7/07/2018

El triunfo es nuestro

  Zona de Reflexión



La euforia que tiene la población mexicana es más allá del triunfo de un candidato, es porque su voto fue respetado, contado y las instituciones creadas para ello, funcionaron. La euforia es por sentir que la apuesta a la democracia hoy da frutos. Es por saber que este triunfo es nuestro.

En 1988 la historia de la política mexicana dio un vuelco que no tenía retorno. La sociedad lo entendió pero el priismo no. El poder absoluto se resquebrajó, no más partido único, no más elecciones de Estado.

En síntesis lo que se demandaba entonces era “la emergencia de un sistema de partidos competitivo, un cambio en la correlación de fuerzas entre las opciones políticas y la mayor vigilancia de la sociedad civil de los procesos electorales”, explica la socióloga Irma Campuzano Montoya.

La creación del Frente Democrático Nacional fue la apuesta de la confluencia de todas las expresiones políticas que apostaban por la democracia y una transición pacífica. Desde la escisión del ala democrática del PRI, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez, Andrés Manuel López Obrador, entre otros, hasta una de las expresiones del trotskismo mexicano liderado por el historiador y politólogo Adolfo Gilly.

En 1988 el fraude tecnológico se estrenó como la expresión de la nueva era. La caída del sistema impidió tener resultados  inmediatos y confiables, un instituto electoral a la orden del gobierno priista dio el triunfo ilegítimo a Carlos Salinas de Gortari.

En 2018, los votos contaron, el sistema que se cayó fue el autoritario y ganó la democracia. Ésa es la euforia que está en el ambiente, la que sacó el domingo en la noche a la ciudadanía a las calles a festejar que “sí se pudo”, que el voto mayoritario era respetado. El triunfo es de la sociedad mexicana, es nuestro, de mujeres y hombres.  

Cómo olvidar esa imagen de Cárdenas, Rosario Ibarra de Piedra y Manuel J. Clouthier, acudiendo a Gobernación para rechazar la caída del sistema que anunciaba el fraude. Desde entonces la ciudadanía construyó el camino del triunfo del pasado domingo 2 de julio.

Los resultados están escribiendo un nuevo capítulo en la historia de México, la paridad equilibró de manera justa la presencia de las mujeres en los congresos y en el gabinete.

No sin nosotras, ha sido la exigencia que desde el movimiento feminista se ha impulsado. Sin las mujeres la democracia no avanza, no sólo en la presencia numérica sino en la construcción de país.

En 1996 las feministas crearon la Asamblea Nacional de Mujeres, espacio plural con dos ejes fundamentales: un Acuerdo Nacional de Mujeres para la Transición hacia la democracia y que la Reforma del Estado incluyera las propuestas de las mujeres.

Entonces ellas afirmaban “Nuestro futuro será diferente y promisorio si éste se construye tomando en cuenta la diversidad, la pluralidad, la diferencia y las necesidades de cada una de las personas que pueblan el país y que son base y el fundamento de un Estado de Derecho.”

Y así lo hicieron. Construyeron nuevos marcos legales, instituciones, centros de estudios, conocimiento y movimiento.

Muchas de ellas, de las de entonces y las de ahora, se sumaron a la construcción de los partidos que surgieron en 1988; muchas crearon las “Adelitas” en 2008, acompañaron a Andrés Manuel  López Obrador en la resistencia civil pacífica, movimiento femenino encabezado por Claudia Sheinbaum, hoy gobernadora electa de la Ciudad de México.

A las mujeres les interesa la política por supuesto, “porque ella nos permitirá construir este nuevo país con toda la sociedad. Porque nuestros asuntos son asuntos de la nación” así lo manifestaban en 1996 y hoy sigue vigente.

La agenda del nuevo gobierno que emana de esta historia y que se concretó el 1 de julio debe incluir a toda la sociedad, desde el discurso hasta en la visión de país. Las mujeres deben ser nombradas y sus demandas priorizadas en un acto de justicia y en un reconocimiento por su aporte a la construcción democrática de México.

Sí, el triunfo es nuestro, de toda la sociedad, como nuestra es la responsabilidad de seguir impulsando y vigilando el cambio que hemos construido entre todas y todos.

*Periodista y feminista, directora general de CIMAC.

Twitter: @lagunes28

CIMACFoto: Sonia Gerth

Por: Lucía Lagunes Huerta*

Cimacnoticias | Ciudad de México.-

La sociedad civil en la nueva transición



Miguel Concha


Todo indica que iniciaremos una etapa de cambios en la vida pública. La demanda social expresada en las urnas; la oferta de cambios de fondo, y la obsolescencia de los modelos económico y político, así lo anuncian y lo hacen necesario. No sabemos sin embargo qué tan hondo se avanzará. Está el objetivo, pero falta aún el programa para realizarlo.


El rezago político no permitió que las compañas fueran la ocasión para discutir los cómo, pero claramente tenemos el qué. Y por ello en este tiempo oportuno para el cambio necesitamos responder a la pregunta ¿cuál es el papel que le toca a la sociedad civil? Respuesta indispensable, porque quedaron en el aire temas surgidos a partir de la expresión desconfío de todo eso que llaman sociedad civil.

En tiempos de reconciliación, aun de aquello que no sabemos si estuvo confrontado, es útil proponer varias aclaraciones. La primera es que en la sociedad civil, como en cualquier ámbito social, hay diversas orientaciones políticas e ideológicas que en la historia reciente del país se han expresado.

La sociedad civil que se hizo visible en la solidaridad con los damnificados del sismo en 1985; la que propició el diálogo como salida al levantamiento indígena en Chiapas, estableciendo un cinturón de paz y una conferencia civil por la paz, entre otras iniciativas; la que logró el reconocimiento de la institución autónoma de derechos humanos y la independencia del Ejecutivo del órgano electoral, era ésa en la que predominaba el compromiso con lo popular y con los derechos económicos y sociales.

Después del 2000 aparecieron nuevas agendas que destacaron la lucha contra la corrupción, el mejoramiento de la administración e impartición de justicia y la seguridad. Cada una con sus aliados y sus preferencias políticas, enfatizaron los derechos civiles y políticos. En una perspectiva de integralidad de derechos ambas son legítimas y en una de interdependencia de los derechos las dos son necesarias, pues no se pueden pensar las libertades sin la igualdad y viceversa.

Además, en una perspectiva de autenticidad de los comportamientos concretos, éstos dependen de la argumentación, los resultados, la independencia respecto a los poderes y la sujeción al escrutinio social. Con el concepto de sociedad civil se comprende a todos aquellos que luchan por un cambio para democratizar la vida pública; por la justicia, el bienestar y el reconocimiento de la diversidad.

Por ello le toca ser no aliada, sino punta de lanza de los cambios. Y por ello quienes tienen poder de decisión y comparten la vocación de cambio tendrán que escuchar e interactuar corresponsablemente. Lo que quiere decir, cada quién con su responsabilidad en la construcción del programa para el cambio que ordenó la sociedad mexicana.

Habrá ocasiones para demostrar que esta corresponsabilidad es posible. Propongo cuatro. 1) El 31 de mayo próximo el Ejecutivo tendrá que enviar a la Cámara de Diputados la formulación del Plan Nacional de Desarrollo. Pero a diferencia de los sexenios anteriores ésta será la primera vez en que el Legislativo no sólo lo conocerá, sino que también lo aprobará. La mayoría del partido del Ejecutivo en el Congreso le asegura la aprobación, pero será la ocasión para demostrar que hay un real aprecio por la opinión de la sociedad, oyendo y tomando en cuenta sus propuestas. Como condensación clara del cambio, para ello la sociedad civil deberá pugnar por un gobierno y un parlamento abiertos.

2) Se demanda el fin de la corrupción. El diagnóstico del candidato triunfante se centró en ella. Hay instrumentos surgidos no sólo del gobierno anterior, sino con la participación de la sociedad civil, que se diseñaron para combatirla. El nuevo gobierno tendrá que manifestar su decisión de consolidar el Sistema Anticorrupción, y con ello de paso diferenciarse del anterior, el cual fue omiso en cumplir con el acuerdo legislado.

3) La corrupción es resultado de otros problemas, de la impunidad ciertamente, y ésta a su vez de la falta de equilibrio entre poderes. Los beneficios de una reforma del régimen político, que asegure independencia y redistribución de funciones entre ellos, trascenderán sin duda al periodo de gobierno por iniciar. Éste tiene la responsabilidad y la oportunidad única de impulsarla. Dado que el próximo presidente tiene la mayoría en el Congreso, no podrá prestarse a interpretaciones de que semejante reforma tendría dedicatoria. No sabemos si más adelante se repita esta convergencia. Por ello la sociedad civil debe poner el tema en la agenda pública.

4) El mandato social es de cambio, de fin de la corrupción. Es necesario, pero no suficiente para cambiar. La demanda de cambio es también de mejores condiciones de vida, de empleo, de seguridad social, de recuperación del campo, de mejor educación. Recuperar la agenda de los derechos sociales, relegada por la violencia y la opacidad, será otra tarea de la sociedad civil ante el posible cambio de régimen en el país.

