Paz financiera jázaraen Ucrania: BlackRock intenta recuperar sus pérdidas con Zelensky
Ha sido originalidad de Bajo la Lupa exhibir el proyecto simbiótico de la “Gran Jazaria (https://bit.ly/4q8cjKb)” con el “Gran Israel (https://bit.ly/3Kv3ZVN)”, mediante la polémica secta Jabad Lubavitch-Chabad del rabino neoyorquino de origen ruso Menachem Mendel Schneerson, cuyo fervor talmúdico coaligó al ex ministro de Defensa, el general Ariel Sharon, al primer israelí Benjamín Mileikowsky (alias Netanyahu), a Zelensky y al presunto jázaro críptico Milei, presidente de Argentina (https://bit.ly/3Ys7i38), a grado tal que el mismo Zelensky confesó que su bélico modelo neo talmúdico es el del “Gran Israel (https://bit.ly/3XT3JD6)” de Netanyahu.
El gobierno dictatorial del jázaro Zelensky representa a la nano minoría de israelíes –que constituye del 0.5% al 1%, dependiendo de quien haga las estadísticas, de la población total– cuya aplastante mayoría pertenece a la religión ortodoxa de la etnia de los eslavos (https://bit.ly/4q7AubC) –¡la más numerosa de Europa!– que representa 72% (¡megasic!) y está dividida entre el patriarcado “autocéfalo” nacionalista de Kiev y el patriarcado de Moscú. El restante de la población, constituida por católicos, proviene de migraciones de Hungría y Polonia.
La disputada región del Donbás (https://bit.ly/4iVYzj3) –superficie de 53 mil km2 que reúne a las provincias de Donetsk y Lugansk: 9% del total de Ucrania– es genuinamente rusófila/rusófona y de religión ortodoxa. Más que nada: es la región más rica y funcional de toda Ucrania (https://bit.ly/4oR6Ia0), pletórica de tierras raras, minerales estratégicos (además de carbón y hierro, y grandes reservas de litio) con su “escudo cristalino” bajo el mar de Azov (https://bit.ly/4q5Glhx), y la región agrícola más fértil de Europa, donde destaca su suelo negro chernozem (https://bit.ly/4aOlDyi). Nada menos que el pugnaz cuan locuaz senador republicano Lindsey Graham, durante la presidencia de Biden, afirmó que “Ucrania es una mina de oro con 12 millones de millones (trillones en anglosajón) de minerales que no debemos darnos el lujo de perder”, por lo que reclamó “prevenir a Rusia y China de tener acceso estratégico a tales recursos naturales(https://bit.ly/3MIbWr8)”.
Por demás ilustrativo resultó que LF, mandamás de BlackRock, quien hoy jefatura al mismo tiempo al globalista Foro Económico Mundial de Davos (http://bit.ly/4ngk7I3), sentenciara sin sustento que la invasión de Rusia a Ucrania “puso fin a la globalización que experimentamos en las pasadas tres décadas(https://bit.ly/4oT7Bis)”.
LF podrá manejar más de 12 millones de millones de dólares, pero no sabe nada de geopolítica, y mucho menos de geoestrategia,cuando la globalización inició su ineluctable caída libre desde 2007, como adelanté en mi libro Hacia la Desglobalización (https://bit.ly/3XQ3M2r)”, que asentó sus reales con la quiebra de Lehman Brothers en 2007/2008. Ya desde hace dos años BlackRock, JPMorgan-Chase (feudo del grupo Rockefeller/Kissinger) y la consultora McKinsey (contratista de la CIA; https://bit.ly/4qdKErn) se frotaban las manos para una alucinatoria derrota de Rusia y un “fondo de reconstrucción” para Ucrania por más de 400 mil millones de dólares (https://bit.ly/3MKJODP)”.
No fue nada casual que ahora aparecieran juntos cuatro jázaros en las negociaciones de “paz (sic)” financieristas en Ucrania: LF de BlackRock, Zelensky, y los dos enviados de Trump: Steve Witkoff y Jared Kushner, según Bloomberg, uno de los principales portavoces de los globalistas jázaros (https://bit.ly/3KVcRE2).
Aunque no tiene amplias áreas de arena y playas, Sorrento ha creado una infraestructura interesante con numerosos balnearios y plataformas marítimas con sus acantilados volcánicos que le dan un singular contacto, en contraste con las tranquilas aguas en esta región del mar Mediterráneo.
Por la forma de la bahía, hasta cierto punto está protegida del oleaje, lo cual ha convertido a Sorrento en una zona ideal para practicar la natación, el esnórquel o sólo sentarse a contemplar el paisaje único de esta parte de Italia, cuyo nombre es el golfo Napolitano.
Parte de la infraestructura son las llamadas Marina Grande y Marina Piccola, dos zonas emblemáticas, donde la primera conserva el ambiente pesquero tradicional con restaurantes de mariscos junto al agua en la que el visitante tiene la impresión de consumir productos recién pescados.
La Marina Piccola –pequeña– cuenta con varios clubes de playa en muelles de madera donde el visitante puede disfrutar de un día tranquilo bajo el sol. Todo esto implica un costo adicional. La mayoría de las playas son privadas y rentar una sombrilla y dos tumbonas por un día puede costar entre 20 y 60 euros, incluso más (400 y 1200 pesos mexicanos).
Su centro histórico, de románticas y estrechas calles empedradas, ofrece al visitante una amplia visión de la cultura mediterránea: entre otras se pueden visitar talleres artesanales de marquetería, antiguas iglesias, pequeños palacios y mercados de productos locales y elegantes cafés para disfrutar el típico espresso italiano.
Si algo domina la oferta es la infinidad de productos alrededor del limón amarillo, que se cosecha en huertas locales. El limoncello es el licor regional que se exporta a todo el mundo. La imagen del reluciente limón amarillo se imprime en objetos para el uso cotidiano o papelería.
