4/20/2016

Los periodistas pal café. . . .



Eso sucede con los políticos de bajo costo de fabricación (pero de grandes ambiciones pecuniarias en términos personales y grupales) llegados al poder. El ejercicio del gobierno como dramática comedia. La ignorancia, la impericia y la frivolidad como cartas credenciales. Este lunes tocó llamado a escena al guatemalteco Jimmy Morales Cabrera (su nombre original era James Ernesto, pero hizo trámites legales para cambiarlo a Jimmy), actor de corte cómico, productor y director de programas y películas ligeras, quien fue entrevistado por la sección en español de The New York Times (https://goo.gl/BXQHQI) y, como presidente de su país, no como partícipe de algo parecido a la Guerra de chistes de Telehit, dijo con desparpajo, al preguntarle su postura respecto de Donald Trump y su muro con México, que él ofrecía al multimillonario estadunidense mano de obra barata. Tenemos muy buena mano de obra y con mucho gusto le construimos. Nos dice las dimensiones y tenemos capacidades para hacerlo (léase esta parte con risas grabadas, por cortesía del programa de telerrealidad denominado El aprendiz).
La grotesca degradación del ejercicio político fue vivida por los mexicanos con otro personaje de lengua suelta y aspiraciones cómicas, Vicente Fox Quesada, cuya incultura y torpeza parecían formar parte de un mal libreto de carpa en quiebra. Expulsor histórico del PRI, el ranchero que gobernó Guanajuato acabó alineándose sumisamente con Peña Nieto para el retorno del partido tricolor a Los Pinos. Inaugural en su sexenio con la primera liberación de Joaquín El Chapo Guzmán en el penal de Puente Grande, luego llamado Puerta Grande, ahora se afana en convertirse en productor y exportador de mariguana. Ganador de la Presidencia de la República en 2000 en situación económica deficitaria, Fox, su esposa Marta Sahagún e hijos de cada cual de esos cónyuges son ahora prósperos empresarios, con una enorme fortuna construida al amparo del tráfico de influencias, el conflicto de intereses, las comisiones y los porcentajes que supuestamente exterminaría el falso justiciero con botas.
Al escaparate tragicómico del poder mexicano llegó en 2006 Felipe Calderón Hinojosa. Se acomodó en la silla nacional de mando de la peor manera, gracias a un evidente fraude electoral, con una ridícula diferencia de medio punto porcentual sobre su popular adversario, Andrés Manuel López Obrador y, deslegitimado de origen, falto de carisma, carente siquiera de la chispa vacua de su antecesor, enfurruñado y vengativo, accedió a los planteamientos estadunidenses de instalar en México una guerra contra el narcotráfico que le permitiría intentar una consolidación en el cargo tambaleante, garantizarse el apoyo definitorio del expansivo gobierno vecino, militarizar el país y, con las fuerzas armadas en las calles, conjurar pretensiones de revueltas cívicas en su contra. La tal guerra también sirvió para un ejercicio presupuestal ajeno a verdaderos controles, con gastos mayúsculos por la emergencia nacional que no eran realmente comprobables y con disponibilidad de recursos frescos, en efectivo, provenientes de los cárteles aliados o intocados, para hacer politica (es decir, para financiar campañas y elecciones con dinero de origen oscuro o muy claro, según se quiera ver) y para enriquecer a esos gobernantes y políticos en guerra.
Felipe Calderón, el ilegítimo, tiene en su cuenta histórica el haber sumido al país en un baño de sangre y de haber precipitado a la sociedad mexicana hacia escenarios de salvajismo y descomposición nunca vistos. No hace falta detallar lo que se ha vivido desde que el esposo de Margarita Zavala Gómez del Campo se enfundó en una holgada casaca militar. La estafeta sangrienta fue transferida en acuerdo político (Calderón nunca apoyó de verdad a la decorativa Josefina Vázquez Mota, y facilitó en cuanto pudo el acceso de Peña Nieto al poder, en espera de una reciprocidad en 2018 que pareciera estar en curso). Y el nuevo ocupante de Los Pinos dio continuidad a la estrategia de control militar, con números aun por encima de los registrados durante el sexenio rojo de Calderón y con peores episodios de violación de derechos humanos y barbarie.
Ayer, el actual gerente de la marca país México-Crimen Organizado-Impunidad habló ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas sobre el tema de las drogas. No se manifestó abiertamente en favor de la legalización general del consumo de la mariguana, pero sí para fines medicinales y científicos. Originalmente no quería ir a fijar postura, pero finalmente aceptó concurrir a Nueva York. Así como Calderón aceptó los dictados estadunidenses que exigían la instauración de una guerra, Peña Nieto acepta la tendencia del poder vecino, ya generalizada en foros y órganos internacionales de consulta y asesoría, para flexibilizar partes de ese combate y adecuarse a nuevos planes de comercialización.
Negocios son negocios y las ganancias deben continuar, así que lo de menos es haber desarrollado una guerra con centenares de miles de mexicanos asesinados, torturados o desaparecidos, en el contexto de una actividad criminal que en el fondo es consecuencia de un sistema económico injusto. Fox se apresta a consolidarse como empresario de la mariguana, no se sabe si con socios antaño liberados y ahora en vías de extradición. Calderón busca regresar al poder por la vía conyugal, con la propuesta alternativa, dizque independiente, de quien le apoyó acríticamente a lo largo de un sexenio de sangre y corrupción. Peña Nieto está a la espera de las precisiones indicativas de quienes manejan el gran negocio internacional, con variantes que no implicarán la supresión de la militarización y la represión (sobre todo la social), sino simples cambios en las fórmulas de mercadeo. Y comediantes como el guatemalteco Jimmy Morales seguirán dando testimonio de lo caro que a nuestras sociedades resultan los personajes de baratura encaramados en el poder. ¡Hasta mañana! Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx


En las pasadas elecciones de jefes delegacionales del Distrito Federal estuve invitando a mis vecinos de la Miguel Hidalgo, a través de las redes sociales, a votar por la candidata del PAN, Xóchitl Gálvez. No soy panista, pero era urgente sacar al grupo perredista encabezado por Víctor Romo, que resultó nefasto. Ganó Xóchitl. Aclaré desde entonces que me convertiría en el mayor crítico de sus desviaciones, errores o actos de corrupción. Lamentablemente la señora Gálvez tiene una incurable inclinación hacia la vulgaridad, que se hizo conocida desde los años en que estuvo al servicio de Vicente Fox. Ya comenzó a exhibirla en su nuevo cargo. A través de su llamado city manager lanzó una campaña enfocada a madres solteras. Así la presenta Arne Aus den Ruthen: ‘‘El que la mete la paga. Ayuda a madres solteras a demandar una pensión; el gobierno no tiene por qué mantener hijos’’. Por supuesto, hubo respuestas inmediatas, estilo Xóchitl: ‘‘Pues si mantiene a puro güevón, hijo de su madre, un par de hijos más no creo que le afecte al gobierno. Olivia Lazzaro @Yoko_latta. Como dijo el filósofo de Zacualpan de Amilpas: ‘‘Qué difícil es, cuando todo baja, no bajar también’’.
El pobresor millonario no contesta
FotoHace unos días salió a relucir la compra de propiedades en Miami por el diputado Bernardo Quezada, de Nueva Alianza. El diario Miami Herald reveló que desembolsó 8.2 millones de dólares para la adquisición de 13 inmuebles, pese a que su sueldo era entonces de 30 mil pesos mensuales. Al tratar de hacer contacto con el diputado Quezada, vía telefónica, su asistente personal, Viridiana Duarte, informó que no tiene interés en hacer declaraciones ni aclaraciones al respecto. ‘‘El diputado Quezada debe salir a dar la cara y aclarar cuál es su situación patrimonial y aclarar todo esto que se ha revelado en los últimos días’’. ¿Saben quién lo dijo? Jesús Zambrano. Traducido a la realidad: no aclarará nada.
Bronco y manso
Faltan 46 días para las elecciones del 5 de junio. Lo mejor que puede decirse de ellas es que están como que invitan al bostezo. Lo más sobresaliente hasta ahora, además de un par de escándalos: el candidato independiente a gobernador de Chihuahua, José Luis Barraza, El Chacho, se comprometió a barrer la corrupción del gobierno que encabeza el priísta César Duarte. Habla de la creación de una fiscalía ciudadana. Duarte ha hecho crecer la deuda del estado a más de 40 mil millones de pesos (peor que Humberto Moreira en Coahuila) y ha sido acusado de fraude en un negocio de tipo bancario. Sin embargo, la desilusión con el gobernador de Nuevo León, El Bronco (Jaime Rodríguez), hace que los ciudadanos vean con desconfianza el compromiso de otro independiente. El Bronco resultó bien mansito. El Chacho es hombre de negocios que presidió Coparmex y el Consejo Coordinador Empresarial.
Ombudsman Social



Dentro del concepto de las guerras multidimensionales que libra globalmente EU, las guerras más efectivas de su panoplia bélica están resultando las geofinancieras: mucho más eficientes que sus estruendosos fracasos militares desde Afganistán, pasando por Irak, Siria, hasta Libia.
Hoy el predominio de EU lo constituyen sus guerras geofinancieras que han quedado plasmadas en el libro Las guerras de la Secretaría del Tesoro. (http://goo.gl/cdh5o7).
Los BRICS en general, y China en particular, todavía son muy vulnerables a las guerras geofinancieras de EU. Hasta cierto punto, porque China ya se empezó a rebelar con la incrustación del yuan –que ya inició su irresistible internacionalización en Hong Kong y Shanghai– en la otrora canasta cuatripartita de divisas de los derechos especiales de giro: la divisa virtual del FMI.
EU perdió ya el primer sitial en la geoeconomía global cuando China lo superó el año pasado con su PIB, medido por el poder adquisitivo (https://goo.gl/bSzEkv).
EU domina cada vez menos la guerra goebbeliana de propaganda, apuntalada por la ominosa técnica Hasbará que practica sin escrúpulos el Mossad (el maligno espionaje israelí), mediante sus poderosos multimedia, cuando ya empieza a sentir pasos en la azotea competitiva por Rusia, China e Irán en varias partes del mundo. Se acabaron los soliloquios israelí-anglosajones.
A nivel nuclear, EU ostenta prácticamente un empate técnico en el número total de ojivas con Rusia, que ha detenido el irredentismo de la EU-OTAN en Ucrania y Siria.



