10/16/2022

La 3era Guerra Mundial no será por Ucrania, será por Taiwán

 sprinforma.mx

Por Alonso Romero .


A las grandes potencias de occidente (USA y la Unión Europea) las han cooptado intereses comerciales que muchas veces son contrarios a los intereses de su país y su población a largo plazo. Podemos observar la primera consecuencia de estas decisiones en la enorme dependencia energética de Europa con Rusia, pero de esto ya hemos hablado mucho. El gran ejemplo, de esto, Alemania, tiene una dependencia aún más seria, profunda y preocupante, aquella que mantiene con China. Esto no es exclusivo de un solo país, todo Occidente actualmente se encuentra atado fundamental y estratégicamente al país asiático. Casi en todos los sectores, China controla (de manera monopólica) al menos una parte de la cadena de valor. El mejor ejemplo es la industria de las “energías verdes”. 

Con la crisis energética causada por la escasez de Gas Natural Ruso, la UE se ha propuesto acelerar sus planes de transición energética para “lograr una verdadera independencia energética”. Su plan RepowerEu, tiene directrices para aumentar la cantidad de energía renovable proveniente de las fuentes solares y eólicas. Todo esto suena muy bien hasta que Europa se de cuenta que simplemente está cambiando una dependencia de una materia prima proveniente de Rusia (Gas natural) por una dependencia de productos manufacturados (paneles solares y turbinas eólicas) proveniente de China. 

Esto se replica a lo largo de diferentes productos, servicios y diferentes partes de las cadenas de valor de dichos productos/servicios, a excepción de uno, diseño y fabricación de semiconductores y chips. Aquí occidente, pero sobre todo Estados Unidos tiene la ventaja en la parte de diseño. Sin embargo, es en la fabricación de dichos chips, donde se encuentra la falla geopolítica más grande de nuestros tiempos. Taiwan, a quien sólo 13 países reconocen como país independiente, es el epicentro de la industria. La compañía TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company) es la referencia y estado del arte en fabricación de semiconductores. Esta habilidad de taiwan es actualmente su "carta de protección” contra una anexión por parte de China (quien mantiene su posición al mencionar que Taiwán es parte de su territorio). USA no permitirá que un activo tan importante sea controlado por una potencia rival. China lo sabe y es por eso que se mantiene el estatus quo.

Si algo ha quedado claro en el conflicto Ruso-Ucraniano, es que las sanciones económicas y financieras no son efectivas contra países exportadores, al contrario, terminan castigando a quien las impone si es que dependen de dichas exportaciones. Lo cual es el caso para toda Europa y USA con China. Esto quiere decir que la única manera que tiene occidente de evitar que Taiwán quede en manos de China es con la amenaza de una guerra convencional. Biden ha hecho en varias ocasiones declaraciones de que USA intervendría militarmente si China decide atacar Taiwán. Esto estuvo peligrosamente cerca de pasar en el verano cuando Nancy Pelosi visitó la isla contra todas las amenazas de China de no hacerlo. 

Sin duda una guerra entre las dos súper potencias del mundo escalaría de inmediato a una guerra Mundial. La única duda que queda por resolver es ¿hasta que punto el complejo industrial militar de occidente puede funcionar sin las materias primas ni cadenas de producción de China y de Rusia? De lo respuesta que exista a esa pregunta, dependerá cuando y con que intensidad se rompe el equilibrio de fuerzas que hoy existe en Taiwán. 

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