8/11/2008

Después de la pacífica consulta en Yucatán sobre el petróleo, sigue la lucha en las calles


Pedro Echeverría V.

1. Formé parte del Consejo Ciudadano autónomo y voluntario, que se encargaría de vigilar las 165 mesas instaladas en el estado de Yucatán. Sin embargo a pesar de que este organismo 12 horas antes de la instalación de las mesas decidió deslindarse del proceso con el argumento de que no tuvo una coordinación adecuada con el “comité técnico” formado por los tres partidos del FAP y dos organismos más, personalmente decidí observar siete mesas de votación en la población de Kanasín, así como cinco de la ciudad de Mérida (dos en la plaza principal y las de Santa Lucía, Santa Ana y Chen Bech. Todas funcionaban correctamente y hasta las 12 del día registraban un promedio de 40 votos, entre 25 y 70 votos. Con excepción de la de Santa Lucía que no tenía el tubo de tinta indeleble todo marchaba correctamente. Si se alcanzara promediar 100 votos por casilla se alcanzarían cerca de 17 mil que en un pueblo muy poco participativo, de derecha, profundamente católico y anticomunista está bien.

2. ¿Tuvo razón el llamado Consejo Ciudadano (que integramos por propia voluntad sin que nadie nos haya electo) de deslindarse de la consulta, pero sin invalidarla o condenarla? Pienso que tuvo razón en parte porque los miembros del “Comité técnico” (encargado de las urnas, boletas, funcionarios de casilla, etcétera) no fueron lo suficientemente responsables para coordinarse, así como carecieron de capacidad para enseñar su trabajo y demostrar sus avances de organización. Pero no tuvieron razón porque partieron de la idea de que los organizadores de la consulta (absolutamente bloqueados por los medios de información y con muchas carencias) tuvieron todos los recursos económicos, de organización, humanos, para actuar con eficiencia. Como miembro del CC yo mantuve la posición de que habría que hacer un esfuerzo para entender los errores y descoordinaciones, cumplir con la tarea de vigilancia que voluntariamente nos asignamos y sólo después de la consulta externar nuestros puntos de vista al respecto.

3. En la mesa de prensa algunos reporteros, empleados de Televisa y medios muy reaccionarios insistieron en que los miembros del CC echaran mierda contra el FAP pero no lo lograron. No les agradó que personalmente denunciara que la baja participación en la consulta y los errores de coordinación fueron producto del bloqueo del gobierno panista de Calderón, del priísmo aliado a él y de toda la campaña de los medios de información en contra de la consulta. Insistieron como siempre en que saliera de nuestras bocas críticas contra el lópezobradorismo y de personajes en concreto. La realidad es que hasta las 12 del día, según informaciones recogidas por teléfono, todo marcha bien a pesar de mucha corrupción institucionalizada en el PRD y partidos del FAP.
Sin embargo no hay que olvidar que la consulta ciudadana contra la privatización petrolera es sólo un ejercicio comparable con la toma de la tribuna de las cámaras, con el debate que se desarrolló durante tres meses y de las tomas de las calles que están en preparación. Cada lucha es sólo un paso hacia la transformación radical del país.

4. Esta batalla no termina, es ilimitada. Tendrá tropiezos, bajas, desánimos; pero es una lucha contra el PAN, el PRI, el oportunismo perredista y los intelectuales exquisitos o chambistas. Es contra el poder neoliberal, capitalista y el falso socialismo. Puede tardar otros mil años, pero es sin descanso. Es por el gran ideal de libertad, de autogobierno, de autogestión. Es un tren que avanza sin tener terminal alguna. Unos se bajan en la primera estación para ocupar cargos de gobierno, cobrar fabulosos salarios y realizar viajes por todo el mundo; en la otra estación bajarán otros para hacer negocios engañando a la población; en otra parada bajarán aquellos que se han cansado y prefieran retirarse a su vida familiar; pero otros seguirán resistiendo y guerreando hasta la eternidad aunque mueran en el camino. La consulta ciudadana, las batallas en las calles son sólo pequeñísimos acontecimientos de los mil que debemos sortear para acabar con la clase en el poder; contra la clase opresora; no contra las personas en lo individual porque nuestra batalla es clasista.

5. Paralela a esta consulta en Yucatán y otros seis estados de la República, consulta que busca fortalecer las batallas contra la privatización del petróleo, en Bolivia se realiza otra consulta ejemplar en la que el gobierno de Evo Morales se enfrenta a la gran burguesía, a los terratenientes, a la prensa reaccionaria y al imperialismo yanqui, mismos que buscan dividir territorialmente al país para debilitar y derrocar al gobierno indígena de Evo. Pero aquí en México como en Bolivia la consulta es un paso para la defensa de los intereses de los trabajadores, una etapa que antecede a las grandes luchas de los trabajadores contra la explotación nacional y transnacional. Y no se trata de tapar los errores, las traiciones y el oportunismo dentro de los partidos de centro izquierda agrupados en el FAP, que también han contribuido a que la consulta no sea ejemplar. Lo que se ha buscado es contribuir en la participación ciudadana con el objetivo de que el movimiento social contra el gobierno privatizador y empresarial sea mayor.

6. Entre tres horas, a las 6 de la tarde, cerrarán las casillas de la consulta y, por todo lo que he observado y escuchado, tengo la convicción de que esta consulta será pacífica, que no se registrarán mayores problemas y que los resultados contribuirán, no sólo a presionar a los legisladores para que rechacen de manera terminante la reforma privatizadora, sino también ayudará a un despertar de la población. Se vislumbra que los legisladores del PAN y del PRI aprobarán una reforma privatizadora para beneficiar a los poderosos empresarios nacionales y extranjeros, pero también que las protestas y los repudios se desarrollarán en todo el país. No se acabará el mundo, pero la situación del país será cada vez más miserable y se agravará al entregarse el petróleo, el patrimonio nacional más importante. Pero así se acumulan las condiciones objetivas y subjetivas revolucionarias. Quizá como el Porfirismo en 1910 se preparaba a festejar la independencia del país iniciada por Hidalgo cien años antes, así también cuando el gobierno de Calderón se prepara a festejar el “bicentenario” le estalle otra Revolución.


pedroe@cablered.net.mx

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