina Rosendo Cantú, agredidas por militares en 2002, en el estado de Guerrero.

No es una lista más de buenos deseos feministas para año nuevo


   Lenguantes


Los últimos dos años, como parte de la labor que desempeño en Fondo Semillas, tuve la oportunidad de conocer y acompañar, junto al hermoso equipo del Área de Programas de dicha organización feminista, a más de 100 organizaciones de mujeres en todo el país. Los aprendizajes son incontables y mi agradecimiento a cada una de las mujeres guerreras que conocí es infinito.
Parto de dicha experiencia para formular algunas propuestas de intenciones y propósitos que como activistas y como parte de colectividades diversas podemos conversar, con la intención de cocrear condiciones más sanas, sostenibles y felices de realizar nuestro trabajo, nuestro activismo.
P.D. Son seis intenciones y no doce porque valen por dos cada una y porque no cabían todos en esta entrega.
  1. Autoreconocimiento y reconocimiento de las otras. Un elemento preocupantemente constante que he visto entre las activistas y las organizaciones de mujeres, es el trabajo que nos cuesta reconocer la chamba tan importante que hacemos. No reconocernos implica no valorarnos y por ende no cuidarnos. Y aunque parezca cliché, aquí también aplica el “ámate primero”, pues de otra manera será difícil aprender a reconocer, agradecer y apreciar el trabajo de las otras. Reconocer lo que hacemos, también nos dota de herramientas saludables para construir nuestras propias formas de hacer activismo, por ejemplo: definir nuestros límites y aprender a respetar los de las demás.
  2. Trabajo interno personal/colectivo. Solemos darle mayor valor al activismo que realizamos hacia afuera y para las demás, que al cuidado de nosotras mismas y al interior de nuestras colectividades. Sin embargo, la ausencia de este trabajo interno, con el tiempo va mermando nuestros vínculos y nuestros activismos, además nos coloca en escenarios de riesgo que atentan contra nuestra salud en todas sus dimensiones: física, mental, emocional. Aunque no lo queremos decir mucho, nos hemos construido un estereotipo de ser activista y feminista que nos vemos constantemente presionadas a cumplir, que irónicamente reproduce los roles tradicionales asignados a las mujeres: hacer por los demás a costa de nosotras mismas. La propuesta es  empezar a mirar el trabajo al interior de nuestras colectividades como una tarea indispensable, comprometida y profundamente política.
  3. Construir confianzas entre nosotras. Diversos elementos influyen en la sobrecarga de trabajo que generalmente tenemos como activistas, uno de ellos he notado que viene de la desconfianza en las otras que nos rodean. Es difícil pero hay que aceptar que a veces nos da por pensar o actuar como si creyéramos que solo nosotras podemos y tenemos que resolver algo y desconfiamos de la capacidad de las otras para hacerlo, entonces terminamos por acaparar las tareas o fiscalizando la tarea de las demás. Otro ejemplo de la falta de confianza que solemos fomentar en nuestras colectividades es el obstaculizar o no trabajar los relevos generacionales. Negar la posibilidad de que otras personas, personas jóvenes, tomen en sus propias manos tareas que hemos creído que solo podemos hacer bien nosotras, no confiar en nuestras compañeras para hacerlo, es atentar contra la sostenibilidad de la colectividad y contra la salud propia.
  4. Planeación y miradas a largo plazo. El contexto en el que vivimos, las dinámicas de los financiamientos, la condición de precarización en la que generalmente vivimos las activistas nos ha hecho aprender a actuar para resolver lo urgente. Programamos actividades para el año que viene, a veces logramos hacer un plan a dos o tres años, pero esto no está siendo suficiente. Este activismo de la emergencia es insostenible y profundamente riesgoso. ¿Cómo le hacemos para transitar en la construcción de proyectos políticos de largo aliento, que aporten a la sostenibilidad en el tiempo de nuestras colectividades y que al mismo tiempo nos permitan hacer frente a la precariedad impuesta? Conversemos esto entre nosotras, muchas seguramente ya han construido alternativas como la autogestión o las construcción de redes de apoyo. ¿Qué más?
  5. Tejer cercanías y gestionar distancias.  Esta idea la he escuchado mucho de Raquel Gutiérrez y va mucho más allá de una estrategia, es un crear mundos. “La producción colectiva de sentido de inclusión no es algo dado, hay que coproducirlo una y otra vez, nos tenemos que volver expertas en cultivar el vínculo y gestionar la distancia. Porque si lo que quiero es generar movimiento, es posible que discrepe completamente contigo pero no te voy a ofender, te voy a tratar de escuchar, voy a gestionar una distancia pero no voy a establecer una tutela.” No creo que sea necesario decir nada más sobre esto, me brillan los ojos de imaginar lo sanador que le puede resultar este trabajo a Feministlán. 
  6. Disfrutar. Sí, sí, ya sé que está muy complicado disfrutar si estamos todo el tiempo luchando contras un sistema económico y político que cada día asesina a 9 de nosotras. Pero, es insostenible trabajar solo desde el miedo y el coraje. Procurar hacer cosas que nos hagan sentir bien es muy importante. Parar de vez en cuando y preguntarnos si nos estamos sintiendo bien con lo que estamos haciendo es necesario para continuar, para no quemarnos, para no deprimirnos. Comer con tus amigas, hacer ejercicio, echarte unos tragos con tu colectiva, estar con tu pareja o parejas, coger, bailar, cantar. Ese es mi deseo número uno, que este año podamos disfrutar más que los años anteriores. Sé que todas saben la consigna “si no puedo bailar no es mi revolución”, pero este año que viene ¿podemos llevarla a la práctica?
Disfruten sus fiestas, discutan lo que quieran y den el avión a lo que necesiten, elijan las luchas que quieren dar. Y vístanse de verde porque ¡Se va a caer!
*Dirce Navarrete Pérez es politóloga feminista @agateofobia_

CIMACFoto: César Martínez López
Por: Dirce Navarrete Pérez*
Cimacnoticias | Ciudad de México.-

De escándalo: la violencia contra mujeres



La gran paradoja de Ciudad de México es que, al estar caracterizada por su avance en el ejercicio de los derechos de las mujeres, y especialmente en los derechos sexuales y reproductivos, hoy presente los más altos niveles de violencia de género del país.

El aumento de todas las formas de violencia que sufrimos en México, en la pasada década, ha incrementado también los índices de agresión hacia las mujeres, así como nuevas formas de crueldad, tanto en el ámbito privado como en el público.

En nuestra ciudad la violencia familiar ocupa el segundo lugar en incidencia delictiva del fuero común, con 16 mil 778 denuncias de enero a septiembre de este año, cifra sólo superada por las denuncias de robo, las cuales registran hasta 33 mil 119 casos en el mismo periodo. Tan sólo por violación se denuncian ante la procuraduría 240 casos, un delito que pocas veces llega al Ministerio Público. Las encuestas calculan que 10 por ciento de las mujeres capitalinas han sufrido violencia en el ámbito familiar, ya sea emocional, física, económica, patrimonial y sexual. El mayor número de averiguaciones por lesiones dolosas, violencia familiar, abuso, acoso sexual y violación, así como de feminicidio contra mujeres y niñas se registran en las alcaldías de Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Tlalpan y Álvaro Obregón.

Frente a otras entidades del país, Ciudad de México ocupa el primer lugar en violencia comunitaria, aquella que ocurre en espacios públicos, calles, parques y medios de transporte. Mientras que en el estado de México 50 por ciento de mujeres reporta violencia comunitaria, 48 por ciento en Jalisco y 47 en Aguascalientes y Querétaro, más de 61 por ciento de las capitalinas mayores de 15 años reportan este tipo de agresión: 6 por ciento en el Metro, 13 por ciento en autobuses y 65 en la calle, de los cuales 70 por ciento se tipifica como violencia sexual.

