Por Michelle Fiszlejder
En un contexto en el cual el feminismo está en auge a escala internacional y en el que la sociedad comienza a ser consciente de que la historia de la humanidad es el relato del hombre, el documental Cubanas: mujeres en Revolución, dirigido por María Torrellas, llega para revelar que no solo los hermanos Castro, el Che Guevara, y Camilo Cienfuegos fueron los protagonistas de una de las revoluciones más emblemáticas del siglo XX, sino también que un importante grupo de mujeres estuvieron al frente del movimiento que cambió el rumbo de la isla latinoamericana.
Para encarar este largometraje, Torrellas eligió a distintas mujeres para que cuenten la historia de las grandes luchadoras de Cuba, como Haydée Santamaría, participante del asalto al Cuartel Moncada y fundadora de La Casa de las Américas, Vilma Espín, quien además de haber sido la esposa de Raúl Castro, fue parte del ejército rebelde desde 1958 y fundadora de la Federación de las Mujeres Cubanas, y Celia Sánchez, integrante del Movimiento 26 de Julio durante la Guerra de Liberación Nacional de Cuba.
Sin embargo, no sólo la historia de las cubanas hijas de la revolución aparecen en el documental, sino que también figura el relato de las luchadoras contemporáneas: artistas, músicas, médicas, científicas, educadoras, directoras de asociaciones y bibliotecarias. Ellas cuentan cómo el Estado cubano las acompaña actualmente en sus decisiones, les brinda oportunidades laborales y las incluye en la vida pública del país.
Celia Sánchez, Haydée Santamaría y Vilma Espín
Celia Sánchez, Haydée Santamaría y Vilma Espín
Las mujeres que aparecen en Cubanas: mujeres en Revolución afirman que todas las posibilidades que tienen en el presente son gracias a la Revolución y se declaran firmes defensoras del modelo cubano. A raíz de las políticas de Estado, en Cuba casi no hay femicidios, el aborto es legal, seguro y gratuito, hay educación sexual en todas las escuelas, más del 50% del cuerpo estudiantil universitario está integrado por mujeres y no existe la brecha salarial con los varones que ocupan sus mismos puestos de trabajo.
"La mujer es una Revolución dentro de la Revolución", dijo Fidel Castro allá por el mes de agosto de 1960, en uno de los primeros encuentros de la Federación de las Mujeres Cubanas. El largometraje rescata aquella frase dicha por el Comandante y muestra cómo las luchas del pasado incidieron en la vida actual.
Sin embargo, a pesar de los ideales de equidad social de Castro y del Estado cubano, la socióloga Dora Barrancos advierte a Infobae Cultura que el patriarcado en Cuba continúa vigente: "La Revolución no pudo contrariar el machismo básico. No hay duda que las cubanas tuvieron mayor reconocimiento en el mercado laboral y en la participación política, pero ese hueso tan duro de roer que son las bases machistas de la sociedad, siguieron existiendo".
Dentro de este marco, el documental también presenta las batallas que continúan dando las mujeres de Cuba del siglo XXI, una de ellas se encuentra en el ámbito familiar en donde se delega la labor doméstica a las madres, otra se encara por el lado de la aceptación de la diversidad sexual. En este sentido, Barrancos explica: "Ha habido muchísimas circunstancias penosas en el camino revolucionario para admitir la disidencia sexual y ese es un aspecto que está muy presente dentro de la lucha feminista".
Más allá de los aspectos en los que hace falta profundizar la cuestión feminista en Cuba, Torellas demuestra que en la isla se concibe a la mujer de un modo distinto al de las sociedades capitalistas, por este motivo las locales se manifiestan con tanto orgullo por su patria y le agradecen a Fidel por haberlas acompañado en su lucha desde los inicios de la Revolución. "Yo estoy absolutamente convencido de que la sociedad ganará más en la medida en que sea capaz de desarrollar y aprovechar las calidades, las capacidades morales, humanas e intelectuales de la mujer. Estoy absolutamente convencido. Y precisamente lo que diferencia una sociedad justa, una sociedad socialista de la capitalista, es esto", dijo el Comandante en la clausura de la Tercera Plenaria Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas el 19 de febrero de 1965.
¿El socialismo fue realmente un aliado de la lucha feminista?
