3/25/2016

“Moreira: el escándalo sin fin”


Con poco más de 20 años de historia, la Fiscalía Anticorrupción surgió en una crisis de credibilidad de la clase política española.
humberto moreira
(Foto: Cuartoscuro)

Moreira: el escándalo sin fin
Miguel Pulido / Alegatos
Humberto Moreira ha logrado equilibrar con extraordinaria precisión en su trayectoria política el escándalo y la impunidad.
Como gobernador aprovechó los precarios contrapesos que existen en Coahuila para endeudar criminalmente las finanzas de aquel estado. Tuvo un fugaz periodo como presidente del PRI y aunque la oposición le lanzó amenazas e improperios, las instituciones no lograron hacerle ni un rasguño legal.
El verano de 2014 tuvo más sobresaltos para Moreira. Una serie de acusaciones en Texas pusieron a temblar al exgobernador y a parte de su familia política. Hasta ahora, han visto afectadas propiedades pero han librado la cárcel. No han tenido la misma suerte el que fue su secretario de finanzas y el gobernador que lo sustituyó. Ambos, por cierto, lo incriminan.
Este enero, Moreira volvió a las primeras planas por las acusaciones en su contra en España. Estuvo preso una semana y aunque en México la percepción es que todo terminó, lo cierto es que su caso es más complejo de lo que parece.
Visité Barcelona y Madrid y conversé con abogados, con vecinos de Sant Cugat –el lujoso barrio en donde Moreira vivía- y con expertos en política local. Gracias a conversaciones informales y abiertas, noté que ponen el énfasis en aspectos que la prensa mexicana y los analistas de nuestro país no han destacado.
Es otro enfoque y aquí lo comparto:
1.- ¿Quién acusa a Moreira?
Con poco más de 20 años de historia, la Fiscalía Anticorrupción surgió en una crisis de credibilidad de la clase política española. Desde el inicio atendió casos complejos: el origen de los fondos de la Liga de Fútbol o el citatorio a Silvio Berlusconi.
Con el tiempo, la gravedad de los asuntos no ha cedido. “Estos fiscales no son como los vuestros” me dijo un profesor de derecho penal con el que conversé. “Son incluso muy superiores técnicamente a los del resto de España y de los mejores de Europa”.
No es la panacea, pero fue un buen legado de una crisis. No busque equivalentes en México, es un hecho que la fiscalía española da más resultados que la PGR, la FEPADE, la ASF y la SFP juntas.
Moreira está acostumbrado a lidiar con remedos de instituciones, pero ahora se enfrenta a una que ha ganado su prestigio a pulso, en enfrentamientos contra todo tipo de poder.
2.- El calibre de los Fiscales
Quienes acusan a Moreira tienen un récord extraordinario. José Grinda y Juan José Rosa, han participado en los casos contra el crimen organizado de origen ruso (casos Troika y Java), chino (caso Emperador) e italiano (la Camorra). Más recientemente investigan el blanqueo de capitales en Banco Madrid.
Para ubicar el calibre, son ellos los que en la llamada “operación Troika” iniciada en 2008, lograron una veintena de detenciones de los máximos responsables de la mafia rusa. El caso se resolvió en 2015 logrando desarticular a células criminales señaladas por la prensa española con conexiones con el círculo de poder de Vladimir Putin.
En otro caso, Grinda y Rosa llevan un juicio por blanqueo de capitales contra 21 personas de los clanes Nuvoletta y Polverino, satélites de la camorra napolitana. Pero en México nos entretuvimos más con un tuit de la policía española que en entender a las personas detrás de la acusación (y detención temporal) de Moreira.
Un periodista español me dijo: “Grinda y Rosa han desafiado a mafias millonarias, violentas, transnacionales y que involucran a políticos. Sus nombres pesan y gozan de alto reconocimiento… Créeme, Moreira se les fue, pero no lo van a dejar ir.”
3.- Una marea de casos contra el poder político
Las acusaciones contra Humberto Moreira se inscriben en un contexto muy particular. Veinte años después de la crisis política por corrupción de los 90, España nuevamente estalla en escándalos.
Contra Moreira no sólo opera la capacidad técnica de los fiscales y la tradición de la institución que lo acusa. También un ambiente social que sube la presión. Le pregunté a un analista político si con tantos casos locales, con personajes de la relevancia de Rodrigo Rato (un exvicepresidente) o Francisco Granados (expresidente de la Comunidad de Madrid) no era lo más lógico que el de Moreira de plano perdiera todo interés.
“Qué va, el emplazamiento en España es de intolerancia radical contra la corrupción de nuestros políticos… mucho menos vamos convertirnos en un paraíso de descanso de los corruptos de otro país”
4.- Una preocupación que crece y crece
Hay otro elemento de contexto: el incremento de acusaciones contra mexicanos en España por el delito criminalidad organizada. La preocupación de las autoridades españolas por la operación del crimen organizado mexicano ha incrementado en la última década.
España es el país que más mexicanos ha encarcelado por tráfico de drogas o delitos contra la salud en los últimos diez años: casi 70 al año en promedio. Entre 2005 y 2011, el número de mexicanos presos en España pasó de cinco a 300. Actualmente se reconocen entre 65 y 70 mexicanos en prisión (sin contar a Moreira).
La Policía Nacional Española ha reconocido el intercambio de información con el FBI y múltiples operaciones conjuntas que han frustrado la acción de cárteles mexicanos, incluidos lavadores de dinero.
De hecho, el debate ha llegado hasta al Poder Legislativo. En una comparecencia ante la Audiencia Nacional José Ramón Noreña, fiscal Especial Antidrogas, reconoció que el panorama general es preocupante, pero que las fuerzas de seguridad están trabajando para evitar que la invasión de los carteles mexicanos suceda.
5.- Cooperación España-Estados Unidos ¿exclusión de México?
Algunos escapan de la prisión por huecos en las regaderas y largos túneles. Humberto Moreira salió por una rendija técnica.
En principio parece no haber duda de que Moreira está involucrado en conductas ilícitas o criminales. Pedraz, el juez que lo liberó, escuchó directamente a testigos de un caso en Estados Unidos (viajó a San Antonio, Texas) y sabe que los fiscales usaron información generada por las autoridades de Estados Unidos.
Pero su planteamiento es que en España no pueden determinar lo que es delito en México. ¿Y si México no es capaz de castigar delitos? El New York Times señaló en su nota sobre el arresto de Moreira: “España acusa de corrupción a un exgobernador de México con evidencias que su país no halló”
Pero el asunto luce más grave. ¿Qué lectura podemos dar al hecho de que el caso Moreira surja de la cooperación entre autoridades de Estados Unidos y España, pero no las mexicanas? Como me dijo el director de una ONG anticorrupción que entrevisté: con tanta incompetencia, infiltración y complicidad dentro del gobierno mexicano me parece que lo comprensible es no querer colaborar con él.
Es por eso que hay fragmentos de México que terminan por suceder en el extranjero y que la historia de Moreira es un escándalo, que parece no tener fin.

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