Los niveles de escándalo en que se encuentran las formas de violencia de género llevaron a la nueva jefa de gobierno a colocar en la más alta prioridad la lucha por su erradicación, y a elevar a nivel de secretaría el actual Instituto de las Mujeres de Ciudad de México. Como la propia Claudia Sheinbaum anunció el sábado pasado: ¡Aquí se va a notar que una mujer gobierna la ciudad!

Además de seguir trabajando contra las brechas de desigualdad de género, la nueva secretaría busca garantizar una atención integral a las mujeres y las niñas que viven en situación de violencia, eliminar su revictimización y acabar con la violencia institucional. Un conjunto de estrategias se articularán como sistema integral de atención: 

1) Niñas y mujeres de ciudad en situación de violencia podrán acudir a las 32 Unidades de Atención llamadas Lunas, porque la luna es una mujer, ella experimenta ciclos de 28 días y se renueva cada mes. Se cuenta con dos Lunas en cada alcaldía, se trata de espacios de encuentro donde se brindan atención sicológica y legal y servicios comunitarios para promover la exigibilidad de sus derechos. 

2) En las más de 70 Agencias del Ministerio Público de la ciudad, se instalarán litigantes defensoras de las mujeres y las niñas. Un total de 156 abogadas expertas en perspectiva de género, trabajarán en horarios diurno y nocturno en los MP para brindar asesoría jurídica y coadyuvancia en los trámites para acceder a la justicia de manera expedita. 

3) Al sistema se integran tres Centros de Justicia para Mujeres. En el centro de Justicia de Azcapotzalco, el de Iztapalapa y el de Tlalpan se ofrece atención integral a las mujeres y niñas. Están también las Casas de Emergencia y el Refugio para mujeres en situación de riesgo. Se ofrece además el Seguro para el fortalecimiento de la Autonomía de las Mujeres en Situación de Violencia, un apoyo económico para seguir sus procesos de atención sicológica, jurídica y cubrir gastos de traslado.

 4) Redes de Mujeres por la Igualdad y la no violencia. Habrá trabajo territorial directo, mujeres de las colonias, barrios, pueblos y unidades habitacionales, se integrarán a procesos participativos y comunitarios para contribuir a recuperar el espacio público y el derecho a una vida libre de violencia. 

5) Hombres jóvenes por la paz. Con el programa federal Jóvenes construyendo futuro se promoverá en las comunidades de la ciudad una cultura de paz y buen trato entre mujeres y hombres, trabajarán programas culturales y educativos a fin de luchar con el machismo, transformar los estilos masculinos tradicionales, mejorar las relaciones de amistad, de noviazgo, de pareja y familiar y avanzar en la igualdad de género. 

6) Abuso Sexual y Prevención del Embarazo de Adolescentes. Para reducir la tasa de embarazo en adolescentes (se reportan 18 mil madres entre 15 y 19 años) y romper su vinculación con la violencia de género, habrá acciones territoriales de prevención, campañas en redes sociales y en aplicaciones, cine club y actividades culturales con mensaje para promover el acceso a los derechos sexuales y reproductivos y a una vida sexual libre de violencia y de embarazos. Atención especial se ofrecerá a las niñas menores de 15 años que viven en situación de embarazo o de maternidad. 

7). Campaña contra el acoso sexual en el trasporte público. Con la idea de reeducar a la ciudadanía frente al acoso sexual, esta semana arrancó la Campaña contra el Acoso sexual en medios de transporte: en metro, metrobús, trenes y demás. Con el Hash Tag #AMíMeRespetas se está difundiendo el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, y se invitará a a testigos y a la ciudadanía en general para que deje de ser pasiva ante este tipo de actos.

Los nuevos programas buscan que las mujeres caminen libres y seguras por las calles, rescatar esta ciudad para que el gobierno vuelva a marcar las pautas para el adelanto de las mujeres y la ampliación de sus derechos.

Twitter: Gabrielarodr108

La Trata y la explotación de la prostitución no es trabajo sexual


En la última década, algunos organismos de las Naciones Unidas, varios gobiernos, algunas ONG y algunas académicas, han promovido la política de que la prostitución es voluntaria y la trata sexual es forzada. Sin embargo, la realidad es que la prostitución y la trata sexual son habitualmente codependientes. En los países que prohíben la trata pero despenalizan la industria del sexo, la prostitución, la trata sexual, el sector sexual ilegal y la prostitución infantil se expanden.
Incluso los indulgentes holandeses cerraron sus principales zonas de tolerancia, originalmente promovidas como lugares que protegerían a las mujeres en la prostitución y controlarían la influencia del crimen organizado. En 2004, el alcalde de Ámsterdam admitió que la "Tippelzone" o Barrio Rojo, la infame zona de prostitución de Ámsterdam, se había convertido en un refugio para delincuentes, traficantes de drogas, tratantes y proxenetas y no era seguro para las mujeres.

Algunas académicas como Marta Lamas y sus alumnas se la pasan diciendo en sus conferencias y libros que ciertas feministas se pasan exagerando, en todas partes y desde una visión moral, la prevalencia del tráfico sexual, sensacionalizando a sus víctimas, y han emprendido una “oscura alianza” con la derecha. Pero yo dudo que ellas hayan entrevistado a una sola víctima, a una sobreviviente y, difícilmente, a ninguna de estas feministas.  Incluso tienen una terrible confusión entre prohibicionismo y abolicionismo y nos tildan de ser “hijas de Bush”.
La administración Bush no tiene el monopolio de la lucha contra la trata y la explotación sexual, ni la tuvo cuando ocupó la presidencia de los Estados Unidos. Sólo nos falta que también nos digan que somos “hijas de Bush” en la lucha contra los vientres de alquiler.
La trata también era una prioridad de la administración Clinton y en la de Obama.  Es más, la trata de seres humanos y la prostitución como instituciones profundamente patriarcales han sido, durante mucho tiempo, una prioridad de muchas feministas. La posición que tuvo que adoptar el gobierno de Estados Unidos desde los tiempos de Bush fue debido a la presión que sobre ese gobierno ejercieron muchas feministas. También muchas feministas favorecen la política del gobierno sueco que sostiene que toda la prostitución es violencia de los hombres contra las mujeres.

Los gobiernos de Estados Unidos en cooperación con Suecia lanzaron una campaña en 2000 para prevenir la prostitución y la trata sexual. En un proyecto conjunto con la Coalición contra el Tráfico de Mujeres Internacional (CATW) y el European Women's Lobby (EWL), Suecia y los Estados Unidos, para mejorar las medidas de ayuda a las víctimas de la trata y la legalización de la industria del sexo en Europa, y para abordar la demanda. Este acuerdo se anunció la misma semana que el exprimer ministro sueco Göran Persson afirmó que "Europa seguirá criticando a Bush de la misma manera que antes... Pero no creo que él estará más dispuesto a escuchar”, dijo.

Algunas organizaciones reglamentaristas como la Coalición contra la Esclavitud y la Trata (CAST) y Ann Jordan de la red “Freedom”, han recibido algunas de las mayores subvenciones federales contra la trata de personas. Si el acceso a los fondos contra la trata de la administración Bush fue una medida de alguna “oscura alianza” con la derecha, entonces estos grupos son ciertamente bien financiados y tendríamos que investigar qué fondos y de dónde recibe financiamiento Marta Lamas.
También existe la red de proyectos de trabajo sexual. En su sitio web, enumera "negocios de entretenimiento para adultos", donde los empresarios de la industria del sexo, también conocidos como proxenetas, se prometen publicidad gratuita. Como en México las páginas de Zona Divas y Sugar Daddy Mexico.

