5/21/2009

Una crisis duradera x Charles-André Udry



Una profunda desaceleración golpea a las economías capitalistas más grandes, se multiplican así los elementos de interconexión entre todos los motores de una crisis histórica
Mientras que la segunda fase de la crisis económica mundial está comenzando, una grave recesión mundial alcanza a toda la economía capitalista en sus diferentes compartimentos. La crisis que comenzó como una crisis financiera, lejos está de terminarse. Nada induce a creer que el paciente salió del estado de coma, aunque los medios de comunicación atribuyan la indigestión de "productos tóxicos" a los banqueros demasiados "avaros".

Vencimiento 2012

Dos imágenes estadounidenses ilustran, a su manera, el curso actual de esta crisis: decenas de millares de carteles cuelgan de las casas individuales llevando la inscripción For closure (embargo o venta por embargo) y For Sale (a la venta); colas de asalariados/a desempleados/as de la industria y los servicios que se alargan en las oficinas de desempleo.

En total, 3,8 millones de casas de familia (en febrero de 2009) están marcadas por estos carteles. Hay una existencia dos veces superiores si se agregan todas “las unidades habitables”, yendo del estudio al apartamento de lujo. El 40-45% de las ventas lo son a raíz de embargos o debido a dificultades de hacer frente al pago de los préstamos hipotecarios. La caída de los precios de los bienes inmuebles sigue, ciertamente con diferencias según las regiones. Durante los años 1920, los precios de los bienes inmuebles-habitación habían bajado un 19%; el retroceso, a finales de 2008, es del 30% con relación al pico de 2006. Y esto no se termina: la cifra prevista seriamente puede llegar al 40% [1]. En efecto, a raíz del repliegue de los precios y a la baja de los tipos de interés, numerosas son las familias que “devuelven” las llaves. Así pues, no deben pagar más las hipotecas. Pero eso impulsa hacia abajo los precios de las existencias inmobiliarias a vender. Esta burbuja está pues, lejos desinflarse.

Los préstamos hipotecarios subprime - préstamos efectuados sin ninguna condición [2] - en absoluto verán bajar lentamente su carga explosiva: su importe, se le estimaba hace un año, en 1.300 mil millones de dólares. Por el contrario se perfilan con amenazas bien concretas hasta 2012, las renegociaciones de los préstamos Alt-A: préstamos concedidos a personas solventes, pero “con un perfil riesgoso”. Léase: quiénes pueden perder su empleo, tener un problema de salud, etc. Su importe total se estima en 1.000 mil millones. Estas renegociaciones de préstamos van a alcanzar los volúmenes más imponentes durante los años 2010-2012. En el mismo concepto que los préstamos “option adjustable rate” (los préstamos cuya tasa puede revisarse…). Estos últimos ocuparán también las filas de honor entre 2010 y 2012: su importe se considera entre 500-600 millones de dólares. Ahora bien, según datos del Departamento del Tesoro, se constató, en las renegociaciones del último trimestre de 2008, una insolvencia de los deudores hasta un máximo de 55%. A finales de 2008, 12% de los préstamos hipotecarios daban lugar a impagos o a embargos.

En una palabra: incluso teniendo en cuenta las reducciones de precio de los bienes inmuebles, son aún cientos de mil millones de dólares que van “a volverse humo” y que aumentarán la toxicidad de activos adquiridos por distintos tipos de inversores a escala mundial. Y eso al menos hasta en 2012. Ya que los bienes inmuebles constituyen lo subyacente más importante de distintos productos tóxicos, prioritariamente el MBS (mortgage-backed securities: títulos obligatorios adosados a préstamos hipotecarios). Una parte - cuando las cajas Fannie Mae Freddie y Mac garantizan los préstamos - volverá a caer sobre el presupuesto federal, por lo tanto sobre los asalariados-contribuyentes. En efecto, las dos agencias - que se aventuraron lejos de sus terrenos de caza reglamentarios - debieron ser nacionalizadas en septiembre de 2008 [3]. Otra parte pesará sobre los balances de los bancos, fondos de pensión, etc. Lo que quiere decir, generalmente, sobre los asalariados- contribuyentes, ya que “la ayuda” del Estado a los bancos se convirtieron en moneda corriente y los pensionistas pagan las pérdidas de los fondos de pensión, al contado, hoy y mañana.

Para completar, en parte, este cuadro, es necesario extenderlo a la tasación violenta de los bienes inmuebles comerciales. Así mismo proporcionó una base para la emisión de un volumen considerable de mortgage-backed securities [hipotecas]. Un ejemplo: uno de los edificios de prestigio de Boston - el John Hancock Tower – ha sido vendido a las pujas por 600 millones de dólares; se había comprado 1,3 mil millones en 2006. No es difícil imaginar las sacudidas que la depresión de este segmento de los bienes inmuebles va a implicar en la cadena de préstamos titularizados (véase definición de titulización en el Glosario). La regresión de este sector inmobiliario comercial va a acentuarse, bajo el efecto de una recesión larga y de un volver a comenzar muy lento. A eso se añaden los choques futuros en el segmento del Crédito Default Swapes (CDS, véase definición en el Glosario). Según un estudio del banco Morgan Stanley, los volúmenes de estos instrumentos llegarán a su madurez en 2012 y 2013, a una altura respectivamente de 3.200 y 3.300 mil millones de dólares. En 2010 y 2011, estos volúmenes permanecen respectivamente hasta un máximo de 1300 y 1600 mil millones. Nadie, incluso en la FED, esta apto para prever las sacudidas que se derivarán (Financial Times, 11-3-09). La degradación de los activos bancarios y del balance de una serie de grandes empresas, incluso fuera del sector clave del automóvil, va pues a continuar. La retención del crédito dista mucho de terminarse. Los mecanismos de contagio, más allá de una volatilidad a corto plazo, manifestarán todos sus efectos mórbidos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario