3/02/2016

Los periodistas pal café. . . .



En el inmenso historial de barbaridades que se cometen a diario en México ha destacado la de Tierra Blanca contra cinco jóvenes de Playa Vicente, que de fin de semana habían ido a festejar un cumpleaños al puerto de Veracruz y al regreso, el pasado 11 de enero, fueron secuestrados por policías estatales y luego, según ahora se da como virtual verdad oficial, asesinados y sus restos dispersados.
El motivo de tal tragedia, según ha dicho el subsecretario de Derechos Humanos (vaya broma) de la Secretaría de Gobernación (vaya pretensión), Roberto Campa Cifrián, pinta de fúnebre cuerpo entero lo que sucede en este infierno disfrazado de país. Cinco jóvenes viajando en un mismo automóvil, fuertes, tal vez insensatamente contentos con la vida, le parecieron sospechosos al verdadero gobierno de la República, es decir, a los portadores de insignias de poder civil que en contubernio con el dominante crimen políticamente organizado deciden vida o muerte, libertad o cárcel, normalidad o dolor extremo, paz u horror. Es una de las partes más duras, más terribles, reconoció Campa al ser entrevistado por Adela Micha en un noticiero de radio de Grupo Imagen, pues el automóvil donde viajaban los cinco jóvenes traía placas del Distrito Federal y les parecieron sospechosos a los policías-capos-políticos-empresarios-gobernantes que deciden la suerte de los mexicanos en cada localidad y en la nación entera.
La cruda confesión de inviabilidad institucional hizo reflexionar al subsecretario Campa, en particular respecto de la importancia de que los criminales (es decir, los otros) desechen la suposición de que desaparecer a sus víctimas significa desaparecer el delito. Esta convicción, añadió el filosofal subsecretario, deriva precisamente de la situación de impunidad, porque en otras ocasiones han desaparecido personas y no ha ocurrido nada. ¿Se refería el profundo subsecretario Campa a Jesús Murillo Karam, la verdad histórica y Ayotzinapa? Sí, pero no desde ese ángulo, pues exhortó a llegar al fondo en los casos Ayotzinapa y Tierra Blanca y hacer el mayor esfuerzo para concluir la investigación y sancionar a todos los responsables. No, pues sí.
En ese duro esfuerzo por aparentar que algo importante se hace contra lo que a fin de cuentas no se combate ni extermina porque forma parte sustancial de la conformación actual de los poderes en México, el propio Enrique Peña Nieto había presionado el lunes para que se apruebe el mando único policiaco en cada una de las entidades del país. El exhorto fue enviado por la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) y Los Pinos al Poder Legislativo, para que se avance en el tema que, a fin de cuentas, no es más que un juego más de apariencias con el que se simulan atención y soluciones al cáncer institucional que mezcla financiamientos electorales, corrupción extrema desde los poderes públicos, salvajismo de los cárteles impunes y una guerra por el control del mercado del crimen desde filas policiacas, militares y políticas.
Los jóvenes de Playa Vicente, sospechosos como lo somos todos en México, fueron interrogados, golpeados, privados de la vida y desaparecidos, según la relatoría de Campa, quien en otra parte de sus declaraciones sintetizó los hechos al decir que los cinco fueron quemados, molidos y sus restos tirados al río. No deja de haber un guiño hacia el caso de Iguala en las declaraciones presuntamente hechas con autenticidad por un octavo policía veracruzano detenido. En Tierra Blanca se estaría confirmando el método extendido de incineración de cuerpos y dispersión en ríos de lo que de ellos quedara. Así fue en Tierra Blanca como así debería haber sido en Cocula, sería el mensaje desprendible de las palabras del policía que, como en casi todos los casos similares sabidos en México, son absolutamente susceptibles de acomodo (por la buena o por la mala) al gusto del cliente, que es quien tiene el mando.
Pero, por sí misma, esa confesión de parte releva la necesidad de dar prueba de que el actual es un Estado en desahucio. No solamente es asunto del gobernador de la entidad, Javier Muerte, ni de los operativos del comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, o los crucifijos de la televisiva procuradora Arely Gómez o los discursos de Osorio Chong o Peña Nieto. El Estado mexicano está quemado, molido y sus restos tirados por doquier.
Astillas
