11/06/2021

Premios Género y Justicia al Descubierto: España nominada por 6 casos discriminatorios

Las buenas y malas prácticas en justicia y género tiene su propio premio; los Premios Género y Justicia al Descubierto, de la organización Women’s Link Worldwide, destacan los pronunciamientos o decisiones hechos en el contexto de un proceso por, jueces y juezas, miembros de comités de protección de derechos humanos, de juntas u oficinas de asilo o por fiscales y defensores del pueblo, que hayan tenido un efecto positivo o negativo sobre la equidad de género, incluyendo aquellos relacionados con derechos sexuales y reproductivos, violencia de género y discriminación por género.

Entre las categorías, el Garrote de bronce, plata y oro denuncia los tres pronunciamientos o decisiones más sexistas, y el Mallete de bronce, plata y oro reconoce la labor de quienes han promovido la equidad de género. Un tercer premio especial, votado por el público a través de la web de la organización, reconoce aquel pronunciamiento que los votantes han querido reconocer.

El juzgado de esta edición está formado por Tracy Robinson, abogada jamaicana experta en género y derecho; Nicolás Castellano Flores, periodista español de la Cadena SER especializado en contenidos sobre migraciones, cooperación y desarrollo; y Geena Rocero, modelo y activista transgénero de Manila, Filipinas.

España se lleva más Garrotes que Malletes

garroteEspaña aparece entre las nominadas a los premios de Women’s Link Worldwide con una única nominación positiva frente a seis condenas por trato discriminatorio.

El único reconocimiento a la igualdad de género al que está nominada España es la decisión de un juzgado en reconocer que es discriminatorio excluir del acceso a técnicas de reproducción asistida, por la sanidad pública, a las mujeres que carecen de pareja masculina.

Por su parte, hasta seis decisiones discriminatorias e injustas están nominadas a los premios Garrote. Estas son:

  • El tribunal absuelve a cinco policías que estaban acusados de cometer abusos sexuales en contra de las mujeres recluidas en el Centro de Internamiento de Extranjeros al entender que no se pudieron probar los hechos.
  • El Tribunal Supremo absuelve a un hombre acusado de abusos sexuales prolongados señalando que la víctima pudo haber tenido una motivación económica para denunciar.
  • El Tribunal Constitucional reconoce al feto como “miembro de la unidad familiar” y otorga beneficios en los procesos de admisión en centros de educación financiados con fondos públicos de la Comunidad Valenciana.
  • El Tribunal Constitucional permite al dueño de una farmacia ejercer la objeción de conciencia a la hora de proveer anticoncepción de emergencia, restringiendo el derecho a la salud sexual y reproductiva de las mujeres que requieren este tipo de medicamentos.
  • Un juzgado de Sevilla confirma la condena de María Salmerón a prisión por no cumplir el régimen de visitas entre su hija y el padre maltratador condenado por violencia de género.
  • Una jueza decide no conceder medidas de protección a una mujer maltratada por su ex pareja y le pregunta durante una declaración si “cerró bien las piernas” para evitar los abusos sexuales.

América Latina encabeza las nominaciones

malleteLa defensa de los derechos de las mujeres en América Latina es la posición que más votos lleva recontados en la categoría de Premio Mallete 2016.

El pronunciamiento que más votos lleva son las disculpas públicas que una jueza ordenó al Estado de México, uno de los 32 que forman el país, para reparar y ofrecer una disculpa pública por la tardanza injustificada en emitir la Declaratoria de Alerta de Violencia de Género.

Le siguen los abortos forzados considerados como crimen en Colombia (líderes de un grupo armado en Colombia fueron sancionados por practicar abortos forzados a sus integrantes y se ordenó que se les garantizasen los tratamientos médicos que requirieran), y la reparación por negligencia en Argentina (La Fiscalía Provincial de Santa Fe ordenó reparar y ofrecer una disculpa pública a la familia de Ana María Acevedo, una mujer que murió por no recibir un aborto legal para comenzar el tratamiento contra el cáncer).

El Garrote más votado, y con una amplia distancia frente al resto, es la decisión de un juez mexicano que ordena quitarle a una mujer la custodia de su hijo porque la mujer no cumple con el rol de madre “tradicional”.

Le sigue Colombia, cuya Corte Constitucional considera que la educación sexual no debe impartirse en la escuela primaria, y en tercer lugar el caso español de María Salmerón, en el que un juzgado de Sevilla confirma la condena de Salmerón a prisión por no cumplir el régimen de visitas entre su hija y el padre maltratador condenado por violencia de género.

 

Algunos de los casos nominados entran a formar parte de la base de datos de jurisprudencia del Observatorio de Género y Justicia de Women’s Link Worldwide, que contiene un análisis de sentencias judiciales provenientes de diferentes partes del mundo relacionadas con temas de género.

Denuncia defensora Teresa Ulloa difamación y calumnia durante conferencia mañanera

CIMACFoto: César Martínez López

Ciudad de México.- La directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en inglés), Teresa Ulloa Ziáurriz, denunció que fue víctima de difamación y calumnia por parte del youtuber Ramón Flores, quien la acusó en la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, de encarcelar a una mujer acusada de trata de personas.

Durante la conferencia mañanera de este 3 de noviembre, el youtuber Ramón Flores, del canal El Centinela Informa, refirió al presidente de México, sobre el caso de Claudia Ivonne Sánchez Mayorga, quien se encuentra en reclusión desde 2013 por el delito de trata de personas y explotación de la prostitución ajena.

Al referir este caso, también conocido como Butcher’s y Solid Gold, el youtuber se refirió a la abogada y directora de la CATWLAC, Teresa Ulloa Ziarruz, como “supuesta defensora de mujeres Teresa Ulloa, que resultó no tener ni cédula profesional”.

Ramón Flores aseguró que el expresidente de México, Enrique Peña Nieto, postuló a Ulloa como pedagoga a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, que presuntamente recibió recursos federales del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), y que manipuló a víctimas y a funcionarios de la entonces Procuraduría General de la República y del Poder Judicial sólo para cobrar 4.2 millones de pesos.

CATWLAC, organización con 52 años a favor de los derechos de las mujeres

Ante esas acusaciones, la CATWLAC emitió un comunicado en el que pidió al presidente, Andrés Manuel López Obrador, que durante la conferencia mañanera no dé cabida a personas que buscan desprestigiar, calumniar, difamar y defender delincuentes.

De acuerdo con la organización feminista, la historia se remonta al viernes 12 de agosto de 2013, cuando la entonces PGJDF rescató a 32 mujeres extranjeras y seis mexicanas en un inmueble de la Zona Rosa, donde las mantenían ocultas los encargados del negocio Solid Gold, ubicado en la calle de Londres, a unas cuadras donde las víctimas fueron localizadas.

Desde 2018, la representación jurídica de esas víctimas la lleva conjuntamente la CATWLAC con la Clínica de Interés Público contra la Trata de Personas del ITAM. Gracias a su acompañamiento y defensa legal contra las víctimas, se obtuvieron 4 órdenes de aprehensión, de las que sólo se ha ejecutado una y están pendientes 3. Además sigue abierta la investigación contra los dueños del negocio, se afirmó en el comunicado.

La persona contra la que se ejecutó la única orden aprehensión conseguida hasta ahora es Claudia Ivonne Sánchez Mayorga, quien —de acuerdo con lo que las propias víctimas informaron a Ulloa— se encargaba de vigilar, administrar los turnos, supervisar el vestuario.

De acuerdo con la CATWLAC, durante este proceso legal se ha amenazado a las víctimas, y se ha perseguido, calumniado, difamado y hostigado a quienes las han asistido y representado.

“Todo (está difamación y hostigamiento) como una reacción y un ejemplo de todos los intereses que se encuentran involucrados en la industria del sexo, interesados en defender sus inmensas ganancias y que han dejado abandonada a la única presunta responsable que se encuentra presa desde 2014” detalló la CATWLAC en su boletín.

De acuerdo con la organización feminista contra la trata, en su intervención, Ramón Flores no sólo difamó a la abogada sino que también dio datos falsos. Por ejemplo, en la versión del youtuber, Claudia fue ingresada en un penal varonil. Sin embargo, de acuerdo con la CATWLAC, el CEFERESO de Nayarit, donde inicialmente fue recluida Claudia, en 2014 ya era un reclusorio mixto, además que cuando se abrió el CEFERESO femenil en Morelos, Claudia fue trasladada para allá.

Ramón Flores también dijo que Teresa Ulloa había metido la cárcel a Claudia, cuando en realidad fue la propia investigación que desarrolló el Ministerio Público Federal el que la incluyó en la consignación.

“Si bien es cierto que han pasado muchos años sin que cuente con sentencia (como señaló el youtuber en la conferencia), también es cierto que las partes han interpuesto los recursos que han considerado pertinentes”, precisó la CATWLAC.

Por ejemplo, este 2021, el Juzgado de Distrito en Procesos Penales Federales ya había sentenciado a Claudia Ivone a 22 años de cárcel, pero su defensa interpuso el recurso de apelación y el Magistrado al que le correspondió conocer del recurso ordenó la reposición del juicio y solicitó se llevaran a cabo dos diligencias más, de las cuales se está a la espera de sentencia.

