11/23/2011

Los periodistas pal café.....



Julio Hernández López: Astillero
Acusar a un diario como La Jornada de complicidad con el terrorismo es tratar de sembrar elementos de presunta justificación de cualquier arremetida del poder contra una instancia de periodismo crítico e independiente, tanto en el mortí-fero plano nacional como en el internacional, que es parti- cularmente susceptible a ta- les etiquetaciones adversas. Adaptado a lo que se vive cada día en México, la revista Letras Libres, a través de quien era su subdirector editorial, está sirviendo de madrina o coadyuvante contra un medio que está en la mira de múltiples poderes (la acusación sin pruebas hecha por Letras Libres, para continuar con los símiles correspondientes a la épica calderonista, equivale a las presuntas llamadas anónimas de denuncia que son usadas como pretexto por marinos, soldados y policías en nuestro país para acometidas que por planeación superior, y entre francas violaciones a los derechos humanos, buscan amedrentar, disuadir o exterminar a objetivos determinados por razones penales, sociales, políticas o... accidentales).
Proveniente de una revista cuya principal caracterización resulta de sus vínculos con grandes poderes empresariales y políticos (que con frecuencia son sometidos a crítica y denuncia en las páginas de La Jornada), la imputación de complicidad con el terrorismo no podía verse pasar de largo. La directora, Carmen Lira, decidió atajar de inmediato la siembra envenenada y recurrió ante las instancias judiciales en demanda de comprobación de lo publicado por la empresa dirigida por Enrique Krauze o la retractación pública. Ese largo litigio llega hoy a su punto de resolución en la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con un proyecto elaborado por el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea que, según se ha dado a conocer, pretende reducir la demanda en busca de verdad que ha hecho La Jornada, y la acusación sin pruebas realizada por Letras Libres, a una especie de empate técnico entre dos derechos en conflicto o, visto de otra manera, al libre acomodo en el mercado de dos productos comerciales en pugna. Peleen en sus páginas, y acúsense de lo que les dé la gana, es en síntesis la propuesta de uno de los integrantes de la máxima autoridad juzgadora.
No hay aires salomónicos en tal pretensión: la Cor- te, de aprobar hoy en la primera sala lo propuesto por el ministro Zaldívar, permitirá que un colectivo de periodismo crítico e independiente sea estigmatiza- do como cómplice del terrorismo, con todas las graves consecuencias que ello representa, para no lesionar el derecho a la libre calumnia que desea ejercer otra de las televisivas partes en litigio (ironías judiciales: La Jornada debió haber proba- do que no era cierta la acusación hecha por Letras Libres y no al revés, pero a fin de cuentas la tesis del ministro Zaldívar busca dejar sin castigo a quien acusó sin pruebas y, por tanto, mantener vigente esa acusación improbada).
No sólo condenaría a la ley de la selva a los comparecientes, como ya lo ha apuntado un editorial de La Jornada, sino que además sentaría las bases para un impune periodismo de suciedad ante el cual no habría instancias legales a las cuales recurrir sino una autorizada concesión para buscar el triunfo de las posiciones propias mediante la mayor y más sostenida emisión de excrecencias. Es decir, la legalización de las letrinas libres, públicas, para que entre miasmas el público acierte a detectar virtudes o defectos, calumnias o verdades. ¡Que pase el periodismo desgraciado!, gritaría la Señorita Suprema Corte.
La Jornada, por fortuna, no es un medio cuya conducta se rija por las veleidades del poder ni de sus emisarios o ejecutores con disfraz literario. Con profesionalismo y responsabilidad, conociendo los riesgos propios del oficio y los del difícil momento que se vive en los planos nacional e internacional, en el diario dirigido por Carmen Lira se cuida y defiende el ejercicio periodístico que es necesario para que sea completa y equilibrada la visión de lo que sucede en nuestro país y en otras latitudes en lucha, como el País Vasco, sin que sólo se lean, escuchen o vean las versiones aprobadas en los medios dominantes, como en nuestro contexto sucede con las grandes televisoras y en especial con Televisa y sus vertientes impresas calumniadoras.
Pasando a otro tema, la nocturna declinación de Manlio Fabio Beltrones a competir con Enrique Peña Nieto ha de leerse a partir de las líneas que intencionalmente fueron enviadas en negritas para su publicación. A diferencia de lo sucedido en el PRD con Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador, en la salida sonorense del foro no hay acuerdos explícitos ni un proceso de caminata en conjunto. El texto no expresa respaldo directo al ex gobernador del estado de México, cuyo nombre no es mencionado, sino una decisión política de abonar a una unidad partidista necesaria, en medio de reproches, advertencias y reticencias que en un político de peso completo como es Beltrones no pueden adjudicarse a descuidos de pluma o arrebatos del momento. El primer senador del país se pregunta Unidad, ¿para qué? y reconoce que en el PRI hay quienes tienen prisa y alegan la necesidad de la unidad para conservar privilegios o para garantizar sus intereses personales o de grupo, aunque asegura que no habrá fractura del PRI.
Claro está que las letras libremente escritas por Beltrones tienen como límite y objetivo la negociación. Intencionalmente ambigua, la redacción de la carta del sonorense puede servir para confrontar a Humberto Moreira, con la intención de colocarse como su relevo, o al propio Peña Nieto, si no se llega a acuerdos, o a nadie, si se produce un convenido final feliz.
Y, mientras emerge un tufo a apetitos colaterales al poder que entorpecen por interés propio todo camino de solución en Mexicana, ¡hasta mañana, con las muertes del jurista, escritor y funcionario Miguel González Avelar y del cacique sindical pregordillista, Carlos Jonguitud Barrios, ejemplos muy distantes entre sí de la forma de abordar los asuntos públicos!
Twitter:
@julioastillero
Facebook: Julio Astillero
juliohdz@jornada.com.mx


