9/13/2011

Represión de Peña Nieto a la Alianza Única del Valle



El gobernador del Estado de México, promovida su imagen hasta el hartazgo, alcanzó los primeros lugares de popularidad entre los grandes oligarcas, del país y del extranjero, gracias a la exhibición de violencia institucional y capacidad represiva en el pueblo de Atenco. Demostró algo que les resulta muy necesario a las grandes empresas e intereses privados cuando hay crisis económicas: capacidad de reprimir a un pueblo que se atreva a organizarse.

Esto le sirvió a Peña Nieto también para contraer matrimonio, pero con Televisa. Y asegurar así impunidad mediática, es decir, bajo la lógica de “si no salió en la tele, no pasó” ha logrado cometer actos de represión salvaje sin que se escandalice el país. Ocoyoacac, Huixquilucan, Ecatepec (por mencionar sólo algunos), han probado la fuerza de los garrotes de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE).

En este sentido, les platicaremos un poco de lo que nosotros hemos sufrido en el municipio de Nicolás Romero:

En julio pasado la Alianza Única del Valle (AUV) fue atacada, curiosamente días después de que se anunció el “triunfo aplastante” de Eruviel Ávila (aunque con una abstención de más del 60% de los electores). El 12 de julio a las 23:30 hrs., un grupo de aproximadamente 100 uniformados municipales atacó un campamentodel predio “Guadalupe”, por el cual estamos luchando desde hace cerca de 4 años para poder desarrollar vivienda social progresiva (popular). El operativo logró detener a 14 integrantes de la Alianza. La presión política y la falta de elementos jurídicos firmes logra la libertad de los compañeros pero el Fiscal se extralimita imponiendo la obligación de firmar semanalmente hasta la conclusión de la “Investigación”.

El 19 de julio a las 2:00 hrs, otros dos campamentos son atacados, pero ahora con uso de parapolicias. En la madrugada llegan y cercan la zona alrededor de 800 uniformados municipales (dudamos que Nicolás Romero cuente con tantos elementos) para que minutos después arribaran 3 microbuses repletos de hombres armados con machetes y palos, que se identificaban entre sí por una pulsera fluorescente en la muñeca izquierda. Con lujo de violencia despedazan los campamentos, desplazando a 51 familias, deteniendo a 6 compañeros, que fueron trasladados al penal de Barrientos Tlalnepantla, y torturados para obtener direcciones donde localizar a miembros de la dirección política de la organización. Pero otra vez la lucha y presión política los libera, teniendo también que firmar semanalmente.

El saldo de la represión peñanitista: decenas de desplazados, 19 procesados (porque un compañero lo detuvieron en ambos ataques), intimidación a los dirigentes de la organización, destrucción con trascabos de casas, robo de pertenencias de las familias, actos de las autoridades totalmente fuera de la ley, sin orden judicial, y sin la menor noción de respeto a derechos humanos. Ese es al gobierno del Estado de México, y eso es lo que, de aprobarse, será legalizado con la nueva Ley de Seguridad Nacional.

Pero aquí seguimos, resistiendo, luchando porque tenemos demandas y exigencias justas, que no se terminan con actos represivos, y por eso acudimos a los espacios donde las conciencias dignas nos permiten decir nuestra palabra, porque se tiene que saber la verdad, luchar por la verdad.

No nos callamos, seguiremos luchando por transformar este pedacito de país, y junto al pueblo, por un México mejor para todos. Como dice la consigna, que hoy coreamos con firmeza: ¡nos han reprimido, pero no nos han vencido!


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