Sobre el hecho de que Claudia perdió la matriz, la CATWLAC lamentó el hecho pero recordó que no tiene ninguna responsabilidad en que la atención que recibió al momento de su alumbramiento haya sido deficiente. También precisó que fue decisión de Claudia entregar a la niña con su papá.

La CATWLAC también aseguró que es mentira que el expresidente Enrique Peña Nieto haya postulado a Teresa Ulloa para integrar la CEAV. “Yo me postulé y cubrí todos los requisitos, sin embargo, no quedé en la terna. Y tan miente que el procedimiento se llevó a cabo en la convocatoria y el procedimiento que se llevó a cabo con el Mtro. Alejandro Encinas, en la Subsecretaría de Derechos Humanos y Población de la Secretaría de Gobernación”, precisó la directora de esta organización.

La CATWLAC también se defendió sobre la declaración del youtuber respecto a que ha recibido recursos federales y locales en opacidad, ya que los únicos fondos que la organización ha recibido —explicó— son producto de convocatorias para presentar proyectos, donde el monto máximo de financiamiento es de 350 mil pesos, con presupuestos fijos que son revisados por la autoridad y por la Contaduría Mayor de Hacienda.

Asimismo, la CATWLAC explicó que en el documento de conclusiones, se solicitó la reparación del daño en favor de la víctima por 4 millones 200 mil pesos, que corresponde a la cantidad que Butcher’s y Solid Gold ganaron de explotar a la víctima “Julia María”. Este documento se presentó en el Juzgado, no fue clandestino, ni ilegal, aseguró la organización.

La CATWLAC instaló su sede en México desde el 2003 y se constituyó legalmente en 2004. Tiene 18 años defendiendo y asistiendo a víctimas de trata y de las violencias más graves. Su Directora, Teresa Ulloa, tiene 52 años de trayectoria a favor de los derechos de las mujeres y las niñas.

Locas, malas y egoístas




CIMACFoto: César Martínez López

La consigna de la calle, la de barrio, la de a pie, dice “y la maldad, y la maldad y la maldad feminista”, seguida de aplausos, gritos y relajo. El significado es mucho más profundo de lo que se cree, tiene que ver con la capacidad de las mujeres de aceptar que seremos tildadas de locas, de malas y egoístas siempre que renunciemos a la abnegación y a la explotación amorosa de la que históricamente se valió el patriarcado para hacernos trabajar por ellos, para defender los intereses de ellos, para ser sus voceras y sacrifinar nuestros intereses por los de ellos.

Esta semana un artículo sobre literatura y mujeres que retoma algunas reflexiones de escritoras recuerda que las mujeres son retratadas por los escritores como personajes arquetípicos, basados en cliches facilones y sosos, como sus descripciones en las novelas escritas por hombres con personajes femeninos. Ya lo sabíamos, hemos hablado y escrito de esto -algunas- desde hace algún tiempo.

Y es como nos “definen”, es el “concepto que nos han construido para decirmos cómo es ser mujer”, y ya lo decíamos aquí mismo en esta columna. Ahora nos dicen hasta quién es y quién no es “mujer”. 

Ahora son cada vez más las mujeres que asumen que ser “empáticas” supone ponerse de su lado alguna vez, que si ellos están hay que meterlos a nuestras democracias, a nuestros espacios, etc. Es decir, algunas mujeres se terminaron convirtiendo en las voceras de sus intereses, de los que se enmascaran de “feministos”, “hombres progres”, “hombres solidarios”, los “compas”.

A las mujeres nos cuesta aceptar que somos sujetas muchas veces de la abnegación como un complejo aprendido en el que ponderamos las necesidades de los hombres, antes que la propia o la de otras, la explotación amorosa; nosotras terminamos siendo sus voceras, sus defensoras y pidiendo la inclusión para ellos.

En esa dinámica, las que estamos mal somos las que nos atrevemos a pensar diferente, a proponer que es necesario ponernos a nosotras en el centro, a privilegiar como hace unos años que los espacios de diálogo y discusión sean para las mujeres que apenas están aprendiendo a escucharse a sí mismas.

¿Se han dado cuenta que cuando un hombre participa en una reunión de mujeres tiene la virtud de recibir los aplausos, el reconocimiento y la defensa por encima de desplazar espacios para otras mujeres en aras de dárselos a ellos?

Hace más de seis ó siete años cuando empezamos a hacer las escuelitas feministas en la Península, cada vez que hacíamos una sesión, teníamos que destinar tiempo a explicarles a nuevas compañeras por qué no admitíamos hombres en el espacio, teníamos que explicarle a la compañera que insistía en ir acompañada por su novio, por su amigo, por su empático y solidario compañero de causa…

Ningún movimiento por radical que haya sido ha logrado revertir la condición de desigualdad de las mujeres, por eso tenemos la reflexión de “la revolución será feminista o no será”.

Ese tema sobre el que he escrito antes me ha puesto a reflexionar de nuevo sobre las locas, malas y egoístas mujeres, en que necesitamos convertirnos para dejar atrás esos complejos invisibles de abnegación y sacrificio, anteponiendo sus necesidades a las nuestras, poniéndolas por encima de las nuestras y de otras mujeres.

No es fácil, nada fácil asumir y vivir con la conciencia de asumirse egoísta y decir clara y directamente que nosotras no necesitamos su aprobación ni complicidad, que no tenemos porqué sentirnos malas o egoístas porque preferimos en un acto sororal a otras mujeres; bastaría explicarlo recordando que por siglos los hombres se guiaron bajo la fraternidad y no tuvieron ningún problema en tener un Senado, una Cámara de diputados, comités, mesas directivas, gabinetes total y absolutamente con hombres, que las mujeres que ocuparon espacios lo hicieron remontando adversidades como todavía lo hacen. 

No, no está mal ni tenemos porqué sentirnos mal o que nos vean mal si fijamos clara y contundentemente una posición de reconocer que las mujeres aún hoy día habitamos las periferias y que todavía las mujeres empezamos a construir nuestra propia voz y nuestros propios espacios.

Las escritoras han empezado a reflexionar sobre esto, hace ya bastante que Mary Louis Pratt lo dijo y reflexionó: estamos fuera del canon, lo estuvieron las escritoras. Ahora sabemos que son escritores hombres los que siguen construyendo arquetipicos personajes femeninos convertidos en objetos sexuales, que si tienen que pasar por ponerse “nombre de mujer” y ponerse un seudónimo de mujer lo hacen, usurpan el lugar de otras mujeres, se reúnen tres y construyen un personaje femenino como lo señalan en el artículo que recomiendo y dejo aquí

Margaret Atwood decía que las mujeres debían enmascarar su nombre en el de un hombre para ser publicadas por siglos, ahora los hombres desplazan a las mujeres y los espacios de las escritoras, pero esto también sucede en otros espacios en los que prevalece ese sentimiento de abnegación frente a las necesidades de ellos, los feministos de hoy.

La abnegación, el sacrificio y la resignación, son los sentimientos que distinguen el ideal de una mujer buena -entre otras características-, modelo construido desde el patriarcado; pero son también las causas de los problemas que las mujeres afrontan y el origen en muchas ocasiones de la explotación amorosa que hombres, familiares, amigos, amantes o conocidos, ejercen en sus vidas.

Sobran ejemplos de en qué problemas y situaciones graves llegan a estar las mujeres por el sacrificio del amor, por la abnegación de dar todo lo que tienen y quedarse sin nada para ellas mismas hasta perder sus propias pertenencias, mujeres que se resignan y aceptan que no pueden cambiar su situación, ese aprendizaje del sistema social para domesticar los espíritus de las mujeres y que parece basado en las creencias de fe, sigue vigente en la vida de muchas mujeres creyentes o no.

Aunque parecen distintos, en realidad todos esos “sentimientos” en los que las niñas somos educadas, a compartir con el hermano, resignarnos sobre el lugar social que ocupamos, y me atrevería a describir la abnegación como ese sentimiento de anteponer la necesidad del otro a la propia, a justificar la necesidad del otro para desplazar a otras. Como la mujer que deja sin comida buena a las niñas para dárselo a los hijos varones.

Tenemos qué revisar cuándo transitamos de un feminismo que tenía claridad sobre los espacios para las mujeres, por las mujeres, de las asambleas feministas en las que teníamos certeza de que era y son espacios para mujeres y que las demás expresiones tenían la libertad de construir sus propios espacios y reflexionar sobre ellos, siempre hubo espacios de izquierdistas, derechistas, de sindicalistas, de abogados, contadores, médicos… hombres.

No significaba dejar afuera a nadie, ellos tienen y tuvieron sus espacios siempre, simplemente teníamos conciencia de que necesitábamos inventarnos espacios para estar a solas nosotras con nosotras, como lo fue por mucho tiempo el espacio de la cocina para las mujeres en casa, ahí donde se conversaba y se hablaba de los problemas de las mujeres en la familia, se resolvían las situaciones por las que se estaba atravesando y se atrevían las mujeres a contar lo que pasaba entre las cuatro paredes de sus casas a otras mujeres.

Sabemos y estamos conscientes de que muchas veces las mujeres dejamos de hablar si hay hombres presentes, y que no sólo pasa eso, sino que también ellos desplazan la voz, ellos ocupan el tiempo para oírse a sí mismos. Quizá tengo claridad de esto último porque hace una década empecé a estudiar el fenómeno a partir de la reflexión que Victoria Ocampo en su publicación “La mujer y su expresión” (1936), hizo hace más de 100 años con su famosa reflexión de “no me interrumpas”.

