4/06/2025

¿En qué laboran los trabajadores de la educación?

Fernando Buen Abad Domínguez

Se trata de uno de los trabajos más endemoniadamente difíciles. Parece que es una necesidad permanente recordar el significado del trabajo de quienes se coordinan para atender a la educación que, por cierto, no es cualquier dedicación ni cualquier trabajo. No se puede entender como un hueso, como una mina de oro o como una chamba fácil, porque se trata de uno de los retos más complejos y delicados, extraordinariamente sensibles, en el corazón de las necesidades y de la realidad social, bajo las contradicciones materiales actuales y la lucha de clases.

Es crucial entender el significado del trabajo en la educación, con sus variedades administrativas o académicas, en la estructura de clase y en la reproducción ideológica dominantes. Tiene la responsabilidad de mantener viva la crítica a la educación burguesa, someterla a un examen dialéctico que explique la teoría y la praxis, la estructura y la superestructura, la conciencia y la materialidad. Interpelar permanentemente los problemas de la educación en la reproducción ideológica en una de las instituciones del statu quo, a través de las cuales la clase dominante impone sus condiciones de existencia. Así de crucial y exigente es el trabajo en la educación. Millones de personas bajo su responsabilidad.

Si la clase dominante controla los medios de producción, controla la producción de ideas y la educación es uno de los principales objetivos de tal dominación. En el sistema educativo burgués la educación es un espacio de manipulación del pensamiento y la subordinación de las personas. Desde la infancia, se corre el peligro de ser formateados para aceptar la estructura social de explotación como algo natural. La burguesía ha despojado del aura sagrada a todas las profesiones antes veneradas y las ha convertido en sus simples asalariados ( Manifiesto del Partido Comunista). Es un peligro para cualquier familia que la educación reproduzca la ideología de la clase dominante, que manipula las mentes para insertarlas en su aparato productivo. Así de difícil es el trabajo de quienes educan en semejante escenario de contradicciones.

Desde la primaria hasta la universidad se impone la obediencia, la competitividad y la sumisión a la autoridad como valores individualistas. Esa educación en el capitalismo es instrumentalizada para la reproducción de la fuerza de trabajo: La educación del trabajador, en la medida en que no sea una mistificación ideológica, se limita a la formación de habilidades que lo hagan útil para el capital ( El capital). En el capitalismo, la educación no está orientada al desarrollo integral, sino a la producción de trabajadores mansos y agradecidos.

En los trabajadores de la educación más conscientes habita el compromiso de confrontar la división burguesa incluso entre los propios trabajadores. Como pensaba Marx: El educador mismo debe ser educado ( Tesis sobre Feuerbach). Hay que coordinarse y educarse en la práctica para que esa vocación que quiere formar individuos capaces de desarrollar las capacidades de todos no se debilite ni se derrote. Que la educación no sea una mercancía, es decir, acabar con la privatización y mercantilización del conocimiento. Superar la separación entre teoría y práctica. Defender la certeza de que la educación no puede limitarse a la transmisión de conocimientos abstractos, sino que debe comprometerse críticamente con la actividad productiva y con la transformación de la sociedad.

¿Cómo cambiar la educación sin antes cambiar la sociedad? La educación en el capitalismo no puede ser enteramente liberadora si los trabajadores de la educación están atrapados, cercados o extorsionados por la ideología dominante. Para lograr una educación verdaderamente emancipadora se requiere una revolución social dinámica, impulsada por su propia dialéctica. Aquí, la pedagogía encuentra una de sus misiones más cruciales: formar sujetos críticos que no sólo comprendan el mundo, sino que lo transformen. Lenin pensaba que la escuela proletaria debe educar no sólo trabajadores instruidos, sino revolucionarios ( Sobre la educación proletaria, 1920).

Es un trabajo especialísimo y con muy alta responsabilidad histórica. En la conciencia por una educación emancipada y emancipadora se ve que la coordinación de los trabajadores de la educación no es mera consecuencia ciega de la economía, sino un campo de disputa para la emancipación de la clase trabajadora. Defender a los trabajadores que defienden a la educación, con las tesis y las acciones más conscientes y combativas, debe producir una solidaridad inquebrantable como acto de concienciación y emancipación, porque la educación no cambia el mundo, pero cambia a las personas que pueden cambiar el mundo ( Pedagogía del oprimido, 1968). De ahí la importancia de la coordinación para las luchas magisteriales, los proyectos de educación popular y la construcción de una pedagogía crítica. No hay educación liberadora sin organización colectiva, sin sindicatos combativos, sin resistencia a las reformas neoliberales y a las burocracias que intentan convertir la enseñanza en mercado y a los estudiantes en mercancía. Frente a la ofensiva neoliberal, la educación revolucionaria debe reafirmarse. En las luchas se enseña la historia de las luchas populares, se comprende la economía política y se denuncia a los medios de comunicación como instrumentos de dominación. Como decía José Martí: Ser cultos para ser libres.

Esas luchas de los trabajadores de la educación son trinchera de ideas y conciencia coordinadora. La educación o es praxis o es cadena del oprimido. Así, es en el Zócalo, o en Chiapas, el trabajador de la educación en lucha no se asusta ante el desafío. No olvidemos Ayotzinapa. Temen los burócratas al trabajador de la educación porque estudia y se forma desde el filo de la lucha de clases y la ciencia, contra las burocracias y con salario miserable. Cada lucha de los trabajadores de la educación es una escuela que enseña desde el pueblo y desde la rebelión, enseña a romper las jaulas, enseña revolución. Instrúyanse, porque necesitaremos toda nuestra inteligencia: Gramci, o como escribió Martí: Ser cultos para ser libres. O como clamó Marx: La educación debe ser emancipadora, jamás instrumento de opresión. Que los trabajadores de la educación no cedan es una moral, que no dobleguen su voz es una ética, que no olviden sembrar insurrección es un humanismo nuevo. Porque su lucha es una herramienta del conocimiento y el saber de una revolución extraordinariamente sensible. Tiene sentido.

El Discreto Encanto de Romantizar la Explotación



Por Fernando Buen Abad

Todo sentimiento humano se convierte en mercancía y viceversa. Nos venden emociones de despojo enlatadas y prefabricadas. Amamos consumir porque eso si es sentir, comprar es amar, regalar es redimir

Toda una maquinaria de encantamientos distorsivos se dedica a la romantización de la explotación laboral y el saqueo de recursos naturales. Aquí no deben sonar violines melosos. Han desarrollado mecanismos semióticos sofisticados para enmascarar la violencia inherente a la explotación del trabajo y la naturaleza. Entre sus estrategias más eficaces y odiosas se encuentra la romantización de la explotación y el saqueo presentándola como parte del “progreso”, el “desarrollo” o incluso la “sostenibilidad” y sus tres categorías fundamentales: la fetichización de la mercancía, la ideología y la hegemonía, y la economía política de los medios de comunicación. Por cierto, Pedro Infante cantaba muy “bonito” en “Nosotros los Pobres”.

Quieren que participemos en ese “romance” que se las ingenia para maquillar el fetichismo de la mercancía, y que da dulzura a las emboscadas hasta convertir los productos del trabajo en entidades dotadas de una emoción, aparentemente intrínseca, que oculta de maravilla las relaciones de explotación que los producen. Y celebrar con alegría que se las lleven. Ya nos lo advirtieron hace tiempo: “El carácter misterioso de la forma mercantil consiste, pues, sencillamente, en que refleja a los hombres las características sociales de su propio trabajo como características objetivas de los productos del trabajo mismo, como propiedades sociales naturales de estas cosas” Marx (El Capital, tomo I, cap. 1, sección 4).

Tal amorío, que se aplica a las fuerzas laborales y a las mercancías, también abrasa a la naturaleza. Bosques, ríos y minerales en fuga se convierten en “sentimientos” que, al ser exaltados por el proceso de saqueo, se transforman en bienes afectivos desvinculados de su origen y de la violencia implícita en su secuestro. Así, un diamante deja de ser explotación de las minas africanas y se convierte en símbolo de amor eterno; un “café orgánico” deja de ser el fruto del monocultivo devastador y la miseria campesina y pasa a ser parte de una experiencia emocional “auténtica”. Cada mañana, tarde y noche.

Toda esa “vocación” romatizadora del saqueo, expresa la ideología dominante que no se impone únicamente por la fuerza, también se naturalizan con la colaboración de las víctimas. Síndrome San Valentín de Estocolmo. “La conquista del poder cultural precede a la conquista del poder político” Gramsci (Cuadernos de la cárcel, 1930-1935). Esa romantización se adorna con relatos de superación, aventura o incluso heroísmo. La extracción petrolera es presentada como una “hazaña tecnológica” que nos hace sentir orgullosos; los mineros son exhibidos como trabajadores orgullosos de su rol en el “desarrollo” del país.

En sus mercados ideológicos venden el concepto de “vocación”: el Amazonas tiene “vocación” agrícola, la Patagonia tiene “vocación” minera, el Ártico tiene “vocación” petrolera. Con ayuda de sus laboratorios de guerra semiótica han refinado estrategias de legitimación que opera centralmente en la reproducción ideológica del amor por la derrota. “La comunicación no es nunca neutral; forma parte de la lucha de clases y es un espacio estratégico de la hegemonía” Mattelart (Para leer al Pato Donald, 1971).

