4/23/2016

Programa Tiempo de Mujeres en CFRU la radio universitaria de la ciudad de Guelph sábado 23 abril 2016



TIEMPO DE MUJERES
 
Desde cfru 93.3 fm la Radio de la Universidad de Guelph
en Ontario, Canadá
escuchalo cada sabado en www.cfru.ca

MUJERES POR LA DEMOCRACIA
Bienvenida al programa de hoy
Noticias de Género en la Red

es noticia mundial lo que sucede en Brasil, la forma en la que un grupo ha llevado a una crisis política en pro de implementar el neoliberalismo, la lucha de clases en donde los intereses de las clases dominantes descargarán en las clases trabajadoras los perjuicios de una crisis económica mundial, pero también hay más fondo que forma, la deerecha necesita un gobierno totalmente alineado a los intereses estadunidenses, con el manejo de los recursos y los trabajadores, es por eso que una mujer  exguerrillera, de origen humilde, elegida democraticamente dos veces era un gran obstáculo para el patriarcado 

También ha sido nota de prensa el secuestro de miles de niñas africanas por un grupo extremista para sufrir en manos de sus captores matrimonio forzado, esclavitud sexual y violación, así como para ser utilizadas para detonar bombas, estas niñas sufren una doble victimización ya que muchas sufren el rechazo de sus familias y comunidades debido a la asociación con el grupo extremista

 Y las mujeres son violentadas en todas partes del mundo, pero en Camboya Las mujeres aprenden poemas que alientan a esconder los abusos. Tres jóvenes están desarrollando aplicaciones móviles para que la violencia machista deje de ser un tabú, la violencia sexual contra las mujeres camboyanas está enraizada en una tradición cultural que legitiman su discriminación y los privilegios de los hombres, tal y como reflejan sus proverbios, esto busca un cambio a través de la tecnología ya que un grupo de mujeres se ha dado la tarea de buscar soluciones móviles como parte de los esfuerzos para combatir la violencia contra las mujeres, las aplicaciones móviles ofrecen información legal, apoyo, denuncia anónima y ​​alertas de red personalizadas. Las creadoras son tres activistas camboyanas con diferentes trayectorias inspiradas por la rápida adopción de la tecnología en el país, donde el 94% de la población ahora posee un teléfono móvil

 - Todo listo para “primavera violeta” contra violencia machista-
Y tenemos para finalizar los detalles para la gran reunión de mujeres mexicanas este domingo 24 de abril , hartas de vivir la violencia, miles de mujeres han decidido unirse en una sola voz y tomar las calles para exigir un alto a las agresiones, al acoso callejero, la violencia sexual, el feminicidio, y cualquier forma de opresión, porque sin importar la edad ni la condición social todas padecen esta violencia, hablaremos sobre, 

Escucha el Programa de hoy
sigue nuestra página en Facebook
Todos los Sabados de 6 a 9 de la noche
(tiempo del este)

Tortura y pedagogía del terror en México



Aída Hernández Castillo
La Jornada
El pasado 14 de abril las redes sociales empezaron a circular un video en el que una jovencita, casi adolescente, sentada descalza en un piso de tierra, es interrogada y torturada por tres policías. En el video de cuatro minutos de duración una mujer militar corta cartucho en la cabeza de la joven, sin disparar. Estas imágenes, como las fotos de las torturas a los prisioneros en la cárcel de Abu Ghraib en 2003, despertaron la indignación de la sociedad y pusieron en evidencia el carácter de los estados penales contemporáneos. Se trata de una prueba más de cómo las nuevas guerras contra el terrorismo y el crimen organizado usan la pedagogía del terror cotidianamente, pasando por sobre cualquier legislación contra la tortura.
Esto lo dicen los organismos nacionales de derechos humanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y las propias Naciones Unidas, documentando mediante sus informes lo que Amnistía Internacional ha llamado la epidemia de la tortura en México. En el informe del relator especial sobre la Tortura de la ONU, Juan E. Méndez, presentado el 29 de diciembre de 2014, se planteó que la tortura era un problema generalizado en México, y documentó que sólo entre diciembre de 2012 y julio de 2014 la Comisión Nacional de Derechos Humanos había recibido mil 148 quejas por violaciones atribuibles sólo a las fuerzas armadas. En este informe se señala que la tortura ocurre especialmente desde la detención hasta la puesta a disposición de la justicia, y con fines de castigo e investigación.
La reforma penal de 2008, tan aplaudida por algunos analistas por la creación de los juicios orales y la simplificación del proceso judicial, también legitimó un régimen de excepción constitucional en nombre de la seguridad. Muchos hemos apuntado al carácter violatorio de los derechos humanos de esta reforma, que a la vez que crea un régimen especial para la delincuencia organizada priva a los imputados de muchas de sus garantías individuales y tiene una definición bastante laxa de lo que se entiende por delincuencia organizada (ver Del Estado multicultural al Estado penal). Quien sea acusado de participar en actos de delincuencia organizada puede ser objeto de prisión preventiva antes de la investigación y puede ser encarcelado en centros de reclusión alejados de sus familias y abogados; inclusive puede estar hasta 80 días sin acusación formal y se le puede ocultar la identidad de sus acusadores.
Especialistas en estudios de violencia contemporánea en México, como Pilar Calveiro y Rita Laura Segato, señalan que estamos en una nueva etapa de la informalidad de la guerra, donde se rompen todos los códigos éticos en nombre de la seguridad nacional y se flexibiliza el derecho. Los estados de excepción crean cuerpos desechables y torturables, que generalmente son cuerpos morenos y pobres, que los medios de comunicación muchas veces construyen como víctimas culpables.
La numeralia nos dice que entre 2006 y abril de 2015 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recibió 11 mil 608 quejas por torturas y malos tratos, que 57.2 por ciento de los presos federales dicen haber sido golpeados en su detención, que en las cárceles federales se han presentado más de 10 mil quejas por abusos de autoridades penitenciarias, de las cuales sólo 3 mil se han investigado. Ante este panorama es comprensible que el gobierno mexicano no se sienta listo para recibir otra visita del relator de la ONU contra la tortura, como señaló el subsecretario para Asuntos Multilaterales y de Derechos Humanos de la cancillería, Miguel Ruiz Cabañas, en días pasados.
Ponerle nombre y apellido a estos números nos acerca a la dimensión real del terror de la tortura en los cuerpos y mentes de quienes la sufren. En el libro Bajo la sombra del Guamúchil: historias de vida de mujeres indígenas y campesinas en prisión (CIESAS, 2016), las propias internas denuncian las múltiples formas de tortura que sufrieron al ser detenidas. Las historias son múltiples y dolorosas, pero quiero cerrar con las palabras de Victoria, que dan cuenta de la estructura logística e institucional que existe detrás de estas prácticas de tortura: “Después supe que me tenían detenida en una casa de seguridad de la policía antisecuestros. Escuché a un hombre decir: ‘Mátala, ya sabe mucho, nos echará a perder todo’, sentí cómo él venía hacia mí, creí que había llegado la hora; no sentí miedo por mí, sino por mis hijos. Saber que me iban a matar era un descanso muy bueno, ya no aguantaba las torturas. El disparo lo oí cerca de mi cabeza, pero no fui yo; sentí en mis piernas un líquido pegajoso calientito, supongo que era sangre; un hombre había muerto a mi lado, no sabía quién era, pero jamás olvidaría su sangre en mis piernas. No dejaban de torturar a mi marido, reconocía su voz de lejos, le dijeron que tenía que firmar su declaración. En ese momento supe que ellos eran policías. ¿No se supone que ellos son los buenos?”
* Investigadora del CIESAS

