11/24/2024

Columnas y opinión del periódico La Jornada domingo 24 de noviembre 2024



Resurgimiento del petróleo con Trump: detención del oneroso acuerdo climático de París
Hasta el globalista Financial Times, propagandista de la fundamentalista Agenda Verde, confiesa que la COP29 en Bakú se encuentra al borde del colapso debido a la fuerte oposición de los países vulnerables, donde los sectarios Verdes de Alemania –en caída libre popular– fustigan a Arabia Saudita y a Rusia por el bloqueo para “recortar el uso de los combustibles fósiles (https://bit.ly/3V5ABHG)” –lo cual desnuda la oculta agenda geopolítica del G-7, cada vez más carente de hidrocarburos, frente a la fulgurante agenda petrolera/gasera del BRICS+.

Más allá del extravío metafórico en el Amazonas del presidente nominal de EU, Joe Biden –¿quién(es) controla(n) a Biden? Dos Meses Ominosos (https://bit.ly/3V85POh) –quien fue a defender su legado climático en Manaus, el Partido Demócrata, a dos meses de abandonar el poder con su totalitaria Agenda Verde, había ya frenado su muy discutible ímpetu descarbonizador, cuando el muy influyente John Kerry había renunciado como enviado especial para el clima de EU (https://bit.ly/4fLD2HO).

El ultra-reduccionismo ideologizado de la Agenda Verde de Kamala Harris (https://bit.ly/3V6ZKBJ) sufrió un fuerte descalabro con el advenimiento del petrolero Trump.

Kamala arrastró en su derrota a su séquito de pugnaces plutócratas globalistas, desde George Soros, pasando por BlackRock, hasta Bill Gates (https://bit.ly/4hV02W8). ¿Cómo puede ser pro verde alguien que propugna la guerra en Ucrania e Israel, como los verdes de EU y Alemania? ¡Flagrante contradicción!

El triunfo aplastante del petrolero Trump trasluce el auge por venir de las poderosas trasnacionales petroleras de EU que lubricaron generosamente su campaña.

A propósito, Li Zhou, del portal Vox –muy cercano al grupo perdedor demócrata– interpreta que con sus nuevas nominaciones en su proyectada administración, Trump desea una amplia expansión de la producción de hidrocarburos cuando “tendrá palancas claves que puede usar, teniendo también limitaciones (https://bit.ly/3YVuJ4E)”.

Durante su campaña, el petrolero Trump había prometido disminuir la crisis devastadora de la inflación –tema seminal que, con la inmigración, le otorgó su triunfo– mediante la disminución tanto de las tasas de interés como del costo de la energía, cuando lanzó su pegajoso eslogan “perforaremos, Baby, perforaremos (https://bit.ly/3Zh638d)”.

Trump juró incrementar la producción doméstica de petróleo y gas que desembocará en una declinación a gran escala de sus precios.

Precisamente, el trío de los nominados por Trump “planean impulsar la producción de energía y revertir la pizarra de las políticas de la era Biden que tenían como objetivo eliminar los hidrocarburos (https://bit.ly/3AKJcbX)”. La triada energética de nominados por Trump busca restaurar el dominio (¡mega-sic!) petrolero de EU.

Según Washington Times, ha impactado la decisión de Trump de nominar a Chris Wright a cargo del Departamento de Energía, al gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum –bautizado como el zar de la energía, quien pregona la independencia energética como tema de seguridad nacional y apoya la construcción masiva de gasoductos– en el Departamento del Interior, y al anterior representante en el Congreso Lee Zeldin –un desregulador a carta cabal– a cargo de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés). ¡Conjunción integral!

Se avecina la gran batalla entre el triunfador grupo petrolero, mayormente republicano, y el perdedor grupo climático demócrata, que prepara pletóricos juicios legales para desafiar la reversión esperada de las políticas climáticas de Biden.

Chris Wright es el mandamás de la empresa Liberty Energy, consagrada al polémico fracking. A juicio del mismo Trump (https://bit.ly/4fXzkub), CW ha transformado el mercado de energía global y su geopolítica (¡mega-sic!).

Lo peor es el abordaje maniqueo nihilista cuando se requiere de armónica adaptabilidad creativa con visión biosférica, de acuerdo con el desarrollo tecnológico y las circunstancias geopolíticas de cada país.

http://alfredojalife.com, Facebook: AlfredoJalife, Vk: alfredojalifeoficial

Un museo sui generis en Ámsterdam

Único en el mundo, el Museo de la Prostitución en Ámsterdam, Red Light Secrets (Secretos de la luz roja), se ha convertido en uno de los más visitados de la capital de Países Bajos. Abierto al público en 2014, ofrece al visitante una amplia descripción e historia de lo que se dice es el oficio más antiguo del mundo.

La visita se puede hacer acompañado con un audio en el que una sexoservidora rusa, de nombre Inga, explica en varios idiomas, incluido el español, cada sala que lo conforma.

La primera afirmación de Inga es que no se considera una prostituta, sino una terapeuta sexual, pues ayuda a sus clientes a realizar sus fantasías, a ser más abiertos y extrovertidos o a mantener su matrimonio y no divorciarse cuando el deseo se ha terminado, pero se conserva el cariño; afirma también que entre sus clientes figuran mujeres, parejas y famosos actores, músicos, boxeadores o jugadores de futbol.

En Países Bajos la prostitución es legal, como cualquier otro oficio en el cual hay que cumplir con las regulaciones del Estado: se obliga a registrarse en la Cámara de Comercio y han de seguir los controles de salud y el pago de impuestos al ser consideradas trabajadoras autónomas de la industria del sexo. Los preservativos que usan para su trabajo son deducibles de impuestos.

En el museo predomina el color rojo y la visita se convierte en una experiencia interactiva en la cual se logran entender de manera detallada todos las particularidades del oficio.

El argumento del rojo como favorito en los espacios iluminados, las vitrinas o las habitaciones revela que ese color hace parecer la piel de la mujer más suave, haciéndola más atractiva. También se explica que en el pasado las luces rojas ocultaban alguna enfermedad de transmisión sexual al cliente.

El Barrio Rojo de Ámsterdam es un distrito central de la ciudad donde residen quienes rentan o son dueños de sus departamentos y ejercen otros oficios o profesiones no ligadas a la industria del sexo. Predominan los bares, burdeles, teatros con espectáculos eróticos y las linternas rojas.

Se muestra una habitación donde se llevan a cabo los intercambios sexuales con los clientes, los utensilios necesarios, los productos para la higiene y las prendas de vestir eróticas de las mujeres que rentan la habitación. Se reproduce una de las famosas vitrinas donde se exhiben las sexoservidoras; la anfitriona puede colocarse detrás y experimentar el constante paso de paseantes y las miradas penetrantes.

Un área dedicada al sadomasoquismo muestra algunos artículos e instrumentos usados para esa práctica; ahí, el visitante puede incluso hacer uso de una especie de columpio suspendido con un arnés para balancearse entre cadenas y cinturones, al igual que probar una máscara de piel negra o un látigo.

A la salida se encuentra un pequeño espacio que recuerda un confesionario católico donde se puede compartir un secreto erótico. Hay lapicero y un pequeño block en el que se lee Confesiones, mi secreto erótico que invitan al visitante a plasmar el suyo y depositarlo en un buzón en el idioma de su preferencia. Una pared muestra muchas revelaciones bastantes divertidas.

Alia Lira Hartmann

De policultivos
La importancia perenne de los glúcidos
Al dilucidar cuál fue el alimento que desencadenó el proceso de humanización, comprendimos que, si los prehumanos se vieron obligados a la ingesta ineludible de un alimento históricamente casual, pero causal de su humanidad, es lógico que la práctica de la agricultura se haya originado con los glúcidos y que, hasta la fecha, sea su cultivo el que ocupa desde entonces y siempre, la más extensa superficie terrestre, así como cantidad de mano de obra y dirección de investigaciones científicas, a fin de multiplicar los rendimientos normales de estos alimentos, abaratar las condiciones de su producción, facilitar su distribución e inventar sustitutos más económicos para el capital invertido en sus cultivos y transporte, porque son los únicos productos básicos para la humanidad. De este modo, el costo de producción y mantenimiento de los glúcidos o azúcares lentos que contienen las semillas de las familias Triticum, de los Oryza o arroces, los Zea mays o maíces y de los tubérculos farináceos en sus infinitas variedades, parecen incosteables para el capital invertido en ellos, de modo que se fundó una industria de la sustitución de estos cereales y tubérculos con azúcares rápidos, más baratos y fácilmente reproducibles químicamente, que hoy se producen y consumen junto con los azúcares rápidos orgánicos o naturales (caña de azúcar, coco, etcétera) con fatales resultados para los consumidores del primer cuarto del siglo XXI dC.

Los glúcidos y la inteligencia humana. Cuando hace más de 500 años, la conquista de los ibéricos sobre nuestros territorios mesoamericanos deformó las sociedades ya milenarias, compuestas en ocasiones por comunidades que mantenían relaciones comerciales y compartían manifestaciones culturales y concepciones religiosas, no las desaparecieron, porque los invasores ibéricos no querían asimilarse con los nativos a quienes discriminaron, de tal manera que los diezmaron con notable crueldad, atacando humanos y también sus símbolos, por medio de incendios, destrucción y saqueo de sus riquezas materiales… Aunque, no obstante toda su destrucción, los nativos del continente eran tan inteligentes como los invasores y, gracias al desprecio de éstos, los primeros pudieron conservar sus lenguas y religiones, modos alimenticios y solidaridad comunitaria; en una palabra, sus respectivas culturas (en el sentido de nuestra definición como el conjunto de respuestas, que una sociedad da a su medio natural y social, siendo hoy indispensables para entender nuestro medio natural, que, si bien los extranjeros trataron de modificar, nosotros los mestizos sustituimos con miradas, premisas, costumbres virtuosas, lo que eran y son sus prejuicios, ignorancia y terquedad extranjeros, porque no quisimos asimilarnos a la idea de que fuera mejor tener una herencia ibérica, véase europea. De modo que, independientemente de la simbiosis religiosa con un Dios y una Virgen que rápidamente revistieron a las deidades respetadas, la realidad de nuestro pueblo es que se protegieron con cierto éxito –hombres, mujeres y niños–, aunque explotados de una u otra manera, con sus ancestrales culturas. Las que, sin ellos, habrían desaparecido del planeta, y nosotros, los mestizos, no sospecharíamos siquiera lo que traían nuestras raíces. Así, la fuerza de las culturas prehispánicas venció culturalmente a los invasores en el tiempo, tanto por nuestra riqueza material e inmaterial, como con una moral social igualitaria y comunitaria, que, con el valor de nuestra base económica, sustentada en las milpas, si quisiéramos, ahora mismo podría salvarnos de las amenazas del neoliberalismo.

Por todo ello, resulta inconcebible que repitamos el modelo de la agricultura impuesto por los iberos y la FAO de hoy día, y no sólo en nuestro México, sino en buena parte de América. Mientras, si hacemos lo históricamente correcto: retomar nuestros cultivos que vivieron más de 10 mil años con la reciprocidad de una población creciente, nuestro ejemplo influiría en Asia y África, en sus riquísimos policultivos que la cultura occidental también arrasó... Y, comprendámoslo bien: la apropiación y liberación de nuestros policultivos nos salvaría de la dependencia de la industria de los comestibles que, como ya hemos demostrado, representa el primer lugar del capital circulante en el mundo en favor de los mismos que detentan la industria armamentista, el capital de las drogas y el invertido y reciclado en la trata de personas –niños, hombres y mujeres– en nuestro planeta.

La masacre
¿Cómo se encuentran, cómo se conocen Bosques y Fidel Castro?

Seguramente cuando leyó los documentos y manifiestos que envió desde la prisión de la Isla de Piños.

Cuba que sufre, redactado por Fidel desde la isla en diciembre de 1953, y que circuló por toda Cuba por los canales clandestinos, rompió el silencio que rodeaba el juicio del asalto al cuartel Moncada y, ante los ojos del embajador Bosques fue la confirmación de lo que se sabía: el Moncada había sido una masacre.

Redacta Fidel: “Con la sangre de mis hermanos muertos escribo este documento. Ellos son el único motivo que lo inspira. Más que la libertad y la vida misma para nosotros, pedimos justicia para ellos…

¿Por qué no se han denunciado valientemente las atroces torturas y el asesinato en masa, bárbaro, que segó la vida de 70 jóvenes prisioneros? La historia no conoce una masacre semejante, ni en la época de la Colonia ni de la República.

La verdad no se ignora, se sabe. Oriente entero lo sabe en voz baja en todo el pueblo. En el juicio oral, el gobierno no pudo sostener ninguna de sus afirmaciones.

¿Dónde estaban nuestros heridos? Solamente había cinco en total. Noventa muertos en total y cinco heridos. ¿Se puede concebir semejante proporción en ninguna guerra? ¿Qué era del resto?, se pregunta Fidel.

Santiago de Cuba y todo el país sabía bien la respuesta.

Los heridos fueron arrancados de los hospitales, hasta de las mesas de operación y rematados inmediatamente después, en algunas ocasiones antes de salir del hospital.

Fidel continúa su narración de los hechos: “Dos muchachas, nuestras heroicas compañeras Melba Hernández y Haydee Santamaría, fueron detenidas en el Hospital Civil, donde estaban en calidad de enfermeras de primeros auxilios.

“A la última, ya en el cuartel, al atardecer un sargento, apodado El Tigre, con las manos ensangrentadas le mostró los ojos de su hermano Abel; más tarde le dieron la noticia de que habían matado a su novio, también prisionero; llena de indignación los encaró y les dijo: ‘él no ha muerto, porque morir por la patria es vivir’. Ellas no fueron asesinadas... Y ellas son testigos excepcionales de lo ocurrido en aquel infierno.”

En su manifiesto, Fidel denuncia: “Nueve veces ocho fueron los jóvenes que cayeron en Santiago de Cuba bajo la tortura y el plomo, sin juicio de ninguna especie, en nombre de una usurpación ilegítima, sin Dios ni ley, violando los más sagrados principios humanos, que después esparció los restos de sus víctimas por lugares desconocidos… ¿Cuál era su delito? Cumplir con las predicas del Apóstol: Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres, esos que se rebelan con fuerza contra los que roban a los pueblos su libertad, que es robar a los hombres su decoro”.

Gilberto Bosques dio lectura pausada a este documento y asumió el enorme papel que significaba tener ya en la embajada asilados perseguidos de ese movimiento. Además, sabía de los que estaban por llegar de otros movimientos que eran perseguidos: los miembros del Directorio Revolucionario, de la AAA y todo líder que fuera un peligro para el gobierno de Fulgencio Batista.

Entró con profundo interés a revisar lo que se sabía del juicio y se enteró de cómo fueron ultrajados los sobrevivientes en la Sala de Justicia.

“Un ruido metálico sobresaltó al público –cuenta María Rojas, indispensable cronista de los hechos–; era el ruido producido por las cadenas cromadas en las muñecas de Fidel Castro y los otros detenidos.”

Había 200 soldados resguardando el Salón de Pleno.

No se puede juzgar a nadie esposado, reclamó Fidel. El juez ordenó liberar las manos, zafándoles las esposas.

El sudor fluía por la frente de Fidel y por el cuello. Un viejo y gastado cinturón ajustaba su cintura, donde el pantalón de varios pliegues revelaba lo que había adelgazado durante los dos primeros meses de prisión preventiva, relata María Rosas.

Fidel abrió y cerró los puños varias veces para activar la circulación; dos círculos rojos quedaron marcados en ambas muñecas.

No se habían visto los prisioneros desde el ataque y sus detenciones.

Nadie podía hablar, ni moverse, ni cruzar una mirada con los acusados, ni los familiares, ni los amigos, ni los periodistas, ni los letrados de la defensa. Ningún abogado había podido entrevistarse con su defendido.