Andrés Manuel y Cuauhtémoc



Enrique Calderón Alzati


Días de profunda alegría han sido estos, luego de los 30 años de engaños, miseria y explotación del pueblo de México, de enajenación de nuestros recursos naturales, de interés enfermizo de querer privatizarlo todo, incluyendo la educación y el agua, consagrados como derechos humanos en las naciones civilizadas. Las posibilidades que ha abierto el triunfo de Andrés Manuel López Obrador de un cambio significativo –tan solo en lo que se refiere a terminar con la corrupción que ha venido contaminando todos los niveles de gobierno y del sistema de justicia, haciendo del nuestro un país sin leyes– sería suficiente para pensar en un futuro distinto y mejor para la sociedad mexicana en su conjunto.


Pero es claro que Andrés Manuel y su grupo de colaboradores van por bastante más que eso con objeto de terminar con los problemas de inseguridad, de la falta de empleos que prohíjan la migración de los jóvenes, de la ausencia de visión de futuro de quienes piensan que la concentración de la riqueza debe ser el objetivo a buscar, sin entender que la economía funciona mejor cuando el poder de compra de los bienes se distribuye entre toda la población. De la importancia que tiene la educación para elevar la calidad de vida, en lugar de la ignorancia que facilita el monopolio del poder, a costa de la destrucción del futuro.

Ciertamente todo lo que Andrés Manuel representa ha hecho posible que el país entero se decidiera por el ¡Ya basta! Como un mensaje claro, dirigido al Presidente de la República y a sus cómplices, a los partidos políticos y a los integrantes del Congreso que se olvidaron de consultar a quienes supuestamente representaban antes de votar por las reformas estructurales que tanto daño han hecho a nuestro país. En este contexto de alegría supe de la reunión que sostuvieron en la mañana del martes pasado Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador, motivando el incremento de mi alegría por razones que ahora explico, adicionales al hecho de ver de esta manera el fortalecimiento de la izquierda para asegurar el éxito en las tareas que se avecinan y concretando el lema Juntos haremos historia.

En el año 2001 el ingeniero Cárdenas me invitó a formar parte de un grupo de colaboradores para preparar un programa de gobierno para el sexenio 2006-2012 en virtud de que ya se comentaba entonces que el gobierno del cambio de Vicente Fox, nada haría por hacer ese cambio, prometido con fines exclusivamente electoreros, lo cual terminó llevando a un altísimo nivel de descrédito, tanto a él como al PAN, a partir del cuarto año de ese sexenio. Para quienes formábamos entonces el grupo de trabajo de Cárdenas, nos pareció claro que ante tal fracaso, Cuauhtémoc podría ganar la Presidencia en 2006, haciendo a un lado al PRI y al PAN, sobre todo cuando algunos grupos de empresarios, de jefes de las fuerzas armadas y del mismo PRI se comenzaron a acercar a Cuauhtémoc para ofrecerle su apoyo.

Carlos Salinas de Gortari pronto se dio cuenta del peligro que corría el modelo neoliberal que él había impuesto, así como el riesgo de que sus familiares y amigos dejaran de percibir los beneficios y canonjías que ese modelo les proporcionaba, por lo que se acercó al Presidente Fox para ofrecerle sus servicios. Su propuesta consistía en dividir a la izquierda, y en particular a López Obrador y a Cárdenas, mediante un proyecto siniestro: hacer un teatro en torno a una falsa maniobra para desaforar a Andrés Manuel y luego retractarse para hacer crecer su popularidad a nivel nacional con objeto de distanciarlo de Cárdenas, sabiendo que la existencia de dos posibles candidatos de izquierda generaría rivalidades entre ambos y terminaría dividiendo a la izquierda, disminuyendo sus posibilidades de triunfo en aquellas elecciones de 2006. Su intervención le valió que su hermano Raúl Salinas fuera puesto en libertad unos días después de aquellas elecciones, que le dieron el triunfo haiga sido como haiga sido a Felipe Calderón Hinojosa.

Doce años tuvieron que pasar para que aquella maniobra perversa diseñada por Carlos Salinas y ejecutada por Fox pudiera ser superada. El precio que ha pagado nuestro país por ella ha sido inmenso, incluyendo más de 200 mil muertes, además del enajenamiento de nuestro patrimonio y del empobrecimiento de millones de hombres y mujeres de toda la nación, muchos de los cuales han tenido que emigrar en busca de un futuro mejor, separando familias completas y generando víctimas ante las acciones bárbaras de quien hoy dirige los destinos de nuestro país vecino.

Doce años en los que nuestra nación ha vivido sus peores momentos, llevando a miles de mexicanos a prostituirse vendiendo su voto, 12 años que han sido necesarios para que la sociedad mexicana comprendiera hasta dónde puede llegar la corrupción cuando el Presidente de la República” propone a los gobernadores un pacto de colusión e impunidad para joder a México y se sitúa él mismo como ejemplo de la corrupción a seguir para los funcionarios de su gobierno y para quienes ostentan cargos en los otros dos poderes que conforman el Estado mexicano.

En este contexto la reunión entre el ingeniero Cárdenas y López Obrador no es un mero acto protocolario, en tanto que representa el fin de su lejanía y la oportunidad para que muchos hombres y mujeres valiosos y honestos se unan en este proyecto que necesita de su concurso para asegurar el éxito que nos permita retomar el camino de la revolución mexicana, restableciendo los principios de la Constitución de 1917 para hacer realidad el país por el que tantos mexicanos ofrendaron su vida. Hoy la Patria es Primero, como en algún momento lo externó Vicente Guerrero. Quienes deseen conocer un poco mejor lo que aquí he tratado de explicar, pueden consultar el libro: Escenarios rumbo a las elecciones de 2018, publicado por Amazon.

Twitter: @ecalderon_a

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El triunfo es nuestro


OPINIÓN
   Zona de Reflexión
Por: Lucía Lagunes Huerta


La euforia que tiene la población mexicana es más allá del triunfo de un candidato, es porque su voto fue respetado, contado y las instituciones creadas para ello, funcionaron. La euforia es por sentir que la apuesta a la democracia hoy da frutos. Es por saber que este triunfo es nuestro.
En 1988 la historia de la política mexicana dio un vuelco que no tenía retorno. La sociedad lo entendió pero el priismo no. El poder absoluto se desquebrajó, no más partido único, no más elecciones de Estado.
En síntesis lo que se demandaba entonces era “la emergencia de un sistema de partidos competitivo, un cambio en la correlación de fuerzas entre las opciones políticas y la mayor vigilancia de la sociedad civil de los procesos electorales”, explica la socióloga Irma Campuzano Montoya.
La creación del Frente Democrático Nacional fue la apuesta de la confluencia de todas las expresiones políticas que apostaban por la democracia y una transición pacífica. Desde la escisión del ala democrática del PRI, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez, Andrés Manuel López Obrador, entre otros, hasta una de las expresiones del trotskismo mexicano liderado por el historiador y politólogo Adolfo Gilly.
En 1988 el fraude tecnológico se estrenó como la expresión de la nueva era. La caída del sistema impidió tener resultados  inmediatos y confiables, un instituto electoral a la orden del gobierno priista dio el triunfo ilegítimo a Carlos Salinas de Gortari.
En 2018, los votos contaron, el sistema que se cayó fue el autoritario y ganó la democracia. Ésa es la euforia que está en el ambiente, la que sacó el domingo en la noche a la ciudadanía a las calles a festejar que “sí se pudo”, que el voto mayoritario era respetado. El triunfo es de la sociedad mexicana, es nuestro, de mujeres y hombres.  
Cómo olvidar esa imagen de Cárdenas, Rosario Ibarra de Piedra y Manuel J. Clouthier, acudiendo a Gobernación para rechazar la caída del sistema que anunciaba el fraude. Desde entonces la ciudadanía construyó el camino del triunfo del pasado domingo 2 de julio.
Los resultados están escribiendo un nuevo capítulo en la historia de México, la paridad equilibró de manera justa la presencia de las mujeres en los congresos y en el gabinete.
No sin nosotras, ha sido la exigencia que desde el movimiento feminista se ha impulsado. Sin las mujeres la democracia no avanza, no sólo en la presencia numérica sino en la construcción de país.
En 1996 las feministas crearon la Asamblea Nacional de Mujeres, espacio plural con dos ejes fundamentales: un Acuerdo Nacional de Mujeres para la Transición hacia la democracia y que la Reforma del Estado incluyera las propuestas de las mujeres.
Entonces ellas afirmaban “Nuestro futuro será diferente y promisorio si éste se construye tomando en cuenta la diversidad, la pluralidad, la diferencia y las necesidades de cada una de las personas que pueblan el país y que son base y el fundamento de un Estado de Derecho.”
Y así lo hicieron. Construyeron nuevos marcos legales, instituciones, centros de estudios, conocimiento y movimiento.
Muchas de ellas, de las de entonces y las de ahora, se sumaron a la construcción de los partidos que surgieron en 1988; muchas crearon las “Adelitas” en 2008, acompañaron a Andrés Manuel  López Obrador en la resistencia civil pacífica, movimiento femenino encabezado por Claudia Sheinbaum, hoy gobernadora electa de la Ciudad de México.
A las mujeres les interesa la política por supuesto, “porque ella nos permitirá construir este nuevo país con toda la sociedad. Porque nuestros asuntos son asuntos de la nación” así lo manifestaban en 1996 y hoy sigue vigente.
La agenda del nuevo gobierno que emana de esta historia y que se concretó el 1 de julio debe incluir a toda la sociedad, desde el discurso hasta en la visión de país. Las mujeres deben ser nombradas y sus demandas priorizadas en un acto de justicia y en un reconocimiento por su aporte a la construcción democrática de México.
Sí, el triunfo es nuestro, de toda la sociedad, como nuestra es la responsabilidad de seguir impulsando y vigilando el cambio que hemos construido entre todas y todos.