Ahora resulta que hay un “capitalismo verde”, multinacionales como Shell o Coca-Cola han lanzado campañas emocionantes que promueven su imagen de “sostenibilidad”, para tapar su depredación. Algunos comercian también con sus “programas de reforestación”, y financian documentales sobre el cambio climático para obtener ganancias y subsidios. El capitalismo que destruye el planeta se presenta como un salvador que también comercia con lo destruido. Nada es gratis. Nosotros crecimos con “Pepe el Toro”, enternecidos por la musicalización de la miseria. Ellos ganaros fortunas. No compremos más su mito del “progreso” y la “civilización” como justificación del saqueo. Que no nos vendan la explotación como proceso “natural” e inevitable, ni la expropiación de tierras y recursos, disfrazado de “proyecto civilizatorio”. No más héroes empresarios que “dominan la naturaleza”. “El capitalista no es más que capital personificado (…). Su alma es el alma del capital”.

Esa romantización además, suele estar embebida en todo género de cursilerías adornadas con un aura sentimental, impostada, que transforma en sentimientos contradictorios, las relaciones de explotación que lo producen. No basta con vender un diamante, y todo el trabajo que lo convierte en mercancía, hay que mitificarlo como el testimonio eterno del amor verdadero; un perfume no es un simple líquido aromático, sino la esencia de la personalidad y la seducción; un automóvil no es un medio de transporte, es trance de aventuras y libertad. “El capitalismo no sólo vende productos, vende mundos simbólicos en los que las mercancías son la clave de acceso a la felicidad” Mattelart. (Historia de la sociedad de la información, 2002).

Todo sentimiento humano se convierte en mercancía y viceversa. Nos venden emociones de despojo enlatadas y prefabricadas. Amamos consumir porque eso si es sentir, comprar es amar, regalar es redimir. Son sinceros afectos por afectos manipulados. Su romantización contribuye a la construcción de una falsa conciencia, que también ofrecen la ilusión de compromiso moral con quien saquea al planeta mientras se apropia del plus-producto. Desmantelar la romantización de la explotación y el saqueo implica despojar al capitalismo de sus relatos sentimentales para exponer con toda crudeza el circo sensiblero a que hemos sido sometidos con toda su crudeza mercenaria. Desmontar su sentimentalismo impostado y devolver el protagonismo a las relaciones sociales. No más trabajo, y materia prima, esquilmados como si fuese una “historia de amor”.

Trumpismo e incertidumbre



Cada día, el trumpismo avanza en diversos frentes. No se de­tiene. Lo hace demoliendo los viejos paradigmas del libre co­mercio y los derechos humanos. Lo mismo fija aranceles al acero y al aluminio que a la industria automotriz, abroga los programas de cooperación al desarrollo, deporta a indocumentados ve­nezolanos a cárceles salvadoreñas, com­bate el wokismo y empuja un nuevo orden mundial basado, como nunca, en la primacía de los intereses estadunidenses y sus valores nacionales.

Se trata, según explica el filósofo ruso cercano al fascismo Alexander Dugin, en el libro La revolución de Trump, de un nuevo orden de grandes potencias que ha pisoteado, derrotado y remplazado al globalismo. Según él, nos encontramos ante un nuevo multilateralismo que nada tiene que ver con el de Rusia, China o el BRICS, sino con una versión más fría, cínica y dura de multilateralismo.

Trump quiere frenar el declive de la manufactura y reindustrializar Es­tados Unidos (EU) más allá de las ventajas comparativas y el bajo costo de la fuerza de trabajo, trasladar las plantas automotrices a su país y, como ha explicado Yanis Varoufakis, conmocionar a los bancos extranjeros y hacer que reduzcan los tipos de interés nacionales.

Esta avasalladora ofensiva ha provocado que la inestabilidad, el caos, la incertidumbre y la confusión previas, crezcan y adquieran nueva dimensión. El embrollo por la crisis del capital mundial (y la civilización de la modernidad), que arranca con la crisis financiera de 2007-08, y rebota con la recesión de 2020-22 provocada por el covid-19, en el que se condensaba un cúmulo inimaginable de desajustes estructurales del sistema, se ha exacerbado.

La mezcla de confusión e incertidumbre generada por el choque permanente entre, por un lado, el requerimiento de reformar el capitalismo hacia formas más estables y dinámicas, y, por el otro, la compulsión a conservar sin modificar mecanismos obsoletos de extraer ganancias extraordinarias, haciendo a un lado requerimientos demográficos, necesidades tecnocientíficas y conservación ambiental, se han vuelto más desconcertantes.

El trumpismo está decidido a hacer volar por los aires cualquier regulación ambiental contra el uso de combustibles fósiles para controlar el calentamiento global. Mientras, el capital digital de Silicon Valley no ha dudado en aliarse a fondo con el nuevo inquilino de Washington. Grandes empresarios antes enfrentados sobre la forma más adecuada de gestionar el capitalismo, hoy convergen en su apoyo a Trump. Empeñado en hacer de los migrantes un demonio interno al que culpar de todos los males, el nuevo gobierno ha instaurado el reino del terror entre quienes aspiran a vivir el sueño americano.

Simultáneamente avanza en su guerra fría contra China, descobija a la Unión Europea en su aventura en Ucrania, se enoja con Putin, mueve sus fichas para hacerse del control de Groenlandia y el Canal de Panamá, ataca Yemen, escala la agresión contra Venezuela, al tiempo que exacerba el clima de terror dentro de EU contra universidades y activistas pro Palestina y aprieta las tuercas a la prensa tradicional. Sin exagerar, cada vez que Trump lanza una bravata, por más absurda que parezca, sus piezas avanzan en el tablero.

Aunque no ha expresado su deseo de que México se convierta –como ha dicho de Canadá– en el estado 51 de EU –quizás porque no sabría que hacer con los mexicanos–, lo que sucede acá es tratado, cada vez más, como cuestión de política interna estadunidense. Así es, al menos, con la seguridad de la frontera, el fentanilo y los políticos ligados al narcotráfico.

La complejidad y dudas sobre el futuro inmediato de la relación binacional van más allá de los plazos para que entren en vigor los aranceles generales o de la industria automotriz instalada en territorio mexicano, que Trump desea que migre a su país. Su ofensiva rebasa lo económico.

Parte de esta nueva incertidumbre proviene de los choques de hace años entre la 4T y funcionarios que hoy son claves en la administración trumpista. No está claro si estos pulsos quedaron atrás o esperan su momento de cobrarse. Más allá de las declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la defensa de la soberanía nacional, generan inestabilidad. Sobresalen dos.

Marco Rubio, hoy secretario de Estado, criticó al entonces presidente Andrés Manuel López Obrador. Cuando en 2022 el mexicano no fue a la Cumbre de las Américas declaró: Me alegra ver que el presidente mexicano, que ha entregado secciones de su país a los cárteles de la droga [...] no estará en Estados Unidos. López Obrador respondió en una mañanera emplazando a Rubio y al senador Ted Cruz, a presentar pruebas. Los acusó de hablar sobre derechos humanos, pero destinar 40 mil millones de dólares de armas para Ucrania.

Al frente de la Oficina para el Control de Drogas de EU se encuentra Terry Cole, quien fue hasta 2020 jefe regional para México, Canadá y Centroamérica. En 2020, dijo al portal Breitbart News (https://shorturl.at/zmq8j) que en México los cárteles trabajan en todos los niveles de fabricación, transporte y distribución de drogas “mano a mano con altos funcionarios de gobierno […]. Es difícil saber quién es quién a la hora de lidiar con los cárteles, si son policías, militares o funcionarios federales”. En octubre de 2024, afirmó: Vemos cómo México se convierte en campo de entrenamiento para el terrorismo.

El proyecto trumpista de redefinir las fronteras y las reglas de la economía y la política internacional hacen que nuestro futuro inmediato esté atravesado por el caos, inestabilidad, incertidumbre y confusión. Nuestro país no es la excepción.

X: @lhan55

En medio de la tormenta Sheinbaum crece y se fortalece

Pedro Mellado Rodríguez


La mandataria mexicana ha enfrentado el reto monumental de resistir los impredecibles humores del Presidente de la Nación más poderosa de la Tierra, pero también la más abusiva y depredadora. Ha actuado con mucha paciencia, inteligencia y juicio sereno, frente a los groseros desplantes e impredecibles caprichos de Donald Trump.

No ha sido una travesía fácil, pues en medio de la tormenta y de la incertidumbre, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo cumplió su primer semestre al frente de la República, sin que la nave sufra quebrantos serios que puedan comprometer su navegación. La mandataria mexicana ha enfrentado el reto monumental de resistir los impredecibles humores del Presidente de la Nación más poderosa de la Tierra, pero también la más abusiva y depredadora. Ha actuado con mucha paciencia, inteligencia y juicio sereno, frente a los groseros desplantes e impredecibles caprichos de Donald Trump.

El pendenciero del barrio busca permanentemente alguien con quien pelear y la Presidenta de México no le ha dado el gusto de desahogar con ella, y con nuestro país sus más grotescas y delirantes obsesiones. El hombre naranja ya le declaró la guerra comercial hasta a sus propios socios, aliados y presuntos amigos, corroborando una vez más que Estados Unidos o por lo menos su actual administración, no es un aliado o socio confiable y serio. Bueno, serio sí, pero sólo en el terreno de las calamidades.

Mientras tanto, en México la realidad camina por dos vías muy bien determinadas. La que incluye a la mayoría del pueblo, que respalda al Gobierno de la Cuarta Transformación y confía en su Presidenta, y esa otra realidad virtual de algunas redes sociales, y en particular de la más canalla de todas, en donde los desahogos de la oposición, de las “Personas X” -mujeres y varones-, y particularmente de la derecha más recalcitrante, misógina y odiadora, interpretan un coro delirante que presagia el fin de los tiempos para la actual administración.

Pero ninguna de las previsiones más catastrofistas se ha cumplido. Tampoco ha permeado el ánimo de la mayoría del pueblo ese sentimiento de fracaso y de derrota que carcome las fibras más íntimas y sensibles de una oposición que pretendería medrar con el derrumbe del Gobierno, y que predica en el desierto porque a muy pocos o a casi nadie le importa.

Las dos mediciones del ánimo del pueblo más recientes son muy ilustrativas de lo que percibe la mayoría de la gente. El pasado lunes 31 de marzo del 2025 la consultora Enkoll publicó un trabajo demoscópico patrocinado por el periódico español El País y por el grupo W Radio, en el cual el 82 por ciento de los mil 202 entrevistados, en hogares, cara a cara, declaró que aprobaba la gestión de la Presidenta Sheinbaum. Incluso cuando se le pregunta a la gente si tiene confianza en la forma como la Presidenta lleva la complicada relación con Donald Trump, el 68 por ciento afirma que en ese terreno también la respalda.

La encuesta también mide el ánimo de la sociedad. En la encuesta de Enkoll, un 67 por ciento considera que desde que Sheinbaum asumió la Presidencia la situación del país ha mejorado o sigue igual de bien. Aunque un 28 por ciento no comparte esa idea. Sin embargo, el 46 por ciento reclama que la inseguridad y la delincuencia siguen siendo los principales calamidades del país, percepción que aumentó del 37 por ciento en diciembre del 2024 a marzo del 2025.

Pero hay un dato que muestra que por lo menos la oposición formal, la que está vinculada a los partidos tradicionales, sigue hundida en el abismo. Mientras el 50 por ciento de la gente expresa que se identifica más con Morena; apenas el 13 por ciento menciona al PAN; el ocho por ciento a Movimiento Ciudadano y el siete por ciento al PRI. Para desgracia de la autollamada “resistencia”, Enkoll registra que un 12 por ciento de los encuestados se declara “apartidista”.

Menos detallada, la encuesta que el periódico El Financiero publicó el reciente martes 1 de abril del 2025, también muestra la fortaleza de Claudia Sheinbaum pues el 83 por ciento de las 900 personas encuestadas telefónicamente dice que aprueba los primeros seis meses de gestión de la mandataria morenista.

Pese a la alta aprobación que refleja la encuesta de El Financiero, hay dos renglones torcidos en el Gobierno de Claudia Sheinbaum que la gente le reclama: el 60 por ciento considera que no está actuando con firmeza y eficacia contra la corrupción, en tanto que el 69 por ciento percibe que no se está haciendo lo suficiente para combatir y desmantelar al crimen organizado.

El ánimo general de la población no se ha modificado sustancialmente en los más recientes tres meses, si tomamos como referencia la encuesta que el periódico El Financiero publicó el jueves 2 de enero del 2025, al cumplirse el primer trimestre de la Administración de Sheinbaum, cuando el 87 por ciento expresó que veía con mucho optimismo el 2025 bajo la conducción de la Presidenta. El 66 por ciento consideró entonces que en particular la economía mejoraría este año y el 64 por ciento apostó a que en materia de seguridad habría avances.

Pero si tomamos como referencia la encuesta publicada por la consultora Enkoll el jueves 9 de enero del 2025, cuando la Presidenta tuvo una aprobación del 80 por ciento, vemos que en el segundo trimestre de su mandato incremento la buena disposición de la gente con respecto a su trabajo, al aumentar la aprobación en dos puntos porcentuales. De esa misma temporalidad, miércoles 8 de enero del 2025, es la encuesta de la consultora De las Heras-Demotecnia, que atribuye a la Presidenta un respaldo del 80 por ciento, en un ejercicio demoscópico en el cual se entrevistó a mil personas en todo el país, en vivienda, cara a cara.

Una vez que pasen los apuros y las presiones de la negociación con el Gobierno de Donald Trump, la Presidenta tendrán tiempo para atender otras importantes tareas, como profundizar sus afanes en el combate a algunos vicios que perjudican la imagen de su Gobierno y de su partido: el nepotismo y la perniciosa corrupción, calamidades en las que se amparan algunos caciquismos dentro de las mismas filas del oficialismo. Y por supuesto, habrá tiempo para que la mandataria combata los abusos y despilfarros que se cometen con el dinero de los contribuyentes en el financiamiento de partidos políticos y de la reelección de políticos que en poco o nada contribuyen a enriquecer la vida pública y democrática del país.

Pedro Mellado Rodríguez

Periodista que durante cinco décadas ha sido un acucioso y crítico observador de la vida pública en el país. Ha cubierto todas las fuentes informativas y ha desempeñado todas las responsabilidades posibles en medios de comunicación. Ha trabajado en prensa, radio, televisión y medios digitales. Su columna Puntos y Contrapuntos se ha publicado desde hace cuatro décadas, en periódicos como El Occidental, Siglo 21 y Mural, en Guadalajara, Jalisco. Tiene estudios de derecho por la Universidad de Guadalajara y durante una década fue profesor de periodismo en el ITESO, la Universidad Jesuita de Guadalajara. Es autor del libro Las Naves Nodrizas de la Comunicación y el Periodismo (Taller Editorial La Casa del Mago, Guadalajara, 2022).

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Prensa México domingo 6 de abril de 2025



LA JORNADA
Creciente malestar en EU por las desiciones económicas de Trump

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump prometió que su "revolución económica" producirá resultados históricos para los estadunidenses. Los comentarios los hizo ayer, día en que entró en vigor el arancel mínimo de 10 por ciento que impuso sobre gran parte de los productos que ingresan a Estados Unidos desde el resto del mundo, como un mazazo al comercio global.

"China ha sido golpeada mucho más fuerte que Estados Unidos, no están ni cerca", dijo en una publicación en su plataforma Truth Social. "Esto es una revolución económica, y ganaremos. Resistan, no será fácil, pero el resultado final será histórico", aseguró y agregó que sus políticas económicas están "trayendo de regreso empleos y empresas como nunca antes".

Poco después de publicar el comentario, Trump fue visto llegando a su Trump National Golf Club en Jupiter, Florida, leyendo un artículo del New York Post sobre las represalias de China a los aranceles estadunidenses y la caída de la bolsa.

Por su parte, Elon Musk, mano derecha de Trump, aseguró este sábado en Roma, donde se reunió con el viceprimer ministro de Italia, Matteo Salvini, que espera que Estados Unidos y Europa puedan crear "una zona de libre comercio entre Europa y América del Norte". En una llamada entre los mandatarios de Francia y Reino Unido, Emmanuel Macron y Keir Starmer, estuvieron de acuerdo en que "una guerra comercial no beneficia a nadie".

Cambio sísmico

El arancel inicial "de base" de 10 por ciento pagado por los importadores estadunidenses entró en vigor en los puertos marítimos, aeropuertos y almacenes aduaneros de Estados Unidos en el primer minuto de este sábado, marcando el comienzo del rechazo total de Trump al sistema posterior a la Segunda Guerra Mundial de tasas arancelarias mutuamente acordadas.

"Esta es la mayor acción comercial de nuestra vida", dijo Kelly Ann Shaw, abogada comercial de Hogan Lovells y ex asesora comercial de la Casa Blanca durante el primer mandato de Trump, y agregó: "es un cambio bastante sísmico y significativo en la forma en que comerciamos con todos los países del planeta".

Entre los primeros países afectados por el arancel de 10 por ciento se encuentran Australia, Reino Unido, Brasil, Colombia, Argentina y Arabia Saudita, a pesar de que el año pasado registraron déficits comerciales con Estados Unidos.

CONTRAPORTADA
Inevitable, el aumento de migración a gran escala a la CDMX 

El aumento a gran escala del flujo de migrantes en las grandes urbes, como la capital, "es inevitable" debido a las complejas realidades económicas, sociales y ambientales de sus países de origen, por lo que uno de los principales retos en materia de planeación urbana y territorial es su inserción dentro del tejido citadino, señala un documento elaborado por el Consejo Económico y Social de la Ciudad de México.

Lo anterior implica que las autoridades deben tratar de proveer vivienda, servicios, infraestructura y áreas de integración social a esa población ante la consolidación de asentamientos informales en plazas y parques, sobre todo en alcaldías como Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza y Tláhuac.

El dictamen denominado Nuevas migraciones en la Ciudad de México, cuyo propósito es ofrecer propuestas para la integración socioambiental de los extranjeros, señala que tan sólo en 2023 llegaron 48 mil personas procedentes de distintos países, de las cuales 28 mil obtuvieron una residencia temporal o permanente, mientras 20 mil recibieron un documento que les da un estatus de visitante por razones humanitarias.

En su diagnóstico, destaca que los campamentos migrantes han generado situaciones de conflicto y hostilidad que detonan disputas entre grupos sociales. "Por esto el espacio público se transforma en un escenario donde se observa que su apropiación por parte de la población residente y migrante converge en intereses particulares y no fomenta la integración de distintos grupos, la identidad y la cohesión social".

De esta manera, además de una gran cantidad de migrantes internos provenientes principalmente del sur y sureste del país que buscan mejores oportunidades laborales, educativas y de vida, la Ciudad de México también es destino de gente proveniente de diversas partes del mundo, sobre todo de América Central, Venezuela, Haití y, en menor medida, de África y Asia.

EL UNIVERSAL
Médicos residentes, entre maltrato, acoso y abusos

 Un grupo de médicos residentes de la especialidad de neurocirugía dieron consulta, por horas, con un vendaje en la cabeza en un hospital público del Estado de México. “Mañana, pase de visita con capelina. Como una verdadera cofradía. Todos”, les había ordenado el médico titular de la especialidad a través de WhatsApp en el 2021. Aquel vendaje que suele colocarse en personas con heridas en la cabeza no era para un paciente, funcionaba como uno de los muchos castigos que el médico, profesor titular, les propinó durante su residencia médica. “Nos ordenaron dar el servicio así, frente a todos. La humillación se fue haciendo más fuerte. Les daba risa, el titular se sacaba fotos, él sin vendaje y nosotros con el vendaje puesto”, recuerda Samuel, uno de los doctores afectados y a quien se le cambió el nombre en este reportaje para proteger su identidad.

Los residentes son médicos certificados, en algunas ocasiones han cursado años de entrenamiento antes de llegar a una especialización como neurocirugía. Son trabajadores reconocidos por la Ley Federal del Trabajo y estudiantes respaldados por instituciones educativas como la UNAM, el IPN, entre otras universidades públicas y privadas. Sin embargo, sus derechos humanos y laborales suelen verse afectados durante el periodo de especialización, dejando secuelas como problemas de salud mental, adicciones y un ciclo de violencia que impacta también a usuarios del sistema, señalan afectados y especialistas consultados.

Este grupo de residentes de neurocirugía, por ejemplo, llegó a tener jornadas laborales de hasta 120 horas consecutivas, cinco días durmiendo en el hospital, sin acudir a su casa y con una alimentación deficiente, con apenas ocho horas para visitar su hogar, asearse y descansar antes de volver y repetir el ciclo, asegura uno de los denunciantes. Su labor no era así de demandante por sí misma, obedecían las órdenes del titular del curso, el responsable de la planeación, conducción y evaluación de la residencia médica, la figura que tenía en sus manos su futuro profesional.

En los chats de WhatsApp a los que se tuvo acceso para este reportaje, aún hay rastros de las órdenes. Mensajes a altas horas de la noche en los que les pedía comprobar que nadie había salido del hospital. “Te quedas todo el fin de semana por llegar tarde. Me mandas selfie cada 4 horas”. “Me hacen quedar como pendejo, se quedan de guardia todos”. “Me mandan foto de todos a las 11 pm, a las 3 am y a las 5 am”. Los médicos estudiantes se tomaban fotografías juntos en respuesta; también eran obligados a enviar su ubicación en tiempo real.

Hubo quejas ante la jefatura de enseñanza del hospital, la jefatura a nivel nacional y ante el Órgano Interno de Control de la dependencia (OIC), pero finalmente se desestimaron. La autoridad determinó que no había elementos suficientes para sancionar. Tras las quejas, Samuel fue dado de baja injustificadamente de la residencia médica, luego de levantar la voz por los abusos que pusieron en riesgo su salud física y mental. 

EXCÉLSIOR
Crímen y servidores, aliados en despojos 

Autoridades del Estado de México tienen detectada una red de servidores públicos, entre ellos algunos trabajadores del Instituto de la Función Registral, que vende información a integrantes de bandas criminales para el despojo de casas, departamentos o terrenos.

Los datos, de acuerdo con una investigación a la que tuvo acceso Excélsior, se refieren a viviendas en abandono o con rezagos en el pago de predial. Con este antecedente, los grupos delictivos se apoderan de estas propiedades con invasiones o rentándoselas de manera ilegal a terceros, a un menor costo que en el mercado formal. Además, les ofrecen la “garantía” de que, si llegan a tener algún problema, la organización los defenderá.

En estas redes también están involucrados jueces y funcionarios del Poder Judicial del Estado del México. Incluso, un juzgador y un secretario judicial están presos por trabajar dentro de un cártel inmobiliario que operaba en los municipios de Nicolás Romero y Coacalco.

La Fiscalía mexiquense sigue la huella al menos a dos docenas de grupos delictivos dedicados a los despojos en zonas de distinta plusvalía, desde Valle de Bravo hasta Chalco.

Entre ellos está el llamado “sindicato” 22 de Octubre, ligado al caso que derivó, el pasado el 1 de abril, en el asesinato de dos hombres, presuntos invasores de una vivienda, a manos de Carlota “N”, de 73 años, y sus hijos.

En el caso particular de la agrupación 22 de Octubre, se tienen registros de que, además del despojo de inmuebles, se dedican a la extorsión y al control de bicitaxis en los que presumiblemente trafican drogas, al estilo de la banda que encabezó El Ojos en Tláhuac, en la Ciudad de México.

EL HERALDO
'Esto es una revolución económica'

Un estadio superior al neoliberalismo, con 0% de aranceles en el comercio mundial es la apuesta de fondo del presidente estadounidense Donald Trump.

Su política de aranceles recíprocos responde a esa visión del magnate para que los gobiernos de los Estados-Nación se hagan completamente a un lado en materia de intercambio de bienes, productos y servicios para instaurar el imperio de la competitividad, donde el magnate cree llevar ventaja.

Es decir, que el capitalismo salvaje que representa el neoliberalismo dé un salto cualitativo y cuantitativo hacia un supra liberalismo que vuelva obsoleto al Estado como máximo ente regulador de las economías locales, y se convierta en mero instrumento facilitador de ese modelo económico y mercantil.

Ya lo dijo con todas sus letras el consejero superior de Trump, Elon Musk, al comentar sobre su idea de la relación que deben llevar Estados Unidos y Europa: “a mi parecer, idealmente deberían avanzar hacia una situación de aranceles nulos, creando una zona de libre comercio entre Europa y Norteamérica”. Por eso Trump habla de que su bombardeo arancelario es “una revolución económica” que “vamos a ganar”, y pide a los estadounidenses mantenerse firmes ante los efectos adversos que está provocando.

“No será fácil, pero el resultado final será histórico. ¡Vamos a hacer que Estados Unidos sea grande otra vez!”, arenga Trump, en la convicción de que ningún país soportará esa agresiva carga impositiva y cederán ante sus intenciones de eliminar cualquier tipo de gravamen.

Porque en su idea de mundo perfecto, el magnate y su asesor buscan que la acumulación de riqueza se concentre principalmente en su país, restaurando el prestigio del Made in USA, que cayó prácticamente en desuso con el boom de la globalización. 

Pero el efecto logrado por Trump hasta ahora ha resultado todo lo contrario. En apenas 48 horas, el mercado bursátil de su país perdió 6.6 billones de dólares, equivalentes a tres veces el tamaño de la economía mexicana. Además, le estallaron protestas masivas en los 50 estados de su país, repudiando su política arancelaria. 

Por otra parte, China, el gigante asiático, más allá de acobardarse, le aplicó el ojo por ojo, imponiendo un arancel de 34% a productos estadounidenses, y la Unión Europea, conformada por 27 países, dará a conocer su respuesta a Trump el próximo miércoles. Contrario a su objetivo, el mundo parece estar inclinándose por regionalizar el libre comercio, en aras de mantener las reglas mercantiles y económicas que se impulsaron y se expandieron desde la década de los 70. 

EL SOL DE MÉXICO 
Repatriarán mil migrantes por semana 

El gobierno de Claudia Sheinbaum contempla repatriar por vía aérea a un promedio de mil migrantes a la semana en 11 vuelos nacionales e internacionales, de acuerdo con una licitación que el Instituto Nacional de Migración (INM) lanzó para encontrar al proveedor que devuelva a sus lugares de origen a los indocumentados que están siendo deportados por la administración de Donald Trump y aquellos que son detenidos en su paso por México.

La contratación generará un gasto de más de 900 millones de pesos a nuestro país en lo que resta del año, considerando que una aeronave comercial tiene un costo de entre seis mil y ocho mil dólares (entre 120 mil y 160 mil pesos al tipo de cambio actual), por hora de vuelo, de acuerdo con las estimaciones de la licitación.

Entre las especificaciones, la oferta subraya que el proveedor deberá contar con aeronaves suficientes para “ejecutar un mínimo de 11 vuelos chárter semanales, los cuales podrían incrementarse de acuerdo con las necesidades”. Cada vuelo deberá transportar un mínimo de 99 personas y los aviones tendrán, además, estar disponibles las 24 horas del día.