"Por la alta aspiración que tiene el feminismo con la dignidad y la igualdad parece equiparable inmediatamente con el socialismo. Pero debo decir que si bien las revoluciones socialistas les dieron un lugar de mucho significado a las mujeres, no tuvieron un planteo de equiparación completa de la condición femenina a la masculina", dice Barrancos.
El ideal de equidad social que llegó a Cuba no sólo focalizó en las desigualdades entre clases sociales, sino que también hizo eje en las injusticias existentes entre hombres y mujeres. Sin embargo, esta revolución no tenía como objetivo primordial combatir al machismo, lo mismo ocurrió con los movimientos históricos que abogaban por una mayor equidad, que tenían en su seno ideas marxistas y socialistas, como el Mayo Francés y la Revolución Rusa. "En estas revoluciones había una concepción general igualitaria que tenía que ver con la igualación entre clases, con la distribución equitativa de la riqueza, pero no se trataba de la eliminación del patriarcado", recalca Barrancos.
Vilma Espin, Fidel y Raúl Castro, y Celia Sánchez en los tiempos de la Sierra Maestra
Vilma Espin, Fidel y Raúl Castro, y Celia Sánchez en los tiempos de la Sierra Maestra
En el Mayo Francés, uno de los mayores movimientos estudiantiles de izquierda, las mujeres fueron partícipes de las protestas junto a los hombres, pero eran muy pocas las que podían tener acceso a la palabra pública en los debates. "Fue muy visible la participación de las muchachas jóvenes en las manifestaciones, pero el Mayo Francés no fue feminista, aunque sus posteriores consecuencias fueron muy notables en lo que respecta a la lucha de las mujeres", reconoce la socióloga.
Las revueltas del '68 impulsaron a las francesas a encaminar la batalla por su emancipación, aprovecharon el clima de movilidad social para hacer visible la opresión que sufrían bajo el sistema patriarcal en el que vivían. Por ejemplo, dos años más tarde, en agosto de 1970, hubo un acto simbólico que quedó en la historia del feminismo: una decena de mujeres dejaron una ofrenda floral bajo el Arco del Triunfo en honor a la mujer del soldado desconocida, con el lema: "Aún más desconocida que su marido".
En 1975 el movimiento feminista francés obtuvo una de sus mayores victorias: la legalización del aborto. Los revolucionarios en mayo del '68 soñaban con una sociedad con mayor justicia social, quizás pensaban que se tenía que dar entre hombres, pero finalmente se dio lugar a una mayor igualdad entre hombres y mujeres.
Escena de “Cubanas, mujeres en revolución”
Escena de “Cubanas, mujeres en revolución”
Yendo un poco más atrás en el tiempo, la Revolución Rusa en sus orígenes fue similar a la cubana en cuanto a las libertades que el Estado les otorgó a las mujeres. Ningún país capitalista había avanzado tanto en cuanto a los derechos como Rusia en 1917: las mujeres tenían derecho a votar, a ser elegidas en cargos públicos, se concedió el divorcio, el principio de igualdad salarial por el mismo trabajo, el derecho a amamantar en el horario laboral, la prohibición del trabajo infantil y del trabajo nocturno para las mujeres, aborto legal y gratuito, la despenalización de la prostitución y de la homosexualidad. Además, el gobierno de los soviets, mediante la instalación de guarderías y comedores públicos, lavanderías y planes de alfabetización en el campo, promovía liberar a la mujer del cuidado de la casa y los hijos.
Sin embargo, los derechos conquistados que coincidían con el ideal socialista levantado por los soviets revolucionarios, se disolvieron cuando Joseph Stalin se instaló en el poder. Se volvió a establecer el concepto de la familia tradicional: la homosexualidad y el adulterio se declararon como ofensas criminales en 1934, castigados con un mínimo de ocho años de prisión, al mismo tiempo que los divorcios se tornaron en largos procesos. También, en 1936 con el espíritu de promover de la maternidad, el aborto volvió a ser ilegal.
La historia demuestra el socialismo le otorgó mucha participación y visibilidad a las mujeres, pero que no priorizó la lucha feminista. En este contexto, resulta interesante observar como Torellas analiza el caso cubano a lo largo de su documental. Ella resalta los derechos conquistados por las mujeres, las batallas que quedan por combatir, y recalca la visión de que la mujer fue una Revolución dentro de la misma Revolución.