CIMACFoto: Sonia Gerth
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 

Por segunda ocasión, una mujer dirigirá el gobierno de la CDMX


Claudia Sheinbaum alcanza 46.6 por ciento de la votación
   

Claudia Sheinbaum Pardo es la candidata electa para gobernar la Ciudad de México, al obtener, al conteo de este día, 46.6 por ciento de la votación, con lo que se convierte en la segunda mujer en ocupar este cargo.
En 1999 Rosario Robles Berlanga ocupó de manera interina la jefatura de gobierno, tras la salida de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano para contender por la presidencia de la República, por lo que estuvo solamente un año en el cargo.
A 18 años de distancia, una mujer dirigirá la CDMX, Claudia Sheinbaum Pardo. Nació en 1962, es una mujer de ciencia, con doctorado en Ingeniería en Energía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Fue postulada por la coalición “Juntos haremos historia” conformada por los partidos políticos de Morena, Encuentro Social y el Partido del Trabajo.
Su plataforma política se centra en 5 ejes: innovación, sustentabilidad, igualdad y justicia, honradez y un gobierno abierto.
Realizó una estancia académica de 4 años para su investigación doctoral en el Lawrence Berkeley National Laboratory, asociado a la Universidad de California en Berkeley. Es Investigadora Titular Definitiva del Instituto de Ingeniería de la UNAM, profesora del posgrado en energía de la UNAM, integrante del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencia.
Entre los premios que ha recibido se encuentran, el “Premio Joven Universidad en Innovación Tecnológica, Jesús Silva Herzog” en su versión Problemas del Desarrollo y Sor Juana Inés de la Cruz. Es autora de más de cien publicaciones especializadas y de dos libros en los temas de energía, medio ambiente y desarrollo sustentable.
Desde el año 2000, se integró al gobierno de Andrés Manuel López Obrador como Secretaria del Medio Ambiente. Posteriormente fungió como su vocera en la campaña a la Presidencia de la República en el año de 2006. En el año 2008 tuvo un papel muy importante coordinando la movilización de mujeres contra la privatización del petróleo y el debate en el Senado de la República.
Fue propuesta por López Obrador como Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales en caso de que llegara a la presidencia de la República en 2012. Jefa Delegacional en Tlalpan en el periodo de 2015 a 2017.
SUS PROPUESTAS
En su plataforma política, Sheinbaum Pardo propuso disminuir la contaminación, conservar y restaurar los recursos naturales y disminuir la contribución a los gases que provocan el cambio climático.
Señaló que con Andrés Manuel López Obrador la Ciudad se consagró en la construcción de derechos sociales universales y la mejora de servicios públicos. En el gobierno de Marcelo Ebrard Casaubón, se ampliaron los derechos sociales y se fortaleció la laicidad del gobierno y el reconocimiento de los Derechos Humanos, pero, dijo, sigue habiendo grandes desigualdades.
Propuso abrir oportunidades de educación, deporte, cultura y empleo para las juventudes y para las mujeres, el fortalecimiento de su autonomía económica, física y política.
Entre sus propuestas está también disminuir el número de funcionarios de altos puestos de confianza; cancelar el seguro de gastos médicos mayores con cargo al erario y “desaparecer todo tipo de privilegio.” No incrementar los impuestos y derechos y una revisión de las cuotas de predial y agua realizados en últimos años “para revertir injusticias”, son otras de sus propuestas.
Al igual que Andrés Manuel López Obrador, propuso realizar una consulta pública a los 3 años de su gobierno, para someter a consideración su continuación en el cargo para el que fue electa.
En el tema de movilidad humana, propuso modernizar el transporte concesionado trabajando de la mano con los transportistas, mantenimiento intensivo y modernización del Sistema de Transporte Colectivo, metro, y ampliar el sistema del Metrobús.
Respecto a los derechos sociales, propuso modernizar los programas sociales, fortalecer la pensión universal para las personas adultas mayores, el programa de becas a madres jefas de familias y personas con discapacidad, entre otros
En su plataforma política, Sheinbaum contempla fortalecer los derechos logrados en la Ciudad para las mujeres y las personas LGBTTTI.
Propone la creación de la Fiscalía contra la violencia familiar y de género y ampliar los programas de educación sexual y prevención del embarazo adolescente y reconocer los derechos de las trabajadoras del hogar.
En su plataforma también incluyó la reconstrucción para la atención de personas afectadas por los sismos del 19 de septiembre del año pasado, “sustentado en un programa de subsidios y otros instrumentos que garanticen el derecho a una vivienda digna, con especial atención a las delegaciones del oriente de la ciudad, en aquellas zonas en riesgo por problemas de grietas provocadas por el hundimiento del suelo.”

Imagen retomada de Twitter
Por: la Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 

Mujeres de Morena tendrán más representación en el Congreso


Coalición arrasa con curules 
   

De acuerdo con los primeros resultados de la elección de este 1 de julio, el nuevo Congreso ubica con una mayoría en ambas cámaras a la coalición “Juntos Haremos Historia” integrada por Morena y sus partidos aliados, Encuentro Social (PES) y Partido del Trabajo (PT).
El Movimiento Regeneración Nacional (Morena) no solo alcanzó la mayoría de votos en la presidencia de la República, con un 53 por cierto para Andrés Manuel López Obrador –conocido como AMLO-. De acuerdo con los registros del Programa de Resultados Electoral Preliminares (PREP) su coalición también encabezaría la mayoría de escaños en la Cámara de Diputados y el Senado.
Hasta el momento con más de 72 por cierto de las actas registradas por el PREP, la coalición que abanderó a López Obrador tiene el triunfo de representación en el Senado con 48 senadurías por mayoría relativa (elección por voto directo) y cinco de primera minoría, que suman 53 escaños en total, de los cuales, la mitad, por el principio de paridad, corresponderían a mujeres.
A esta mayoría abrumadora del partido Morena le sigue la coalición “Por México Al Frente” que conformaron los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), quienes ganarían únicamente 25 curules en el Senado, según el PREP significaría un 26 por ciento frente al 55  por ciento de lugares que alcanzó la coalición de López Obrador en el Senado.
En tanto, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en alianza con el Verde Ecologista y el partido Nuevo Alianza sólo obtendría 13 senadurías por el momento; y Morena de manera independiente dos, al igual que Movimiento Ciudadano.
Es de mencionar que en esta contienda electoral de 2018 en el ámbito federal se eligieron 128 senadurías y 500 diputaciones, y entre los criterios que asentó para este proceso el Instituto Nacional Electoral (INE) es que los partidos políticos debían registrar listas de candidaturas encabezadas por mujeres.
Por lo tanto, se registraron mil 752 candidatas mujeres a la Cámara de Diputados y al Senado; las mujeres representaron 50.1 por ciento del total de postulaciones que concuerda con el principio de paridad legislado en México en 2014.
En el caso de las postulaciones para el Senado, por el principio de mayoría relativa, el INE estipuló que 50 por cierto de las listas de cada partido o coalición tendría que encabezar una fórmula titular y suplente integrada por mujeres.
Mientras, para la Cámara de Diputados los indicios del PREP dan un 70 por cierto de las bancadas a la coalición que dirige AMLO, para estos partidos (PES, Morena) son 210 escaños en total, de los cuales, 105 serían para mujeres; y 62 de las diputaciones son para la coalición PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (20 por cierto), mientras el PRI únicamente ha logrado tener 14 escaños. Por la vía independiente Morena obtuvo ocho y el PAN cinco.
Es decir, Morena y sus aliados por el momento han sobresalido obteniendo 210 distritos electorales, “Por México al Frente” 62 distritos y el PRI con el Verde Ecologista y Nueva Alianza 14 distritos.

CIMACFoto: Anayeli García Martínez
Por: Hazel Zamora Mendieta
Cimacnoticias | Ciudad de México.-

OSC presentarán informe sobre mujeres migrantes ante expertas de CEDAW


Estado no garantiza derechos, sostienen
   


El Instituto Mexicano para la Migración (IMUMI) y otras organizaciones civiles con trabajo en migración presentarán este 6 de julio ante el Comité de Expertas de la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, (CEDAW por sus siglas en inglés) su informe sobre trabajadoras migrantes en México, en el extranjero, y de mujeres migrantes mexicanas en retorno y presentará los retos específicos que enfrenta el Estado mexicano para garantizar el acceso a sus derechos.
Las organizaciones señalaron que la legislación y política, al ser neutrales al género, no sólo discriminan a las mujeres trabajadoras migrantes centroamericanas en su acceso a la documentación migratoria, sino que limitan su acceso al derecho al trabajo digno, a la seguridad social, a la salud y a la justicia.
Pusieron como ejemplo el caso de las mujeres trabajadoras agrícolas que son documentadas como “acompañantes” de sus esposos, sin permiso de trabajo. En el caso de las trabajadoras del hogar, señalaron que la complejidad de los requisitos, en específico la oferta de un empleador, impediría que tengan acceso a una documentación migratoria con autorización para trabajar.
El informe también hace referencia a las migrantes internas, por ejemplo mujeres indígenas que se dedican al trabajo del hogar o en la agricultura en estados del noreste de México y que enfrentan “niveles agudos de violencia” por la intersección de varias discriminaciones: género, etnia, lengua, nivel socioeconómico y escolaridad.
También mencionan que las trabajadoras mexicanas carecen de oportunidades para acceder a trabajos ofrecidos en Estados Unidos y Canadá. El informe reconoció que ellas enfrentan discriminación de género durante los procesos de reclutamiento por las agencias de contratación.
El tercer reto, son las mujeres migrantes mexicanas en retorno o de otra nacionalidad en México, quienes enfrentan graves obstáculos en cuanto al acceso y acreditación de la identidad, así como de sus hijas e hijos. Por ejemplo, los requisitos para acceder a una CURP (clave de identificación) son difíciles, ya que muchas migrantes no pudieron conseguir apostilles y traducciones oficiales de sus documentos foráneos antes del retorno.
No obstante, en la práctica, la CURP es requisito para inscribir a niñas y niños en la escuela, de no ser posible, se les niega el derecho a la educación, informaron las organizaciones.
Entre las recomendaciones que hacen al Estado se encuentran promover y facilitar la inscripción de la nacionalidad mexicana en los Consulados mexicanos, facilitar la inscripción de la nacionalidad mexicana sin necesidad de un acta de nacimiento legalizada o apostillada, eliminar costos de actas civiles, y eliminar las barreras administrativas para el acceso a la CURP.
Para garantizar los derechos de las trabajadoras mexicanas en el extranjero, pidieron monitorear el proceso de reclutamiento en México y sancionar a quienes discriminen, incluir en las agencias de reclutamiento una perspectiva de género, y recopilar datos desagregados por sexo sobre personas migrantes que participan en programas de migración laboral en el extranjero.
Para mejorar la situación de las mujeres migrantes en México, recomendaron desvincular la documentación migratoria con autorización para trabajar de la oferta de un empleador, ya que “este tipo de arreglos puede restringir indebidamente la libertad de circulación de esos trabajadores y aumentar su vulnerabilidad a la explotación y los malos tratos, a veces en condiciones de trabajo forzoso o servidumbre”, como dice un documento del Comité de Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y sus Familiares.
Para acelerar la igualdad de facto entre mujeres y hombres las organizaciones propusieron apartar recursos específicos dentro del presupuesto del Instituto Nacional de Migración.
Argumentaron que acciones afirmativas son necesarias para introducir medidas especiales dirigidas a trabajadoras del hogar y en la agricultura. Ambos grupos podrían ser registrados con la categoría de visitante trabajadora fronteriza, para poner fin a su vulnerabilidad extrema.
El informe además hizo referencia a varios procesos anteriores de informes, recomendaciones y respuestas del Estado ante el Comité CEDAW, que al aparecer no presentaron soluciones satisfactorias para el problema de la desigualdad de mujeres migrantes.
Este informe será presentado en el marco del noveno informe periódico del Estado Mexicano, este 6 de julio en Geneva, Suiza.
El Comité CEDAW está compuesto por 23 personas expertas en derechos de las mujeres, procedentes de todo el mundo. Supervisa la aplicación de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Al ser Estado Parte, México debe presentar un informe sobre la manera en que cumple los derechos contemplados en la Convención.
El Comité examina cada informe y expresa sus preocupaciones y recomendaciones al Estado Parte en forma de "observaciones finales". Pero desde su fundación, ha puesto mucho énfasis en conocer la perspectiva de la sociedad civil, por lo que invita y toma en cuenta informes “alternativos” que presentan las OSC en diferentes ámbitos.
1CIMACFoto: César Martínez López
Por: la Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México.-

Argentinas piden a Senado aprobar proyecto de aborto sin modificaciones


 El 8 de agosto se define su aprobación
   

El día de ayer inició en comisiones del Senado de Argentina la revisión del proyecto legislativo que busca despenalizar el aborto hasta las 14 semanas de gestación, por lo que las impulsoras de esta ley, las integrantes de la “Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito” exigieron al Senado que sea aprobado sin modificaciones.
El tratamiento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo arrancó esta semana en el Senado de Argentina con reuniones conjuntas entre tres comisiones: de Salud, Justicia y Asuntos Penales, y la de Asuntos Constitucionales, quienes revisarán y dialogarán sobre el proyecto aprobado el pasado 14 de junio por la Cámara de Diputados del país, con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención.
Será el próximo 8 de agosto cuando las comisiones debatan el proyecto de despenalización del aborto para la sanción definitiva.
Previamente, cada comisión emitiría dictámenes de las modificaciones que consideran necesarias hacer a los 22 artículos que conforman la ley.
Por ello, en un comunicado, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto exigió a las y los senadores aprobar sin modificaciones el proyecto de ley que ellas impulsaron, toda vez- defendieron- que se trata de una demanda de la sociedad civil y del movimiento de mujeres en Argentina: “en cada rincón del país protagonizan cientos de pañuelazos por nuestro derecho a decidir. También con el apoyo de la mayoría de la población, las últimas encuestas dicen que la sociedad apoya el proyecto por encima de 60 por ciento”.
En caso de que el Senado determine cambios a los artículos del proyecto de la ley del aborto legal, éste se regresaría a la Cámara de Diputados, donde deberá ser revisado. Esta es la séptima ocasión que la Campaña presenta la propuesta para despenalizar el aborto.
El otro escenario es que el Senado determine, en un hecho histórico, aprobar el proyecto el próximo 8 de agosto, con lo que sólo faltaría el refrendo del presidente de Argentina, Mauricio Macri, para convertirse en Ley, el acceso gratuito y seguro al aborto.
En ese sentido las integrantes de la Campaña hicieron un llamado a la Cámara de Senadores para tener un debate abierto ante la sociedad civil, que se permita el ingreso de periodistas y que garanticen una transmisión en vivo para todo el país.
Es de destacar que de los 72 miembros del Senado la mayoría se ha manifestado en contra de esta ley que busca despenalizar el aborto hasta las 14 semanas de gestación, añadir las causales por malformaciones fetales y el riesgo psíquico o social de la mujer, asimismo, regula la objeción de conciencia del personal médico.
Incluso la presidenta de la cámara alta, Martha Gabriela Michetti, expresó su oposición a la medida, situación que fue repudiada por defensoras de las mujeres y otras legisladoras a favor, quienes en los últimos meses han defendido el proyecto en las calles, con debates con expertas en ciencia y Derechos Humanos sobre la importancia de garantizar a las mujeres el derecho a decidir sobre su cuerpo, y los llamados “pañuelazos”, símbolo que ha caracterizado a las argentinas en esta lucha histórica por el acceso al aborto.

Imagen cortesía de Sol Atta de la agrupación Las Rojas
Por: la Redacción
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 