A unos pasos se encuentra uno de los íconos de Sorrento: el Grand Hotel Excelsior Vittoria, fundado en 1834. Su arquitectura neoclásica, sus bancas pintadas a mano, sus salones decorados con frescos y su terraza suspendida sobre el mar le han otorgado un aura digna de set para una obra cinematográfica.
La administración no escatima en mostrar testimonio fotográfico de las luminarias que ha recibido: personalidades de la talla del músico alemán Richard Wagner, los tenores italianos Enrico Caruso y Luciano Pavarotti, así como la diva del cine Sophia Loren. Recientemente, artistas contemporáneos buscan el mismo encanto mediterráneo que ha cautivado a sus predecesores.
Sorrento se considera una especie de refugio para el arte, el descanso y la inspiración. Un destino donde el glamur histórico y el paisaje se funden para ofrecer una de las experiencias más evocadoras e incomparables del litoral oeste de Italia.
Cuando vivía, ya que se muera; hoy que se murió, qué bueno era, cantaba Chava Flores
Los metidos a promotores de la tradición taurina de México, con especialistas y operadores probadamente ignorantes, teniendo en sus manos una de las expresiones humanas más originales y perturbadoras del planeta cometieron, entre otros muchos errores, el de caer en la trampa de trivializar lo trágico, y en vez de intensificar el drama en el ruedo mediante una bravura sobrecogedora, prefirieron reducir la tauromaquia a una estética correcta ante embestidas dóciles y predecibles. Lo que antes fue emoción colectiva devino diversión sanguinolenta. Fue el principio del fin.
Como los matrimonios rutinizados, la fiesta en México precisaba con urgencia de respiraderos, de rendijas que permitieran la entrada de aires menos viciados, de toros y toreros más apasionantes, de sensaciones fuertes que se volvieran adictivas mediante empresarios mejor asesorados, toros y toreros con otros niveles de expresión y rivalidad y, desde luego, con la vigilancia puntual de unas autoridades menos obtusas y mejor informadas de la importancia de la tauromaquia en la idiosincrasia popular, más allá de terapias ocupacionales y mitotes animalistas.
Quienes se ostentaban como conocedores del negocio pretendieron aplicar la fórmula que durante dos décadas había atraído públicos y dinero con Manolo, Eloy y Curro, tres estilos verdaderamente diferentes con un claro sentido de la competencia… ante reses anovilladas, actuando indistintamente en las ciudades y en los pueblos, cerrando el paso a nuevos valores y eludiendo ganaderías exigentes.
A su retirada, la fórmula ya no dio los mismos resultados, pero los empresarios no modificaron criterios: toro chico y más importación de diestros que medio atrajeran a los públicos con Ponces, Hermosos y Julis que sudamericanizaron el espectáculo y redujeron la baraja de toreros nacionales con imán de taquilla, en tanto el neoliberalismo taurino, autorregulado e irresponsable, continuó haciendo su agosto con un multimillonario duopolio cuya imaginación apenas compartía ases extranjeros mientras la autoridá miraba para otro lado.
Esa negligencia o franca complicidad durante años de la hoy alcaldía Benito Juárez, de la jefatura de la Ciudad de México y del gobierno federal fue el caldo de cultivo para que, tras la indiferente administración obradorista, el actual gobierno de la capital se animara, en marzo pasado, a prohibir en la capital las corridas “con violencia”, autorizando sólo el uso de capote y muleta para que los toros “no sufran”, excepto en el traslado de ida y vuelta a la ganadería y el día de su muerte, que es ley de vida. El falso humanismo no vigila tradiciones, las prohíbe o modifica a su antojo mientras los otrora beneficiados guardan silencio.
En su composición Cerró sus ojitos Cleto, el genial Salvador Chava Flores refiriéndose al difunto y no a la fiesta prohibida, cantaba: “Cuando vivía el infeliz, ya que se muera; hoy que ya está en el velís, qué bueno era…” La relegada tradición taurina de la capital mexicana, con 500 años de antigüedad el año entrante, dejará espacio para que los hampones del futbol (FIFA y FMF) nos distraigan unas semanas. No habrá sufrimiento, sólo renovada frustración colectiva y confirmación de complicidades “sin violencia”.
Entre los múltiples ámbitos en los que China se dice dispuesta a colaborar o reforzar los vínculos ya existentes resaltan la apertura a la transferencia de tecnología, la formación tecnocientífica, el combate al cambio climático, las energías –tanto fósiles como renovables–, la integración latinoamericana, “acelerar la materialización de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU”, el uso de monedas locales (no se expresa, pero se entiende que en sustitución del dólar) o el apoyo a la Proclama de América Latina y el Caribe (ALyC) como Zona de Paz. También cabe mencionar la disposición a “abordar adecuadamente las fricciones comerciales para el desarrollo sano y equilibrado y la diversificación estructural del comercio”, una de las principales preocupaciones de algunos países que temen verse abrumados por la capacidad productiva china.
El documento plantea un obvio e insoslayable contraste con las declaraciones del presidente estadunidense, Donald Trump, la política injerencista de Washington en toda la región, y la recién divulgada Estrategia Nacional de Seguridad de la Casa Blanca. Así, mientras el trumpismo ha decidido negar “a competidores no hemisféricos la habilidad de posicionar fuerzas u otras capacidades amenazantes, de adueñarse o estratégicamente controlar bienes vitales en nuestro hemisferio” sin reparar en la autonomía de ALyC para relacionarse con los actores estatales o no estatales que desee y determinar el uso de sus recursos naturales, Pekín reafirma que “las relaciones China-ALyC no apuntan contra, no excluyen a, ni están condicionadas por ninguna tercera parte”. Mientras la Casa Blanca anuncia la aplicación de la Doctrina Monroe “para restaurar la preminencia estadunidense en el hemisferio occidental” y proteger “nuestro acceso a sus geografías”, el gigante asiático se refiere a ALyC como “un conjunto con una gloriosa tradición de independencia y autofortalecimiento mediante la unidad”.