Los guardias no podían disimular su nerviosismo. Los estados de ánimo tenían un común denominador: la culpa.

–¿Usted participó en los asaltos a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Bayamo, el 26 de julio pasado en forma física o intelectual? –preguntó el fiscal a Fidel en su turno.

–Sí.

La respuesta de Fidel Castro fue tajante.

El embajador Gilberto Bosques se adentró en todo lo que se podía saber del juicio y fue conociendo detalles del interrogatorio, sobre Abel Santamaría, los otros participantes, sobre Melba y Haydee, sobre los libros que leían y los detalles del asalto del 26 de julio.

Varios expedientes sobre el juicio acaparaban la atención del embajador que ahora tenía solicitudes de refugio de quienes escaparon a esa masacre, que habían ayudado o eran perseguidos.

–Una tarea difícil. Pero era la que había que cumplir –se decía Bosques.

Al revisar las solicitudes, no podían dejar de retumbar en sus oídos las palabras del mensaje a la Cuba que sufre de Fidel, que había leído recientemente, en la que citaba a Martí:

Ningún mártir muere en vano, ni ninguna idea se pierde en el ondular y el revolverse de los vientos. Las alejan o las acercan, pero siempre queda la memoria de haberlas visto pasar. Ahora, la historia tocaba a su puerta.

* Embajador de México en Cuba

En la capital del país nadie quiso blindar una tradición taurina con casi 500 años de antigüedad // Llega la falsa civilización que no quiere ver sangre (en las plazas)
¿Qué hubo detrás de la embestida definitiva de animalistas, ambientalistas, antitaurinos y demás contra la fiesta de los toros en la Ciudad de México? Antes, muy antes –diría el inolvidable Alí– de que el falso humanismo confundiera la gimnasia con la magnesia y otorgara a los animales –visibles y de compañía, no salvajes y desconocidos– derechos de los humanos, varios factores estrictamente taurinos propiciaron este rechazo inimaginado.

Estos factores propiciaron que la rica tradición taurina de la capital mexicana quedase a merced de legisladores demagogos, políticos ignorantes y animalistas como sensibles. Inercias e intereses extrataurinos nublaron la visión de futuro de los diversos sectores: por extrañas coincidencias, al concluir el triunvirato y los abusos de los llenaplazas Manolo, Eloy y Curro, comenzaron las imposiciones del neoliberalismo a los gobiernos latinoamericanos y con el presidente Miguel de la Madrid se hizo evidente el deslinde del sector político de la fiesta de los toros, por lo que ningún mandatario de México volvería a pararse en una plaza de toros.

Lo más grave no fue la ausencia de estos personajes sino que la observancia de la normativa taurina a cargo de la autoridad cedió el lugar a la autorregulación de las empresas, que se despacharían, hasta hoy, con la cuchara grande, dando la espalda a la fiesta y a la afición para echarse en brazos de los ases importados al gusto del duopolio primero –Alemán y Bailleres– y del monopolio después, a cargo de los Bailleres. Desapareció entonces la competencia entre empresas y entre toreros, instaurándose un amiguismo acomplejado que haría a un lado al grueso de ganaderías y diestros nacionales. La empresa de la México era amiga de Salinas, no de la tradición taurina.

Sucesores directos de la llamada trinca infernal, David, Miguel y Jorge ya no fueron llenaplazas y las empresas, en vez de subir el toro, conservaron el burel achaficado de antes, en general joven y discreto de cara que reduce costos. El esquema de antes se volvió inoperante al mantener casi cerrado el abanico de ganaderías y toreros. Anunciar toros y ofrecer reses anovilladas, empezó a alejar de las plazas al grueso de la gente, que no sabe pero siente, y a no pocos aficionados, pero el duopolio y sus satélites no lo quisieron ver, arrullados por una crítica sin disposición a los señalamientos sino a la adulación interesada e incondicional, no obstante la creciente sudamericanización de la fiesta brava de México, reducida a tres o cuatro ventajistas ases importados, algunos de los cuales todavía se andan despidiendo y a cuyo cargo quedó una frágil emoción.

Una hornada de nuevos toreros mexicanos regresó de España, donde habían obtenido triunfos pero aquí las empresas, lejos de estimularlos para competir en serio, los redujeron a apellidos comodones y cumplidores ante el toro joven y repetidor, sin que ninguno se convirtiera en relevo importante con personalidad apasionante y verdadero imán de taquilla. A esta falta de diestros con sello y celo o sentido de competencia, se añadieron el aumento de opciones, los deportes de alto riesgo y el posicionamiento mediático de espectáculos con pelotas de todos tamaños, mientras el espectáculo taurino veía reducir asistentes y patrocinios al carecer de publicidad agresiva sin productos atractivos que anunciar, y quedó el escenario propicio para que los agentes locales del pensamiento único anglosajón y el prefascismo hemofóbico o aversión a ver sangre en las plazas de toros, hicieran su entrada triunfal. Que la sangre se quede en los rastros, en asaltos y con el narco.

EDITORIAL 
El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, destacó que el proyecto de presupuesto 2025 entregado al Congreso, el pasado 15 de noviembre, contempla un incremento del gasto en protección social que llevará ese rubro a niveles récord con 16 mil 256 pesos per cápita, un aumento de más de 50 por ciento con respecto a los 11 mil 139 pesos que se le destinaban en 2019. A los 835 mil 700 millones de pesos canalizados a través de los programas sociales prioritarios del gobierno federal, se sumarán 996 mil millones de pesos en inversión física que incluyen 157 mil millones en infraestructura para trenes, 20 mil millones en carreteras y caminos, 20 mil millones en infraestructura hídrica y 31 mil 986 millones en logística del sector salud.

Al valorar esos datos debe tenerse presente que, como recordó el funcionario, los programas sociales no son dádivas, sino derechos de los mexicanos y el Estado tiene el deber de garantizarlos. Asimismo, es necesario considerar la efectividad probada de este enfoque para reducir la pobreza, abatir las brechas de desigualdad, impulsar el crecimiento económico y reconstruir el tejido social. En el primer aspecto, hace un mes el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) presentaron los resultados de un estudio en el cual encontraron que, entre 2020 y 2022, la proporción de personas en situación de pobreza en México se redujo de 41.9 a 35.3 por ciento, una caída de 5.6 puntos porcentuales. A mediados de 2023, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer datos contundentes sobre una reducción de la desigualdad ligada de modo evidente al significativo incremento en los ingresos de los hogares más pobres: mientras el promedio subió 11 por ciento desde 2018 (en términos reales, una vez descontada la inflación que tantos estragos ha causado desde 2021), el de los hogares más pobres tuvo un salto de 19.3 por ciento. De este modo, la diferencia entre lo que ganan los más ricos y los más pobres se redujo de 21 a 15 veces en seis años.

Los datos también refutan a quienes sostienen que el mercado hace una distribución óptima de los recursos, por lo que la única función del Estado en la economía reside en garantizar la libre concurrencia de los actores privados. Por una parte, un reporte de la organización no gubernamental Oxfam reveló que entre diciembre de 2019 y el mismo mes de 2021 el 1 por ciento más rico del planeta acaparó 63 por ciento de la riqueza producida, lo cual demuestra que no sirve de nada generar crecimiento económico, cuando el capital es arrebatado a los trabajadores por un puñado de tecnócratas: en el periodo referido, las menos de 3 mil personas que atesoran mil millones de dólares o más vieron crecer sus fortunas a un ritmo de 2 mil 700 millones de dólares (55 mil millones de pesos) al día, pero mil 700 millones de empleados se empobrecieron porque la inflación creció más rápido que sus salarios. No sólo eso, sino que además los hechos han desacreditado la noción de que la justicia social es antagonista del crecimiento económico: esta semana, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), una institución sobre la cual no pesa ninguna sospecha de tendencias ideológicas izquierdistas, reconoció que México fue el segundo país con mayor crecimiento en el tercer trimestre del año.

