1/02/2016

Programa Tiempo de Mujeres en CFRU la radio universitaria de Guelph en Canada sabado 2 de enero 2016

TIEMPO DE MUJERES
Colectivo
Desde cfru 93.3 fm la Radio de la Universidad de Guelph
en Ontario, Canadá
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MUJERES POR LA DEMOCRACIA
Bienvenida al programa de hoy
Noticias de Género en la Red
Género en la mira con
de vacaciones por motivos academicos
Mujeres Poetas de Juchitán: dibujando con palabras
para decir las cosas no hay nada mas bello que la poesia y la productividad de las mujeres se da tambien de esta forma,  recientemente se realizo el 1er Encuentro de Mujeres Poetas del Istmo de Tehuantepec, en Juchitan Oaxaca, donde las poetas  Natalia Toledo e Irma Pineda participaron y de ellas nos hablara nuestra companera Daniela Villegas 
Y otra forma de reunion de las mujeres es organizandose para protegerse, de que ? de las amenzas por defender nuestros recursos, ya sea desde sus propios lugares o en otros lejanos, las defensoras de Derechos Humanos mesoamericanas tejen estrategias de protección y cuidados para resistir a la violencia estatal y las agresiones que reciben de sus familias y comunidades, en dos años se han registrado 1,688 agresiones contra mujeres defensoras de DH en El Salvador, Guatemala, Honduras y México 

Pero y que nos dicen estas mujeres defensoras de la madre tierra, estas valientes indigenas activistas que por esta defensa se enfrentan a la violencia del estado y las compañias extranjeras que vienen a explotar sus tierras, provocar desastres y mayor pobreza ? hablaremos de esta organizacion colombiana, las wayúu son mujeres “revolucionarias y de armas tomar”. Así lo susurran entre los hombres de esta comunidad que advierten del cuidado de plantarles cara e, incluso, tildan de rebeldes a todas las que se atreven y se levantan ante quienes las tenían por menos 

Una de las promesas de politicos en campaña es mejorar el empleo, ofrecer trabajos con sueldos dignos y estables, pero esto nunca se cumple, asi vengan adornadas las promesas con nombres como Reformas Estructurales, las que por cierto han dejado miles de desplazadas, muertas y desaparecidas, pero hablemos de desempleo, mas de once millones de mexicanas mantuvieron durante el 2015 condiciones informales de empleo lo que significa falta de beneficios como medico, pension y otros derechos laborales,  estas y otras cuestiones han hecho de los ultimos años una pesadilla para las mexicanas  

ONU ve papel clave de la mujer en Agenda de Desarrollo Post 2015
 la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres , que son indispensables para la realización de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados por gobernantes de todo el mundo en septiembre, esto dicho por el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, quien hace hincapié en su mensaje político que el mundo no logrará jamás 100 por ciento de sus objetivos de desarrollo hasta que al menos el 50 por ciento de sus habitantes – es decir, las mujeres – sean tratadas “como participantes plenas e iguales en todos los ámbitos”, "No podemos defender los derechos humanos ni avanzar en el desarrollo a menos que pongamos fin a la epidemia mundial de violencia contra las mujeres y las niñas" dijo

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Mujeres Poetas de Juchitán: dibujando con palabras


Daniela Villegas
Género en la mira


Las mujeres deben escribir de ellas mismas: deben escribir sobre las mujeres y traer
a las mujeres a la escritura, de donde han sido separadas tan violentamente como
lo han sido de sus propios cuerpos –por esas mismas razones, por la misma ley,
con la misma meta fatal. La mujer debe ponerse ella misma dentro del texto –así
como dentro del mismo mundo y dentro de la misma historia– por su mismo movimiento.
Hélène Cixous

 Escribir es enunciarse, escribir es recobrar la voz, escribir es lucha, escribir poesía es dibujar con palabras todo aquello que pasa por el cuerpo que “no se puede disciplinar ni teorizar”, como señalaría la escritora Hélène Cixous.

Natalia Toledo e Irma Pineda escriben poesía desde su ser zapotecas. Derraman trazos de memoria, escriben a la naturaleza, hablan de sus  tradiciones tanto para elogiarlas como para denunciarlas cuando aprisionan los cuerpos de las mujeres. Con su palabra nos transportan a Juchitán, Oaxaca, región de la cual son originarias y a la cual dedican sus poemas en lengua diidxazá, también conocida como zapoteco y en español.

Ha sido en el 1er Encuentro de Mujeres Poetas del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca celebrado el pasado 29 de diciembre en la Galería El Ocote, en Juchitán, en el que se dieron cita las reconocidas poetas, junto con nuevas voces femeninas como Claudia Guerra, Ivon Saenz, Alba Magariño y Aurora Cobon para recitar sus poemas con lectura bilingüe.

La Juchitán de las mujeres 1979-1989 que dibujó con trazos de luz la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, con sus mujeres altivas, de elaborados huipiles, vendiendo sus mercadería como la mítica Zobeida quien sostiene sobre su cabeza un grupo de iguanas, como si fueran una corona, encarnando a “Nuestra señora de las iguanas” (1979), hacen eco en la poesía de Toledo y Pineda.

