3/27/2007

POR LA DESPENALIZACIÓN TODO NUESTRO APOYO, PARTICIPA.

INVITACIÓN A TODA LA POBLACIÓN
a la Marcha por la Despenalización del Aborto,
a favor del derecho a la vida de las mujeres y
a decidir sobre su propio cuerpo


La marcha se realizará en apoyo a la iniciativa de despenalización del aborto en el Distrito Federal, presentada por la Coalición Parlamentaria Socialdemócrata en la ALDF.

La cita es el jueves 29 de marzo, a las 16 horas, en el Hemiciclo a Juárez que está en la Alameda Central y dirigirnos a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, ubicada en Donceles y Allende, Centro Histórico de la Ciudad de México.

Esta iniciativa es fundamental ya que atiende la urgente necesidad de dar certeza jurídica a las mujeres para practicarse un aborto en las condiciones apropiadas de atención médica legal.
La realidad del aborto no se puede tratar desde la fe. Es un problema de salud pública en tanto que en nuestro país, anualmente, según Conapo se realizan cerca de 102 mil y según el Instituto Alan Guttmacher son 553 mil, cifra muy similar a la que señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) de un aproximado de 500 mil.

Además, es vital señalar que la clandestinidad en que se practican los vuelve inseguros al grado de llevar a la muerte a decenas de mujeres, siendo la quinta causa de muertes femeninas en nuestro país.

Es por ello que insistimos en que la despenalización del aborto necesariamente conducirá a que su práctica se haga con el mínimo de riesgos salvando la vida a muchas mujeres. Por ello tendremos que permitir, como en teoría lo garantiza un país democrático, que cada quien elija lo que le resulte mejor.

La experiencia internacional ante la despenalización del aborto señala que si se autorizara la despenalización del aborto, no van a surgir kilométricas colas de mujeres buscándolo, ni mucho menos se obligaría a nadie a practicarlo en contra de su voluntad. Lo harían aquellas que pensaran que era la mejor solución para ese momento de su vida, porque de una cosa debemos estar seguros: ninguna mujer desea abortar, ninguna. Es una medida extrema que debe realizarse en las mejores condiciones de atención.

Hay que dar la cara al problema para ofrecer soluciones y sobre todo, opciones a las mujeres. Que no sólo las de gran poder adquisitivo puedan hacerlo sin mayor problema, sino que todas las mujeres decidan sobre su cuerpo y su vida. Los varones que no ejercen su sexualidad (bueno, al menos eso dicen) no pueden seguir controlando el cuerpo de las mujeres; y mientras otros se limiten nada más a “depositar su semillita” y darse a la fuga, las mujeres tienen todo el derecho de seguir buscando soluciones a uno de los más graves problemas que afectan a la nación.
NO FALTES
APOYA
Y
CORRE LA VOZ


por Viétnika Batres la69@eme-equis.com.mx

Para DR, por todo lo que ya sabe

Casi 200 años después de la caída de Tenochtitlan, en la Nueva España no se permitía que mujeres indígenas se ordenaran como religiosas. Hasta el año de 1720 se abrió el Convento de Corpus Christi, el primero que recibía a mestizas descendientes de caciques blancos. Antes, todas las monjas novohispanas fueron españolas o criollas, porque la jerarquía católica de entonces consideraba que las indígenas tenían un gusto insano por el chocolate, bebida que suscitó graves discusiones en El Vaticano desde que fue llevada a Europa por Hernán Cortés en 1528, y que incluso le originó problemas al papa Gregorio XIII, quien rechazaba que se tratara de un afrodisiaco o un brebaje que estimulara la gula. Esta anécdota se la regaló originalmente el cronista de la ciudad de México, Guillermo Tovar y de Teresa, a mi colega reportero Antimio Cruz en 2003. Pero el hecho de referencia se puede hallar en los libros de historia. Seguramente de ahí lo extrajo Rebeca Ferreiro González para escribir Chocolate. De cómo se puede ser goloso y católico a la vez.Cuenta Rebeca que la corte española “se engolosinó” con el dulce producto del cacao y precisamente por ese placer que causaba al paladar el chocolate se convirtió en “el primer sospechoso de propiciar los imperdonables pecados capitales”. Se le acusó de “obstruir la pureza del cuerpo”, de “exacerbar los ánimos y conducir a la ira”, de ser, claro, “inequívoco propiciador de sexualidad lujuriosa (la más eficaz publicidad que la Iglesia nunca pudo remediar)”.Durante el siglo XVI se prohibió su consumo en los conventos, “decisión poco inteligente”, apunta Rebeca, “puesto que se les iban las novicias por montones cual clientes decepcionados”. La autora consigna algunas de las preguntas que entonces se hacía la Iglesia completamente en serio: “¿Era el chocolate una bebida o una comida? ¿Cómo podía un producto no embriagante causar tal adicción? ¿Podían o no beberlo las mujeres? ¿Y las monjas? ¿Era afrodisíaco?”Al final, Gregorio XIII fue muy criticado “por conceder a un producto tan placentero la dignidad de benigno, ¿qué no se suponía por los siglos de los siglos que la vida cristiana era todo un sufrimiento?”