Para sus víctimas, la explotación sexual no es ni sexo ni sexy.
Muchos progresistas que afirman que el capitalismo globalizado promueve la desigualdad de género, etnia y clase tienen una extraña reticencia a criticar a la industria del sexo por hacer exactamente eso. Están fuera de contacto con la mayoría de las mujeres en la prostitución que no quieren "mejores condiciones de trabajo", sino una vida mejor. 
La prostitución no es "trabajo sexual", es violencia extrema contra las mujeres. Existe porque un número significativo de hombres reciben permiso social, moral y legal para comprar mujeres bajo demanda. Existe porque los proxenetas y los tratantes se aprovechan de la pobreza y la desigualdad de las mujeres. Existe porque es una última estrategia de sobrevivencia de las mujeres en mayor grado de exclusión social, no una elección, para millones de mujeres del mundo.

En noviembre de 2004, el liberal Berkeley derrotó a la medida Q que habría clasificado a la prostitución como la prioridad más baja de la policía.  Esto fue defendido por un grupo de "trabajadoras del sexo", cuyo líder había sido condenado por la promoción interestatal de la prostitución, es decir, trata. 64 por ciento de los votantes no se engañó en pensar que la descriminalización de los proxenetismo, burdeles y compradores protege a las mujeres en la prostitución. Al igual que muchas feministas, los votantes de Berkeley indicaron que preferían despenalizar a las mujeres en la prostitución y penalizar a quienes promueven la prostitución.
Cuando la Unión Americana de libertades civiles se une a los evangélicos para aprobar la ley de eliminación de violaciones de la prisión, o cuando el Caucus de Afrodescendientes del Congreso trabaja con los conservadores para aprobar la ley de paz de Sudán, sus credenciales progresistas no son sospechosas. Sin embargo, Lamas y sus aliadas, incluso las del Congreso, tienen un estándar diferente para las feministas que trabajan contra la trata, la pornografía, los vientres de alquiler y la explotación sexual.

Grupos que se esfuerzan por hacer que el cambio político y que buscan actuar a pesar de las diferencias ideológicas y tácticas, resulta en alianzas débiles como, por ejemplo, los derechos de las mujeres indígenas, o por los derechos reproductivos y contra el alquiler de vientres, o los derechos de las niñas o contra el acoso sexual. La diferencia entre la conveniencia y la moralidad en la política es la diferencia entre la venta de un principio y hacer unas pequeñas concesiones para ganar más.
Oponerse a la trata y la explotación sexual, al sistema prostitucional y a la industria del sexo no te hacen conservadora, moralista o militante de algún partido o grupo político.  Ayuda a hacerte feminista y defensora de los Derechos Humanos de las mujeres.

*Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, (CATWLAC por sus siglas en inglés).
Twitter: @CATWLACDIR
Facebook:  @CATWLAC

Foto: Tercero Díaz
Por: Teresa C. Ulloa Ziáurriz*
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 