Hoy pareciera que no es el hombre diciéndole a la mujer “no me interrumpas”, sino es otra mujer diciéndole a las mujeres “silencio, no lo interrumpas”, o incluso pidiendo el turno para darle la voz a ellos, porque “no estamos bien, no estamos completas si no los escuchamos a ellos”.

Y es esa parte la que necesitamos revisarnos, cuando pensamos que “no estamos completas” si ellos.

Quizá necesitamos abrir más espacios de reflexión y conversa en los que revisemos los textos básicos feministas para saber y tener presente cómo y porqué se vuelve necesario empezar a visibilizar y a hablar de las mujeres, a que nosotras nos cuestionemos ese papel heredado de abnegadas, sumidas, sacrificadas y resignadas frente a lo inevitable y elijamos ese camino de ser llamadas locas, malas y egoístas porque no queremos compartir nuestros espacios.

Hace poco leí una frase que dice: “si el feminismo no es radical, son relaciones públicas”, y está bien -para ellas- para las que consideran que de eso se trata su posición política, pero no podemos perder de vista que nombrarnos feministas implica cuestionarnos cada día si estamos tomando decisiones o acciones que nos colocan justo donde el patriarcado ha querido colocarnos.

Esto es, como promotoras, defensoras y abogadas de las causas de ellos, sacrificando las causas de las mujeres, desplazando a otras mujeres, otorgándoles los espacios a ellos, ser extremadamente duras y críticas con otras mujeres que tienen que probar que son buenas todo el tiempo, porque eso significa que no hemos sabido construir un mundo para nosotras.

La mujer que lloraba en un Ferrari.

 xlsemanal.com

 Arturo Pérez-Reverte

Arturo Pérez-Reverte

Patente de corso

Hace un par de meses, cuando escribí un artículo sobre mujeres malas y chicas duras en películas de toda la vida, omití un nombre: María Félix. Y lo hice deliberadamente, porque le reservaba un artículo aparte. Algunos jóvenes lectores y otros menos jóvenes, poco familiarizados con la historia del cine, se preguntarán quién fue esa señora –como decía Quevedo, el tiempo todo lo masca–. Así que hoy me propongo contárselo a ustedes, empezando con una de aquellas formidables frases suyas que tanto contribuyeron a forjar la leyenda: A un hombre hay que llorarlo tres días. Al cuarto, te pones tacones y un vestido nuevo.

Se llamaba María de los Ángeles Félix, era mexicana y también lo más parecido a lo que en el cine clásico se consideró una diosa: bella, fría, morena, elegante, altiva, dura, cruel, sarcástica. La mujer que dijo Soy más cabrona que bonita o No te sientas mal si alguien te rechaza; la gente rechaza lo caro cuando no puede pagarlo, supo construirse desde la nada y crear un fascinante personaje público, un mito hecho a medias entre su verdadera personalidad y las que interpretaba en la pantalla. No basta con ser bonita, hay que saberlo ser, sostuvo siempre. Tuvo muchos hombres, muchos amores, mucho cine, mucha vida, y murió a los 88 años siendo un monumento a sí misma. La pintaron Diego Rivera, Orozco, Leonora Carrington, Remedios Varo y Antoine Tzapoff. La dirigieron el Indio Fernández y Luis Buñuel. La amaron los hombres con más talento y con más dinero del mundo. Nunca quiso trabajar en Hollywood; dijo no a papeles que interpretarían luego Jennifer Jones y Ava Gardner, y proclamó, orgullosa como solía: Me quieren dar papeles de india, y a mí no me da la gana. Los papeles de india los hago en mi país y los de reina en el extranjero.

Si quieren ustedes descubrirla o enamorarse de ella hasta las cachas, basta con ver una de sus películas, Enamorada, en la que tiene de coprotagonista al enorme Pedro Arméndariz, su pareja ideal en el cine. Pero ésa es sólo una de las cuarenta y siete que rodó, y muchas fueron verdaderamente buenas. Todo cinéfilo como Dios manda asentirá sin dudarlo ante El peñón de las ánimas, Doña Bárbara –de ahí retuvo para siempre su apelativo La Doña–, La mujer sin alma, Río Escondido, Maclovia –donde logró algo casi imposible en ella, parecer humilde–, La cucaracha, Los ambiciosos, Doña Diabla, La mujer de todos y tantas otras. De sus películas y entrevistas de prensa proceden las famosas frases a las que antes aludí, tan vinculadas a ella que es imposible establecer si eran sus personajes los que se encarnaban en María Félix o era ella la que inyectaba su fascinante encarnadura en los personajes: Las flores son un mal negocio, duran un día y hay que agradecerlas toda la vida… Ningún hombre se mata por una mujer, se mata por cobarde… Vale más dar envidia que dar lástima… Y quizá la más cínica entre las suyas: El dinero no da la felicidad, pero siempre es mejor llorar en un Ferrari.

En materia de hombres y dinero sabía muy bien de qué hablaba. Tuvo una vida de lujo y glamour con varios esposos y amantes que incluyeron al torero Luis Miguel Dominguín, Jorge Negrete –el cantante que fue ídolo del cine musical en España y América con famosas películas de rancheros, cantinas y tequila– y Agustín Lara, mi favorito entre sus hombres: el flaco elegante con una cicatriz canalla junto a la boca –una cicatriz que ella confesó la ponía de lo más caliente–; el compositor genial que, antes de que María Félix lo dejara por otro hombre, tuvo tiempo de componer para su amada algunas de sus mejores creaciones: Humo en los ojos, el chotis Madrid, Cuando vuelvas y, sobre todo, esa canción maravillosa que a su destinataria, incluso cuando ya era mayor y entraba en algún local de moda, la orquesta tocaba para saludarla y rendirle homenaje: Acuérdate de Acapulco / de aquella noche / María bonita.

Vean sus películas, si no las conocen. Observen su rostro en Internet. Busquen la película Enamorada, compárenla con Doña Bárbara y hagan una fascinante relectura en clave feminista del cine de la época y los personajes que María Félix protagonizaba. Sigan el rastro de esa actriz singular, hembra prodigiosa y señora de rompe y rasga, y deléitense con sus inolvidables frases míticas: La vida sin ti no vale nada, pero contigo vale menos… No des una segunda oportunidad a quien no aprovechó la primera… Y la que sin duda es mi favorita: Una mujer será tan niña como la consientas, tan señora como la trates, tan inteligente como la desafíes y tan sensual como la provoques. 

Mujeres malas, por Arturo Pérez-Reverte

Para las niñas un peligro de la violencia sexual está en sus hogares


La activista por los derechos sexuales y reproductivos de las niñas Mía Calderón en la Avenida San Martín de San Juan de Lurigancho, el más poblado municipio de la capital de Perú. Denuncia que la pandemia puso al descubierto una vez más que la violencia sexual contra las niñas viene principalmente de alguien cercano al hogar y que muchas veces no se las cree. Foto: Mariela Jara / IPS

LIMA – “En esta pandemia la violencia sexual contra las niñas ha crecido porque se han quedado confinadas con sus agresores, ¿si el hogar no es lugar seguro para ellas, cuál entonces, la calle?”, exclama con indignación Mía Calderón, una joven activista por los derechos sexuales y reproductivos en la capital de Perú.

Con 19 años y estudios universitarios de comunicación audiovisual, ahora paralizados por por las restricciones de la pandemia de covid, esta activista pertenece al colectivo de jóvenes Vayamos de San Juan de Lurigancho, el distrito (municipio) de Lima, donde ella reside.

Ubicado al noreste de la capital tiene zonas de valle y de altura que sobrepasan los 2200 metros sobre el nivel del mar, donde el agua es un bien escaso y se provee con camiones cisternas. Se creó hace 54 años y su población de 1 117 629 habitantes, según cifras oficiales está conformada en mayor parte por familias migrantes del interior del país.

De los 9,7 millones de personas que viven en los 43 distritos de Lima, San Juan de Lurigancho es de lejos el de mayor población.

Calderón, en una entrevista con IPS durante una caminata por las calles de su distrito, contó que ayudó a una de sus amigas durante el aislamiento social obligatorio decretado en este país andino entre marzo y julio del 2020, al que han seguido otras restricciones a la movilidad cuando los contagios de la covid-19 han sufrido nuevos brotes.

Desde entonces, las aulas permanecen cerradas y la educación prosigue de forma virtual desde los hogares, donde las niñas permanecen la mayoría del tiempo.

“Ella se quedó confinada con sus dos hermanas, su madre y su padrastro. Pero se fue antes de que el padrastro la violase porque el acoso de él era insoportable; ahora tiene mucho miedo de lo que pueda pasar con sus hermanitas porque el agresor sigue en el hogar”, acota.