Sufrir / me tocó a mí / en esta vida…Oh, sí: desde que existe como institución de poder, la Iglesia Católica –al igual que sus hermanas judía y musulmana– se ha dedicado a inventar mecanismos para controlar a sus feligreses. Permisiva con los hombres, ha sido implacable con las mujeres. De entrada les negó el derecho al placer sexual. Y de ahí en adelante:Así como dijo no al chocolate, sentenció un no rotundo al pantalón para la mujer. No a su desarrollo intelectual. No a su derecho a votar. No a que trabaje fuera del hogar. No a su realización más allá de la maternidad. No a la minifalda. No al divorcio y menos a la posibilidad de rehacer su vida amorosa. No a las madres solteras. No a las familias diferentes. No a las sociedades de convivencia. No a la pastilla anticonceptiva. No al condón. No a la píldora del día siguiente. No, no y no a que la mujer sea dueña de su cuerpo.El clero ha declarado el fin del mundo con cada conquista femenina. Y parece que así seguirá, obcecado, navegando contra la realidad por los siglos de los siglos. Amén.

Uuuh… ahí viene el cocoEn pleno siglo 21 la Iglesia Católica –dirigida por hombres que no tienen esposas ni hijos, pregúntenle al padre Amaro– pretende seguir controlando la vida de las mujeres mediante el miedo… o lo que tenga a la mano. Si ya no funciona la culpa y el “te vas a ir al infierno”, sus voceros y aliados modernizan los argumentos contra el aborto y les dan un aire “científico”.Hace unos días la dirigencia del PAN capitalino y sus diputados locales se echaron la puntada de decir, sin precisar de dónde sacaron la información, que el aborto provoca alcoholismo, drogadicción, tendencias suicidas, bulimia, anorexia y hasta un alto índice de mortandad por cáncer de mama. Vaya. Con esa lógica podríamos afirmar que tener hijos también produce cáncer de mama, pues buena parte de las mujeres que han sufrido esa enfermedad han sido madres, y muchas no han abortado ni con el pensamiento… Ya ni hablar de la depresión posparto, que también puede llevar al suicidio, entre cientos de razones por las cuales una mujer se deprime, se vuelve alcohólica o adicta a los narcóticos. Ya ni mencionar siquiera a las miles de jóvenes que padecen trastornos alimenticios por seguir modelos estéticos inalcanzables, más que por resultar embarazadas o abortar.Mariana Gómez del Campo, presidenta del PAN defeño, declaró que su postura está basada “en una investigación objetiva y profunda”. Ajá. La prima de la esposa del presidente Felipe Calderón aseguró, sin citar fuentes, que en la República Checa, Suecia, Gran Bretaña y Finlandia la mitad de los casos de cáncer de mama fueron atribuidos al aborto.“Si hoy en México se despenaliza el aborto, en 20 años tendríamos a más de 50 por ciento de las mujeres que abortaron esperando recibir tratamiento contra el cáncer de mama”, advirtió Gómez del Campo. Suponiendo que fuera cierto, ¿qué le hace pensar que será distinto si no se despenaliza totalmente el aborto?Una mujer determinada a interrumpir su embarazo lo hará con ley o sin ley. La diferencia es que sin ley lo va a hacer como y con quien se pueda, así tenga que arriesgar su vida. Sin ley seguirán recibiendo atención médica profesional sólo las mujeres que pueden pagarla, las más pobres continuarán siendo carne de cañón de charlatanes. Eso no parece preocuparle a los panistas.La experta en estudios de opinión María de las Heras escribió la semana pasada al presentar su encuesta sobre el aborto en el DF: “La decisión de terminar voluntariamente con un embarazo es para nosotras tan fuerte, tan dura, que cuando una mujer se decide a terminarlo, no la detiene ni el miedo al infierno, ni el miedo a la cárcel”.En la encuesta de De las Heras, publicada el pasado 20 de marzo, 72 por ciento de las mujeres en el DF apoya la despenalización del aborto. En 2006, Consulta Mitofsky había llegado a un resultado similar: en su muestra, recolectada en todo el país, 59 por ciento de los mexicanos estaba de acuerdo con la legalización del aborto y 40 por ciento se manifestaba en contra. En 2005 una encuesta efectuada por Ulises Beltrán y Asociados indicaba que 72 por ciento de la población del DF, de los sectores socioeconómicos medio y bajo, consideraba que legalizar el aborto en México contribuiría a evitar la muerte de mujeres.