También deberá contar con hangares y talleres propios o rentados; así como con el personal técnico aeronáutico capacitado para el servicio solicitado. “Los servicios nacionales e internacionales serán solicitados por el Instituto con base en las necesidades debido al incremento en los flujos migratorios; así como para evitar hacinamientos en las estaciones migratorias y estancias temporales”, dice el documento al que El Sol de México tuvo acceso.

Además considera que el servicio ayudará a coadyuvar en la atención de rescates masivos y de las caravanas, así como en los acuerdos que se alcancen con otros países para el retorno seguro, digno y ordenado de los migrantes. “La presente contratación tiene por objeto proporcionar un servicio digno de transportación vía aérea para personas migrantes extranjeras y mexicanas en condición de movilidad y deportados”, subraya.

PIE DE PÁGINA 
La UNAM busca desmovilizar a estudiantes

En medio de un ambiente político tenso al interior de la UNAM, el Consejo Universitario, máximo órgano de gobierno, aprobó un cambio en el artículo 15 del Reglamento del Tribunal Universitario, el cual busca implementar la suspensión o expulsión de alumnos y académicos que incurran en “actos vandálicos” en los planteles de la institución, así como de quienes participen en narcomenudeo.

Estudiantes, trabajadores, académicos e incluso una parte del Consejo Universitario advierten que esta medida atenta contra la libertad de manifestación, debido a la falta de claridad para distinguir entre lo que se considera un acto vandálico y el derecho a protestar.

Esta es la primera modificación que se realiza al documento desde su creación en 1945, y forma parte de una serie de cambios impulsados durante la administración de Lomelí al frente de la institución.

Reforma surge en medio de protestas

La reforma se da en un clima político marcado por la intención de las autoridades universitarias de reestructurar el Tribunal Universitario, endureciendo las sanciones contra quienes participan en protestas.

Por otro lado, las movilizaciones estudiantiles no cesan. A raíz de la exigencia de implementar comedores subsidiados por la universidad, han salido a la luz otras problemáticas dentro de la comunidad.

Las demandas siguen siendo las mismas: un alto a la represión ejercida desde la rectoría —a través de grupos de choque, como los porros, presentes en distintas facultades—, la eliminación de cuotas en posgrados, el respeto al derecho a la protesta sin represalias, mayor seguridad y la democratización de la universidad.
La comunidad se moviliza

Frente a los intentos de la UNAM por desmovilizar a los estudiantes, estos han marchado hacia los edificios administrativos para exigir soluciones, además de bloquear vialidades aledañas a Ciudad Universitaria como muestra de descontento ante las decisiones de las autoridades.

Además, facultades como Ciencias Políticas y Ciencias, en Ciudad Universitaria, estallaron paros de labores después de masivas asambleas. Estas protestas se suman a otras que suceden en otras partes del país, como en la Escuela Nacional de Estudios Superiores en Mérida, Yucatán, y Colegios de Ciencias y Humanidades. 

REFORMA
Falta, hasta papel! a juzgados federales 

 Juzgados y tribunales federales de varias entidades del país carecen desde hace meses de impresoras multifuncionales útiles, tóner y papelería, al grado que algunos han acordado notificar sus acuerdos y sentencias sólo por la vía electrónica.

Por ejemplo, en Ciudad Judicial Federal de Jalisco, los trabajadores advierten de un colapso inminente, ya que el problema afecta prácticamente a toda la sede, donde hay alrededor de 40 juzgados y 30 tribunales, además de oficinas administrativas.

“Toda Ciudad Judicial Federal tiene este problema de falta de insumos. Los más importantes, y que son con los que trabajamos día a día, es el papel, el papel que, pues, se nos ha venido reduciendo la dotación”, sostuvo Fernando López, Magistrado del Cuarto Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo.

Aunque cada órgano judicial tiene sus impresoras asignadas, no todas son funcionales. Por ejemplo, en el tribunal donde labora López cuentan con ocho dispositivos, pero cinco están descompuestos.

“Otro problema fuerte es el de las impresoras, la verdad es que nos dificulta mucho el trabajo, porque, pues, por el uso mismo de estos artefactos, normalmente en cierto momento se descomponen, pero el problema es que no hay quién lo repare”.

El Magistrado agregó que hay trabajadores que llegan antes del horario oficial de labores para “ganar” una impresora. Otros optan por poner de su bolsa para comprar lo que falta.

También hay carencias de productos de limpieza y garrafones de agua; además, advierten problemas de mantenimiento en baños, aire acondicionado y elevadores.

La falta de insumos, indicó el Magistrado, comenzó este año.

“Esto es algo inédito, la verdad es que nunca habíamos tenido esos problemas, siempre se cubrían todas las necesidades de cada tribunal, pero fue a partir de este año, precisamente con motivo de la reducción del presupuesto asignado”, señaló.

UNOMASUNO 
EE.UU renegociaría con México sector energético en el T-MEC 

Estados Unidos revisará «prácticas discriminatorias de México en el sector energético» en renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

En el resumen ejecutivo del Informe al Presidente sobre la política comercial «Estados Unidos Primero», publicado por la Casa Blanca, se menciona que «según la Ley de Implementación del T-MREC, el Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) está obligado por ley a iniciar el proceso de revisión antes de la fecha límite de julio de 2026».

El postfascismo francés y sus secuaces mundiales

  Héctor Alejandro Quintanar

A las extremas derechas les resulta imposible pensar al mundo sin fantasmas amenazantes y sin una presunta alianza mundial que quiere acosarles.

sinembargo.mx

El 31 de marzo pasado, un Tribunal francés declaró culpable a Marine Le Pen por el cargo de malversación de fondos europeos para favorecer a su partido político, llamado Agrupación Nacional, y que es un engendro de la ultraderecha posmoderna en Francia. Hija del líder post-fascista Jean Marie Le Pen, fallecido el año pasado, y heredera del grupúsculo “Frente Nacional”, fundado en 1973, la política condenada representa a una corriente de pensamiento enmarcada en la frustración de una Francia poscolonial, que se tomó como agravio el derecho a la independencia de países que tenía subyugados, como Argelia, y que añora a una Patria blanca y cristiana, como si el reloj del mundo se volviera al siglo XVIII.

Marine Le Pen encabezaba hasta hace unos días a un partido que, peligrosamente, ha avanzado demasiado en el escenario político francés desde 2002, cuando su desorbitado padre, de manera inédita, llegó a la segunda ronda electoral frente a Jacques Chirac, personaje que, en esa coyuntura peligrosa, recibió el apoyo tanto de las derechas moderadas como de las izquierdas para evitar el triunfo del post-fascismo.

La historia hacia hoy es distinta. Marine le Pen representa a ese sector político de valores retardatarios, supremacistas y antidemocráticos, que, sin embargo, ha sabido jugar con las reglas electorales. Como dicen los historiadores Enzo Traverso y Federico Finchelstein, si antes el fascismo se abría paso mediante la violencia y le era esencial la construcción de una dictadura, las extremas derechas posteriores a 1945 han sabido adaptarse al terreno de la competencia comicial, donde, destacadamente, en la geografía europea han tenido un éxito alarmante en el Siglo XXI. El grupúsculo político de Marine le Pen es un caso notorio en este sentido.

La condena a Le Pen implica la posibilidad, con la salvedad de que se revise su caso, de que no pueda competir por ningún cargo público en Francia en los próximos cinco años, y está vigente la posibilidad de que purgue sanción en prisión. En este proceso, sobresale el hecho de que eso parece un freno momentáneo al ascenso post-fascista francés. Y las reacciones de las estridentes voces de la extrema derecha mundial son dignas de exhibir.

Le Pen, tal como lo hizo Javier Milei en las semanas recientes con su estafa piramidal que afectó a miles de argentinos, es una muestra de que en las derechas la corrupción es una indigna moneda corriente. Muy propia de las visiones para quienes la política y el Estado son una plataforma economicista, o sea de negocios personales a costa de lo público, donde sobrevive el más apto, o sea el que menos escrúpulos tenga.

Pero más allá de eso, la solidaridad que recibió es reveladora. Salvo el partido de extrema derecha Alternativa por Alemania, el post-fascismo europeo se volcó en favor de Le Pen, acusando que la condena por esta corruptela es un ataque a la democracia. En esa tesitura hablaron el líder húngaro Víktor Orbán, la musoliniana Giorgia Meloni, o el partido franquista y negacionista español Vox, con Santiago Abascal a la cabeza. Resulta curioso que los supremacistas que desprecian las diferencias y que no pueden ganar sin recurrir a campañas tramposas, como hizo Vox al acusar al partido Podemos de recibir financiamiento venezolano, a sabiendas de que era falso, hoy aleguen la necesidad de un entramado competitivo limpio en la democracia. Entramado que, al parecer, sólo ellos tienen el derecho a enturbiar, pero que cualquier refreno a sus excesos y corruptelas se interpretará como un obstáculo ilegítimo. Nada nuevo hasta aquí: si algo caracteriza a las derechas más rancias es su propensión a ser victimarios con discurso de víctimas.