Las desgracias no vienen solas. Al declive nacional se ha sumado la infamante caída de Carlos Slim Helú, quien en esta ocasión ha dejado los lugares preponderantes de la riqueza mundial (pasó del segundo al cuarto lugar, según Forbes), en un seco golpe al orgullo de esta patria poblada de decenas de millones de personas en situación de pobreza en diversos grados pero bendecida con la aparición, de entre sus desigualdades e injusticias, de un multimillonario de primerísimos niveles. No estaría mal convocar a un Carlotón o promover alguna otra medida de solidaridad y apoyo al demeritado multimillonario emblemático…
En Michoacán se ha anunciado que habrá una muy fuerte sanción contra el responsable de que un helicóptero del gobierno estatal hubiera sido utilizado para transportar a la televisiva Belinda durante la visita del papa Francisco. ¿Se castigará a Silvano Aureoles (gobernador enamoradizo, según su compañero de partido, el senador Barbosa), quien se fotografió con gusto con la mencionada Belinda? No. El presunto responsable de tomar esas decisiones es un agente de la Secretaría de Seguridad Pública del estado…
Ya tomó posesión al frente de la Profeco el mexiquense Ernesto Nemer, quien ganó fama en semanas anteriores al tomarse, siendo subsecretario de Sedesol, una foto con el niño bolero que siempre le lustra el calzado cuando va a San Cristóbal de Las Casas…
Y, mientras Hillary Clinton y Donald Trump avanzan en el proceso de sus postulaciones, ¡hasta mañana!
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Foto
¿Cómo va a ser pagada la deuda pública si Pemex cayó (por lo menos) en crisis de liquidez? Y las grandes reservas de petróleo están agotadas. El gobierno mexicano dio a conocer un dato: el saldo histórico de la deuda –sumando la interna y la externa– al último mes de enero llegó a 9 billones de pesos (8 billones 904.7 mil millones para decirlo con exactitud). Cuando la administración de Peña Nieto entró en funciones, en diciembre de 2012, la deuda era de 6 billones, aproximadamente. Eso significa que cada año agregó un billón. Irónico: la devaluación es un bumerán que pegó al propio gobierno. Nadie ha perdido tanto dinero con la devaluación como el gobierno. La interrogante ahí está: ¿cómo va a pagar? Los banqueros, los acreedores se están poniendo nerviosos. Bancomer lamenta que el plan de rescate de Pemex esbozado por el director José Antonio González Anaya ignorara el aspecto financiero. Y los bancos Deutsche Bank y Barclays dicen que el tamaño del endeudamiento es crítico.
Los ganadores
Obvio: los ganones de la devaluación han sido los malos mexicanos (López Portillo dixit) que sacaron sus dólares de México cuando la cotización estaba a 12.90 pesos. Sin embargo, hay un grupo de buenos mexicanos: nuestros paisanos. No dejan de enviar dinero. Los mil 932 millones de dólares que enviaron a sus familias el mes pasado se multiplicaron en su valor en pesos gracias a la devaluación. Con base en el tipo de cambio en enero de 2015 contra el de enero pasado, el valor de las remesas tuvo un incremento de 50 por ciento: es decir, en 2015 las remesas fueron por 23 mil 620 millones de pesos contra el equivalente en 2016 de 35 mil 548 millones. Los paisanos son los únicos que nunca nos fallan.
La delicia de no ser billonario
Si no formas parte de la lista de Forbes tienes un motivo para estar contento: no perdiste miles de millones de dólares el año pasado y eso te pone a salvo de las trompetillas. La fortuna total de los 14 mexicanos que aparecen en la nueva edición de la revista se redujo 30 por ciento, al pasar de 142 mil 900 millones de dólares en 2015 a 99 mil 600 millones en 2016. Carlos Slim fue el más raspado, su capital se achicó en 27 mil 100 millones. También sufrieron disminuciones las fortunas de los tycoons de la televisión, Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego. En cambio, crecieron las de los dueños de Coca-Cola y Cervecería Cuauhtémoc. ¿Cómo es que, en general, les fue tan mal? En parte por la devaluación. Algunas compañías están fuertemente endeudadas en dólares. En fin, el dinero va y viene…
Ombudsman.Social
Asunto: ratolandia en Coyoacán
Vengan todos al Parque Ratolandia (antes llamado Frida Kahlo), junto a la iglesia de La Conchita. El delegado, Valentín Maldonado, le ha dado especial atención a dicho parque criando centenas de ratas (que más bien parecen canguros, por lo bien alimentadas). Con decirles que la basura generada durante los últimos tres meses no ha sido retirada para que sirva de alimento a sus animalitos. ¡Felicidades para ese eficiente servidor público! Vamos a hacer proselitismo para que su partido político gane las próximas elecciones. Se lo merecen.



Por lo menos no habrá una tercera guerra mundial por Siria, nos aseguran el canciller saudita Adel Al-Jubeir (http://goo.gl/7mMynR) y el connotado geopolitólogo alemán-estadunidense F. William Engdhal (http://goo.gl/982f1o), quienes suelen exponer puntos de vista antagónicos.
El 27 de febrero se inició un frágil cese al fuego en Siria patrocinado por Estados Unidos y Rusia, para reanudar las conversaciones de paz, que fue puesto bajo la afilada espada de Damocles del secretario de Estado, John Kerry, quien, en su sonora audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, externó que existe una discusión significativa que tiene lugar ahora sobre un plan B (sic) en caso de que no tengamos éxito en la mesa de negociaciones (http://goo.gl/oPU1Ry).
¿Y cuál era el plan A de Estados Unidos? Obviamente nunca fue el presente cese del fuego, cuando su intención era el derrocamiento de Bashar el Assad (el verdadero plan A), quien fue rescatado in extremis por la determinante intervención militar rusa en Siria, apuntalada por Irán, el Hezbolá libanés y una pléyade de milicias chiítas de Irak, Afganistán y Pakistán: la célebre coalición C4+1 (http://goo.gl/oEbKBL).
F. William Engdhal desmenuza el plan B de Kerry sobre Siria, que se originó de un acuerdo secreto, de 2008, cuando “el entonces secretario asistente de Estado para Asuntos de Medio Oriente, Jeffrey D. Feltman, redactó un plan secreto (sic) con el anterior embajador de Arabia Saudita (AS) en Washington, príncipe Bandar bin Sultan, apodado Bandar Bush por George W. Bush, por sus íntimos lazos con la familia Bush” (http://goo.gl/FA69kV).




En su feroz cuan desenfrenada batalla cotidiana por demostrar públicamente cuál de ellos es el más oportunista y tiene la cara más dura, las empresas privadas conocidas como partidos políticos ahora se rasgan las vestiduras, ponen el grito en el cielo y exigen que rueden cabezas, al tiempo que utilizan a sus borregos en San Lázaro para demandar que alguien les explique por qué Petróleos Mexicanos se fue por el caño.
Lo mejor del caso es que entre las urgencias de los partidos políticos y sus borregos en San Lázaro destaca la de citar urgentemente a… Emilio Lozoya, es decir a quien ya no es director general de Petróleos Mexicanos, y que cuando ocupó la oficina principal de la torre de Marina Nacional gozó de todas las atenciones, cordialidades, servilismos y aprobaciones de esas mismas empresas privadas y sus acólitos en el Legislativo, quienes evitaron hasta la ignominia rozar con el pétalo de una rosa la comparecencia al personaje que hoy defenestran.
Lozoya debe estar muerto de la risa. Sin hueso, sí, pero con gruesa liquidación monetaria en el bolsillo y liberado de toda responsabilidad por el brutal infarto financiero y productivo que provocó a Pemex. Todavía a finales de 2015 y principios de 2016, cuando era ya imposible de ocultar la delicadísima situación de la ex paraestatal, los señoritos de San Lázaro hacían circo, maroma y teatro para posponer, una y otra vez, la comparecencia de dicho personaje y evitar a toda costa la del ministro del (d) año, Luis Videgaray, corresponsable del hundimiento de Petróleos Mexicanos.
Y ahora que ya se fue es cuando exigen la comparecencia de Lozoya, su otrora intocable. Parece que empresas y acólitos no se enteraron (tal vez por andar en los moches) de que tres semanas atrás se dio el relevo en la oficina principal de la empresa productiva del Estado. A José Antonio González Anaya le encargaron la complicadísima tarea de ejercer como una suerte de doctor Frankenstein, con la idea de reunir la pedacería que dejó Lozoya, rearmar al cadáver y retornarlo a la vida, en la medida de lo posible.
Pero partidos y borregos –que aprobaron todas las leyes, modificaciones y modernizaciones que condujeron a la muerte inducida de Pemex– creen que con una simple comparecencia –la de quien sea, finalmente– el asunto se arregló y la ex paraestatal, después del infarto múltiple, se curará, total y rápidamente, con una simple aspirina.