“Terrassa, Ciutat Feminista

DESDE LA LUNA DE VALENCIA
Por: Teresa Mollá Castells*


Una de las principales características del feminismo es la lucha por una equidad real entre mujeres y hombres. Una equidad que, al menos desde mi punto de vista, pasa por el diseño de políticas y estrategias conducentes a desarticular y desmontar el patriarcado.

Para ello son necesarias no sólo muchas voces, sino también muchas manos. Y en ello estamos.

Las alianzas entre mujeres que favorezcan y fortalezcan la sororidad son necesarias e incluso me atrevería a afirmar que imprescindibles. Entre mujeres y por supuesto con aquellos hombres que se atreven a plantar cara al patriarcado por las opresiones que también les impone el sistema heteronormativo hegemónico, que pretende universalizar el sistema patriarcal.

Ante esto, es fundamental reconocer todos los trabajos que han de llevarnos a ese objetivo irrenunciable que es una sociedad libre del patriarcado y de sus consecuencias cotidianas en forma de machismos y micromachismos.

Vivimos en sociedades cada día más complejas y el patriarcado, como sabemos, se reinventa cada día de mil maneras y siempre con el mismo objetivo: su pervivencia para mantener los privilegios de los que siempre ha gozado.

Por eso mismo, porque busca mantenerse fuerte, tiene reacciones tan criminales como los asesinatos de mujeres o tan furibundas cuando se siente cuestionado o atacado. También se sirve de los diferentes lenguajes, como ya sabemos, para su objetivo.

Pero poco a poco y pese a su tiranía, el feminismo va abriéndose camino y se cuela por algunas rendijas que hemos abierto con no pocas luchas, enfrentamientos y desgastes personales.

Y mira tú por dónde se les ha colado: por una rendija la ciudad de Terrasa y su declaración de “Terrassa, Ciutat Feminista”.

Pues sí, en su último pleno municipal del pasado 31 de marzo y a instancias del sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.), el equipo de gobierno de esta ciudad llevó una resolución que fue aprobada con los votos del PSC (9), CiU (3) y de ERC (4), y la abstención del resto de grupos políticos presentes en esa Corporación Municipal y que son Terrassa en Comú (6), Ciudadanos (3), la CUP (1) y el PP (1).

Curiosamente no hubo ningún voto en contra. ¿Será que no es políticamente rentable votar en contra de las medidas contenidas en la resolución? Creo que va a ser eso, puesto que esas medidas como ahora veremos, son básicas para el impulso de una verdadera equidad entre mujeres y hombres en ese municipio.

En el texto de la propuesta aprobada se afirma que: “Declarar Terrassa ‘ciudad feminista’ supondría reafirmarnos en esta lucha compartida tanto por la administración como por las entidades, los sindicatos, las asociaciones y todo el tejido ciudadano.

“Porque aunque los avances son muchos, y son bien visibles, aún nos queda mucho trabajo por hacer. Hay que repensar la ciudad desde una perspectiva feminista y eso supone modificar estereotipos y transformar muchos de los aspectos que hoy hacen funcionar nuestro municipio, como la gran mayoría de poblaciones, bajo unos cánones que nos vienen marcados por una sociedad tejida desde la perspectiva patriarcal, con predominio claro del sexo masculino.

“Situaría a Terrassa, una vez más, al frente de la reivindicación por una igualdad efectiva y reiteraría su compromiso con la consecución de una sociedad más justa e igualitaria. Los retos que debemos alcanzar todavía son muchos, algunos muy destacados, como la erradicación de la división sexual del trabajo y de la brecha salarial; un mejor reparto del trabajo no remunerado, la coeducación de nuestros hijos o la defensa de los derechos de salud sexual y reproductiva de las mujeres, así como la necesidad del acceso libre y gratuito a los métodos anticonceptivos.

“Trabajar en un modelo de escuela pública, laica y coeducadora que avance hacia el deseado modelo social de igualdad y el rechazo frontal a la discriminación, sea cual sea su origen también son objetivos claros.

“Declarar Terrassa ‘ciudad feminista’ significaría reafirmarnos en la lucha contra la discriminación de género y LGTBI en todos los ámbitos de la vida, especialmente focalizando la atención en el ámbito laboral y educativo.

“Queremos que Terrassa sea una ciudad libre de violencias machistas, sea cual sea su expresión. Hay que desplegar todas las medidas posibles en materia de prevención y atención para erradicar la violencia de género y dar apoyo a las mujeres que la padecen.

“Hay que ampliar los recursos destinados a la lucha contra las violencias machistas en la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2016, así como recuperar el Programa de Seguridad contra la Violencia Machista.”

Como podemos ver, en este texto se contemplan casi todos, por no decir todos los aspectos que se reivindican actualmente desde el feminismo.

Pero obviamente la reacción patriarcal no se hizo esperar y Carmen Ortuño, concejala de Ciudadanos, en un artículo de opinión afirma entre otras lindezas que: “Rechazamos la etiqueta de ‘Ciudad Feminista’ porque la propuesta en su conjunto nos pareció reduccionista. Presuponía adoptar que la visión que la ciudad debe tener sobre las desigualdades, que tienen como origen una visión sexista de la realidad, sólo se pueden abordar desde la perspectiva del feminismo.

“Los problemas de desigualdad nos competen a todos y a todas, y desde la visión plural propia de las sociedades democráticas se articularán las medidas de corrección que, desde un punto de vista político, sean las que vayan en la línea de producir un cambio de mentalidad sobre los problemas originados por una visión históricamente patriarcal”.