No todas las niñas y adolescentes en situación de riesgo ante la violencia sexual han podido contar con redes de apoyo. Un cruce sin apenas transeúntes en San Juan de Lurigancho, uno de los 43 distritos de la capital de Perú. Las niñas y niños están ahora menos en las calles porque las escuelas cerraron desde el comienzo de la pandemia de covid y la educación la reciben en forma virtual. Eso los aleja de ser víctimas de violencia en los espacios públicos, pero acrecienta la que sufren en sus hogares. Foto: Mariela Jara / IPS

Datos que desnudan la violencia

Las estadísticas oficiales dan cuenta de una realidad terrible: desde el inicio de 2020 y agosto de este año se han producido 1763 partos de niñas de hasta completar los 14 años, según el estatal Sistema de Registro del Certificado de Nacido Vivo (CNV) del Ministerio de Salud.

Se consideran todos estos embarazos y partos productos de una violación al estar protegida la indemnidad sexual de las niñas hasta 14 años por la legislación peruana, que establece que la figura del consentimiento sexual no se aplica a ellas.

Si las cifras del CNV se amplían hasta 2018, el número se incrementa a 4483, lo que significaría que en promedio, en Perú, cada día cinco niñas de hasta 14 años se encuentran en esa situación.

Esa es también la conclusión a la que llegó el Comité de América Latina para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem), que culminó en septiembre un estudio nacional sobre la situación del embarazo infantil forzado en Perú, publicado el martes 19 de octubre.

Cladem considera embarazo infantil forzado toda gestación de una menor de 14 años producto de una violación sexual, a quien no se le garantizó al acceso al aborto terapéutico, que en el caso de Perú es la única forma de interrupción legal de embarazo.

“Estas cifras son inaceptables, pero sabemos que pueden ser aún peor debido al subregistro existente”, sostiene a IPS por teléfono Lizbeth Guillén, quien fue hasta agosto la coordinadora en Perú de esta red latinoamericana, quien también tiene su sede regional en Lima.

La activista estuvo al frente del desarrollo del proyecto “Vigilancia e incidencia para la prevención, atención y sanción del embarazo infantil forzado” que contó con el financiamiento del Fondo Fiduciario para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres de Naciones Unidas entre el 2018 y agosto del 2021.

Un agravante para las niñas y adolescentes en situación de riesgo fue que durante los meses de confinamiento quedaron suspendidos los servicios públicos de atención de la violencia contra las mujeres y solo se habilitaron números telefónicos gratuitos lo que no facilitó que las víctimas pudiesen tramitar sus denuncias.

“Lo vivido nos demuestra una vez más que los hogares son los espacios de mayor riesgo para la seguridad de las niñas”, afirmó Guillén.

El estudio del Cladem también revela que prácticamente se ha triplicado el número de partos de niñas menores de 10 años, al pasar de nueve casos en el 2019, a 24 en el 2020. Y la situación se mantiene preocupante, pues hasta agosto del 2021 ya se habían registrado siete. Julia Vargas, de 61 años, ante la municipalidad de Villa El Salvador, al sur de Lima, a donde llegó con 11 años y donde mantiene su vocación de servicio como promotora de salud. Por esa labor conoce de cerca la violencia sexual hacia las niñas y las adolescentes, un delito que asegura que se agravó durante la pandemia al quedar confinadas con sus potenciales agresores. Foto: Mariela Jara / IPS

La experiencia en un distrito

“La violencia sexual a las niñas ha sido indescriptible en este tiempo, peor que la covid-19, los hombres se han estado aprovechando de las hijas, se creen con autoridad sobre las mujercitas”, afirmó Julia Vargas, una vecina de Villa El Salvador,

Ese municipio, que surgió como una experiencia autogestionaria hace cinco décadas al sur de la capital, cuenta con la promoción de la salud como parte de los servicios públicos a la comunidad.

A sus 61 años, con cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres ya adultos y en plena realización, Vargas se siente orgullosa de cumplir el rol de promotora de salud, para el que ha recibido capacitaciones del Ministerio de Salud y también de organizaciones no gubernamentales como el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán.

“No se puede entender tanta violencia a las niñas”, expresó a IPS indignada en un encuentro en su distrito, “y lo peor es que muchas veces las mamás se hacen de la vista gorda, dicen si se va (su pareja) quién me va a mantener”.

Diversos estudios indican que la dependencia económica de las mujeres es un factor que impide a las mujeres el ejercicio de autonomía y refuerza relaciones desiguales de poder que sustentan la violencia por razón de género.

Vargas continuó: “Ha habido un caso de un papá que embarazó a las tres hijitas y las ha hecho abortar clandestinamente, ¿y cree que la justicia hace algo? Nada, dice que hay consentimiento, ¡cómo va a consentir una niña!”

“No se puede maltratar la infancia y la niñez de esa forma, ellas tienen derechos”, remarca. Mía Calderón, de 19 años, activista juvenil del colectivo Vayamos, demanda más y mejores medidas en Perú para defender a las niñas de la violencia sexual, avivada por el cierre de las escuelas desde el inicio de la pandemia, que las mantiene aisladas y dentro de hogares donde en ocasiones conviven con su agresor. Foto: Mariela Jara / IPS

El agresor cercano

Esa situación también la conoce Calderón. “La pandemia nos ha refregado que la violencia sexual viene principalmente de alguien cercano al hogar y que muchas veces no se cree a las niñas: tú has provocado a tu tío, a tu padrastro les dicen sus familiares en vez de enfocarse en el agresor”, afirmó.

Su colectivo Vayamos hace activismo en favor de los proyectos de vida de las niñas y que se les garantice el derecho de disfrutar cada etapa de su vida. Debido a la pandemia el colectivo tuvo que restringir sus actividades presenciales pero como contrapeso incrementó la publicación de contenidos en las redes sociales.

“Ninguna niña o adolescente debe vivir con miedo a la violencia sexual ni rodeada de ningún riesgo de ese tipo”, remarcó.

Sin embargo los datos parecen alejar esa aspiración. Los resultados de la investigación del Cladem indican que entre el 2018 y 2020 ocurrieron en el país 12 677 denuncias por violencia sexual contra niñas menores de 14 años, causa de muchos embarazos forzados.

Pero las estadísticas oficiales no diferencian el embarazo infantil del adolescente.

La Encuesta Nacional de Salud 2019 ya reportaba que de la población femenina entre 15 y 19 años de edad, 12,6 % había gestado alguna vez o ya eran madres. Sin embargo el porcentaje en áreas rurales era superior al nacional y se situaba en 22,7 %.

La activista juvenil Mía Calderón, la promotora de salud Julia Vargas y la integrante del Cladem Lizbeth Guillén, coinciden en la propuesta de despenalizar el aborto por violación y en la entrega oportuna de los kits de emergencia por parte de los servicios públicos de salud para prevenir los embarazos y maternidades forzadas.

Estos kits contienen la anticoncepción oral de emergencia, pruebas de VIH, hepatitis, entre otros elementos para la protección de la salud integral de las víctimas.

“Existen avances normativos como este protocolo de actuación conjunta entre el Ministerio de la Mujer y el Ministerio de Salud para que una niña víctima de violencia acceda al kit de emergencia, pero en la práctica no se cumple por las concepciones personales de algunos operadores y privan de este derecho a las víctimas”, explicó Guillén.

Subrayó que para superar la débil respuesta del Estado frente a problema tan grave, es necesario además implementar adecuadamente las normas existentes, garantizar el acceso al aborto terapéutico a las niñas y adecuar las estrategias de prevención pues muchas veces el peligro está directamente en los hogares.

Mujeres indígenas y el matrimonio

 Opinión, Voz de lluvia - Tatyi Savi

La violencia que se ejerce en contra de las mujeres adolescentes en las comunidades indígenas es institucional y patriarcal. Muchas veces hay denuncias en contra de los padres de familia que obligan a sus hijas a casarse a cambio de una fuerte suma de dinero, pero no hay quienes atiendan estos llamados de auxilio

Twitter: @KauSirenio

Los que nacimos en las comunidades indígenas en el siglo pasado somos producto de la violencia patriarcal e institucional que se ejerció durante cientos de años en contra de nuestras mamás que fueron obligadas a casarse sin su consentimiento. Muchas de ellas se opusieron a sus maridos y no permitieron que sus hijas corrieran con la misma suerte, pero también hubo casos donde este patrón se reprodujo. 

Mi mamá, María Pioquinto Ortega, fue obligada a casarse a los 15 años de edad, cuando la pidieron para casarse, apenas había terminado el tercer grado de primaria, ella deseaba seguir con su formación y aspiraba a ser médica para ayudar a las mujeres de Cuanacaxtitlán a planificar el número de hijos. 

Sin embargo, no encontró eco en la familia para que la salvaran de un matrimonio que nunca funcionó. Mi abuela materna la golpeó hasta perder conocimiento, sólo dejó de golpearla cuando aceptó casarse, a pesar de que el hombre con que se casaría no tenía ni la menor idea de lo que era cultivar su alimento. 

Sé lo que pasó con mi madre porque no me lo contó una vez, sino que fueron reiteradas las pláticas con ella en Cuanacaxtitlán. Pero su caso no fue el único, años atrás una adolescente se rebeló en contra de la decisión de los padres, ella decidió mejor huir con el que ahora es su esposo. 

En Cuanacaxtitlán, son alrededor de tres mujeres quienes decidieron romper con este tipo de matrimonio; si bien es cierto que no lograron tejer espacios para que otras niñas pudieran defenderse del matrimonio acordado por los padres, sí consiguieron que en la comisaría municipal de esa comunidad le prestaran mayor atención y no se repitiera. 

