2/24/2008

Inicia hoy la lucha en la torre de Pemex


La Jornada. De la redacción

Hoy comienza una nueva jornada de movilizaciones para frenar la privatización de los recursos energéticos, con un mitin frente a la torre de Petróleos Mexicanos, en la capital del país, convocada por el Movimiento en Defensa del Petróleo, que encabezan Andrés Manuel López Obrador y el Frente Amplio Progresista (FAP).

En la cita de este domingo, que se prevé inicie a las 11 de la mañana, se dará a conocer un plan de acción de la resistencia civil pacífica para evitar que los recursos energéticos se entreguen a empresas extranjeras.
En el acto, en el que se espera la presencia de organizaciones sociales, obreras, campesinas, estudiantiles y civiles, entre ellas el Sindicato Mexicano de Electricistas y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, también se dará a conocer la integración de los 32 comités para la defensa del petróleo y se definirán las acciones a seguir en todo el país. Por el FAP acudirán dirigentes, diputados y senadores de PRD, PT y Convergencia.

Una vez que se definan en la asamblea de este domingo cuáles serán las acciones a seguir, se espera que se sumen a las protestas trabajadores e integrantes de organizaciones civiles de todo el país.

El Despertar
José Agustín Ortiz Pinchetti

El petróleo como catalizador

La intentona de desnacionalizar Petróleos Mexicanos va a provocar una reacción política: pondrá en relieve a los verdaderos contrincantes. Cuáles son sus proyectos, estilos y motivos. Andrés Manuel López Obrador se consolidará como el único opositor efectivo. La mayoría de los partidos están plegados al eje discursivo y a las iniciativas de Calderón. AMLO y su movimiento tienen una oportunidad para dramatizar su proyecto alternativo y las incongruencias y peligros del proyecto conservador vigente desde 1985.

La posición de López Obrador es contundente: propone se reconozca la importancia estratégica, vital del petróleo para el desarrollo y la soberanía. Su valor principal es político. Palanca para mover la economía y condición para negociar un bien cada vez más escaso y costoso. Sostiene que la industria petrolera tiene que mantenerse integrada y que la meta no debe ser venderla, sino rescatarla y reorganizarla, y demuestra con argumentos técnicos y financieros que esto es posible.

Calderón y sus aliados no dicen qué quieren. Emiten declaraciones contradictorias. Mienten al decir que no intentan privatizar. Confían en una ofensiva de medios que adormece las conciencias y confunde a la opinión pública. Todo el mundo sabe que existe un proyecto privatizador. ¿Por qué tanta hipocresía, tanta cobardía? Porque no podrían ganar un debate. Confían en un arreglo en la trastienda parlamentaria con el PRI a cambio de ventajas inconfesables para los cómplices. Quieren sorprender al pueblo que rechaza la privatización en 70 por ciento.

¿Qué mueve a los reaccionarios a lanzarse en la aventura en el momento más inoportuno cuando se inicia una crisis económica?

Podría pensarse que requieren con desesperación recursos. Fox despilfarró los excedentes del petróleo en gasto corriente. Calderón está en la misma línea. Pemex podría refinanciarse con sus propios recursos. Los ahorros con la producción de gasolinas que hoy se importan significarían miles de millones de dólares para el Estado. ¿Es algo ideológico? No: el dogma neoliberal no prescribe la eliminación de la rectoría del Estado. El verdadero motivo es consolidar el apoyo del gobierno y los grupos de interés de Estados Unidos para que garanticen que el núcleo conservador que se ha apoderado del control político sobreviva más allá de este sexenio. Es un acto de traición a la patria; sin el control de los hidrocarburos México quedaría a la deriva y su destino manifiesto sería convertirse en un protectorado.

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