La buena es que el producto interno bruto mexicano creció 4 por ciento entre enero y septiembre de 2011; la mala, que tal proporción resultó 30 por ciento inferior a la registrada en igual periodo de 2010. La primera, sin mayores comparativos, se difunde con bombo y platillos para demostrar que el presente año es el de la consolidación económica nacional, mientras la segunda se mantiene bajo la alfombra, no vaya a ser que alguien piense que lo que realmente confirma la más reciente información oficial es que la economía mexicana está en franca desaceleración, con ganas de empeorar en 2012.
El Inegi divulgó ayer el informe sobre el comportamiento del producto interno bruto mexicano en el tercer trimestre de 2011 y su acumulado de enero a septiembre del mismo año, de tal suerte que si la tendencia se mantiene tal cual hasta diciembre próximo, el promedio anual de crecimiento en cinco años de calderonato a duras penas llegaría a 1.5 por ciento, el menor para un periodo igual, desde tiempos de Miguel de la Madrid, cuando menos. Como comparativo, vale mencionar que en el mismo lapso, pero de la administración lópezportillista, dicho promedio fue de 8 por ciento; con Miguel de la Madrid, 0.15; Salinas, 3.8; Zedillo, 2.9, y Fox, 1.8 por ciento. La diferencia en materia de crecimiento económico entre el promedio de JLP y el correspondiente al sexenio de para vivir mejor es de 5.3 tantos. Aun así, todavía hay quien presume que la economía mexicana es vigorosa y de gran calado. Incumplida, pues, otra promesa de la campaña calderonista (crecimiento de 5 por ciento como promedio anual durante el sexenio).
Así, la economía del país registró una tasa anual de 4 por ciento en los primeros nueve meses de 2011, contra 5.7 por ciento en igual periodo de 2010. Por grandes grupos de actividades, el producto interno bruto de las terciarias se incrementó 4.2 por ciento (un año atrás fue de 5.3) y el de las secundarias 4 por ciento (6.4 doce meses antes), mientras el de las primarias disminuyó 0.1 por ciento (contra un avance de 2.23 de enero a septiembre de 2010).
De julio a septiembre del presente año, el producto interno bruto nacional reportó una tasa de avance de 4.5 por ciento, proporción 13 por ciento inferior a la registrada en igual periodo de 2010 (5.1). El Inegi detalla que en el lapso referido el PIB de las actividades primarias creció 8.3 por ciento a tasa anual en términos reales, como consecuencia del alza reportada en la agricultura, principalmente, aunque los propios reportes oficiales advierten sobre la prolongada sequía en algunas zonas productoras y las severas inundaciones en otras; el correspondiente a las actividades terciarias se incrementó 4.8 por ciento, destacando los incrementos del comercio; información en medios masivos; servicios financieros y de seguros; transportes, correos y almacenamiento; servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles, y los servicios profesionales, científicos y técnicos, entre otros. El de las actividades secundarias aumentó 3.4 por ciento, resultado de las variaciones positivas en tres de sus cuatro sectores: la construcción subió 5.3; la electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final 5.2, y las industrias manufactureras 4.6; mientras la minería disminuyó 3.6 por ciento.