Masculinidades errantes. Sobre espejos rotos, automentiras y cambio


Masculinidades & Cambio
https://ctxt.es

Hablar sobre el hombre es coger la patata caliente que siempre rula de mano en mano. Y no rula por casualidad: la poca tradición de la masculinidad como tema hace que haya –con pasmosa diferencia– muchas más incógnitas que respuestas. Por ello, al hablar son inevitables los titubeos, los tumbos y las contradicciones. Si la masculinidad es contradictoria por definición, ¿cómo hablar de ella con certezas? Las líneas que siguen, en consecuencia, no son sino una crónica de la incertidumbre. Un caminar errante por un sendero que no me abandona, y que se incrusta en mi piel a cada paso, hasta tal punto que no entenderme como hombre es no entenderme en absoluto.
La tarea de hablar sobre masculinidades revela su importancia cuando, a pesar de que los éxitos del feminismo se noten cada día más, los hombres siguen (seguimos) utilizando sistemáticamente privilegios afectando o poniendo en riesgo a multitud de personas en situación de vulnerabilidad. Cómo esos privilegios se encarnan en los cuerpos y cómo son vividos por los hombres son temas que necesitan pensarse con calma pero sin pausa.
Evidentemente, los cambios en la vida personal de los hombres no van a conseguir destruir el patriarcado. Independientemente a los hombres, existen unas estructuras objetivas que siguen dinamitando las posibilidades de igualdad real. Pero el hombre puede decidir si intentar poner palos en la rueda del patriarcado y colaborar en la creación de espacios de igualdad, o aceptar el patriarcado y no hacer nada. Lógicamente, es mucho más interesante escribir sobre la primera opción.
Pensar sobre los privilegios masculinos desde un cuerpo masculino es complicado y, al hacerlo, me descubro bailando entre la facilidad para invisibilizar las relaciones de opresión que ejerzo, la certeza de que no soy “mala persona” y, sin embargo, la seguridad de que tengo privilegios y los uso constantemente, aunque a veces no sepa del todo qué privilegios son esos, cuántos tengo y cómo los ejerzo. Y aun con todo, tengo la suerte de haberme topado con un feminismo con el que inicié un proceso individual (y con algunos compañeros) para romper el trono de un sujeto autosuficiente que con conciencia y voluntad puede solucionarlo todo. Si yo, privilegiado hombre en deconstrucción, universitario concienciado y pretendido aliado del feminismo, tiene problemas incontables, imaginaos al que el feminismo le pilla lejos…
La tradición patriarcal por la cual el hombre renuncia al mundo de los sentimientos no sale gratis: nos pesa el analfabetismo emocional que nos vuelve incapaces para identificar, entender y gestionar emociones. Y eso supone una importante barrera para la conciencia de los privilegios. Contamos con un arsenal enorme de excusas que nos repetimos, a nosotros y a los demás, sobre nuestra situación. Por ello, la mitad de los privilegios no pueden considerarse plenamente conscientes: pululan en algo parecido a lo que Orwell llamaba doble-pensar por el que nos mentimos y seguidamente nos olvidamos de que nos hemos mentido.
¿por qué va a querer cambiar un hombre? Está claro que los hombres no van a querer simplemente renunciar a sus privilegios, ¿o sí? ¿Cuál es la clave para querer quitarle peso a esa mochila de privilegios?
Si bien cada uno es responsable de sus decisiones (y esto es una verdad como un templo), pasar por alto la dimensión estratégica del asunto (tenemos que conseguir llegar a la gente) y plantear el problema en términos de culpas es a veces complicado: aunque a un puñado de hombres de la izquierda moral nos gusta eso de lamentarnos por la incoherencia para buscar niveles cada vez más altos de congruencia, la mayoría no se sienten ni opresores ni mucho menos malas personas y antes morirán matando que caer en la desvalorización personal.
¿Mujeres, coches y fútbol?
Nuestro contexto es el de un modelo de masculinidad monolítica que estalla en identidades y relatos muy diversos: las instituciones de la masculinidad –agresividad, mujeres, coches y fútbol– se han debilitado junto con la seguridad del macho –aunque quien crea que no pueden hacerse fuertes otra vez se equivoca estrepitosamente–. Ante esta situación, la fragmentación de identidades genera un malestar que, de no articularse en un discurso que dé salida práctica a la frustración, puede repolitizarse (como de hecho está pasando) en un neomachismo nihilista, ácido y rencoroso. El concepto de culpa, usado en algunos contextos, puede terminar de decantar la balanza: ¿quién quiere sentirse culpable? ¿Qué sentido tendría acercarse a un movimiento que espera de mí que me autoculpabilice? Además, en un contexto postcatólico, el sentimiento de culpabilidad es fácilmente eludible. Como decía, será por argumentos para escapar de la culpa y arrojársela a otro (o más bien otra) …
Sin embargo, resulta igual de inapropiado caer en el victimismo masculino: es muy sencillo terminar hablando del hombre en términos de “víctima” del patriarcado. Y, aunque siendo estrictos, el hombre debería ser considerado igual de producto del patriarcado –a nivel de gustos, intereses, formas de comportarse, maneras de relacionarse…– que la mujer, plantearlo como víctima diluye la materialidad del asunto equiparando hombre y mujer, como si uno no dominase sobre la otra, como si uno no pudiese invisibilizar/anular/agredir/violar/matar a la otra.
Aun así, presentar al hombre como un verdugo por naturaleza tampoco es solución: si integramos el enfoque “interseccional”, vemos que las relaciones de desigualdad son diversas y no pueden reducirse sólo al sexo/género. Etnia, clase, raza o sexualidad también intervienen. Puede hablarse de hombres que sufren igualmente desigualdades según se articule el eje de masculinidad con el de clase baja y/o el de etnia y sexualidad discriminadas.
Entender esto es importante para no caer en la victimización del hombre: no todos los privilegios, pero tampoco todos los costes de la masculinidad se reparten equitativamente. No todos los hombres son víctimas del patriarcado. La vivencia de la masculinidad de un hombre blanco heterosexual económicamente solvente sufre costes mínimos mientras ostenta los máximos privilegios, pero no así los jóvenes migrantes que viven en sus carnes la precariedad laboral y vital y sólo encuentran refugio identitario en una hipermasculinidad exacerbada. De nuevo, todos somos responsables de nuestras decisiones, pero en algunos casos hay que afinar la mirada para ver qué lógicas operan y cómo podemos incidir mejor para su transformación.
Para los que intentamos avanzar en esto de los modelos alternativos de masculinidad una pregunta nos taladra la cabeza: ¿por qué va a querer cambiar un hombre? Está claro que los hombres no van a querer simplemente renunciar a sus privilegios, ¿o sí? ¿Cuál es la clave para querer quitarle peso a esa mochila de privilegios? La obligación ética no es una causa muy probable y de serlo, un movimiento basado en el requisito de tener altura moral parece un poco arriesgado. Quizás en los entornos más politizados se podría dar este tipo de causas, pero desde luego, en los menos concienciados, no.
Sin embargo, esa obligación ética puede venir también de experiencias de sensibilización como la de conocer los casos de violencias de las mujeres que nos rodean. Al estar ligados a las personas que nos cuentan casos de acoso, desprecio, miedo o intentos de violación, hay una motivación directa para un replanteamiento de nuestra vida masculina.
Entender esto es importante para no caer en la victimización del hombre: no todos los privilegios, pero tampoco todos los costes de la masculinidad se reparten equitativamente. No todos los hombres son víctimas del patriarcado
La deseabilidad de la deconstrucción puede ser otra motivación probable. Esta se dará cuando los modelos de lo deseable muten incluyendo otros perfiles de masculinidad. Cambia la moda y se altera la estructura de valores integrando perfiles otrora excluidos: belleza andrógina, sensibilidad doméstica, gustos textiles, inteligencia emocional, etc. Estalla en pedazos la noción de lo aceptable y se revalorizan determinados rasgos. Sea para encajar, para ser más aceptado, para ligar o para estar a la moda, cambiar se vuelve deseable. En estos casos, el motivo suele estar alejado de un planteamiento político feminista: no se cambia por justicia social, se cambia por deseo (aunque algunos dirán que eso da igual y que lo importante es el cambio). También puede darse deseabilidad en los entornos feministas: cuando para encajar en un grupo se transforman mis prioridades para acomodarse al grupo, a veces eso implicará cuestionar mi masculinidad.
La contracara de la deseabilidad es el cambio por obligación social que implica una variación independientemente de lo que se quiera por ser censurados algunos comportamientos. Esto hace que no se tenga otra opción distinta al cambio: por imperativo social el machismo y los privilegios no quedan impunes impulsando como respuesta modelos de masculinidad distintos. Esto, lógicamente, se dará en entornos con un feminismo muy asentado y con la capacidad de imposición suficiente como para legitimar el discurso que penaliza comportamientos machistas. Tiene que ver, pues, con la hegemonía local del feminismo. Pero cabría discutir si es suficiente una estrategia que no venga con el convencimiento del hombre. ¿Basta con que no se tengan comportamientos machistas de cara hacia los demás o el convencimiento es condición necesaria?
Las motivaciones que pueden encontrarse para comenzar el cambio pueden ser muy diversas. Sin embargo, ninguna es suficiente para realizar un proceso de revisión efectivo y es que querer cambiar no significa saber cómo hacerlo. Y lo digo por experiencia. Los quebraderos de cabeza son legión y es fácil que, ante la incapacidad de responder con certeza al ¿qué hacer?, surja la frustración.
¿Cómo ser hombre?
Precisamente la parte menos clara y más débil del pensamiento sobre las masculinidades es la que propone modelos alternativos de ser hombre. Algunas propuestas se atreven a definir rasgos de la masculinidad que vendrá (poco claros o poco creíbles la mayoría) pero los demás lo plantean como una cuestión de procesos más que de resultados: se trata de generar espacios de pensamiento, diálogo y ensayo conjunto. Laboratorios de masculinidad donde poder darle palabras a un mundo emocional informe que nos ronda en la cabeza. Huid de quien diga que expresarse es sencillo: la masculinidad opera en lo velado y difícilmente encontraréis hombres con un discurso perfilado sobre lo que significa ser hombre. Ese discurso hay que construirlo a base de trabajo colectivo y los iluminados sobran.
La mala noticia es que estos grupos de masculinidades tampoco terminan de escapar del riesgo de convertirse en polos ultracoherentes de concienciación (y de reparto de carnets, lógica que nos suena). Si bien el ir despejando el camino de las nuevas articulaciones que puede tener lo masculino es importante, el reto sigue siendo el mismo: extender la concienciación y dar con un discurso que pueda articular el malestar masculino que produce la desaparición de las certezas.
He conocido a hombres que han desarrollado cierta inquina hacia el feminismo por la incapacidad de dar salida práctica al malestar. El reflejo quebrado del espejo no es placentero y es muy sencillo que la autocompasión se convierta en autojustificación. Cuando aparecen discursos (simplones y estúpidos pero sencillos) que te lamen las heridas y te permiten soldar la fractura del espejo, ¿quién puede decir que no cederá nunca a ellos? De ahí la importancia de que ante el peso que cobran los “discursos neomachunos” se haga un contrapeso con discursos de masculinidades profeministas.
La lucha feminista, tan potente en los últimos años, aparece aquí como una plataforma de oportunidad. La lógica del contagio que permite que el feminismo se difunda como una pandemia (¡bendita pandemia!) y que abre una puerta de empoderamiento femenino, puede servir al hombre para arrojar luz sobre sus privilegios y, más importante aún, sobre en qué lucha puede volcar su esfuerzo. Aunque esto pone sobre la mesa el último reto del que quería hablar: volcarse en el feminismo sin robar protagonismo y sin exigir que el feminismo se haga cargo de “la cuestión masculina”.
Y en esas estamos. Sin muchas respuestas, con cada día más incógnitas, dando tumbos y ensayando a pequeña y mediana escala espacios de aprendizaje individual y colectivo. A fin de cuentas, el feminismo no va sobre el hombre y, si queremos algo, tendremos que ser los propios hombres los que nos saquemos las castañas del fuego.


Sheinbaum presenta estrategia contra la violencia de género


Empieza con campaña por acoso sexual en transporte público


Como parte de las “Estrategias contra la violencia de género en la Ciudad de México” que presentó la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, este 17 de diciembre comienza la campaña #AMíMeRespetas que busca erradicar el acoso sexual en el transporte público.

La campaña es una de las siete estrategias que presentó el fin de semana la Jefa de Gobiernopara atender la violencia de género en la capital, pues sostuvo que como mujer –la primera en gobernar la ciudad- se siente “obligada a se escuche la voz de la mujeres”.

Los ejes del plan gubernamental incluyen instaurar 32 unidades de atención para mujeres y niñas en situaciones de violencia; incorporar abogadas especializadas en la defensa de los derechos de las mujeres en los más de 70 Ministerios Públicos de la urbe; e instalar tres Centros de Justicia para Mujeres en las alcaldías de Iztapalapa, Azcapotzalco y Tlalpan.