Dicen que en el pasado hubo mujeres poetas entre los zapotecos y se les llamaba mujeres creadoras, mujeres edificadoras, mujeres apaciguadoras y mujeres conciliadoras de palabras”, señala la poeta Natalia Toledo (1967), de quien sus poemas Olivo Negro (2005); Mujeres de sol, mujeres de oro (2002) han sido traducidos al inglés, italiano, francés, vietnamita y alemán.

De Olivo Negro se desprende Diidxa’ ne guenda (Tradición) donde hace una crítica a que las mujeres jóvenes deban mantener su virginidad antes de contraer matrimonio para ser aceptadas en ciertos pueblos de Juchitán. 

Diidxa’ ne guenda

Guyuu tu gucua nisa dondo bi’na’ guidila’du’,
tu guzá de íque de ñeeu
ne qui nuxhalelu ti ñunibia’ xtuxhu gubidxa.
Guyuu tu gudxiru lu guendaró
ne qui niná ñe’ dxuladi male ne cuba ladxi guenda.
Guyuu tu bigaanda ti pumpu nalaa xa’na li’dxu’
ne qui niná ñuni saa.
Qui ganna ca binni huati pa ti guie’ biaba layú
guie’ ru’ laa dxi gáti’.

Tradición

Hubo quien probó el mosto de tu piel,
te caminó de la cabeza a los pies sin abrir los ojos
para no descubrir el resplandor del sol.
Hubo quien sólo pellizcó la comida
y no quiso beber el chocolate de los compadres
y el pozol de semilla de mamey.
Hubo quien colgó en la puerta de tu casa una olla rota
y no quiso pagar la fiesta.
No supieron los tontos que una flor caída al suelo
sigue siendo flor hasta su muerte.

Si Toledo hace una crítica a ciertas tradiciones patriarcales dentro de su comunidad, la poeta Irma Pineda (1974) también hace una crítica desde su ser mujer indígena al evocar la esencia de la tierra y tradición zapoteca con poemarios como "Doo yoo ne ga' bia'" ("De la casa del ombligo a las nueve cuartas"), "Xilase qui rié di' sicasi rié nisa guiigu'"("La nostalgia no se marcha como el agua de los ríos").

"Mi mundo se vio por completo formado a partir de esa lengua, pues me otorgó todas las cosas de las que ahora escribo. Durante mi adolescencia fui un poco diferente, pues representó una limitante para conectarme con un mundo diferente, pero a la vez fue la posibilidad de describir mi propio universo", señala Pineda al hablar de los obstáculos mismos al escribir en lengua indígena.

En su poema Callejones habla de la vida misma que recuerda de su infancia en Juchitán con su abuela, personaje femenino que es referido constantemente por las poetas juchitecas.

Lade yoo
Ndaani’ xquidxe’ nuu lade yoo nacahui
ne ti saa berendxinga xha’na’ nisaguié
ra ridunaxhii badunguiu’ ne badudxapa guie’ –xhianga naná dxiiña guenda racabiá–
lade bidxi mbo’co’ cacheza ne ca gaa.


Ndaani’ xquidxe’ nuu lade yoo nacahui ra rutubi ti gunaa ne raca ti migu huiini ma canazá nánda xinaxhi badu ri’ni’
ti bidxaa nga’ laa, ne ngaca xquendananá.


Ndaani’ xquidxe’ nuu lade yoo nacahui
ra ridopa xcuidi güi’ xtiidxa’ binidxaba’ huiini ti gu’yasica pa dxandí xha riunda
ni bisiidi jñaa biidaca laaca:
Dope ca guichi gué binidxaba’ huiini
dope ca guichi che’ca’ gabia’.


Callejones

Mi pueblo tiene callejones oscuros
y una orquesta de grillos bajo la lluvia
que permiten el quehacer de los amorosos –arduo trabajo el de reconocer los cuerpos–
en medio de una exhibición gimnásticas de sapos.


Mi pueblo tiene callejones oscuros
donde una mujer se revuelca y se convierte en mono que persigue el olor de los recién nacidos
pues ser nagual es su maldición y oficio.


Mi pueblo tiene callejones oscuros
donde los niños se reúnen a contar historias para atraer a duendes y poner en práctica
el canto de exorcismo que enseñó la abuela: Dope ca guichi gué binidxaba’ huiini
dope ca guichi che’ca’ gabia’.



Las poetas juchitecas son portadoras y transformadoras de las costumbres de su comunidad pues en la transmisión de conocimientos a través de la poesía desde el discurso femenino ponen el cuerpo y experiencia de las mujeres por encima de tradiciones que las oprimen buscando cambiar el papel de las mujeres no sólo en el plano simbólico, al erigirse como mujeres poetas, sino también al incidir en la construcción de espacios de enunciación para la voz de las mujeres indígenas en que se tiren rancias posturas patriarcales.

El poeta Andrés Henestrosa, ya diría : “ninguna como la mujer en el Itsmo para dar a las palabras en el arrullo, o en la queja, en la burla o en el halago, matices tan inesperados”.

“No me imagino un futuro con patriarcado”


Periódico Diagonal

Hablamos con Jane Caputi de los símbolos que nos rodean, del feminicidio y la dominación masculina.

Termino de entrevistar a Jane Caputi (Estados Unidos, 1953) y pienso que tengo que revisar las lecturas y las series que he visto en 2015. Voy por la calle y miro más atenta la publicidad, las campañas electorales, cómo se mueve la gente por la acera o la velocidad de los coches. Caputi es docente en la cátedra de Estudios sobre Mujeres, Género y Sexualidad en la Universidad de Florida (EE UU) y lleva décadas trabajando en torno al concepto de feminicidio desde una perspectiva semántica y semiótica. En su discurso, Caputi vincula la existencia de un sistema opresor masculino con la normalización de la violencia gracias a la simbología que nos rodea.

¿Cuál es el sentido político de usar un término como feminicidio?
Es importante revindicar el poder de nombrar. Todo sistema de opresión niega que es opresor y elimina cualquier referencia en el lenguaje. Por eso hay que visibilizar esa violencia de los hombres contra las mujeres, una violencia que abarca desde el asesinato hasta la violación o la limitación por parte de los Estados de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, como es el derecho al aborto o a la contracepción. Es necesario tener un nombre para esta violencia que se traduce en una forma de control social, en un sistema de dominación de los hombres sobre las mujeres. Si no lo nombramos se convierte en algo nebuloso, desaparece y no puedes luchar contra ello. Cuando las cosas tienen nombre ya no puedes negarlas.

Una de tus grandes líneas de investigación ha sido toda la simbología de dominación masculina en el cine a través de películas como Pretty Woman o Jack el Destripador, o en las grandes obras de arte y la publicidad de diferentes marcas.

Me he centrado en estudiar la cultura popular porque es una fuente de aprendizaje. A través de los símbolos interiorizamos muchas cosas, casi siempre de manera inconsciente. Eso implica que no tenemos una mirada crítica sobre el mundo. Parece que la realidad es tal y como se nos presenta, además de manera inevitable. Pero realmente detrás de cada símbolo hay mucho de propaganda, un mundo donde parece que las únicas vidas que importan son las de las clases medias y ricas, un mundo del que continuamente nos llegan mensajes de la supremacía masculina, del dominio de los hombres, de la masculinidad. Eres una buena mujer si eres pasiva, en cambio eres mala si eres autónoma o sexualmente activa. La violencia de los hombres contra las mujeres está glorificada, sexualizada en el cine, la literatura, la televisión o el arte. Las mujeres vivimos bajo un continuo patrón de terror porque nos transmiten que nunca estamos a salvo, eso nos hace cambiar nuestro comportamiento, que tengamos miedo. Tenemos interiorizado que podemos ser víctimas de violencia machista en cualquier momento y de manera aleatoria, en el trabajo, por alguien conocido o un extraño El terror de las mujeres se alimenta continuamente.

Hablas del derecho al aborto y de la contracepción con ejemplos de violencia, ¿son los Estados, como el español, cómplices de los feminicidios?

Ése es uno de los argumentos que usan las feministas. El ejemplo más claro es la negación de los derechos reproductivos pero hay muchos otros. En Estados Unidos muchas mujeres negras son agredidas por parte de sus maridos pero, como además son discriminadas racialmente por la policía, no se atreven a denunciar, por lo que están desprotegidas y no tienen el mismo acceso a los servicios sociales que una mujer blanca. Existe complicidad con ese patrón de dominación masculina. En otros países, además, la policía o los militares reprimen y asesinan a activistas feministas como es el caso de México o Guatemala. Si hablamos de feminicidio, el Estado debe entenderse como un actor implicado.

¿Está el patriarcado en descomposición o hay un rearme?

Efectivamente el patriarcado está en descomposición, se siente amenazado y eso genera más violencia, porque la violencia no es innata al hombre, sino que se produce por el rol masculino. Los hombres sienten que siempre tienen que demostrar su virilidad, sobre todo cuando les avergüenzan o les retan, y la manera de hacerlo es a través de actitudes agresivas. Nunca nos libraremos de la violencia si no cambiamos la noción de masculinidad dominante.

En el caso español existe desde hace unos años un rebrote de grupos de hombres machistas organizados y con gran presencia en internet. Hablan de denuncias falsas o de custodia compartida, un testigo que han recogido algunos partidos políticos como Ciudadanos.

Estos grupos también existen en Estados Unidos. Es un discurso que se elabora en torno a la idea de que los hombres están discriminados por cuestiones de género. La estrategia es muy predecible. Se intenta invertir el discurso, darle la vuelta a la idea de que los hombres oprimen a las mujeres sistemáticamente. Te dicen “no, realmente son los hombres los que están oprimidos sobre todo por parte de las mujeres”. Es una táctica de abuso muy común, un patrón de comportamiento bastante típico en los casos de violencia. Darle la vuelta a la historia y no examinar lo que ellos hacen mal. Los maltratadores siempre hacen lo mismo, se presentan a sí mismos como las víctimas.