En este coro de apoyo a Le Pen, destaca el recibido desde América, donde Trump, un delincuente condenado que se salió impune, compara el caso francés con el suyo, mientras acusa una injusticia. Lapsus grave del mandatario norteamericano, porque de ser casos similares, ello implicaría que la politicastra francesa es culpable, como en efecto, se determinó en Estados Unidos que Trump lo era.

En el colmo del delirio, el señor Elon Musk afirmó que lo ocurrido en Francia es una muestra de que “cuando la izquierda radical no gana con votaciones democráticas, abusan del sistema legal para encarcelar oponentes”. No se sabe qué entienda el señor Musk por izquierdas y derechas o radicalismos ahí. De hecho no se sabe qué entienda bien a bien el señor Musk del mundo. Pero su dicho es un espantajo sin pies ni cabeza. Al menos en América Latina, y solamente con mirar lo ocurrido en el Siglo XXI, todas las interrupciones ilegítimas de mandatos, golpes de estado suaves o tradicionales, y otras formas de ejercer la antidemocracia, son patrimonio exclusivo de las derechas. Ocurrió en Brasil en 2016, con la destitución ilegal de Dilma Roussef; ocurrió en Paraguay con la destitución ilegítima de Fernando Lugo; ocurrió en Honduras en 2009, con el golpe de Estado técnico contra Manuel Zelaya; ocurrió en Ecuador contra el Presidente Rafael Correa; ocurrió en Perú contra Pedro Castillo en años recientes y ocurrió en Bolivia contra Evo Morales en 2019.

Así, mientras en este siglo no hay ningún caso de algún Presidente de derechas depuesto por “la izquierda radical”, todas las defenestraciones autoritarias han perjudicado a presidentes de alguna gradación a la izquierda. La frase del señor Musk, así, no sólo es alarmantemente estúpida sino negacionista. O, quizá, se trata de un subterfugio manipulador de un petimetre como Musk, quien, con todo el cinismo de las figuras fascistoides, y ante la acusación de que Estados Unidos contribuyó al golpe de Estado en Bolivia en 2019 para robar el litio de esa Nación; señaló abril de 2020, en su cuenta de tuíter que ellos “harían golpes de Estado a quien quisieran”. ¿Quién es, pues, la amenaza a la democracia?

Para las extremas derechas, el panorama geopolítico es un asunto crucial. Porque no pueden entender el mundo sin la idea de una amenaza externa global que vulnera un orden local, tradición heredada del fanatismo religioso organicista del Siglo XVIII, y consolidada en el albor del Siglo XX con la simultaneidad de la Revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial. En esa tesitura, a las extremas derechas les resulta imposible pensar al mundo sin fantasmas amenazantes y sin una presunta alianza mundial que quiere acosarles.

Los respingos colectivos para defender las corruptelas de Le Pen, y las bocazas que se han abierto para señalar que sancionar esa corrupción es sancionar la democracia, hablan de que esta alianza global y amenazante, al menos en el plano ideológico, es patrimonio de la extrema derecha, que una vez más, proyecta en sus adversarios lo que en realidad son sus propios defectos.

Héctor Alejandro Quintanar

Héctor Alejandro Quintanar es académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, doctorante y profesor en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Hradec Králové en la República Checa, autor del libro Las Raíces del Movimiento Regeneración Naciona

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A 20 años del desafuero

Fabrizio Mejía Madrid

En unos días se cumplen 20 años del desafuero de Andrés Manuel López Obrador, el 7 de abril de 2005. Fue el inicio del movimiento que lo llevaría, tras el fraude de 2006 y el regreso publicitario del PRI en 2012, a la Presidencia de la República. Es también el origen de un cambio en la forma en que se mira la política y al propio país. En realidad, cuando hablamos del desafuero no lo hacemos sólo del momento bochornoso en que el Presidente, por medio de la Procuraduría, la Cámara de Diputados y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pretende eliminar a un opositor de una contienda electoral con un artilugio legaloide. Es decir, no sólo nos referimos al primer lawfare, 10 años antes de Brasil, sino del movimiento al que dio origen. Es importante recordar esto, porque es la reacción a ese episodio lo que cambia sustancialmente el rostro político de la nación.

Recuerdo que, ante la magnitud numérica –un millón de personas–, los que asistimos a la concentración en la que una multitud le mentaba la madre a los diputados, jueces y Vicente Fox, vimos una diferencia con otras protestas de esos años. Las frases que la gente escribió en cartulinas, en los parabrisas de sus coches, en mantas eran de una contundencia pocas veces vista. Incluso el arreglo entre la indignación y la broma dio paso a una teatralidad súbita: un caballo hecho con huacales por algunos comerciantes de un mercado se juntó por la dinámica de la marcha con un joven disfrazado de Quijote. Había ahí, además de la indignación contra Fox, representado por Javier Vega Memije –todavía me acuerdo de su nombre–; Juan de Dios Castro, de Acción Nacional, casi en representación de Manlio Fabio Beltrones, del PRI, y la SCJN de Mariano Azuela, una comprobación de la propia fuerza de la respuesta multitudinaria.

Al mitin convocado el 24 de abril se le llamó originalmente marcha del silencio, como la del 13 de septiembre de 1968 en repudio a la represión, pero fue todo menos eso, porque brotó de ella la felicidad de que éramos mucho más de lo calculado y casi seguros de que podíamos ganar. Lo hicimos a mediano plazo: el entonces jefe de Gobierno de la capital del país fue desaforado, pero Fox se desistió de meterlo a la cárcel. Optó por el fraude electoral que llevaría a Felipe Calderón a tomar posesión en 2006 y que desataría la cruenta guerra contra el crimen que, en realidad, intentó ser una limpieza social. El movimiento no triunfó hasta 2018, pero se transformó y creció en las sucesivas presidencias de la izquierda. Aunque muy parecido a sus orígenes, hoy el obradorismo es mucho más rico.

Revisando textos de esos años, me encontré con un pequeño cuaderno que publicamos en 2006 varios fotógrafos coordinados por Frida Hartz. Rosa Albina Garavito recopiló las frases de la gente que asistió y yo traté de escribir un primer acercamiento a lo que era, sin duda, un movimiento político nuevo: el obradorismo. De las frases que se recopilaron de los manifestantes y que leo ahora, después de 20 años, me quedo con estas: Vamos a triunfar desaforadamente; “ Peje El Toro será Presidente”; Todos ellos tienen fuero, lo que no tienen es vergüenza; Fox, baja ya el telón, la farsa ha terminado; Prefiero ser labrador que Fox terrier; Todos somos López, hasta Jennifer; A ustedes les da más miedo emitir la sentencia que a mí escucharla; La facultad de decidir es nuestro derecho.

De las imágenes resuenan, después de dos décadas, las de Omar Meneses, de las mujeres en la valla viendo el desempeño de la sesión en la Cámara de Diputados, enjugando una lágrima para, segundos más tarde, levantar el puño; las de Cecilia Candelaria, de un dibujo en una pancarta que dice: ¿Cuál cambio?, en la que al derecho se ve la cara de Salinas de Gortari y al revés la de Fox; la de Ernesto Ramírez, de un cartel con el rostro de López Obrador al que le pusieron un sombrero de verdad, y otra, también de Candelaria, en la que un hombre lleva un retrato de Felipe Ángeles con la frase No se puede privar a los demás de la libertad sin perderla uno mismo. No se puede impartir el terror sin estar poseído por el terror. La frase del general, que muchos años después sería el nombre del aeropuerto de López Obrador, casi presagia lo que sería esa época hasta 2018.

De mi texto, recupero algunos párrafos que hoy me parece que tienen ecos: “‘ Peje El Toro es inocente’ es la fórmula por todo Reforma cuando el Nosotros los pobres encuentra continuidad en ‘Primero los pobres’, y el hecho de que los perseguidores de Andrés Manuel lo disminuyan con ‘el señor López’, sólo lo refuerza como un hombre común, el ciudadano en el que la gente ve un signo de identidad: ‘Todos somos López’, dice una hoja de papel pegada a la carriola de un bebé. Los López son los que esperan en la antesala del Ministerio Público, que hacen filas en las ventanillas de jubilación o se apretujan en el subterráneo que nacionaliza el término ‘metrosexual’”.

Otra que recupero al vuelo: El lopezobradorismo surge como una forma de defender el derecho del personaje a participar en la elección de 2006. Es el derecho de todos. De ese lado de la nación, la ciudadanía es algo que se ejerce desde las calles; la política no se termina en los políticos, ha llegado la hora de los siempre esperanzados. Y surge toda una respuesta cultural al desafuero: las sentencias de la gente, no las de los jueces. Llenas de humor y desparpajo, las frases que la gente va escribiendo a mano en un diario colectivo de la afrenta son legión, pero sobre todo son significativas de un ánimo esperanzado en el poder de la palabra escrita sostenida en pancartas improvisadas por la ciudadanía. Hay agravio, pero todavúa más esperanza.