Además, recuperar espacios públicos en colonias, barrios, pueblos y unidades habitacionales para que las mujeres vivan libres de violencia; difundir la cultura de paz en hombres jóvenes; reducir la tasa de embarazo adolescente y promover los derechos sexuales y reproductivos; y la campaña contra el acoso sexual callejero que comenzó este lunes.   

#AMíMeRespetas retoma la fórmula que utilizó la administración de Miguel Ángel Mancera Espinosa frente al acoso sexual en el transporte público, quien con campañas como #NoEsdeHombres, la Estrategia 30-100 y el programa “Viajemos Seguras”, buscó alentar a las capitalinas a denunciar el acoso sexual y generar un cambio de cultura en los hombres.

En el mismo sentido va #AMíMeRespetas, el objetivo es sensibilizar a la ciudadanía sobre este tipo de violencia y se dirige primordialmente al sector masculino, en los carteles de la campaña se leen advertencias como que el “acoso sexual se sanciona hasta con tres años de prisión”.

Pues cabe recordar que la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares del 2017 (Endireh) ubica a la Ciudad de México en el primer lugar de violencia comunitaria contra las mujeres del país, en tanto, en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública de 2016 (Envipe) se reportó que 79 por ciento de las capitalinas se siente insegura en la calle.

Para el seguimiento de las siete estrategias la Jefa de Gobierno también anunció la creación del Consejo Interinstitucional con Visión de Género integrado por quienes representan las secretarias gubernamentales. Este consejo sustituye a las Unidades de Igualdad Sustantiva (UIS) que se encargaban en la transversalidad de la perspectiva de género en la administración pública, la Jefa de Gobierno argumentó “al hacer una revisión integral de las mismas, se encontró que no habían generado ningún impacto.”

Otra de las grandes apuestas en materia de género de la administración que comenzó funciones el pasado 5 de diciembre es la transformación del Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México (Inmujeres DF) a Secretaría de las Mujeres, cambio que informaron ocurrirá en enero de 2019.

PRIORIDAD A FEMINICIDIO

Mientras se espera que se resuelva la solicitud de Alerta de Violencia de Género (AVG) el plan de la Jefa de Gobierno también incluye atender la problemática de feminicidio.

En la administración anterior se defendió que no era necesaria la AVG porque eran “pocos” los casos de feminicidio documentados, ahora la procuradora General de Justicia capitalina, Ernestina Godoy Ramos, dijo que este tema es prioritario y están dando seguimiento a los asesinatos de mujeres hasta ahora registrados.

Es de recordar que la solicitud de Alerta de Género que hicieron en septiembre de 2017 organizaciones civiles fue por los asesinatos de mujeres que ocurrieron en la administración de Mancera Espinosa, 260 casos de feminicidio en total, y la falta de acceso a la justicia para ellas y sus familiares. Desde octubre se tenía que tener la resolución de la emisión de la AVG por parte de la Secretaría de Gobernación pero hasta la fecha no ha ocurrido.

Imagen retomada de Twitter
Por: Por la Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 

Mujeres se empoderan en Argentina y sacuden violencias aceptadas


“Sin igualdad no hay justicia”, se subraya en un mural con una imagen de esa justicia, en reclamo de mayor protección para los derechos de las mujeres, pintado en el barrio de Caballito, en Buenos Aires. El movimiento de las mujeres conquistó gran visibilidad este año en Argentina, con campañas como la de la despenalización del aborto, aunque fue derrotada en el parlamento. Crédito: Daniel Gutman/IPS
BUENOS AIRES, 20 dic 2018 (IPS) - “En 2001 me violaron. Tenía 31 años, dos títulos universitarios, posgrado en curso, familia, amigos, trabajo. Muchos más recursos que los que tienen la mayoría de las víctimas de violación. Así y todo, se abrió un calvario que aún hoy deja secuelas”.
Relatos como este, publicado en Twitter el 13 de este mes por Ana Castellani, socióloga y docente en la Universidad de Buenos Aires, pueblan en estos días las redes sociales de Argentina.
Al mismo tiempo, las instituciones públicas y privadas dedicadas a la defensa de los derechos de la mujer se ven desbordadas por un caudal desacostumbrado de requerimientos.
“Esta denuncia quebró el sentido común instalado que establecía que no había que hablar de estas situaciones. Ante las agresiones sexuales a mujeres en la Argentina, la vergüenza no estaba del lado del agresor sino de la víctima, porque se pensaba que seguramente había hecho algo para seducirlo”: Eleonor Faur.


La sociedad de este país sudamericano vive una explosión de denuncias de violencia sexual contra las mujeres y los niños y niñas, luego de un impactante hecho público ocurrido el 11 de diciembre.
Ese día, en un teatro de Buenos Aires, más de 200 actrices rodearon a una joven colega, Thelma Fardín, quien denunció que en 2009, cuando tenía 16 años, fue violada por un conocido galán de telenovelas, Juan Darthés, casi 30 años mayor, durante una gira por Nicaragua con un programa infantil de Televisión.
“Gracias a que alguien habló, yo ahora puedo hablar”, dijo Fardín entre lágrimas, en referencia a que otras dos actrices habían denunciado semanas antes por acoso sexual al propio Darthés. En los días previos a esta revelación pública, Fardín había viajado al país centroamericano a presentar una denuncia penal contra el actor.
“La repercusión pública fue mucho mayor a la que esperábamos. Lo que contó Thelma animó a salir a miles de mujeres que estaban en silencio”, dijo a IPS la reconocida actriz Mirta Busnelli, con más 40 años de carrera en cine, teatro y TV, que forma parte del colectivo que avaló la denuncia con su presencia.
“Cuando hablás con mujeres, dentro y fuera del ambiente artístico, casi todas han sufrido alguna vez una situación de acoso o abuso sexual, que se silenciaba hasta en la conciencia de una misma”, reveló Busnelli.
La actriz agregó: “Esto no es casual. Sucede porque habitualmente a quien denuncia se la revictimiza. Se pone en duda la veracidad de su relato o se pregunta si la propia mujer no habrá provocado la situación con su forma de vestir o su actitud. Confiamos en que las cosas empiecen a cambiar”.
La magnitud de la ola que se lanzó sobre la sociedad argentina fue tal que los dirigentes políticos se sintieron obligados a mostrarse activos.
Así, pocas horas después de la denuncia de Fardín, el presidente Mauricio Macri anunció la inclusión en las sesiones extraordinarias del legislativo Congreso Nacional, habitualmente de receso en diciembre, de un proyecto de ley que establece la capacitación obligatoria en perspectiva de género para los funcionarios públicos de todos los poderes.
Se trata de una iniciativa presentada por una diputada de la oposición en 2017 luego de la violación y asesinato en la oriental provincia de Entre Ríos de Micaela García, de 17 años, a manos de un hombre que ya había sido condenado previamente por violación y estaba en libertad condicional.
Una imagen de la fiesta de fin de año del colectivo Actrices Argentinas, que tomó como propia la denuncia de una colega, que reveló que en 2009, cuando tenía 16 años, fue violada por un conocido galán de telenovelas casi 30 años mayor que ella: Crédito: Facebook-Actrices Argentinas
Como Macri, los diputados y senadores actuaron rápidamente, porque en las primeras sesiones que celebraron, el miércoles 19, sancionaron la ley con un solo voto en contra, del diputado Alfredo Olmedo, quien pocas horas antes había viajado a Brasil, para fotografiarse con el presidente electo de extrema derecha, Jair Bolsonaro.
“He sido el único diputado que ha votado en contra de la ideología de género. Voy a seguir sosteniendo que Dios creó al hombre y a la mujer”, se jactó Olmedo en las redes sociales.
Como una muestra del actual clima, la sesión de la Cámara Alta del 19 comenzó con la forzada defensa de un senador de la gobernante alianza Cambiemos, Juan Carlos Marino, quien luego de la revelación de Thelma Fardín fue denunciado por una empleada parlamentaria, que aseguró que la manoseó en un despacho del Congreso y la acosó con mensajes por Whatsapp.
Los casos que tocaron la política y el espectáculo fueron varios, en realidad, pero ninguno fue tan conmocionante como el de Luis María Rodríguez, director de deportes de la ciudad de San Pedro,  a 170 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Rodríguez fue denunciado el domingo 16 por una joven que subió a Youtube un video en el que contó que él la había violado cuando era su profesor de baile y ella tenía 13 años. Hora después Rodríguez fue encontrado ahorcado en casa.
El asesinato en 2015 de una adolescente por su novio provocó en este país de 44 millones de personas el estallido del movimiento con la consigna #NiUnaMenos, que obtuvo varios logros desde entonces y sensibilizó a la sociedad sobre los femicidios, los asesinatos contra mujeres por su condición.
“En los últimos días nos estallaron los teléfonos”, dijo María Soledad Dawson, una de las coordinadoras del Programa Las Víctimas contra la Violencia, del Ministerio de Justicia, que recibe denuncias de abusos y malos tratos.
“Luego del caso Thelma Fardín, empezó a llamar muchísima gente que no se animaba o que pensaba que, al cabo de varios años, ya no podía denunciar un caso”, contó a IPS.
“Habitualmente recibíamos el grueso de llamadas entre las 6:00 de la tarde y las 9:00 de la noche. Ahora seguimos atendiendo hasta la madrugada”, agregó.
En la Línea Nacional Contra el Abuso Sexual Infantil se informó que el día posterior a la denuncia de la actriz se recibieron 214 llamadas contra 16 del día anterior.
Por su lado, el gubernamental Instituto Nacional de las Mujeres reveló que en la línea telefónica de atención para las mujeres en situación de violencia se recibieron 6008 llamados en los cuatro días previos al caso Fardín y 12.855 en los cuatro posteriores.