¿Qué vínculos estableces entre el medio ambiente y las violencias machistas?

Incluso si miramos las metáforas más básicas, se habla del abuso, de la violación de la tierra. Sin embargo, la tierra es nuestro entorno, el espacio donde vivimos, lo que nos sostiene, no podemos vivir sin ella. Pero la realidad es que todos los valores vinculados a la masculinidad se extienden a la naturaleza, como la voluntad de controlar todo. El hombre piensa que puede sustituir a la tierra de alguna manera. Esa dominación y arrogancia es algo muy masculino porque no pueden, no existe otro planeta. Así que acabar con el patriarcado es realmente una cuestión de supervivencia para todas las personas. Se habla de que los seres humanos destruyen el entorno pero no es verdad, es el patriarcado capitalista e industrial.

¿Podemos imaginarnos un futuro sin patriarcado?

Por supuesto. De hecho no creo que haya futuro si el patriarcado continúa. Porque el patriarcado básicamente consiste en destruir todo lo que sea el origen de la vida. Y además es algo que no siempre ha existido, se inventó hace unos 7.000 años pero se ha hecho mucha propaganda, como si siempre hubiera estado ahí. Por eso las palabras son muy importantes, no sólo para nombrar lo que existe sino también para pensar en cosas nuevas. Necesitamos todos estos conceptos y visiones para recordarnos que no siempre hemos vivido así, que podemos poner en marcha otro futuro. Eso también va a depender mucho de nuestra creatividad.


Crece publicidad sexista y racista en Cuba por negocios privados

   Falta ley de medios con perspectiva de género






El fragmento de un escote, los glúteos en primer plano o el cuerpo semidesnudo de una mujer en la playa son imágenes que abundan en la publicidad cubana. Aunque de apariencia inofensiva, este tipo de representaciones termina sustentando una ideología machista en la cual las mujeres resultan el blanco de la violencia simbólica.
Así lo denuncian desde hace años activistas e investigadoras feministas en la isla, entre ellas Danae C. Diéguez, quien se ha especializado en estudios de género y audiovisual. Para la profesora universitaria, superar el sexismo que abunda en el espacio público es urgente, sobre todo si se quiere prevenir el maltrato machista. Esta responsabilidad, asegura, no puede dejársele al tiempo; requiere de políticas públicas que velen por la equidad de género en los medios.
-Helen Hernández Hormilla (HHH): ¿Cómo se reproduce en la incipiente publicidad de Cuba la violencia simbólica machista?
-Danae C. Diéguez (DCD): Ya sabemos que la violencia simbólica está asumida y naturalizada en muchos espacios de las industrias culturales y, por tanto, su anclaje visual es un correlato del sexismo trepidante, muchas veces inoculado. La publicidad es uno de esos espacios de visualidad, ya sea la imagen fija o el audiovisual, que reproducen el sexismo.
“Lo que me parece llamativo es que hay propuestas con verdadera calidad estética que camuflan la arbitrariedad de la representación y que, precisamente por calificar por su calidad, llevan el código sexista apuntalado con la sutileza misma que convierte a la obra en ‘buena’, ‘artística’ u otros adjetivos que sustenten su efectividad visual.
“Están las otras propuestas en las que no median calidades estéticas y en las que el mensaje llega a ser muy agresivo. La publicidad de algunas cervezas, la Bucanero por ejemplo, o la publicidad para invitar a visitar Cuba, están revestidas de sexismo y racismo. Estoy convencida de la existencia de algunas buenas prácticas y de la voluntad de muchas personas por cambiar y denunciar esto. Sin embargo, son realidades que están ahí, sobre todo para avisarnos que el camino es largo aún…”
PUBLICIDAD Y NEGOCIOS PRIVADOS
HHH: ¿Crees que el sexismo y la agresividad de ese tipo de productos se hayan intensificado con la llegada de los negocios privados?
DCD: Los negocios privados reproducen acríticamente mucha publicidad estandarizada y mayormente sexista. En el caso cubano, llama la atención que muchos de esos negocios se afianzan sobre la imagen de mujeres que están dentro del canon de belleza que los medios intencionan, en detrimento de las diversidades de mujeres existentes. Ya sabemos que el canon de belleza amputa, cercena y discrimina. El canon es una construcción cultural que beneficia a un veedor masculino y heteronormativo.
“Como no existe una legislación que delimite cuándo se estimula y refuerza la violencia simbólica machista, las muestras de sexismo y racismo en la publicidad de algunos negocios privados va in crescendo y, en muchos casos, es realmente cuestionable. Ni siquiera existe la intención de no hacerlo porque es ‘políticamente incorrecto’. Aunque no esté de acuerdo con ella, valdría la pena si esa fuera una opción para detener tanta imagen castradora de diversidades y de empoderamiento femenino”.
CONSECUENCIAS
HHH: ¿Qué consecuencias sociales acarrea que los mensajes publicitarios refuercen el sexismo y la violencia de género?
DCD: Las consecuencias están en que las audiencias son acríticas y los medios tienen un verdadero impacto a la hora de modelar el imaginario simbólico de las relaciones de género. ¿Qué sucede entonces? Un criterio, una imagen de la verdad que se basan en el machismo; mujeres como objetos, convertidas en partes; un patrón de éxito de mujeres y hombres que jerarquiza y vuelve a fomentar las relaciones de poder entre los géneros, siempre en función de esa heteronormatividad y masculinidad hegemónica que perpetúan la discriminación, la sumisión y la objetivación por encima de la equidad, la diversidad y las subjetividades.
“Resultado: naturalización y normalización de la violencia de género, de la violencia simbólica machista y de la posición de mujeres y hombres en función de esas estructuras de poder que legitiman a unos por encima de unas. Otro resultado: refuerzo de las inequidades”.
FALTA LEY DE MEDIOS
HHH: ¿Consideras que se deban regular los contenidos de la publicidad y los mensajes de bien público en cuanto a su tratamiento del género?
DCD: Creo que debe legislarse, que debe existir una ley de medios con perspectiva de género. Esa es mi propuesta. Ahora, quienes se dediquen a pensar, argumentar y llevar a cabo esas medidas deben saber sobre género. Cualquiera no se puede atribuir decisiones asociadas a la equidad y su representación. Se necesita compromiso, ética, sensibilidad y, sobre todo, conocimiento.
Imagen retomada de SEMLac. Investigadora Danae C. Diéguez
Por: Helen Hernández Hormilla