Podría seguirse la enumeración de cifras que desmienten a los acólitos del dogma neoliberal, pero el mejor testimonio a favor de continuar y reforzar las políticas de redistribución de la riqueza mediante el gasto en protección social pueden brindarlo los millones de personas de la tercera edad que hoy tienen garantizada la supervivencia, han dejado de ser percibidos injustamente como un lastre para sus hogares y, así, han recuperado su dignidad en una etapa de la vida llena de desafíos; los jóvenes que pueden proseguir sus estudios y, al finalizarlos, integrarse al mercado laboral; los pequeños comerciantes que experimentan de primera mano la reactivación del mercado interno gracias a la circulación de efectivo en regiones olvidadas por la iniciativa privada, o los habitantes de zonas rurales beneficiados por un programa que les permite recuperar la cubierta forestal y a la vez crear una fuente sostenible de ingresos. En suma, es importante detectar y subsanar las fallas que pueda haber en la aplicación del gasto social, pero a estas alturas nadie puede cuestionar el acierto del giro progresista que vive el país.

Recuerdan al compositor José Alfredo Jiménez

El 19 de enero de 1926 nació en Dolores Hidalgo, Guanajuato, el gran compositor José Alfredo Jiménez, todo un ícono de la música popular en México y el mundo de habla hispana. Murió joven, a la edad de 47 años, el 23 de noviembre de 1973, debido a complicaciones resultantes de la hepatitis que padecía. La leyenda urbana cuenta que estaba hospitalizado, lo dieron de alta con el doctor previniendo: José Alfredo, no puedes tomar una sola copa de alcohol, porque corres un grave riesgo. El compositor guanajuatense hizo caso omiso de la advertencia. Se corrió una parranda de dos días y falleció. Hasta el último momento fue coherente con su forma de pensar, sus contradicciones y sus múltiples ventanas del corazón sentimental, que jamás cerraron.

Enamorado eterno, en ocasiones despreciado por algunas mujeres inalcanzables, que a pesar de su fama lo seguían viendo como un tipo corriente, con tendencia al alcohol y falto de un talento poético luminoso. Es el caso de María Félix que lo rechazó de manera fulminante.

José Alfredo no tocaba ningún instrumento, incluso desconocía algunos conceptos musicales básicos. Se considera que compuso más de mil canciones, algunas verdaderamente de carácter antológico como: Paloma querida, Un mundo raro, Si nos dejan, Siete Mares y El Rey, entre otras melodías.

Las canciones de José Alfredo son de un alto nivel emocional y su música está siempre presente a altas horas de la madrugada en las fiestas en nuestro país. Las mexicanas y los mexicanos suelen cantar las melodías legendarias de este gran compositor nacional. La alegría y el dolor se entremezclan en la búsqueda del paraíso perdido. Y podemos decir que esto se ha expandido a muchos países de habla hispana. Hasta siempre, José Alfredo.

Arturo García Alcocer

Piden no pagar deuda ni el Fobaproa en 2025

Es necesario que el Presupuesto para 2025 sea discutido también fuera de San Lázaro y que se escuche la opinión de los sectores de la sociedad; en el foro organizado por la Promotora por la Suspensión de la Deuda Pública se escucharon planteamientos y análisis muy certeros donde se vio que el costo financiero de dicha deuda para el año entrante ascenderá a 1 billón 388 mil 373 millones de pesos, casi igual a la erogación para todo el desarrollo económico del país, llegando a 18.6 billones, al ser ya 15% de los ingresos totales que serán de 9.2 billones.

Ni todos los programas sociales ni los prioritarios de inversión igualan la cantidad destinada al rubro del costo de la deuda y la mayoría de las Secretarias reducen el gasto excepto Comunicaciones y Transportes, Bienestar y Desarrollo Territorial. También se debe tomar en cuenta que la deuda no es sólo un asunto de números, sino de combate a la desigualdad.

Se entiende la dificultad de Hacienda para distribuir lo mejor posible el Presupuesto y por eso en la Promotora planteamos que hay que dotar de mayores recursos al Estado, a través de una urgente reforma fiscal progresiva, gravamen a las grandes fortunas, auditoría y moratoria a la deuda pública, suspensión del pago del Fobaproa, tomando en cuenta que la mayor deuda que tiene el país es con su propio pueblo y esto permitiría un mayor desarrollo económico nacional en beneficio de la mayoría pues hasta ahora es la minoría quien ha acumulado escandalosas y criminales fortunas.

Benito Mirón Lince

Oda contra inseguridad

Siendo la inseguridad
nuestro más grande problema
ampliar acciones es tema
para que la sociedad
vea que es una prioridad.
Aunque combatirla quiso
insuficiente se hizo
si falla no habrá argumento
tenemos el armamento
faltaba usar con permiso.

Guadalupe Martínez Galindo

Invitación

Se solidarizan nuevamente con el pueblo palestino

Hoy domingo estaremos en plantón en el Ángel de la Independencia a las 14 horas, en protesta por la agresión y el genocidio contra el heroico pueblo palestino. Por tal motivo convocamos a todos a solidarizarnos con esta lucha. No dejes de hablar de Palestina. Te esperamos.

Óscar Rojas, Fabiola Rodríguez, Héctor Cifuentes, Maricarmen Jiménez, Silvia Ramos, Josefina Mena Abraham, Gilberto García Mora, Ignacio Hernández Saldívar

El pasado miércoles 20 la Facultad de Economía de nuestra universidad realizó un homenaje a Jaime Ros, economista brillante y riguroso, quien falleció en 2019. Ofrezco a los lectores de La Jornada una micro versión de mi intervención en esa más que merecida jornada de reflexión y análisis, porque más allá de la tristeza que nos provoca su ausencia, los incansables empeños y esfuerzos intelectuales de Jaime bien pueden servirnos para repensar algunos de los temas primordiales que tienen que ver con México y su transformación productiva:

¿Cuál es el estado y papel de la política industrial? ¿Cuál ha sido y cómo medir el impacto de las estrategias de cambio estructural?; ¿Por qué el crecimiento económico está estancado? ¿Cuál es la relación entre crecimiento y productividad?; ¿Cómo juega el salario?; ¿Cuáles son, han sido, los obstáculos fundamentales para una evolución aceptable de la economía?, ¿Cómo superar la trampa del bajo crecimiento y alta desigualdad? Estas y otras preguntas de igual o mayor calado conformaron una suerte de acicate permanente para el diario quehacer y pensar de nuestro amigo ido y todavía llorado.

En su ensayo Algunas tesis equivocadas sobre el estancamiento económico de México (Colmex, 2013), Jaime discutía y criticaba planteamientos que, en su opinión, están equivocados en el diagnóstico que se tiene sobre el estancamiento económico; desmenuza, con su rigor acostumbrado, algunos de los argumentos dominantes esgrimidos. Leyéndolo no resulta aventurado responder a la pregunta de por qué no crecemos con otra: ¿Y por qué habríamos de crecer? Así lo hicieron Jaime y Pepe Casar, su socio y querido amigo, en una comunicación a la revista Nexos.

Para superar el estancamiento era obligado, sostenía, realizar un cambio de fondo en las ideas, diagnósticos y propuestas prevalecientes en la conducción económica gubernamental y de otros sectores. Si de acuerdo con el diagnóstico oficial el lento crecimiento económico obedecía al escaso crecimiento de la productividad, Jaime sostenía que el estancamiento de la productividad era consecuencia, y no causa, de la insuficiente acumulación de capital y así, de la lenta expansión económica.

Un par de años después, en 2015, escribió otro librito, como solía describirlos ¿Cómo salir de la trampa del lento crecimiento y alta desigualdad? (Colmex y UNAM). En él insistía en la necesidad de romper el nudo del lento crecimiento con desigualdad. Una combinación explosiva no sólo en términos de los indicadores económicos al uso sino, como lo hemos podido constar en varias latitudes, un riesgo mayor para los sistemas democráticos en su conjunto.

Sin caer en determinismo alguno, Jaime encontraba en esta atadura un conjunto de alto riesgo para la evolución democrática de México. En su opinión “(…) se trata de una trampa en el sentido de que el propio lento crecimiento interactúa con sus determinantes para mantener la estabilidad de un ‘equilibrio de bajo nivel de crecimiento’”. Por ello abogaba “por una reorientación de la estrategia de desarrollo que le otorgue un papel más activo al Estado y fortalezca el mercado interno con políticas redistributivas (…)”.