Mientras que María Pioquinto se opuso cuando una familia llegó a pedir la mano de mi hermana cuando ésta apenas tenía 13 años de edad. Como una forma de evitar que a su hija la casaran a fuerza, mi mamá la envió a estudiar en San Luis Acatlán, Guerrero, ahora ella es profesora de educación indígena. 

La violencia que se ejerce en contra de las mujeres adolescentes en las comunidades indígenas es institucional y patriarcal, porque muchas veces hay denuncias en contra de los padres de familia que obligan a sus hijas a casarse a cambio de una fuerte suma de dinero, pero no hay quienes atiendan estos llamados de auxilio de las mujeres. Los ministerios públicos no le hacen caso a las mujeres que llegan a denunciar, en muchos de los casos llegan ultrajadas, pero ni aun así hay justicia para ellas.

La discriminación que sufren las mujeres, por ser pobres, ser indígenas y mujeres, es cada vez más cruel, pero nadie voltea a ver esta grave situación que sufre la mujer en las comunidades, en los campos agrícolas y en las ciudades. A esta sociedad clasista, racista y machista no le importa la integridad de los otros, ni su dolor ni su cansancio, lo único que le importa es su confort. 

En los últimos años se ha denunciado el matrimonio forzado en las comunidades indígenas, sobre todo en la Montaña de Guerrero, pero no había trascendido, las instituciones como la Secretaría de la Mujer y la Secretaría de Asuntos Indígenas y Afromexicano del gobierno del estado de Guerrero de la anterior administración nunca se pronunciaron en contra, tampoco diseñaron política pública para proteger a las niñas indígenas guerrerenses. 

Para que la historia de María Pioquinto y la de cientos de mujeres que fueron obligadas a casarse no se repita, académicos y académicas, intelectuales, creadores, profesores, periodistas y todas las poblaciones indígenas tenemos que diseñar una nueva relación en nuestras comunidades para evitar que las mujeres y los varones se vean obligados a temprana edad y en contra de sus voluntades.

Alma, la modelo indígena que entiende a la moda como un posicionamiento político contra el racismo


Escrito por Silvina Molina* 

Foto: Agencia Télam

Alma es una modelo indígena que descubrió que el modelaje era un posicionamiento político frente al racismo hacia las culturas originarias, un puente para mostrar otra belleza distinta a la hegemónica blanca y, sobre todo, para que las personas se reconozcan en sus propias identidades.

Se identifica como quechua, es modelo, estudió artes visuales, pinta y nació hace 26 años en el barrio porteño de Villa Pueyrredón, lugar elegido por su mamá y papá cuando emigraron a la Argentina desde Perú.

En la esquina de la estación de trenes de Pueyrredón es el encuentro con Télam, en una charla en la que reflexiona cada palabra y habla pausado sobre un proceso personal y político surgido a partir de su encuentro con el mundo de la moda.

“El modelaje me hizo el puente para entender mis vivencias”, explica, y esa definición tiene su historia.

En 2019 su amigo fotógrafo Joaquín Soler le hizo fotos que luego presentó a concurso en Gran Bretaña y fue parte de una muestra colectiva en la ciudad de Manchester.

Ese mismo año la convocaron para una campaña de Limay, que produce ropa sin género centrada en los jeans y cuya comercialización está orientada hacia cooperativas de economías populares. Además de priorizar el cuidado ambiental, no hace retoques digitales en sus producciones visuales.


“Me di cuenta de que no hay personas con mis rasgos en las revistas de moda. Y no hay porque estamos despojadas de la belleza, nos relacionan con lo ‘feo’, lo marginal, la pobreza”Alma

No era cualquier lugar el que convocaba a Alma.

“Tenía temor porque las modelos no tienen las mismas características que yo, y no considero que tenga un cuerpo hegemónico. Estaba preocupada”, cuenta sobre su primera experiencia de modelaje, en la cual -dice- la hicieron sentir “cómoda y la pasé muy bien y fue un descubrimiento”.

A partir de esa experiencia, se dio cuenta que las personas indígenas no están representadas.

A la par descubre en la tapa de Vogue a Yalitza Aparicio, la actriz indígena mexicana protagonista de la película Roma de Alfonso Cuarón, ganadora del Oscar.
Alma se identifica como quechua, es modelo, estudió artes visuales, pinta y nació hace 26 años en Villa Pueyrredón. Foto: Candelaria Lagos

“Fue muy movilizante, me atravesó. Jamás había visto a una persona con rasgos indígenas en un lugar tan importante. Y me di cuenta que no hay personas con mis rasgos en las revistas de moda. Y no hay porque estamos despojadas de la belleza, nos relacionan con lo ‘feo’, lo marginal, la pobreza. No se nos ve de otra manera. Recuerdo ver una revista con muchas fotos de persona blancas, donde aparecimos con nuestro rasgos sólo en una publicidad de Cáritas”, comparte.

Aparicio se convirtió en la primera mujer indígena en ser nominada en los `premios Oscar en la categoría a mejor actriz, y tuvo que aprender a hablar mixteco para interpretar a Cleo en Roma.

También Alma está estudiando la lengua originaria de su familia, el quechua.

“Me reivindico quechua. No sé cuál pueblo porque dentro de lo quechua hay muchos. Y no tener claro de dónde vengo exactamente también es producto del racismo y del despojo. La mayoría de la familia trató de negar la identidad, esconderla. La lengua es lo mas importante para la recuperación y reconciliación con la identidad, porque sino estoy aislada de la cosmovisión”, explica.

A su abuela materna, Sabina, muchas veces le pedían que no hablara en quechua, por vergüenza. Hoy, su nieta le pide que hablen la lengua originaria, un encuentro entre generaciones que reivindican su identidad.

“Mi ideal es que las personas racializadas se puedan interesar en reconciliarse con su identidad. Los pueblos indígenas han sufrido despojos y la invisibilización no es casual, responde a un modelo político que lo permitió”Alma

“Yo no era antirracista, (pero) no tenía una comprensión total. Mis vivencias las vivía como una discriminación naturalizada por mí. No lo pensaba o profundizaba”, dice Alma.

También fue el proceso del modelaje la que la llevó a poner en palabras la vivencia.

Fue a un casting de la diseñadora Jazmin Chebar en el cual también estaba Nia Huaytalla: “Me encontré con esta hermana con mis mismos rasgos, nos reconocimos, fue muy loco. Ella hablaba del antirracismo y fue un descubrimiento”, recuerda de ese momento.

A partir de allí, y en plena pandemia, sigue su camino junto a Telesisa. Se trata de un medio de comunicación indígena y -añade Alma- un espacio para empezar a recuperar nuestra identidad”.

“La mayoría somos mujeres indígenas que nacimos en la urbanidad y que crecimos despojadas de mucho de nuestra cosmovisión, de nuestra lengua, costumbres, hay vacíos, cosas sin respuestas, vamos aprendiendo entre todas, es fortalecedor aprender a trabajar en comunidad, generamos vínculos”, resume como mantra sanador.

Y entendió “todo lo que viví” y lo puso en palabras.

“Me victimizaba pero no lo entendía como un sistema de opresión, que es como entiendo el racismo, y no lo podía denunciar. Ahora le puedo dar forma, estructura, conceptualizar. Entendí que era importante que esté modelando, que no era solo mostrarme desde lo personal, que es un posicionamiento político y es reparador conmigo y con mis hermanos, y sanador. Empezó a cerrarme”, reflexiona y analiza.

En menos de dos años hizo producciones para Limay Denim, Tres Ases Básicos, la colección Hornacal para Elementos Argentinos, fue portada de Marie Claire con Leandra Levine, desfiló en Bafweek y va a participar en la nueva edición de Designers BA.

Pero no puede vivir del modelaje aún porque la llaman esporádicamente, y en general la convocan quienes hacen diseños independientes.

Ella autogestiona su carrera con gente que la acompaña, como Pola Amengual, maquilladora y la vestuarista Julieta López Acosta, con producción de Uji Kinto, que colaboraron para las fotos para esta entrevista con Télam.

¿Cómo te imaginás el futuro Alma?, es la pregunta que cierra el encuentro.
Foto: Candelaria Lagos

A la cual ella responde: “Quiero tener la posibilidad de hacer que este oficio me sirva como trabajo, y que principalmente las personas racializadas (sic), sobre todo las que están en la infancia y en la adolescencia, no crezcan con los patrones hegemónicos de que ser bella implica ser una persona blanca, alta, flaca, rubia, de ojos claros, sino que se sientan representadas”.

“Si no hay representación parece que no existís. Como que estás despojada de la posibilidad de belleza, y eso genera rechazo hacia una misma. Hay que nombrar y entender que el racismo está y hay que ponerlo en palabras para crecer sanos con identidad”, añade.

Y sigue: “Mi ideal es que las personas racializadas se puedan interesar en reconciliarse con su identidad. Los pueblos indígenas han sufrido despojos y la invisibilización no es casual, responde a un modelo político que lo permitió”.

“Ocupar espacios y resistir”, finaliza. Una moda que nunca caduca.