Aprueba Guatemala reducción de sentencias en casos de feminicidio


Corte aprueba resolución, ONU mujeres expresa preocupación
   

ONU Mujeres manifestó su preocupación por la reciente resolución de la Corte de Constitucionalidad (CC), que permite la reducción de sentencias en casos de femicidio/feminicidio en Guatemala, lo cual consideró, pone en riesgo la vida e integridad de las mujeres sobrevivientes de violencia, así como su derecho a la justicia efectiva y plena.
El miércoles 27 de junio, la máxima corte declaró inconstitucional la frase “y no podrá concedérsele la reducción de la pena por ningún motivo” incluida en el artículo 6 de la Ley contra el Femicidio y otras Formas de Violencia contra la Mujer.
Tomando en cuenta la particularidad de los casos de femicidio/feminicidio, señaló ONU Mujeres, el dictamen de la corte coloca aún en mayor vulnerabilidad a las víctimas colaterales, familiares, hijos e hijas, debido a que eleva el riesgo de venganza y represalias por parte del condenado.
Hacemos un llamado al Estado de Guatemala a considerar en todas sus decisiones jurisdiccionales y administrativas, el pleno reconocimiento de los Derechos Humanos de las mujeres, con el fin de que se mantenga el compromiso de garantizar una vida libre de violencia para todas las mujeres, niñas y adolescentes, añadió.
El organismo recordó que Guatemala es pionera en leyes en contra de la violencia de género, como lo evidencia la Ley contra el Femicidio y otras Formas de Violencia contra la Mujer; la Ley para Prevenir, Erradicar y Sancionar la Violencia Intrafamiliar; y la Ley contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas, normativas aprobadas en concordancia con los compromisos internacionales suscritos en materia de derechos humanos.
Fundación Sobrevivientes manifestó también su rechazo a la decisión de la corte y dijo que ésta representa un retroceso en los avances alcanzados al respecto de los derechos de las mujeres; consideró además que viola la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujeres (CEDAW) y especialmente la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belem do Pará), aprobadas por Guatemala.
La sentencia hace un análisis de los artículos 4 y 19 constitucionales, sobre la libertad e igualdad de derechos y sobre la naturaleza jurídica de la pena sobre la readaptación y reeducación social del recluso, sin tomar en cuenta las convenciones que forman parte del bloque constitucional, donde el Estado se comprometió adoptar por todos los medios, políticas y acciones positivas apropiadas para sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, enfatizó la Fundación.
Recordó además que la Convención Belem do Pará en su artículo 13 establece que “nada de lo dispuesto en ella puede ser interpretado como restricción o limitación a la legislación interna de los Estados parte que provea iguales o mayores restricciones y garantías de los derechos de las mujeres y salvaguardias adecuadas para prevenir y erradicar la violencia contra la mujer”.
La resolución muestra lo irrelevante que representa para la CC hacer un análisis de las relaciones desiguales de poder, el machismo, el sexismo y las muertes violentas de mujeres por su condición de género, aseguró la Fundación, que acudirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para evitar que los derechos de las mujeres sean vulnerados.

CIMACFoto: César Martínez López
Por: la Redacción
Cimacnoticias/Cerigua | Guatemala, Gua .

7/05/2018

Grupos privilegiados, los que se sorprendieron con victoria de la izquierda, dicen analistas

Elecciones 2018



De acuerdo con investigadores del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México (Colmex), había muchos indicios del triunfo de la izquierda en las urnas. El descontento con la violencia, la gran desigualdad, el hartazgo con la corrupción y la impunidad son parte de la explicación. Pero, aún así, planteó ayer Soledad Loaeza, hay una parte de la sociedad que se dice sorprendida con lo que pasó. Esto nos habla de la sordera de los grupos de privilegio en México, planteó en una sesión de análisis de los resultados de las elecciones.

En la última sesión del seminario 2018: año de elecciones, año de reflexiones, la investigadora planteó: no puede ser que haya mexicanos que no registraron el impacto en las noticias sobre la corrupción de los gobernadores, lo que ocurrió en Ayotzinapa o que el Presidente y su esposa adquirieron una casa de 7 millones de dólares.

Lorenzo Meyer, profesor emérito del Colmex, consideró que los resultados de los comicios pueden verse desde dos ópticas: la de La rebelión de las masas, de José Ortega y Gasset, y El México profundo, de Guillermo Bonfil. Ortega tenía un enorme temor de que las masas llegaran adonde no tenía que llegar, similar a las críticas que desde las élites se hacían a Morena. “Nada más les faltaba decir: ‘Es que no tienen clase’; para gobernar se necesita un buen color, un doctorado”.

Arturo Sánchez Jiménez

Periódico La Jornada
Jueves 5 de julio de 2018, p. 10

AMLO, Morena, democracia



Abraham Nuncio


El próximo gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador se enfrentará, entre otras, a las carencias que registra nuestra representación política. Una de sus primeras tareas tendría que ser, por tanto, la de crear las condiciones para que la democracia –a la que se da por hecho y de la que se abusa verbalmente– tenga visos de realidad.


El cambio en ese sentido, si quiere consolidarse, tendrá que ser sobre bases democráticas o no será.

Desde muy diferentes ámbitos, al gobierno se le exige que sea democrático, y la puesta en acto de todos los valores que ello implica: respeto a la ley, trato igualitario y equitativo, pluralidad, honestidad, respeto a las libertades y garantías constitucionales; por supuesto, limpieza, rendición de cuentas, transparencia. Una exigencia totalmente justificada. Sin embargo, quienes esto exigen no hacen el intento por anclar esos criterios y actos en sus lugares de adscripción: partidos políticos, centros de trabajo, centros de estudio, medios, sindicatos y otras organizaciones civiles. Los empresarios, por ejemplo, le piden a López Obrador que termine con la corrupción. La corrupción que implica al corruptor y al corrupto. Hasta ahora, los casos más escandalosos de corrupción han involucrado a empresarios. ¿Han hecho las organizaciones empresariales los llamados pertinentes y oportunos para que su membrecía evite participar en actos de corrupción?

Con todos los escollos que encontrará López Obrador para poder cumplir con el programa de gobierno que ofreció como candidato, y con los ataques y críticas que le lanzarán los que se han sentido lesionados en sus privilegios, sinecuras e impunidad de que gozaron por largas décadas, creo que como principal dirigente de Morena tendrá que hacer grandes esfuerzos para que este partido tenga una sólida estructura de prácticas democráticas. Dejar que el juego de autonomías valga, en primer lugar, para su militancia. Haberlo fundado, conseguir que creciera en pocos meses, convertirlo en un gran cohete electoral y en el partido triunfador de las elecciones más competidas de la historia del país, así como en el crisol de su aspiración para ganar la Presidencia de la República fue, sin duda, una verdadera proeza. Mayor proeza será aportar, con su prestigio político, al desarrollo de Morena como un partido esforzado por ser ejemplo que sabe exigir, a las propias autoridades que eligió e hizo elegir, para que su gobierno se apegue a lo ofrecido a la ciudadanía. Y aun, por asumirse como el eje de un cambio radial y profundo, a la medida de una suerte de cuarta República.

Sin un partido que haga fuerte al Presidente, esperanzada su militancia en que sea el Presidente el que lo haga fuerte a él, la fuerza de ambos se degradaría. En el ejercicio del poder, el más sabio se equivoca. Pero si tiene un partido que sea el primero en advertir el error que resulte y en pugnar para que lo autocorrija quien lo cometió, la fuerza política y moral de uno y otro cobrará altura.

Será bueno señalar, desde ahora, que si Morena se convierte sólo en la agencia político-electoral de López Obrador, los efectos del triunfo en las elecciones del pasado domingo serán lo que los mexicanos no queremos: un presidencialismo extremo y un partido garapiñado y de contornos ideológicos y éticos expuesto a feroces disputas internas. Lo cual equivaldría a revivir, con nombre y parafernalia distintos, al régimen que se hundió.

Es posible que López Obrador gobierne con mayoría. Los legisladores de Morena serán, o bien fieles transmisores del Presidente por medio de Morena, o bien el conjunto cabal de esa representación política que nunca hemos tenido: atenta a la labor del Poder Ejecutivo, a las necesidades y demandas de la población –sobre todo de la población mayoritaria– y a las muy diversas presiones de la minoría rapaz y de sus apoyos nacionales y del exterior (Estados Unidos, de manera señalada), que querrán ver en la alternancia del poder un cambio, sí, pero sólo de periféricos en su vestimenta. El sino de Morena estará en la respuesta a esas realidades.

Por primera vez, la mayoría sintió punitiva la cordillera de la desigualdad, el despojo y la violencia. Y decidió que era ya el momento de cambiar tal ominoso contexto por la vía pacífica.

Ese cambio, por el que no votaron, salvo excepción, los empresarios grandes y medianos, sus directivos y allegados, y los políticos con los que se han coludido para aumentar su fortuna, requerirá ser defendido no sólo con reglas de juego diferentes por parte de las nuevas autoridades, su estado mayor y su partido, sino por la propia ciudadanía que hizo posible su triunfo electoral. Una ciudadanía decidida a tener unas elecciones libres, como la que se agrupó en una miríada de organizaciones semejantes a la Red Universitaria y Ciudadana por la Democracia –la menciono porque me consta– apoyada por la UNAM.

Un logro histórico



Octavio Rodríguez Araujo


Estoy viendo el mapa electoral del PREP y, salvo Guanajuato, todo está pintado con los colores de Morena. Esto es, no sólo ganó López Obrador la Presidencia de México sino que alcanzó lo impensable hace unos meses: obtener, como candidato presidencial, la más alta votación en 31 entidades de la República según la información preliminar de 93.6 por ciento de las casillas.


La proeza de AMLO y de su equipo cercano, porque no se le puede llamar de otra forma, es realmente notable. Siendo un partido a punto de cumplir apenas cuatro años de su registro, Morena se impuso en prácticamente todo el país. Y, guste o no, es obra de López Obrador como dirigente político. Morena es fruto de la inteligencia, tenacidad y perseverancia de su máximo líder y también de quienes, incluso con algunas críticas no siempre bien recibidas, confiamos en él y desde nuestras respectivas trincheras lo apoyamos desde hace 22 años, cuando fue electo presidente del PRD. En mi caso, aunque no fui miembro del PRD, como tampoco de Morena como partido político, lo respaldé porque, además de haberlo conocido cuando él era estudiante en la Facultad de Ciencias Políticas, he seguido su trayectoria desde Tabasco hasta los últimos días de su reciente campaña. Aunque nos distanciamos recientemente a raíz de las alianzas que estableció en Morelos y con el PES, él sabe que celebro su triunfo y el de su partido con verdadera alegría y que dicho triunfo lo considero como un verdadero hecho histórico en la larga y accidentada construcción posrevolucionaria de este país.