El ensayo quería ser una contribución a la formulación y el diseño de políticas públicas que simultáneamente tiendan a generar un mayor crecimiento y a reducir la desigualdad social. Su actualidad es innegable y su lectura y estudio debería ser asignatura obligatoria en la academia y los territorios del Estado.

Desde estos poderosos libritos, con diagnósticos claros y rigurosos de por medio, no resulta tan complicado entender por qué no hemos crecido. Ante este cuestionamiento, Jaime insistiría en que el acertijo encontraba respuesta en una necia miopía de los encargados de fijar las políticas y trazar los planes quienes, desde hace ya tiempo, han asumido que la estabilidad macroeconómica es condición inapelable para un buen desempeño económico, que, para ello, la receta es mantener controlada la deuda pública externa y conservar una adecuada relación entre deuda y PIB. O bien, como ahora se insiste, mediante el hábito franciscano de la pobreza, cortar y recortar, esperando el milagro: que las arcas de las finanzas públicas se llenen.

¿Cómo salir de nuestras propias trampas; de nuestros cartabones mentales? Quizá, para empezar, conviene redefinir nuestros criterios de evaluación y desde ahí nuestras visiones y opciones estratégicas. Asumir que el crecimiento debe estar acompañado de redistribución social; al incorporar orgánicamente a la cuestión social como componente fundamental de la política y de la economía, podríamos dar paso a una reforma fiscal progresiva y redistributiva. Construir un Estado social y democrático propiamente dicho; una democracia bien sostenida por pilares de reflexión racional y consistente honestidad intelectual. Dentro y fuera del Estado.

El beneficio de la duda es un método para darle paso a la credibilidad. Tal vez, en una sociedad civilizada sí genere certidumbre, pero otorgar tal concesión a un millonario con alardes de todo poderoso, genio de los trucos financieros y amo de los negocios, buenos para pocos y malos para millones, es una pifia.

Peor aún. Una dupla de millonarios manejando la economía de un país tan endeudado, suena algo peor que un autogol. En cuanto los caprichos de uno se contrapongan a los del otro, la situación se complicará, no sólo para los grupos de inmigrantes ni para las mascotas republicanas y demócratas y, mucho menos para los fabricantes de artefactos bélicos que disminuirán sus ventas por el afán dizque pacifista del presidente electo Donald Trump. La verdad es que la mayoría de la población será la más afectada. Y la repercusión será para todo el mundo, especialmente para los socios comerciales, voluntarios u obligados.

El perjuicio que vendrá con los retos económicos que pretende resolver Trump, apoyado por Elon Musk, será para toda la población, como ya decíamos en otros artículos de este espacio de La Jornada. Pero, también, los propios votantes estadunidenses quienes vieron en Donald Trump un camino a la pronta recuperación económica de su país, están de acuerdo con las alevosas promesas del presidente de liberar al país de aquellos migrantes invasores, incivilizados, delincuentes y culpables de la drogadicción de la población y responsables de las altas tasas de violencia: robo, secuestros, asesinatos, etcétera.

En resumen, quienes votaron por Trump están esperando que el año que entra ya estén de regreso a los años maravillosos capitalistas que llevaron a esa sociedad a la forma de vida consumista y de dominio a los países vecinos que devolverlos a su patio trasero. A eso le llaman hacer a Estados Unidos grande otra vez. Sin importarles que, para ello, tengan que imponer su política de excesos.

En efecto, como lo señala el maestro John Saxe-Fernández, en su artículo Trump: ¿Crisis hegemónica? del 14 del presente mes de este mismo diario, la llegada del empresario a la Casa Blanca desde su primera gestión fue una sorpresa que, al parecer, no ha sido asimilada por los votantes demócratas, pero tampoco, por la dirigencia de ese partido. ¿Será cierto?

Por esta razón, creemos que la campaña del presidente Biden y, posteriormente, la de Kamala Harris, vicepresidenta que sustituye al mandatario, a contracorriente, no fueron diseñadas sobre la base de un profundo análisis político, económico o social. Entonces, ¿cómo encausan sus propuestas? Lo hacen, como lo vemos, con base en amenazas y declaraciones desgastadas, con principios violados por ellos mismos y con mentiras piadosas, dicen: estamos luchando por un nuevo camino hacia adelante. Tal vez debieron agregar sin la cultura de las armas y las drogas y sin invasiones a otras naciones, sin apoyos bélicos a ningún país y menos a aquellos gobiernos genocidas (ej. Israel) y sin extorsiones comerciales a los socios y no socios. Y, también dijeron: protegeremos nuestras libertades fundamentales, fortaleceremos nuestra democracia y garantizaremos las oportunidades para que cada persona tenga la oportunidad no sólo de sobrevivir, sino de salir adelante. Discurso muy parecido al de los viejos mensajes de campaña del PRI. No cabe duda que las ideas se reciclan y rompen fronteras.

El Partido Demócrata intentó convencer de que Harris siempre defendió a la población, enfrentó a depredadores, estafadores y se opuso a los múltiples intereses especiales. Una de sus promesas menos creíbles fue que, como presidente y desde la Casa Blanca convertida en una gran trinchera, iba a unir a todos los estadunidenses para lograr las más altas aspiraciones. Aunque la candidata no especificó claramente a cuáles se refería. Es aquí donde Bernie Sander, ex candidato progresista, lanza fuerte crítica a la política demócrata: no debería sorprendernos que un Partido Demócrata que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora lo ha abandonado a él. En México tenemos múltiples ejemplos.

Los partidos políticos van y vienen, y se olvidan que son una herramienta prescindible. En efecto, es el medio más organizado para que el pueblo tome el poder. De otra forma, el partido será un grupo de oportunistas que se apodere del destino de una nación, por la vía pacífica, o por el golpe de Estado, tan socorrido por las mafias apoyadas por Estados Unidos.

En unos días, Trump iniciará su gobierno con la obligación de cumplir sus violentas promesas. Intentará acabar con el enemigo interno (?), acabará con los marxistas (?), con los migrantes sin permiso, los periodistas que denuncien las pestilencias republicanas, los estudiantes progresistas y someterá a todos aquellos grupos que le estorben.

Así que el refrán más vale malo por conocido que bueno por conocer, pierde su sentido esperanzador. En Estados Unidos ni republicanos ni demócratas merecen el beneficio de la duda.

(Colaboró Ruxi Mendieta)

X: @AntonioGershens,antonio.gershenson@gmail.com

Fueron días intensos gracias a la realización de la Cumbre del G-20, que reunió en Río de Janeiro a las mayores economías del mundo. Hubo imágenes que iban desde el premier francés, Emmanuel Macron, paseando en traje y corbata por la vereda de la playa de Ipanema, al presidente Joe Biden, que llegó retrasado y quedó fuera de la foto oficial del encuentro.

Y eso para no mencionar al primer ministro de Noruega, Jonas Gahr Store, que ostentando un delantal de camarero sirvió albóndigas de bacalao preparadas por él en la cocina de un boliche popular en el barrio bohemio de Santa Teresa.

Lula da Silva apareció exuberante, sonriente en todas las fotos con mandatarios presentes, excepto en la que está saludando al radicalísimo derechista argentino Javier Milei. Ahí aparece un Lula de semblante cerrado.

Hubo buenos acuerdos comerciales con Brasil y otros países; algunos quedaron en suspenso, pero no fueron definitivamente rechazados. O sea: todo estaría plagado de buenas noticias, pero ahí surgió, el jueves 21 de noviembre, la noticia que hizo temblar los cimientos del país.

Ese día se supo que la Policía Federal, especie de FBI local, había enviado al Supremo Tribunal Federal (STF), la instancia máxima de justicia, una denuncia contra 37 personas, en un informe de más de 800 páginas. Además se informó de la prisión de cinco personas, entre ellas dos coroneles retirados y un general también retirado, Mario Fernandes, que integró el grupo de confianza del radical y desequilibrado ultraderechista Jair Bolsonaro, quien fue presidente de Brasil entre 2019 y 2022.