Otrora envidiado por las naciones latinoamericanas por su sostenido crecimiento (6 por ciento anual como promedio) y su creciente industrialización, hoy el famélico comportamiento económico de México a duras penas alcanza para que, en el mejor de los casos, hasta los organismos internacionales amigos lo califiquen de razonable, pero poco inspirador, a la par que recortan sus propias estimaciones.
A lo largo de casi medio siglo (1934-1982) la economía mexicana registró un crecimiento anual promedio de 6 por ciento, lo que permitió un sustancial avance en el proceso de industrialización del país. El giro de 180 grados desde la llegada de los tecnócratas –33 años atrás– detuvo ese avance y la tasa de crecimiento se desfondó a 2 por ciento, también en promedio anual, de Miguel de la Madrid a la fecha.
Cercano está el cierre del primer tercio de 2016 y ya todos los organismos internacionales y nacionales reconsideraron a la baja sus respectivos pronósticos originales sobre el potencial de crecimiento de la economía mexicana. Uno tras otra ha sacado la tijera y recortado la de por sí famélica estimación de avance, práctica que, dicho sea de paso, a lo largo del gobierno peñanietista se ha convertido en una suerte de juego de azar (atínale al porcentaje a la baja).
Para la primera mitad del actual gobierno los genios de la Secretaría de Hacienda, con el ministro del (d) año a la cabeza, estimaron un crecimiento anual promedio de 3.8 por ciento, pero a duras penas se alcanzó 1.9 por ciento. Año tras año el pronóstico oficial ha quedado alejadísimo de la realidad (por un margen de 50 por ciento), y para el siguiente tramo no hay visos de mejoría. De hecho, una reciente cuan doliente ex funcionaria de dicha dependencia, otrora muy cercana al ministro, considera que el resto del sexenio no será nada grato.
En fin, en Los Pinos prometieron que con las reformas aprobadas, reglamentadas y puestas en marcha, este 2016 sería económicamente maravilloso y la antesala del futuro promisorio (Videgaray dixit) que les espera a los mexicanos. En los hechos, si bien va, otro sexenio de 2 por ciento, con todo y reformas.
En vía de mientras, el Banco Mundial advierte que las perspectivas de crecimiento a corto plazo en Latinoamérica y el Caribe se han bifurcado. Si bien se espera que México, América Central y el Caribe crezcan en 2016 a un ritmo razonable, aunque poco inspirador, de 2.5 por ciento, se estima que la economía de Sudamérica se contraiga en más de 2 por ciento, como consecuencia de fuertes recesiones en Brasil (-3.5 por ciento) y Venezuela (-8.3).
Y la situación se complica, advierte el organismo multilateral, porque los precios bajos de las materias primas y la desaceleración de China no son hechos meramente transitorios. Los países latinoamericanos y caribeños exportadores netos de dichas materias (la mayoría ubicados en América del Sur) se encuentran en medio de una difícil y prolongada transición a un nuevo equilibrio, a una nueva normalidad. En el proceso, el margen de maniobra se ha reducido drásticamente para los gestores de políticas públicas, quienes se encuentran atrapados en un dilema entre lo que les gustaría hacer (políticas expansivas para estimular el crecimiento y el empleo a corto plazo) y lo que se ven obligados a hacer (políticas de ajuste para conservar la viabilidad macroeconómica y adecuar juiciosamente la demanda interna a niveles compatibles con la caída en el ingreso provocada por el deterioro de los términos de intercambio). Este dilema se manifiesta en todas las dimensiones cruciales de política: monetaria, fiscal, externa y social.



Las mutuas acusaciones y el discurso estridente de los candidatos de la alianza encabezada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Héctor Yunes Landa, y de la formada por los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), Miguel Ángel Yunes Linares, opacaron a los seis aspirantes que acudieron el lunes al debate organizado por una televisora privada de Coatzacoalcos y distrajo de las preocupaciones ciudadanas por la corrupción, la urgencia de generar empleos y el combate a la inseguridad, enseñoreada en vastas zonas del estado.
De uno y otro lados, las imputaciones por relaciones inconfesables con políticos desprestigiados y narcotraficantes campeó en un primer ejercicio que, si bien satisfizo el morbo colectivo por saber qué se iban a decir los dos adversarios parientes, dejó de lado la parte sustantiva de cómo resolver el galimatías que representan las quebradas finanzas públicas y el sentimiento de vulnerabilidad colectiva.
Esa percepción se debe al menudeo de noticias



Estas muy breves e inconclusas notas nacen de dos artículos que, con la solvencia que lo caracteriza, ha publicado en La Jornada Semanal Juan Domingo Argüelles y no procuran sino caminar por el rumbo de su discurso.
Gran parte de mi educación poética proviene de la canción. Quizá, lo he pensado con frecuencia, mis verdaderas raíces estén ahí. Pero la poesía con música, es decir la letra, puede, precisamente por la música, engañar.
Le guste a uno o no, se puede hablar de canciones buenas cuyas letras no lo son. Verbigracia: aun con la pésima letra que conlleva, en tanto canción, Querida parece sostenerse.
Canciones populares extraordinarias hay que alguna falla letrística soportan. Bésame mucho: “que tengo miedo a perderte”; Paloma querida: y la luz de tus ojos divinos/ cambiaron mis penas por dicha y placer. En ambos casos el problema es la vocal a. Da la impresión en el primero de que debiera decir (desatendería la métrica): “que tengo miedo de perderte” (la compositora tenía 16 años, no le demos entonces importancia); en el segundo quizá el original, cierto o no, decía (no he oído a nadie que así la cante): “y a la luz de tus ojos divinos” etcétera (asunto de concordancia).