Pero no sólo Estados Unidos reprueba en esta comparación. Desde el estallido de la guerra de la OTAN contra Rusia en territorio de Ucrania, Europa ha ido renunciando a todos los pilares en los que sostenía su pretensión de faro civilizatorio y fortaleza del estado de derecho: para sostener el esfuerzo bélico y beneficiar a sus corporaciones ha convertido en papel mojado sus compromisos en materia ambiental y fiscal, al tiempo que despliega un peligroso armamentismo y alimenta una retórica de guerra permanente. Con el supuesto fin de apaciguar a las ultraderechas, los conservadores tradicionales han abrazado sus agendas xenófobas, y la complicidad activa con el genocidio contra el pueblo palestino les ha quitado el último resto de autoridad moral al que pudieran aferrarse.
En este contexto, China aparece como un socio comercial que propone cooperar sin intromisiones en la política interna de sus pares y que posee las capacidades tecnológicas y financieras para coadyuvar en el desarrollo sostenible de la región. Como el propio documento señala, los lazos deben adaptarse a la realidad y las necesidades de cada país, pero sin duda los gobernantes de América Latina y el Caribe han de tenerlo en cuenta como una herramienta de fortalecimiento simultáneo de la soberanía y el bienestar.

Nosotros hicimos nuestra propia renovación estructural, celebrada urbi et orbi como un “milagro”, que buscaba romper la fatalidad latinoamericana de altas inflaciones con muy bajos crecimientos. Presentada como “desarrollo estabilizador” llevó a presumir su versatilidad, resiliencia y solidez de sus grupos dirigentes; un camino que contemplaba apertura económica y liberalización comercial, por ello el ingreso, en 1986, al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), como bien me recuerda el colega Fernando de Mateo.
Así, el país buscaba ocupar un lugar en el sistema global que se abría paso al término de la guerra fría, signado por la implosión del comunismo soviético y el predominio del capitalismo. Una época en la que las sociedades encontrarían respuesta a sus empeños gracias al mercado global, la democracia representativa y la extensión de los derechos humanos, como dijera el presidente Bush el 11 de septiembre de 1990, en su discurso durante una sesión del Congreso de Estados Unidos. “(…) momento único y extraordinario. La crisis del golfo Pérsico (…) ofrece también una rara oportunidad de avanzar hacia un periodo histórico de cooperación. De estos tiempos difíciles puede surgir (…) un nuevo orden mundial: una nueva era, más libre (…)”
Se trató, hoy lo constatamos, más que de un nuevo orden, de una ilusoria hipótesis de trabajo incapaz de canalizar esfuerzos hacia un curso efectivo de evolución de las sociedades internacionales. Ahora el mundo vive circunstancias ominosas en las que las relaciones siempre conflictivas entre economía y política, democracia y desarrollo, más allá de encontrar mecanismos de modulación y entendimiento, más bien se encuentran no sólo con una cuestión social agravada en sus dimensiones básicas de distribución y protección sociales, sino con regímenes políticos en crisis.
Por ello, es preciso recuperar la idea del desarrollo; desarrollo como proceso de cambio integral, de restructuración profunda de valores y actitudes, como eje maestro de transformaciones productivas con equidad; de una “fantasía organizada” como la llamara el enorme pensador Celso Furtado. En suma, aspirar a renovadas formulaciones entre Estado y mercado; entre mercado y equidad, entre democracia y economía política.
Se trataría, parafraseando al economista catalán Antón Costas, de reconstruir los puentes entre el crecimiento económico y la prosperidad compartida, consensuar grandes acuerdos que hoy, como ayer, propicien crecimientos económicos sostenibles, teniendo en cuenta los contextos complejos e inciertos marcados por múltiples desafíos que van de lo local a lo global: desigualdades, pobrezas, migraciones, cambios climáticos y tecnológicos, violencias y guerras, retos que desafían permanentemente no sólo la estabilidad y gobernabilidad de nuestros países, sino la existencia misma de la especie humana.
Nota bene: Agradezco el comentario de Enrique del Val, lector atento quien me recuerda que lo de los “colmillos atómicos” fue reacción de Nikita Jruschov al dicho de Mao en relación con el imperialismo al que comparó con un tigre de papel, poderoso sólo en apariencia.
Vallejo ingresó al PCM siendo ya trabajador ferrocarrilero, en el Cemos se resguardan algunos documentos de 1939 cuando siendo presidente del comité regional de Coatzacoalcos, comunica la actividad de las organizaciones contrarrevolucionarias, que por entonces pululaban como reacción directa a la febril mirada reformista del cardenismo.
A Vallejo lo encontraremos más adelante, cuando el PCM quedó atrapado en el sectarismo encinista, en la forja y desarrollo del Partido Obrero Campesino. Aunque destacó menos como escritor, sí lo hizo en su calidad de organizador, sobre todo en su natal Oaxaca. A pesar de eso, algunos textos se encuentran en Noviembre, título que llevaba la prensa de su partido.
La década de vida del POCM colocó a Vallejo como el audaz organizador que arribó a la certidumbre política de que la única vía para la democracia era la conquista de la independencia de las clases subalternas. Aquella conclusión tuvo su cenit en las movilizaciones proletarias de 1958-1959, primera insurgencia obrera que marcó a sangre y fuego el derrotero del sindicalismo, pues mostró con la crudeza del autoritarismo la incapacidad del régimen para procesar cualquier demanda tímidamente democrática. Los adherentes al sindicalismo ferrocarrilero solicitaron mejores salarios y la capacidad de elegir a quien dirigiera sus organizaciones gremiales. Pese al escaso radio de acción de sus demandas, la sola posibilidad de que se eludiera la mediación política corporativa, se convirtió en la pesadilla de la élite modernizadora.
Apagar la llama ardiente de la voluntad proletaria por democratizar su vida cotidiana requirió la utilización del ejército y llevó a Vallejo, Campa y tantos otros, al presidio durante largos 11 años. En aquellos dos lustros, Vallejo escribió profusamente en Política, la revista de Marcué Pardiñas y siguió siendo un férreo combatiente, como lo muestran su prolongada huelga de hambre en 1968, misma que afectó su salud. Fue en 1967, estando preso, que la Liga Comunista Espartaco propuso a Heberto Castillo, por entonces al frente de un disminuido MLN, que el preso político fuera lanzado como candidato a diputado. Fue éste el primer “encuentro”, a distancia, entre Vallejo y Castillo. Un año después, el ingeniero veracruzano sería víctima del encierro tras su participación en la Coalición de profesores que apoyó el verano contestatario de 1968.
A la salida de su encarcelamiento, Vallejo, Castillo y otros comenzaron a forjar una nueva organización política. Aunque varios de los iniciadores no siguieron la ruta marcada por estos dos líderes, en 1975 se fundó el PMT, espacio desde el que daría sus batallas en aquellos años. Además de organizar el Movimiento Sindical Ferrocarrilero, el líder obrero escribió en contra de la “apertura” echeverrista a la que no consideraba una verdadera apuesta por la democracia, en favor del aborto y polemizó sobre la interpretación de los hechos de 1959, especialmente de la responsabilidad de los partidos de izquierda en su derrota. En 1982 la influencia de Vallejo encontrará en la huelga de la refresquera Pascual uno de sus momentos emblemáticos.
Sin embargo, como todas las organizaciones políticas, el PMT sufrió un proceso de disputa interna. Las izquierdas en aquellos años ampliaron su trabajo de “masas”, lo que significó descentrar el mundo sindical. Ese desplazamiento llevó a una confrontación que escaló hasta su exclusión de la organización que contribuyó a formar. A partir de ese momento se adhirió al joven PSUM y en la elección intermedia de 1985 obtuvo una curul, que tras su muerte, ocupó Alejandro Encinas.
El derrotero de Vallejo es una muestra de una fracción importante, aunque minoritaria del movimiento obrero. Sin ser un ideólogo marxista o socialista, expresó como pocos el sentido cotidiano de las luchas de la clase trabajadora mexicana, aprisionada en su accionar por el Leviatán tricolor. Como todos los actores de esta época, Vallejo estuvo en medio de disputas políticas que muchas veces adquirían un tono personal y que vivió con la pasión de quien se entregó a una causa. Pese a ellas, sin embargo, su nombre es un referente para imaginar futuros donde la democracia exceda las urnas y se instale también en los mundos del trabajo.
Una cultura política que se precie de democrática, no puede eludir el nombre de quien, en una época donde los cargos públicos no eran codiciados, dejó su libertad y su salud en pos de la mejoría de la clase trabajadora. Honrar el nombre de los combatientes democráticos del siglo XX incluye cuidar el patrimonio simbólico y material de este gremio y a los actuales custodios de su memoria, en buena medida hoy localizados en el Museo de los Ferrocarrileros.
* Politólogo, investigador UAM. Coautor de La raíz plebeya de la democracia mexicana.
Continúa la discusión sobre si la medida es justa o no. La decisión que ha tomado el gobierno actual de la 4T tiene sus puntos de vista, aunque queda mucho por discutir ya que, al parecer, no se han tomado en cuenta los criterios de los asiduos a estos juegos, hombres y mujeres en general, quienes, argumentan ser mayores de edad y difícilmente se verán influenciados para cometer actos de violencia motivados por algunas de las series clasificadas como peligrosas.
Nuestra opinión es que el análisis para catalogar a todos los juegos como motivadores de violencia, definitivamente, tendrá que ser más riguroso y sin dejar ningún aspecto fuera de la discusión. Son muchas las vertientes que tendrán que observarse, pues la parte social constructiva de dichos juegos no se ha discutido a fondo, únicamente, se han fijado los señalamientos negativos.
Sabemos que la violencia en México ha sido un problema ancestral. Sin embargo, a partir de las décadas gobernadas por la política neoliberal, la calidad de vida se deterioró, la violencia aumentó y las redes sociales y familiares sufrieron cambios negativos. Ahora, la nueva etapa de la vida política del país, pese a los permanentes y múltiples ataques por parte de la oposición, la corrupción y la violencia generada por esta patología social, van disminuyendo, tal vez no con la velocidad que deseamos, pero van descendiendo los niveles de crímenes.
La delincuencia e impunidad arraigadas por la profunda corrupción que hemos padecido tendrá que desaparecer en una transición social que, desde el sexenio pasado y lo que va del actual, ha venido estimulándose.
Cualquier intento por bajar los índices de violencia de todo tipo es válido. Cualquier esfuerzo por liberar a la población del constante asedio de las mafias locales y nacionales, es una responsabilidad tanto del gobierno como de la sociedad misma, que debemos asumir conscientemente.
No obstante, nos preocupa que la percepción de la población respecto a la libertad de expresión, de diversión y esparcimiento, esté siendo violentada por el propio gobierno que ha manifestado ser defensor y respetuoso de los derechos de la población en dicho ámbito.
Promover y decretar un impuesto extra de 8 por ciento a los videojuegos, presuntamente generadores de violencia, podría considerarse como una agresión a los millones de personas que buscan la convivencia, la solidaridad, incluso la identidad con otros jugadores y jugadoras no sólo del país, sino de otras partes del mundo. Esta manifestación de interacción, tal vez no se ha analizado a fondo.
Estamos de acuerdo en que la violencia queda de manifiesto en muchos de estos videojuegos. No podemos avalar la destrucción y mutilación de los contrincantes en el juego, en efecto, eso no es nada gratificante. Tampoco coincidimos en que las acciones sanguinarias deban ser motivo de diversión. Pero, la otra parte que involucra a millones de gamers en encuentros virtuales y pacíficos con otros contrincantes de cualquier parte de su ciudad, país, o incluso, de otros continentes, es una acción positiva a la que, consideramos, debe estimularse y no sancionarse así como así.
Hacemos hincapié en que, gracias al trabajo actual de la Secretaría de Seguridad, junto con otras entidades similares, la estrategia para neutralizar y finalmente acabar con los focos de violencia, están siendo exitosos y estamos en la disposición de colaborar con nuestro granito de arena. Es por ello que no estamos de acuerdo en que se estigmatice a los videojuegos como diversión destructora y productora de generaciones de gente violenta y criminal. Pero, además, debe tomarse en cuenta que la gran mayoría de usuarios de videojuegos con cierto grado de violencia son mayores de edad, quienes difícilmente serán influenciados por algunos de los personajes de dichos juegos.