*Editora de Género y Diversidades agencia Télam

Tres años sin resultados para las mexicanas



CIMACFoto: Hazel Zamora Mendieta

Nuevamente escuchamos los informes sobre los recursos que invierte este gobierno en las mujeres y los programas que se tienen, los reportes más allá de cifras y actividades, no ofrecen ningún resultado palpable a favor de las mujeres, y pese a ello, se sigue insistiendo en lo mismo.

Si hay una política que no ha tenido éxito, es precisamente la responsable de construir la igualdad plena de las mujeres y niñas y eliminar la violencia contra ellas.

Que le vaya mal a la política que diseñaron e implementan las instituciones que creamos desde hace veinte años para alcanzar la igualdad, no es buena noticia para nadie, ni es de festejar, ni mucho menos, porque si a las instituciones les va mal, a las ciudadanas nos va peor.

Desde hace tres años nos vienen diciendo lo mismo que nos dijeron ayer sin mostrarnos los logros que han tenido para que las mexicanas tengamos igualdad y vivamos libres de violencia.

Tienen tres años diciendo que las mujeres son la mayoría de beneficiarias de los programas insignes del gobierno federal, es cierto, pero eso no quiere decir que hay mayor igualdad para las mexicanas, sino que reflejan que las más pobres entre los pobres son las mujeres, por eso son más beneficiarias.

También han dicho que dedican dinero en construir Centros de Justicia para las Mujeres y buscan disminuir el rezago en carpetas de investigación, cuando la administración y procuración de justicia le toca a la Fiscalía General de la República que es la institución responsable de garantizar a la ciudadanía el acceso a la justicia y que no está haciendo su tarea para erradicar la violencia contra las mujeres, cuando los propios Centros de Justicia se van a enfrentar a una Fiscalía misógina.

Otro de los temas que reiteran es la organización de las mujeres para la recuperación del tejido social, nuevamente la responsabilidad se coloca en las mujeres, cuando es el gobierno el responsable de ello, a través de acciones de gobierno, aunque suene redundante.

Las becas escolares, por sí solas, no libran a las niñas, adolescentes y a las jóvenes de la violencia sexual ni dentro ni fuera de sus escuelas, tampoco las libera de la precariedad laboral, ni mucho menos de la sobrecarga de deberes domésticos y de cuidado, entre otros retos que enfrentan.

No hay evidencia en ningún lugar del mundo que la entrega de dinero a las adultas mayores las proteja del abuso, les garantice el respeto y la autonomía para decidir sobre sí mismas. Y no la hay porque estas medidas sin un verdadero acompañamiento del Estado para construir la igualdad son insuficientes.

Mientras la política para erradicar la discriminación y desigualdad de mujeres y niñas siga anidada en la marginalidad sin las instituciones del Estado como entes articuladores de la políticas de igualdad, pocos resultados se podrán tener en la transformación que se requiere.

En tres años no hay un resultado que nos revele que la igualdad de las mexicanas ha aumentado con la política de este gobierno. Y por desgracia no tenemos en el horizonte cercano el escenario de un posible cambio, porque se esta más preocupado en agradar al presidente que lograr la verdadera transformación social que se requiere.

Emilio Bastida: "La violencia obstétrica no solo se dirige hacia las mujeres, también a profesionales que intentan visibilizar este problema"

  
8 de octubre de 2021.

Su carrera profesional le ha permitido llevar a cabo diferentes proyectos en los que ayuda a mujeres en el proceso del embarazo

Madrid. 07 oct. 21. AmecoPress. -Emilio Bastida, diplomado en Enfermería por la Universidad de Almería y Matrona por la City of London University de Londres, es Matrona en el servicio sanitario de Murcia lo que compagina con su labor educativa en el hipnoparto. Es especialista en acompañar a madres durante los partos fisiológicos. Escribió ‘’Mi parto en casa’’ y es creador de ‘’Nacer en grande’’, una metodología basada en la hipnoterapia aplicada al embarazo intentando con ello mejorar la experiencia a través del autoconocimiento y la relajación.

Actualmente también realiza un podcast donde cada semana habla sobre diferentes temas acerca de las distintas fases del embarazo. En su página web se puede encontrar todos los servicios que ofrece como profesional de la maternidad.

Es conocido en las redes donde denunció las malas praxis de las que había sido testigo en diferentes hospitales y a su vez las diferentes represalias que ha recibido por señalarlas. Con él hemos hablado sobre violencia obstétrica y sobre el parto.

Se ha formado tanto en España como en Reino Unido. ¿Cuál es la mayor diferencia que encuentra en el desarrollo de su profesión en ambos países?

En Inglaterra el respeto es la base de cualquier parto. Allí se explican los procedimientos. Se habla con las futuras madres sobre todas las opciones y de como pueden funcionar ciertos procedimientos u otros. Darles tiempo para que tomen decisiones para después aceptar y respetar las decisiones de cualquier mujer.

En Reino Unido dentro de la seguridad social hay opciones libres: Parto libre, Parto en casas de nacimiento, que son casas de parto llevadas por matronas para mujeres de bajo riesgo que quieren vivir un parto natural en estos centros (en España también existen, pero únicamente tres) y por ultimo la opción del paritorio. En España los partos en casa se realizan de forma privada, no es un procedimiento respaldado por ninguna institución, por lo que hay que costearlo de forma individual, y hay muchas mujeres que quieren tener acceso a este tipo de partos pero no pueden.

La gran diferencia, a parte de esto, es el fundamento de la comunicación y el respeto, que creo que en España escasean. No hay información, no se explican procedimientos y no se respetan las decisiones de las mujeres. Allí el centro está en la mujer, está todo más enfocado en ella y aquí el centro es el profesional y quien tiene el poder de decisión sobre las mujeres.


¿Qué problema encuentra por ser profesional de la maternidad y dar visibilidad a la violencia obstétrica?

Enfrentamientos, conflictos internos, etiquetas, que hablen de ti…yo soy una persona que habla bastante claro y hay personas que no están acostumbradas a que otra sea tan trasparente y vaya de frente. Hay gente que puede pasar de ti y te aíslan constantemente y otras que se enfrentan a ti y quieren debatir y hacer cosas por encima tuya poniendo sus pensamientos personales por encima de lo que dicen las practicas profesionales. He sido llamado bastantes veces al despacho.

La violencia no solo va hacia las mujeres, también se dirige a los profesionales que intentamos visibilizar esta violencia. He sufrido y sigo sufriendo muchas circunstancias por dar visibilidad a este problema. Cuando hablan de violencia no me siento identificado porque no soy violento y no ejerzo ese tipo de violencia pero muchas de mis compañeras sienten que se les criminaliza. Si sienten que se les criminaliza es por algo.

Entonces, ¿por qué cree que hay determinadas instituciones que niegan la violencia obstétrica?

Porque la mayoría de personas que ejercen esta violencia son los propios médicos. A las mujeres se les ha contado que tienen que pasar ciertos procesos y tiene que ser de una determinada manera. En los años 60-70 empezó la red de hospitales en España. A día de hoy muchos médicos y matronas están aún aprendiendo prácticas obsoletas que se veían en aquellos años, cuando comenzaron a medicalizarse los partos.

¿Qué procedimientos ha observado que se llevan a cabo de forma rutinaria que no deberían hacerse?

Limitar tus movimientos, no dejarte comer ni beber, romper la bolsa amniótica, poner oxitocina sin consentimiento, no apoyar a una mujer que quiera tener un parto natural, forzar a una mujer que no quiera ponerse la epidural a ponérsela, posiciones que no son naturales para parir, no ayudar en la lactancia materna e incluso es violencia no suministrar analgésicos a una mujer que lo esta pidiendo. Por ejemplo muchas veces sucede que una mujer quiere ponerse la epidural y como ha dilatado lo suficiente los profesionales prefieren no ponérsela porque tan solo quedan 2 o 3 horas de parto. No respetar las decisiones de la mujer es violencia.

Llegar a una consulta y que te digan ‘’bájate las bragas y súbete al potro’’ me parece una falta de comunicación y de empatía brutal. En la semana 40 se hace la maniobra de Hamilton, que consiste en introducir los dedos en la vagina e intentar llegar al cuello uterino, eso seguramente no se explique así, utilizaran la frase ‘’Voy a darte una ayudita’’ y una ayudita ¿bajo que criterio? Nadie ha preguntado si esa mujer quiere que se le haga esa maniobra. No estoy contra de esa práctica ni mucho menos, estoy en contra de la falta de explicación y de consentimiento. Muchas mujeres me han dicho que se han sentido violadas porque han realizado esta maniobra sin su consentimiento.

¿Considera que lo más importante es la comunicación durante este proceso?

Yo creo que la comunicación es la base. Si una mujer viene con el plan de parto, lo vemos y debatimos sobre que es lo mejor para ella, se siente escuchada. Si se les explica absolutamente todo; los procedimientos, beneficios, riesgos y opciones que tienen, confían en ti como profesional y no van a sentir que seas violento con ellas.
Si el parto termina de manera distinta a como ellas habían deseado que sería, pero con total conocimiento de por qué ha ocurrido así, no entienden el proceso como algo traumático.

Tengo muchos compañeros que señalan el hecho de que muchas mujeres vienen alteradas por el auge del tema de la violencia obstétrica en la actualidad. Yo lo entiendo porque a mí también me llegan personas alteradas por este tema, pero mi trabajo es que se relajen y que estén tranquilas. En el momento que le dedicas 5 minutos y eres activo para escuchar eso genera confianza.