No controles mis sentidos / no controles mis vestidos…Ofrecer condiciones iguales para toda mujer que se vea en la necesidad de interrumpir un embarazo no deseado, no debería ser un tema religioso o de moral. Y menos en un Estado laico. Esto es un asunto de salud pública.Ah, pero el clero se rompe las vestiduras y se aferra a una de las pocas cosas con las que aún puede ejercer control. Por increíble que parezca, se autodesignan autoridades morales los jerarcas que encubren a violadores de niños. Un señor que lucra con fotos amarillistas no de embriones, sino de fetos de más de tres meses, nos viene a decir cómo debemos actuar. Sí, el mismo que gastó 30 millones de pesos en tangas y plumas Mont Blanc y que acaba de ser exonerado de presunta corrupción. Funcionarios incultos, mojigatos u homófobos, como aquel que se escandalizó con un libro de Carlos Fuentes, nos quieren imponer su modo de pensar.Tramposamente afirman que si se despenaliza el aborto, todas vamos a ir corriendo a abortar, cuando una ley de esa naturaleza no obligaría a nadie a hacer nada que no quiera.En el fondo eso es lo que temen. Que las mujeres hagamos lo que queramos con nuestro cuerpo. Con nuestra sexualidad.Su “compromiso indeclinable con la vida” se queda en la defensa de un embrión que no puede sobrevivir por sí mismo fuera del útero. Cuando los embarazos no deseados llegan a término, ¿dónde están ellos para ayudar a alimentar, vestir, amar, educar a esos niños o darles empleo ya de adultos?¿Qué quieren, que nos reproduzcamos como conejos aunque después no logremos mantener a la bonita familia? ¿Que abandonemos los estudios para llenarnos de hijos? ¿Que recibamos el castigo divino por no llegar vírgenes al matrimonio? A lo mejor no les cabe en la cabeza que no sólo la clase acomodada a la que pertenecen tiene aspiraciones. Quizá son felices con la idea de llenar a este país de comerciantes ambulantes, licenciados sin título, taxistas piratas y narcotraficantes, porque si ahorita no hay trabajo, imagínense con más competencia…Por cierto, el “presidente del empleo” convocó en estos días a que se legisle “con responsabilidad” y se trate el tema “con cuidado” porque implica “concepciones profundas de los mexicanos”. Bueno, también el machismo y la homobofia están profundamente arraigadas entre nosotros y no por eso las vamos a perpetuar, ¿verdad?Calderón además pidió a los asambleístas no avasallar a la minoría panista, para después, el mismo día, celebrar que PRI, PAN, PVEM y Alternativa avasallaran en San Lázaro al PRD, Convergencia y PT con la aprobación fast-track de la nueva ley de pensiones del ISSSTE.

No temas, que sólo Judas temióPor eso esta columna exhorta a los legisladores locales a votar a favor de la despenalización del aborto en la capital del país. Lo peor que podría pasarnos a los chilangos es que se echaran para atrás. Les garantizo que eso sí les restaría votos.Una de cal, como quien dice: es justo que, para variar, se apruebe una ley que beneficie en forma inmediata y directa a la población. Como la Ley de Sociedades de Convivencia. Es su trabajo aprobar una ley que no favorezca sólo a los grandes empresarios, dueños de televisoras, bancos, casinos o gasolinerías.En palabras de María de las Heras: “Cuentan con el apoyo abrumador de las mujeres que vivimos en esta demarcación, apoyo que no sé si servirá para tramitar su salvación eterna, pero estoy segura se les reconocerá como cumplimiento de sus obligaciones terrenales”.Venga, échenle valor, no reculen.