No queremos que la diversión sana y moderada de nuestros hijos, hijas, nietos y nietas sea un asunto menor. La estigmatización de catalogar de violentos a los videojuegos nos recuerda la otra acusación con pocos argumentos claros que sufrió la industria nuclear. La supuesta destrucción ambiental generada por el uranio y otros elementos lo coloca en la mira de los falsos ambientalistas quienes no se han enterado que la energía nuclear es una de las mejores y más limpias que tenemos en la actualidad.
Esperamos que se analice a fondo el asunto de la violencia, no sólo la supuesta generada por los videojuegos, sino también, las otras, la política, la religiosa y la cultural.
(Colaboró Ruxi Mendieta)
Para Ximena Guzmán Cuevas y José Muñoz Vega, la justicia llegará
La respuesta me llegó de parte de Enrique Martínez Curiel, colega y lector, que le preguntó al ChatGPT lo siguiente: ¿Puede la IA desplazar a la antropología social y al trabajo de campo? La respuesta fue clara y contundente: no, y no podrá hacerlo. No se puede sustituir la esencia del trabajo antropológico, porque la antropología no es sólo técnica: es una relación humana, ética, situada, encarnada y política.
Para empezar, la IA no tiene experiencias ni relaciones como las que establecemos los humanos, no tiene empatía, simpatía, afecto, confianza, solidaridad. Algo fundamental en el trabajo de campo, que es la esencia del trabajo antropológico, especialmente la de la escuela mexicana.
Nada puede sustituir a la experiencia personal de un recorrido de área, de una entrevista en profundidad, de una observación participante, de una lectura y relectura constante de las notas registradas en un diario de campo donde surgen nuevas interrogantes y nuevas preguntas.
La experiencia del trabajo de campo es única, enfrenta al investigador a una serie de retos que van más allá de dormir en el piso, soñar con una ducha o consumir y digerir potajes increíbles. Hay que establecer relaciones personales con el grupo de estudio y esto lleva a ciertos compromisos y asumir posiciones políticas.
Hay que preguntarse por el futuro de las carreras universitarias, incluidas las ciencias sociales. Uno se pregunta por el futuro de la sociología mexicana, tan teorizante y alejada del trabajo de campo. La IA responde a la pregunta sobre el futuro de la sociología y afirma que no es de remplazo, pero requiere de una “reconfiguración” profunda.
Otro colega me comentaba que la IA puede resumir toda la jurisprudencia sobre un tema específico y aportar soluciones, pero también puede equivocarse e inducir a un error. No puede considerarse como una verdad absoluta y es ahí donde la sospecha, la intuición y la experiencia entran en juego. En la carrera de derecho, la jurisprudencia se resuelve en segundos, ya no se requiere de búsquedas complicadas en las bibliotecas, más bien hay que saber discriminar lo relevante en un mundo de información. Quizá habría que volver a las clases de oratoria, debate y argumentación.
En la carrera por aprender y apropiarse de los recursos de la IA, los jóvenes tienen una gran ventaja. Dicho de otra manera, los estudiantes sobrepasan a los profesores. En otros tiempos, dando un curso sobre movimientos sociales, un alumno leyó el programa y la bibliografía y se fue a la biblioteca a buscar libros que no estaban en el programa y, en la primera clase, pretendía añadirlos, argumentando que eran fundamentales. Sus intenciones podían ser diversas, pero asumí, que se trataba de fastidiar, asunto que posteriormente se comprobó. Hoy día hay múltiples maneras de poner en jaque a un profesor. Y hay múltiples maneras de poner en jaque a los alumnos e instarlos a pensar, a discutir, pero esta manera y capacidad de enseñar ya no es tan fácil y rompe con el modelo tradicional de enseñanza.
El día de hoy, el profesor está desnudo ante sus alumnos, que han googleado su currículo y su historia de vida. Conocen sus virtudes, hacen comparaciones e intuyen sus limitaciones, entre ellas su conocimiento y expertise en la IA.
En efecto, la IA no sustituye a la antropología, ni el trabajo de campo, pero están disponibles recursos que se pueden utilizar, como resumir literatura masiva; organizar grandes volúmenes de notas de campo; transcribir entrevistas; construir mapas conceptuales, etcétera.
Todo esto facilita el trabajo, pero no te libera del síndrome de la página en blanco, si quieres hacer un trabajo personal y original para aportar algo nuevo y diferente.
Impulsamos “la justicia energética”, aunque estimados técnicos sugieren justicia energética y ambiental, que es, sin duda, la envolvente imprescindible de una transición energética justa. La que –por favor– supone, al menos siete lineamientos esenciales. No menos.
1) cubrir dinámicamente –por el crecimiento de hogares– rezagos en el acceso al servicio público de electricidad, pero también en su calidad, seguridad y confiabilidad y costo; 2) impulsar eficiencia creciente y al máximo en todos los procesos implicados y, con ello, precisamente, disminuir costos y bajar precios; 3) abatir riesgos vinculados a estos procesos, no sólo de vidas humanas, daños a familias y localidades, sino también a su patrimonio; 4) recuperar, impulsar y garantizar limpieza en los acuerdos con propietarios de recursos naturales, ejidatarios, comuneros, pequeños propietarios, colectivistas, pues son recursos originalmente propiedad de la nación (¡El 27 constitucional dixit!) que nos obliga a garantizar energías limpias, sin acuerdos sucios; 5) con base en eficiencia y costos decrecientes, disminuir tarifas, y racionalizar y concentrar subsidios en usuarios específicos que lo requieren, subsidios que hoy ya casi alcanzan 90 mil millones de pesos anuales; 6) impulsar una penetración adecuada de fuentes limpias y renovables, con abatimiento de emisiones, pero con justa asignación de costos, incluidos los de respaldo a fuentes intermitentes y volátiles, hoy en parte cargados a la empresa del Estado en un subsidio implícito muy importante; 7) alentar y respaldar una mayor, pero eficiente y justa participación de productores nacionales en los ámbitos manufacturero eléctrico, sin renunciar a costos descendentes, tecnologías eficientes y empleos justos; 8) atender a usuarios vulnerables –de inmediato y con urgencia– para que no sufran deterioro o muerte por falta de energía, en sus diversos padecimientos, que enumero de manera preliminar merced a la consulta de algunas fuentes especializadas Organización Mundial de la Salud (Medical devices / Oxygen), Unicef (Technical specifications and guidance for oxygen therapy devices), Reguladores Sanitarios de Canadá, Estados Unidos y México, Food and Drug Administration (Respiratory Devices), American Lung Association, (Using Oxygen Safety); Lawrence Berkeley National Laboratory ( Energy Use of Residential Safety, Security, and Health Devices; Oxygen Electricity Planning Guide), entre otras.