En su reporte, el Inegi detalla que en el tercer trimestre de 2011 el PIB de las actividades primarias (que incluyen al sector agricultura, ganadería, aprovechamiento forestal, pesca y caza) creció 8.3 por ciento en términos reales, asociado principalmente al ascenso mostrado en la agricultura; dicho resultado es reflejo de la mayor producción de cultivos como maíz y sorgo en grano, naranja, nuez, aguacate, uva, papa, limón, maíz y sorgo forrajero, cebolla, manzana y plátano. Por su parte, la ganadería también se elevó en el trimestre en cuestión.
Por lo que toca a las actividades secundarias (integradas por la minería; electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final; construcción, e industrias manufactureras) el Inegi apunta que este sector registró un incremento de 3.4 por ciento en el tercer trimestre de este año respecto a igual trimestre de 2010, derivado de alzas en tres de las cuatro áreas que las conforman: la construcción creció 5.3 por ciento; la electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final, 5.2, y las industrias manufactureras 4.6 por ciento; en cambio la minería disminuyó 3.6 por ciento (la petrolera retrocedió 3.9 y la no petrolera 2.6).
Las actividades terciarias aumentaron 4.8 por ciento durante el trimestre julio-septiembre de 2011. Destacaron por su contribución a dicha variación el PIB del comercio y de los servicios de información en medios masivos con un avance de 8 por ciento cada uno; servicios financieros y de seguros, 7.7; transportes, correos y almacenamiento, 4.1; servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles 2; servicios profesionales, científicos y técnicos 5.9, y el de otros servicios excepto actividades del gobierno, 4.5, entre otros.
Por último, el Inegi detalló que de acuerdo con cifras desestacionalizadas, el producto interno bruto creció 1.34 por ciento durante el trimestre julio-septiembre de 2011 respecto al trimestre inmediato anterior. Por componentes, las actividades primarias fueron mayores en 11.76 por ciento, las terciarias en 1.63 por ciento, y las secundarias apenas aumentaron 0.54 por ciento.
Las rebanadas del pastel
Se acercan las campañas electorales a la silla de Los Pinos, y es hora de reactivar la memoria para no patinar con la misma cáscara: “queremos un país estable y unido, un México con certidumbre, crecimiento y empleo y que trabaja para reducir las enormes desigualdades sociales para recuperar la seguridad de nuestros hijos y restaurar nuestro medio ambiente… Mantener la estabilidad económica que hoy vivimos y traducirla en creci miento y empleo a partir del fomento a la inversión productiva, o arriesgarnos a perder lo que hemos avanzado en estos años, por culpa de quienes creen que el endeudamiento y el gasto excesivo del gobierno es el camino y cuyo resultados, aunados a un manejo irresponsable de la economía, han sido varias veces desastrosos para el país” (candidato Felipe Calderón, el mismo que cinco años después llevó la deuda al máximo, y al mínimo el crecimiento, junto con el bienestar de los mexicanos).
cfvmexico_sa@hotmail.com