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Jorge Díaz Cuervo
http://www.eme-equis.com.mx/060MXABORTO03_.html

No hay razón para preguntarle a cada persona si está o no de acuerdo con el aborto. “En principio”, dice el diputado local Jorge Díaz Cuervo, “nadie debería querer que se practicasen legrados”.El derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y sobre el número y momento de tener sus hijos no es motivo de consulta, sino de ejercicio, argumenta el legislador, promotor de los cambios legales para dejar sin sanción a las que interrumpan su embarazo.“Los derechos humanos no se consultan. Se ejercen, no se someten a referéndum. Las peores atrocidades del mundo han ocurrido cuando la mayoría decide qué hacer con las minorías, como ocurrió con el nazismo en Alemania sobre los judíos; el estalinismo y en general el comunismo en Europa oriental y ahora en Cuba”.
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Por Juan Francisco Reyes del Campillo*

La propuesta de despenalizar el aborto en el Distrito Federal ha traído un nuevo elemento de polarización entre la izquierda y la derecha, entre liberales y conservadores, entre progresistas y reaccionarios. Después del primer paso durante la gestión de Rosario Robles, cuando se legalizó su práctica si el embarazo es resultado de una violación, si el feto tiene una malformación o se encuentra en peligro la vida de la madre, hoy se plantea abiertamente como un asunto demográfico y de salud pública.El tema tiene sin duda una dimensión ética que antepone dos visiones del mundo. Tiene que ver con prácticas liberales o conservadoras que se desarrollan cotidianamente y con las relaciones y experiencias que se ejercen en múltiples aspectos de la vida privada. De hecho, puede considerarse una continuación de una polémica hoy superada que se inició en los años sesenta con la práctica del divorcio y siguió después con el control de la natalidad, la educación y la igualdad sexual. Por supuesto, las relaciones sexuales previas al matrimonio, la identidad sexual y el aborto preocupan y dividen hoy con mayor énfasis a la sociedad. A pesar de que desde hace tiempo el aborto ha sido despenalizado en muchos países, los conservadores mexicanos mantienen una visión moralista reaccionaria con el único argumento de que se suprime una vida que ya se encuentra en gestación. La visión liberal y progresista plantea el problema desde una perspectiva demográfica y económica, tomando además en consideración las condiciones de desventaja en que se encuentra la mujer ante un embarazo no deseado. Mientras los conservadores argumentan los daños sicológicos y emotivos que ocasiona la liberación de las costumbres, los liberales asumen que éstas son parte del comportamiento social cotidiano y que se trata de hechos consumados. Unos añoran los valores del pasado, las prácticas y conductas tradicionales de la sociedad, otros se preocupan por las consecuencias sociales y sus efectos en la salud pública.El tema del aborto tiene una dimensión social porque está relacionado con quién debe tomar la decisión de interrumpir o no un embarazo. ¿Es acaso la sociedad la que puede prescribir y en su caso obligar a una mujer a tener un hijo no deseado? ¿O es la mujer y, si existe, una pareja, quien debe decidir y asumir la enorme responsabilidad tanto de tener como de no tener un hijo? Como parte de la igualdad y la liberación femenina, es a cada mujer a quien corresponde decidir el número de hijos y el momento en que los desea tener. Es por eso que la posibilidad de interrumpir un embarazo debe realizarse en las mejores condiciones sanitarias y sicológicas posibles. El aborto representa aspectos socioculturales cuando un hijo implica el compromiso de dedicarle un esfuerzo considerable, pues requiere insoslayable atención de una mujer o de una pareja, así como la necesidad de destinar recursos económicos suficientes. La cuestión es que los jóvenes y sobre todo las parejas jóvenes tienen hoy, además de ocuparse de los hijos, muchos otros intereses, deseos y expectativas propios de la sociedad moderna.Por ello el asunto tiene también una dimensión política. En buena medida está implícito el comportamiento electoral de los jóvenes en el futuro, por lo que la decisión de avanzar en la despenalización del aborto asume la intención de disputar sus votos.

Las fuerzas políticas están obligadas a poner atención en los intereses, las preocupaciones y los deseos de las generaciones más jóvenes. La cuestión es que éstas son necesariamente más abiertas y tolerantes que las anteriores, por lo cual debe ser prioritaria una política pública que les garantice mayor libertad y seguridad. Despenalizar el aborto tiene por tanto diversas dimensiones que deben ser previstas y analizadas. Lo cierto es que buena parte de los integrantes de la sociedad moderna han decidido quitarse el velo religioso que empaña la posibilidad de una visión más laica y científica del asunto, que deja atrás la idea de la culpa y el pecado, pero que pone en el centro de la discusión que la decisión sobre el asunto es un acto de entera libertad personal y que corresponde tomarla única y exclusivamente a la madre.Lo anterior es en buena medida lo que genera la oposición de los grupos conservadores y, desde luego, la actitud vociferante de la Iglesia Católica en esta cruzada. Por fortuna, la sociedad mexicana ha madurado mucho en los últimos años, es más mesurada y responsable, particularmente tolerante y solidaria.

*Profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco. Es secretario técnico de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales (Somee)
http://www.eme-equis.com.mx/060MXLACASCARA_02.html

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