Cimacnoticias/SEMlac | La Habana, Cuba.- 

“Cómo no ser feminista, si defiendo los intereses de la madre tierra”

  Jazmín Romero, mujer wayúu
Por: Lucía Muñoz*


“¿Y cómo no voy a ser feminista si defiendo los intereses de la madre tierra?”. La activista indígena Jazmín Romero Epiayú denuncia el impacto de las multinacionales en su comunidad, La Guajira, en Colombia, que presume de matrilineal, a la vez que obstaculiza la participación pública a las mujeres. La entrevistamos en la Cumbre del Clima de París.

Nada es demasiado obvio. Los hilos e hilos que tejen las mujeres de la comunidad wayúu no es solo una labor de indígenas, es más que una red de historias, un entrelazado de reivindicaciones y derechos. Es el sustento de una identidad y de transmisión de sabidurías.

Las wayúu son mujeres “revolucionarias y de armas tomar”. Así lo susurran entre los hombres de esta comunidad que advierten del cuidado de plantarles cara e, incluso, tildan de rebeldes a todas las que se atreven y se levantan ante quienes las tenían por menos.

El feminismo occidental es considerado por los hombres ‘wayúu’ como una amenaza, porque aseguran que “hace a las mujeres desobedientes”

Jazmín Romero Epiayú sabe muy bien lo que es esto. Como todos los y las wayúu, reside en La Guajira, un departamento al norte de Colombia. Nació en el seno de una familia activista y forma parte del movimiento Fuerza de Mujeres Wayúu. En su comunidad es temida y señalada por los hombres que la tachan de feminista, pero es algo de lo que Jazmín se siente orgullosa. “Yo soy feminista. ¿Y cómo no voy a ser feminista si defiendo los intereses de la madre tierra? ¿Quién no es feminista? En el feminismo defendemos los intereses colectivos, aunque en los movimientos indígenas aún prevalece el machismo”, recalca.

A pesar de todo, las y los wayúu no reconocen su faceta machista y patriarcal. Presumen de vivir en una comunidad matrilineal, donde la mujer y su papel de lideresa se imponen a todo lo demás. “La indígena también es una cultura muy machista. Escritos y antropólogos venden que somos matriliniales, pero eso no es verdad. Simplemente porque nuestros hijos heredan nuestra sangre, el eirruku (así es como lo denominan), y hasta ahí”, se opone Jazmín Romero a las premisas que incluso mujeres de su comunidad defienden.

FEMINISMO INDÍGENA, TRANSFORMACIÓN COLECIVA

El feminismo indígena anda de forma paralela al feminismo de Occidente, pero con pilares fundamentales muy parecidos. El primero parte de la transformación colectiva de la discriminación hacia las mujeres; mientras que el segundo “trabaja en la individualización que excluye”, según Mercedes Olivera, pensadora feminista indígena, que desde sus comisuras explica que “no se trata de anular el individuo, sino que se reconozca que el colectivo está hecho de diferentes personas. La ‘individuación’ [su teoría sobre el feminismo occidental] implica este reconocimiento colectivo de la existencia de lo individual. No se pueden hacer colectivos si no hay este reconocimiento”.

Sin embargo, el feminismo occidental es considerado por los hombres wayúu como una amenaza, porque aseguran que “hace de las mujeres desobedientes, no hacen los quehaceres en la casa y se quieren mandar a ellas solas”. Pero Jazmín Romero lo tiene muy claro: “Es el argumento más mediocre que he escuchado. Yo puedo hacer los quehaceres de la casa, pero no es mi obligación. Las mujeres no somos esclavas de la casa, ni de buscar agua durante horas y cortar leña, ¿por qué el hombre no lo puede hacer? Somos una amenaza porque despertamos a las mujeres. De 2 mil 700 personas que hay en nuestra comunidad, más de 200 mujeres se han unido ya”.

Las desigualdades de género en la comunidad indígena no son el único problema. Con la invasión del colonialismo, los pueblos quedaron sometidos a otras culturas y normas, que les hicieron perder su identidad y las mujeres fueron víctimas del acoso, no solo sexual, sino también patriarcal. La imposición de la religión católica acabó con las lideresas espirituales y relegó a las mujeres al último plano. Pero según Jazmín Romero, eso también está cambiando y cada vez son más las mujeres organizadas en movimientos de base.

LA MADRE TIERRA VS NEOLIBERALISMO

Pero si hay algo que lleva por bandera el feminismo indígena son los principios de la madre tierra. Sin embargo, con la llegada de un Gobierno neoliberal a Colombia, el 67 por ciento del territorio de La Guajira está en concesión a empresas privadas que mal explotan los recursos y derechos medioambientales, según la explica esta mujer wayúu. Desde hace más de 30 años, la empresa transnacional Cerrejón está devastando la territorialidad ancestral del pueblo wayúu dejando unas consecuencias muy negativas en la salud de los pueblos indígenas y también en la contaminación de ríos, como el Ranchería que defienden a capa y a espada.

Las ‘wayúu’ denuncian los estragos de las grandes multinacionales en un territorio que sigue contando con presencia paramilitar
Mientras “para ellos (los extractivistas) es un recurso económico, para nosotros es un bien público ancestral y sagrado. No somos mujeres que buscamos recursos, sino el levantamiento de un pueblo ante estas multinacionales que están destruyendo nuestro territorio e igual que nosotras damos vidas, ellos deberían aprender de nuestro ejemplo y ser responsables para generar vidas. Sin esto no podemos hablar de políticas medioambientales, ni de desarrollo sostenible”, argumenta. Desde Colombia hasta París, con motivo de la XXI Cumbre del Clima, esta mujer wayúu viaja para poner en manifiesto la obligación de los gobiernos de comprometerse con los territorios indígenas que están sufriendo los estragos y los impactos de las grandes multinacionales.

PARAMILITARES VS MUJERES WANYÚU

El movimiento Fuerza de Mujeres Wanyúu también se enfrenta al paramilitarismo colombiano que aún tienen presencia en su territorio. Uno de los peores momentos ocurrió en 2004, con la masacre en Bahía Portete: seis personas fueron asesinadas, entre ellas cuatro mujeres. “La mujer no se mata. Si nos tocan rompen con el tejido social y espiritual y los hombres también sufren”. Pero esto no les importó a los más de 50 paramilitares del Frente Contrainsurgencia Wayuu del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que llegaron a la comunidad y arrasaron con ella, dejando además tres mujeres desaparecidas y entre 600 y 800 desplazadas internamente. “Fue degradante y terrible llorar a nuestras mujeres”, recuerda.

Las mujeres wayúu parten de una tradición de poder y liderazgo. Con ella talan la barrera del silencio que intenta mantener una autoridad patriarcal férrea.

*Este artículo fue retomado del portal de Pikara Magazine
  CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Bilbao, Esp.-

Cuidarnos es un acto político: Marusia López

   Impulsora de IM-Defensoras

Sobre el terreno o desde el extranjero, las defensoras de Derechos Humanos mesoamericanas tejen estrategias de protección y cuidados para resistir a la violencia estatal y las agresiones que reciben de sus familias y comunidades.

Marusia López Cruz es una de las impulsoras de la Iniciativa Mesoamericana (México y Centroamérica) de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras), que entre 2012 y 2014 registró un total de mil 688 agresiones contra mujeres defensoras de DH en El Salvador, Guatemala, Honduras y México. En los dos últimos años se ha producido un incremento de casi el doble en el número de agresiones registradas. Lejos de mermar, la violencia está creciendo.

“En México empieza a ser difícil participar en proyectos comunitarios”. Marusia explica que muchas de sus compañeras activistas tienen problemas para realizar su labor en el terreno porque se han cerrado los espacios de diálogo y han aumentado las restricciones a la libertad de movimiento y asociación. Ahora ella vive en España con su familia, pero fue en México donde comenzó su labor buscando convergencias políticas con las activistas del movimiento campesino, indígena y sindical para empujar la agenda feminista. Actualmente, la defensora acompaña a sus compañeras desde fuera del país.

Las defensoras reciben amenazas de violación, se ridiculiza su sexualidad, se emiten calumnias y campañas de desprestigio con profundos contenidos machistas

Como coordinadora mesoamericana dentro del proyecto internacional de JASS (Asociadas por lo justo), Marusia construye redes de apoyo para acompañar a las activistas que trabajan en el terreno con el fin de enfrentar la violencia. La asociación feminista está comprometida con los DH y funciona como una red de empoderamiento para que las mujeres puedan organizarse, movilizarse y pronunciarse contra las políticas e instituciones que perpetúan la desigualdad.

En el marco de la organización, las defensoras como Marusia tienen un medio para construir un tejido comunitario, proteger a las activistas, documentar la violencia y presentar informes con datos que cuantifican y analizan las agresiones. “Hemos contribuido a poner el foco”, dice ella. Ahora las organizaciones internacionales se hacen eco del estado de vulnerabilidad en el que se hallan las defensoras.

LAS AGRESIONES

El 37 por ciento de las agresiones documentadas contienen violencia específica contra las mujeres. Las defensoras mesoamericanas de DH reciben amenazas de violación contra ellas y contra sus hijas e hijos y, a menudo, se ridiculiza su sexualidad, se emiten calumnias y campañas de desprestigio con profundos contenidos machistas y se intimida a sus familias.

Los actores estatales son los principales agentes de violencia contra las defensoras. Castigan sus acciones con detenciones ilegales, arrestos arbitrarios y actos de tortura. Sin embargo, un 5 por ciento de las agresiones son perpetradas por sus familiares, parejas o incluso miembros de su misma organización. Las razones apuntan a una ruptura con los patrones culturales de género.

En la región mesoamericana trabajar públicamente y en activismo político se sale del mandato de lo que las mujeres deben hacer. “Dicen que andamos de putas y que por eso nos agredieron. ¿Qué hace usted fuera de su casa? Eso le pasa por no estar cuidando de su marido”. Su propio entorno las señala, y a menudo las culpabiliza por lo que les ha sucedido.

A veces el peligro no son sólo las agresiones sino el propio contexto. Las defensoras en Ciudad Juárez o en Tegucigalpa trabajan en lugares donde todos los días se mata a mujeres en las calles de forma terriblemente cruel. “Allí los hombres también sufren violencia pero por lo menos a ellos se les reconoce el derecho a estar en la calle”, cuenta la defensora.

A veces los agresores consiguen lo que se proponen. La violencia inhibe la participación, desmoviliza a las defensoras y extiende el miedo. Además, las defensoras tienen menos redes de apoyo que sus compañeros y a menudo se ven inmersas en una terrible soledad. Marusia explica que cuando una compañera es apresada no tiene el mismo respaldo de su familia como el que tiene un defensor: “No hay una mujer, una hija, una hermana apoyándola. Ella nunca es una heroína”.

REDES DE PROTECCIÓN Y AUTOCUIDADO

Reconocer la propia vulnerabilidad es la base de la fuerza: “Saber que nos necesitamos es un principio para crear comunidad. Cuidarnos es un acto político y una responsabilidad de todo el mundo”.

Han puesto en marcha tres casas de acogida, centros de autocuidado a los que pueden recurrir para descansar del desgaste brutal de su labor.

ACCIONES ANTE EL RIESGO

Gracias a la labor de Marusia y de sus compañeras se ha logrado construir cinco redes nacionales de protección que articulan a 690 defensoras y que actúan bajo el principio de unidad: (Si tocan a una, nos tocan a todas). Las defensoras cuentan ahora con entornos seguros para poder hablar de las agresiones que sufren.

En esas redes hay un equipo que analiza el riesgo que sufren las activistas y, cada vez que una de ellas es agredida, la red se pronuncia. Si se considera necesario, las defensoras pueden salir de su zona de riesgo y descansar tras el desgaste brutal de su labor en las tres casas de acogida que han puesto en marcha y que funcionan como centros de autocuidado. “Algunas mujeres dicen que su estancia les ha cambiado la vida. Han dejado de sentirse culpables y han dormido tranquilas. Muchas de ellas han podido llorar por primera vez en mucho tiempo”, celebra.

La defensora cree que construir redes de solidaridad transformará el mundo: “las redes de mujeres te salvan”. Lo ha visto en casos tan graves como la desaparición forzada en México. Mujeres que nunca habían participado en el activismo político se articularon, salieron a la calle a denunciar, e incluso hicieron las investigaciones. Son las mujeres que ahora cada 10 de mayo marchan juntas y comparten su dolor: “Eso tiene un potencial transformador”.

Marusia sonríe. Recuerda una experiencia muy bonita que ocurrió en Ciudad Juárez: “cuando una compañera era amenazada, sus compañeras y compañeros iban a la tienda de abarrotes y decían que habían sufrido una amenaza. Todo el barrio iba a la sede de la organización para manifestarse, para decir aquí estamos”.

Aún queda mucho por hacer. La defensora confiesa que no ha visto todavía un cambio sustantivo en las vidas de las mujeres. Pero hay algo que tiene claro, la lucha sigue por el anhelo de libertad, por “la rebeldía interna de que, por más que nos hayan enseñado que no valemos nada, sabemos que podemos ser libres”.

* Este artículo fue retomado del portal Pikara Magazine



CIMACFoto: César Martínez López
Por: Keren Manzano*
Cimacnoticias | Bilbao, Esp.- 

ONU ve papel clave de la mujer en Agenda de Desarrollo Post 2015

Millones de mujeres en el mundo no tienen acceso a los servicios de planificación familiar. Crédito: Zofeen Ebrahim/IPS

Millones de mujeres en el mundo no tienen acceso a los servicios de planificación familiar. Crédito: Zofeen Ebrahim/IPS
NACIONES UNIDAS, 30 dic 2015 (IPS) - La ONU afirma que la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son indispensables para la realización de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados por gobernantes de todo el mundo en septiembre.
El secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Ban Ki-moon, hace hincapié en su mensaje político que el mundo no logrará jamás 100 por ciento de sus objetivos de desarrollo hasta que al menos el 50 por ciento de sus habitantes – es decir, las mujeres – sean tratadas “como participantes plenas e iguales en todos los ámbitos”.
"No podemos defender los derechos humanos ni avanzar en el desarrollo a menos que pongamos fin a la epidemia mundial de violencia contra las mujeres y las niñas": Ban Ki-moon.

Reafirmando este mensaje, Lakshmi Puri, directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres, dijo a IPS que la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son indispensables para la realización del desarrollo sostenible.
Esto se refleja en los resultados de la Agenda de Acción de Addis Abeba sobre la Financiación para el Desarrollo, aprobada en julio en la capital de Etiopía, y en los 17  ODS, que deberán cumplirse para 2030 y que sustituyen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Puri declaró que tanto la Agenda de Acción como los ODS se comprometen a lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, incluso mediante una mayor inversión para cerrar la brecha de género.
“Vamos a lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres”, asegura el primer párrafo de la agenda de Addis Abeba.
Mientras que los ODS reconocen que la desigualdad de género es la madre de todas las desigualdades, dentro de los países y entre ellos, también incluyen un objetivo individual sobre la igualdad de género, recordó Puri.
Los 17 ODS se proponen acabar con el hambre y la pobreza, garantizar una vida sana, alcanzar la igualdad de género, proteger el ambiente mundial y garantizar una energía sostenible, entre otros, para el año 2030.
En una reunión de alto nivel sobre las mujeres en el poder y la toma de decisiones a principios de este año, Ban reconoció que hoy en día hay muchas más mujeres en la política en todo el mundo que en el pasado.
“Pero el progreso es demasiado lento y desigual”, se quejó.
Las mujeres no tienen igualdad plena en ningún país, recordó el secretario general, y añadió que, en promedio, solo ocupan 20 por ciento de los escaños legislativos nacionales. En todo el mundo hay 20 mujeres jefas de gobierno o de Estado.
Pero cinco países no tienen legisladoras en sus parlamentos y ocho gobiernos carecen de ministras en el gobierno, destacó Ban.
En demasiados países, las mujeres sufren de violencia doméstica, mutilación genital femenina y otras formas de violencia, subrayó.


“Estos actos traumatizan a las personas y dañan nuestras sociedades”, advirtió el secretario general.
“No podemos defender los derechos humanos ni avanzar en el desarrollo a menos que pongamos fin a la epidemia mundial de violencia contra las mujeres y las niñas”, exhortó.
“Tenemos una oportunidad única en un siglo – la mayor de la historia – para darnos cuenta de la verdadera promesa y el potencial de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y la realización de sus derechos humanos”, declaró Puri.
Por primera vez, señaló, el esencialismo de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres ha sido reconocido y reafirmado en la Agenda 2030, que sostiene que “el desarrollo sostenible no es posible si a la mitad de la humanidad se le sigue negando la plenitud de sus derechos humanos y oportunidades”.
“La igualdad de género es vista cada vez más como una misión posible. El ODS 5 – dedicado, global y transformador – tiene que ver con la realización y no solo con la promoción de la igualdad de género… y del empoderamiento de las mujeres y las niñas, y sin dejar a nadie atrás”, precisó.
Existe el compromiso de aumentar significativamente la inversión para cerrar la brecha de género, fortalecer las instituciones de igualdad de género e integrar sistemáticamente la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer en todos los aspectos de la ejecución del Programa 2030, indicó.
Acabar con todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas en la legislación y en la práctica y poner fin a la violencia contra las mujeres son metas de desarrollo sostenible, así como lo son la valoración del trabajo de cuidados no remunerado que hacen las mujeres y su participación y liderazgo igualitarios en la vida económica, política y pública, señaló.
Entre esas metas también se encuentran el acceso universal a la salud y los derechos sexuales y reproductivos y la igualdad en el acceso a los mismos, la propiedad y el control sobre los recursos y el empoderamiento económico, añadió Puri.
También existe el compromiso de acelerar el ritmo de ejecución y el cambio para que la igualdad de género y el empoderamiento se alcancen en esta generación, declaró.
Este artículo integra un proyecto de medios de IPS América del Norte, Global Cooperation Council y Devnet Tokio.
Traducido por Álvaro Queiruga