¿Cómo pueden identificar las mujeres los hospitales en los que tienen mejores condiciones para el parto?

Yo he trabajado en muchos hospitales aquí en España y los hospitales funcionan a través de protocolos. Estos protocolos se establecen en función a lo que dice la evidencia, lo cual es correcto, pero en la mayoría de casos no se suele aplicar. ¿Cómo seleccionan entonces las mujeres el hospital al que desean acudir? A través de las matronas. Yo por ejemplo como más o menos conozco los hospitales de mi área intento encajar a cada mujer en el sitio que más le beneficie.

Para poder saber cómo funcionan los hospitales habría que comparar las estadísticas de la OMS sobre episiotomías, partos instrumentalizados y todas estas prácticas, con la realidad de un hospital en específico. Son datos que tienen que estar disponibles.

Ha escrito un libro que se llama ’’El parto en casa’’, ¿hasta que punto recomienda parir en casa?

Yo apoyo las decisiones de las mujeres. Nunca le diré a una mujer que sea mejor una opción que otra. Mi papel como profesional es dar las opciones y que ellas elijan lo mejor para ellas. En mi entorno es una etiqueta que tengo bastante instaurada ‘’Emilio es esa persona pro parto natural’’ y no soy así. Trabajo en un hospital y si una mujer quiere un parto medicalizado yo le acompaño en ese proceso con el mismo respeto que a una mujer que quiere pasar ese proceso en casa. El papel real de una matrona debería ser explicar esas opciones y que la mujer elija respetando sus decisiones sin intentar coaccionar sus elecciones.

Organizaciones medirán impacto de leyes en la vida de las mexicanas



CIMACFoto: César Martínez López

Ciudad de México.- El colectivo Desde Mujeres, el Observatorio Legislativo del ITESO y Transparencia Mexicana anunciaron que revisarán el impacto de las propuestas legislativas presentadas y aprobadas en la Cámara de Diputados, el Senado y los 32 congresos locales con el objetivo de evaluar el efecto de las políticas públicas y las leyes en la vida de mujeres y hombres.

Las organizaciones aseguraron que es necesario hacer esta evaluación ya que desde 2018 México cuenta con el primer Congreso de la Unión que se acerca a la paridad de género. Como muestra, en 2018 la Cámara de Diputados estaba compuesta por 241 son mujeres, es decir, 48 por ciento, y el Senado por 63 mujeres, equivalente a 49 por ciento. Además, desde septiembre de 2021 la Cámara baja se integra de forma paritaria con 250 mujeres y 250 hombres.

Significa que desde hace tres años las mujeres han conseguido más presencia en las legislaturas, a nivel federal y local, y aunque el objetivo de este proyecto no es medir el rendimiento de las legisladoras sino el desempeño de los Congresos en materia de género, las agrupaciones consideraron que es hora de evaluar el impacto de las leyes en la vida de mujeres y hombres.

La coordinadora del colectivo Desde Mujeres, Claudia Ramírez Ramos, expuso en entrevista que revisarán si, a la hora de legislar, los congresos hacen un análisis para ver las necesidades de las y los mexicanos y responder a la disminución de las brechas de desigualdad. A su vez, la integrante de Transparencia Mexicana, Lucía Petersen, destacó que la paridad de género en los congresos es un avance, pero no es suficiente para reducir las brechas y desigualdades entre mujeres y hombres.

En México, a partir de 2006, comenzaron a proliferar las legislaciones enfocadas en garantizar los derechos de las mujeres, por ejemplo, la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas y la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, entre otras, a las que se han sumado diversas reformas legislativas.

Sin embargo, hay otras normas que impactan particularmente en la vida de las mujeres, mencionó Ramírez Ramos. Entre ellas, la eliminación del IVA en los productos de gestión menstrual, aprobada en octubre en el Congreso de la Unión, una reforma que hará que las mujeres gasten menos dinero al comprar algunos de estos productos, por tanto es una reforma de justicia fiscal.

Otra ley que también tiene un efecto para las mexicanas es la Ley General en materia de Desaparición Forzada de Personas, vigente desde 2017, ya que hay que considerar que las mujeres son las principales buscadoras de sus familiares desaparecidas y son quienes hacen las denuncias, por ello -dijo la experta- las instituciones deben tomar en cuenta estas diferencias de género.

En algunas ocasiones agrupaciones de la sociedad civil han señalado que México cuenta con una legislación de avanzada en diversos rubros como toma de decisiones o prevención de la violencia y la discriminación, pero también han criticado que la expedición de normas no es la única vía para mejorar la vida de las mujeres. Al respecto, Ramírez Ramos detalló: “el papel no lo dice todo, pero sin papel no puedes hacer nada”.

“Si bien es importante ir desarrollando una implementación correcta de las políticas públicas y concientizando al sector y al servicio público (sobre la importancia de la perspectiva de género), sin leyes no puedes avanzar, no puedes desarrollar un inicio que obligue o genere el impacto verdadero en estas políticas públicas”, destacó.

En tanto, Lucía Petersen destacó que a las organizaciones les interesa el impacto que tienen las leyes y no sólo las que presentan legisladoras o las que atienden reclamos justos de las mujeres en la vida del 51 por ciento de la población del país.

Como parte de esta evaluación, las tres organizaciones desarrollarán metodologías e instrumentos de evaluación para identificar si los congresos están avanzando en la adopción y cumplimiento de políticas de género, y evaluarán el impacto jurídico, social y económico de las iniciativas y leyes aprobadas.

Las expertas indicaron que las metodologías y los indicadores se han enfocado en analizar la existencia o inexistencia de políticas y programas, pero muy pocas evaluaciones se refieren a su cumplimiento e impacto. “Es necesario un cambio de paradigma en la evaluación de los congresos y este es un paso en ese sentido”, destacaron.

En un comunicado reiteraron que aunque México ha avanzado en la aprobación de cambios legales y la adopción de políticas de género para los congresos, “es fundamental evaluar su aplicación práctica y no sólo la existencia de dichas políticas en el papel”.

Falta de control sobre uso de armas de fuego propicia incremento de asesinatos de mujeres



CHIMALHUACÁN, ESTADO DE MÉXICO, 29MAYO2016.- Cerca de 300 mujeres realizaron una marcha cargando cruces rosas en las calles de este municipio, para exigir justicia por los feminicidios registrados en esta municipio y en el estado mexiquense. Los manifestantes partieron de la alcaldía hasta las orillas del Bordo de Xochiaca, en los límites con el municipio de Nezahualcóyotl, ahí colocaron las cruces rosas que portaban, y que son un recordatorio de estos homicidios permanecen sin castigo, además denunciaron que varias cruces han sido arrancadas de este sitio. FOTO: CUARTOSCURO.COM

Ciudad de México. Los asesinatos violentos de mujeres con armas de fuego pasó de tres de cada 10 en 2016 a seis de cada 10 en 2020 en México debido a que no existe un control o registro sobre cuántas armas extranjeras son importadas a este país de manera ilegal, las políticas públicas enfocadas en ello son ineficientes, y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no informa en qué, cómo o dónde son utilizados los dispositivos adquiridos legalmente.

Estas irregularidades, comentaron especialistas en el tema durante el programa “Análisis Feminista” de Radio Violeta, conllevan a que exista un vacío de información que no permite desarrollar estrategias efectivas, impulsa a que los asesinatos de mujeres con armas vayan en aumento y permite que estos crímenes queden en la impunidad porque no se puede identificar si los dispositivos son o no ilegales o quiénes los usan.

Enfatizaron que se estima que nueve de cada 10 armas no están registradas ante la Sedena y aunque la adquisición de armas está controlada en México ( las personas deben ser mayores de 18 años y cumplir con ciertos requisitos), no hay un seguimiento de qué forma son empleadas, en qué lugares, si ha salido del domicilio registrado, si tiene o no municiones o porqué los permisos son o no renovados, por lo que estos dispositivos se han convertido en el medio para asesinar mujeres en la vía pública y dentro de los hogares.

“En las escenas de los crímenes en México, muchas de las armas que se han resguardado provienen de Estados Unidos y no estaban registradas. Esto es un grave problema porque no hay una certeza de cifras sobre este tema, por ejemplo, en Guanajuato más del 85 por ciento de los asesinatos contra mujeres son con armas de fuego, entonces, es algo que se tienen que abordar sí o sí”, declaró la coordinadora del área de datos de Intersecta, Adriana E. Ortega.

En promedio, 10 mexicanas son asesinadas al día, seis de estos crímenes fueron cometidos con armas de fuego, pero en Colima y Guanajuato son casi ocho de cada 10, esto se debe a la intensificación de la militarización de México, que comenzó en el gobierno de Felipe Calderón, y a la creciente disponibilidad de armas, pues se estima que hay 15 millones circulando en el país, de acuerdo con datos de la investigación “Violencia de género con armas de fuego en México” de Data Cívica, Equis Justicia para las Mujeres y el Centro de Estudios Ecuménicos.

Esta investigación evidencia que México es el sexto país con más armas de fuego en el mundo y que los asesinatos de mujeres con armas eran realizados en la vía pública hasta el año 2000, mientras que para 2007 ocurrieron dentro de los hogares. Hoy en día, las cifras se reparten en estos dos sitios y las víctimas son mujeres jóvenes que van de los 16 a los 25 años de edad.