Y finalmente: “Desde algo tan lejano como 2004, el lopezobradorismo había hecho visible a un país que estaba llegando a su límite de hartazgo por la falta de resultados de la política y los políticos. Ahí seguían los miles esperando un cambio, no sólo en los derechos sociales, sino sobre todo en lo cultural: donde los pobres, los morenos, los viejos, las mujeres no fueran nacos, invisibles, los nunca escuchados y jamás atendidos. Un nuevo lugar donde el chiste de moda –¿por qué a AMLO le dicen el Whiskas? Porque ocho de cada 10 gatos lo prefieren– no dé risa, sino convoque a la incomodidad. El obradorismo es, desde las jornadas contra el desafuero, ese malestar. Un recelo necesario”.

Todavía se escuchan los ecos.

Prohibida la siembra de maíz transgénico en México


Silvia Ribeiro

El 17 de marzo de 2025 quedó finalmente asentado en la Constitución de México la prohibición de siembra de maíz transgénico en todo el territorio, resultado de décadas de lucha de pueblos indígenas, comunidades y organizaciones campesinas, de la sociedad civil, científicas, culturales y ambientalistas.

Las modificaciones al artículo 4º de la Constitución, reconocen que siendo México centro de origen y diversidad del maíz, éste es un elemento de identidad nacional, alimento básico del pueblo de México y base de la existencia de pueblos indígenas y afromexicanos. Establece que su cultivo en el territorio nacional debe ser libre de modificaciones genéticas producidas con técnicas que superen las barreras naturales de reproducción o la recombinación, como las transgénicas.

Lo aprobado es relevante y significativo para México y para el mundo. Ha sido una de las reivindicaciones que levantaron los pueblos que crearon el maíz desde que se comprobó la contaminación del maíz nativo con transgénicos en 2001, punto que se plasmó en los resultados del primer Foro en Defensa del Maíz, convocado por CECCAM en 2002.

Desde entonces hasta el presente, la Red en Defensa del Maíz realizó un sinfín de acciones para defender, afirmar y proteger el maíz nativo, la milpa y la autonomía de las comunidades, bases que lo sostienen. Realizó procesos y talleres para diagnosticar la contaminación transgénica, entender sus causas y compartir estrategias para proteger y descontaminar el maíz, articularse a nivel nacional e internacional con otras organizaciones para la defensa del maíz campesino, exigiendo su prohibición en México y Mesoamérica por ser un riesgo inaceptable a la biodiversidad y a la soberanía alimentaria en todo el mundo (https://www.ceccam.org/node/2049).

La lucha contra el maíz transgénico en México es de muy amplio espectro, participan desde los pueblos que crearon el maíz hace 10 mil años y lo siguen cuidando como parte integral de sus modos de sustento y culturas, así como cientos de organizaciones civiles, sociales, ambientales, pastorales, culturales, científicas que han contribuido con acciones, denuncias y documentos. Las luchan han abarcado acciones locales, rurales y urbanas, protestas y denuncias internacionales en varios foros de Naciones Unidas, lo cual llevó, por ejemplo, a que el Convenio de Diversidad Biológica cuestionara al gobierno de México sobre la falta de protección del grano en su centro de origen. Intenté reflejar dos décadas de luchas, debates y actores en pugna en el libro de mi autoría Maíz, transgénicos y transnacionales (https://tinyurl.com/4rd24k9n).

Los cultivos transgénicos están controlados por cuatro trasnacionales: Bayer (dueña de Monsanto), Syngenta, Corteva (fusión de DuPont y Dow) y Basf. En 2012, ante la inminente autorización del gobierno para la siembra comercial de maíz transgénico a favor de estas, la Red en defensa de Maíz, junto a organizaciones de estudiantes, campesinas y científicos manifestaron enérgicamente que no lo permitirían y declararon una moratoria popular contra el maíz transgénico (https://tinyurl.com/2kh8w68y).

En 2013, se presentó una demanda colectiva firmada por 52 personas y 22 organizaciones para detener la liberación de maíz transgénico en el país. La Demada Colectiva Maíz obtuvo una suspensión legal que se mantuvo hasta el presente, aunque tuvo que librar una batalla desigual frente a más de 100 impugnaciones y ataques legales por parte de las trasnacionales.

De 2011 a 2014, en el marco del Tribunal Permanente de los Pueblos capítulo México, se realizaron seis sesiones con cientos de personas y expertos nacionales e internacionales, referidas a la violencia contra los pueblos del maíz y las amenazas al maíz nativo y la soberanía alimentaria (No toquen nuestro maíz, https://tinyurl.com/3teset3m).

En la sentencia final de dicho tribunal se demanda que el Estado mexicano debe asumir su responsabilidad, frente a las generaciones pasadas, presentes y futuras, como centro de origen del maíz y adoptar todas las medidas necesarias para garantizar la conservación del maíz nativo como fuente principal de alimentación y como elemento cultural de cohesión y articulación social. Debido a la gravedad de los riesgos a que se somete al centro de origen global del maíz, sustento de los pueblos que lo crearon para bien de toda la humanidad, y siendo México el reservorio genético de este pilar de la seguridad alimentaria mundial, se debe prohibir la siembra de maíz transgénico en el país (https://tinyurl.com/muryph5c).

Crecen todo el tiempo evidencias reflejadas en artículos científicos sobre los daños al ambiente y a la salud provocados por los cultivos transgénicos y los agrotóxicos asociados a ellos. El Expediente sobre maíz genéticamente modificado y sus efectos, compilado por el Conahcyt en 2024 recoge muchas de ellas (https://tinyurl.com/23dh3tuc).

En ese contexto de vasta resistencia y presión popular, el gobierno de México publicó dos decretos gubernamentales en 2020 y 2023 restringiendo la siembra y consumo de maíz transgénico en México. Pese a ser limitados y a que México tenía el derecho, los argumentos y la razón, el gobierno de Estados Unidos y las trasnacionales obligaron a derogar dichos decretos usando mecanismos del T-MEC (https://tinyurl.com/2uc58hab).

La prohibición constitucional de siembra de maíz modificado genéticamente en México es un paso importante. La defensa real del maíz desde sus pueblos seguirá, como siempre (https://tinyurl.com/5yyf4wm4).

Fortalecer al campo con sentido de nación

Editorial La Jornada


La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué, informaron que este año el gobierno federal invertirá 54 mil millones de pesos para aumentar la soberanía y la autosuficiencia alimentaria, objetivos que conforman el primer punto del fortalecimiento del Plan México presentado el jueves.

Este esfuerzo se desplegará a través de una multitud de iniciativas como Cosechando Soberanía, Alimentación para el Bienestar, Liconsa, Fertilizantes para el Bienestar, Producción para el Bienestar y Productora de Semillas del Bienestar. La primera canalizará créditos a 300 mil pequeños y medianos productores con una tasa de interés de 9 por ciento (menos de la mitad de lo que suelen cobrar los bancos), y se espera que para 2030 llegue a 750 mil beneficiarios. Los créditos tendrán cobertura en caso de imprevistos climáticos y se otorgarán junto a acompañamiento técnico agrícola, investigación y sanidad animal y vegetal, semilla de alta calidad, así como garantías de acceso a un mercado justo, aspecto imprescindible para paliar la pobreza rural acentuada por los grandes márgenes de ganancia de los intermediarios. Fertilizantes para el Bienestar y Producción para el Bienestar llegarán a alrededor de 2 millones de pequeños productores.

En conjunto, estas instituciones y programas buscan aumentar la producción de maíz blanco, frijol, arroz y leche hasta revertir el estancamiento y los retrocesos padecidos durante el periodo neoliberal. Para el maíz blanco, semilla que constituye la base de la dieta mexicana, el objetivo es alcanzar el cien por ciento de autosuficiencia con un millón 200 mil toneladas, 17 por ciento más de lo que se produce hoy. Debe recordarse que, mediante una reforma constitucional presentada por la mandataria, este grano ya se encuentra protegido del empuje de las trasnacionales que buscan remplazar los maíces nativos con semillas transgénicas cuyo impacto en la salud sigue siendo objeto de controversia.

Lo que es incontrovertible es que el herbicida más empleado en los cultivos transgénicos es un cancerígeno prohibido en muchos países y por el cual su propietaria ha debido pagar miles de millones de dólares en indemnizaciones. Asimismo, está comprobado que el régimen de monocultivo en que se siembran todos los transgénicos por motivos de rentabilidad, aunado a los plaguicidas y herbicidas, es causante de una caída catastrófica en la biodiversidad, al aniquilar a las especies vegetales nativas y a toda la cadena alimentaria dependiente de ellas.

La autosuficiencia y la soberanía alimentaria son metas irrenunciables para garantizar el acceso a los nutrientes como un derecho humano y no como una mercancía dependiente de los vaivenes de los mercados internacionales, que responden únicamente a la búsqueda de ganancias. Asimismo, constituyen pilares de cualquier esfuerzo de combate del cambio climático y de resiliencia ante sus efectos, y cobran una importancia máxima incluso en momentos en que nuestro principal socio comercial, que es también el origen de la mayor parte de nuestras importaciones agrícolas, ha emprendido una guerra arancelaria que aumentará los precios y trastocará las cadenas de suministro.

Por todo lo anterior, es de saludarse el lanzamiento de una nueva serie de medidas de apoyo al campo con énfasis en los productores marginados, y cabe esperar que se implemente con éxito para bien de todos los mexicanos.

