10/09/2022

No estoy a favor ni en contra del ejército o de Tatiana Clouthier; son pequeñas cosas en el mundo


Pedro Echeverría V.

1. Hasta hace unos 10 años aún me emocionaba estar en cualquier lucha social porque creía que cualquier batalla –aunque fuera muy limitada- las impulsaba porque tenía la convicción que ayudaba a la destrucción del capitalismo. Luego, al reflexionar sobre el derrumbe de la URSS, del maoísmo en China, acerca de los 50 años del casi aplastamiento de Cuba, del freno a los antimperialistas encabezados por Hugo Chávez, etcétera, llegué a la convicción de que las luchas anticapitalistas, izquierdistas, antimperialistas, habían sido derrotadas por la gran fuerza, por el enorme poder del capitalismo, desde hace un siglo, encabezado por los EEUU.

2. Hoy, cuando escucho discusiones muy concretas de si el gobierno de López Obrador es muy bueno o muy malo, que el país se está militarizando, si la Clouthier era muy capaz o impreparada, si hay en los medios de información periodismo de los viejos y nuevos sobornados, me parecen todos chismes de mercado; así mismo cuando escucho condenas o demandas, peticiones para conquistas mendrugos o pequeños aumentos que días después recuperará el sistema capitalista, me río porque por allí pasé 50 años sin haber logrado avance social alguno en conciencia social de los trabajadores. En vez del crecimiento de la conciencia de lucha, logramos lo contrario.

3. En las luchas sociales siempre se han requerido las ideas que orienten los objetivos y caminos; sin ellos sólo damos palos de ciego; por ello pienso en Marx y su interpretación, en los métodos con los que luchamos, en el enorme poder del capitalismo y su desarrollo imperialista –sobre todo a fines del XIX (que Marx no previó)- y en nuestra incapacidad para crear ideas nuevas. La clase capitalista, por el contrario, siempre ha tenido los objetivos muy claros: acumular capital, mucho dinero, aunque todos los demás mueran de hambre. ¿Y el camino? Realizar todos los negocios posibles, entre ellos imponer gobiernos que, con cualquier camino, sirva a lo mismo.

4. Acerca del ejército o el militarismo, lo he escrito en varias ocasiones: Llevamos casi un siglo de mantenerlos sin necesidad alguna, pues en México nunca ha habido guerra y amenazas de país alguno; nos la podemos pasar sin ejército. Y sí el combate es contra el narco o la delincuencia puede haber policías, pero la urgencia es tener inteligencia para conocer su origen, las bases donde operan y los acuerdos que se pueden firmar. Desde hace 60 conozco cómo opera el gobierno y sus funcionarios; sé de los negocios que hacen multimillonarios los empresarios; pero no conozco en concreto, directo, cómo opera el narco, cómo se asocian y con quien.

5. Sólo recuerdo a dos altas funcionarias que salieron del gabinete de López Obrador: La michoacana Eréndira Sandoval y la sinaloense Tatiana Clouthier. La primera hija de militante del partido comunista y la segunda hija del candidato presidencial del PAN. La Sandoval desapareció del gobierno y regresó a la UNAM, la Clouthier seguirá aplaudiendo a AMLO. Cada quien tendrá alguna interpretación acerca de cada una según su idea, pero será válida su visión cuando concluya el gobierno. Sin embargo, lo importante, siempre será si AMLO logra que haya menos desigualdad económica, menos delincuencia, se recupera el servicio de salud y de educación. (7/X/22)


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