Asimismo, la abogada de “México Unido Contra la Delincuencia”, Cristina Reyes Ortíz, detalló que la militarización ha sido la estrategia de las distintas administraciones del gobierno por más de 12 años para combatir el crimen organizado sin importar los daños que se causen a terceras personas o el dinero que se gaste en ello, por ejemplo, 40.9 por ciento de las mujeres sufrieron violencia durante su detención por parte de la Marina y 20.9 por ciento por parte del Ejército, entre más militarización exista, más violaciones a los derechos hay.

Con base en su experiencia, resaltó Reyes Ortiz, cada peso que se transfiere a las fuerzas armadas para aumentar aún más su poder y el control, es un peso menos que se le invierte a medidas de protección para las mujeres, a refugios para víctimas de violencia familiar, a fortalecer a la Comisión Nacional de Búsqueda, entre otras más, y en resultado las brechas de desigualdad aumentan.

Para enfrentar este panorama, mencionó Reyes Ortiz, es necesario crear redes de apoyo para las mujeres y así ellas encuentren seguridad en estos espacios, ya que acudir con las autoridades es sinónimo de ser más violentadas, además, el gobierno debe enfocarse en trabajar la seguridad y la justicia de manera descentralizada para así atacar el uso descontrolado de armas según el contexto de cada estado.

Por su parte, Adriana E. Ortega dijo que es importante supervisar cómo funcionan las Fiscalías de los estados, ya que existen casos donde se negó la atención a las mujeres porque habían sido amenazadas o agredidas con un arma de fuego, lo que las deja aún más desprotegidas, por ello desean crear mesas de diálogo con las instituciones de gobierno para abordar esta problemática.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016, 24 mil 264 mujeres reportaron haber sido lastimadas con un arma de fuego en 2015. En esa misma fecha, poco más de un millón fue agredida con armas en su comunidad, 102 mil 424 mujeres en su ámbito familiar (los agresores fueron padre o hermanos), 12 mil 032 en el espacio escolar y 42 mil 4874 en el entorno laboral.

Nueve años sin justicia por feminicidio de Karla Pontigo

Durante la segunda parte del programa se abordó el feminicidio de Karla Pontigo Lucciotto ocurrido en San Luis Potosí. En entrevista, la abogada de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho y quien lleva el caso, Yesenia Valdez Flores, explicó que están en espera de que la Fiscalía General de la República (FGR) atraiga la investigación conforme a los lineamientos emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nacional, en el amparo en revisión 1284/2015.

Este amparo, explicó, justifica la intervención de la FGR toda vez que ésta es integrante del Sistema Nacional Para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra Las Mujeres, esto con el fin de que el caso pueda ser resuelto, acceda a la justicia, los culpables sean castigados y se realice una investigación con perspectiva de género, ya que en 9 años no ha habido avances con las autoridades de San Luis Potosí.

“Las autoridades manipularon el caso, en particular los funcionarios que tomaron primero la investigación, esto para beneficiar a una o varias personas, y no hicieron su trabajo, en lugar de ello hicieron notar ante un juez que el feminicidio de Karla era un accidente. Durante todo este tiempo se ha denunciado que había irregularidades en el caso, pero, se tipificó como un homicidio culposo”, detalló Valdez Flores.

En su opinión, este actuar de las autoridades impulsa a que más mujeres sean asesinadas porque (las autoridades) no cumplen con su deber de eliminar, prevenir ni detener la violencia contra ellas, en cambio, ayudan a que los agresores queden en libertad y contaminan el sistema de justicia. “Me parece que estamos en un punto importante para exigir que se deje de manipular los casos de feminicidio en el país”, añadió.

Por su parte, la madre de Karla, María Esperanza Lucciotto, señaló que “es muy importante para nosotros que la FGR atraiga el caso porque aquí en San Luis Potosí hay muchos conflictos de intereses, por lo que no puede ser que un fiscal pueda ser juez y parte. Entonces, no nada más para el caso de Karla, sino para todas las mujeres”.



Valdez Flores comentó que aunque no hay un plazo establecido para que la FGR atraiga el caso, deberá realizar una investigación expedita y con perspectiva de género para que la familia pueda acceder a la justicia después de nueve años.

Las mujeres indígenas viven violencia permanente en las ciudades

La experiencia en la ciudad no siempre es positiva. A los no indígenas no los respetan, ni su trabajo, ni su dignidad. Y su expresión lingüística es ridiculizada. La condición de mujer migrante tiene que acoplarse a la dinámica que le impone una sociedad racista y clasista

Twitter: @KauSirenio

El fenómeno migratorio es tan antiguo como la sociedad misma, sus causas son muy diversas y complejas para las mujeres me’phaa (tlapaneco), una de las principales es la desigualdad en el trato como seres humanos y en la distribución de la riqueza, se refleja en el abandono hacia las comunidades indígenas; me refiero a la población me´phaa, y a todos los pueblos indígenas del país.

En un trabajo sobre migración indígena, el sociólogo Me’phaa Luis Zacarías asegura que en la Montaña y Costa Chica de Guerrero, el territorio Me´phaa (tlapaneco) abarca los municipios Iliatenco, Malinaltepec, Acatepec, Tlacoapa, zapotitlán Tablas, Metaltonóc, Tlapa de Comonfort, Atlamajalcingo del Monte, Quechultenango, Atlixtac, San Luis Acatlán, Azoyú y Ayutla. Otros municipios con mínima población me’phaa son Copanatoyac, Xalpatlahuac, Tecoanapa y ciudades receptoras de migrantes Me´phaa como Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Zihuatanejo, Atoyac y Taxco.

El investigador explica que el hábitat de los Me´phaa esta en una región en las condiciones de pobreza donde enfrentan situaciones de discriminación estructural, institucional, que les niegan y los excluye en las tomas de decisiones políticas del país. La condición de mujer migrante tiene que acoplarse a la dinámica que le impone una sociedad racista y clasista.

“La sociedad mestiza es voraz, los que no se integran (migrantes) son excluidos, por lo tanto, los que no quieren ser excluidos se amoldan a la cotidianidad del desarrollo urbano; los desencantados de esta forma de vida tienden nuevamente a regresar a sus comunidades”, cuenta el investigador.

Hay evidencia de casos en los cuales las personas que han experimentado un choque cultural, psicológico y social tan fuerte que prefieren regresar a las condiciones de vida anterior en su comunidad. Porque la experiencia en la ciudad no siempre es positiva. A los no indígenas no los respetan, ni su trabajo, ni su dignidad. Y su expresión lingüística es ridiculizada.

Luis Zacarías apunta: “la situación marginal y pobreza ha obligado a los tlapanecos a salir de sus pueblos y comunidades, a pesar de los esfuerzos que se ha hecho para abatir los rezagos y arraigar los migrantes, sin embargo, esto es adverso a las que viven las comunidades me’phaa; la deuda histórica que se le debe es tan añeja”.

Lo cierto es que la pobreza no es reconocida ni aceptada por el Estado. Los que viven en carne propia la pobreza buscan sobrevivir, subsistir y resistir con sus familias emigrando hacia las ciudades, en busca de trabajo o estudiar una carrera universitaria, pero los ejemplos son aislados.

Los me’phaa que radican en Chilpancingo llegaron con el sueño de mejorar su situación económica; los que se desprendieron de sus padres, sus hermanos, hermanas, su territorio, su comunidad, se enfrentan a obstáculos para insertarse a otra forma de convivencia social y la cosmogonía. Donde el pueblo tlapaneco es distinto a la relación social, además de dominar un lenguaje que no hablan. Las realidades que enfrentan los migrantes tlapanecos en la ciudad son desastrosas.

De ahí cobra importancia el trabajo sociológico de Luis Zacarías, aquí recupero una entrevista con Podenciana Martínez para entender la situación de las mujeres en la ciudad:

“Para una mujer salir de su comunidad es difícil, porque la mayoría no salen a las ciudades, estamos más en casa ayudando a nuestra mamá, somos las que menos acudimos a un espacio educativo, por eso cuando decidimos salir a la ciudad llegamos sin conocer a nadie, ni quien nos ayude, llegamos tocando puertas para que nos den trabajo en alguna casa; como mujer indígena no hablamos el español, medio entendemos lo que nos dicen, muchas veces recibimos regaños, insultos de parte de los patrones, no nos permiten asistir a la escuela, nos tienen trabajando todo el día”.

“En 2003 me pagaban 300 pesos a la semana, de este dinero le mandaba a mi mamá y a mi hermana que estaba estudiando la preparatoria en Apetzuca; con lo poquito que me quedaba pagaba mi colegiatura de un curso de computación, todo lo que ganaba lo repartía y prácticamente no me quedaba nada… me siento mal e impotente de no poder ayudar a mi mamá y a mis hermanos, por eso cuando mi hermana termine el estudio va a migrar a los Estados Unidos”.

Así las cosas, tenemos que replantear nuestra forma de pensar sobre las mujeres, el empleador debe de entender que las mujeres indígenas son humanas, hermanas, tías y sobrinas. Incluirlas sería justicia. Inscribirlas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es un deber moral.


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