En Nueva York se inició ayer la asamblea general de las Naciones Unidas dedicada a revisar uno de los consensos intergubernamentales más cuestionables, contraproducentes e hipócritas del mundo contemporáneo: el de las políticas de criminalización y persecución de las drogas hoy tenidas como ilícitas. Esas medidas, cabe recordarlo, fueron impulsadas por el gobierno de Estados Unidos en la década de los 60, y desde entonces han dejado un saldo monumental de muerte, destrucción, sufrimiento y descomposición institucional y social en terceros países, empezando por el nuestro, cuyos gobiernos tuvieron el desatino de acatar, continuar y hasta profundizar las directrices de Washington en la materia.

EU debe aconsejar a Peña buscar la verdad del caso Iguala
Aprovechando que a Hillary Clinton le indigna el caso Iguala y pregunta qué puede hacer Estados Unidos para ayudar, pienso que habría que sugerirle que recomiende al Presidente mexicano que se disponga realmente a buscar la verdad, sin obstaculizar a los que dudan de su verdad histórica. Tal vez viniendo de quien viene lo tome más en cuenta y cese al fin su deseo de dar carpetazo a un asunto tan grave que, de no resolverse, aun sin quererlo, seguirá siendo el estigma de su gobierno.

En la amplia sala redonda retumbaba la voz del nuncio Christophe Pierre. Su tono era suave, pero riguroso; la madera pulida facilitaba la acústica perfecta, de tal suerte que los obispos ahí reunidos no podían perder detalle de su mensaje. Uno de los prelados arqueó las cejas y murmuró a su compañero más cercano: ¿Y a éste qué le ha picado? Estamos en el auditorio de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en Cuautitlán, la mañana fría del 11 de noviembre de 2013. El nuncio está desarrollando su alocución dirigida a la asamblea de los obispos mexicanos, que consistía en un discernimiento sobre la persona del obispo a la luz del nuevo pontificado de Francisco. Ante el azoro de los altos prelados mexicanos, Pierre cuestiona el estilo gerencial de muchos obispos y los invita a “ser pastores con el olor de las ovejas… No seamos hombres con la ‘sicología de príncipes’. Hombres ambiciosos, ¡esto es un escándalo! ¿Existe un ‘adulterio espiritual’? No sé, piénsenlo ustedes…”

La semana pasada algún grupo de narcos incendió docenas de coches y camiones en Michoacán, y cerró algunas carreteras desde Apatzingán hasta el otro extremo del estado, en Zamora. Los actos fueron coordinados para maximizar el impacto en medios.

¿Cuál parte de Alí Babá y los 40 ladrones recordamos con júbilo y alegría? En efecto: el inolvidable momento en que Alí Babá, humilde leñador, descubre las palabras mágicas que le permitirán entrar y salir de la cueva donde los ladrones guardan el botín de sus rapiñas por el mundo. ¡Sésamo, ábrete! ¡Sésamo, ciérrate!

Con todo el alcance de su hegemónico peso, el poder establecido trata de nulificar o, al menos, neutralizar la dura realidad de la lucha de clases. Inducen, eso sí, la existencia de distintos estamentos sociales en un intento por, al menos, paliar lo que es innegable y claro: el enfrentamiento continuo y feroz entre los muy pocos de arriba y la muchedumbre de abajo. No existe dicha oposición y menos que sea cruenta, declaman en voz de sus cajas de resonancia.

La crisis financiero-económica es como un organismo que respira, se mueve y se transforma cada día. Con esas mutaciones, las perspectivas que aguardan a la economía mundial también cambian constantemente. Las que comienzan a dibujarse para los próximos años no permiten hacer pronósticos positivos. ¿Será este 2016 el año de la recaída y de la recesión global?

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