A Fernandes le tocaría explícitamente asesinar a Alexandre de Moraes, integrante del STF y quien en la época presidía el Tribunal Superior Electoral, que validó la victoria de Lula.

Se conocieron también los nombres de los indiciados por la Policía Federal y que ahora están bajo examen del Supremo Tribunal Federal, que decidirá cuándo enviará el caso a la Fiscalía General de la República, a quien toca formalmente presentar la denuncia al mismo STF o mandar la acusación a los archivos.

Además de Bolsonaro, entre los indiciados están sus asesores más poderosos y allegados, como el general Walter Braga Netto, quien luego de ocupar puestos de primera línea en su gobierno incorporó como vice su candidatura a presidente, así como otro poderosísimo general, Augusto Heleno; el teniente coronel retirado Mauro Cid, edecán del entonces mandatario y su hombre de confianza, hasta Paulo Figueiredo, que vive en Estados Unidos y es nieto del ex dictador João Batista Figueiredo. Aprovechándose de su ascendencia, él trató arduamente de incentivar militares a sumarse al golpe que se tramaba, en noviembre y diciembre de 2022, para impedir que Lula da Silva asumiese la presidencia siguiendo los resultados de las urnas de octubre de aquel año, cuando por estrecho margen derrotó al desequilibrado ultraderechista.

Vale reiterar que entre los indiciados hay de todo, de altos integrantes de la Policía Federal al entonces comandante de la Marina, de asesores civiles a abogados, de un cura católico a un publicitario argentino.

Bolsonaro reaccionó a la noticia siguiendo su estilo único: dijo que el verdadero héroe, el defensor de la democracia, es él por no haberse adherido al movimiento. Faltó explicar por qué no denunció a los golpistas y por qué el acta que convocaba al golpe fue impresa en su despacho presidencial.

Además, quedan algunas otras pendencias por explicar. El plan golpista tenía previsto matar a Lula da Silva; al vicepresidente, Geraldo Alckmin, y a Alexandre de Moraes. Hay documentos que comprueban que quienes preparaban el asesinato de De Moraes hicieron seguidas rondas a su domicilio y lo siguieron varias veces. ¿Dónde estaba la seguridad del juez?

Sobran indicios de que luego del golpe, o sea, de impedir que Lula asumiese la presidencia, abría una especie de junta militar –Braga Netto y Augusto Heleno sin duda, y alguien más– que rápidamente asumiría el efectivo, transformando a Bolsonaro en una especie de muñeco inflado de aire.

¿Por qué no hay orden de prisión contra los dos, si la hubo contra otro conspirador con mucho menos peso e influencia, Mario Fernandes, también general reformado?

Juristas consultados por políticos y medios de comunicación explican que contra Fernandes había pruebas concretas presentadas por la Policía Federal y que ahora hay que esperar qué dicen la Fiscalía General y el STF sobre los otros 37 indiciados, a empezar por Bolsonaro.

Una sensación, sin embargo, se esparce por todo Brasil: a cada día que pasa, el desequilibrado ultraderechista se acerca más y más a las mazmorras.

Al caer la tarde, las pangas y lanchas cruzan la cuenca veracruzana del río Papaloapan. Mujeres y hombres regresan a sus hogares después de una ardua jornada en la plantación de caña de azúcar. Los días lluviosos, con temperaturas que rondan los 30 grados, humedecen como de costumbre esta cálida zona fluvial.

Con paso cansado, Manuel se sacude los mosquitos que salen a su paso de camino a casa, sorteando charcos, botes de pintura abandonados y basura acumulada por las lluvias pasadas. Pensaba que tenía gripa por la fuerte fiebre y dolores de huesos que sentía. Sólo quería llegar a casa con su esposa Diana y descansar un poco antes de la cena. Pero ella lo esperaba en la puerta, cargando a su bebé de 10 meses en brazos, con una angustia incontenible: todos en casa tenían fiebre y dolores en todo el cuerpo. Esto ya no es gripa, dijo preocupado a su esposa, recordando las noticias que anunciaban más de 12 millones de casos sospechosos de dengue en América desde inicios de 2024, situándose México como cuarto país con mayor número de casos detrás de Brasil, Colombia y Argentina.

En las pasadas dos décadas, los casos de dengue en América no han dejado de aumentar. Ejemplo de ello son los últimos registros de 2024 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en los que las cifras, en constante crecimiento, ya han triplicado las del año anterior. Las altas temperaturas, las lluvias constantes y el hacinamiento en zonas periféricas, sin servicios de agua potable o recolección de basura, crean el escenario propicio para la reproducción y presencia del mosquito transmisor.

Pero al igual que las pangas facilitan un paso seguro a través de los ríos caudalosos, diversos organismos internacionales y nacionales trabajan activamente por la prevención, tratamiento y seguimiento a las personas afectadas, involucrando a las familias, las comunidades y los servicios de salud.

Desde la OPS/OMS se ha actualizado la clasificación del dengue en tres tipos: dengue sin signos de alarma, dengue con signos de alarma y dengue grave. Pero, ¿cuáles son los síntomas de alarma a tener en cuenta? ¿Cómo recordarlos? Basta con memorizar el acrónimo Vediss, que incluye: vómito, edema, dolor abdominal, irritabilidad, somnolencia y sangrado. No es necesario que estos signos aparezcan en este orden; la presencia de cualquiera de ellos es motivo suficiente para buscar atención médica inmediata.

Además, es importante entender que el dengue progresa en tres fases durante un periodo que, generalmente, dura de siete a 10 días. En la primera, que abarca de dos a cinco días, se experimentan fiebre alta y dolores de cabeza, músculos, ojos y articulaciones. La segunda, conocida como crítica, ocurre cuando la fiebre y los dolores disminuyen en los siguientes tres días, lo que podría llevarnos a pensar erróneamente que estamos recuperados y bajar la guardia. Sin embargo, es esencial mantener el reposo e hidratarse adecuadamente, incluso en la última etapa, que finaliza cuando se restablece por completo la vitalidad.

Si bien la clave radica en detectar estos signos tempranamente, es posible superar el dengue siguiendo cinco reglas sencillas: guardar reposo, hidratarse constantemente con sueros y líquidos –pero nunca con refrescos o bebidas azucaradas–, controlar la fiebre con paracetamol y duchas frías, recibir atención profesional y evitar nuevas picaduras de mosquitos, para romper la cadena de transmisión. En una enfermedad como el dengue, la colaboración familiar y comunitaria es vital. Lavar, voltear, tapar los recipientes, así como recoger la basura, tanto en el hogar como en las calles, son acciones imprescindibles para prevenir la transmisión.

En México, la Secretaría de Salud lidera estrategias intersectoriales poniendo en marcha acciones en torno a la prevención y control de los casos de dengue. Manuel y su familia figuran entre los más de 100 mil contagios confirmados hasta el momento en 2024, provenientes principalmente de regiones como Jalisco, Nuevo León, Veracruz, Guerrero y Morelos.

El IMSS-Bienestar se suma a estos esfuerzos y, mediante las coordinaciones federales, intensifica las medidas de prevención, control y tratamiento del dengue por medio de capacitación especializada a personal de salud, jornadas de acción comunitaria para limpieza de áreas comunes y talleres permanentes de información en unidades médicas.

Veinte días después de recibir atención en su centro de salud y seguir las indicaciones, Manuel cruzaba nuevamente el río en la panga, ya recuperado, para continuar su labor en la cosecha de caña de azúcar. Al atardecer, como siempre, lo esperaban Diana y sus hijos, listos para disfrutar juntos la cena. Identificar de forma temprana los signos de alarma, como hicieron Manuel y su familia, es un buen ejemplo de prevención y protección hacia las formas graves de esta enfermedad.