La socióloga especialista en temas de género Eleonor Faur consideró que el impacto se debe a que “fue muy sólida la presentación por parte del colectivo Actrices Argentinas. Hubo una organización detallada y un asesoramiento de abogadas y de periodistas feministas”.
“Más allá del caso específico mostraron que la violencia sexual es un modus operandi absolutamente naturalizado en el mundo del espectáculo”, planteó a IPS.
Cifras de organizaciones que atienden la violencia machista indican que en este país de 44 millones de personas, cada año son asesinadas unas 300 mujeres por su condición. En 2017 la cifra de femicidios, también llamados feminicidios, fue de 295, lo que indica que el movimiento #NiUnaMenos no redujo esos crímenes.
El grupo de Actrices Argentinas, integrado por más de 300 artistas, fue formado en abril, cuando el país se movilizó por el debate legislativo sobre la despenalización del aborto, que en agosto fue ajustadamente rechazado por el Senado (por 38 votos a 31), luego de haber sido aprobado en la Cámara de Diputados.
De hecho, durante la denuncia de Thelma Fardín, las actrices que la rodeaban tenían anudados a sus muñecas o a sus cuellos el pañuelo verde que simboliza localmente la militancia a favor de la legalización del aborto.
“Esta denuncia quebró el sentido común instalado que establecía que no había que hablar de estas situaciones”, agregó Faur.
La socióloga explicó que “ante las agresiones sexuales a mujeres en la Argentina, la vergüenza no estaba del lado del agresor sino de la víctima, porque se pensaba que seguramente había hecho algo para seducirlo”.
“Ahora lo más interesante será ver cómo reaccionan las instituciones públicas y las diferentes organizaciones sociales, que a partir de este cambio cultural van a tener que desandar todo un camino recorrido”, concluyó.

Edición: Estrella Gutiérrez

Limitaciones en el desarrollo de la Mujer y del país

Por: Carmen R. Ponce Meléndez*

Las limitaciones en el desarrollo de las mujeres se traducen en limitaciones al desarrollo del país. Eso provoca que las Mujeres dediquen 76.7 horas al trabajo doméstico no remunerado y de cuidados (TDNR). En contraste los hombres sólo le dedican 23.3 horas.
Uno de los efectos inmediatos de este desequilibrio o desigualdad es que las mujeres únicamente dedican 32.8 horas semanales al trabajo remunerado, mientras que los hombres alcanzan un 72.6 por ciento. (Son datos de la Cuenta Satélite 2017 del Inegi, sobre TNRD).
Se invierte la proporción de las brechas y esto tiene implicaciones muy importantes en la vida de las mujeres, masculina, de la familia y de toda la sociedad. La llamada división sexual del trabajo, bajo un mandato patriarcal y machista. La mujer realiza ese trabajo por “amor”.
Esta desigualdad en la carga de trabajo doméstico y de cuidados se puede apreciar en todas y cada una de estas actividades, como lo muestra claramente la gráfica. El renglón de mayor participación masculina está en “compras y administración del hogar”, pero   apenas es del 39 por ciento.
En alimentación predomina con un 86.1 por ciento la actividad femenina y ésta es esencial para la supervivencia de la familia y la reproducción de la fuerza laboral. Esta actividad representa más del 80 por ciento del valor que aportan las mujeres. (Ver gráfica).
Según información generada por Inegi durante 2017, el valor económico del trabajo no remunerado doméstico y de cuidados (a precios corrientes) fue de 5.1 billones de pesos. Equivalente al 23.3 por ciento del PIB; de esta participación la aportación femenina fue 17.5 y la masculina de 5.8 puntos
Hay una evolución creciente en la participación en el PIB de esta carga de trabajo de género; en 2008 fue 15.0 y para 2017 de 17.5 puntos.
El valor generado por este tipo de trabajo como proporción del PIB del país, en 2017, fue superior al alcanzado por algunas actividades económicas como el comercio, la industria manufacturera y los servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles.
Prácticamente toda esa generación o aportación de riqueza descansa en las mujeres, no es reconocido, es un trabajo invisible y desvalorizado; sin vacaciones días festivos o jubilación. Ellas aportaron 76.7 por ciento de las horas destinadas a las labores domésticas y de cuidados realizadas en el hogar, que correspondió́ al 75.2 por ciento, si se habla en términos de valor económico.
Ahora bien esta carga de trabajo de género crece de manera relevante en dos casos en particular: cuando las mujeres pasan de soltera a unidas su TNRD se incrementa en 30 por ciento; lo mismo sucede cuando en el hogar hay menores de seis años, ahí el trabajo aumenta hasta en un 47 por ciento, debido a los cuidados que requiere la infancia y su alimentación.

¿QUÉ IMPLICACIONES TIENE ESTA DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO O DESIGUALDAD DE GÉNERO?

Es una limitación muy importante para que las mujeres se incorporen al mercado laboral con un salario, por tanto con ingresos propios, con autonomía económica. El porcentaje de mujeres sin ingresos propios es de 30.1, mientras que el masculino apenas de 7.5.
No contar con ingresos propios genera relaciones de dependencia; ya sea con la pareja, los hijos, el hermano o los papás; generalmente con una figura masculina –el que manda-, por tanto todas las decisiones que tomen las mujeres estarán supeditadas a esa figura masculina, lesionando su autonomía política o el derecho a decidir sobre su cuerpo, su salud sexual y reproductiva. En síntesis todo su proyecto de vida, incluso su educación formal.
También tiene implicaciones negativas en su desarrollo profesional y laboral. Solamente las mujeres se plantean el problema de lograr un equilibrio o armonía entre su vida laboral y su carga de trabajo de género; los hombres jamás se plantean este dilema.
No es casual que en el país únicamente tres de cada diez mujeres ocupen puestos de alta dirección (datos del PNUD). A las mujeres se les pide que trabajen como si no tuvieran hijos y que cuiden a éstos como si no trabajaran, para poder contar con ingresos propios.
Además a toda esta población femenina que no puede incorporarse al mercado laboral los organismos internacionales la consideran un “Bono Femenino desperdiciado”, que obstaculiza el desarrollo integral de un país, en este caso México.

*Economista especializada en temas de género
twitter @ramonaponce

CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 

Embarazo y maternidad infantil forzada es un drama de América Latina


Un grupo de niñas de la Amazonia de Perú, la región del país con la mayor tasa de embarazo adolescente, entre las que se encuentran las niñas de menos de 14 años. América Latina es la segunda región del mundo en embarazos adolescentes, solo por detrás de África Subsahariana. Crédito: Mariela Jara/IPS
LIMA, 20 dic 2018 (IPS) - Investigaciones y campañas feministas empiezan a poner la mirada sobre el drama de las niñas latinoamericanas que antes de los 14 años son forzadas al embarazo y la maternidad producto de violaciones sexuales que afectan sus proyectos de vida sin que los Estados respondan con políticas que garanticen sus derechos humanos.
El Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem) se aproximó al problema en 2016 con un estudio en 14 países de la región que empezó a sacar de la invisibilidad la franja de niñas menores de 14 años que se encontraban en la estadística de los Estados como madres adolescentes.
Julia Escalante, abogada mexicana y coordinadora regional del Cladem, recordó a IPS que fue el caso de la niña paraguaya Mainunbuy (nombre ficticio) el que las motivó a profundizar sobre esta realidad. Ella quedó embarazada en el 2015 por la violación de su padrastro y fue forzada a asumir una posterior maternidad al negársele la interrupción de la gestación.
“La violencia sexual es el evento traumático más grave para una niña y no nos hacemos cargo por la conspiración del silencio…Pero la niña es una niña, tiene el cerebro de sus pocos años , tenía un proyecto de vida que ya no realizará. Se siente abrumada por las tareas maternales, además de llevar el hijo del violador, algo que no pidió ni deseó”: Marta Rondón.

Cladem y la organización Equality Now acudieron en mayo de ese año a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que instó al Estado paraguayo a proteger la vida y todos los derechos de la niña. Pero eso no ocurrió y desde entonces se repitieron en ese país casos parecidos, el último en noviembre.
“El caso de Mainunbuy nos llevó a preguntar qué sucede en los otros países y trabajamos un balance regional. Encontramos ausencia de políticas de prevención del embarazo y maternidad infantil, y de protección de los derechos de las niñas”, indicó.
Un estudio publicado este año por el Fondo de la Población de las Naciones Unidas (UNFPA) refrendó que esta es la segunda región del mundo, después de África Subsahariana, con la tasa más alta de embarazo adolescente, con 66,5 nacimientos por cada mil niñas y adolescentes, frente a una tasa mundial de 46.
Además,  de los 7,3 millones de partos de adolescentes menores de 18 años que ocurren cada año en la región, más de dos millones son de niñas menores de 15 años, y si la tendencia se mantiene esa cifra llegaría a tres millones en 2030.
El estudio en 14 países de Cladem subraya que en la región los partos de niñas tienen como causa la violación sexual, porque la legislaciones de sus países fijan que eso es toda relación carnal con una niña menor de 14 años, la edad hasta la que rige la llamada indemnidad sexual.
Las organizaciones regionales que defienden los derechos de las mujeres coinciden, además, en considerar un embarazo infantil forzado cuando una niña de menos de 14 años queda embarazada sin haberlo buscado o deseado y se le niega, dificulta, demora u obstaculiza la interrupción del embarazo, si lo desea.
Los datos que obtuvo Cladem sobre partos de niñas menores de 15 años revelan que en 2015 se registraron 122 en Uruguay, 1.432 en Perú, 1.444 en El Salvador, 1.600 en Nicaragua, 2.787 en Argentina, 6.045 en Colombia, 10.277 en México, 13.332 en Bolivia y 26.700 en Brasil.
Esta red regional, con presencia en 15 países y su sede central en Lima, mantiene la campaña “Embarazo infantil es tortura”, que ha contribuido a ampliar la preocupación sobre esta realidad en la comunidad internacional.
“Casi 14.000 menores violadas en los últimos 6 años”, dice el cartel de la izquierda durante una movilización en Lima el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, que se celebra cada 25 de noviembre. La violación sexual es la causa del embarazo infantil y maternidades forzadas en Perú, como en otros países de América Latina. Crédito: Mariela Jara/IPS
“Casi 14.000 menores violadas en los últimos 6 años”, dice el cartel de la izquierda durante una movilización en Lima el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, que se celebra cada 25 de noviembre. La violación sexual es la causa del embarazo infantil y maternidades forzadas en Perú, como en otros países de América Latina. Crédito: Mariela Jara/IPS
Escalante pone énfasis en la responsabilidad de los Estados, a los que llamó a realizar una estadística diferenciada y específica sobre los embarazos y partos de niñas menores de 14 años.
Perú, expresión de problema regional

Marta Rondón, psiquiatra consultora en el Instituto Nacional Materno Perinatal de Perú, conoce de cerca la realidad de niñas violadas que quedan embarazadas y dan a luz contra su voluntad porque el Estado no les ofrece oportunamente el derecho a interrumpir la gestación para evitar en su salud un grave daño y permanente. 
“La violencia sexual es el evento traumático más grave para una niña y no nos hacemos cargo por la conspiración del silencio”, expresó a IPS.
A los 11 y 12 años les llevan pañalitos, cochecito, ajuares, les dicen que tienen un motivo para vivir y las preparan para el amamantamiento, narró. Profesionales de salud, que son agentes del Estado, hablan de cómo la naturaleza es sabia y que la pelvis de la niña está preparada para el parto y de que puede producir leche, acotó.
“Pero la niña es una niña, tiene el cerebro de sus pocos años, tenía un proyecto de vida que ya no realizará. Se siente abrumada por las tareas maternales, además de llevar el hijo del violador, algo que no pidió ni deseó”.
Rondón dijo que el Estado no reconoce el impacto de la violación sexual y del embarazo en la salud mental de las niñas, que la obligación de todos los operadores de salud al entrar en contacto con una niña embarazada es informarles de su derecho al aborto terapéutico para proteger su salud mental, tal como señala la norma.
“Tenemos que prevenir la violencia sexual en la infancia y cuando ocurre ofrecer el aborto terapéutico para limitar el daño, y acompañamiento a quienes deciden continuar con el embarazo para restaurar su salud mental”, señaló.

También exhortó a tomar medidas de prevención mediante la educación sexual integral con enfoque de género en los centros educativos desde la primera infancia, ingresar con esos contenidos a los medios de comunicación y erradicar prácticas de sexualización de las niñas en estos espacios.
A la vez, demandó que los Estados eliminen los obstáculos normativos, legales y culturales que impiden el acceso al aborto a las niñas embarazadas, y así evitar daños irreparables a su salud física y mental.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha venido alertando sobre el incesante incremento de la maternidad adolescente en América Latina y el Caribe.
En su informe de 2014 señaló, además, que 20 por ciento de los embarazos de menores de 18 años correspondía a niñas por debajo de los 15 años, como consecuencia de una violación.
La colombiana Olga Isaza, representante adjunta de Unicef en Perú, inició su diálogo con IPS precisando las cifras de la maternidad infantil en el país, que sirven como ejemplo del fenómeno en la región.
Refirió que entre 2011 y 2017 el estatal Servicio Integral de Salud atendió 14.325 partos de menores de 15 años. Además, que en el 2015 el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil inscribió 1.538 recién nacidos de madres de entre 11 y 14 años.
“En 71 por ciento de los casos, los padres de esos recién nacidos eran mayores de 18 años, lo que confirma el abuso sexual detrás de esos embarazos”, remarcó.
La tasa anual de embarazo adolescente en Perú es 13 por ciento del total, porcentaje que sube a 30 en regiones de la Amazonía, como Loreto.
“El grupo de menores de 14 es el que más nos preocupa porque hay una relación de sometimiento y poder que genera niñas teniendo niños, niñas a quienes se vulneran sus derechos a estar protegidas contra toda forma de violencia, a vivir de acuerdo a su edad y desarrollarse”, sostuvo la funcionaria internacional.
Isaza mencionó cinco recomendaciones de política para asegurar los derechos de adolescentes y jóvenes presentadas en Perú por las agencias de Naciones Unidas, lideradas por Unicef y UNFPA, y que sirven a los demás Estados.
Por ejemplo, el diseño de paquetes integrales para atender las dimensiones del desarrollo de esta población y accedan a servicios de salud amigables, en horarios específicos y con personal preparado; tengan educación pertinente que incluya educación sexual integral, así como apoyo con esta información a sus propias familias.
“Se trata de que la casa y el colegio sean espacios seguros para cada niña, niño y adolescente, de que tengan salud, educación, protección frente a toda forma de violencia, y participación en sus comunidades”, subrayó.
Añadió que deben priorizarse zonas de mayor riesgo en cada país y que, para ser eficaces, estas medidas de acción integral desde el Estado tienen que ser culturalmente adecuadas, lo que incluye personal formado y capacitado para brindar servicios de calidad, y presupuesto suficiente a ser ejecutado con eficiencia.
Isaza recordó que 13 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que conforman la Agenda 2030, están directamente asociados a la niñez y adolescencia para llegar a ese año con esta generación en mejores condiciones en salud, educación, justicia, protección, igualdad de género.
“Y la única manera es hacer de los ODS un compromiso de los Estados y que ubiquemos en la sociedad el rol que nos toca jugar a cada sector y cumplirlo, es ponernos de acuerdo en un gran consenso social”, remarcó.

Edición: Estrella Gutiérrez

Mujeres en 2018: muchos avances, pero no suficientes


Se vislumbra un futuro diferente  


En 2018, las mujeres de este país demostraron que cuando se proponen algo lo hacen; que deben hacer visibles sus logros; que ya no temen denunciar ni decir lo que piensan y que las nuevas generaciones pueden vislumbrar un futuro diferente. Saben, también, que el camino hacia la equidad es largo, que la injusticia se denuncia y que la justicia se construye.
Hoy existe plena conciencia entre nosotras de que podemos ser “las primeras” en cualquier terreno. Por eso reconocimos, junto con la revista “Time”, a las mujeres que han roto el techo de cristal, en diversas actividades dentro de la academia, el deporte, el arte, la economía y la política, y que inspiran a muchas más a hacerlo, no sólo en Estados Unidos, sino en el mundo.  
También debatimos posturas sobre el derecho a decidir, dimos la lucha para evitar que llegara a la Suprema Corte de Justicia el ultraconservador Brett Kavanaugh, acusado públicamente por acoso sexual en 1980 contra Christine Blasey Ford.
También demostramos que el voto es un arma poderosa y la utilizamos el 6 de noviembre, con plena conciencia, como un ¡basta! a la misoginia de Donald Trump, y también ejercimos el sufragio, como migrantes, para buscar un cambio de gobierno en nuestro país de origen… y lo logramos.  

AVANCE ELECTORAL ANTI-TRUMP 

Conscientes de que las elecciones intermedias son decisivas para las presidenciales de 2020, es decir, determinantes para impedir que continúe la era Trump, días previos a los comicios, las encuestas revelaron que 6 de cada 10 votaría por las y los candidatos del Partido Demócrata y que 46 por ciento de las mujeres deseaban un relevo presidencial.
Como candidatas, las mujeres compitieron por 11 gubernaturas y 182 para la Cámara de Representantes, con la meta de superar el 20 por ciento de los espacios en el poder legislativo, una cifra aún insuficiente si se considera que las mujeres constituimos 52 por ciento de la sociedad estadounidense.
Las demócratas se organizaron en grupos como “The resistance” y las madres  tocaron puerta por puerta para promover el voto, más allá de disputas entre Trump y Hillary, pero en pos de un urgente cambio que derrote el discurso misógino, divisionista y de odio del presidente.  

El resultado de ese trabajo fue que 27 demócratas y siete republicanas ganaron 34 escaños en la Cámara de Representantes, un triunfo histórico, superior al de 1992 año en que triunfaron 24 mujeres, contra 34 que lograron este 2018. Entre las nuevas legisladoras hay musulmanas, indígenas, hispanoamericanas, la primera afroamericana y la candidata más joven, procedente de Nueva York.
Al Senado llegó la primera mujer por Tennessee y dos más ganaron las gubernaturas de Maine y Dakota del Sur. La elección dejó también evidente la alianza generacional, cuando Nancy Pelosi, de 78 años, primera presidenta de la Cámara de Representantes y opositora a medidas crueles como la construcción de un muro en la frontera con México, impulsó especialmente a  jóvenes candidatas.
El resultado de estos triunfos será la promoción y la elaboración de leyes que beneficien a las mujeres en todos los ámbitos, en un contexto de creciente violencia de género, la cual generó también una respuesta inédita en la sociedad estadounidense en este año por terminar.  

#MEETOO Y #HEARMETTOO

#Meetoo se consolidó este año como un movimiento mundial de las mujeres en contra de la violencia sexual. La directora de ONU-Mujeres, Phumzile Milambo Ngcuya, lo definió así: “Es poder ser visible, hablar por las otras, por las invisibles, un asunto global contra la impunidad que puede salvar vidas y donde por primera vez los poderosos no lo son más”.
A Meetoo le siguió la campaña #Hearmettoo, dentro de las actividades del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia en contra de las Mujeres, que se conmemora el 25 de noviembre, con 16 días previos de acciones, voces, búsquedas para que podamos dejar atrás la pesadilla.  

LAS MIGRANTES, CON AMLO

También este año, las migrantes mexicanas vimos una oportunidad de cambiar la realidad en el país que nos vio nacer, ejerciendo nuestro voto en las elecciones del 1 de julio en favor de Andrés Manuel López Obrador, quien se postuló por tercera vez a la presidencia, en medio de una crisis de Derechos Humanos, feminicidio y violencia contra las mujeres.
Muchas migrantes trabajaron arduamente en este país en el programa para obtener la credencial de elector, promovido por el Partido Movimiento de Renovación Nacional (Morena), bajo el cual se postuló a López Obrador a la presidencia, junto con el Partido del Trabajo y con Encuentro Social.
La votación desde el extranjero fue mayor que en otros comicios y el voto por López Obrador mayoritario, y el primero de diciembre tomó posesión el nuevo presidente, quien empeñó su palabra para trabajar por las y los  más necesitados, para recuperar la paz y que cese la violencia, incluida la violencia de género.
En el Zócalo de la Ciudad de México, López Obrador pidió ayuda a las madres de los  delincuentes para que no permitan que sus hijos actúen contra las leyes, para que dejen de defender todo lo que quebranta la ley. Dijo que trabajará para que acaben los casos de feminicidio.
Y, en el tema de las relaciones exteriores, prometió que no será candil de la calle y oscuridad de su casa. Y que tomará acciones para que las y los mexicanos emigren a otros países sí así lo deciden, pero no empujados por la necesidad.
En esta ciudad de Nueva York, las migrantes me dijeron que el triunfo de López Obrador les da más seguridad, porque saben que pueden regresar en cualquier momento a su país y porque sus familias van a estar mejor en su tierra con el nuevo gobierno. Que así sea. Y mientras tanto…  


CIMACFoto: César Martínez López
Por: Leticia Puente Beresford
Cimacnoticias | Nueva York, EU.-