El cambio que ha logrado en el mapa electoral del país es un primer indicio de un nuevo significado en la vida política de los mexicanos. Inicialmente, los partidos tradicionales, PRI y PAN, quedaron rezagados, debilitados y tal vez en una crisis de la que difícilmente saldrán en corto plazo. El PRD, que debió refundarse cuando estaba a tiempo de hacerlo (2009), no lo hizo y su descenso lo llevó a convertirse en uno más de los partidos pequeños en la actualidad. El sistema de partidos, por tanto, está en vías de modificaciones importantes y, si el gobierno de AMLO es como se espera que sea, muy probablemente habrá nuevos acomodos y tal vez nuevos partidos aunque se llamen igual que los actuales. Este fenómeno de metamorfosis en los sistemas partidarios, conviene recordarlo, no es exclusivo de México.

En segundo lugar, los modos de hacer política y de ejercer el poder también cambiarán. La intención de López Obrador es dar pie a un nuevo régimen político, es decir, distinto al tecnocrático neoliberal de los gobiernos priístas y panistas de los pasados 30 años. Es de desearse que lo logre, aunque no podemos perder de vista que dicha trasformación tendrá que darse –pienso– poco a poco, ya que están en juego intereses muy fuertes, especialmente de quienes se han visto más beneficiados por la globalización neoliberal.

En tercer lugar, y no menos importante, es que quienes han dicho (intelectuales de derecha desde tribunas privilegiadas) que la mitad de los ciudadanos está en contra del candidato ganador, se equivocan. México, para nuestra ventaja, no vive en un régimen totalitario donde no hay oposición. Aunque cuestionada, nuestra democracia no sólo existe sino que se ha hecho presente, como nunca antes, en las urnas electorales. Hubo cuatro candidatos y tres perdieron con porcentajes muy inferiores a los alcanzados por el triunfador. Unos estuvieron con el PAN, otros con el PRI y los menos con El Bronco. Pero la mayoría estuvo con Morena y tangencialmente con sus aliados; y esta mayoría ha resultado ser superior a la obtenida por Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, lo que no es secundario. Esos mismos intelectuales de derecha, acoto, no dijeron en los anteriores comicios que más de la mitad de los ciudadanos estaba en contra de los ganadores. ¿Por qué ahora sí? Por una sencilla razón: porque no querían que AMLO llegara a la Presidencia y se sienten frustrados. Más inteligentes resultaron Meade (sobre todo Meade) y Anaya, que incluso antes del conteo rápido aceptaron su derrota y felicitaron al ganador al mismo tiempo que llamaron a la unidad del país y no a batir tambores de guerra en su contra. Semejante fue la posición del dirigente del Consejo Coordinador Empresarial. Peña, por su parte, hizo lo mismo sin regateos y apegándose, como tenía que ser, al protocolo institucional. Sólo las personas de escaso coeficiente intelectual que creyeron y creen, sin motivo alguno, que López Obrador les va a quitar su televisor y otras pertenencias, están enojadas. Pero la estupidez de éstas, por fortuna, no tiene nada que ver con el fortalecimiento democrático del país. Éste se ha dado a pesar de aquélla.

Cierro estas líneas con una nota de enorme alegría y con mis felicitaciones sinceras a Andrés Manuel por su merecido y esperado triunfo.

rodriguezaraujo.unam.mx


Trump, AMLO y el mandato popular



John Saxe-Fernández


E


l combate a la pobreza, la de-sigualdad, la corrupción, la impunidad y la violencia, como eje de la campaña electoral 2018 de las candidaturas de Andrés Manuel López Obrador y Morena a todo nivel, jugó y jugará en todo momento, ahora y en el futuro, un papel central en la permanencia y consistencia del apoyo popular, bien detectado por las encuestadoras, un verdadero huracán electoral, que sustentó la victoria de AMLO en pos de la Presidencia, de gubernaturas, diputaciones y senadurías bajo las promesas de no les voy a fallar y no traicionaré al pueblo. Desde la empatía que viene con los años, el mandatario electo dice que la suya es una disposición sólida y serena ante el pueblo, el mundo y ante sí mismo. Es un mandato Ayotzinapa, que tiene como fuerza motora detener la masacre en curso entre mexicanos, tratándose de un reto trascendental y complejo ante el que se buscará todo apoyo, desde lo doméstico hasta la ONU y el papa Francisco, la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Penal Internacional. Pero sin abandono del neoliberalismo por 36 años vigente bajo el FMI, sería difícil ir a la raíz.

Esta vital iniciativa tiene imbricación con un diseño de política exterior centrado en los principios normativos de política exterior del artículo 89 constitucional, del que AMLO citó en las plazas públicas: 1) la autodeterminación de los pueblos; 2) la no intervención y 3) la solución pacífica de controversias. Evidenció así su endoso a un mandato constitucional que incluye la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; y la lucha por la paz y seguridad internacionales (DOF 11/mayo 1988).

Alrededor de estos principios de larga data, se articula una política exterior esencial en estos años del siglo XXI repletos de retos existenciales, por la desastrosa convergencia entre el colapso climático antropogénico en curso con una guerra nuclear. De esos riesgos tratan los principios de política exterior como lo argumentó y llevó a la práctica Alfonso García Robles, el premio Nobel de la Paz (1982) otorgado junto a Alva R. Myrdal, por la promoción de la no proliferación nuclear en el Tratado de Tlatelolco (1967), el cual, ante la inminencia de una guerra nuclear, como la Crisis de los cohetes de octubre de 1962, formalizó la desnuclearización del territorio de América Latina y el Caribe. Hoy, ante un deterioro estratégico aún mayor, Estados Unidos y Rusia, que manejan 95 por ciento del arsenal atómico, mientras no acuerden la desnuclearización de su armamento, enfrentarán, junto al resto de las naciones del orbe, alto riesgo de destrucción mutua, asegurada y, entiéndase bien, terminal, dada la acentuada aniquilación biológica en curso, aún sin otra guerra mundial (PNAS, 10 de julio de 2017). El espíritu del Tratado de Tlatelolco debe estar en la agenda Trump/Putin a celebrarse en Helsinki, Finlandia, el 16 de julio. Urge un entente nuclear cordiale.

El tercer principio de política exterior en la agenda de AMLO no es asunto menor. México va por la paz y la civilidad estratégica, no por el belicismo que bombardea pueblos. Datos oficiales recabados por el senador republicano Rand Paul muestran que la dupla George W. Bush/Tony Blair lanzó 70 mil bombas contra cinco países con los que Estados Unidos no está en guerra, aunque desde el 11/S se declaró en guerra antiterrorista. Durante esos ocho años lanzó un promedio diario de 24 bombas, es decir, 8 mil 750 al año. Durante los años de Obama/OTAN la cifra aumentó a un promedio de 34 bombas diarias, 12 mil 500 anualmente (100 mil en ocho años), lanzadas contra siete países. En el primer año de Trump el promedio de bombas pasó a 121 diarias (una cada 12 minutos) con un total anual de 44 mil 96. Acierta el comediante Lee Camp cuando dice que vivimos en un estado de guerra perpetua sin darnos cuenta.

Según datos de Whitney Webb, de Mint Press News, con Trump la tasa de muertos por ataques con drones es 80 veces mayor que bajo Bush: “…más de 80 por ciento de las bajas civiles (niños, mujeres, hombres) nunca se identifican”. Ni ellos saben a quién están matando. Evitan registrar los muertos civiles en la zona de guerra clasificándolos de enemigos combatientes.(¿A quién bombardeará Colombia desde la OTAN?)

Coda. Si en lo doméstico es vital que la transición arranque sin sobresaltos y libre de designios transexenales como someterse innecesaria y prematuramente al mandato ominoso del FMI-BM-BID, en lo externo los principios de política exterior abrazados por AMLO ante el electorado que lo llevó a la Presidencia serán el único cauce a seguir, en un mundo de banca, moneda y finanza multilateralizante. Como dijo el virtual presidente electo a los simpatizantes que lo rodean a cada paso por la capital, la transición y el gobierno se harán de manera ordenada y tersa. Lo podrá hacer así bajo el mandato popular.

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Si López Obrador no se cuida se lo pueden joder como a Lula, Correa, la Kirchner, Maduro u Ortega


Pedro Echeverría V.

1. En una ocasión, hace unos 10 años, un desequilibrado acusó a Fidel Castro de ser el más rico del mundo en la lista de Forbes porque todas las propiedades del Estado cubano estaban a su nombre. No pegó la calumnia y los medios silenciaron la noticia en unas semanas. La realidad es que en las mil una de mis lecturas nunca he sabido que un socialista o comunista pueda ser acusado de ladrón, porque ser millonario no puede estar entre sus valores. A los comunistas se les puede acusar de otras cosas, pero siempre buscarán estar lejos de los vicios más extremos del capitalismo.

2. En México nunca los izquierdistas hemos tenido la capacidad y la fuerza para echar del poder a ningún gobierno, a pesar de que todos han sido ladrones, represores y muchos de ellos asesinos. Hemos logrado miles de veces llenar las calles de manifestantes, pero nuestras fuerzas nunca han alcanzado; por el contrario, quienes nos han demostrado en múltiples ocasiones que derrocan gobiernos cuando quieren son los poderosos millonarios de una nación en estrecha alianza con los gobiernos de EEUU. Por ello López Obrador debe caminar con mucho tacto.

3. A los ex gobernantes brasileños Lula y a Dilma se los jodieron con falsas acusaciones por un desconocido gobierno (Tamer) que contó con el apoyo yanqui: Lula es además un candidato presidencial muy popular, pero sigue enredado con asuntos legales. El ecuatoriano expresidente Rafael Correa, un verdadero tribuno que ha dado todo su apoyo al creador de Wikileaks Julian Assange, fue amenazado de encarcelamiento con acusaciones dolosas. La expresidenta de Argentina Cristina Kirchner fue sucedida por un presidente ultraderechista (Macri) que la ha perseguido con acusaciones tontas.

4. ¿Qué ha pasado en Venezuela después que en 1999 Hugo Chávez –mediante elecciones muy vigiladas- se hizo del gobierno y anunció que buscaba construir el “socialismo del siglo XXI? Que los grandes empresarios del país, con el total apoyo del gobierno de EEUU, mediante un golpe de Estado en 2002, derrocaron a Chávez; pero éste con el apoyo del pueblo recuperó el poder a las 48 horas. Luego en los siguientes años estos multimillonarios y los yanquis sumieron a Venezuela en una profunda crisis especulativa del dólar y de productos en el mercado para agrandar el descontento de la población buscando derrocar a Nicolás Maduro que sustituyó a Chávez al morir.

5. Desde hace algunos meses, aunque se tiene escasa información de lo que verdaderamente sucede en Nicaragua, no es difícil pensar que es el imperio yanqui el que aplaudiría con más fuerza el derrocamiento del gobierno de Daniel Ortega. No metería las manos en defensa de Ortega porque desde hace algunos años he tenido condenables noticias acerca de su gobierno; pero dada la actuación de los EEUU desde hace 100 años casi estoy seguro que son los yanquis los que están moviendo todo. Voy a investigar más este asunto a pesar de que el 99 por ciento de las noticias que se difunden están contra él. Pero así ha sido siempre.

6. Por ello hay que estar muy atento acerca de las recomposiciones que vamos a vivir en México a partir del anuncio del triunfo electoral de López Obrador. Estoy seguro que se desatará un bufalada en el interior de los partidos en su proceso de profunda crisis y de recomposición. A mí me llena de alegría el triunfo electoral de AMLO, pero mucho más lo que sucederá antes y tres meses después de la toma de posesión de López Obrador. Sobre todo me alegrará ver la confrontación entre los siete grandes del mundo y la fuerte competencia comercial y productiva entre los EEUU y China. ¿Qué posiciones tomará López Obrador ante el mundo y en lo doméstico? (4/VII/18)




Para AMLO no debe haber período de gracia

Es un fenómeno y eso sí se sabe, por lo que no es propio decir que en esos meses se construyó. Viene de lejos. De las luchas por la democracia que sabíamos inmolación en tiempos de hegemonía. Del inspirador, épico, “Éxodo por la Democracia”, que ocurrió cuando muchos éramos niños, y para una enorme porción del electorado, si acaso, referencia histórica de los tiempos convulsos con aspiraciones democráticas… porque hace 30 años que el fenómeno arrancó desde la caliente y húmeda Chontalpa.
(Viéndolo bien, entre quienes votaron por él, hay quienes eran niños en la primera derrota, quienes no tenían edad para votar en la segunda y que ni idea tienen del Éxodo, los reclamos por fraude en Tabasco, su dirigencia en el PRD y su influencia en la reforma electoral que posibilitó las alternancias o la jefatura de gobierno).
Él dice que viene de más lejos. De antiguas luchas y de los veteranos –muchos extintos– luchadores sociales que pedían por todos los medios transición democrática, convencidos de que la vía armada no era, si alguna vez lo fue, una opción para el cambio. Él lo dice y, si acaso, debemos admitir que vio las viejas luchas con simpatía, pero a la distancia, desde el ala más social del PRI, y algunos de aquellos participantes o herederos directos (no todos) se le sumaron en su largo trayecto a la victoria, porque encontraron un piso mínimo de acuerdo. La reivindicación de hoy quizás sea justa.
Fue a base de campaña negra, ese estimulo al prejuicio, como la historia de lucha por la democracia de más de tres décadas quedó anulada por la idea de que tiene un talante autoritario, ínfulas dictatoriales o aspiraciones dinásticas, en buena medida alimentado por, eso sí, una intolerancia a la crítica, principalmente cuando era (o al menos, él creía) injustificada, y reaccionaba como opositor rudo que siempre lo fue. Sin embargo, no hay acto represivo (al menos yo no lo registro) que se le pueda imputar en su trayectoria.
También se alimentaba en la ausencia de formas democráticas, señalada y recientemente, en el seno de Morena. Y López Obrador se burlaba de que a sus críticos les molestara tanto la práctica de votaciones a mano alzada. Se sabe que en todos los partidos la antidemocracia interna campea, pero el nivel de exigencia, bien intencionada o no, tiene que ver con su oferta discursiva de ser diferente.
Luego está la transparencia, componente de todo modelo democrático, que tampoco ha sido su fuerte. Desde la jefatura de gobierno, hubo asuntos como el segundo piso del Periférico, hasta meses recientes, con la calificación más baja para Morena de entre todos los partidos en la Plataforma de Transparencia, que hacen pertinente la duda. Él, candidato permanente, solía descalificar al sistema (por fifí) y apostarlo todo al ejemplo personal, la honestidad con un valor superior a la norma y la técnica. Vieja disyuntiva: el gran hombre o la gran institución. En democracia, sabemos, debe creerse en la segunda opción.
Hay un principio del derecho social (lo había, en la doctrina, hasta hace poco): el de igualdad por compensación. Es aquello de ayudarle un poco a la parte en desventaja frente a la parte poderosa. Si ese principio podía aplicarse con Andrés Manuel, se acabó, como también la celebración, porque él ha iniciado, inclusive con cierta desmesura, la toma del poder; empieza a ser el sistema.
Lejos del prejuicio (del tipo que se plantea el absurdo de una reforma para reelección o un proceso represivo, meramente especulativas) y de la simpatía que todo perdona y festina –inclusive de periodistas, analistas y comentaristas, legítimamente hartos de que en el país no pasa nada– debe dejar de lado la celebración por el hombre. Esta vez, no debe haber cautela ni período de gracia.
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Militares a prueba con López Obrador

Desde que era precandidato, López Obrador criticó el papel de los militares en la estrategia contra las drogas. Advirtió que los regresaría al cuartel para no seguir “la represión al pueblo”. Dijo que no usaría la ley de Seguridad Interior que legalizó las actuaciones del Ejército y de la Marina en la última década y evitó cualquier contacto con el Estado Mayor Presidencial (EMP).
Los secretarios de la Defensa Nacional (Sedena), general Salvador Cienfuegos Zepeda; y de Marina (Semar), Vidal Francisco Soberón Sanz, entraron incluso en el terreno de la deliberación política para pronunciarse contra la vaga propuesta de amnistía de López Obrador, y a través de la prensa oficiosa hicieron saber que le estaban haciendo la cuenta de lo que consideraron como agravios contra las Fuerzas Armadas.
A menos de 48 horas de su triunfo, el tabasqueño anunció la primera medida de lo que puede ser un cambio del estatus quo al que se han ajustado las Fuerzas Armadas desde hace 12 años.
Después de una reunión con el presidente Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional, dijo que el EMP dejará de estar en la Presidencia de la República y se incorporará a la Sedena.
Es más que una decisión administrativa. Es un cambio en la relación cívico militar en México.

Con diferentes nombres, el EMP ha existido desde el surgimiento de México como país independiente. Los diferentes presidentes han tenido a su servicio a un grupo de militares para su protección.
Con el tiempo, sobre todo durante el presidencialismo priista del siglo XX, se convirtió en un poderoso cuerpo al que ni siquiera los secretarios de la Defensa Nacional y de la Marina han controlado.

La participación del EMP en la represión estudiantil de 1968 en Tlatelolco es la más clara muestra de cómo los militares que han estado ahí se han mandado solos. Por eso, entre los militares se le conoce como un Ejército dentro del Ejército.
Integrado por elementos del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina, el EMP nunca ha rendido cuentas a nadie que no sea el presidente. Pero no se sabe qué tanto le dicen.
Cuentan con un presupuesto propio, instalaciones, grandes terrenos, aviones, helicópteros, equipo, material, reglamento, todo para la operación de un poderoso cuerpo armado que está al servicio del presidente y de su familia. Lo mismo que para los expresidentes y sus familias.

Vicente Fox y Felipe Calderón no solo mantuvieron, sino que reforzaron ese costoso cuerpo militar.
La decisión de López Obrador seguramente molestará a los jefes militares del EMP que han constituido una casta durante generaciones. Se tendrán que regresar a sus cuarteles propios de las Fuerzas Armadas y no los creados exprofeso para el poder político.

No les quedará más que obedecer, a menos de que decidan pasar a retiro anticipado o se den de baja como militares.
Los jefes del Ejército y de la Marina también quedaron descolocados con el triunfo de López Obrador, no solamente por los desencuentros que tuvieron desde la precampaña presidencial, sino porque se les reduce el margen para influir en la decisión de quién los habrá de suceder.
Pudiera ser que por lo menos el Ejército tenga como jefe a un militar retirado, el general de caballería Audomaro Martínez Zapata, quien desde el activo acompañó a su paisano desde la campaña presidencial de 2006.
@jorgecarrascoa

El extraño acercamiento de Trump a AMLO

Trump y López, el primer acercamiento. Foto: Eduardo Miranda / AP Evan Vucci
Trump y López, el primer acercamiento. 
Foto: Eduardo Miranda / AP Evan Vucci
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no sólo se le adelantó al Instituto Nacional Electoral (INE) al declarar a López Obrador ganador de los comicios de este 1 de julio, sino que al mismo tiempo dio por terminada la relación con el gobierno de Enrique Peña Nieto y propuso una nueva etapa de relaciones bilaterales empezando de cero.
Con un mensaje personal en la plataforma de Twitter, el domingo por la noche Trump felicitó a López Obrador y le cerró la puerta al actual ocupante de Los Pinos. Al día siguiente, el lunes 2 de julio, verbalmente al narrar la conversación telefónica de unos 30 minutos que sostuvo con el próximo presidente de México afirmó que, la nueva etapa de relaciones con México sería “una muy buena” y que incluso con López Obrador habló de negociar un tratado bilateral de comercio.
“De un acuerdo separado, sólo de México y Estados Unidos”, matizó Trump en su crónica de la plática con López Obrador.
Los gestos de acercamiento del presidente de Estados Unidos para con quien hasta hace unas semanas muchos integrantes del “establihsment” y del “poder empresarial y del capital” en Wall Street lo veían como una amenaza y una emulación del exlíder venezolano Hugo Chávez y del cubano, Fidel Castro, no pararon ahí.
El martes por la noche el presidente estadunidense y gran crítico de México y de los mexicanos anunció el envío a la Ciudad de México de uno de sus emisarios para seguir con el coqueto a López Obrador.
“El secretario de Estado, Mike Pompeo, viajará a la Ciudad de México para reunirse con el presidente Peña Nieto, el Secretario de Relaciones Exteriores (Luis Videgaray) y el presidente electo López Obrador”, informó por medio de un comunicado de prensa Heather Nauret, la portavoz del Departamento de Estado.
En menos de 48 horas, Trump se olvidó de acusar a México de muchos de los males que aquejan a su país. Los mexicanos pudimos descansar tranquilos en ese lapso porque dejamos de ser para Trump unos narcos, delincuentes y violadores. Nuestro país ya no fue causa de la fuga de empleos estadunidenses, ni del imparable consumo de drogas entre los estadunidenses, ni el motor que empuja la plaga de la inmigración ilegal.
Es más, Trump en su narrativa de la conversación telefónica con López Obrador, dijo que el próximo mandatario mexicano le prometió que le ayudaría con el asunto de la seguridad fronteriza y la inmigración.
Si a alguien en el gobierno de Peña Nieto le quedó duda de que Trump ya no los considera como representantes de México, Pompeo lo pondrá muy en claro este 13 de julio.
“El secretario Pompeo hablará sobre la continua cooperación entre Estados Unidos y México con la administración de Peña Nieto a través de la transición. Estados Unidos espera trabajar de manera cercana con el presidente electo López Obrador para continuar fortaleciendo la relación Estados Unidos-México después de que la nueva administración tome el cargo el 1 de diciembre”, subraya Nauret en el comunicado de prensa emitido por el Departamento de Estado.
Lo que no apunta la vocera de Pompeo es que, por encargo de la Casa Blanca, invitará a López Obrador a reunirse con Trump en Estados Unidos antes del 1 de diciembre, esto para subrayar que la nueva etapa de relaciones bilaterales con México comenzó con el mensaje por Twitter del rubio mandatario estadunidense, el domingo por la noche.
Otro mensaje cifrado de amistad de Trump a López Obrador a través de Pompeo, será preguntarle al presidente electo de los mexicanos sobre su opinión de una serie de nombres que baraja la Casa Blanca para ocupar el puesto de embajador en México.
En Washington se habla que ya no será el empresario Ed Whitacre, a quien, en su afán por quedar bien con Trump, Videgaray se apresuró a darle el beneplácito como lo adelantó en marzo pasado el diario Reforma.
El mandatario estadunidense tal vez consciente de que López Obrador se convertiría en lo que es hoy, nunca envió al Congreso federal de su país la nominación de Whitacre, pensada en su momento para encuadre a los intereses en la relación con el gobierno de Peña Nieto que ya no existe.
El acercamiento de Trump a López Obrador no significa ningún cambio en su vendetta personal contra México. No, para nada. Trump quiere reelegirse y nunca renunciará a su estrategia de usar a México como piñata política ni traicionará a la base política del sector ultraconservador y racista de la sociedad de los Estados Unidos que lo llevaron a la Casa Blanca con las elecciones de noviembre de 2016.
El amor y paz con López Obrador no durará mucho.
El próximo martes 6 de noviembre habrá elecciones federales de medio periodo en Estados Unidos para definir la integración representativa del Congreso federal. Con esas elecciones se definirán las 435 curules de la Cámara de Representantes y 33 de las 100 de la Cámara de Senadores.
En la actualidad, el Capitolio está dominado por la mayoría republicana que adoptó a Trump como candidato en 2016, pero la impopularidad del presidente la pone en riesgo y los demócratas podrían convertirse en el contra peso de poder de la Casa Blanca si obtienen un triunfo amplio el martes 6 de noviembre, como vaticinan algunas encuestas de opinión.
Consumada la reunión con López Obrador como presidente electo, si es antes de las elecciones estadunidenses de noviembre, Trump frente al resultado de las encuestas que exponen su impopularidad, retomará su retórica racista, xenofóbica y de proteccionismo comercial.
Conforme se acerquen los comicios de noviembre, México y los mexicanos volveremos a ser los malos de la película.
Trump hablará de cerrarle la puerta a los inmigrantes indocumentados, los culpará de ser mulas del narcotráfico, regresará al discurso de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) le roba a los estadunidenses empleos y 100 mil millones de dólares al año y, optará por sacar a su país de este acuerdo que incluye a Canadá.
Revivirá el argumento de la necesidad de construir un muro en la frontera sur de su país financiado por México.

Es decir; romperá otra vez la piñata político-electoral adornada con el escudo del águila y la serpiente.
Los intereses de Trump para la relación con el gobierno de López Obrador girarán en torno a sus intereses electorales. Entre líneas lo expone el comunicado de prensa que anunció el viaje de Pompeo.

“Reafirmará la relación entre Estados Unidos y México para combatir las organizaciones criminales transnacionales y la epidemia de opiáceos. También tratará esfuerzos para aumentar el comercio, frenar la migración irregular y administrar nuestra frontera compartida”, se lee en la declaración por escrito de la vocera Nauret.
Trump es un provocador profesional y un excelente publirrelacionista.
Como dice el dicho: “del tamaño del sapo es la pedrada”.
Para entenderlo basta revisar su historia de relaciones internacionales desde que es presidente. Con Corea del Norte y con Rusia, por ejemplo. A Corea del Norte hasta hace unos meses la amenazó con un ataque de una fuerza bélica jamás vista en la tierra. Y ahora con el líder norcoreano, Kim Jung Un, son grandes amigos.
De Rusia, y aunque esta relación la maneja con algodones por el escándalo Rusiagate, afirmó que se mantendría alejado, pero, sin embargo, este 16 de julio se entrevistará con el presidente ruso Vladimir Putin en Finlandia, y en contra de lo que opinan y le aconsejan los mismo republicanos del Capitolio.
Los expertos en política exterior de Estados Unidos sostienen que para manejar a Trump se requieren pies de plomo y pragmatismo.
Habrá que ver si López Obrador no cae en la trampa trumpiana en la que cayó redondito Peña Nieto y Videgaray.
Claro está que a Trump le gustan las sesiones de fotografías con los políticos y líderes extranjeros a quienes en Washington siguen llamando renegados y enemigos de Estados Unidos. Claro también está que los aliados tradicionales de su país cuando menos sienten, Trump los patea y los pisotea. Pregunten a Peña Nieto y a Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá, si esto no es cierto y para no ir tan lejos.