O sea, visión plural sí, pero feminista que entra dentro de la pluralidad no. Así se las gastan algunas gentes de este partido emergente de derechas con lo que a la inequidad y desigualdad que sufrimos las mujeres se refiere. Realmente patético.

Y es que como afirma Maribel Ayné, responsable de la Secretaría de les Dones de CC.OO. del Vallés Occidental –que ha sido la organización impulsora de dicha resolución–, “es fácil encontrar organizaciones, instituciones y personas que hoy en día todavía rechazan el feminismo. Pero como es políticamente incorrecto no declararse a favor de la igualdad de género, nos hablan de igualitarismo. Error.

“El igualitarismo es un movimiento sociopolítico; el objetivo es conseguir la igualdad para todas las personas independientemente de su sexo o cualquier otra característica demográfica, de orientación sexual o de diferentes diversidades funcionales, pero que en ningún momento recoge el derecho de las mujeres a la equidad.

“Ni en la equipotencia o en la capacidad de ejercer el poder, no sólo el de resistir, sino el de contar con la fuerza y los recursos necesarios para la autonomía. Ni tampoco a la equivalencia o a tener el mismo valor en el sentido de no ser considerado ni por debajo ni por encima del otro. Ni a la equifonía o en la posibilidad de emitir una voz que sea escuchada y considerada como portadora de significado, disfrute y credibilidad”.

Se puede decir más alto, pero no más claro querida Maribel. Es necesario seguir haciendo pedagogía para que se entienda que el feminismo pretende empoderar a todas las personas para que puedan aportar todos sus talentos de forma igualitaria y equitativa al conjunto de la sociedad.

Pero para ello, primero se ha de reconocer la desigualdad de la que partimos mujeres y niñas en el acceso a los recursos que nos ha negado el patriarcado. Negar esta evidencia es como seguir negando que la tierra es redonda. Y afortunadamente sabemos que la tierra es redonda.

Con la declaración de “Terrassa, Ciutat Feminista”, el feminismo en su conjunto ha conseguido abrir una brecha en el patriarcado y que éste se revuelva. Pero sabemos muy bien que los símbolos son importantes y ahora el movimiento feminista tiene un nuevo símbolo que esperemos sea referente y al que se sumen otras ciudades.

Seguimos avanzando, poco a poco, pero con paso seguro. Gracias a todas las personas que lo han hecho posible.

tmolla@telefonica.net

*Corresponsal en España. Comunicadora de Ontinyent.


Especial
Cimacnoticias | España.- 

Brechas laborales que perjudican a las mujeres


   MONEDERO
Por: Carmen R. Ponce Meléndez*

En este mes de abril la Comisión Económica para América Latina y el Caribe presentó su documento “Panorama Social de América Latina y el Caribe”. La directora de la Cepal, Alicia Bárcenas, dijo que de 2010 a 2014 en la mayoría de los países de la región se presentó una caída o disminución de la pobreza, excepto en México y Costa Rica.

Este estudio comprende un informe sobre la cuestión social en la región con cifras de 2014. Analiza las tendencias de la pobreza y los cambios registrados en la distribución del ingreso. Así como las últimas tendencias del gasto social y los desafíos de la transición demográfica.

Profundiza en el análisis de las persistentes brechas que se manifiestan en el mercado laboral y sus efectos en la desigualdad social.

Según este informe, en el promedio de los países que cuentan con información reciente se registró una leve disminución de la desigualdad por ingresos entre 2013 y 2014.

Al comparar las últimas cifras disponibles con las de inicios de la década de 2010, se constata una reducción más significativa.

La desigualdad también se manifiesta en otras áreas, como los logros educativos. A pesar del expresivo aumento verificado en la conclusión de la educación primaria y de la secundaria en los últimos años, se observa que en 2013, mientras un 80 por ciento de las y los jóvenes de 20 a 24 años del quintil de mayores ingresos (quintil V) había concluido la secundaria, en el quintil de menores ingresos (quintil I) esta tasa solo alcanzaba al 34 por ciento. Al inicio del periodo analizado esa brecha era aún más elevada.

En lo concerniente a las rápidas transformaciones demográficas de la región, el análisis indica que, en un conjunto importante de países, el contexto favorable del bono demográfico seguirá vigente por un periodo relativamente largo, en el que tendrán la posibilidad de reforzar o poner en práctica las políticas públicas necesarias para hacer realidad las oportunidades de la juventud.

El trabajo es la llave maestra para la igualdad, eje de la integración social y económica, y mecanismo fundamental de construcción de autonomía, identidad, dignidad personal y ampliación de la ciudadanía.

El 80 por ciento de los ingresos totales de los hogares latinoamericanos proviene del trabajo que, por lo tanto, es el principal motor para la superación de la pobreza y el acceso al bienestar y a la protección.

No obstante, los mercados de trabajo de América Latina –México entre ellos– siguen caracterizándose por presentar grandes brechas.

A esto se suman las posibles consecuencias negativas sobre el mercado laboral de la actual fase de muy bajo crecimiento económico regional.

BRECHAS EN ACCESO AL MERCADO DE TRABAJO

Las tasas de participación de las mujeres aún son significativamente menores que las de los hombres, con diferencias que rondaron los 26 puntos porcentuales en 2013.

Las brechas en las tasas de participación laboral entre mujeres y hombres aumentan cuanto mayor es el grado de vulnerabilidad de los hogares en los que viven las personas en edad de trabajar, es decir, son justamente las mujeres más pobres quienes tienen más dificultad de insertarse en los mercados de trabajo, lo que constituye un obstáculo clave para que superen la pobreza.

En México, la brecha entre los sexos en el mercado laboral es de  28.2 puntos porcentuales, ya que la tasa de participación masculina es de 75.9 y la femenina tan sólo de 47.7 puntos porcentuales.

BRECHAS EN ACCESO A DERECHOS Y PROTECCIÓN SOCIAL

Un indicador relevante para el análisis de las brechas en el mercado laboral y la calidad de los empleos es la existencia de un contrato formal de trabajo, ya que éste permite el acceso a derechos y prestaciones sociales, como la cotización en sistemas de pensiones y de salud, el goce de licencias maternales y paternales, la delimitación de la jornada de trabajo, y el pago de horas extras y vacaciones, entre otras.

Hoy en México por cada 100 trabajadoras, 59.5 está desprotegidas, no cuentan con contrato formal, ni con seguridad social, pensiones o servicios de salud. 12.5 millones de trabajadoras no tiene acceso a instituciones de salud (cuarto trimestre ENOE-Inegi, 2015).

BRECHAS DE INGRESOS

El análisis de los ingresos laborales –que incluyen salarios e ingresos por trabajo independiente– da cuenta tanto de la calidad del empleo como de los niveles de segregación ocupacional.

Después de un estancamiento en los años 90, entre 2002 y 2013 se ha observado en la región un incremento en términos reales de los ingresos laborales, de un promedio de 4.1 a 4.9 veces la línea de pobreza.

Al considerar el sexo de los trabajadores, se verifica que esta variación ha sido dispar: si bien los ingresos laborales medios de las mujeres (4.1 veces la línea de pobreza alrededor de 2013) siguen siendo significativamente menores que los de los hombres (5.6 veces), la brecha mostró una leve disminución a lo largo del periodo 21.

Esto puede deberse al aumento de la tasa de participación de las mujeres, el incremento en los salarios mínimos y la implementación de políticas de formalización del empleo doméstico.

En el país, los índices de discriminación salarial por ocupación y sector de actividad muestran que las mujeres ganan 30.5 por ciento menos que los varones en ocupaciones industriales; 16.7 por ciento menos como comerciantes, y 15.3 por ciento menos como profesionales. Una brecha salarial muy considerable.

Twitter: @ramonaponce

*Economista especializada en temas de género.
  
“Panorama Social de América Latina y el Caribe”
Cimacnoticias | Ciudad de México.-

Sobre un golpe patriarcal televisado




Por Tica Moreno - Marcha Mundial de las Mujeres Brasil

Este impeachment es un golpe. Y es patriarcal, no sólo porque es la operación de un grupo de hombres en contra de una mujer. El patriarcado es siempre más complejo, es asqueante y camina junto a otras estructuras opresivas.
Ayer, cuando los diputados empezaban votando “por (mí) familia”, ya sabíamos que su voto sería “sí” a lo que ellos caracterizan como impeachment, pero que es todavía sólo un paso del proceso.
La familia que ellos evocan es la misma sobre la cual escribieron en el estatuto de la familia y no tiene ninguna relación con la mayoría de las familias reales. Ellos hablan de familias de hombre, mujer, hijos. Familias heteronormativas, que traspasan herencias entre generaciones y tienen empleadas domésticas que no acceden a los derechos que ellos mismos tanto se resistieron a aprobar. Familias que pueden estar compuestas por personas que encuentran la felicidad en su vida como individuos, y que no necesariamente son felices por volver todos los días a la misma casa, a la misma cocina o a la misma cama.
En nombre de esta familia, y de las mujeres que todos los días con su trabajo, energía y afecto, garantizan un espacio limpio en el que la convivencia sea posible, en el que las personas se sientan humanas en este mundo que las trata como cosas, estos tipos que votaron “sí” ayer, también votaron otras veces por la tercerización del trabajo, en contra del aborto y de nuestra autonomía. Y estos tipos sólo están en el mundo público, de la política, porque la lógica patriarcal y capitalista, imprime una dinámica dicotómica que separa lo público de lo privado, que hace con que las mujeres que están en el espacio público tengan que hacer malabares para garantizar lo que ese modelo de familia dice ser su primer tarea (el trabajo doméstico y de cuidados, que terminan siendo delegados a otra mujer). ¿Los diputados? Ellos tienen cosas “más importantes” para hacer, y tienen el tema doméstico resuelto por otra persona para poder operar sus intereses (el de sus financiadores) en este congreso nacional viciado. Ellos además, sólo están ahí porque algunos candidatos de sus coaliciones tuvieron muchos votos, y ellos sin votos suficientes, se transformaron en diputados gracias a un sistema político distorsionado; y ahora queman los 54 millones de votos que Dilma recibió para gobernar al país.
Constatamos sin perplejidad (y fuera de toda joda), que esos que comienzan argumentando su voto “por la familia” son quienes, junto a sus asesores y financiadores, frecuentan el circuito de la prostitución en Brasilia. Porque esta también es una práctica patriarcal que mantiene este modelo opresor.
Y todavía tienen el rostro de votar “sí” diciendo que están en contra de la “degeneración” de la mujer. Y son los mismos que ofenden a las diputadas que tienen otra posición política ¿llamándolas de qué? De perras. Dicho sea de paso, las diputadas Margarida, Luiziane y Jandira nos representaron mucho.
La mayoría de los motivos expresados por el “sí”, además de la familia (de ellos), no constaban en el informe. ¿Crimen de responsabilidad? ¿”Pedaladas”? No no. Ellos hablaron de dios, cumpleaños, las mujeres diputadas también recordaban sus padres, seguidores de la iglesia X o Y, de Israel (!!!) y de tantos otros motivos que no tenían nada que ver con lo que está en el informe del pedido de apertura del proceso de impeachment que estaban votando.
Poniéndolo en términos un poco más elaborados y desnaturalizados, la inmensa mayoría de las argumentaciones de los votos por el “sí” se podría resumir de la siguiente manera: “por todo aquello que permite que mis intereses particulares y los de mis financiadores prevalezcan, por mis privilegios de género, raza y clase; por más ganancias y menos derechos, por más hipocresía y menos distribución de la renta”.
Ustedes dan asco.
Dilma no se encaja en ese modelo de familia, no tiene marido, no se encaja en ningún patrón de mujer frágil. Todos los días y todo el tiempo es juzgada, descalificada, agredida verbalmente simplemente porque es mujer. Los despolitizados que están en la política del Congreso levantan el cartel bizarro que dice “Chau, querida”. Es mucha misoginia en un sólo golpe.
Pero además de por ser mujer, Dilma está siendo atacada todo el tiempo porque está al frente de un proyecto político que, aunque plagado de límites y contradicciones, amenaza (aunque por momentos sólo de manera simbólica) a todos esos privilegios que los golpistas del parlamento, del poder judicial y de los grandes medios de comunicación defienden. No es casualidad que ellos también hayan votado “sí” diciendo “fuera PT”, “fuera Lula” y homenajeando a torturadores, a la policía militar que más mata en el mundo (y destruye familias que no le importan al poder) …
Está habiendo un golpe.
La democracia que defendemos hoy es la que tenemos, no es todavía la que queremos y por la cual luchamos todos los días: una democracia que respete nuestra autonomía, nuestros derechos en el trabajo y en la vida, nuestra vida sin violencia, nuestro tiempo para crear, nuestra privacidad y libertad en las calles y en las redes, nuestra salud y nuestro cuerpo. Que la justicia no sea selectiva y que la memoria de tantos que murieron luchando, como los sin tierra asesinados hace 20 años en Eldorado dos Carajás, sea combustible para que haya más lucha por transformaciones. Que la igualdad sea de verdad y para todas, y no sea sólo una palabra en una constitución que el poder legislativo le pasa por encima.
Ayer de este lado, con quiénes siempre tuvieron posición, ahí en el Vale do Anhangabaú, entre tristeza, rabia, perplejidad, asco y mucha razón, evocamos juntas la lucha de mujeres de otras partes del mundo que enfrentan todos los días la tirania de Estados anti-democráticos, que violan sus derechos, cuerpos, autonomía y auto-determinación.
“Wamama musi lale lale lale. Wamama musi lale. Bado mapanbano mapanbano mapanbano”. En Suajili:
“¡Mujeres despiertas, la lucha está apenas comenzando!”
Y seguimos juntas en marcha, hasta que todas seamos libres.
Imagen: https://marchamulheres.wordpress.com