* Titular de la Dirección General de los Servicios Públicos de Salud IMSS-Bienestar

** Representante de la OPS/OMS en México

Estimados estudiantes de mi querida Facultad de Economía en la UNAM preguntan sobre el comportamiento de larga duración de los impuestos a las “ profits” corporativas. Sí, a esas ganancias de las empresas que ya no son administradas y dirigidas por sus propietarios, aquellas cuya propiedad se concreta en acciones, cotizaciones e intercambios en las bolsas de valores, para decirlo simplemente.

Pues bien, reiteramos que los beneficios de las corporaciones se han cargado poco a poco, pero indefectiblemente, hacia el sector bancario, financiero, de seguros, de fianzas e inmobiliario; y con apoyo gubernamental. Sí, y en detrimento de los beneficios de las corporaciones no financieras.

Se trata de un sector altamente rentista y especulativo que, por lo demás, se ha beneficiado con una participación decreciente en su aporte tributario, por eso aseguramos que han tenido apoyo gubernamental. Mostrémoslo. Recurramos una vez más a los datos oficiales disponibles de la segunda mitad de los años cuarenta hasta nuestros días. Pronto lo señalaremos –el investigador Carlos Morera del Instituto de Investigaciones Económicas y quien esto escribe– con datos de inicio del siglo en adelante. Ya trabajamos las series.

Por lo pronto, destaquemos que inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial el conjunto de las corporaciones –tanto no financieras como financieras– tributaban un monto que representaba entre 4 y 5 por ciento del producto interno bruto (PIB) estadunidense. Pues bien, para decirlo rápido, desde el inicio de los años ochenta y hasta el día de hoy, sólo aportan alrededor de 2 por ciento del producto. Y por categoría, las corporaciones no financieras aportan uno y medio por ciento del PIB, es decir, tres cuartas partes del total de estos impuestos y las corporaciones financieras ya sólo medio punto del PIB, o sea, apenas una cuarta parte de ese mismo total de impuestos a las corporaciones.

Se podría preguntar, efectivamente, si esas mismas proporciones se registran en el componente de las profits. Es decir, que esa participación en los impuestos corresponde directamente a la participación en los beneficios recibidos, pero eso no es cierto. Las corporaciones no financieras participan en el 60 por ciento de dichas ganancias y proporcionan 75 por ciento de la tributación de las corporaciones totales.

En cambio, las corporaciones financieras se apropian del 40 por ciento restante y sólo aportan 25 por ciento de la tributación corporativa total.

Dice Perogrullo que esto significa mayor participación en profits que en taxes. O sea, y en buen romance, nuestro amigo Perogrullo asegura que hay preferencia oficial por las corporaciones financieras. ¡Sin duda! ¿Por qué será?

Y para mayor convencimiento de esto, presentemos otro botón de muestra, enseguida de la Segunda Guerra Mundial, las corporaciones no financieras se adueñaban de 90 por ciento de las profits. Y las corporaciones financieras el 10 por ciento restante. Además, en esos momentos de la posguerra, ese total de impuestos a las corporaciones representaba entre 4 y 5 por ciento del producto. Para inicio de los años ochenta, cuando ese total de impuestos ya sólo representaba entre 2 y 3 por ciento del producto, las corporaciones financieras habían ganado participación en las profits. Concentraban la tercera parte. Y de los años noventa en adelante alcanzaron su nivel actual, del orden de 40 por ciento.

Incluso, ha habido momentos en los últimos treinta años en que prácticamente la mitad de las ganancias corporativas que genera la economía vecina han ido a parar a los organismos rentistas y especulativos bancario, financieros, de seguro y fianzas einmobiliarios.

Y esta es, precisamente, la economía que hoy ha elegido un nuevo gobierno rentista, especulativo y belicoso.

Ah… por cierto, esa aportación corporativa a la tributación de la economía vecina de sólo 4 por ciento del PIB es, apenas, una partecita de unos ingresos públicos que hoy representan del orden de la cuarta parte del producto. Con una mayoría de impuestos a las remuneraciones de los trabajadores y empleados. O sea, dominan los que menos dan. Y esto, realmente, sorprende a mis estudiantes, ávidos de comprender qué pasa en el mundo de hoy. Y cuáles son las tendencias de larga duración de la reproducción material en ese mundo. De veras.

Utilizamos el término taurino que se usa para darle la muerte final a un toro, como símil de lo que le van a hacer a la cultura en México. El presupuesto que se presentó en el Congreso reduce 30.8 por ciento el monto dedicado a ese ámbito; esto se suma al 75 por ciento que le recortó el gobierno anterior que la afectó severamente.

El resultado de esa medida lo vemos ahora en el deterioro que padecen los museos, centros culturales, zonas arqueológicas y patrimonio arquitectónico que se dañó en el temblor de 2017 y no se puede concluir su restauración. Las bodegas del Museo Nacional de Antropología –el mas importante del país– se inundaron recientemente y así podríamos seguir mencionando innumerables casos.

Al respecto, en 2020 escribimos una crónica en éstas páginas en que mencionamos –con relación al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)– que resultaba muy extraño que un gobierno que decía que la fuerza y el valor de México está en su cultura, tanto que afirmaba que es lo que lo iba a sacar adelante de la pandemia, le diera un golpe prácticamente mortal a la institución que la resguarda. El mazazo afectaba igualmente al Instituto Nacional de Bellas Artes.

La cultura es el alimento espiritual de un pueblo, es fuente fundamental de nuestra identidad y en México se refleja en una sólida cohesión comunitaria.

Es uno de los aspectos que nos distinguen en el mundo por su enorme riqueza y diversidad. Veamos algunos ejemplos: alrededor de 2 mil monumentos históricos, mil 321 museos, mil 976 centros culturales, 111 pueblos mágicos. Tenemos 35 sitios inscritos como Patrimonio Mundial de la Humanidad en la lista de la UNESCO, de los cuales 27 son bienes culturales, seis son bienes naturales y un bien mixto: la antigua ciudad maya de Calakmul en Campeche, por representar un testimonio de la civilización maya y su convivencia armónica con su entorno natural megadiverso.

Hay 189 sitios arqueológicos en todos los estados de la república. Los más representativos son Teotihuacan, Monte Albán, Tulum, Tajín, Palenque, Chichén Itzá, esta última considerada una de las siete maravillas del mundo moderno, sólo por mencionar algunos.

Tomemos el caso del INAH para medir la magnitud de su importancia: al año realizaban más de mil 600 proyectos de conservación, investigación y difusión; atienden una red de 160 museos en todo el país y tienen el registro de más de 58 mil lugares con vestigios arqueológicos y alrededor de 110 mil edificios históricos. En sus 66 bibliotecas resguardan más de 60 mil libros, la impresionante Fototeca Nacional custodia casi un millón de imágenes y la Fonoteca cuenta con más de 18 mil registros sonoros.

La vasta diversidad de la cultura mexicana se expresa en muchas formas diferentes: la música, el arte popular, el cine, la creación artística, la comida y la literatura.

México es reconocido por contar con la mayor diversidad cultural, étnica y lingüística en todo el mundo. De acuerdo con datos de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México, nos informan que hay 68 pueblos indígenas en el país, lo cual, representa más de 11 millones de habitantes.

La riqueza de nuestro patrimonio gramatical es impresionante; está constituido por 11 familias lingüísticas, 68 lenguas propias y 364 variantes, las cuales son habladas por alrededor de 7 millones de personas. Esto convierte a México en la nación con la mayor población hablante de lenguas indígenas en América.

Y para no abundar más, nuestro país es el segundo en Latinoamérica con más museos, lo que le da una posición relevante dentro del intercambio cultural y desarrollo social.

Todo este tesoro patrimonial se va a ver todavía más afectado de lo que ya ha sido los últimos seis años, ya que las instituciones que lo resguardan van a padecer la misma estocada. Como señaló en estas páginas Elenita Poniatowska, es muy grave.

La cultura mexicana es admirada y apreciada en todo el mundo, por algo ha recibido ocho reconocimientos de la Unesco como patrimonio Intangible de la Humanidad, entre otros, la cocina mexicana, la música del mariachi, los voladores de Papantla, la danza de los Parachicos y los Días de Muertos.