A la escandalosa privatización de bienes públicos que hizo el cerrado grupo duartista, la consecuente quiebra económica gubernamental que tiene al borde de la inacción al estado, la falta de obra y una abultada deuda pública que pone en entredicho la viabilidad de las instituciones, entre ellas la misma Universidad Veracruzana, se unió ayer la confirmación del asesinato de los cinco jóvenes secuestrados en Tierra Blanca el pasado 11 de enero.
Con un procedimiento de desaparición, entrega al crimen organizado, asesinato y pulverización de los restos humanos para eliminar cualquier vestigio incriminatorio, los asesinos usaron el mismo método para borrar huellas al parecer probado también con los normalistas de Guerrero.
Así fue como el octavo policía detenido en este caso confesó el final que tuvieron los muchachos tras ser interceptados por la corporación de esa localidad.
Este hecho de nota roja a simple vista pareciera no tener relación directa con la crítica circunstancia financiera estatal o con las denuncias de la Auditoría Superior de la Federación contra funcionarios estatales por malversación y desvío de más de 35 mil millones de pesos que hizo pedir cárcel para Javier Duarte al auditor Juan Manuel Portal, o el deslinde del precandidato priísta al gobierno, Héctor Yunes Landa, quien considera al gobernador un lastre para su campaña.




El dirigente independentista radical Arnaldo Otegi fue liberado ayer por el gobierno español, tras cumplir condena de seis años y medio de cárcel que fue vista como la culminación de una persecución por sus ideas independentistas.

¿Cuándo va a mirar el Estado a los niños de la calle?
Decía José Vasconcelos que era mejor escribir que llorar… El pasado fin de semana murió Axel, de 19 años. Él había puesto todo su empeño en rehabilitarse y escapar del mundo de los activos y la mariguana. De vez en vez iba a los Puentes de Taxqueña a visitar a sus hermanos, amigos... carnales. En la madrugada, tras convivir un rato con ellos decidió apartarse un poco del grupo. Estaba cansado y fue a dormir a una de las tiendas de lona. Al día siguiente uno de sus compañeros fue a verlo para comer algo. Axel estaba bañado en sangre. En la madrugada lo golpearon brutalmente en la cabeza, provocando fractura craneal. Con pocas posibilidades de sobrevivir, murió y fue enterrado en el cementerio San LorenzoTezonco, por 250 pesos.

En un mundo donde el derecho a la información parece doblegarse frente a los grandes medios hegemónicos de difusión (llamarlos de comunicación sería excesivo), el portal Noticias de América Latina y el Caribe (Nodal) es cosa de agradecer y ponderar (http://www.nodal.am).

Las deportaciones han mostrado una reducción desde 2012, pues pasaron de 409 mil 489 personas a 235 mil 413 en 2015. Se señala que en este último año, 59 por ciento fueron criminales convictos, es decir, condenados en Estados Unidos por uno o más delitos considerados menores, que no incluyen las infracciones de tráfico civil. En cambio mil 40 individuos sí fueron clasificados como peligrosos por su participación en pandillas delictivas. Cuarenta y uno por ciento fueron deportados por violaciones a las leyes de inmigración no criminales, es decir, por ser indocumentados (US Immigration and Customs Enforcement, ICE), y la mayoría fueron aprehendidos cerca de la frontera o en puertos de entrada.

La premiada con el Óscar como la mejor película ha posicionado globalmente el flagelo de la pederastia clerical. Spotlight, exhibida en México con el título de En primera plana, expone ante millones de espectadores los mecanismos por los cuales los curas abusadores sexuales de infantes han sido protegidos por autoridades de la Iglesia católica.

Bernie Sanders, aspirante a la candidatura del Partido Demócrata, ha puesto a la desigualdad imperante en Estados Unidos como epicentro de su oferta política. Una y otra vez, en sus apariciones públicas, hace referencia a este fenómeno como el motivo que lo hace diferente de sus rivales. Ningún otro candidato, republicano o demócrata, toca tan peliagudo aspecto de la vida individual y colectiva. Su importancia, lejos de ser minimizada, se presenta como crucial en los tiempos actuales. La sociedad estadunidense es una de las que padecen mayores desigualdades, no sólo comparada con las existentes en países desarrollados, sino que, incluso, compite con las de nivel intermedio. La acumulación de la riqueza y las oportunidades es, por demás, notable: el llamado uno por ciento detenta 40 por ciento de los bienes de esa nación y, conforme pasan los días y meses, el proceso se ha acelerado.
La cumbre financiera del G-20 que concluyó el sábado pasado dejó un mal sabor de boca. El cónclave reunió a los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20. Más allá del ceremonial, la junta puso a la vista dos cosas importantes: la falta de coordinación en materia de política macroeconómica y las dificultades por las que atraviesa la economía china.

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