Estas fuentes nos proponen una organización de requerimientos eléctrico continuo o en momentos específicos esenciales. 1) Enfermedades pulmonares (Epoc, fibrosis, asma grave, covid largo, apnea) y sus aparatos esenciales como concentrador de oxígeno, ventilador mecánico domiciliario (invasivo o no invasivo), CPAP / BiPAP (apnea del sueño, insuficiencia respiratoria), nebulizador eléctrico; 2) Enfermedades cardiacas (insuficiencia cardiaca, arritmias, cardiopatías, monitor de signos vitales, aspectos de frecuencia, presión y saturación), bomba de infusión (medicamentos, inotrópicos), desfibrilador externo automático, marcapasos, monitoreo remoto; 3) Enfermedades renales y hepáticas (fallo renal, cirrosis avanzada con equipo de diálisis peritoneal automatizada, máquina de hemodiálisis domiciliaria, bombas de nutrición parenteral; 4) Enfermedades neurológicas y otras crónicas; equipos para evitar crisis, dolor o deterioro severo, aspirador de secreciones, camas hospitalarias eléctricas, bombas de alimentación enteral. Además, equipos de monitoreo continuo (EEG, alarmas); 5) Equipos de soporte térmico y conservación sustantivos y de refrigeración de medicamentos, incluyendo insulina y productos biológicos; Además, aire acondicionado, ventiladores, iluminación médica y de seguridad Entre uno y cinco kilowatts de potencia instalada con temporalidad diversa. En algunos continuos y en otros intermitentes.
Se trata, como podremos comprender, de una línea prioritaria de la envolvente general de justicia energética y ambiental. Al menos estos siete lineamientos son obligados hoy.
¡De veras!
NB Con profundo respeto yagradecimiento a los doctores Luis Cabrera Miranda y Olivia Sánchez. Y plena admiración al doctor. David Kershenobich.
Aquí van algunas sugerencias que pueden alivianar algunas tensiones. Para los obsequios, con un buen libro no hay pierde, o si quiere quedar muy bien con alguien especial, ¿cómo ve una imagen de la entrañable Guadalupana?; puede ser antigua o reciente: un óleo o gráfica de gran calidad.
Con la suerte que en esta temporada ambos los encuentra en el mismo lugar. Hace unos días asistimos a la presentación del libro Para la Navidad del 2025, en el cual participan 131 amigos de Sergio García Ramírez, con textos breves, que nos brindan una imagen muy completa del afamado jurista reconocido nacional e internacionalmente, escritor relevante, maestro universitario y gran amigo.
Él solía mandar cada año en estas fechas un pequeño libro con el título Para las navidades del..., con textos breves que recogían “relatos, ocurrencias, anécdotas y reflexiones…” Falleció hace dos años y ahora sus amigos lo recuerdan en este libro que coordinó amorosamente su compañera de vida Carmen Valles, con su amigo y editor Miguel Ángel Porrúa, en cuya hermosa librería fue el acto.
Nos encontramos con la grata novedad de una exposición-venta de obras de arte sobre la Virgen de Guadalupe. Hay varias magníficas de los siglos XVIII y XIX y otro tanto de contemporáneas de la pintora Carmen Parra, quien desde hace décadas plasma en su arte esta imagen, que creo que a todos los mexicanos, creyentes o no, nos llega al corazón.
Ella recreó todos los altares barrocos de la Catedral y recientemente, en una exposición sobre ángeles en el arte, que organizó el Museo Nacional de Arte (Munal), pudimos deleitarnos con sus arcángeles, santos y vírgenes en el muy particular estilo y colorido que caracteriza su obra, que trae al presente la belleza del barroco mexicano.
En la librería, que ocupa una casona en la calle de Amargura 4, en el bello barrio de San Ángel, también se encuentran varias publicaciones relevantes sobre el tema, como la Carta de García Icazbalceta, la investigación de Ernesto de la Torre Villar, los del maestro Arturo Rocha, entre ellos La llave de Guadalupe y una excelente guía para conocer el conjunto de la Basílica.
Aprovechamos para dar una caminada por el añejo barrio que nos traslada al siglo XVIII, con sus calles empedradas, antiguas mansiones y el templo de San Jacinto. Fue parte de un gran convento que fundaron los dominicos como un centro evangelizador y conserva su enorme atrio arbolado con una gran cruz de exquisito labrado en el que se advierte la mano indígena.
El templo ha sido intervenido en varias ocasiones, sin embargo, aún tiene muchos elementos originales, como las puertas de madera del siglo XVII. El interior luce un retablo barroco churrigueresco y valiosas pinturas virreinales y arte sacro de los siglos XVII y XVIII.
Ya estando en el rumbo, decidimos comer en Zeru, en avenida Revolución 1547, que no conocíamos pero nos lo habían recomendado amigos sanagelinos de buen paladar. Resultó un acierto; es comida ibérica de raíces vascas. Tiene terraza y un interior sobrio y de buen gusto muy acogedor, especialmente en estos días fríos. Hay una amplia oferta de vinos, destacando los españoles.
El chef Israel Aretxiga cuida la calidad y presentación de los platillos que conservan la cocina clásica de la península con algunas innovaciones que los enaltecen.
Les voy a compartir lo que degustamos, que estaba delicioso: la sopa de fideos con garbanzo estilo cocido, el socarrat azafranado de mariscos a las brasas (es la capa tostadita del arroz que queda al final de la cocción que tiene una textura crujiente y un sabor intenso con un aroma a tostado que hace agua la boca). Otras ricuras fueron el besugo del golfo estilo Orio y el solomillo prime con foie, salsa de oporto y setas. De postre compartimos los rollitos de ate con queso, nuez y salsa de maracuyá.
–Mi nombre es Lizbeth Tolentino, soy investigadora en el Instituto Nacional de Salud Pública, y nuestra línea de investigación es sobre obesidad y problemas de salud pública en México.
–Qué bueno, doctora, porque el sobrepeso, la diabetes y la hipertensión son algunos de los graves problemas de salud en los adultos en México, aunque a mí me hacen mucha gracia los gorditos.
–Sí, pero en los niños también ha aumentado la obesidad por el consumo de bebidas azucaradas debido a la gran cantidad de publicidad a la que se expone a nuestra infancia. En un momento dado, pedimos a los vendedores en Coyoacán que no trajeran su mercancía a la salida de las escuelas, pero no se logró nada, porque tampoco los padres de familia vigilan lo que comen sus hijos.
–¿Cuál es el remedio?
–Queremos hacer un programa que controle la venta de alimentos dentro y fuera de los centros educativos que tengan sellos de advertencia por su alta cantidad de azúcar y grasas, pero los niños los compran tranquilamente apoyados por la propaganda y la continua publicidad a la vista de todos y a la salida también todos corren anhelantes a la miscelánea…
–¿La obesidad es un problema sólo de los niños de bajos recursos?
–No, también la población de ricos tiene pasión por las golosinas. Algo muy importante es prevenir enfermedades cardiovasculares o la diabetes, y divulgar que es muy peligrosa. Cada vez tenemos pacientes más jóvenes con diabetes. El doctor Víctor Ríos Cortázar, sentado aquí a mi lado, tiene un proyecto urbano de salud para implantarlo en las escuelas saludables.
–Doctor, ¿qué desea usted para los niños mexicanos?
–Que aprendan a vivir y tomen buenas decisiones y por eso trabajamos dentro de las escuelas para que adquieran conciencia de lo que es su salud y la de su comunidad.
–Saber qué es bueno o malo.
–Sí, y que tomen decisiones en favor de sí mismos y se protejan. No solamente es la alimentación sino lo que va junto con ella: la convivencia, reconocer al otro como alguien que puedo cuidar y me puede cuidar y que entre todos cuidemos de nuestra salud. Ésta se vuelve un asunto de la comunidad, no solo de cada individuo. Creemos que se puede potenciar a los propios niños para resolver problemas como la obesidad y las enfermedades que derivan de ella: la diabetes, la hipertensión, que son los que más afectan a la niñez mexicana. Los adultos que ya tienen el diagnóstico de la obesidad, si van a sus consultas médicas con regularidad, logran un buen control de su enfermedad.
–Pero hay quienes ya se han aficionado a la comida chatarra y rechazan verduras y ensaladas. Un coyoacanense me dijo: “Yo no como pasto”.
–En parte, los jóvenes no tienen un entorno que los favorezca y se llenan de tacos, tortas o fritangas. En México, sólo 33 por ciento de quienes tienen diabetes logran un buen control de su enfermedad, es decir, tres de cada 10 pacientes, aunque ya estén diagnosticados se preocupan por su diabetes.
–¿México es un país de panzones?
–Sí, tenemos 74 por ciento de la población adulta con sobrepeso y obesidad. Entre los niños de primaria, por ejemplo, es cerca de 40 por ciento. Es de los índices más altos del mundo. Si esos niños siguen creciendo así de gordos, muy pronto van a enfermarse de diabetes e hipertensión; lo que llamamos dislipidemias, tiene que ver con el colesterol alto, los triglicéridos que también dan complicaciones de enfermedades cardiovasculares.
–Pero, doctor Ríos, todos los países pobres tienen tendencia a la obesidad por la chatarra que viene del extranjero en bolsas de plástico y somos víctimas de la publicidad que es nuestra madrastra.
–Sí, eso es cierto. A partir de que México entró en el Tratado de Libre Comercio creció la obesidad infantil muy rápido, porque se modificó la alimentación de los hogares mexicanos. En la calle, pulula la comida rápida que suple la sana alimentación, eso sucede hasta en los pueblos más alejados y es una verdadera desgracia.
–Doctora Tolentino, sabemos que un plato de frijoles tiene cantidad de nutrientes. Recuerdo haber dado caldito de frijol a mis hijos muy pequeños; lo mismo sucedió con mis nietos, todos delgados…
–Sí, los frijoles son un alimento de primera, tienen hierro y proteínas. La combinación de maíz con frijoles es muy buena. Por eso ahora la Secretaría de Salud promueve mucho la dieta de la milpa: maíz, frijol, calabaza, flor de calabaza, huitlacoche. La combinación de estos alimentos impide la desnutrición y otras enfermedades.
–Estados Unidos ha producido muchísimos niños obesos de pop corn y leche malteada comidos frente a la televisión.
–El otro componente que daña el organismo es el aumento tan rápido en nuestra costumbre de consumir refrescos. En México es muy alto y los niños copian a los adultos. El promedio de consumo es de 116 litros de refresco al año, por persona.
–¿Cómo se puede corregir este error?
–Los médicos pedimos la participación de la familia y de escuela. Una parte tiene que ver con la información, pero la otra con tener espacios de divulgación para alertar el daño que causan los refrescos embotellados y eso es muy difícil, no existe empresa que lo acepte, nadie quiere saber del daño que causa el azúcar en refrescos. Ser gordo no es sano. Para los médicos un gordito es un niño propenso a una enfermedad grave, aunque le caiga bien a todos. Eso es lo que nosotros trabajamos y por eso publicamos nuestro periodiquito Niño Artillero, que repartimos entre papás y escuelas. Yo laboro en la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco; ahí hicimos el Proyecto urbano de salud. Trabajo mucho con los jóvenes que hacen su servicio social, futuros médicas y médicos que aprenden otro modo de cuidar su salud antes de que la gordura se vuelva una enfermedad, hay que prevenirla a toda costa.
–¿Por qué cree, doctor, que hay tanta afición por los dulces?
–Por la propaganda, el producto mismo tiene jalón y es atractivo al paladar. La publicidad cumple un papel muy importante. Las tiendas de conveniencia están diseñadas para que la gente consuma comida chatarra. También ahí puede uno pagar servicios: la luz, el banco, el teléfono. Acabo de leer que cada 14 horas se abre una nueva tienda que desplaza a la de barrio y los médicos estudiosos de la obesidad los llaman “pantanos alimentarios”. La gente difícilmente encuentra opciones saludables en una tiendita. En cambio, los tianguis o mercados de frutas y verduras son un oasis alimentario, porque ahí sí se pueden encontrar alimentos saludables, frutas y lechugas, apios y rábanos, buenos para nuestra salud.
–Pero, doctor, incluso en pueblitos muy pobres, siempre abunda la comida chatarra en cualquier tendajón.
–Sí, hay que trabajar en dos frentes, uno con las políticas públicas: la de los sellos de advertencia y la prohibición de la venta de dulces en las escuelas. Ese es un frente en el que todos los médicos insistimos. El otro es convencer a los adultos de que son nocivos. Insisto con los alumnos de nuevo ingreso en la “investigación-acción” para regular el consumo de comida chatarra tal como hicieron en Chile, Brasil, Argentina y Uruguay.
–¿Estamos en peligro?
–Siete de cada 10 personas en México, adultos mayores de 20 años, tienen algún problema de sobrepeso; en los niños, cuatro de cada 10. La venta de chatarra se ha incrementado año tras año. Debemos trabajar con niños y adultos para informarles que corren peligro. Si tenemos un buen modelo, lo podemos proponer en todas las escuelas.
Desde el pasado 9 de diciembre hasta el día 30, la Cineteca Nacional y el Instituto Italiano de Cultura en México presentan una amplia retrospectiva del gran cineasta Ettore Scola (1931-2016), quien dejó la carrera de derecho por la escritura de guiones al inicio de los 50 para debutar como realizador en 1964 con Hablemos de mujeres, estrenada por cierto en México en los cines París y Paseo, donde se mantuvo nueve semanas. A lo largo de cinco décadas, Scola realizó más de 40 filmes y fue parte de la transición hacia un cine adulto, moderno y de enorme fuerza política como lo muestran algunas de sus mayores obras: Celos estilo italiano (1970), Nos amábamos tanto (1974) o Un día especial (1977).
En Celos estilo italiano, la pareja de La noche (Michelangelo Antonioni, 1961): Marcello Mastroianni y Monica Vitti más Giancarlo Giannini forman un curioso triángulo amoroso en un filme que pasa de la comedia al drama romántico con instantes tan divertidos como conmovedores. Una historia de amor condenada al fracaso en el ámbito de la clase trabajadora italiana: un albañil con una esposa mucho mayor que él, un pizzero –ambos militantes del Partido Comunista– pasan de ser los mejores amigos a compartir con dolor y culpa a la misma mujer, una bella y soñadora vendedora de flores. Lo que podría prestarse a un relato banal y de fórmula, se trastoca en una diatriba sobre la búsqueda de la felicidad, el amor, la lucha de clases, el proletariado y el espejismo del ascenso social, realizada no sólo con enorme sensibilidad, sino con una serie de arriesgadas e inteligentes transiciones narrativas a lo que se suma una eficaz puesta en escena y una hermosa banda sonora de Armando Trovajoli.
Por su parte, Nos amábamos tanto cuenta la historia de tres amigos enamorados de la misma mujer a lo largo de los años. Pero sobre todo, se concentra en la manera en la que sus ideales de juventud eclipsan con el paso del tiempo y cómo la sociedad de su momento, que deseaban cambiar, los termina por transformar a ellos. Se trata de un sutil drama sobre la frustración; una amarga crónica italiana, desde la posguerra hasta los años 70, por medio de esos tres amigos de izquierdas que lucharon contra los nazis. Vittorio Gassman es el estudiante de derecho que se convierte en un abogado burgués, Stefano Sata el profesor idealista y notable cinéfilo que abandona a su mujer y a su hijo y pierde un concurso de preguntas de cine italiano, y Nino Manfredi, un camillero noble e inculto que conoce en un hospital a Stefania Sandrelli, de quien los tres se enamoran bajo el paisaje de la eterna Roma como fondo.
En la cumbre de su carrera, Scola reunió a fines de los 70 a una de las parejas más fascinantes de la pantalla y, al mismo tiempo, a los más notables divos del cine italiano: Sophia Loren y Mastroianni, en Un día especial, ambientada en el verano de 1938, cuando Hitler visita Roma y la Italia fascista celebra en grande. Alejados del bullicio, dos seres marginados: un periodista homosexual y una ama de casa reprimida, se evaden de la realidad y viven una conmovedora jornada muy particular en un filme de una exquisita belleza y sensibilidad, como lo es también Pasión de amor (1981), una de las historias románticas más intensas y originales sobre la “fealdad” y la “belleza” por parte de un cineasta, autor de otras obras excepcionales como la desquiciante farsa Sucios, feos y malos (1976), o ese recorrido por las corrientes musicales que es El baile (1983), la decadencia de las salas cinematográficas en Splendor (1989) o La terraza (1980), centrada en un grupo de intelectuales alrededor de una tertulia en una calurosa tarde verano.
La retrospectiva Ettore Scola se proyecta en la Cineteca México y Chapultepec. Consultar días y horarios.
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