Una vez, estando yo en Villahermosa, la mesa de trabajo se me dividió entre escritores jóvenes y ya mayores, éstos a favor de la forma y los recién despiertos a la literatura al pelo suelto. Fui conciliador: soltarse, pero de modo ejercitado y limpio; formarse, pero para mejor ser uno mismo, para que la mismidad del decir de uno se diga mejor.
Hace dos jueves pensando en mis talleristas se me vinieron dos palabras a la mente: frescura y rigor (hay que hablar sobre ello, me dije). Al salir de casa me topo con la Revista de la Universidad de México y en ella el artículo de Hugo Hiriart donde, para el caso lo mismo, resalta las palabras frescura y maestría, tomadas del creador del teatro Noh. Y el siguiente domingo, en Laberinto, veo que en similar sentido Armando González Torres opta por rigor y espontaneidad. Coincidencias, gratas sorpresas, confirmaciones.


Carlos Martínez Rentería: Salón Palacio
El pasado jueves 17 de noviembre, bajo el lema Contra la violencia, la contracultura, arrancó el noveno Congreso de Contracultura, que durante sus primeros cinco días reunió a más de 400 personas. El encuentro se inició con la presentación del libro Cuadernos de periodismo gonzo, de JM Servín. El programa de actividades ha incluido presentaciones de libros, mesas redondas, videos y conciertos; la clausura se llevará a cabo este 24 de noviembre con el estreno del fonograma de la película Zaratustra, de Alejandro Jodorowsky. Por segunda ocasión, este congreso se celebra en la pulquería Los Insurgentes (Insurgentes 226, colonia Roma) y a todos los asistentes se les ofrecen pulques a dos por uno.
Otra publicación que se presentó durante el congreso fue: Lados B, la más reciente publicación del escritor Mauricio Bares, quien se aventó el reto de armar una antología de jóvenes autores de varias ciudades del país en dos gruesos volúmenes, que dan cuenta de su arriesgue y necedad como editor contracultural.


El Correo Ilustrado
Repudia complicidad de la Corte con difamadoress
Hay que difamar, que algo queda, consigna de la propaganda nazi. Lo inadmisible es que la Suprema Corte de Justicia pueda hacerse cómplice de quienes hoy día buscan desprestigiar a un medio como La Jornada. Soy uno de tantos que nos solidarizamos con todos los periodistas y trabajadores de su diario.


La Internet es, simplemente, una maravilla. Gracias a ella, en instantes, lo podemos conocer todo: ¿Cuál es la diferencia entre el pleistoceno tarantiense y el gelasiense? ¿Cómo fue que los laboratorios Pfizer llegaron a descubrir el supermaná llamado Viagra? (es decir, viaghara, que en sánscrito quiere decir tigre, animal que aparece en las entradas de los templos con el pene erecto). ¿Qué piensan los integrantes de uno de los poderes máximos de la nación sobre los importantes asuntos sometidos a su consideración? La previa y pública exposición de criterios que hace cada uno de los señores ministros sobre los casos que le son asignados para su estudio y formulación de proyecto de sentencia, me parece espléndida. Es el breve espacio para el desahogo y último pataleo de los perdidosos de un juicio que llegó a las alturas supremas. Ya sabemos que los fallos del máximo tribunal son inapelables, que después de una sentencia de la Corte, nunca es tan cierta la afirmación de que, palo dado, ni el beato padre Maciel lo evita.

Luis Linares Zapata: La derecha negociadora

En el viciado contexto nacional, donde la derecha ha ido rellenando con sus intereses todo resquicio institucional, social y hasta cultural, hacer avanzar sus negocios es tarea bastante sencilla. Siempre se podrán encontrar aliados incondicionales para llevar agua al molino de las propias conveniencias. Los personeros de tal formación o práctica, solos o en compañía de cabilderos oficiosos, se mueven a sus anchas. Se cobijan, además, con mantos de respetabilidad entre los círculos más elevados del poder. Son conspicuos personajes que destilan, hasta el último residuo, las facilidades instaladas previamente por otros –sus mentores y guías acaso– que los antecedieron en el trasiego de inducir normas favorables o para apropiarse de cuantiosos recursos públicos disponibles. Y siempre también van dejando evidencias de sus correrías, en ocasiones verdaderos delitos que afectan derechos y libertades de los demás.


Una característica de los tiempos, por lo menos en México, es la disfunción de las instituciones. En el actual gobierno el saldo no es positivo. Las facultades se trivializan, pero sobre ello la regla clásica subsiste: si hay que transformar a uno de los puntales del país, hay que empezar por la ley que lo creó. Transformar sin fundamento legal contrae lo no deseado: inseguridad, desconfianza, fragilidad, riesgos diversos.


El editorial del pasado domingo de Desde la Fe, semanario de la arquidiócesis de México, arremetió con rudeza contra el Instituto Federal Electoral (IFE). Le cuestionó su aporte cada vez más debilitado a la democracia electoral; le reclamó burocratización, los altos costos y salarios tanto del instituto como de funcionarios y, sobre todo, se lamentó de que el IFE se haya partidizado al extremo de quedar a merced de los intereses político-partidarios.


La destrucción de la unión monetaria europea no es resultado de una inverosímil combinación de factores improbables. Es la consecuencia lógica de un diseño equivocado y de un modelo económico fracasado.

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