Camboya: tecnología contra el silencio Planeta, Reportaje



    Pikara Magazine
   

Las mujeres camboyanas aprenden poemas que alientan a esconder los abusos. Tres jóvenes están desarrollando aplicaciones móviles para que la violencia machista deje de ser un tabú.

Ana Salvá./ Phnom Penh
Una de las animaciones de la aplicación diseñada por Dany Sum

Una de las animaciones de una aplicación móvil sobre violencia de género


El pasado mes de julio Sasa ocupó los titulares cuando levantó la ley del silencio. Un multimillonario estaba borracho molestando a una amiga de la actriz, y cuando intervino para defenderla, el magnate entró en cólera y empezó a golpearla y arrastrarla por el suelo mientras le tiraba del pelo. El guardaespaldas, en lugar de impedir la agresión, desenfundó su arma y la apuntó con la pistola en la cabeza. El suceso fue grabado por una cámara de seguridad del restaurante y corrió como la pólvora cuando la propia Sasa lo subió a las redes sociales al ver que el caso no avanzaba por la vía policial.

La reacción del agresor de Sasa fue ofrecerle 36.000 euros para que olvidara el asunto y ante su negativa decidió aumentar el precio. Finalmente Sasa aceptó una compensación extrajudicial y retiró la demanda más grave de intento de asesinato. El millonario ha sido condenado a 3 años de cárcel aunque la mayor parte de la pena ha sido suspendida y sólo tendrá que pasar 10 meses de prisión si no comete ninguna falta.

El caso se ha convertido en otro absurdo ejemplo de cómo opera la justicia en Camboya, donde los ricos a menudo actúan con impunidad y suelen pagar sus crímenes con dinero en efectivo. Además, la mayoría de los casos ni siquiera llegan a la prensa ni a los tribunales. A las mujeres generalmente se les pide guardar silencio o salir de casa cuando su marido está enfadado.

La Ley de Violencia Doméstica no aclara qué constituye violencia psicológica o económica, y no contempla la violación dentro del matrimonio

Una de estas mujeres es Kraen, quien recibió palizas diarias de su marido durante años y nunca, ni cuando presentaba hematomas y heridas, lo denunció por temor al estigma social, a que los vecinos le miraran por encima del hombro. “Le pedí el divorcio varias veces, pero él no estaba de acuerdo”, explica.

La violencia sexual contra las mujeres camboyanas está enraizada en una tradición cultural que legitiman su discriminación y los privilegios de los hombres, tal y como reflejan sus proverbios. Un poema rítmico llamado el Chbab Srey actúa como ley oficiosa de las mujeres y establece que no deben sacar los problemas internos fuera de casa para evitar que su relación se deteriore. El poema formaba parte del currículo escolar hasta el año 2007, y a pesar de que ya no se enseña en la escuela, algunas familias, especialmente las más conservadoras, lo continúan citando a sus hijas. Las niñas aprenden de la boca de sus hermanas mayores, madres, tías y abuelas que deben ser respetuosas con sus maridos, servirles bien y guardar silencio, incluso si son gritadas o golpeadas, como hizo Kraen.

Los únicos datos fiables sobre violencia de género en el país vienen de estadísticas realizadas con el apoyo de la comunidad internacional. Los más actuales provienen de un informe llevado a cabo por la ONU sobre la violencia contra las mujeres en el Sudeste Asiático. En el estudio, el 22% de las mujeres entrevistadas informó que había experimentado violencia física a manos de una pareja masculina, pero sólo el 16% de los hombres reconoció perpetuar este tipo de violencia. El mismo informe mostró que el 96,2% de los hombres y el 98,5% de las mujeres camboyanas considera que una mujer debe obedecer a su marido. Otras formas de violencia, como la psicológica, emocional o financiera, no tienen ninguna consecuencia legal y son prácticamente imposible de rastrear en Camboya.

Las aplicaciones móviles ofrecen información legal, apoyo, denuncia anónima y ​​alertas de red personalizadas

“En la Ley de Violencia Doméstica se hace mención a la violencia psicológica y económica pero ambas son consideradas como faltas o delitos menores y se establece la mediación o reconciliación como el mecanismo para responder ante estas violencias. Esta Ley no provee una definición clara sobre qué constituye violencia psicológica o económica. De la violencia emocional no se dice nada”, explica Rodrigo Montero, asesor de la agencia alemana de cooperación internacional para el desarrollo (GIZ) en el Ministerio de Asuntos de las Mujeres de Camboya. “Además, la violación dentro del matrimonio no está contemplada en el marco legal”.

El sistema judicial apenas funciona en Camboya y, por ello, la mayoría de casos de violencia de género no son denunciados. “Si una mujer reporta violencia de género a una autoridad local o líder comunitario lo más probable es que comience un proceso de mediación sin garantías jurídicas y en el que el maltratador y la víctima se sienten cara a cara y la mujer vuelva a ser humillada y revictimizada”, explica Montero.

Algunas mujeres desisten de denunciar los abusos por temor a que no las crean, lo que sería inútil para obtener justicia y podría empeorar su situación al enfrentarse a la deshonra, la pérdida de reputación en sus comunidades y posibles represalias. En caso de violación sólo un hospital público de cada provincia y unos pocos de la capital pueden emitir certificados forenses admisibles como prueba en los tribunales. Las mujeres que viven en las provincias y presentan lesiones ni siquiera pueden hacer frente a las visitas médicas.

El número de violaciones denunciadas a la policía se ha incrementado en los últimos años. En 2015 hubo 253 casos de violación, mientras que el año anterior 226, según el Ministerio del Interior. Un 5% de los hombres entrevistados en el informe de la ONU confesó haber participado al menos una vez en una violación en grupo. Los proverbios como “los hombres son de oro y las mujeres son de tela”, que dan a entender que una vez dejan de ser vírgenes están usadas y rotas, muestran lo arraigada que está la creencia de que la mujer ocupa un eslabón más bajo en la sociedad.

Dany  Sum diseña aplicaciones móviles contra la violencia hacia las mujeres.

“Desde el día que nacemos tenemos menos valor que los hombres”, explica Dany Sum, miembro de la Red de Empoderamiento de las Mujeres Jóvenes de Camboya y una de las tres mujeres que ha recibido apoyo de The Asia Foundation para buscar soluciones móviles como parte de los esfuerzos para combatir la violencia contra las mujeres.

Las aplicaciones móviles ofrecen información legal, apoyo, denuncia anónima y ​​alertas de red personalizadas. Las creadoras han sido tres activistas camboyanas con diferentes trayectorias inspiradas por la rápida adopción de la tecnología en el país, donde el 94% de la población ahora posee un teléfono móvil y el 39% un teléfono inteligente, según una investigación de Asia Foundation.

“Con las aplicaciones ayudamos a la víctimas y proveemos educación para que todos podamos entender y prevenir la violencia doméstica”, explica Dany. Su aplicación se llama Krousar Koumrou (modelo de familia en idioma jemer) y consiste en cinco vídeos cortos de animación que explican las causas, factores de riesgo y las organizaciones con las que pueden ponerse en contacto las víctimas.

Otra de las mujeres, Sreytouch, que trabaja como oficial de programas en la Asociación Solidaria de Promotores de Cerveza, ha creado la aplicación ‘7 plus‘, que ofrece algunos juegos y explicaciones sobre derechos humanos y sobre la ley de violencia doméstica. Por su parte, Bunn Rachana, otra activista que trabaja en la organización Acción Camboya, ha diseñado la aplicación ‘Safe agent 008‘ con el objetivo de mejorar la seguridad en los lugares públicos con un mensaje preestablecido y la ubicación GPS para poder ponerse en contacto con amigos y familiares o informar de forma anónima en caso de acoso.

Las soluciones tecnológicas por sí solas no van a resolver el problema y a día de hoy el uso de los teléfonos móvil es más común en los hombres (55,7%) que en las mujeres (46,9%), según el mismo informe. Sin embargo, parece ser un primer paso para acceder a la juventud con el objetivo de hacer que las ciudades y los hogares sean más seguros para las mujeres.
- See more at: http://www.pikaramagazine.com/2016/04/camboya-tecnologia-contra-el-silencio/#sthash.kUvv3o4R.dpuf

Golpe de Estado en Brasil: una alianza criminal entre patriarcado y capital Análisis, Planeta




    Pikara Magazine
   Amanda Verrone*

La propuesta de destitución contra el Gobierno de Dilma Rousseff personifica la histórica persecución hacia las mujeres del campo y de la ciudad, hacia las personas LGBTQI y, además, hacia la construcción de un poder popular latinoamericano.

La simbólica fecha del 17 de abril representa, una vez más, un escenario de arduas condiciones para la lucha de la clase trabajadora de todo el mundo. La fecha que simboliza la resistencia del campesinado por el derecho a la tierra, que rememora la masacre que ocurrió en Eldorado dos Carajás en 1997, otra vez queda trágicamente grabada para la historia a través de la aprobación por la Cámara de los Diputados de Brasil del inicio de un proceso de golpe de Estado y ruptura institucional.

Disfrazado de una propuesta de destitución al Gobierno de la presidenta Dilma, el golpe de Estado en marcha implica serios riesgos a la constitucionalidad democrática frágilmente conquistada en los últimos 30 años en Brasil. El golpe representa una violación del principio del Estado de Derecho y de la democracia representativa. Evidencia la criminalización brutal de la construcción de un proyecto popular en Brasil y de la profundización de la lucha de clases. Un golpe esencialmente machista, capitalista, fundamentalista religioso, prejuicioso, autoritario, latifundista, plutócrata y oligárquico. Un golpe fascista en cada detalle de sus técnicas judiciales, legislativas y mediáticas.

Como sabemos, el proceso de avance latinoamericano en el mundo no pasó indemne ante el imperialismo norteamericano, incompatible con la realización de una América Latina independiente, progresista e integrada. No son recientes los ataques implementados por parte de los medios hegemónicos, aliados con las elites conservadoras y el capital financiero internacional, para impedir la elección de líderes progresistas en América Latina. Ante la imposibilidad de alcanzar su meta, el imperialismo en seguida actuó y sigue actuando cotidianamente para descalificar y derrumbar esa nueva configuración geopolítica de poder.

En Brasil el proyecto de origen trabajador y neodesarrollista, iniciado en 2003, se encuentra seriamente amenazado por la unión jurídica-mediática-parlamentaria. Utilizando una narrativa moral, hipócrita y conservadora, las fuerzas reaccionarias ampliaron su ofensiva con la misma finalidad de siempre: golpear la voluntad popular, destituyendo gobernantes elegidos y sustituyéndolos por vasallos al servicio del gran capital internacional y heteropatriarcal. Y, evidentemente, el patriarcado no se quedó inerte ante la obtención del segundo mandato consecutivo de una mujer, exguerrillera, de origen humilde, gorda, fuera de los patrones impuestos por él mismo, “mameluca” y con restricciones de movilidad.
Sin fundamento jurídico

Entendiendo que el Derecho hegemónico debe ser cuestionado y (re)pensado dentro del marco de la Justicia Social y confluyendo con Kafka cuando cita en su obra ‘Sobre la cuestión de las leyes’ que “nuestras leyes no son conocidas por todos, ellas son un secreto del pequeño grupo de aristócratas que nos dominan”, me baso en los propios mecanismos del Derecho positivo moderno, burgués y heteropatriarcal para demostrar, también jurídicamente, la evidente naturaleza de golpe de Estado en marcha actualmente en Brasil.

Primeramente, la insatisfacción popular reflejada en encuestas o demostradas por manifestaciones en las calles, no representa fundamento jurídico para un proceso de destitución. En Brasil, a diferencia de otros países, no existe un órgano que pueda revocar mandatos en razón de pérdida de credibilidad popular en el gobernante.

En segundo lugar, en un país víctima de la corrupción histórica y estructural, la presidenta Dilma Rousseff no posee ninguna denuncia efectiva de corrupción por la cual esté siendo sometida a cualquier investigación. Además, supuestos hechos ocurridos en su primer mandato o cuando era ministra miembro del Consejo de Administración no pueden fundamentar la destitución en su segundo mandato, conforme el art. 86, § 4º de la Constitución de la República Brasileña.

El argumento central presentado por la oposición del Gobierno y por todos los representantes de la derecha fascista y del capital internacional es que supuestamente Dilma había atrasado, sin autorización del legislativo, la transferencia del dinero de los bancos estatales y federales para el pago de subsidios y beneficios de programas sociales como el seguro de desempleo, el programa ‘Minha Casa, Minha Vida’, ‘Bolsa Família’ y crédito agrícola a la población brasileña.

Importante destacar que los procedimientos procesales y administrativos fueron cumplidos y los bancos estatales fueron remunerados con interés y correcciones por el retraso en los pagos, o sea, no hubo perjuicios para el Estado brasileño, para los bancos estatales y ni para la población brasileña, lo que justificaría una posibilidad de convalidación de la acusación.

De esa manera, aunque podamos discrepar de la conducta asumida por el Gobierno a nivel de las finanzas públicas, eso no significa que su actuación se pueda perseguir como un crimen de responsabilidad vinculado a un proceso de restitución. Para eso, es indispensable la comprobación de que la conducta de Dilma hubiese sido dolosa grave, con intención de practicar un hecho que configura un delito. Es decir, en ese supuesto caso la presidenta podría ser responsabilizada solamente si se comprueba el dolo gravoso y no solamente la culpa.

En tercer lugar, los crímenes de responsabilidad dispuestos en el art. 85 de la Constitución brasileña deben ser interpretados de forma restrictiva, en conformidad con la tipificación penal, cuando claramente haya violación a la Constitución y no de acuerdo con lo dispuesto en ley de rango menor que el constitucional. Violar una ley presupuestaria no siempre implicará sancionar a una/un presidenta/e a través de su destitución. Además, la responsabilidad fiscal no está por encima de dispositivos constitucionales que defienden la dignidad de la persona humana, la Justicia Social, la reducción de las desigualdades, etc.

La figura de la destitución está prevista en la Constitución para ser utilizada en situaciones muy excepcionales, pero, sin amparo jurídico y sin base legal que lo sustente, además de inconstitucional representa un golpe de Estado.
Dios como coartada

Retomando lo ocurrido el último día 17 de abril, la Constitución brasileña asegura la existencia de un Estado laico. Entre tanto y de manera reiterada, durante la votación en la Cámara, Dios y Cristo fueron mencionados como coartadas para la justificación de la apertura del proceso de destitución y para el combate de un “espectro comunista” que se supone que hay en Brasil.

El desarrollo de una “ideología de género” también fue mencionado por representantes de la derecha fascista como razón para que se retirase el Partido de los Trabajadores del poder, en referencia a la tentativa de llevar a las escuelas discusiones más amplias sobre cuestiones relacionadas a las múltiples orientaciones sexuales e identidades de género. Algunos parlamentarios también recordaron con nostalgia la dictadura militar brasileña y hubo quienes hicieron referencia, entre sonrisas de escarnio, a uno de los militares responsables de la tortura aplicada a muchas mujeres, incluso a la actual presidenta Dilma.

Lo que no puede ser ignorado, por lo tanto, es todo el aparato machista, misógino y heteronormativo que ampara y justifica la actual tentativa de golpe de Estado en marcha en Brasil. Las elites tradicionales no se conforman con la política de valoración de los derechos sociales. Y el patriarcado, como de costumbre, es la fuerza violenta y torturadora que garantiza la hegemonía masculina como status quo político, económico y social.

El golpe de Estado en contra del Gobierno de Dilma y en contra del Estado Democrático de Derecho en Brasil, personifica la histórica persecución hacia las mujeres del campo y de la ciudad, las personas LGBTQI y, además, hacia la construcción de un poder popular latinoamericano. Impedir que la primera mujer elegida democráticamente presidenta en Brasil pueda cumplir su mandato, a través de una hermenéutica jurídica interesadamente alargada y que traspasa, incluso, los límites del derecho positivo constitucional brasileño, es un ataque que todas debemos repudiar.

Necesitamos luchar por un Estado que garantice atender a las condiciones básicas de (re)producción de la clase trabajadora y no un Estado aristocrático que beneficia hombres, cisgénero, blancos, “padres de familia” y magistrados. Tampoco podemos aceptar un Estado policial y punitivo que extermina la juventud pobre y negra todos los días.

Nosotras, mujeres de todo el mundo, asumimos el desafío histórico de defender la democracia brasileña por entender que es solamente en la democracia donde las mujeres podemos avanzar en la conquista de nuestros derechos, combatiendo el conservadurismo, el machismo y la misoginia heteropatriarcales.

Aunque podamos presentar numerosas críticas en relación a las estrategias asumidas por el Gobierno de Dilma, acreditamos que no será apoyando la tentativa golpista y fascista como avanzaremos en nuestra lucha por la emancipación. Expulsar a Dilma del poder no conlleva acabar con la corrupción histórica y con la supremacía neoliberal de desarrollo político y económico. Solamente una reforma política es capaz de eso, pero ni los grandes medios de comunicación y tampoco la derecha están interesados en ella.

Por lo tanto, nosotras, mujeres trabajadoras de todo el mundo, seguiremos movilizadas y enfrentando el machismo y el fascismo estructurales que imperan en el modelo de (re)producción hegemónico contemporáneo. Y en la coyuntura actual no hay nada más feminista que defender la democracia brasileña.

Juntas somos más fuertes. ¡Misóginos no pasarán, fascistas no volverán! Não vai ter golpe, vai ter luta! Gora borroka feminista! ¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!

*Amanda Verrone es investigadora de Derecho Agroambiental y Derechos Humanos. Feminista, internacionalista, sin tierra y militante de movimientos sociales y populares en São Paulo/Brasil.

- See more at: http://www.pikaramagazine.com/2016/04/golpe-de-estado-en-brasil-una-alianza-criminal-entre-patriarcado-y-capital/#sthash.1A6WAZFG.dpuf

El largo camino de una madre migrante para volver con sus hijas


 

Mirna Lezcano, con sus hijas, camino del punto fronterizo con Estados Unidos, en Nuevo León, acompañada de activistas de la Caravana por la Paz, la Vida y la Justicia. Crédito: Mónica González/Pie de Página
NUEVO LAREDO, México, 18 abr 2016 (IPS) - La mujer aprieta los puños, los suelta, deja lunas rojas en la palma de su mano. Está nerviosa. No ha hablado con sus hijas, a las que no ha visto desde junio de 2013, cuando el Servicio de Inmigración y Aduanas le negó el regreso a Estados Unidos. Pero sabe que están en camino.

Mirna Lezcano, con sus hijas, camino del punto fronterizo con Estados Unidos, en Nuevo León, acompañada de activistas de la Caravana por la Paz, la Vida y la Justicia. Crédito: Mónica González/Pie de Página

La mexicana Mirna Lazcano ha librado una intensa batalla legal para recuperarlas. Heidi y Michelle, sus hijas, viven con su padre en Estados Unidos, donde nacieron. Y ahora, cuando la Caravana por la Paz, la Vida y la Justicia pise el territorio estadunidense, planea pedir asilo político.
En las largas horas de espera, la mujer, originaria del estado de Puebla, recuerda el primer momento en que emigró a Estados Unidos,  después que murió su padre.
México vivía entonces, en 1994, una profunda recesión derivada de lo que se conoció como “el error de diciembre”, y que provocó una crisis económica en el resto del mundo al que se llamó “Efecto Tequila”.
Mirna y sus hermanos cruzaron la frontera sin documentos. Ella llegó a Nueva York donde conoció a Miguel, su esposo y padre de las niñas.
Mirna deseaba para sus hijas una vida más parecida a la que ella tuvo y en 2012, después de 14 años de permanecer sin documentos migratorios, regresó a Puebla.
Pero México había cambiado y su estado natal, en el centro del país, estaba entre los cinco primeros de violencia contra las mujeres. Según la diputada Violeta Lagunes desde 2013 se han cometido 204 feminicidios en Puebla, y solo este año van 23.
En 2013 Mirna quiso volver a Nueva York con sus hijas pero no le dieron permiso y tuvo que enviar a las niñas en avión, con su padre. Luego, decidió cruzar el desierto de Arizona. Pero se dio de bruces con las autoridades migratorias de Estados Unidos, que la detuvieron y encerraron en una habitación helada.
A Mirna le cuesta hablar de ese momento. Casi dos años después todavía solo recuerda los insultos, el maltrato y la sentencia que recibió: diez años sin poder viajar a Estados Unidos. Si quería ver a sus hijas, ellas debían viajar a México.
Entonces se decidió a pelear por sus derechos.
En Morelos encontró a la Caravana de activistas por la paz, que desde el 28 de marzo viaja desde Honduras y se dirige a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, donde culminará el día 21. La mujer se unió al grupo. Lo único que quería, les dijo, es volver con su familia.
“Voy como todas las madres buscando a nuestros hijos, mis hijas también están en la incertidumbre”, afirma. Y aclara: no quiere convertirse en estadunidense a través de las niñas, como muchos acusan a los indocumentados; solo busca la oportunidad de acompañarlas mientras se convierten en adultas.
Son las dos de la tarde del 14 de abril de 2016. Llegó la hora. Un camión se detiene frente al puente fronterizo 1 de la ciudad de Nuevo Laredo. Los caravaneros que seguirán hacia el norte bajan su equipaje, documentos migratorios y se despiden de sus compañeros.
Heidi y Michelle ya están con su madre, de quien no se separan un momento. La mujer saca unas hojas arrugadas donde escribió su mensaje al gobierno de Estados Unidos: “Mis hijas me extrañan, no son culpables de que yo sea migrante”.
No soltará el papel hasta que sea detenida por los oficiales de migración, como es su propósito.
Después de un breve mitin la caravana empieza a cruzar el puente entre los automóviles que esperan turno. Rodeada de activistas, madres de desaparecidos y agentes migratorios, Mirna Lazcano camina con sus hijas de las manos.
Se escuchan consignas: “¿Qué queremos? ¡Justicia!”, “¡No estás sola!” y “Todos somos Mirna!”.
Heidi, la mayor, se ve fuerte con su playera blanca de la Caravana y el mensaje que la inspira: “Alto a la guerra contra las drogas”. No habla con nadie, no sonríe, solo mira a su madre y hermana y a los activistas que caminan con ella.
Su hermana Michelle, en cambio, pide a fotógrafos que le muestren los retratos que toman de ella y si no le gusta dice: “otro”.
El grupo se detiene en el límite de los dos países, una línea imaginaria a la mitad del puente. Varios regresan a México. El resto, con Mirna y sus dos hijas al frente, sigue adelante.
La familia se detiene en la fila del primer puesto migratorio. Cinco minutos después, las mujeres entran a la habitación donde se interroga a los visitantes.
Mirna Lazcano, de pie junto a una puerta azul en el fondo del cuarto, espera su turno para hablar con uno de los agentes migratorios. En otro lado tres de los activistas gestionan su caso.
La puerta azul se abre y un oficial la interroga. Cuando ella le dice que pide asilo político, el rostro del agente se relaja. No parece tomarla en serio y le sugiere que se retire, pero ella lo interrumpe y nerviosa explica de nuevo su caso.
Llegan más agentes. Los activistas buscan desesperados un documento donde Juan Carlos Ruiz, “obispo de paz” como se llama y miembro de la caravana, se asume como responsable de las niñas.
El documento nunca aparece y entonces, en la misma habitación, escriben otro.
Media hora desde que la mujer pidió el asilo político, Heidi y Michelle se despiden y regresan a Estados Unidos sin su mamá. Mientras se alejan, alcanza a oírse el llanto ahogado de la menor.
En el grupo comienza la incertidumbre. Para que el plan funcione es necesario que el Servicio de Inmigración acepte su entrega, pero si Mirna solo llegó a la primera puerta donde puede ser deportada, ¿a dónde va el caso?
En la habitación nadie sabe si la mujer podrá volver con sus hijas. Al otro lado del puente, ya en territorio estadunidense, los caravaneros esperan, algunos con pesimismo.
De pronto, Marco Castillo, uno de los organizadores de la caravana, se acerca con una enorme sonrisa. “Mirna sí va a salir de este lado”, y entonces todos se contagian del entusiasmo.
Horas después, Mirna cruza el otro lado del puente fronterizo. Legalmente está en libertad condicional y confinada en su casa.
El proceso para definir su petición de asilo político puede durar hasta seis años. El camino apenas empieza. Esta vez, al lado de sus hijas.
Este artículo fue originalmente publicado en Pie de Página, un proyecto de Periodistas de a Pie financiado por Open Society Fundations. IPS-Inter Press Service tiene un acuerdo especial con Periodistas de a Pie para la difusión de sus materiales.
Revisado por Estrella Gutiérrez