4/05/2025

Cómo cambiar el rumbo: resistir el asalto mundial a los derechos de género

 ipsnoticias.net

Inés M. Pousadela

Imagen: Amanda Perobelli / Reuters vía Gallo Images

MONTEVIDEO – La sesión de este año de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW69) de las Naciones Unidas, el principal foro mundial para promover la igualdad de género, se enfrentó a desafíos sin precedentes.

Con Arabia Saudí en la presidencia y las voces contrarias a los derechos cada vez más influyentes en el foro, la lucha por mantener los compromisos internacionales sobre la igualdad de género se intensificó drásticamente.

El 8 de marzo, las movilizaciones del Día Internacional de la Mujer también adquirieron mayor urgencia, con manifestaciones desde Estambul hasta Buenos Aires centradas en resistir las múltiples manifestaciones de regresión de los derechos de género que se están sintiendo en comunidades de todo el mundo.

El Informe sobre el estado de la sociedad civil en 2025 de Civicus muestra que los derechos de las mujeres y de las personas Lgbtiq+, que tanto ha costado conseguir, están en peligro, desafiados por movimientos coordinados contrarios a los derechos que utilizan el género como una cuestión política divisoria.

Pero también proporciona abundantes pruebas de que la sociedad civil está a la altura del desafío.

Regresión global

Lo llaman «protección infantil» en Rusia, «valores familiares» en varios países de Europa del Este, «libertad religiosa» en Estados Unidos y «tradiciones africanas» en todo el continente.

La terminología cambia, pero el objetivo es el mismo: detener el progreso hacia la igualdad de género y desmantelar los derechos. Por supuesto, no se trata de diferencias en los valores culturales, sino de una estrategia política orquestada.

En Afganistán, el sistema de apartheid de género de los talibanes ha llegado a su brutal punto final: las mujeres están efectivamente encarceladas en sus hogares, privadas de educación, trabajo y vida pública, sus voces literalmente silenciadas por prohibiciones de cantar o hablar en público.

La autora, Inés M. Pousadela

Las autoridades iraníes han llegado a extremos para mantener el control sobre los cuerpos de las mujeres. En Iraq, los legisladores están considerando reducir la edad mínima para contraer matrimonio a solo nueve años.

Estos ejemplos extremos existen en un espectro que incluye el parlamento de Ghana que criminaliza las relaciones entre personas del mismo sexo, Rusia que amplía las leyes de «propaganda» para prohibir cualquier representación positiva de las identidades Lgbtiq+.

También Georgia, un país que dice querer unirse a la Unión Europea,  adopta una legislación al estilo ruso que restringe las organizaciones Lgbtiq+ bajo el cínico marco de «proteger a los menores».

En Estados Unidos, los jueces nombrados por el presidente Donald Trump en su primer gobierno anularon las protecciones constitucionales sobre el aborto, lo que provocó restricciones en numerosos estados.

La segunda administración de Trump ha restablecido la regla de mordaza global, que restringe la financiación internacional de las organizaciones que prestan servicios de salud reproductiva.

El Instituto Guttmacher prevé que esto impedirá a 11,7 millones de mujeres acceder a la anticoncepción, lo que podría provocar 4,2 millones de embarazos no deseados y más de 8300 muertes maternas.

Un movimiento transnacional coordinado

En toda África, se está intensificando una oleada de legislación anti Lgbtiq+, a menudo impulsada por el oportunismo político.

La junta militar de Malí aprobó una ley que criminaliza la homosexualidad como parte de su represión más amplia de los derechos. El parlamento de Ghana aprobó un draconiano «proyecto de ley anti LgbtiqI+», mientras que el Tribunal Constitucional de Uganda confirmó la dura Ley contra la Homosexualidad del país.

En Kenia, sigue pendiente en el Parlamento un proyecto de ley de protección de la familia que prohibiría la defensa de los derechos de las personas Lgbtiq+.

Como se ha visto en la última sesión de la CSW, la reacción violenta en curso es de naturaleza transnacional. Las fuerzas contrarias a los derechos comparten tácticas, financiación y mensajes a través de las fronteras, con fundaciones conservadoras de Estados Unidos que promueven una legislación restrictiva en África e ideólogos rusos que exportan su manual de estrategias a los antiguos estados soviéticos y más allá.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Las organizaciones evangélicas y los grupos de expertos conservadores de Estados Unidos son una fuente especialmente influyente de narrativas y financiación contrarias a los derechos: han canalizado millones de dólares hacia campañas contra los derechos reproductivos y la igualdad de las personas Lgbtiq+ en todo el mundo, al tiempo que han proporcionado marcos intelectuales y estrategias legales para su adaptación a los contextos locales, desde Polonia hasta Uganda.

Victorias contra todo pronóstico

En este desalentador contexto, la sociedad civil sigue logrando victorias notables gracias a su resistencia estratégica y su perseverancia. En 2024, Tailandia se convirtió en el primer país del sudeste asiático en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, mientras que Grecia abrió nuevos caminos al ser el primer país de mayoría cristiana ortodoxa en hacerlo.

Francia, por su parte, consagró el derecho al aborto en su Constitución, creando un poderoso baluarte contra futuras amenazas.

En el Caribe continuó una tendencia regional, con litigios de la sociedad civil que anularon con éxito las leyes de la época colonial que criminalizaban la homosexualidad en Dominica.

Colombia y Sierra Leona prohibieron el matrimonio infantil, mientras que los grupos de defensa de los derechos de la mujer en Gambia derrotaron un proyecto de ley que habría despenalizado la mutilación genital femenina.

Estos éxitos comparten elementos comunes: son el resultado de campañas de promoción sostenidas y de varios años de duración que combinan impugnaciones legales, movilización comunitaria, comunicaciones estratégicas y solidaridad internacional.

Tomemos como ejemplo la victoria de Tailandia en materia de igualdad matrimonial. El éxito se debió en parte a la interacción de la campaña con el movimiento democrático liderado por jóvenes, que vinculó los derechos de las personas Lgbtiq+ con aspiraciones más amplias de una sociedad más justa.

En Kenia, a pesar de la dura retórica anti Lgbtiq+ de los líderes políticos, el litigio estratégico de la sociedad civil consiguió un fallo judicial que impide la incitación a la violencia contra las personas Lgbtiq+.

Incluso en los contextos más represivos, los activistas encuentran formas de resistir. Las mujeres afganas, a las que se les niegan los derechos básicos a la educación y a la libertad de movimiento, han desarrollado escuelas clandestinas y han creado formas sutiles de desobediencia civil que mantienen la presión sin arriesgar sus vidas.

Junto con sus hermanas iraníes, continúan haciendo campaña para que el apartheid de género sea reconocido como un delito en virtud del derecho internacional.

El camino a seguir: interseccionalidad y solidaridad

El progreso en la realización de los derechos no es ni lineal ni inevitable. Cada avance desencadena oposición, por lo que cada victoria necesita defensa.

Para solidificarse y perdurar, los cambios legales deben ir acompañados de una transformación social, razón por la cual la sociedad civil complementa la defensa de políticas con la educación pública, la organización comunitaria y el compromiso cultural.

La defensa es más eficaz cuando abarca la interseccionalidad, reconociendo cómo el género, la sexualidad, la clase, la raza, la discapacidad y la condición migratoria crean formas superpuestas de exclusión que necesitan respuestas integradas.

Los movimientos feministas se centran cada vez más en las experiencias de las mujeres negras, las mujeres indígenas, las mujeres con discapacidad y las mujeres trans.

Incluso cuando el progreso puede parecer difícil de alcanzar, la sociedad civil desempeña un papel crucial para mantener viva la esperanza.

Las organizaciones que defienden los derechos de las mujeres y de las personas Lgbtiq+ mantienen espacios donde las personas pueden ser ellas mismas, prestan servicios de apoyo que nadie más prestaría, documentan violaciones que de otro modo no quedarían registradas, mantienen la presión sobre las autoridades y crean redes de solidaridad que sostienen a los activistas en tiempos difíciles.

El apoyo internacional a estos esfuerzos nunca ha sido tan importante.

La congelación del finacimiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la Usaid, pone de manifiesto una preocupante tendencia a la reducción de los recursos destinados a los defensores de los derechos de género precisamente en el momento en que más se necesitan.

Esto hace que la diversificación de las fuentes de financiación sea una prioridad urgente, y que las filántropas feministas, las fundaciones progresistas y los gobiernos comprometidos con la igualdad de género tengan que dar un paso al frente.

Se necesitan mecanismos de financiación más innovadores para responder rápidamente a las emergencias y, al mismo tiempo, mantener el trabajo a largo plazo de construcción de movimientos.

Las personas tienen poder: cualquiera puede contribuir directamente a las organizaciones de primera línea, amplificar sus voces en las redes sociales, desafiar las narrativas regresivas en sus comunidades y exigir que los representantes electos den prioridad a la igualdad de género a nivel nacional y en la política exterior.

En la lucha mundial por los derechos fundamentales, nadie debe ser un espectador. El momento de la solidaridad es ahora.

Inés M. Pousadela es especialista sénior en Investigación de Civicus, codirectora y redactora de Civicus Lens y coautora del Informe sobre el Estado de la Sociedad Civil de la organización.

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