Confiemos en la sensibilidad de nuestra Presidenta para que haya un replantamiento de prioridades y se le de mayor presupuesto a la cultura como se hizo con el de las universidades públicas.

Pocos héroes mexicanos más ligados al intelecto y al pensamiento creativo y congruente de la Revolución Mexicana que sus precursores, los hermanos Serdán, habitantes de la ciudad de Puebla de los Ángeles.

A partir de 1873, año del nacimiento de Carmen Serdán, habría de surgir, en la ciudad de Puebla, un linaje de mexicanos y mexicanas extraordinariamente patriotas, ya que nos dieron la certeza de una nación intelectual que habría de encaminar a los mejores mexicanos y hacerla estallar 40 años más tarde.

Con los hermanos Serdán, los mexicanos adquirimos la creencia y podríamos decir que hasta la fe en el advenimiento del cambio social y la entrada de la modernidad a través de su patriotismo. La presea que ustedes me entregan aquí, en la ciudad de Puebla, me remite a patriotas de la talla de una familia absolutamente excepcional como fueron, para la honra de la historia de México, Natalia, Carmen, Aquiles y Máximo Serdán Alatriste.

Los hermanos Serdán han sido ejemplo de otros intelectuales y patriotas que ocupan un lugar preponderante en nuestra historia. Recuerdo que Guillermo Haro, con quien tuve el privilegio de vivir y tener tres hijos, sentía verdadera devoción por los Serdán, y me contagió su admiración, ya que la sede del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE) en Tonantzintla fue clave en nuestra vida y en la de nuestros hijos, quienes más tarde tendrían el privilegio de festejar su matrimonio y el bautizo de sus hijos en la extraordinaria iglesia barroca de Santa María Tonantzintla. Haro se responsabilizó de la construcción de la primaria del pueblo, que también habría de dar observadores de muy buen nivel, como hizo, por ejemplo, la Universidad de las Américas Puebla, que atrajo a académicos e investigadores de Estados Unidos y Europa en beneficio de jóvenes que todos los días canjeaban su bicicleta por la enseñanza en sus aulas.

Como si esto fuera poco, de Puebla también he recibido el doctorado honoris causa de su Benemérita Universidad Autónoma, en 2002, y en 2013 pusieron en mis manos, además de muchos otros dones, el Premio a la Excelencia Académica por la misma universidad, Unidad Regional Tehuacán. Recuerdo con especial cariño un homenaje a Salvador Allende en la Biblioteca Palafoxiana, en la que doña Hortensia Bussi de Allende, refugiada en nuestro país, conmovió a sus oyentes.

Al director del INAOE, Guillermo Haro Barraza, le daría un sentimiento especial de agradecimiento y de alegría esta presea que ustedes me conceden, porque él, astrónomo, amó a Tonantzintla y a Puebla como a su vida, y Tonantzintla le regaló no sólo a las estrellas de su cielo nocturno, sino la cercanía de muchos futuros investigadores y científicos que observaron su cielo, hasta que la ciudad de Puebla creció a tal grado que los faroles se comieron la noche astronómica. Tanta iluminación hizo que Tonantzintla cambiara su observación al cielo de San Pedro Mártir, en Baja California.

Ahora que nuestra muy querida ciudad de Puebla decide entregar a una leguleya que lleva mi nombre el gran reconocimiento Carmen Serdán, emisaria intelectual con sus hermanos de la Revolución Mexicana, reitero con humildad la devoción que mis hijos y yo tenemos por la ciencia y la cultura de Puebla, así como la que sentimos por el cielo barroco de Santa María Tonantzintla y el recuerdo de uno de sus grandes investigadores: Guillermo Haro.

Vivir en Tonantzintla con nuestros tres hijos, Emmanuel –también científico, quien estudió en su tiempo en la Benemérita Universidad de Puebla–, Felipe y Paula, fue un regalo de las estrellas azules que el propio Guillermo descubrió en este cielo.

Hoy, 20 de noviembre de 2024, resulta emocionante recordar el 114 aniversario de la Revolución Mexicana y encontrarnos en esta mañana en la Puebla de los Ángeles, en cuyo zócalo y bajo cuyos faroles los amigos de Guillermo Haro paseamos tantos viernes y sábados, así como nos abrían la puerta de la maravillosa capilla de Santa María Tonantzintla, cuyos ángeles han sabido cubrir con sus alas la cabeza de hombres y mujeres leales al conocimiento humano.

Al recibir la Palma de Oro del Festival de Cannes este año, el realizador estadunidense Sean Baker dedicó el premio a todas las trabajadoras sexuales del pasado, el presente y el futuro. Un gesto de congruencia por parte de quien ha mantenido el tema de la prostitución femenina presente en varias de sus películas, desde Starlet (2012) y Tangerine (2015) hasta El proyecto Florida (2017). Anora (2024), su cinta más reciente, no es la excepción a esa constante. Su protagonista, la joven de 23 años Ani (por Anora), interpretada con brillantez por Mikey Madison, es una magnética y temperamental bailarina teibolera, nacida en Brooklyn, que en un club de Manhattan consigue capturar el interés de Ivan Zakharov (Mark Eydelshteyn), alias Vanya, hijo de un oligarca ruso, chico dos años menor que ella, quien no sólo paga generosamente los servicios de una noche, sino que propone a Ani un pacto de exclusividad que pronto se vuelve una propuesta de matrimonio.

Cuando la pareja cumple ese propósito en una ceremonia nupcial muy improvisada en Las Vegas, el padre de Ivan recibe furioso la noticia de la relación anómala de su vástago con una prostituta y envía a tres esbirros, dos armenios y uno ruso, para frenar el escándalo, deshacerse de la joven y calmar los ímpetus de Ivan, ese adolescente prolongado siempre despilfarrador, cándidamente irresponsable, y de apetito sexual infatigable.

Ani, por su parte, disfruta sumida en el pasmo del hechizo que le brinda su príncipe azul de pacotilla. A partir de ese momento, la cinta oscilará entre una comedia de trazos gruesos y el cuento de hadas que vive obnubilada la nueva Cenicienta teibolera.

En contraste con la sobria emotividad que se desprende de una cinta tan redonda como El proyecto Florida, lo que Sean Baker ofrece ahora en Anora es un tributo desmedido y desigual a la comedia loca ( screwball comedy) tan popular en cintas estadunidenses de los años treinta y cuarenta.

Hay aquí un poco de todo: un tono de irreverencia, diálogos chispeantes y situaciones absurdas que se resuelven de manera caprichosa o anárquica. Esa apuesta por el caos en la narrativa es evidente en la escena delirante en la que Ani, que se descubre seducida, engañada y abandonada, arremete contra sus captores eslavos al servicio del padre de Vanya e imposible suegro en un departamento lujoso convertido en campo de batalla.

La indignación y energía portentosa de que hace gala la joven neoyorkina pone de relieve, por comparación, la perfecta nulidad moral del fatuo y veleidoso enamorado ruso, su cobardía de niño consentido y estropeado, incapaz de madurar.

No es un azar que Baker haya escogido ambientar este híbrido de thriller y comedia absurda en un ámbito urbano particularmente mágico, el de la interconexión del célebre parque de diversiones en Coney Island y Brighton Beach, un barrio ruso de Brooklyn cargado de una oscura mitología de bajos fondos gansteriles.

A la acción trepidante de la cinta –próxima al delirio que mostró Martin Scorsese en Después de hora ( After Hours, 1985)– sucede una calma melancolía que permite al espectador reposar de tanta estridencia y de los trazos caricaturescos de algunos personajes. Se trata del vínculo afectivo callado, casi secreto, que se teje entre la indomable Ani y uno de sus captores, el torpe y muy sensible Igor (Yura Borisov). Es un raro momento de intensidad emocional en medio del diseño de calamidades vacuas y vistosas que ha elaborado Sean Baker para esta cinta. Pero es un momento que vale por todos los demás.

Se exhibe en la Muestra Internacional de Cine. Cineteca Nacional Xoco: sala 1 a las 15:15 y 20:30 horas.

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